31 de enero de 2016

S.L.B.: LA SRA. MILAGRO SALA Y SU SITUACIÓN - FUTURA TARIFA DE EPEC - JUEGUITO DE VERANO - POSITIVA VISITA PRESIDENCIAL - EL DRAMA DE LA MUNI Y SU FUTURO - LA MEGACAUSA DEL REGISTRO DE LA PROPIEDAD - CONTRATOS QUE CAEN A PLAZO FIJO - "TRAPITOS" ALLÁ Y "NARANJITAS" ENTRE NOSOTROS, ETC.

 Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 31/01/16 que difundió AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba

LA SRA. MILAGRO SALA
NO ES PRESA POLÍTICA


   La controversia está servida.
   Las usinas de la discordia se están empeñando en imponer la idea de que Milagro Sala es una presa política, cuando a simple vista se advierte que la judicialización del tema no es precisamente solo por la protesta y el acampe (que es una contravención urbana) sino por el resto de acusaciones pendientes que culminan en la asociación ilícita y fundadas sospechas de delitos de mayor gravedad.
   El manejo de fondos destinados a cooperativas que regentea la líder populista es lo que
verdaderamente está en cuestión, porque hay cuantiosas sumas de dinero que no aparecen, o al menos no se advierten como inversión para los más desposeídos.
   Y en forma paralela un paradigma de la lucha de años atrás con mayor virulencia, como el “Perro” Santillán, salió al cruce de la situación descalificando a la dueña o gerenciadora del movimiento Tupac Amarú por los turbios manejos de las finanzas, que la han transformado -con pruebas a la vista- en una adinerada dirigente social.
   Es así como se consolidó su liderazgo, afirmado en las cooperativas que alentó pero no le cierran los números con relación a las millonadas que recibió del gobierno kirchnerista.
   Dueña de una enorme capacidad de amenaza y prepotencia, es probable que la jujeña en su momento haya sido la solución que aparecía por la carencia de medidas positivas por parte del gobierno norteño.
   Las posibles vinculaciones con el narcotráfico también son una rémora para la dirigente como igualmente lo son las eventuales vinculaciones con un par de muertes dudosas, entre ellas la de un militante radical y no de su círculo como se pretendió hacer creer, abatido a balazos en circunstancias confusas.
   Milagro Sala no es una presa política, cuando buscan compararla con Leopoldo López, el opositor venezolano al gobierno de Nicolás Maduro, presidente que ni siquiera acató una orden judicial de liberarlo y está en prisión por protestar y no por malversar dineros públicos o bajo sospecha de haber cometido hechos violentos contra sus semejantes.
   Después de todo, el caso de Milagro Sala está en manos de la Justicia, con todas las garantías que le corresponden por nuestra Constitución y es entonces el ámbito más adecuado para dirimir este tipo de situaciones conflictivas.
   Si los investigadores determinan la comisión de delitos se le aplicará la ley como corresponde y si al final resulta ser inocente de todo lo que se le acusa, quedará en libertad, fortalecida ante sus seguidores y frente a toda la sociedad.
   De la asociación ilícita no es fácil quedar afuera si hay un cúmulo de probanzas que la lleven a juicio.
   El tema del autito Smart, un visualmente delicioso descapotable con motor Mercedes Benz que en liquidación cuesta 28 mil dólares, es solo una anécdota que utilizan los detractores de Milagro Sala para descalificarla.
   No entienden que no es pecado ni transgresión a la ley aceptar regalitos, más aún cuando según la dirigente, una docena de amigos hizo la vaquita para comprarlo tal como ella lo había pedido: convertible y cero kilómetro.
   Quien piense que es un lujo está equivocado: el Smart es un cochecito para egoístas, con sólo dos asientos y no hay estrella de la farándula tanto de Hollywood como de Puerto Madero, París o Roma que no lo goce.
   ¿Es pecado que una dirigente social se dé el placer de pasearse con su melena al viento entre la miseria que dice combatir?

  
UN FRENO AL ABUSO DE LA EPEC


    Si escuchamos el forzado discurso de la conducción de la Epec, nos enteramos que es una empresa exitosa, casi superavitaria que presta un servicio digno en la provisión de energía y que realiza frecuentes inversiones para actualizar su tecnología, aunque esas manifestaciones solo toman conocimiento público a través del costoso marketing, rubro en el que es probable que se gaste más dinero que en lo que pretende hacernos creer, porque es muy distinta la realidad que padecemos.
   Y es difícil que podamos digerir ciertos exagerados anuncios porque sufrimos cada vez más los cortes que se originan en invierno por el frío y en verano por el calor, cualquier lluvia o un par de truenos, descalificando con esta política las proclamas que tantas veces se difundieron desde el poder provincial, activando el promesómetro para mentirnos -y ya con alarmante frecuencia- que “los cordobeses nunca más deberán padecer cortes de energía porque vamos a equipar a la Epec con los mejores adelantos”.
   Y estos cordobeses, que pagamos la tarifa más alta del país para una prestación lamentable que genera daños en las redes, en los hogares y ocasiona perjuicios económicos en el comercio y en la industria, todo lo que no siempre es atendido como se debiera, debemos resignarnos a la imposición de este monopolio por falta de alternativas que permitan optar: somos rehenes y a esa condición la estamos pagando demasiado cara.
   Ahora se viene otro aumento que redondeando, sería del 30 por ciento, pero con un aliciente: premio para los que menos consuman, sacralizando así desde la empresa proveedora un contrasentido inaceptable: “les cobraremos menos pero alúmbrense con velas y no utilicen la estufa en invierno ni el ventilador en verano”.
   Ya queda en lo anecdótico el despojo que últimamente se le hace al erario, premiando por “eficiencia” a los directivos de la Epec que lejos están de merecer tal distinción, a la luz de los resultados con los que agravian a la población con cada corte -de esos que nunca más tendríamos- según tantas veces se aseguró.
   Es ridículo, cómico, grotesco, extravagante y canallesco que en Puerto Madero paguen la energía ocho veces más barata que, por ejemplo, en Alberdi, Alta Córdoba o en San Vicente.
   Si la Epec ajustara su presupuesto y dejara de dilapidar en rubros innecesarios, sería una bienvenida contribución al sinceramiento de una tarifa y de un servicio, abandonando esa maldita costumbre de imponerle sacrificios al usuario, que es el genuino sostenedor de este sistema perverso.
   No es culpa de los porteños, sino resignación e impotencia nuestra, porque del progreso cacareado nos volvieron a las cavernas.
   Por suerte, parece que desde el poder central les tiraron las orejas sugiriéndole a la EPEC que no facturara más allá de la suma del consumo, pero sin subsidio, lo que equivale a un incremento de entre el 30 y el 35 por ciento y no el 50 como habían anunciado sin ponerse colorados.
   Si llegan a cumplir con esa sugerencia, varios serán los rubros que tendrán que revisar, entre otros los elevados gastos en marketing.
   Pero casi seguro, y es para apostar, que aunque el servicio no mejore, los directivos seguirán cobrando el premio por una eficiencia que hace rato no demuestran.

JUEGUITO DE VERANO

   Esta vez, la simpleza es más importante que la ciencia, el conocimiento o las consultas a Google, el que todo lo sabe…
   No es un concurso, no regalamos premios, no nos gusta tener de rehenes a los oyentes y sólo se trata de un entretenimiento de verano que se resuelve pensando con algo de lógica y mucho de picardía.
   No diremos quiénes resulten ganadores, pero sí mencionaremos las respuestas más ocurrentes.
   La pregunta de hoy es simple: ¿Para qué los bomberos de Viena, en Austria, usan cinturón colorado?

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En realidad no existió nada oculto en la pregunta y solo dos o tres oyentes aportaron una respuesta lógica: “Para que no se les caigan los pantalones”. También contestaron con citas históricas, herencias de colores, protocolo, etc.

RECIENTE VISITA PRESIDENCIAL


   En una mezcla más de acercamiento y agradecimiento pos electoral que de gestión gubernativa, estuvo en Córdoba el presidente de la Nación, asistió a una ceremonia religiosa en Villa Cura Brochero con motivo de la beatificación del cura emblemático y mantuvo reuniones con altos funcionarios de esta provincia y de la ciudad.
   Hacía tiempo que no teníamos visitas de tan alto nivel nacional, aunque las esporádicas apariciones de la Sra. anterior por Córdoba pocas veces sirvieron para debatir cuestiones de gestión o para estar entre la gente, pese a la aparente coincidencia partidista con el delasotismo, sin entrar a considerar las diferencias ideológicas.
   Es saludable advertir que de los encuentros de estos últimos días surgieron coincidencias por encima de las diferencias, que si tenemos algo de paciencia mejor será gozar los frutos de esas conversaciones que para los voceros respectivos, fueron altamente positivas.
   No hay mejor manera para administrar exitosamente un país que conociendo hasta sus más recónditos rincones, a su gente, a la forma regional de vida, a las inquietudes y anhelos de todos, sin necesidad de preguntarles cómo piensan, a quien aman y a quienes odian.
   El país es tarea de todos tanto gobernantes como ciudadanos sin distinciones que deben reservarse a la intimidad de cada uno,  porque por lo general las problemáticas son comunes y poco importan odiosas comparaciones o divergencias.
   La adulta manera de gobernar impone un estilo abierto, generoso y sin sectarismos que son los que durante tantos años nos han separado, en lugar de unirnos en la necesidad y en la patriótica vocación por salir adelante superando las antinomias.
   Distanciados mientras padecemos problemas comunes a todos es el peor error que podemos cometer, alimentado en viejas aunque legítimas broncas, en marginaciones de las que no éramos culpables; de olvidos que no merecimos.
   Una buena señal que viene desde arriba para todos, y es de rogar que se trate de la implantación de un nuevo estilo de acercamiento a la gente en general y no tan solo a los rentados aplaudidores que tuvieron su penosa vigencia.
   Reunir entre nosotros a pleno el gabinete ministerial, más que una demostración de agradecimiento a Córdoba por el caudal de votos aportados, debe ser tomado como un llamado a la reconciliación de los espíritus que no deben aquietar sus pasiones, pero tampoco transformarse en obstáculos para la el futuro y la grandeza.
   Aunque a eso lo sugieran aquellos que todavía no se resignan al mandato de las urnas.

EL DRAMA DE LA MUNI

   Venía pesado el conflicto de estilo permanente nuevamente planteado por la insensible dirigencia del Sindicato municipal, hasta que el joven intendente recogió las fichas ganadas y redobló la apuesta poniendo en vigencia el organismo cuestionado por los gremialistas, esos que no aceptan que nadie los controle.
   Habrá que ver qué es lo que sucede en adelante porque en su tono amenazante de siempre y ahora recargado, Rubén Daniele ha manifestado endurecer su posición, lo que significa un nuevo ataque a los vecinos que más allá de las diferencias que pudieran existir entre gremio y comuna, lo que quieren es que haya servicios por los cuales abonan altos impuestos.  
La ciudad sigue mostrando un panorama en algunos sectores bastante desolador con la basura acumulada en las veredas y agrandando los focos infecciosos, mientras el muñequito de las empresas recolectoras sigue en una nube ya sabemos de qué, intentando hacernos creer que todo es color de rosas, aunque con olor a porquería.
   El conflicto ya va a cumplir un par de meses y habría que especular en qué va a terminar cuando se establezca una vez más que las asambleas con el rótulo de informativas, no son otra cosa que paros encubiertos y se hagan los descuentos correspondientes.
   En esta lucha por el desgaste de los sectores, el sindicato piensa que será Mestre quien deba pagar un elevado costo político, como ignorando que el propio presidente de la Nación se inclinó por la postura del jefe comunal.
   Y los dirigentes, que tienen la vaquita atada, están demostrando que poco les interesa el reducido sueldo de quienes están obligados y empujados a pelear por una consigna de la que no están plenamente convencidos.
   Habrá que ver no tan solo quién es el más débil, sino quien se hace fuerte en su compromiso con la sociedad.

MEGACAUSA DEL REGISTRO


   Continuando con la historia del domingo pasado, que es pura realidad, los protagonistas acudieron ahora a una instancia judicial superior en reclamo de libertad y justicia. 
   Sus defensores argumentaron  la improcedencia de la medida en las mismas palabras del juez.
   El Juez, acusaron los defensores, expresa que “Las acciones cumplidas por los partícipes no deben ser visualizadas fragmentaria y segmentadamente, se impone (...) una visión general (...) como en todas las líneas de investigación (...) en la que los intervinientes establecían los pasos, modos, trámites y diligencias a cumplir, con la designación de los responsables que las cumplirían. 
   Es real que se carece de prueba directa sobre la participación de Fulano en los eventos criminosos como sería documentación confeccionada y/o signaturas que hubiera realizado de su propia mano.
   Tampoco se cuenta con testigos oculares que refieran reuniones en las que se orquestara la estratagema y su modo de realización, con la debida adjudicación de roles.    
   Es más, me hubiera llamado la atención que esto sucediera, porque la planificación de semejante maniobra compleja y su materialización, iba a la par de ideación de la manera en que cada uno de los que intervinieron, y hasta donde fuera posible, quedaran impunes”.  “Lo expuesto  es absolutamente aplicable al caso de Mengano”.
   Entonces los defensores replicaron: Si no entendemos mal, el juez afirma que no tiene pruebas en contra de los imputados y que justamente la falta de prueba demuestra su habilidad como delincuentes. Llevado al absurdo se podría decir que todos los ciudadanos somos delincuentes que no hemos sido sometidos a proceso penal por nuestra gran habilidad para esconder las pruebas en nuestra contra.
   Se trata de una barbarie jurídica y este precedente reviste gravedad institucional: todos los delitos se pueden probar salvo en el caso de los delincuentes hábiles: el delito no se puede probar, ergo se trata de un delincuente hábil.
  Tan escalofriante como real. La respuesta  de Tribunales se hizo esperar meses, incluyendo Navidad y Año Nuevo, por supuesto con los imputados en prisión.
   El próximo domingo, un resumen de esa respuesta.
   Para no perderse detalle…

LOS CONTRATOS QUE SE CAEN


   Alquilar una casa, rentar un auto, contratar un castillo inflable o asumir el cumplimiento de un trabajo o un servicio por un tiempo determinado y acordado de común entre las partes, no es otra cosa que un compromiso bilateral con obligación de lealtad para sus protagonistas.
   El trabajador contratado cuyo término de vigencia se ha vencido, bien lo sabe desde el momento de la firma que inexorablemente será ese día, de no mediar extensión por ambas partes, y no por las ganas, el capricho o la necesidad de quedarse.
   La costumbre nacional de prenderse a la teta del Estado a perpetuidad no es privativa de ningún sector de la comunidad, sino que se acentúa vaya paradoja en quienes no siempre son ejemplo de dedicación, esfuerzo y compromiso.
   Consagrar la vagancia suele ser culpa de los gobiernos complacientes con sus militantes, porque siempre queda alguna deuda pendiente o silencios cómplices que fortalecen la relación entre contratante y contratado.
   Es probable que exista un compromiso moral de no interrumpir la relación por lo complicado que resulta buscar un empleo y sobre todo después de los 40 años de edad, cuando a la mayoría de los argentinos se los incorpora -en muchos casos contra su voluntad y la lógica- a las huestes de los descartables.
   No es correcto que los organismos del Estado sigan acumulando empleados contratados en muchos casos por su filiación política más que por méritos laborales, cuando los entrantes necesitan tropa propia, de confianza, con quienes existe una deuda de gratitud por su militancia, el mismo temperamento aplicado por sus antecesores.
   Cuando el contrato termina o el nombramiento se hizo teniendo la autoridad saliente el pañuelo de la despedida en su mano, hay que resignarse a la realidad y preocuparse por buscar trabajo.
   Y no andar penando en reclamo de lo que no corresponde.

“NARANJITAS” AGRESIVOS


   Bien sabemos que hay dos clases de “naranjitas” en la ciudad: los que se tomaron la tarea de normalizar su prestación y enmarcarse en la ley y los otros, truchos, más amigos de la amenaza y la violencia que del respeto hacia sus semejantes.
   De día más o menos reina la normalidad salvo en algunos lugares de alta concentración de vehículos donde obligadamente conviven unos y otros, con el agravante que los otros, los marginales, han incorporado lavaderos en plena calle sirviéndose de grifos públicos de agua como ocurre, por ejemplo, en la plaza Rivadavia de Alta Córdoba, ahora tomada por ellos y los mercaderes de dudosas artesanías que se mezclan con los auténticos artesanos.
   Cuando comienza a oscurecer el panorama cambia notoriamente, porque los dueños de cada cuadra imponen su presencia a fuerza de amenazas o porque “alquilan” la zona o amplían su presencia con parientes y amigos, hombres y mujeres sin ninguna responsabilidad y hasta con la utilización -si, la utilización- de niños a los que disfrazan de cuidadores que peligrosamente deambulan entre autos y ómnibus para ganarse una moneda.
   No es una cuestión de atacar lo que para algunos es la subsistencia con el menor esfuerzo, porque imponen una tarifa abultada y sin lógico sentido, que transforma al automovilista en víctima cuando no paga, por lo general adelantado, las exigencias de esos prepotentes.
   No faltan los vendedores de sustancias prohibidas que actúan con absoluto desparpajo y seguros de su comprada impunidad, porque es difícil que la policía ignore esas andanzas ilegales.
   Frente a quienes aceptan pagar lo que establece la tarifa, se opone la prepotencia y su consecuente daño, con la colocación de “miguelitos” o lisa y llanamente la agresión física, como el penoso caso ocurrido en Buenos Aires.
   Roguemos que no sea necesaria una situación similar para que la autoridad cordobesa actúe en defensa de los ciudadanos, sus vidas, su integridad y sus bienes frente a las patotas organizadas que desvirtúan el sacrificio y la honestidad de quienes asumieron el cuidado callejero de espacios enmarcándose en la ley.
   Ellos, los naranjitas correctos que son parte del paisaje urbano en muchos puntos de la ciudad, no merecen ser confundidos con los otros, que han encontrado en la violencia la manera más cómoda de holgazanear.
   Y de vagos, ya estamos cansados …



28 de enero de 2016

Otro aumento de tarifas de EPEC --------------

¿POR QUÉ SIEMPRE EL USUARIO ES
QUIEN DEBE APORTAR SACRIFICIO?

   Si escuchamos el forzado discurso de la conducción de la Epec, nos enteramos que es una empresa exitosa, casi superavitaria que presta un servicio digno en la provisión de energía y que realiza frecuentes inversiones para actualizar su tecnología, aunque esas manifestaciones solo toman conocimiento público a través del costoso marketing, rubro en el que es probable que se gaste más dinero que en lo que pretende hacernos creer, porque es muy distinta la realidad que padecemos.
   Y es difícil que podamos digerir ciertos exagerados anuncios porque sufrimos cada vez más los cortes que se originan en invierno por el frío y en verano por el calor, cualquier lluvia o un par de truenos, descalificando con esta política las proclamas que tantas veces se difundieron desde el poder provincial, activando el promesómetro para mentirnos -y ya con alarmante frecuencia- que los cordobeses nunca más deberán padecer cortes de energía porque vamos a equipar a la Epec con los mejores adelantos.
   Y estos cordobeses, que pagamos la tarifa más alta del país para una prestación lamentable que genera daños en las redes, en los hogares y ocasiona perjuicios económicos en el comercio y en la industria, todo lo que no siempre es atendido como se debiera, debemos resignarnos a la imposición de este monopolio por falta de alternativas que permitan optar: somos rehenes y a esa condición la estamos pagando demasiado cara.
   Ahora se viene otro aumento que redondeando, sería del 30 por ciento, pero con un aliciente: premio para los que menos consuman, sacralizando así desde la empresa proveedora un contrasentido inaceptable: les cobraremos menos pero alúmbrense con velas y no utilicen la estufa en invierno ni el ventilador en verano.
   Ya queda en lo anecdótico el despojo que últimamente se le hace al erario, premiando por eficiencia a los directivos de la Epec que lejos están de merecer tal distinción, a la luz de los resultados con los que agravian a la población con cada corte -de esos que nunca más tendríamos- según tantas veces se aseguró.
   Es ridículo, cómico, grotesco, extravagante y canallesco que en Puerto Madero paguen la energía ocho veces más barata que, por ejemplo, en Alberdi, Alta Córdoba o en San Vicente.
   Si la Epec ajustara su presupuesto y dejara de dilapidar en rubros innecesarios, sería una bienvenida contribución al sinceramiento de una tarifa y de un servicio, abandonando esa maldita costumbre de imponerle sacrificios al usuario, que es el genuino sostenedor de este sistema perverso.
   No es culpa de los porteños, sino resignación e impotencia nuestra.
   Del progreso cacareado nos volvieron a las cavernas.
Gonio Ferrari

24 de enero de 2016

S.L.B.: EL CULEBRÓN POR UN DESPACHO – CRÉDITOS PARA VIVIENDAS – JUEGUITO DE VERANO – EL TRANSPORTE ESTÁ MEJORANDO – MEGACAUSA DEL REGISTRO – INSEGURIDAD: LA PELICULA DE SIEMPRE – POR QUÉ VERANEAMOS AFUERA – DERRIBO LEGAL EN DEFENSA PROPIA – ILLIA Y NISMAN, UN 18 DE ENERO, etc.

 Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 24/01/16 emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.
  
EL CULEBRON POR UN DESPACHO


   No es hora de pelearse como chicos, entre un capricho por sobreprotección, negación de la realidad o por no asumir el nuevo status y un criterio legalista que solo pretende hacer las cosas como lo manda la ley.
   La pelea por un despacho de más o menos metros cuadrados, por su ubicación o el status político que pudiera otorgar, se inscribe en el capítulo de los absurdos, porque es como cuando éramos chicos y peleábamos con el hermano mayor porque jugaba más con el autito nuestro que con el suyo.
   Ese penoso sainete que ha dado la vuelta al mundo nos ubica en la posición de un país débil
de convicciones y sentido del respeto por la ley, porque con solo cumplir sus preceptos, la payasada hubiera tenido su condigno final.
   Algunos poco memoriosos lo toman como una revancha y alejados de la realidad de su derrota, siguen creyendo en la eternidad del poder por encima del mandato de las urnas.
   Más o menos como los que defienden a Milagro Sala acusando al gobierno de criminalizar la protesta, cuando en realidad no se le cuestiona su lucha, su esfuerzo ni su compromiso con los desposeídos, sino por todo lo que se apropió ilegalmente en nombre de esa lucha que esgrime.
   Más o menos como sería cuestionar la batalla original de doña Hebe y las otras madres en sus comienzos, cuando lo que ahora está en cuestión y en manos de la Justicia, es la dispendiosa administración de cuantiosos bienes que se hizo en nombre de los derechos humanos, cuyo único dueño es el pueblo y no una empresa facciosa que lucró con la desesperación de muchos, por tener un sueño compartido transformado en vivienda.
   Volviendo al Congreso Nacional, allí en donde nacen las leyes que nos rigen, es absurdo continuar con una disputa cuyo único marco debiera ser el del reglamento interno, más que el apoyo de viejos liderazgos superados por la realidad que propician imponer pretensiones cimentadas en el atropello, la prepotencia y la ilegalidad.
   Dentro de la Ley, todo, fuera de la ley nada, un viejo postulado que tendría que imponerse por encima de esta bufonada, tan extravagante como ciertos personajes que la alimentan.
   De allí al espíritu tiránico hay un solo paso.

CRÉDITOS PARA VIVIENDAS


   La casa; la vivienda propia, no es un índice de prosperidad sino de calidad de vida, de independencia,  en suma, el techo de uno es una síntesis de la dignidad.
   Es por eso que llama la atención el escaso grado de accesibilidad que exhiben los préstamos para vivienda instrumentados por el gobierno de la provincia de Córdoba, porque ocurre con ellos más o menos lo mismo que para el otorgamiento de créditos: son tantas las exigencias que si el postulante pudiera cumplirlas, demostraría que no lo necesita.
   Pensar en una cuota que ronda los 15 mil pesos mensuales coloca a esta operatoria más
cerca de una elite que del común de los cordobeses por lo comprometida y casi inaccesible por más que nos estemos refiriendo a los ingresos del grupo familiar.
   El sentido social del plan se desdibuja en la frustración de lo inalcanzable; de las ilusiones vanas; de la condena al alquiler perpetuo que bien dicen es como ahorrar en una alcancía rota.
   No faltan los malpensados que sostienen que se trata de una operatoria selectiva, destinada casi exclusivamente a funcionarios de rango intermedio hacia arriba, por el nivel de los salarios que perciben incluyendo a miembros del poder legislativo y de la Justicia.
   Todas las dudas debieran disiparse si se informara el nivel de aceptación y de ejecución que ha tenido el plan oportunamente anunciado y dentro de lo posible con la identificación de sus beneficiarios.
   Nada mejor que la transparencia a la hora de mostrar que el esfuerzo y sentido solidario, que sin dudas alentó al espíritu de esos créditos hipotecarios, no deja lugar para ninguna duda, sospecha de favoritismo ni maledicencia que los desvirtúe.
   La sinceridad es más beneficiosa que el escepticismo.

JUEGUITO DE VERANO


   El jueguito de verano para este domingo es casi para niños por lo simple y elemental y para la respuesta correcta solo basta con ser algo memoriosos o haber leído lo básico de la historia sagrada.
   Lo que sí requiere es plena atención dentro de la simpleza del planteo.
   Ya se sabe que esto no es un concurso, no prometemos premios ni anunciamos a los ganadores, salvo aquellas respuestas creativas que se aparten de lo común.
   La pregunta de hoy es para principiantes, pero escuchar con mucha atención: ¿cuántos ejemplares de cada especie -ojo con esto, de cada especie- puso Moisés en el Arca?
   Únicamente vía mensajes de texto, al 153 904 095 para lograr algo de distensión en esta tarde agobiante.

Nota de la Producción: El planteo era tendencioso y algo tramposo, por la simple razón que el del arca era Noe y no Moisés.
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EL TRANSPORTE ESTÁ MEJORANDO


   Es cierto que la ciudad en muchos aspectos muestra una imagen de abandono y dejadez, propia de no haber sido atendida durante un mes y medio que viene durando el capricho sindical y la vocación dirigencial por cogobernar.
   Viene al caso citar como pintorescas al menos, recientes declaraciones del “Papá Doc” de los municipales, el vitalicio Rubén Daniele, quien sostiene que el intendente, con el ente descentralizado a punto de ser reglamentado, quiere montar una municipalidad paralela, cuando es él, precisamente, el titular de esa otra conducción municipal que pretende gobernar la ciudad.
   Y agrega que rechaza al organismo, escuche bien, porque nunca los consultaron y en defensa de los puestos de trabajo, cuando la mejor manera de defenderlos es trabajando y mostrándoles a los vecinos que no han sido abandonados en nombre de las asambleas y los paros, que ya son una dolorosa costumbre que padecemos los cordobeses.
   Dejando de lado el sainete de una controversia inútil por la endeblez de los opuestos argumentos que la sostienen, y partiendo de la base que para evaluar los servicios hay que conocerlos, tengo la impresión que el transporte urbano de pasajeros muestra paulatinas mejoras y es para rogar que ellas nos lleven hasta la satisfacción de la merecida calidad en función de la elevada tarifa.
   No mediando los habituales conflictos gremiales y las cíclicas demandas, es para pensar que se está llegando a una saludable consolidación del sistema, aunque se observen algunos problemas en las horas pico y con la ventaja que con el receso escolar, la utilización del servicio declina sensiblemente.
   Habrá que ver cuando se reanuden las clases y la demanda sea más exigente, si hay respuestas del empresariado del transporte para mantener el buen nivel que ahora se aprecia.
   No deja de ser una buena noticia entre tantas pálidas.

LA MEGACAUSA DEL REGISTRO

   De acuerdo con lo relatado el domingo pasado nuestros protagonistas que llamamos Juan,  Fulano y Mengano fueron sorprendidos por la prisión preventiva. Sus defensores,  en el caso de Juan un letrado del Estado ya que su sueldo era el único sostén familiar, reclamó el respeto constitucional que garantiza la inocencia y la libertad de quien no ha sido juzgado.
   Además y, aunque los investigadores ya lo sabían, acreditaron su perfil de personas comunes con  trabajo, familia y domicilio estable y ningún antecedente en el sistema judicial.
   El fiscal, argumentaron los letrados, debe probar la participación de los acusados en los hechos y no escribir  una novela.
   Es sabido, replicó el juez, aunque no esté probado ni determinado aún el rol que cumplió cada uno, que se trata de bandas organizadas con división de tareas que poseen contactos y medios para poder llevar una vida en clandestinidad.
   Además la investigación continúa ya que falta encontrar las pruebas y por todo esto decido mantener la prisión preventiva anteriormente dictada.
   También extraído de los escritos de Tribunales sorprende y asusta la firme decisión de mantener una prisión preventiva sin determinar ni por asomo qué hicieron los encerrados,  sin explicar de qué manera alguien que vive de su trabajo podría sobrevivir en clandestinidad y, por encima de todo, sin revelar la fuente de esa cuasi divina "sapiencia judicial" que se patentiza al menos en esta causa del Registro de la Propiedad, en los tribunales provinciales de esta docta Córdoba.
   Aunque parezca un cuento …

VIEJA PELÍCULA DE LA SEGURIDAD


   Si al titular provincial del área debiéramos mencionarlo por lo que prevalece, sería Ministro de Inseguridad porque culpa de la imprevisión, de la improvisación y de la carencia de políticas integrales, los cordobeses de cualquier punto de nuestro territorio hemos visto subvertirse los valores hasta el punto de estar obligados al encierro mientras los delincuentes siguen adueñados de las calles.
   ¿Cuántas veces hemos visto la misma y desteñida película?
   ¿Cuántas veces se hicieron rimbombantes anuncios -especialmente en proximidad de elecciones- acerca de la creación de brigadas especiales “barriales”, de “lucha contra el narcotráfico”, de acercamiento policial con los vecinos que son siempre los mismos y otras grandilocuentes denominaciones fortalecidas por el “marketing”?
   ¿Cuántos millones de pesos se han gastado en armamento, municiones, equipos de comunicaciones, patrulleros, motocicletas, chalecos antibalas, cámaras de TV callejeras, incorporación de personal, etc. para concluir con la certeza que el hampa nos viene ganando por goleada en las estadísticas que la propia fuerza dibuja, manipula o esconde?
   ¿Cuántas inútiles e improvisadas reuniones se han hecho con afectados en los barrios, que solo sirvieron para calmar los ánimos caldeados que por lo general se tranquilizan con la puesta a full del “promesómetro” de siempre?
   ¿Por qué una industria de Los Boulevares ha sido visitada por los ladrones 25 veces y a otra del mismo sector, que padeció 29 despojos en dos años, la última vez le robaron parte del techo?
   ¿Por qué la actividad artesanal más rentable es la fabricación y colocación de rejas?
   ¿Por qué si un vecino llama a la policía nunca acude, llega demasiado tarde o quieren disculparse con la falta de combustible?
   ¿Por qué hay cada vez más gente armada en defensa propia?
   ¿Porqué se vende más gas pimienta que desodorante?
   ¿Por qué nunca se sabe el destino de los autos policiales que duran tan poco y las motos desaparecen como ocurrió con los promocionados “sidecar”?
   Si la mayoría de los hechos delictivos no se denuncian, ¿no le parece al gobierno que es porque la población no confía en su policía?
   La policía -como cualquier cordobés- sabe dónde, quienes y a cuánto se venden sustancias prohibidas: ¿qué le impide actuar?
   ¿Por qué no se controlan y se desbaratan las decenas de pistas de aterrizaje clandestinas que hay en el territorio cordobés?
   ¿Por qué  casi todos los policías deben embrutecerse haciendo adicionales en las que están casi dormidos, porque vienen de su turno habitual, donde también están casi dormidos?
   ¿Por qué en los últimos días ha desaparecido el jefe de la Institución y no se advierte la presencia policial en las calles, salvo en algunos bancos y solamente de día?
   Todo este panorama desolador, de ausencias y abandonos, es lo que ha permitido el brutal e imparable crecimiento del narcotráfico, padre de todos los males que venimos padeciendo los cordobeses, y ruego que no me salgan con la remanida estupidez de compararnos con Río de Janeiro, con Ciudad del Cabo o con aquella intimidad de la lora, donde la inseguridad es mayor.
   Vivimos en Córdoba y queremos soluciones para Córdoba.
   El hampa se seguirá matando de risa de la ley mientras desde el poder insistan con los remiendos demagógicos, en lugar de instrumentar políticas calificadas e inteligentes que terminen con esta situación de negligencia y desamparo.
   La indefensión del ciudadano es culpa  de los inútiles que los condenan a un desabrigo que no merecen pese a los elevados impuestos que se pagan.
   Por lo general la queja policial, el “quitarse el lazo”, está centrada en la desprotección que el uniformado viene arrastrando por sus diferencias conceptuales con la Justicia, que muchas veces en nombre de los derechos humanos de los delincuentes bastardea los derechos humanos de las víctimas.
   Porque si los códigos no ayudan; si la balanza de la Justicia se inclina de manera exagerada hacia quienes violan la ley; si las condenas jamás se cumplen y si el sistema carcelario permite que los delincuentes hagan su pos grado entre rejas, estamos condenados al inminente desastre.
   Un desastre que lo tenemos aquí, al alcance de nuestra indefensión, fortalecido por esa repudiable costumbre de mentirnos soluciones a sabiendas que nada se conseguirá con gastos inútiles, mientras no exista una tarea interdisciplinaria que garantice seguridad adentro y afuera de nuestras casas.
   Si hay que modificar las leyes y adecuarlas a la realidad cotidiana, para eso están los legisladores y no tan solo para embolsar sus dietas y jugar en las internas de sus partidos.
   Si es importante la Justicia también lo es la Municipalidad que tiene la obligación de terminar con las penumbras y los yuyales.
   Y que alguien se preocupe de limpiar con seriedad y sin padrinazgos políticos afuera como adentro de la Policía.
   Los anuncios pomposos son solo eso: la embustera vocinglería de una película que ya estamos cansados de ver y sobre todo porque quienes nos obligan a verla y a sufrirla, tienen demasiada experiencia en proyectarla.

POR QUÉ VERANEAMOS AFUERA


   Por allí escuché que la gente ha dejado de salir de vacaciones debido a los ajustes instrumentados en la economía desde la asunción del nuevo gobierno nacional, olvidando que en los últimos 12 años hemos venido padeciendo esos mismos ajustes que por entonces se negaban.
   Dejando de lado ese enfoque que puede encerrar algo de verdad, es oportuno evaluar el comportamiento de los comerciantes,  empresarios y particulares que tienen que ver con el movimiento  turístico.
   Cuando de alguna manera se instaura el perverso “por las dudas” que tanto daño nos hizo siempre, los precios de alojamientos, alquileres, gastronomía y entretenimientos se fueron a las nubes amparados en la vieja costumbre de crear un colchón que en dos meses les salve el año.
   Ya se dieron cuenta, los mismos operadores, que eso de mentir la plena ocupación es un verso que cada vez se digiere menos, porque invariablemente pese a tamaño optimismo, surgen los avarientos llorones de miserias que pretenden ventajas impositivas porque al final sostienen que la temporada fue un desastre.
   Sin que esta sea la verdad bíblica, se me ocurre que el error está emparentado con la angurria; con la ambición, porque es absurdo que en las sierras te cobren 100 pesos un tostado y otro tanto una cerveza, o 18 pesos un alfajor o aquí en la ciudad 82 pesos por una pedorra ensalada de frutas, casi todo manzana, servida en una cazuelita del tamaño de un cenicero pequeño.
   Para ver eso que muchos exageradamente le llaman un espectáculo teatral de cabotaje, hay que ponerse con 300 por lo menos hasta más de 700 pesos por una butaca.
   Algunos chalets de las sierras se cotizan por encima del Palacio Ferreyra y el cuarto de un hotelucho, pensión u hospedaje de media estrella con chinches incluidas, peso más o peso menos, resulta más oneroso en proporción que una buena habitación en el sur de Brasil o en la mismísima París, donde por menos de 40 euros hay alojamientos dignos y cómodos.
   En Miami con 25 dólares se consiguen hoteles a 100 metros del mar, no sobre la Collins Avenue pero cerca.
   Conociendo esos detalles, creo tener autoridad como para pensar que la verdad, no es que dejamos de vacacionar por la crisis o que nos vamos fuera del país porque nos sobra la plata, sino porque los inescrupulosos nos expulsan desde adentro.
   Y después, no se cansan de llorar.
   La codicia es el peor componente a la hora del marketing.

DERRIBO LEGAL EN DEFENSA PROPIA


   Imaginemos la escena de un asaltante descubierto en flagrancia que no acata la orden de entregarse que le imparte un policía testigo del hecho.
   Se genera un tiroteo callejero, el hampón dispara su arma y al final cae abatido por el representante de la ley.
   ¿Eso es condenarlo sin juicio?
   Si nuestro país en los últimos años -no tan solo 12- ha sido invadido por el narcotráfico, es simplemente porque los dejamos entrar, acomodarse, operar con absoluta tranquilidad y expandirse, camino que recorrieron mientras la corrupción enquistada en algunos niveles del poder y otros intereses, les iban consagrando la mayor impunidad.
   El derribo de aeronaves no identificadas que invaden un espacio aéreo vedado no es ninguna novedad porque grandes potencias han legislado sobre el particular y en tiempos de paz los episodios de esa naturaleza se contaron por decenas.
   Como bien se sabe y así se ha difundido, se aplica un protocolo de advertencias y solo se llega al uso de armas defensivas cuando aquellas no han dado resultado y tampoco se acatan las indicaciones visuales de aterrizar.
   Dirán que si es de noche lo visual no corre, pero ningún avión vuela sin equipo de radio y más aún los que se dedican a la actividad ilegal.
   Y si lo mejor es la prevención, ¿por qué durante tantos años no se radarizaron nuestras fronteras las 24 horas y no sólo, sospechosamente, de vez en cuando?
   ¿Por qué en general y con plata mediante es tan fácil salir del país como entrar por vía terrestre o fluvial?
   Si lo que se busca es evitar errores o equivocaciones fatales, lo mejor es acentuar la prevención pero haciéndolo con seriedad y tecnología de punta, sin interferencias políticas, padrinazgos o amiguismos.
   De alguna forma hay que ponerle límites a una invasión tan letal y destructiva de la sociedad como es el narcotráfico, la peor de las pestes que nos está matando.

ILLIA Y NISMAN, UN 18 DE ENERO


   Fueron los trasnochados del infame onganiato los artífices de un reiterado quiebre de nuestro sistema democrático. Y fue la versión delirante de aquellos enemigos de la verdad, mano impune que empuñó un arma para encubrir la atrocidad de la Amia y los grises vericuetos de  la sospechosa política interna.
   Suena poco oportuno tan siquiera intentar un paralelo entre las vidas de un monumento a la decencia como lo fuera el Dr. Arturo Umberto Illia, ex presidente argentino, con el desafortunado final del Dr. Natalio Alberto Nisman, Fiscal de la Nación, investigador de la causa Amia y de varias denuncias contra la ex primera mandataria Doña Cristina Fernández de Kirchner.
   La única coincidencia en lo aparente, es la fecha de los decesos: Illia el 18 de enero de 1983 y Nisman el 18 de enero de 2015, una distancia de 32 años en la cíclicamente convulsionada historia de nuestro  país, de las instituciones de la República y de su gente.
   Illia, hijo de un matrimonio de tanos, había nacido en Pergamino, provincia de Buenos Aires pero por elección, convicción y compromiso se había radicado en Cruz del Eje donde ejerció como médico, visitaba a sus enfermos, les llevaba medicamentos que compraba con dinero de su bolsillo y fue siempre enemigo de las ostentaciones, aparte de no contar con bienes que las justificaran.
   Su carrera política lo llevó a la Presidencia de la Nación, encaró medidas de fondo que afectaron a ciertas corporaciones, comentando entonces “No les tengo miedo a los de afuera que nos quieren comprar, sino a los de adentro que nos quieren vender”. Y el poder militar de entonces le bajó el pulgar con la cínica actitud de Juan Carlos Onganía y su pandilla.
   Nunca existió tamaña libertad de expresión y de opinión como en el gobierno de Illia, quien debió soportar más allá de los insultos la mofa permanente, cruel y despiadada que aludía a su lentitud provinciana.
   Pero no cerró ningún diario, no censuró a ningún periodista, no acalló ninguna radio, no cuestionó a la TV desde donde era atacado sistemáticamente y alguien debe recordar las contadas ocasiones en que utilizó la cadena nacional, hasta el punto de sostener que “Una nación está en peligro cuando su presidente habla todos los días y se cree la persona más importante del país”.
   Lo derrocaron porque los facciosos sabían que Illia no propiciaría en defensa de su cargo, el enfrentamiento entre compatriotas civiles y militares. Y se fue de la Presidencia con lo mismo que había llegado, para lo que basta leer su declaración de bienes al ser despojado de su cargo: ni propiedades más allá de su casa, ni hoteles, ni aviones, ni automóviles, ni bóvedas con efectivo, sociedades sospechosas, testaferros, prestanombres, acciones en el exterior o depósitos ocultos.
   Fue un ejemplo de honestidad y modestia sin altisonancias ni falsas posturas: un demócrata por excelencia que dejó a su familia al margen de las cuestiones políticas aunque no pudo evitar que dos de sus hijos después las abrazaran con pasión y la misma heredada decencia.
   Hablar ahora de Natalio Alberto Nisman no llevará tanto tiempo ni tantas palabras por lo reciente de su actuación y lo fulminante de su no querido adiós porque todo indica que la teoría del suicidio se derrumba, cuando se van conociendo algunos pormenores que en nada contribuyen a sostenerla.

  Lo penoso -sumado a una muerte injusta y terrible- fue el escenario que se armó para presentar la autoeliminación ilógica y escasamente creíble, de un funcionario judicial de elevado rango que se aprestaba a escribir una página memorable en su carrera.
   Las amistades y los compromisos ideológicos -internos e internacionales- de nuestro gobierno saliente son parte del ADN de esta historia de intrigas y presiones que sin embargo, dan para pensar que no alcanzaban para crearle a Nisman un pánico escénico que lo llevara al suicidio.
   Pero lo mismo lo suicidaron al amparo de una tenebrosa trama política y judicialmente sometida a “tropa adicta”, apoyada en la inhumana descalificación del muerto que no se podía defender, en las dudas que se urdieron incluso acerca de su vida sexual y que nunca, ni siquiera por mandato protocolar, haya surgido del gobierno el más mínimo mensaje de condolencia hacia sus hijas y toda su familia.
   Más allá de la insigne cobardía de atacar al indefenso subyace el agravante de la eliminación de pruebas, de la manipulación de testimonios, de la oscuridad en el procedimiento inmediato a su muerte, todo en manos de quienes en pocas horas más debían responder ante la Justicia por los cargos que formulara, precisamente, el Fiscal Nisman.
   Duele la coincidencia de la fecha, en dos casos tan distintos.
   Nisman no puede acusar y  tampoco defenderse.
   Lo apretaron en vida y lo acallaron con la muerte.
   Illia ya es una de las partes más tiernas de nuestra historia.
   ¿Será por eso que se lo extraña y necesita? 

20 de enero de 2016

¿Seguridad o inseguridad? ----

NOS ESTÁN DANDO LA
PELÍCULA DE SIEMPRE

   Si al titular provincial del área debiéramos mencionarlo por lo que prevalece, sería Ministro de Inseguridad porque culpa de la imprevisión, de la improvisación y de la carencia de políticas integrales, los cordobeses de cualquier punto de nuestro territorio hemos visto subvertirse los valores hasta el punto de estar obligados al encierro mientras los delincuentes siguen adueñados de las calles.
   ¿Cuántas veces hemos visto la misma y desteñida película?
   ¿Cuántas veces se hicieron rimbombantes anuncios -especialmente en proximidad de elecciones- acerca de la creación de brigadas especiales “barriales”, de “lucha contra el narcotráfico”, de acercamiento policial con los vecinos que son siempre los mismos y otras grandilocuentes denominaciones fortalecidas por el “marketing”?
   ¿Cuántos millones de pesos se han gastado en armamento, municiones, equipos de comunicaciones, patrulleros, motocicletas, chalecos antibalas, cámaras de TV callejeras, incorporación de personal, etc. para concluir con la certeza que el hampa nos viene ganando por goleada en las estadísticas que la propia fuerza dibuja, manipula o esconde?
   ¿Cuántas inútiles e improvisadas reuniones se han hecho con afectados en los barrios, que solo sirvieron para calmar los ánimos caldeados que por lo general se tranquilizan con la puesta a full del “promesómetro” de siempre?
   ¿Por qué una industria de Los Boulevares ha sido visitada por los ladrones 25 veces y a otra del mismo sector, que padeció 29 despojos en dos años, la última vez le robaron parte del techo?
   ¿Por qué la actividad artesanal más rentable es la fabricación y colocación de rejas?
   ¿Por qué si un vecino llama a la policía nunca acude, llega demasiado tarde o quieren disculparse con la falta de combustible?
   ¿Por qué hay cada vez más gente armada en defensa propia?
   ¿Porqué se vende más gas pimienta que desodorante?
   ¿Por qué nunca se sabe el destino de los autos policiales que duran tan poco y las motos desaparecen como ocurrió con los promocionados “sidecar”?
   Si la mayoría de los hechos delictivos no se denuncian, ¿no le parece al gobierno que es porque la población no confía en su policía?
   La policía -como cualquier cordobés- sabe dónde, quienes y a cuánto se venden sustancias prohibidas: ¿qué le impide actuar?
   ¿Por qué no se controlan y se desbaratan las decenas de pistas de aterrizaje clandestinas que hay en el territorio cordobés?
   ¿Por qué  casi todos los policías deben embrutecerse haciendo adicionales en las que están casi dormidos, porque vienen de su turno habitual, donde también están casi dormidos?
   ¿Por qué en los últimos días ha desaparecido el jefe de la Institución y no se advierte la presencia policial en las calles, salvo en algunos bancos y solamente de día?
   Todo este panorama desolador, de ausencias y abandonos, es lo que ha permitido el brutal e imparable crecimiento del narcotráfico, padre de todos los males que venimos padeciendo los cordobeses, y ruego que no me salgan con la remanida estupidez de compararnos con Río de Janeiro, con Ciudad del Cabo o con aquella intimidad de la lora, donde la inseguridad es mayor.
   Vivimos en Córdoba y queremos soluciones para Córdoba.
   El hampa se seguirá matando de risa de la ley mientras desde el poder insistan con los remiendos demagógicos, en lugar de instrumentar políticas calificadas e inteligentes que terminen con esta situación de negligencia y desamparo.
   La indefensión del ciudadano es culpa  de los inútiles que los condenan a un desabrigo que no merecen pese a los elevados impuestos que se pagan.
   Por lo general la queja policial, el “quitarse el lazo”, está centrada en la desprotección que el uniformado viene arrastrando por sus diferencias conceptuales con la Justicia, que muchas veces en nombre de los derechos humanos de los delincuentes bastardea los derechos humanos de las víctimas.
   Porque si los códigos no ayudan; si la balanza de la Justicia se inclina de manera exagerada hacia quienes violan la ley; si las condenas jamás se cumplen y si el sistema carcelario permite que los delincuentes hagan su pos grado entre rejas, estamos condenados al inminente desastre.
   Un desastre que lo tenemos aquí, al alcance de nuestra indefensión, fortalecido por esa repudiable costumbre de mentirnos soluciones a sabiendas que nada se conseguirá con gastos inútiles, mientras no exista una tarea interdisciplinaria que garantice seguridad adentro y afuera de nuestras casas.
   Si hay que modificar las leyes y adecuarlas a la realidad cotidiana, para eso están los legisladores y no tan solo para embolsar sus dietas y jugar en las internas de sus partidos.
   Si es importante la Justicia también lo es la Municipalidad que tiene la obligación de terminar con las penumbras y los yuyales.
   Y que alguien se preocupe de limpiar con seriedad y sin padrinazgos políticos afuera como adentro de la Policía.
   Los anuncios pomposos son solo eso: la embustera vocinglería de una película que ya estamos cansados de ver y sobre todo porque quienes nos obligan a verla y a sufrirla, tienen demasiada experiencia en proyectarla.
Gonio Ferrari