16 de noviembre de 2025

Meditación, evaluación y el sacrificio de siempre…

 
¿CASI  UN MES  ALCANZA  PARA EVALUAR LO QUE NOS
ESPERA EN EL CERCANO FUTURO A LOS  ARGENTINOS?
 
El futuro no es un regalo. Es una
conquista.  (Robert  Kennedy)
 
     Desde el pasado 13 de abril hasta la fecha, soportamos más de 30 domingos la ausencia formal de “Síganme los buenos”, un esfuerzo profesional alimentado con la única pretensión de ser útiles a la sociedad y de manera especial a los pensantes cordobeses. Ha sido una maniobra que instrumentaron la prepotencia, la soberbia y la impunidad de una dirigencia empresaria que creyó acallar la única voz de un periodismo realmente independiente y no atado al compromiso de “fidelidad” con la que paga sus errores,  desaciertos y la cadena de frustraciones que se suceden, nacidas en la “creatividad” de un gobierno que al endeudarse en un desmedido derroche de publicidad oficial en tiempos que es necesario ahorrar, la hace apoyado en su firme como equivocada creencia que en lugar de pagar espacios, está pagando silencios o aplausos. Pido disculpas a lo que era una creciente audiencia que es el sector social más agredido y ofendido ante la censura y la mordaza, que intenta ser combatida en la generosidad democrática de las redes sociales y en el esfuerzo siempre fiel de un joven equipo de trabajo -que advierte en el obligado silencio aplicado- no lo ha matado porque simplemente le ha impuesto una obligada pausa que fortalece a quienes lo integramos poniendo pasión en la crítica, veracidad en lo que informa y respeto por una libertad que pese a estar consagrada tanto en la Constitución Provincial como en la Constitución Nacional, es negada en los hechos por quienes hicieron de sus postulados de libertad de expresión, una burla que ofende, discrimina pero no mata. Desde este espacio, procuraremos seguir firmes con el compromiso de siempre sin acallar a nadie ni por “obediencia debida” porque SLB de la forma que fuere, seguirá siendo un espacio que no recibe, gestiona ni acepta publicidad oficial. Lo nuestro es un esfuerzo alejado de eso que le llaman “ensobramiento” de la opinión. Es el único caso en que nos sentimos plenos de orgullo frente a este  episodio de censura a quienes no merecen tanta consideración.

G.F. y equipo

Parece lejana la reciente consulta popular de octubre
“PALIZA” DE L.L.A. EN CÓRDOBA, CUYA DIRIGENCIA AÚN NO
ALCANZA A COMPRENDER LOS MOTIVOS DE TAL “DERRAPE”
 

   Poco a poco y con el “factor sigilo” de por medio, el poder utiliza el cuentagotas para ir ventilando tanto logros como intenciones, después de una jornada electoral y de unos pocos días que están sirviendo para enfriar ánimos, encender broncas escondidas, abrir el “prode” para los vientos que están llegando, pasarse facturas internas, replantearse alternativas pecaminosamente individuales y livianamente en lo “macro” de la política nacional, y un llamativo empeño opositor de superar el “kilombazo” emergente, reacomodar a los heridos, olvidarse de “sus desaparecidos” e intentar el duro camino hacia una cicatrización que aparece diariamente màs remota porque hay heridas que no se cierran así se utilicen mecanismos alejados del éxito y se opte por la agresividad de endilgar culpas a los otros, sin dejar como lo está mostrando la realidad, un espacio para la autocrítica.
   Tal panorama poco frecuente, nos viene regalando la realidad porque la mayoría de la mayoría -es decir, el conjunto del poder actual- sigue sosteniendo la firme convicción que el “mea culpa” es hacerse pis en la cama porque la autocrítica no está incluida en una de las básicas obligaciones de cada perdedor.
   Dos palizas electorales bastan para sintetizar el resultado que arrojaron los números: los casos de Buenos Aires como vacuna contra la soberbia aplicada por un enfermero que ni siquiera tuvo la piedad de la anestesia, agregando que “no pudió” ver realizados sus sueños o delirios presidencialistas que eran su anticipado capítulo que le ocupaba tiempo, esfuerzo, sacrificio y sensibilidad ciudadana que no ha sido uno de los distintivos de su personalidad con ensueños y desvaríos de mayores alturas.  Y los números que se dieron en Córdoba, como para desinflar cualquier globo que mostró su fragilidad como preaviso dejando traslucir una imagen que se viene fortaleciendo día a día, desacierto a desacierto, endeudamiento impagable por quienes lo siguen incrementando, problemas que en lugar de disiparse se fortalecen como son la inseguridad, el desprecio por las prioridades, el imparable crecimiento del narcotráfico y sus secuelas, todo el amplio “además” y algunos otros detalles que sumados, desnudan reacciones sectoriales que vienen demostrando un complicado y “protestariado” clima de malestar social: quedó demostrado -como si hiciera falta- que Llaryora no es el candidato ideal para llegar a “las grandes ligas” que tienen la costumbre de recluirse en la Casa Rosada aunque se incremente y sorprenda incluyendo un inútil, inoportuno y alevosamente oneroso endeudamiento publicitario que ya venimos pagando -sin derecho a protestar frente a la genuflexión mediática- todos los cordobeses, a la vez que se marginan acuciantes prioridades no atendidas.
   Cuando estamos en avanzada etapa de perfilar las cifras de la reciente consulta popular se advierten las primeras secuelas o novedades: reducción del número de agencias, lo que debió hacerse años atrás, pero hay que tener presente que la militancia reclamaba como vacantes o sin nada que lo justificara.
   “Una casi institucionalizada cuota de resentimiento existencial es una de las razones de lo que nos ocurre. Esto es grave porque el panorama incorpora otras cuestiones conflictivas, resentimiento  que fluye de la envidia, alimenta odios y construye malicia. Los resentimientos, por enfermos e insaciables son destructivos. Necesitan permanentemente blancos y víctimas. Se niegan a reconocer los valores y los éxitos de los demás. Rechazan la admiración que transforman en burla. Generalizados, provocan pesimismo, derrotismo y corroen el plexo social, impidiendo la cohesión. Demonizan a los líderes. Atacan a todo aquel que, por algún motivo triunfe. Peor aún, alimentan una y otra vez las utopías igualitarias. Desgraciadamente cuando hay en la sociedad continuos excesos de frivolidad, tendencia a la ostentación de lujos innecesarios, ausencia de sobriedad y hasta una suerte de insensibilidad hacia el prójimo es difícil combatir el resentimiento”.
   No son conceptos nuevos. Los escribió el colega Emilio Cárdenas en La Nación, allá por febrero del 2001 referidos a nuestro país.
   Los analistas, tanto aquellos respetables periodistas que hacen -hacemos- de la independencia de pensamiento y opinión un culto y sin temores a equivocarnos o pecar de exagerados, estamos coincidiendo al aplicar este objetivo análisis trasladado a la actualidad que vivimos los argentinos y más aún cuando las urnas y no otros medios, han dictado su veredicto fortaleciendo las posiciones que se las consideraba minoritarias y sepultando pretensiones impulsadas por la demagogia y a veces por la desesperación, tal el caso del gobernador Axel Kiciloff.
   Es probable -aunque las veamos asomar para muchos- que haya dejado pasar demasiado tiempo para analizar con frialdad el proceso preelectoral, sus resultados y las consecuencias que nos aguardan, pero por respeto a la trascendencia histórica de la consulta popular, las circunstancias imponían el tiempo suficiente para la serena reflexión.
   Hablaron las urnas con su lenguaje inapelable, no fueron pocos los que se vieron obligados  a cancelar celebraciones porque las “postergaron” para mejores tiempos, el desencanto dominó al oficialismo pese a todos los “sabihondos” que se esmeraron en otra aplicación de su acostumbrado optimismo desbordante, crecieron aceleradamente los rostros adustos frente a lo que “los ellos” calificaban como imposible, ya están escribiendo sin encontrar explicaciones convincentes algunas definiciones que sirvieran para esclarecer lo inesperado, ese “imposible” de una derrota nacional, el K.O inapelable para el trio que integran Schiaretti-Llaryora-Ballestrini, especialmente porque les resultará complicado -a menos que mientan- justificar tantos exagerados gastos de campaña que mediáticamente suman demasiados millones de pesos que por el empecinamiento exitista que pocas veces tuvieron, de burlarse de las prioridades, anticipadamente convencidos del triunfo aplastante que no alcanzaron. La provincia de Córdoba no dejó de endeudarse y está hasta el flequillo comprometida en dólares, euros, dinares kuwaitíes y seguramente en otras monedas, para no olvidar a “los ellos” que se indignaban por los acuerdos con el FMI y otros usureros desde el nivel nacional, ante tanta generosidad.
   Los jardines, las flores, los caminos, las consecuencias del innecesario endeudamiento creciente y para el pueblo inexplicable cantidad de compromisos contraídos en moneda extranjera, ocuparán las preocupaciones de los cordobeses que ahora maldicen haber sido víctimas de seducciones que pagamos todos, porque a los “regalos” que se hacían hay que sumarles “los sobres” que sin dudas más de uno recibió.
   Obras hay muchas tanto en ejecución, algunas con inexplicables demoras como en su  cercano inicio, y es cuando nos preguntamos con indignación sumada a la impotencia: ¿quiénes levantarán tantos muertos?”.
   No serán los bolsillos,  el crecimiento de los patrimonios ni los ahorros de quienes manejan a su parecer esos dineros que todos pagamos en impuestos y en servicios de elevado costo, sino que el único camino para no volver a la inflación de la que también han venido siendo cómplices por angurria recaudatoria. En tal sentido, a los cordobeses nos acosa una antigua sentencia de Voltaire quien sostenía que “Los hombres jamás sienten remordimiento de aquello que tienen la costumbre de hacer”.
   No es hora, simplemente, “de mezclar y dar de nuevo” porque algunos naipes marcados ya están cambiando, desde quien toma la sorpresa de ayer como que la intuía y no es cierto y por eso de la ”transferencia de rostro” que ha venido en aumento, es que tenemos entre nosotros ese ejemplo que muchas caras han adoptado -como de festejo o de muda protesta-  hasta que mastiquen, gusten, rechacen o les generen vómitos o colitis en una actitud que no sorprende, porque no es el primer arrepentimiento que asumen. Las reacciones de la gente fueron no tan variadas como era de suponer para los cordobeses, otros exultantes, sino que cualquiera de nosotros advertía que caminaban personajes con su resignación a cuestas, otros y otras  preferían no ser identificados, estaban como mayoría los sorprendidos y eufóricos y los tristes con sus facciones desencajadas: cada uno y cada una mostraba supongo que no queriendo, un estado de ánimo que sería regalo para cualquier estudiante o veterano de psicología y de la siquiatría aunque dentro de este amplio panorama de las “caripelas” que caminaron nuestras peatonales veredas y peatonalizadas calles, los dedicados al variado arte de los pronósticos, detalle -gurúes, adivinos, tarotistas, autoritarios cultores de los cálculos a futuro, etc.- no faltaron los indiferentes, varios aún dominados por el ‘fernando y la coca 70/30’ hasta que me tocó enfrentar a un colega que hasta pocas horas atrás se autotitulaba “infalible” acerca de sus pronósticos a lo largo de una dilatada carrera: le erró fiero al igual que la abrumadora coincidencia del 98 por ciento de los periodistas.
   La fecha -26/10/25- ya entró en la historia de la democracia argentina, y es para destacar que un detalle saliente es que todo aquel ser que en nada cuadraba política ni ideológicamente por simpatías, admiración o coincidencias con el sector “nacional y popular” del kirchnerismo original y puro, que deja su huella indeleble en nuestra historia de lo que alguna vez sus mentores tendrán que repudiar y arrepentirse.
   Es cierto que estamos gravemente heridos en nuestra economía, la producción adelgaza cada día, crece la irrespetuosidad del poder hacia los viejos mientras las deudas se multiplican a la par de la desocupación formal, pero no debemos aflojar ahora que tenemos abiertas y sin trabas las puertas de la recuperación, la estabilidad y el crecimiento que equilibre al menos el lastimoso  estado social de nuestro país y las carencias pasen a ser ominosos recuerdos.
   Así y todo no debemos aflojar en lo más mínimo porque objetivamente evaluando y con perspectivas de mejoras en el mediano plazo, la situación no es para suicidarse ahora.
   Ya varios lo hicieron “en cuotas” creyéndose triunfadores hasta que el fracaso de esos pronósticos a través de las urnas les hizo ”bajar el copete”, hacerse cargo de culpas que nunca reconocieron y los llamó a una realidad que incluso ahora se empeñan en ignorar.
   La oposición -si es que ha madurado- debe entender que es una deslealtad eso de pasar su tiempo poniendo obstáculos, deformando realidades, fogoneando desigualdades y fabricando conflictos porque todo eso, junto, crea en ellos una clara e innegable imagen de golpismo, delictivo y totalmente repudiable.
   Las últimas noticias nos aportan algo de satisfacción y respeto hacia el mandato de las urnas: la tarea de recuperar para las arcas agobiadas de la República las cifras siderales que engordaron los bolsillos y  las cuentas de muchos funcionarios y dirigentes que tomaron desvergonzada e impunemente al Estado como negocio propio, en una bacanal hasta ahora inédita en nuestra rica historia.
   El tema de la recuperación de lo rapiñado se viene desarrollando serenamente con tanta normalidad que la realidad incluso se ha prestado para incluir  humor dentro de la seriedad de una situación que demoró demasiado tiempo en manifestarse y tomar estado público, cuando con relación a las acciones judiciales que vienen recuperando parte de lo sustraído, expoliado, saqueado, afanado, defraudado o como mejor le quieran llamar, involucra probadamente y sin dudas. Más allá “de los cuadernos” y otras travesuras que probadamente luciera la ávida codicia de Ex Ella, “la que quiere volver”, jocosamente lanzaron a rodar que la Doña tenía asegurada su continuidad laboral, contratada por la Municipalidad de Villa Carlos Paz para que como atractivo turístico reemplazara al reloj cu-cú saliendo al balcón a cada hora, dada su experiencia en tal menester.
   El país no se ha detenido y con sacrificio se advierten algunos detalles que hasta poco tiempo pretérito ocupaban su ubicación dentro de las utopías: los resultados alcanzados en el ataque a la inflación, la baja del índice “riesgo país”, los acuerdos suscriptos en el más elevado nivel con los Estados Unidos y otros detalles que debemos incorporar como mejoras a mediano plazo que poco a poco están aportando salidas decorosas a la peligrosa situación económica que veníamos padeciendo.
   También en estos últimos días hubo material para la anécdota y en verdad sorprendieron ciertos juicios emitidos desde el llaryorismo: el  ministro de la Comunicación del gobierno de Córdoba, de apellido Pastore en declaraciones periodísticas y abordando la cuestión como si supiera pormenores, secretos y amplio conocimiento del terreno, deslizó conceptos poco claros acerca de la realidad que le toca vivir, cuando aludió a la reciente consulta electoral señalando que en ese marco “no se discutió la gestión provincial” y aseguró que su corriente “propicia el Estado inteligente, no un Estado presente” marcando las diferencias entre Millei y Llaryora, agregando conceptos despectivos y sobre el resultado alcanzado por Provincias Unidas dijo que “fue una elección aceptable”. Agregó que reducen los costos del Estado, sin hacer mención al dineral que se gasta en la cansadora publicidad mediática y en cuestiones que lejos están de ser prioritarias, como lo son el maquillaje urbano y otros gastos superfluos.
   Pastore, por si alguien no lo recuerda o lo ignora acerca de sus posturas “revolucionarias” y futuristas supo decir no hace mucho que si Córdoba tuviera salida al mar, ¡lo ideal sería que nos independizáramos!   
   ¡Pavada de propuesta! Lo único que ahora faltaría es que convenciera a Llaryora que buscáramos la manera de conseguir un camino que nos acerque al Atlántico, al Pacífico o a otro mar más cercano, cuando todavía seguimos esperando el fantástico y virtualmente utópico acueducto, canal o lo que fuera, para que el Paraná nos llene los diques que tenemos, proyecto magistral que de la creativa mano y mente del “cordobesismo” alentado por Schiaretti, buscó entretenernos un tiempito mientras duró la ilusión. Pero como era de suponer para los no adictos a los ensueños el tema se agotó en sí mismo aunque no llegara a ser parte de nuestros cíclicos asombros si se reflotara como al principio, antes que la generosidad árabe aportara unos cuantos fajos de billetes verdosos -con cara grande y bonachona de Franklin y faja azul de seguridad- y cabe preguntar ahora si esos montos fueron devueltos o se suman a la abultada deuda contraída por el empalidecido “cordobesismo” ahora sumergido en el más triste de los olvidos..
   Es mucho entonces lo que resta para que recuperemos el orgullo de saber que habitamos un país ubérrimo en recursos naturales, que necesitan ser administrados con patriotismo y sentido de progreso para sus habitantes, por lo que evaluando la actualidad, encaja de maravillas un pensamiento nada menos que de Einstein que es simple y llanamente un breve himno a la paciencia, el compromiso y el sacrificio: “Nunca pienso en el futuro. Llega muy rápido”.
   Si a todos los políticos se les impusiera la obligación de no derrochar el tiempo, no adherir a los apresuramientos innecesarios, tomar las cosas con calma pero no dejar de comprometerse y trabajar en procura de alcanzar patrióticos resultados, y tomaran como premisa de su compromiso con el pueblo sabias expresiones de Herodoto en tiempos lejanos, muy distinto sería el panorama en el pensamiento colectivo y desapasionado de la sociedad argentina: “La prisa engendra el error en todo y del error sale muy a menudo el desastre”.
   Tengamos entonces, alguna vez, la sabiduría de saber esperar.
   Debo confesar que el equipo de “Síganme los buenos”, sin ninguna estridencia pero con valentía, sacrificio y esperanzas, adoptó tal temperamento, lo que agradezco desde el alma…
 
GONIO FERRARI
Periodista censurado

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Meditación, evaluación y el sacrificio de siempre…

¿UNA SEMANA ALCANZA PARA EVALUAR LO QUE NOS
ESPERA EN EL CERCANO FUTURO A LOS ARGENTINOS?

El futuro no es un regalo. Es una
conquista. (Roberto Kennedy)

     Para los abúlicos, aburridos, siesteros, conformistas y dominados por las dudas, bien les encaja un pensamiento nada menos que de Einstein: “Nunca pienso en el futuro. Llega muy rápido”.
 
La esperanza superó a la demagogia
MIREMOS  HACIA  EL  FUTURO
YA QUE EL PASADO NO PUDIÓ
 

   Poco a poco y con el “factor sigilo” de por medio, el poder uitiliza el cuentagotas para ir ventilando tanto logros como intenciones, después de una jornada electoral y de unos pocos días que están sirviendo para enfriar ánimos, encender broncas escondidas, abrir el “prode” para los vientos que están llegando, pasarse facturas internas, replantearse alternativas pecaminosamente individuales y livianamente en lo “macro” de la política nacional, y un llamativo empeño opositor de superar el “kilombazo” emergente, reacomodar a los heridos, olvidarse de “sus desaparecidos” e intentar el duro camino hacia una cicatrización qe aparece diariamente màs remota porque hay heridas que so se cierran así se utilicen mecanismos alejados del éxito y se opte por la agresividad de endilgar culpas a los otros, sin ejar como lo está mostrando la realidad, un espacio para la autocrítica porque la mayoría de la mayoría -es decir, el conjunto del poder actual- sigue sosteniendo la firme convicción que el “mea culpa” es hacerse pis en la cama porque la autocrítica no está incluida en una de las básicas obligaciones de cada perdedor.
   Dos palizas electorales bastan para sintetizar el resultado que arrojaron los números: los casos de Buenos Aires como vacuna contra la soberbia aplicada por un enfermero que ni siquiera tuvo la piedad de la anestesia y los números que se dieron en Córdoba, como para desinflar cualquier globo que mostró su fragilidad como preaviso dejando traslucir una imagen que se viene fortaleciendo día a día, desacierto a desacierto, endeudamiento impagable por quienes lo siguen incrementando, problemas que en lugar de disiparse se fortalecen como son la inseguridad, el desprecio por las prioridades, el creciente crecimiento del narcotráfico y sus secuelas, todo el amplio “además” y algunos otros detalles que sumados, desnudan reacciones sectoriales  que vienen demostrando un complicado y “protestariado” clima de malestar social: Llaryora no es el candidato ideal.
   Cuando estamos en etapa de perfilar las cifras de la reciente consulta popular se advierten las primeras secuelas o novedades: reducción del número de agencias, lo que debió hacerte años atrás
   “Una casi institucionalizada cuota de resentimiento existencial es una de las razones de lo que nos ocurre. Esto es grave porque el panorama incorpora otras cuestiones conflivtivas resentimiento  fluye de la envidia, alimenta odios y construye malicia. Los resentimientos, por enfermos e insaciables son destructivos. Necesitan permanentemente blancos y víctimas. Se niegan a reconocer los valores y los éxitos de los demás. Rechazan la admiración que transforman en burla. Generalizados. Provocan pesimismo, derrotismo y corroen el plexo social, impidiendo la cohesión. Demonizan a los líderes. Atacan a todo aquel que, por algún motivo triunfe. Peor aún, alimentan una y otra vez las utopías igualitarias. Desgraciadamente cuando hay en la sociedad continuos excesos de frivolidad, tendencia a la ostentación de lujos innecesarios, ausencia de sobriedad y hasta una suerte de insensibilidad hacia el prójimo es difícil combatir el resentimiento”.
   No son conceptos nuevos. Los escribió el colega Emilio Cárdenas en La Nación, allá por febrero del 2001 referidos a nuestro país.
   Los analistas, tanto aquellos respetables periodistas que hacen -hacemos- de la independencia de pensamiento y opinión un culto y sin temores a equivocarnos o pecar de exagerados, estamos coincidiendo al aplicar este objetivo análisis trasladado a la actualidad que vivimos los argentinos y más aún cuando las urnas y no otros medios, han dictado su veredicto fortaleciendo las posiciones que se las consideraba minoritarias y sepultando pretensiones impulsadas por la demagogia y en casos por la desesperación, tal el caso del gobernador Axel Kiciloff.
   Hablaron las urnas con su lenguaje inapelable, no fueron pocos los que se vieron obligados ni siquiera  a cancelar celebraciones y las “postergaron” para mejores tiempos, el desencanto dominó al oficialismo pese a todos los “sabihondos” que se esmeraron en otra aplicación de su acostumbrado optimismo desbordante, se vieron en crecimiento acelerado los rostros adustos frente a lo que “los ellos” calificaban como imposible, ya están escribiendo sin encontrar explicaciones convincentes algunas definiciones que sirvieran para explicar lo inesperado, ese “imposible” de una derrota nacional, el K.O inapelable para el trio Schiaretti-Llaryora-Ballestrini, especialmente porque les resultará complicado -a menos que mientan- justificar tantos exagerados gastos de campaña que mediáticamente suman demasiados millones de pesos que por el empecinamiento exitista que pocas veces tuvieron de burlarse de las prioridades, anticipadamente convencidos del triunfo aplastante que no alcanzaron. La provincia de Córdoba no dejó de endeudarse y está hasta el flequillo comprometida en dólares, euros, dinares kuwaitíes y seguramente en otras monedas, para no olvidar a “los ellos” que se indignaban por los acuerdos con el FMI y otros usureros desde el nivel nacional, ante tanta generosidad.
   Los jardines, las flores, los caminos, las consecuencias del innecesario endeudamiento creciente y para el pueblo inexplicable cantidad de compromisos contraídos en moneda extranjera, ocuparán las preocupaciones de los cordobeses que ahora maldicen haber sido víctimas de seducciones que pagamos todos, porque a los “regalos” que se hacían hay que sumarles “los sobres” que sin dudas más de uno recibió.
   Obras hay muchas tanto en ejecución, algunas con inexplicables demoras como en su  cercano inicio, y es cuando nos preguntamos con indignación sumada a la impotencia: ¿quiénes levantarán tantos muertos?”.
   No serán los bolsillos,  el crecimiento de los patrimonios ni los ahorros de quienes manejan a su parecer esos dineros que todos pagamos en impuestos y en servicios de elevado costo, sino que el único camino para no volver a la inflación de la que también han venido siendo cómplices por angurria recaudatoria. En tal sentido, a los cordobeses nos acosa una antigua sentencia de Voltaire quien sostenía que “Los hombres jamás sienten remordimiento de aquello que tienen la costumbre de hacer”.
   No es hora, simplemente, “de mezclar y dar de nuevo” porque algunos naipes marcados ya están cambiando, desde quien toma la sorpresa de ayer como que la intuía y no es cierto y por eso de la ”transferencia de rostro” que ha venido en aumento, es que tenemos entre nosotros ese ejemplo que muchas caras han adoptado -como de festejo o de muda protesta-  hasta que mastiquen, gusten, rechacen o les generen vómitos o colitis en una actitud que no sorprende porque no es el primer arrepentimiento que asumen.
   Las reacciones de la gente fueron no tan variadas como era de suponer para los cordobeses, otros exultantes, sino que uno -cualquiera de nosotros- advertía que caminaban ejemplares con su resignación a cuestas, otros preferían no ser identificados, estaban como mayoría los sorprendidos y eufóricos y los tristes con sus facciones desencajadas: cada uno y cada una mostraba supongo que no queriendo, un estado de ánimo que sería regalo para cualquier estudiante o veterano de psicología y de la siquiatría aunque dentro de este amplio panorama de las “caripelas” que caminaron nuestras peatonales veredas y peatonalizadas calles, los dedicados al variado arte de los pronósticos  -gurúes, adivinos, tarotistas, autoritarios cultores de los cálculos a futuro, etc- no faltaron los indiferentes, varios aún dominados por el ‘fernando y la coca 70/30’ hasta que me tocó enfrentar a un colega que hasta anoche se autotitulaba “infalible” acerca de sus pronósticos a lo largo de una dilatada carrera: le erró fiero al igual que la abrumadora coincidencia del 98 por ciento de los periodistas.
   La fecha de ayer -26/10/25- ya entró en la historia de la democracia argentina, y es para destacar que un detalle saliente es que todo aquel ser que en nada cuadraba política ni ideológicamente por simpatías, admiración o coincidencias con el sector “nacional y popular” del kirchnerismo original y puro, que deja su huella indeleble en nuestra historia, de lo que alguna vez sus mentores tendrán que repudiar y arrepentirse.
   Es cierto que estamos gravemente heridos en nuestra economía, la producción adelgaza cada día, crece la irrespetuosidad del poder hacia los viejos mientras las deudas se multiplican a la par de la desocupación formal, pero no debemos aflojar ahora que tenemos abiertas y sin trabas las puertas de la recuperación, la estabilidad y el crecimiento que equilibre al menos el lastimoso  estado social de nuestro país y las carencias pasen a ser ominosos recuerdos.
   Así y todo no debemos aflojar en lo más mínimo porque objetivamente evaluando y con perspectivas de mejoras en el mediano plazo, la situación no es para suicidarse ahora.
   Ya varios lo hicieron “en cuotas” creyéndose triunfadores hasta que el fracaso de esos pronósticos a través de las urnas les hizo ”bajar el copete”, hacerse cargo de culpas que nunca reconocieron y los llamó a una realidad que incluso ahora se empeñan en ignorar.
   La oposición -si es que ha madurado- debe entender que es una deslealtad eso de pasar su tiempo poniendo obstáculos, deformando realidades, fogoneando desigualdades y fabricando conflictos porque todo eso, junto, crea en ellos una clara e innegable imagen de golpismo, delictivo y totalmente repudiable.
   Admiro y comparto una sentencia del Talmud: “Dios ama a tres clases de hombres: al que nunca se enoja, al que nunca renuncia a su libertad y al que no guarda rencor”.
GONIO FERRARI
Periodista censurado
 
La esperanza superó a la demagogia
MIREMOS HACIA  EL  FUTURO,
YA QUE EL PASADO NO PUDIÓ
 
AL MEDIODÍA UN ENFOQUE  DE LA REALIDAD  QUE
ESTAMOS VIVIENDO -IMPENSADA PARA MUCHOS-
A CARGO DE UN PERIODISTA INDEPENDIENTE QUE
FUE BLANCO  DE  LA  CENSURA  POR PARTE DE LOS
QUE AHORA, SEGURAMENTE,  NO  MANTENDRÁN
LA CERTEZA DE REEDITAR  PASADAS TRAVESURAS.
                                                                                    G.F.