Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 27 de marzo de 2016 emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.
No es un día cualquiera, más allá de sus connotaciones religiosas para el cristianismo y la Humanidad en general y de algunas nostalgias alfonsinistas que nos remiten a jornadas turbulentas de amenazas, caras pintadas y remembranzas de autoritarismos -roguemos- superados por la democracia.
Pero es, de cualquier manera, un día de reencuentros en la familia que bueno sería proyectarlos a todos los niveles de la sociedad, una sociedad como la nuestra que más se alimenta de desencuentros que de acuerdos. Estos últimos tiempos han estado signados por la profundización de una grieta que separó familias y amigos, porque desde el poder se aplicó el perverso estilo de dividir para reinar.
No es hora de palabras, de discursos ni de censuras a esas actitudes que los argentinos buscamos superar con respeto, tolerancia y armonía, sentimientos imprescindibles para el sostenimiento del sistema democrático.
Entendamos de una buena vez que hacer sinónimos entre opositores y enemigos, acentuará la postración de la que se intenta salir para superar todos los problemas que nos aquejan y disipar los nubarrones que aparecen en el horizonte argentino.
En un país tan rico como el nuestro, no merecemos padecer los demonios de la corrupción, de la inflación, de la rapiña. Demasiados han sido los sacrificios vividos en los últimos años -y no tan sólo en la pasada década- como para que pongamos a prueba otra vez nuestra capacidad de superar los temporales porque siempre dejan secuelas.
A la hora del abrazo, de augurarnos paz y felicidad, lo hagamos con la íntima y fortalecida convicción del sacrificio y la grandeza por la que tantos cayeron.
Será el mejor homenaje a quien por nosotros, murió en la cruz.
OBAMA Y LOS HIPÓCRITAS
Es poco probable que regrese porque no es tanto lo que le queda de mandato, pero es mucho lo que aún puede hacer para darnos una mano en algunos aspectos que hacen a nuestra calidad de vida, como interceder para que no nos ahoguen con intereses, eliminar la visa de entrada a su país y alentar el comercio bilateral.
Además, el hecho que decidiera desclasificar archivos secretos de sus espías durante el desgobierno militar que nos asolara desde el ’76, no fue una medida tan aplaudida por algunos sectores que se dicen combativos, porque pueden quedar al descubierto maniobras de connivencia con los militares, las que durante tantos años se ocultaron, sospechas que incluyeron a los románticos de entonces.
Obama y familia -con la suegra de guardabosque- ya se fueron y dejaron estelas de comentarios por la casi familiaridad con la que se trataron a nivel presidencial, por lo “fashion” de los saraos, las vestimentas y las actitudes descontracturadas.
Pero la visita también generó miradas adversas que consistieron en marchas de repudio, quema de banderas yankys, puteadas a Mc Donald, acusaciones de pretendida colonización que nos aleje de Venezuela, de Cuba o de Irán, sospechas de adulterio entre Mickey y Minie y otras manifestaciones de censura.
Lo más saliente, de todas maneras, fueron algunos episodios aislados protagonizados por conocidos exponentes de nuestra paqueta y aburguesada izquierda instalada todavía en Puerto Madero.
Después de guardar pasacalles, pancartas y muñecos que caricaturizaban a Obama y familia, se fueron a beber las mieles del sol de Miami.
LA HUMILLACIÓN DE LA BASURA
Es bueno saber que empresarios cordobeses dedicados a la manipulación de basura y limpieza de calles, muestran sus blasones que les permiten ahora tentar la suerte en otros países, expandiéndose más allá de las fronteras argentinas hasta Centroamérica y algún desprevenido vecino.
Como si entre nosotros gozaran de prestigio por la calidad del servicio que a veces prestan, con actitudes ciclotímicas que van del éxito a la burla de la que son víctimas miles de vecinos de esta Córdoba que por sectores, luce abandonada o al menos relegada.
Tener la basura en la puerta de la propia casa, es una situación de injuria aparte de configurar la tolerancia de focos de peste, justo ahora que se pregona la salubridad frente a la creciente amenaza de ese minúsculo enemigo que es el mosquito.
Pero los moscardones hicieron diferencia en Córdoba y se quieren expandir, como si pudieran mostrar a nuestra ciudad como ejemplo.
Habría que unirse, juntar documentación gráfica y hacerla llegar a los medios periodísticos de las ciudades del extranjero donde anuncian -creo que es Lusa- su arribo como la panacea contra la mugre.
Mostrar a nuestros vecinos acarreando bolsas de residuos para depositarlas en los colmados, malolientes e insalubres contenedores que estos señores de la mierda, han diseminado por la ciudad para que trabajen los demás, menos ellos, que de vez en cuando pasan a vaciarlos.
Cuando alguna vez el poder concedente que es la Municipalidad se tome el trabajo de cumplir con la obligación de ejercer controles, otra será la historia.
Hasta los mosquitos buscarán lejanos horizontes.
Y sus protectores de ahora desecharán el delirio de vender afuera, una calidad de servicio deplorable y humillante.
MEGACAUSA
Pascua significa salto o paso. Con diferentes rituales, la Pascua Judía conmemora el salto a la libertad habiendo vencido la esclavitud del pueblo a manos de los egipcios y la Pascua Cristiana celebra con la resurrección de Jesús, el paso a la vida venciendo la muerte.
Más allá de la connotación religiosa, en ambos casos la historia revela sobradas muestras de injusticia, de opresión del más poderoso, de prisión, juicio y condena de inocentes y de primacía de intereses mezquinos por sobre el de la justicia genuina.
Los festejos se replican en todos el mundo con variados matices; en el vecino Brasil, por ejemplo, la tradición consiste en hacer muñecos de paja que representan a Judas, el traidor, para colgarlos en las calles y destruirlos, lo que se extiende a veces a representar a políticos involucrados en escándalos en lugar de Judas. Rememorar estos hechos implica también asumir un compromiso activo con la justicia pendiente, por lo que resulta inevitable recrear esta búsqueda en la causa del Registro de la Propiedad en la que la opresión del poder y el abuso de la prisión preventiva sistemática, de quienes son por principio del Derecho inocentes, aún aguarda su Pascua.
Dijo Pérez Esquivel que la libertad no puede ser encerrada en ninguna prisión porque vive en uno, en el compromiso y, en este tiempo tan especial, en la perseverante y tenaz demanda de verdadera justicia.
MÁS AULAS Y MÁS ESCUELAS
Es maravillosa la intención sumada al anuncio, de la construcción de 60 escuelas y cientos de aulas más en los venideros cuatro años de la gestión de Schiaretti al frente de la gobernación cordobesa.
Sin dudas que la casi alineación con el gobierno nacional será un factor determinante en la financiación de tan ambiciosas como necesarias concreciones, a las que debieran sumar una dignificación del decaído salario docente.
Sin embargo, es oportuno hacer notar el drama anual en numerosas escuelas del ámbito cordobés, muchas de las cuales muestran deplorable estado de abandono edilicio, con el sistema eléctrico desprotegido y con el permanente peligro de episodios no deseados en cuanto a la integridad de alumnos y de educadores.
La correcta previsión indicaría que lo prioritario sería atender esa problemática, que es la generadora de conflictos que se traducen en pérdidas de días de clases, cuando el ciclo ya arrancó mostrando un déficit debido a los paros en demanda de mejoras salariales acordes con la inflación.
Porque dejando de lado estas acuciantes urgencias, sería para pensar en un acto demagógico, o sea huir hacia adelante en materia de atención de la educación que no es sólo tener escuelas nuevas, sino habitables las que están.
Como siempre, seguimos sosteniendo que si los gobiernos tienen una eterna materia pendiente, es el respeto por las prioridades.
Y Córdoba no es precisamente la excepción.
40 AÑOS Y LOS IMBÉCILES
Dejando de lado las enormes diferencias en la evaluación numérica de la concurrencia a la marcha por los 40 años de aquellos infaustos días de marzo del ’76, tonto sería negarle su trascendencia como expresión popular de repudio a lo que por entonces aconteciera en la vida de las argentinos.
Desde las 11.000 personas que calculó la policía hasta el delirio de sostener la concurrencia de cien mil, está de por medio y con valor propio, la motivación de la convocatoria.
Pero en estos casos, suele suceder que un número reducido de loquitos, de esos que nunca faltan, se encarga de desvirtuar la protesta apelando al daño, al vandalismo y a la agresión como si ese estilo fuera alentado por todos.
La indignación por el recuerdo es lógica como lo es el repudio a los años de plomo y del desprecio por la vida, pero esos motivos se oscurecen en su licitud por la acción de los intolerantes.
Es discutible el vistagordismo policial porque intervenir como lo imponían las circunstancias, hubiera abierto las puertas a una represión más dura que después sería prolijamente utilizada a la hora de victimizarse.
Todo indica que a lo largo de 40 años los dañinos no aprendieron aún el respeto por el prójimo, demostrando que tocar de oído la historia altera los ánimos y habilita el camino a las agresiones inútiles e imbéciles, tan imbéciles como los tocadores de oído que las perpetran.
La mayoría de ellos, que no vivieron aquellos tiempos, no tienen derecho a que ahora aparezcan erigiéndose en jueces y verdugos.
Verdugos ya tuvimos y de todos los colores.
EL ESTADIO KEMPES
Muchas veces las ansias por darle vida más allá del fútbol a nuestro estadio mundialista, suele derivar en situaciones que pudieran evitarse, si existiera en la mentalidad de los funcionarios responsables, eso que le llaman la práctica y el ejercicio de la previsión.
Suerte que a nadie todavía se le ocurrió hacer allí un concurso para excavadores de pozos, porque si lo consideraran rentable a lo mejor no le esquivarían a la posibilidad.
Un rally, recitales y otras actividades que no son para ese recinto, consiguieron devaluar su calidad de escenario de grandes contiendas deportivas, algunas de nivel internacional y trascendentes como lo es una fecha por las eliminatorias de un mundial de fútbol como en este caso.
Los desvelos son por el estado del césped y los medios periodísticos de Buenos Aires, desplazados de ser el centro de la escena, pusieron el grito en el cielo con razones certificadas con la simple observación de fotografías recientes o vistas desde las alturas.
¿Estará o en condiciones el pasto para pasado mañana?
Tendrían que habérselo planteado cuando se decidió ofrecer a Córdoba para este partido y no ahora cuando al igual que siempre, se apela a la vieja costumbre argentina del remiendo.
Con toda seguridad que si está bien vendrán los aplausos y si se asemeja a un potrero surgirán los pretextos, pero de culpables o responsables, también como siempre, ni hablemos.
Y peor aún cuando existe la política de por medio.