26 de mayo de 2019

SLB.: ¿CUÁNDO DERROTAREMOS A LOS FANTASMAS DE LA DISCORDIA? – PARO NACIONAL ENTRE COINCIDENCIAS Y RECLAMO POR UN OLVIDO – ENGAÑOSA CALMA EN LOS MERCADOS DEL DINERO – LA MEGACAUSA Y SU APORTE DE NOVEDADES - NO MUCHOS IMAGINABAN ESA FÓRMULA DE LOS MUCHACHOS KIRCHNERISTAS – VIAJE POR EL TIEMPO HASTA AQUEL NO LEJANO 25 DE MAYO DEL ’73 - EN EL BANQUILLO, ELLA HONRA LOS SACROS MECANISMOS DE LA DEMOCRACIA

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa que emitieron en dúplex AM580 y la FM 88.5 ambas de Radio Universidad de Córdoba. Esta edición n° 570 de “Síganme los buenos” corresponde al domingo 26 de mayo de 2019.

25 de Mayo, 209 años atrás
LA PATRIA SERÁ GRANDE CUANDO ESTEMOS
UNIDOS  Y  JUNTOS  PODAMOS  DERROTAR  A
LOS OSCUROS FANTASMAS DE LA DISCORDIA
   Hemos celebrado más de dos siglos como Nación y la realidad pone en duda que hubiéramos aprovechado como patriótico beneficio las lecciones de nuestra propia historia.   
   Nos vienen metiendo en la cabeza desde allá lejos en la escuela primaria algo parecido a la simpleza sin complicaciones, procurando hacernos entender que la Patria es la bandera, la escarapela o el Himno Nacional, respetables aunque insuficientes símbolos.
   Los políticos coinciden, pensando a la Patria como la construcción de una gigantesca obra para nuestro bienestar y para todos los hombres de buena voluntad que quieran habitar su suelo.
   Y cada 25 de Mayo desde que me acuerdo, hoy a 209 años de aquella gesta, vuelvo a considerar oportuno pensar en voz alta a mi modesto entender qué es la Patria, desde mi simple condición de ciudadano, lo que vengo sosteniendo desde chiquito y jamás me cansaré de repetir.
   Debe ser la Patria el paraíso donde podamos vivir en paz y en libertad porque representa decencia, trabajo, sacrificio.
   La Patria no es el bolsón, el subsidio o la beca para no trabajar.
   Es honestidad a ultranza; entrega, amor por las raíces y generosidad con nuestro prójimo.
   La Patria es construir y no mentir.
   Es buscar el bien común.
   Gobernar y obrar sin soberbia ni autoritarismo.
   La Patria es administrar honradamente lo que tenemos y elaborar aquello que necesitamos.
   La Patria, por muchos burdamente devaluada en su concepto, es educación, seguridad, justicia y salud para todos, sin elegidos ni marginados.
   La Patria también es el respeto a los que piensan distinto y a la Patria la hacemos en la ciudad y en el campo.
   La transpiramos en la calle, en las escuelas y en el surco.
   Más nos demandará llegar a gozarla, cuanto más tardemos en empezar a construirla quitándole las muletas aportadas por la mediocridad.
   Peligrosamente nos estamos resignando a perder demasiado tiempo mientras seguimos aguardando la bonanza de aquella Revolución que se inició en 1810.
   La Patria no crece porque mediáticamente se lo declame.
   La Patria no es un reñidero para que desborden las pasiones y triunfe la intolerancia, porque al costo en sangre ya lo hemos pagado.
   La Patria es el diálogo, el debate, el disenso, la discusión.
   No es de civiles ni de militares, sino de argentinos.
   La Patria no es Lanata ni lo es el periodismo militante nacional y popular.
   La Patria no es Menéndez ni Videla, pero tampoco lo es Firmenich ni los jóvenes que se decían románticos.
   No lo es de los ricos ni de los pobres, sino de los ciudadanos probos y honestos.
   A la Patria la dignificamos con el trabajo, y cuando disminuye o no hay, es necesario crearlo, porque la Patria es producción más que dádivas y es apego a la cultura del esfuerzo y del sacrificio.
   La Patria es también rebeldía ante la injusticia, cariño por lo nuestro y respeto hacia el prójimo.
   La Patria envilecida por la corrupción, solo se cura con justicia honestamente independiente y no con la obediencia debida de algunos jueces.
   Esta Patria será grande cuando estemos unidos, y juntos derrotemos a los fantasmas de la discordia y las miserias que se fortalecen con los resentimientos.
   Parece cosa de locos y para sociólogos, que la Patria todavía no tenga definida su identidad.
   La va a tener, cuando podamos coincidir pobres y ricos, ciudad y campo, profesionales y estudiantes, civiles y militares, peronistas y radicales, izquierdosos y liberales, rubios y morochos, para convencernos que la única bandera del país debe ser el esfuerzo con decencia.
   Será el día maravilloso y mágico que marcará la verdadera fecha de nuestro alumbramiento como Nación.
   Trabajemos unidos, codo a codo y empecemos ya, desde arriba hacia abajo, para que la desunión, la puta grieta y los desencuentros no sigan siendo más rápidos que los relojes.

Hay que evitar el camino hacia el olvido
EN EL DÍA DEL CORDOBAZO, UN PARO NACIONAL Y
MOMENTO DE HACER JUSTICIA  CON  LA  HISTORIA
   Se mantiene en pie el paro nacional decretado por la CGT para este miércoles próximo, cuando ¡vaya coincidencia! se conmemora el medio siglo del Cordobazo y a uno se le cruza por la cabeza el previsible oportunismo de la dirigencia por una parte, y el escaso sentido de la oportunidad cuando pretenden paralizar un país que lo que necesita, precisamente es trabajar más.     
   Parece que la última medida similar en la que lo acató un escaso 19 por ciento porque hubo transporte y la enorme mayoría optó por el esfuerzo en lugar del panzismo colectivo que proponían los popes cegetistas, quienes, con su futuro económico y de su familia totalmente asegurados, nada tienen que perder.
   Y aprovechando, el tema del Cordobazo lleva a ciertas reflexiones, especialmente de quienes tuvimos desde lo mediático, más protagonismo que la mera condición de testigos.
   Bien sabemos que los políticos ávidos y sedientos de poder y más apegados al culto de los olvidos que al respeto por la memoria y la historia, suelen tener actitudes casi infantiles por lo burdas y reprobables, que pueden ser consideradas travesuras de bisoños u ofensas al pasado y al presente que se esconde en los ayeres.
   Eso de la fragilidad a la hora de las evocaciones suele ser el mecanismo que mejor fortalece a las amnesias y de manera especial, cuando de por medio existen generosas promesas que forman parte de la acostumbrada demagogia que al momento de las frustraciones, para muchos se toma con indiferencia pero esa actitud no es positiva cuando está de por medio la memoria colectiva de la ciudadanía.
   De aquellas coberturas periodísticas durante los años de plomo cuando la ilegalidad de los cuartelazos había pasado a ser una forma de gobierno, somos pocos los sobrevivientes en esta Córdoba que supo centralizar la protesta nacional, sin dudas alentada por las convulsiones en Francia, en Grecia y en otros puntos de la geografía universal.  La riesgosa tarea de ver, fotografiar, filmar y trasladar luego al consumo de la sociedad esas situaciones críticas en el afán de documentar la realidad, tuvo en un grupo de periodistas, fotógrafos y camarógrafos su punto cúlmine el 29 de mayo de 1969 con lo que la historia bautizó “Cordobazo”, expresión de resistencia a un régimen autoritario, militarizado y proclive a cercenar derechos de las clases menos afortunadas. 
   Pocos años atrás nos unimos con el número 29, homenaje a la fecha y por ser tal el número de colegas sobrevivientes de aquellas jornadas de violencia y reivindicación, para llegar a integrarnos como “29 Testigos de la Historia”.
   Nunca pusimos en discusión la paternidad de la gesta porque cada sector involucrado lo hizo por su cuenta, sobre todo por aquello que las victorias tienen muchos padres y las derrotas son huérfanas. Expresión de la espontaneidad popular por una parte y organización gremial y estudiantil por otra, más la participación de sectores políticos especialmente de izquierda.
   Quisimos aportar nuestras impresiones y experiencias para contribuir a la fidelidad del relato, pero parece mentira que en Córdoba, mencionada universalmente por aquellos fastos heroicos, al menos de parte de sus autoridades prevaleció cierta mezquindad ideológica afianzada por bisoños historiadores, “tocadores de oído” y una casta periodística más apegada a Google que al estudio, a la consulta de archivos o declaraciones desapasionadas de sus principales protagonistas, que en definitiva fuimos los hombres de prensa con nuestra mirada abarcativa de los acontecimientos.
   Como entidad sin fines de lucro pero sí de reivindicar el respeto hacia la historia, se nos brindó cierto apoyo como un pequeño subsidio (por única vez) para el funcionamiento, el préstamo de un local para reuniones y nos tocó participar en encuentros a distintos niveles en escuelas y otros centros comunitarios.
   Hasta hicimos una muestra de elementos profesionales relacionados con la cobertura de aquellos tiempos en que la tecnología era más artesanal que científicamente desarrollada y con sus lógicas limitaciones que se suavizaban con el fervor y el compromiso de quienes nos tocaba cubrir los sucesos.
   Desde el poder dejaron de atender los reclamos de “29 Testigos…” por el abandono al que fuéramos condenados, cuando los pueblos necesitan apegarse a la verdad del pasado para evitar la repetición de errores en el presente y con miras al futuro.
   Nuestra sana intención de sacralizar la verdad de un acontecimiento que alcanzara difusión mundial fracasó enredada en las telarañas de la burocracia. Resumiendo y para no cansar,  nos olvidaron y nos escondieron.
   Pero no podrán, aunque se empeñen, borrar de nuestras memorias aquellos complicados años en que la mayoría de los políticos actuales eran jovencitos con aspiraciones de poder.
   Porque será la misma historia la que con el tiempo inexorable, innegociable e inclaudicable con la verdad, demuestre que de aquellos años y de los actuales, más que testigos fuimos protagonistas. Y entonces para los delirantes ya no quedarán espacios donde puedan deformar la realidad ni plantarse en sus pechos -como hemos visto que ocurriera-  condecoraciones inmerecidas.
   Resumiendo, por allí me ronda la sospecha que nos usaron junto  al  Cordobazo y luego fuimos destinados al rincón donde moran las intrascendencias.
   Duele y no es por desvalorizar a las expresiones populares, que exista un Museo del Cuarteto y el Cordobazo tenga un destino de olvido.

Nada deja de aumentar
UNA  ENGAÑOSA CALMA RONDA
EN LOS MERCADOS DEL DINERO
   El paso por el supermercado más se asemeja ahora a una especie de turismo de aventura, que a llenar imperiosas necesidades hogareñas.
   Haciendo un paréntesis a esta afirmación, veamos de qué manera se pretende sustentar una estabilidad mientras las tasas bancarias no aflojan frente a un dólar cuyo valor se me antoja está artificialmente sostenido, y pido disculpas a los economistas especializados porque mi comentario no tiene pretensiones técnicas, sino con la base de hacer las compras para mi casa, de moverme en el transporte público y de escuchar a la gente.
   Las veces que sostuve que como formadores de precios los supermercadistas son una parte fundamental, varios me saltaron a la yugular sosteniendo que por ser el último eslabón antes del consumidor, los precios a ellos ya les llegaban por encima de lo aconsejable.
   En pocas palabras, la culpa vendría a ser de las etapas anteriores en esta carrera argentina que es la intermediación, donde en cada uno de sus peajes hay un porciento que se agrega al precio final.
   Así llegamos a la dicotomía que el esfuerzo del productor original y tomemos por ejemplo a la leche, se ve mal compensado con números que no le alcanzan para sobrevivir, mientras que el precio al consumidor es muchas veces multiplicado por lo que recibe aquel productor por su esfuerzo y los riesgos que asume.
   Para hacerla corta, vemos que los precios no han dejado de crecer y al pato lo pagamos los consumidores que no tenemos mecanismos para defendernos, salvo dejar de comprar. Como en la industria automotriz ha pasado que meses atrás, con la soberbia de la buena venta desatendieron pedidos de sus clientes, subieron alocadamente los precios y lógicamente mermó la cantidad de unidades vendidas.
   Ahora están desesperados, con sus depósitos y galpones llenos de unidades que ofrecen poco menos que con el DNI y algunos mangos, como tiempo atrás ocurriera con las motos.
   Algo anda mal, o los controles no existen, o se perdió el respeto por eso de los precios cuidados, porque los malos comerciantes descuidaron a sus clientes, les metieron las manos en sus bolsillos y ahora están pagando las consecuencias.
   No es la venganza del consumidor, sino la realidad que castiga a los bolsillos.

Según pasan los años…
LA  MEGACAUSA NUNCA DEJA DE
APORTAR JUGOSAS NOVEDADES

   Los aniversarios de la Patria suelen siempre generarme alguna nostalgia de injusticia cometida o de justicia pendiente, como prefiera llamarse, y en ese repiqueteo siempre vuelve la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba.
   Seguramente por la prisión preventiva,  sistemática y prolongada, que alcanzó al 70 por ciento de los imputados, y que, según expresiones de los organismos intervinientes nacionales e internacionales, invirtió el orden lógico, atropelló  garantías, violó derechos, devino en ilegal, se convirtió en condena anticipada, ignoró los parámetros vigentes y derivó en que el Estado Nacional incurriera  en responsabilidad internacional.
   También por  la ilusoria  imparcialidad, ya que los mismos jueces, integrando  una comisión especial, participaron en todos los juicios sin el establecido sorteo previo, decidiendo  condenas con su “experimentada” íntima convicción. 
   Además por  la alteración de los principios lógicos, dado que  las causas fueron al mismo tiempo una sola o muchas distintas, según conveniencia judicial y, más aún, por la ingeniosa situación de la Provincia,  que debiendo ser responsable por los ilícitos cometidos, se adueñó del papel de ofendido, sentándose  en el banco de los querellantes en lugar de cuestionar a sus encumbrados funcionarios.
   Las consecuencias de tal accionar se llevaron vidas, trabajos, familias, años y tiempos irrecuperables, fácilmente evitables con el respeto por la ley y por la Constitución. San
Agustín decía que,  “Sin la justicia, ¿qué son los reinos sino una partida de salteadores?”. Quizás con más benevolencia podamos decir que la Justicia está enferma y necesita urgente remedio aunque  cualquiera sea el caso, y es para que por nuestra parte y con íntima convicción -y perdonen señores de la Justicia- no es la Patria en la que merecemos vivir.
Sorpresa y desorientación
NO  SON  MUCHOS  LOS  QUE  IMAGINABAN  ESA
FÓRMULA DE LOS MUCHACHOS KIRCHNERISTAS
   En los primeros momentos desde que se anunció la integración de la fórmula kirchnerista para intentar un regreso que les asegure ciertas ventajas en otros planos alejados de la política, algunos sostienen que se registró algo parecido a la sorpresa.
   Realmente algo de eso hubo, especialmente por el hecho inédito que haya sido la candidata a la vicepresidencia quien determinara quien estaría por encima de su alta investidura.
   Dejando de lado ese costado que sin dudas será histórico, donde más se movieron las fichas fue en el seno del peronismo donde empezaron a revolotear personajes a los que muchos consideraban alejados de esas actividades y pretensiones.
   La explicación es simple, me lo comentó un peronista de aquellos de Perón, al sostener que los “K” nunca fueron del palo y que si en algún momento juraron serlo, estaban faltando a la verdad y la historia y consideró que eran más hijos políticos de Duhalde que del viejo líder que ocupó tres veces la presidencia de la Nación.
   Al margen de las cuestiones internas del PJ se revolvió el avispero porque cada sector creyó y aún cree que sólo y sin laderos de peso,  podrá enfrentar una eventual candidatura de Macri a la reelección o a cualquier otro postulante que signifique la continuidad de la actual conducción nacional.
   Y en la misma bolsa se metieron Scioli, Massa, Urtubey, Picceto, Lavagna, algunos más y nadie tomó en cuenta al bueno y veleta de Alberto Fernández, quien poco tiempo atrás calificó como “deplorable” muchas medidas que adoptara la ex presidente desde su alto cargo.
   Y allí se revolvió todo, porque muchos salieron a despegarse, otros buscaron acercarse y algunos, los más temerarios, sostuvieron que con ella nada era posible si de integración se conversaba, mezclando desde algunos otros sectores la vocación presidencialista de la Sra. con su necesidad de mantener la libertad pese a que aún cuenta con fueros y de proteger a parte de su familia y muchos amigos o ex amigos otrora funcionales que están en la mira de la Justicia.
   Y desde el gobierno hacen como que miran para otro lado cuando en realidad la atención está centrada más que en Fernández y su escasa convicción de mensaje, que en la doña eufórica que es como si ya hubiera encargado el vestido para asumir.
   En esta gigantesca interna entre el peronismo histórico, el peronismo setentista, el peronismo del fracaso y los disfrazados de peronistas, es probable que aparezca la sana intención de la necesaria purificación no tan sólo política ni partidista, sino esencialmente ideológica.
   Porque debe ser complicado manejar una masa con pensamiento de derecha a izquierda, pasando por el centro con todos sus matices, mañas y cuentas por pagar, especialmente porque dentro de la sabiduría y la experiencia dirigencial, bien se sabe que gente ya no vota solamente por el bolsón u otras dádivas.
   Ahora piensa y lo más importante, es que lo hace con angustia, con sufrimiento, con esperanzas… y también con memoria.

No pasó un siglo: sólo 46 años…
SI ES POR EVOCAR, VIAJEMOS  EN LA  MÁQUINA
DEL TIEMPO AL NO LEJANO 25 DE MAYO DE 1973
   Con emoción contenida, la Sra. Cristina Kirchner en parte de su discurso inaugural de campaña ayer en San Luis junto a quien nominara como candidato presidencial, Alberto Fernández, memoró con cariñosas y sentidas palabras aquel día de 2003, cuando  su esposo Néstor asumiera la Presidencia de la Nación, subrayando que se trataba de una fecha emblemática ya que ese mismo día pero de 1810 surgió la Primera Junta.
   Decir que su discurso fue previsible no es un menoscabo porque esa es la característica de cualquier político en el lanzamiento de su campaña y aún más cuando las expectativas por escuchar algo nuevo eran elevadas.
   A su lado en el escenario, quien resultó adjudicatario de su ofrecimiento presidencial incluyendo el olvido de tantas ofensas proferidas, sonreía satisfecho ante cada frase de su jefa aunque dicen que será al revés en caso de acceder al poder.
   Y por tratarse estos días de períodos cruciales para la República, las coincidencias de fechas nos empujan a plantear ciertos hechos coincidentes en un 25 de mayo, en una ajustada utilización de la historia, sin otros aditamentos.
   Ayer se cumplieron 46 años de un trágico día para los argentinos, virtual comienzo de un drama que todavía nos aterra por sus consecuencias.
   El presidente de facto General Alejandro Agustin Lanusse traspasaba el poder a Héctor José Cámpora, odontólogo mercedino de 64 años, bajo los aplausos de un recinto poblado de figuras como el "Brujo" José Lopez Rega, el cura Mujica, Raúl Lastiri junto a su esposa Norma López Rega, el Secretario del movimiento Justicialista Juan Manuel Abal Medina y los románticos Dardo Cabo, Galimberti,  Fernando Vaca Narvaja y otros.
   La entrega de la banda presidencial por parte de Lanusse al "Tio" Cámpora no fue acompañada por el Himno Nacional sino por la marcha partidaria y mientras Cámpora se lucía fotografiándose con Dorticós (presidente de Cuba) y Salvador Allende, de Chile, el recién asumido y juramentado ministro del Interior Dr. Esteban Righi, otro idealista muy amigo de un hijo de Cámpora, ordenaba al Servicio Penitenciario Federal abrir las puertas de la cárcel de Villa Devoto, de donde salieron desde el narco internacional Francois Chiappe y criminales comunes que estaban allí alojados purgando condenas, hasta elementos que habían sembrado el terror en el país.
   Después de incendiar varios autos en el centro porteño, en los muros de la Casa Rosada pintaron la leyenda “Casa Montonera” y es bueno refrescar  memorias y tratar de superar amnesias, ya que por entonces todavía ni se hablaba de Videla, de Massera ni de los otros genocidas.
   Y de paso, recordar para la memoria colectiva que el terrorismo de Estado no nació en marzo del ’76 sino que lo instauraron Lopez Rega y sus socios, en pleno gobierno democrático y peronista con la Sra. María Estela Martinez de Perón, por aquellos años cariñosamente conocida como “Isabelita”.
   Porque no faltan los pícaros que pretenden venderla cambiada.
   Suele ser bueno recordar por si alguien lo ignora, que el término recordar etimológicamente significa hacer pasar otra vez por el corazón.
   Aunque lo trascendente y patriótico, sería que años tan terribles como aquellos -más allá de las coincidencias con las fechas-  nunca más se repitan en nuestra historia.

Comienzo de una etapa crucial
ELLA EN EL BANQUILLO HACIENDOLES HONOR A
LOS  SACROS MECANISMOS DE  LA DEMOCRACIA
   Por eso que la historia según Anna Arendt nunca puede finalizar, porque es la historia de unos seres cuya esencia es comenzar, lo del juicio a una ex presidenta de la Nación ya está incorporado en la mente y en el corazón de los argentinos.
   Contra muchos pronósticos negativos que sostenían que las cosas se dilatarían hasta después de las elecciones, la maniobra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sospechada de obediencia debida y otras chicanas oportunamente interpuestas fueron quedando en el camino. La Sra. Debió sentarse en el banquillo de los acusados, aunque lo hiciera en una fila distante de quienes fueron amigos y colaboradores.
   Después de todo, valiosa actitud de enfrentar a la mujer de los ojos vendados aunque no siempre, y la balanza en una de sus manos.
   Era de esperar y doloroso hubiera sido para una gran masa de argentinos y argentinas, que esa presentación en Tribunales no alcanzara picos de campaña proselitista porque en realidad lo fue, aunque la Doña no hubiera alentado esa posibilidad.
   Ya está allí, donde la Justicia la reclamó.
   No está cumpliendo con ningún acto patriótico, sino respetando la Constitución y la Ley como lo debe hacer cualquier argentino que se considere de bien.
   Y como la primera sesión fue para la lectura de una sexta parte de la acusación fiscal, más o menos un centenar de hojas, es bueno que nos ilustremos con el pensamiento de importantes referentes no tan solo de nuestro país.
   “La historia es nuestra imagen de la historia. Y esa imagen siempre mejora, propende a la mitología, a la leyenda. Además cada país tiene su mitología privada; la historia de cada país es una cariñosa mitología que quizá no se parezca en nada a la realidad”, fueron sabias palabras que escribiera nuestro Jorge Luis Borges, reconocido como antiperonista pero de juicios tan cabales como despiadados a veces.
   La verdad es que el proceso no servirá tan solo para deslindar responsabilidades en tantos hechos de corrupción por los que la Justicia reclama esclarecimiento, identificación de los responsables y la debida condena en caso de culpabilidad o absolución si resultan inocentes, sino que es una reivindicación de la ley y su aplicación, dejando atrás esa oscura sombra de indemnidad que suele proteger a los poderosos.
   Hay que esperar el transcurrir de los tiempos de la justicia, que no son iguales a los de la gente, por lo general apresurada por las expectativas y los intereses.
   Vale entonces rogar por la continuidad del proceso sin nubarrones que lo oscurezcan ni acciones que a lo mejor dentro de la legalidad, traban su desarrollo.
   El Pandit Nerhú, quien algo sabía de comportamientos humanos, de miserias y de cualidades, supo decir que “No se puede cambiar el curso de la historia a base de cambiar los retratos colgados en la pared”.

   Más claro y simbólico, imposible…

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