26 de septiembre de 2021

S.L.B.: EL REMANENTE “K” TRAS LA DERROTA, ROMPIÓ LA ALCANCÍA Y TARDÍAMENTE ANUNCIÓ SU GENEROSIDAD – LAS PEATONALES CÉNTRICAS INVADIDAS POR RUIDOSOS “ESPECTÁCULOS MUSICALES” – DESDE EL PODER, UNA FALTA DE RESPETO A LA ANCIANIDAD – LA JUSTICIA CORDOBESA Y SU HISTÓRICA PACHORRA – EL EQUIPO DE TALLERES NINGUNEADO POR EL PERIODISMO PORTEÑO – CAOS DE POPULISMO, CLIENTELISMO Y DEMAGOGIA – NI LA PANDEMIA CONSIGUIÓ ECLIPSAR A LA PRIMAVERA, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 26/9/21 emitido en dúplex por AM580 y la 88.5FM ambas dependientes de la Universidad Nacional de Córdoba.

Tardía e interesada generosidad
EN POS DE SUPERAR EL DERRAPE EN LAS PASO
LOS ‘K’ REMANENTES ROMPIERON SU ALCANCÍA
 
   Por allí la situación que estamos viviendo me empuja a recordar episodios de mi lejana juventud y de mi remota niñez, cuando recibíamos algunas monedas y comprábamos caramelos, aunque algunos teníamos un chanchito de yeso con una ranura en el lomo, por donde ingresábamos a la panza porcina una moneda ahorrada porque en lugar de 10 caramelos quedábamos conformes con seis o siete, y no por esa privación caíamos en la infelicidad.
   Y con alegría rompíamos el cerdo de yeso.
   En la que se llamaba Caja Nacional de Ahorro Postal también íbamos amarrocando de pesito en pesito porque comprábamos estampillas por un valor equis, que se iban pegando en la libreta y cuando juntábamos unos manguitos íbamos con esa libreta a la Caja respectiva y nos daban el dinero celosamente guardado.
   La palabra “inflación” todavía no existía y si se había inventado, aún no se usaba por lo que el dinero, de enero a diciembre, valía siempre lo mismo y esto no es un ataque de nostalgia, sino útiles y reveladores recuerdos.
   Todo cambió, creo que después de Venezuela y algunos países africanos o de por allí lejos, tenemos el vergonzoso privilegio de ocupar dentro de los “top five” la ominosa lista de países altamente inflacionarios y eso no es culpa de los argentinos, sino directa responsabilidad de quienes nos gobiernan.
   Y como los que nos gobiernan -de cualquier color-tienen esa malsana vocación por eternizarse en el poder, al menos aquí somos 45 millones de víctimas de los desaciertos, omisiones, faltas de respeto, menoscabo a la inteligencia colectiva y emergentes de un absurdo como lo es más de la mitad de la población sumida en la pobreza, en un país exageradamente rico en recursos, con la diferencia que en otras latitudes tienen menos riquezas pero saben administrarlas.
   Aquí, más que administradores, tenemos malos políticos, angurrientos de poder y de utilidades y esa es una explicación que seguramente me la cuestionarán por elemental y reduccionista, pero desafío a quien quiera que me demuestre que no es la verdad.
   La reciente consulta electoral primaria produjo un desparramo tanto en el mundo partidario desde la derecha, pasando por el centro y terminando en la izquierda porque la sorpresa fue de todos, incluyendo a la devaluada credibilidad de los encuestadores, la mayoría de los cuales cayó en el papelón.
   Ahora viene otra consulta, de la que estamos a 49 días y el electorado navega desde el optimismo de quienes aseguran revalidarán cifras, y la desesperación sumada a la alergia a los barrotes, de los que con el dinero de la gente buscan revertir una situación de la que son los únicos responsables por impericia, apetencias o desorientación tanto funcional como ideológica.
   Es descomunal la cantidad de dinero que ya está circulando en esa acción de inclinar tendencias, frente a un pueblo que demostró una madurez cívica que muchos creían olvidada, negándose con su mensaje en las urnas a ser instrumento de apetencias desmedidas o cómplices de maniobras perjudiciales para la sociedad.
   También aparece escandalosa la impunidad con la que se desvían fondos -destinados a paliar el efecto de otras ugencias- invertidos en electrodomésticos, ajuste de planes hacia arriba, ajuste a los pasivos, reducción del pago de ganancias y otras gangas, en una obsequiosa maratón por comprar votos, dejando de lado el sentir de la gente en cuanto a la inoportunidad de un derroche que era necesario desde tiempo atrás y no ahora frente a la inminencia de una nueva paliza electoral.
   Pero así son las cosas y esa es la realidad que nos rodea, al resumir que en campaña preelectoral, hasta los gatos les regalan queso a los ratones
 
Comerciantes molestos e invadidos
LAS  PEATONALES  DEL  CENTRO CORDOBÉS SON 
ESPACIOS ABIERTOS PARA RUIDOSOS RECITALES
 
   El diferendo generado entre los comerciantes del centro de la ciudad, especialmente los instalados en las calles peatonalizadas, quedaría superado con la sola aplicación del buen criterio y del recíproco respeto con o sin la mediación de las autoridades que por lo general logran empiojar todas las tratativas que se suelen encarar, con formalismos y exigencias inconducentes a una solución que no resulte perjudicial para nadie.
   En este caso, las irresolutas diferencias están planteadas entre esos comerciantes y un gran número de improvisados cantantes, mini orquestas dedicadas a la que se llama “música culta”, vocalistas y bailarines de cuartetos que han tomado esos sectores de la ciudad como escenario para sus actuaciones como actividad que les permite juntar unos pesos en estos duros tiempos de crisis.
   El problema radica en que ambos sectores son víctimas de una marcada decadencia tanto en las posibilidades de trabajo como en los habituales niveles de venta, emergencia que está llevando y lo seguirá haciendo, a la quiebra de muchos comercios y a la pobreza individual de cientos de cordobeses que en los últimos tiempos han visto descender penosamente su calidad de vida vulnerando aquello de ser clase media para transformarse en indigentes virtualmente marginados de la sociedad de consumo.
   Los comerciantes sostienen que tantas horas de aturdimiento -le llamemos musical- les ha minado la paciencia provocándoles un nivel de estrés nunca experimentado, mientras que aquellos que buscaron esa actividad como paliativo de su propia angustia y marginalidad, no encuentran otra solución que exhibir a cambio de unas monedas sus dotes vocales, actorales, musicales o de cualquier otra especialidad artística con tal de quitarles algo de dramatismo a sus carencias.
   Hay que estar en la piel y la tolerancia de quienes se sienten condenados al hartazgo de vivir escuchando lo mismo durante horas y horas, días y días lo que altera la tranquilidad de cualquiera, o ubicarse en la situación de tantos agobiados por la desocupación y la miseria que no le encuentran otra salida a su drama.
   Así como desde el poder se diseñaron y aplicaron políticas de protección a sectores vulnerables, en este caso debiera también -me refiero a la autoridad- instrumentar soluciones para la situación que afrontan los desposeídos.
   No se trata de llegar al extremo del desalojo por una parte o el dejar las cosas como están, sino de actuar con la suficiente sensibilidad social que aporte soluciones y que no agrande el conflicto, al menos hasta que la situación mejore y se recupere eso tan lejano que se llama normalidad. Y ninguno debe asumir culpas por nada sino que de manera adulta, solidaria y respetuosa se estabilice la relación humana por encima de las broncas que genera el conflicto.
   Es cuando el Estado debe mediar para encontrar una solución accesible y equitativa que no sea parcial porque cuando el resultado es ése, queda en el ambiente la certeza que se ha cometido una injusticia.
 
Desprecio y menoscabo
FALTARLE  EL  RESPETO A LA ANCIANIDAD ES
MÁS  IMPERDONABLE EN  LOS GOBERNANTES
 
   Lord Chesterfield, quien no era como seguramente sostiene Axel Kicillof un fumador empedernido, supo afirmar tiempo atrás que se olvidan a veces las injurias, pero el desprecio no se perdona jamás, como que la fuerza y la debilidad de los dictadores o los altos dirigentes políticos -según Bernanos- consiste en haber establecido un pacto con la desesperación de los pueblos.
   Tampoco es cuestión de ser más que tolerantes y apegados cultores de la paciencia infinita, porque por la calle del después se llega a la plaza del nunca.
   En los últimos tiempos ha sido notable en el mundo mediático el crecimiento de los sistemas destinados a preservar documentadamente importantes dichos y acciones: resumiendo, la trascendencia de un archivo se consolida con el vertiginoso paso del tiempo y es mucho lo que aporta contra ciertas amnesias por eso del respeto a la memoria que, quiero insistir, es el lápiz de la historia.
   Cuando se trata de personajes sobresalientes en cualquier actividad, el valor de los archivos se acrecienta y muchas veces esa trascendencia llega a modificar actos y conductas posteriores, siempre y cuando los que hubieran caído en contradicciones no perpetren el error de negar aquello que han dicho o que han hecho.
   Para ciertas comunidades o estamentos étnicos el respeto hacia los adultos mayores, a los que muchos llaman “viejos”, adquiere un nivel casi reverencial en homenaje a las experiencias y un eventual acopio de sabiduría, que lógicamente no distingue a todos por aquello de la formación recibida, las vivencias atesoradas y otros detalles que hacen a la personalidad.
   Pero si hablamos de gobernantes, se me ocurre afirmar que son ellos, por mirar a todo lo que les rodea desde una tarima preferencial y más abarcativa, quienes mayor consideración debieran tener hacia sus mayores, lo que se multiplica si en manos de esos gobernantes existen mecanismos que mejoren la calidad de vida de los veteranos y más aún cuando tras una vida de sacrificio alcanzan eso que pomposamente se calificaba tiempo atrás como gozar el beneficio de la jubilación… ¿beneficio?
   Ahora que para la enorme masa de jubilados no llega a cubrir ni la mitad de sus necesidades básicas que le hagan superar su condición de pobres, no fuimos pocos los que llegamos a suponer que el Estado se ocuparía prioritariamente de subsanar esa injusticia, punto en el que debo admitir mi equivocación: los jubilados son víctimas de olvidos y maltratos, en la creencia desde la cúpula del poder político que al llegar a cierta edad dejan de ser parte de la sociedad, dejan de votar por desencanto y no son un obstáculo a la hora de transformarse en víctimas de omisiones.
   Por eso, a la hora de hablar de archivos, me llamó la atención aunque no me sorprendiera, escuchar parte de un discurso que pronunciara nuestro actual Presidente de la Nación, aludiendo a los viejos, así llamados porque lo somos, a nuestros iguales.
   Lo escuchemos…
El audio con parte de un discurso que pronunciara el Sr. Presidente de la Nación en ejercicio de su cargo, comentando los problemas y perjuicios que le acarrea a la economía la sobrevida de la gente, puede ser consultado en la columna respectiva ubicada en la parte superior derecha de este blog.
 
Megacausa del Registro de la Propiedad
YA ES IMPERATIVO QUE LA JUSTICIA SE
APLIQUE COMO TAL EN ESTE PROCESO
 
   Tal vez en algún futuro, exista o aparezca un juez, motivado por el respeto a la Constitución, que se horrorice con la prisión preventiva abusiva de la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba y con mirada imparcial e independiente, pueda aclarar que un compañero de trabajo no es un cómplice, que un contacto de teléfono no es un socio, que una secretaria no es una partícipe, que una banda no se constituye por equívoca resolución fiscal y que los delitos se prueban y no se decretan. 
   Un meduloso estudio realizado recientemente por el Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA) destaca como problema del Poder Judicial que no existe interés en revisar el propio funcionamiento ni cultura de “automejoramiento”; que no se receptan los intereses de la población y que no se evalúa el desempeño de los jueces de modo habitual. 
   La misma inquietud se ha planteado en Córdoba con respecto a las acciones de los funcionarios judiciales a cargo de la causa, en especial el sistemático dictado de la prisión preventiva, los encierros sin pruebas y los juicios repetidos a cargo de una única comisión especial. Pese a haber recibido por esto el reproche de numerosos organismos de derecho y de la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación, ninguna reflexión se ha emitido al respecto.  
   Decía San Agustín que no es el tamaño ni la fuerza, sino la presencia de la justicia lo que diferencia a un estado de una banda de delincuentes, por lo que se vuelve urgente buscar justicia en esta causa, para que nuestro Estado no lo sea.
 
El histórico “ninguneo”
TALLERES DESPIERTA ENVIDIA PORTEÑA YA
QUE NO ESTÁ ‘CASUALMENTE’ EN LA PUNTA
 
   Para el periodismo deportivo porteño, lógicamente es más trascendente que haya perdido Ràcing o que le hayan metido 4 pepas a Rosario Central, a que Talleres fuera otra vez indiscutido verdugo y lo mismo seguramente les está ocurriendo a los rosarinos, más ocupados en intentar neutralizar a “Los Monos” que exigirles a los “canallas” que tomen las cosas con mayor seriedad para no exponerlos a lógicos escarnios y cargadas desde la geografía mediterránea del país.
   Debo reconocer una vez más, si es necesario, mi absoluta ignorancia acerca de las técnicas y estrategias que se manejan en el fútbol, porque lo único que conozco del más popular de los deportes es que se juega con una red al medio y que los arqueros tienen un entrenador especial, que no es el D.T. y como ejemplo de ellos pongo a un científico de los tres palos como lo es el internacional y dilecto amigo Alejandro Gianchuglia.
   Nunca podré entender -aparte- esa tendencia de muchos colegas dedicados a comentar fútbol cuando sitúan al guardavallas “bajo los tres palos” cuando en realidad sólo el travesaño está por encima del arquero, por lo que corresponde decir “entre los tres palos”.
   Bien. Ya me desahogué con ese detalle.
   Volviendo a Talleres, está demostrando lo que consigue una conducción que más allá de lo futbolístico advierto que se ocupa vivamente por la integración absoluta entre el grupo humano que es el plantel. Al resultado de esa preocupación que supongo no está generalizada entre los D.T. lo vemos en cada partido en el que la “T” viene mostrando a diferencia de poco tiempo atrás, una olvidada categoría de equipo, una especie de sociedad solidaria para conseguir resultados impensados para muchos, como por ejemplo haber metido en la bolsa a varios “grandes” del fútbol argentino.
   Al provenir del rugby, tengo especial respeto por los árbitros partiendo de la base asumida por mis amigos de la ovalada, que “el referí siempre tiene razón y más cuando no la tiene”, lo que tomado fríamente no deja de ser un enunciado que se asimila por el mecanismo del absurdo.
   Pero en estos dos últimos partidos, me tocó ver desde mi ignorancia futbolística pero por mera observación visual y sin tener la finura del a veces implacable VAR, que los soplapitos cometieron gruesos errores y aplicaron injustas sanciones.
   No es una muestra de fanatismo albiazul, sino el punto de vista de alguien que goza de ver el buen fútbol, así sean masculinos o femeninos equipos argentinos, europeos, chinos, o del potrero de la esquina.   
   A Talleres nadie le regaló nada y por el contrario, es como si desde el puerto le quisieran robar, cuanto menos, los méritos deportivos bien conquistados.
   Y al margen: ¿Competirán alguna vez equipos mixtos?
 
A 49 días del 14 de noviembre
EL PAÍS INMERSO EN  UN CAOS DE POPULISMO
CON EXCESO DE CLIENTELISMO Y DEMAGOGIA
 
   Si es por hablar del tema, una pila de años atrás Aristóteles ya aplicaba el término “demagogia” para designar a la democracia, porque para el filósofo se trataba de una forma de desgobierno lo que significaba y en la actualidad así se rotula a quien proclama, con terminología que halaga a la gente, con miras a lograr beneficios políticos porque si hilamos más en detalles, también es demagogo quien presenta o alienta un programa político o económico que contempla reformas sociales que benefician al pueblo, pero que a la hora de las concreciones son imposibles de aplicar.
   El populismo, para el caso, deriva de la doctrina política alentada por el partido del pueblo en los Estados Unidos y por extensión, cualquier doctrina populista.
   Ese populismo se asomó en los países subdesarrollados latinoamericanos y la realidad mostró y refiere ahora como casos más definidos al varguismo en Brasil y al movimiento peronista en nuestro país, ambos distinguiéndose por hacer crecer una fuerte organización obrera para que en alianza o acuerdo con la burguesía nacional industrialista, cimentar las bases del desarrollo sustituyendo las importaciones, apoyados tales principios con políticas nacionalizantes, crecido estatismo en apoyo a la burguesía industrial y lo más sobresaliente, cerrar filas alrededor del carisma de un líder.
   Sería una insalvable tontería negar la transformación de la sociedad al compás de estos movimientos allí donde se desarrollaron, aunque no hubieran alcanzado los objetivos propuestos, lo que lleva a resumir que podemos llamar populismo a un movimiento político con base en los sectores obreros urbanos e industriales nacionales que a través de la distribución del ingreso busca la transformación del andamiaje social y económico de un país.
   La verdad, abordar un tema tan actual y apasionante no tendría el vuelo que merece, si dejamos de lado algo que defina como socio de esas conductas al clientelismo que cuando se concentra como objetivo electoral tiene una significación diferente a lo que se generalizó en las relaciones comerciales.
   Y vamos entonces al punto que enhebra todas estas definiciones con la realidad argentina de la actualidad: nadie puede negar que vivimos inmersos en un indisimulable escenario en el que tanto populismo como demagogia y clientelismo son parte del vetusto libreto de una corriente de pensamiento a la que se le dieron vuelta los calendarios y nos obligan a repetir experiencias penosas porque si en el país hubo deterioro, para encontrar a sus responsables se necesita nada más que algo -no mucho- de memoria desapasionada, pero ajustada a la historia.
   El Estado protector pasó a ser una utopía porque las jerarquías que dicen ordenarlo se acostumbraron a mirar hacia adentro y se olvidaron del sufriente exterior; porque la compra de votos es tan escandalosa que nos ataca una íntima vergüenza; porque siendo un país rico esa dispendiosa manera de gobernar para asegurarse la eternidad en el poder, es lo que está degradando valores tales como la dignidad del trabajo, el reconocimiento al esfuerzo, el respeto por el adversario, el rechazo a la vagancia y en consecuencia de tal deterioro, es que naufraga también el sentido de patriotismo.
   Una oleada de promesas precomiciales fue respondida en las urnas y abiertos enfrentamientos intestinos sobrevinieron tras la aplastante e inesperada derrota del oficialismo en la primera consulta. Estamos a 49 días en que los principales actores de la contienda serán la memoria, los fracasos, las promesas incumplidas y esas ansias irrefrenables del oficialismo por mantenerse en el poder.
 
Llegó para quedarse
NI LA PANDEMIA PUEDE  PONER  ENTRE
PARÉNTESIS A LA ANSIADA PRIMAVERA
 
   Los cordobeses alguna vez cultores del romanticismo seguimos viviendo desorientados con relación a las estaciones que implacablemente nos indica con su esclavizante rigor el almanaque y a las temperaturas que de un día para el otro nos agobian por la pegajosa humedad, o nos obligan a sacar del placar la camiseta, la campera y el pulóver que habíamos arrumbado para no verlos ni tocarlos hasta el próximo año.
   Y finalmente, cuando suponíamos que la primavera no se había enterado que era su atávica costumbre alegrarnos la vida y seguía paseando por otras lejanas geografías, se aquerenció pidiendo disculpas y haciendo anunciar su insólita tardanza con temperatura acorde, clásica y aguardada para esta altura del sufrido período pandémico.
   Que ya está entre nosotros la estación de la juventud, bandera estudiantil, forjadora de romances, fabricante de flores, verdores y perfumes, se nota en el calor que industrializa la maravilla de las sonrisas, los ojos luminosos y la ansiada brevedad de la ropa. Las limitaciones en la circulación y la distancia social para los encuentros fraternos o casuales son en muchos casos motivos de evocaciones y recuerdos traídos a un impensado presente de hisopados, barbijos y encierros, como si el Dueño de Todos los Relojes quisiera demorar el estallido de las flores y aún más la dolorosa y salobremente húmeda postergación de los abrazos.
   Una simple recorrida por la peatonal, pese a variables y antipáticas limitaciones, nos regala el magnífico y gratuito cuadro de la pasarela permanente por donde siempre desafiantes y pese a todo desfilan ellas, las dueñas de las miradas y destinatarias de los suspiros y de otras clásicas manifestaciones de masiva y sonora aprobación.
   Inspiradora de poetas la primavera en su esplendor ha recorrido etapas tan placenteras como desatadamente románticas -los clásicos pic-nic eran el escenario- hasta llegar a la lujuria, aunque en tiempos pasados y no tan lejanos para aludirla, se empleaba más el recato, que ha sucumbido a la inspiración actual simbolizada por las eróticas y hormonales exaltaciones del amor en su práctica superando a las vetustas y anticuadas teorías que pretendían definirlo.
   Y cuando la clandestinidad devino en modelo “impuesto” desde arriba y le viene dando sopapos al irrefrenable deseo la primavera llega lo mismo, inclaudicable vencedora de las murallas, las prohibiciones, los ocultamientos, las leyes o los decretos de necesidad y urgencia.
   Por eso es bueno rescatar de la memoria algunas expresiones poéticas consideradas audaces allá por mediados del siglo pasado que son un caramelo para el alma, porque están desprovistas de la intrepidez y la osadía literaria de la actualidad que más se aproxima a lo explícito que a la ensoñación.
   Es una pena no recordar el nombre del autor de “Margot”, un soneto delicioso y todo un atrevimiento para aquellos tiempos, aunque por el título se puede llegar a deducir un parentesco tanguero y lejanamente lunfardo. Sole Winter tiene la palabra:

MARGOT
Pasa Margot con su bolsón de raso,
largo el andar y la pollera breve
y muestra el muslo su filón de nieve
con cada balanceo de su paso.
 
Ojos rasgados, con mirar de ocaso,
boca sensual para el mordisco aleve,
senos en flor luciendo su relieve
desnudos, bajo de la blusa acaso.
 
Se detiene en la esquina y con delicia
suya el viento mancebo la acaricia.
El viento sabe de caricias tiernas.
 
Y al formarse una arruga en su vestido
parece que Margot ha consentido
que le ponga una mano entre las piernas.
 
   La verdad, una suave ternura que pinta no tan solo al personaje sino a tiempos cálidos, con imaginables y sentimentales esquinas de barrio donde al evocarlos se cruza la roja y cilíndrica figura del buzón con su vientre lleno de palabras, arrasado por el progreso.
   Ya está, algo tardía, pero en todo su esplendor la primavera dueña de soles y de caricias; de fantasías y de intenciones; de pétalos y de abrazos… y también de esperanzas en poder ser felices pese a las desgracias.

23 de septiembre de 2021

Miles de monedas y UN billete

A LO MEJOR POR EL APURO EN EMITIR
ES QUE SE GENERAN ESTOS ERRORES
 
   Que una pila de años atrás, Carlos Saul I de Anillaco haya tenido algún apuro por emitir moneda, será un tema que manejará la historia, la verdad es que promediando la década del 90 se encargó a Inglaterra el acuñado de monedas argentinas de un peso que si no estoy errado, eran por entonces equivalentes a un dólar norteamericano. Ocurrió entonces que de las partidas encomendadas, alrededor de 54 millones de esas “chirolas”, muchas vinieron con un error de “fabricación” porque en lugar de una letra “C” apareció una “G” y la avidez actual por juntar unos mangos aguzó la vista de los argentinos y uno de ellos descubrió el error, publicitó la tenencia de uno de esos raros ejemplares y vaya a saber a quién se le ocurrió valuar cada moneda de esas en 15.000 pesos actuales de los nuestros, equivalentes en estos días a unos 81 “verdes” modelo blue.
    De los cuatro costados del mapa nacional aparecieron felices tenedores de esas monedas que quedaron atesoradas sin dudas en los bolsillos de viejos ropajes, en cajones mezcladas con botones, broches, hilos de coser y otros elementos o depositadas sin plazo fijo ni otras pretensiones en vetustas y casi desaparecidas alcancías, mientras su cotización en el chismoso mercado de las redes sociales por una parte se consolidaba y desde otros sectores se lo tomaba como exageración.
   Ocasionalmente, apareció en esta semana un curioso ejemplar de billete de 1.000 pesos argentinos actuales con su hornero -ave nacional- en su frente y en el dorso (¿es correcto llamarlo así?) la típica e histórica casita de barro del pajarraco constructor en la horqueta de un árbol. Tiene todos los elementos que hacen a su validez y seguridad por lo que se trata de un billete de curso legal, pero por el momento tiene la enorme ventaja de ser el único, hasta que aparezcan sus gemelos, mellizos o hermanos de fajo.
   La numeración del billete, de la serie “I” o sea la i mayúscula que va en dos sitios -ambos en el reverso- son distintas, una de ellas incorrectamente impresa y es entonces que surge la pregunta: ¿cuánto vale monetariamente hablando este billete para coleccionistas, guardadores de rarezas, especialistas en numismática (aunque no se trate de una moneda) o simples curiosos?
   La incógnita queda planteada, aunque es prudente adelantar que por ahora está prolijamente guardado a la consideración de estudiosos y se pondrá a la venta en el momento oportuno, una vez que se estime el valor que pudiera tener, más allá de su condición natural de billete circulante.
   Si por una moneda de un peso mal hecha de las que andan por allí varios millones se habla de 15.000 pesos cada una ¿cuánto puede costar un billete de mil pesos, de curso legal, impecable estado, único ejemplar, para quien se encapriche en tenerlo?
G.F.

22 de septiembre de 2021

Final oficial de la pandemia

SEGURAMENTE ALGUIEN PENSÓ YA
EN CREAR EL MUSEO  DEL BARBIJO
 
   Las novedades posteriores al rotundo fracaso del kirchnerismo en las PASO eran tan previsibles como el final de esa vieja y anualmente repetida película que proyectaban todos los cines en cada semana santa, titulada “Vida, pasión y muerte de Jesus”.
   Por eso ya desde ayer, cuando se advertía que el nerviosismo y la agresividad interna en el amplio espectro ideológico del peronismo/justicialismo/kirchnerismo/camporismo, etc. los oponía enfrentados irreconciliablemente, desde la inteligencia de la conducción bipartita aunque negada, debieron apresurarse a cambiar de planes diseñando para su inmediata aprobación una batería de medidas de neto corte populista, demagógico y descaradamente precomiciales.
   Fue demasiado duro el despiadado como inesperado y fuera de todos los versos de los gurúes y de los científicos de las encuestas, el golpe de las urnas sumado a los pases de facturas intercambiadas “en cercanía” aunque con una sugestiva coincidencia que es parte del ADN de quienes creen manejar las riendas del poder: las culpas son siempre ajenas.
   Como por arte de magia y por real necesidad, urgencia y desesperación colectivas, fue como si de golpe y porrazo el virus hubiera sufrido un nocaut fulminante y antes que lo retiraran de la lona ya estaba virtualmente incinerado, el mismo destino alcanzado por más de 100.000 vìctimas del manejo interesado, canallescamente obtuso y claramente visible -ahora- de todo lo relacionado con la pandemia, las vacunas, los adioses sin despedidas, las situaciones caòticas que se vivieron, los desplantes por parte de las autoridades con las medidas restrictivas que aplicaron pero que olímpicamente incumplieron y por la vigencia siempre firme de la corrupción en la compra de los inmunizantes, de su traslado, de la distribución y de la existencia de las vacunaciones de privilegio, las fiestas clandestinas en el corazón del poder y otras barbaridades que los argentinos debimos soportar, encerrados y sin derecho a protestar.
   Fueron manejando los hilos de las estadísticas con un desparpajo alucinante y jugando con los tiempos preelectorales creyendo tener asegurada la victoria suponiendo que los argentinos somos un hato de millones de imbéciles, crédulos de las fantasías, los engaños, las exageraciones y la resignación por eso tan fatalista que sembraron, del peligro de muerte masivo, a sabiendas que tal drama no los alcanzaría por haberse adelantado ellos en las filas para los pinchazos.
   Bueno… Ahora habrá dinero en todos los bolsillos, jubilaciones tempranas, crédito a largos plazos sin intereses, mayores mensualidades en el showl de planes, subsidios a los monotributistas, fronteras abiertas no tan sólo para los narcos como es ahora, turismo social, planes de vivienda, mejoras a los jubilados, bonos mensuales para todos los trabajadores, público en las tribunas, reapertura de locales de fiestas, shoppings con entrada sin restricciones, festival de Cosquín, en fin, una sarta de promesas muchas de las cuales serán solventadas por millones de dólares provenientes del odiado Fondo Monetario Internacional que originariamente estaban destinados a la lucha contra el maldito virus, pero que mágica y sorpresivamente habrían cambiado de rumbo.
   Hartaron con encierros, privaciones, inútil prolongación de restricciones, medidas que atomizaron a cientos de familias, quebrantos económicos particulares, cierres de empresas, muerte del turismo receptivo, prohibición al tránsito humano entre pueblos vecinos, pérdida de dos años en todos los ciclos lectivos, perjudiciales atrasos en la administración de justicia, brutal crecimiento de la pobreza y de la desocupación y otros males por todos conocidos y padecidos hasta extremos impensados.
   Y pretendían que creyéramos una cadena de estructuradas mentiras, lo que se alcanzó a través de la desesperación y una creciente desesperanza en el futuro.
   La pandemia quedó atrás al menos para quienes, como son los “carteludos” que están ampliamente inmunizados y son por todos conocidos. Estamos en camino a la salud en plenitud, que el poder necesita tener como rehén hasta el 14 de noviembre próximo que será para nuestra historia la auténtica hora de la verdad.
   Quiero reiterar unos conceptos que me enviara el rugbier y querido amigo Dr. J.C. “Chuncano” Villalba, sacrificado médico radicado en el Sur: “A los pavos en los días previos al de Acción de Gracias, los alimentan muy bien y les dan licores. Los pavos se enamoran de sus dueños y el día de la fiesta, les cortan el pescuezo. Lo mismo pretende este gobierno con la gente, antes de las elecciones. Los pavos no tienen escapatoria, pero nosotros en el cuarto oscuro, decidimos quien pierde la cabeza. No seamos pavos”.
   Y como seguramente se buscará pasar al olvido los símbolos de todos los sufrimientos y privaciones, se optó “desde arriba” como medida -digamos inicial y simbólica- terminar con la obligatoriedad de usar barbijos en lugares abiertos y para distender angustias y aliviar pesares, bien vale restarle aunque más no fuera un cachito así del dramatismo que los argentinos hemos venido soportando.
   Los barbijos pasarán a la historia, si no es que según lo que pase el 14 de noviembre se haga imprescindible sacarlos de su encierro, sacudirlos y volver a esa obligación de transformarnos todos en irreconocibles.
   Hay un Dios y le llamemos Cristo, Aláh, Mahoma, Vishnú, Jehová o como mejor nos parezca, y a ÈL nos entreguemos mansa y resignadamente.

Gonio Ferrari

21 de septiembre de 2021

Día de doble júbilo

LLEGÓ LA PRIMAVERA Y DESDE EL PODER
DECRETARON  EL  FINAL DE  LA PANDEMIA
 

   Los cordobeses alguna vez cultores del romanticismo seguimos viviendo desorientados con relación a las estaciones que implacablemente nos indica con su esclavizante rigor el almanaque y a las temperaturas que de un día para el otro nos agobian por la pegajosa humedad, o nos obligan a sacar del placar la camiseta, la campera y el pulóver que habíamos arrumbado para no verlos ni tocarlos hasta el próximo año.
   Y finalmente, cuando suponíamos que la primavera no se había enterado que era su atávica costumbre alegrarnos la vida y seguía paseando por otras lejanas geografías, se aquerenció pidiendo disculpas y haciendo anunciar su insólita tardanza con temperatura acorde, clásica y aguardada para esta altura del sufrido período pandémico.
   Que ya está entre nosotros la estación de la juventud, bandera estudiantil, forjadora de romances, fabricante de flores, verdores y perfumes, se nota en el calor que industrializa la maravilla de las sonrisas, los ojos luminosos y la ansiada brevedad de la ropa. Las limitaciones en la circulación y la distancia social para los encuentros fraternos o casuales son en muchos casos motivos de evocaciones y recuerdos traídos a un impensado presente de hisopados, barbijos y encierros, como si el Dueño de Todos los Relojes quisiera demorar el estallido de las flores y aún más la dolorosa y salobremente lacrimógena postergación de los abrazos.
   Una simple recorrida por la peatonal cordobesa, pese a variables y antipáticas limitaciones, nos regala el magnífico y gratuito cuadro de la pasarela permanente por donde siempre desafiantes y pese a todo desfilan ellas, las dueñas de las miradas y destinatarias de los suspiros y de otras clásicas manifestaciones de masiva y sonora aprobación.
   Aunque pasen los tiempos; aunque habitemos Saturno o consigamos enfriar al Sol, jamás se perderá la evocación de aquellos instantes mágicos en que nos creíamos hombres y ellas ya se sabían mujeres. Esos remotos arrebatos, que ahora se atribuyen a la estudiantina, no eran otra cosa que la explosión sensual que ahora ataca sin edades y sin sexos, pero que cada vez menos nos ocupamos de ocultar.
   La primavera, verdugo de los ocres inviernos y concubina del color, del calor creciente, de los suspiros y de las flores, ya está entre nosotros para que la recibamos con el alma henchida de felicidad como homenaje a los recuerdos y las nostalgias de tiempos idos, tan lejanos y a la vez presentes en el momento de evocarlos.
   Debe ser por eso que cuando el espíritu no envejece y tenemos la dicha de la serena plenitud, la llegada de la primavera tiene cada vez que ocurre el explosivo despertar del amor naciente, ese dulce yugo de renovada frescura que silenciosamente nos encadena al placer de sentirnos vivos.
   Aunque dejando vacíos, tristezas y silencios hayan pasado demasiados años, casi como resucitando aquellos bisoños, inexpertos e íntimamente húmedos tiempos del picnic…
   Ahora, cuando la clandestinidad se transformó en un modelo “impuesto” desde arriba y le viene dando sopapos al irrefrenable deseo la primavera llega lo mismo, inclaudicable vencedora de las murallas, las prohibiciones, los ocultamientos, las leyes o los decretos de necesidad y urgencia.  
   Ya está, algo tardía, pero en todo su esplendor la primavera dueña de soles y de caricias; de fantasías y de intenciones; de pétalos y de abrazos… y también de esperanzas en poder ser felices pese a las desgracias. 
   La primavera llegó para quedarse y vale repetir que ni siquiera la pandemia puede ponerla entre paréntesis. Desde el poder y con claros objetivos de propaganda precomicial decretaron el milagro de la plena salud, así como supieron condenarnos al encierro exagerado y a los adioses sin despedidas.
   Se advierte algo parecido a una indisimulable desesperación emergente del resultado de las PASO.
Gonio Ferrari

19 de septiembre de 2021

S.L.B.: DESDE EL PODER, CURIOSO CONCEPTO SOBRE LA INSEGURIDAD QUE NOS AGOBIA – COMPLICADA LECTURA E INTERPRETACIÓN DE LAS P.A.S.O. – TRANSPORTE URBANO CONDENADO AL FRACASO – MEGACAUSA DEL REGISTRO: LLAMATIVAS CURIOSIDADES – SE VIENE UNA CAMPAÑA DE TONO ELEVADO - ¿ESTÁ EN RETIRADA LA PANDEMIA? – LA INFLACIÓN DE AGOSTO CON ÁCIDO SABOR A BROMA, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 691 del 19/09/21 emitido en dúplex por AM580 y FM88.5 ambas dependientes de Radio Universidad Nacional de Córdoba.

¿Sobran delincuentes?
CURIOSO CONCEPTO  OFICIAL ACERCA DE
LA INSEGURIDAD QUE ACOSA A CÓRDOBA
 
   Este conflictivo asunto de la inseguridad incontrolable, creciente y sin nada que la detenga de acuerdo con lo que se sabe, viene generando algunas situaciones que si no fuera por la enorme gravedad ciudadana e institucional que alcanza, sería para equivocarnos a la hora de tratar el tema con seriedad porque muestra aristas más que curiosas y generadoras de gestos de sorpresa e incredulidad.
   Porque una cosa es la inacción policial -así califico la situación a la luz de los magros resultados- y otra muy distinta y rayana en la ofensa a la inteligencia y al padecimiento de la gente, tratarnos como si fuéramos un rebaño de imbéciles que confundimos el crecimiento del hampa con aquel viejo verso recitado desde el poder, que se trata nada más que de una sensación y con esa declamación nos vienen charlando desde años atrás.
   Pero que se gastan dinerales en equipamiento, vehículos, armamento y otras erogaciones no es nada parecido a la sensación, sino la certeza  que toda esa inversión deviene en inútil mientras el gobierno siga negándose a diseñar, legislar, imponer y controlar su aplicación, de una política integral de seguridad que incluya la preparación técnica, científica y operativa del personal que se incorpora a la fuerza azul, siempre y cuando se deje atrás su condición de bolsa de trabajo para el pago de compromisos políticos con la militancia del pensamiento partidario que maneje las riendas de la provincia.
   Es como si desde arriba no hubieran caído en cuenta del llamativo crecimiento de la violencia en los hechos delictivos, que ha llegado incluso al espanto de picanear a las víctimas para quedarse con elementos y vehículos de su propiedad.
   Esto desnuda la presencia que viene en aumento, del componente de droga, cada vez más accesible a los delincuentes que la consumen por vicio y en la creencia de aportarles valentía, que la encuentran en decenas de puntos de venta de toda la ciudad y así como ellos saben dónde están, quienes y a cuánto la venden, y no me vengan con el verso que la autoridad ignora esos detalles porque si eso se siguiera sosteniendo, allí sí que la ciudadanía tiene derecho a pensar en falta de operatividad o connivencia con quienes manejan a su antojo y con llamativa impunidad el narcotráfico y la comercialización de las sustancias prohibidas.
   Alguna vez llegaremos a contar con una policía preparada en todo aspecto a nivel universitario, sin improvisaciones, amiguismos o padrinazgos, hasta el punto que no llegaría a sorprendernos si frente al fracaso de las políticas que se anuncian aplicar, el alejamiento de autoridades sea la lógica resultante.
   Es absurdo y casi demencial que un ministro provincial sostenga que “hacen falta menos delincuentes”, esconda estadísticas serias y vuelva al anuncio que están cumpliendo bien su cometido.
   Porque muchas veces se cambiaron hombres, se reemplazaron jerarquías, se pasaron a retiro pero todo eso de nada sirvió porque la podredumbre interior no ha sido neutralizada, y esa es la principal causa del actual y calamitoso estado de cosas.
   Cambiar para salir en los diarios, se los vea en TV o se los escuche por radio, en nada beneficia a la gente, porque nada mejora sino que nos hace pensar, cada vez con mayor convicción, que nos creen estúpidos.
 
Desencantos y sorpresas
COMPLICADA LECTURA E INTERPRETACIÓN
DE ALGUNOS RESULTADOS DE LAS P.A.S.O.
 
   El nuevo fracaso de los encuestadores y de las consultas que dicen que hacen, nos ha llevado a un estado de incertidumbre acerca de tomarlas o no en serio para futuros actos electorales, porque en las PASO el más desprevenido de los ciudadanos pudo haber pensado que estaba descubriendo la enorme cantidad de sapos hechos por los que dicen tener base científica para la elaboración de sus pronósticos.
   La verdad es que pasada la hora del cierre de las urnas y cuando se comenzaron a conocer los primeros números, se generalizó una actitud de sorpresa –agradable para muchos y dolorosa para el resto- hasta que el transcurrir del tiempo y bastante antes de la medianoche la tendencia aparecía marcada en el sentido de decretar un rotundo fracaso del oficialismo nacional y popular.
   Estoy seguro que más de uno pensará que es apresurado cantar victoria ahora, cuando falta el segundo y último round del combate para mediados de noviembre y en esa se metieron también los encuestadores, ahora vacunados contra el virus del asombro, adelantando con marcada cautela que las posibilidades de crecimiento de las actuales minorías eran poco probables, casi como tomando los remedios estando sanos.
   Las lecturas de los entendidos, aunque sean en cierta medida orientadoras de la opinión pública, quedaron de lado frente a la contundencia del escrutinio que marcaba fenómenos tales como el derrape en la provincia de Buenos Aires, que el niño Kiciloff ya tomaba como trampolín para llegar a mayores pretensiones de poder, lo que seguramente habrá alcanzado también a Máximo, el ahorrativo, preaspirante al sillón de Rivadavia pero lo que es más urgente familiarmente hablando, es el camino hacia una indemnidad que en estos momentos se le viene negando por eso, entre otras cosas, del número de adeptos y adictos tanto en Diputados como en el Senado de la Nación.
   Lo de Córdoba, tema aparte con un “Gringo” Schiaretti plantado, firme, en una casi indiferencia jugando la propia y sin contaminarse con las broncas de nivel nacional, devolviéndole la pelota al arquero para que le ayude a ganar tiempo, aunque no le hayan seducido las cifras que mostraron la casi impensable caída de su Sra. Esposa a cifras no previstas, sumado esto al papelón del hombre que se creía fuerte en Punilla con un cómodo y alejado tercer lugar en la grilla.
   Lo de Marito Negri sin dudas habrá sido la instancia más dolorosa, especialmente por haber sido vapuleado, escuche bien, por un hombre de raíces peronistas, pero dentro del radicalismo, como el caso de Luisito Juez.
   Bueno lo de Aurelio García Elorrio, candidato del vecinalismo en permanente crecimiento con relación a consultas populares anteriores y dejo para el final el desencanto nacional por haber perdido, el oficialismo, unas 14 provincias y con casos emblemáticos para el llanto, como lo fueron Santa Cruz, Chaco y algunas otras.
   Ya pasó una semana, los números siguen dando vueltas, la pelea intestina del justicialismo no ofrece respiro y las consecuencias se verán a mediados de noviembre, cuando la ciudadanía demuestre si sigue los designios de Perón o la impronta de un kirchnerismo devaluado, golpeado y minoritario.
   Allí se verá si es cierto aquello que los peronistas no se pelean y que son como los gatos que cuando se trenzan duramente no es que combatan entre ellos sino que se están reproduciendo.
   La carrera que resta no ofrece mucho margen para modificar sustancialmente la situación como para revertirla, pero si para mejorarla, sobre todo en el afán de no perder bancas en el Congreso.
   Se me ocurre que esa es la mayor preocupación del kirchnerismo remanente, porque aparte de la gobernabilidad que deben sostener por dos años más, está aquello de no perder porque significaría, si todo sigue su marcha frente a esa contingencia, la pèrdida de esa tranquilidad de estar libre, para muchos de ellos.
 
Un añejo padecimiento
TRANSPORTE URBANO EN REITERADA
ETAPA  DE  FRACASO  COMO  SISTEMA
 
   Por allí mezclando sensaciones y vivencias, me asalta la certeza de comparar, aunque parezca ridículo, dos situaciones diametralmente diferenciadas como lo son el combate a la inseguridad y la delincuencia por una parte, y la solución del agudo, viejo, percudido y agotador problema del transporte urbano de pasajeros en esta Córdoba sorprendente.
   Y hago un paralelo de ambos temas porque en la policía no existe una política integral que le guíe, como en el transporte de pasajeros tampoco se cuenta con parámetros que aporten sorpresa y soluciones porque los protagonistas no han cambiado: en el tema seguridad los delincuentes tienen más o mejor inteligencia que las autoridades del área, y en el transporte urbano siguen los mismos protagonistas de siempre como parte de la situación: la Municipalidad que es el poder concedente, la FETAP que agrupa a las empresas prestatarias, la UTA, gremio que aglutina a los trabajadores de la actividad y por último el sector más desprotejido, vapuleado, ofendido, charlado y menoscabado que es el de los usuarios, obligados sostenedores de un sistema realmente perverso.
   Lo es porque es el pasajero quien se transforma en obligado rehén de los caprichos tanto de los empresarios como de los sindicalistas, sectores que a veces se abrazan en el objetivo común de llevar las situaciones a tal punto que a la Muni no le queda otra salida, al menos medianamente decorosa, que ajustar el precio del boleto para evitar mayores quilombos y carencias y es así que la de Córdoba es la tarifa más elevada del país, dejando a consideración de la gente eso de los subsidios, que son elevados para Buenos Aires y pijoteros para el interior.
   Entonces, si la solución es hacerse cargo de las empresas que declinan o están mal administradas, incorporar el personal al plantel de la Muni y comprar 100 o más bondis, tampoco será la solución integral porque la dependencia de los otros dos factores -FETAP y UTA- se mantendrá contra viento y marea.
   Esto será hasta que el poder tome conciencia cabal que así las cosas no van a mejorar, mientras exista esa tácita alianza de darse una mano para presionar por aumentos en el boleto, hasta que algún legislador se anime a meterse en el tema e instrumentar leyes que preserven la fuente de trabajo, pero que fundamentalmente protejan al usuario, que es quien no mantiene tan solo a los que trabajan en el transporte, sino que con su voto aplauden o reprueban la gestión de las autoridades.
   Y con eso no se jode, porque ya hemos advertido de qué manera la gente puede quejarse sin hacer quilombo, quemar contenedores, romper vidrieras o incendiar barricadas…
 
Megacausa del Registro de la Propiedad
ALGUNAS LLAMATIVAS  CURIOSIDADES QUE
SON PARTE DE ESTE APASIONANTE ASUNTO
 

   El Dr. Daniel Pastor, catedrático de la Universidad de Buenos Aires, afirma que la posibilidad de aplicar una pena sin sentencia es una violación de garantías fundamentales muy tentadora, ya que esta pena anticipada no necesita cumplir con las exigencias (acusación, defensa y pruebas) que el Estado de derecho impone para la procedencia de una pena.
   Ante esta tentación sucumben los tribunales cordobeses en la causa del Registro de la Propiedad, ya que dos de cada tres personas condenadas cumplen la pena de manera anticipada, sin ningún juicio, pese al nada pequeño detalle de que los delitos sospechados son excarcelables, con penas mínimas de 6 meses, y la mayoría de los imputados son trabajadores sin antecedentes penales.
   Otro dato, tampoco menor, es que en todos los juicios actúa la misma Cámara, con los mismos jueces, salvo excepción, y de la misma manera se repiten los fiscales, incluso en un curioso y cuestionado intercambio de roles, ya que quien está encargado de investigar también comanda la acusación en el juicio, a contramano de lo establecido. De esta manera se ha formado para esta causa una comisión especial para juzgar, prohibida por nuestra Constitución nada menos que por poner en riesgo la imparcialidad.  
   Más allá de avasallar garantías, tal situación genera un espejismo de justicia, destruye la confianza en el derecho y aumenta las dudas acerca de la capacidad jurídica de quienes juzgan, o de la existencia de compromisos políticos, amiguismos y/o complicidades que enturbian la genuina administración de justicia.
 
60 días pasan volando
SI PARA LAS P.A.S.O. FUE DURA, NOS APRESTEMOS
A UNA CAMPAÑA PROSELITISTA DE TONO ELEVADO
 
   Eso de las peleas previas entre personajes amparados por la protección de la misma bandera política, registradas y divulgadas antes de las elecciones primarias como las PASO recientes, ya van camino a ser graciosas anécdotas, recuerdos oxidados o simplemente tienen como destino implacable ir a parar al antipático rincón de los olvidos.
   Decíamos días atrás que algunas actitudes “combativas” hacia adentro dejaban la duda si se trataba de percudidos enconos, desesperación por acceder o conservar el poder o simples y mundanas manifestaciones de humana hipocresía porque los adversarios se ofendían, se atacaban, se desvalorizaban y a la hora de luchar por el voto aparecían abrazados en una fraternal muestra de desorientación que invadía al ciudadano.
   La obligada pausa hasta noviembre transcurre con el unívoco anuncio desde todos los sectores que esa campaña, la que ahora dicen que va en serio, ya empezó al cerrarse la recepción de sufragios el último domingo, aún sin estar invadidos por la sorpresa grata para unos y nefasta en general para el actual oficialismo por lo impensada y fuera de los cálculos más pesimistas, que casi no los había en el confiado y exitista seno del poder.
   Los entendidos o quienes dicen serlo, aparte de los encuestadores que en su mayoría reincidieron en el papelón, se mantuvieron cautos incluso al ir avanzando la sorpresa con la mediatización de los resultados, pero pocos por no decir ninguno, aventuró la posibilidad de un quiebre institucional como derivación de la feroz lucha interna de un partido político que alguna vez fuera mayoritario. Más allá de los chisporroteos políticos, de las apresuradas reuniones y de ciertas tomas de posición de personajes “del palo” la situación tendió a serenarse y las cosas retomaron el ritmo que alcanzaran una vez consolidadas las cifras del escrutinio, lo que lógicamente despertó un intensivo y recíproco “pase de facturas” por aquello tan viejo que las victorias tienen muchos padres pero las derrotas son huérfanas.
   Dentro de todo, más que injusto hubiera sido si por la lucha interna de un sector del pensamiento argentino, se hubiera puesto en peligro al sistema democrático con lo onerosa que resultó su recuperación tras oscuros años de dictadura. Los ajenos a esa corriente de pensamiento que divide ahora el origen del libreto gobernante entre el Instituto Patria y Balcarce 50, por lógica interpretación cabe suponer que entre ellos se pueden ofender, pelearse, hacerse daño, tirotearse o arañarse, pero sin complicar en tal crisis al resto de la población que ahora es comprobada mayoría y ansía vivir en paz un camino que se supone es el que lleva a la recuperación.
    No es bueno para el pueblo ni saludable para la Democracia, hacerse eco de malignos rumores que hablan de un digitado agravamiento de la pandemia y sus efectos, pretexto para un decreto de necesidad y urgencia u algún otro mecanismo aplicable, que podría llegar a utilizarse con el propósito de ampliar los tiempos para una recuperación del oficialismo con una postergación de las elecciones previstas para noviembre.
   Y el otro peligro emergente: sobre que nadie encontró la manera de al menos atenuar la grieta ya existente en la sociedad argentina, empujar a la ciudadanía a otra grieta aún más riesgosa, que es la encarnizada pelea entre dos sectores de la misma corriente política con el agravante de imponer como rehén a la vigencia de la Democracia.
   Lo malo es que conociendo el paño acerca de esas usinas para la desorientación ciudadana, bien sabemos que no son una novedad, y no es tan sólo para sospechar que estarían operando ahora, sino que la historia nos ha demostrado que siempre existieron, y eso las hace aún tan repudiables como peligrosas. Confiemos entonces en la madurez cívica de los argentinos de bien -gobernantes y ciudadanos- para ahuyentar esos nubarrones que los disconformes y los tramoyeros de todos los tiempos, han inventado y empujado con la intención de socavar y debilitar los cimientos de una Democracia que aún perfectible, es el sistema que nos ofrece mayores garantías de paz, respeto y seguridad.
   No es prudente ni aconsejable para los extraños al peronismo en todas sus facetas y vertientes, meterse en una lucha tan descarnada como ajena al sentimiento generalizado.
   Si tienen ropa sucia, lo mejor es que la laven adentro y entre ellos y el agua oscura que no salpique al resto de la ciudadanía.
 
Lo bueno de las campañas precomiciales…
INESPERADO MILAGRO CON LA PANDEMIA
EN  VIRTUAL  RETIRADA DE NUESTRO PAÍS
 
   Más de un año y medio llevamos domesticados por cifras que nos espantan, como lo son la cantidad de contagiados, de muertos, de vacunas que faltan, de hisopados que se imponen y de otras informaciones que nos mantienen en vilo dentro de la angustia, con los lógicos ruegos de superar una situación de horrenda tristeza dentro de los miedos propios, por naturaleza, y de los que nos imponen no muy sutilmente para obligarnos al encierro mientras ellos ni siquiera usan barbijos.
   Estos últimos meses, vale reconocerlo, una sensación placentera de casi tranquilidad fue creciendo con el ritmo de la prevención por inmunizaciones, aunque esas interrupciones por la vigencia de los vacunatorios para privilegiados, las fiestas tanto clandestinas como las que se hicieron al amparo del privilegio que otorgan ciertas jerarquías dentro de poder, tendieron a imponer en buena parte de la población una vívida sensación o seguridad de desprotección, y al comienzo también de actitudes oficiales que llevaban a pensar en una manipulación de la apremiante situación con fundamentos precomiciales.
   Los números mientras tanto seguían creciendo mientras la compra de vacunas se dispersaba en la geografía universal y nos decían que venían ampollas de Rusia, de Holanda, de los Estados Unidos y hasta de Cuba, en una clara intención de buscar elementos que contuvieran el avance del desencanto, con miras a un hecho trascendental como son las elecciones primarias.
   Puede que me descalifiquen, que me insulten, que menosprecien mi opinión, pero sobraron elementos para sostener que nos estaban usando política y demagógicamente y que habíamos pasado a ser rehenes de ciertos designios.
   Empezaron por vacunar a los privilegiados, a las autoridades, a dirigentes gremiales, a notables de la política y a miles que se adelantaron en la fila aunque para el Sr. Presidente eso no era delito, pese a representar para ciertos casos la distancia breve entre la vida, el virus y la muerte.
   A medida que se acercaba el 12 de septiembre fue como que los envíos se aceleraban, aparecían vuelos y más vuelos, vacunas y más vacunas, en fin, el paraíso de la prevención, lo que no consiguió disipar esa atroz cifra actual que supera los 115 mil muertos, imposibles de esconder con la facilidad con que años atrás inventaran 30.000.
   ¿Recuerda en los últimos días un recrudecimiento de los contagios, del número de muertos, o de la permanente falta de camas para internación? Todo funcionaba como un relojito.
   Más aún, llegaron miles de vacunas Pfizer, repudiadas meses atrás por el poder.
   Roguemos que ahora, pese al duro revés que la ciudadanía le aplicara al oficialismo, la situación se mantenga y no volvamos a padecer esa espantosa amenaza del contagio, o de la falta de vacunas, o la saturación hospitalaria, porque los sacrificados luchadores de esos centros asistenciales, no merecen sufrir la manipulación interesada de la situación.
  Muchos de ellos sacrificaron sus vidas por amparar al prójimo en situaciones extremas y no es posible que se ofenda el heroísmo de quienes, más que los políticos, merecen nuestro monumento de recordarlos y admirar su sacrificio.
 
Contradicción con la realidad
LA INFLACIÓN OFICIAL DE AGOSTO ES PARA
PENSAR QUE NOS TOMAN POR IGNORANTES
 
   Mire, la verdad, no quiero entrar en detalles de la bronca que en lo personal me invade cuando desde arriba pretenden que crea -que creamos, mejor dicho- que la inflación del pasado mes de agosto llegó a la miserable cifra del 2 y medio por ciento, cuando una simple visita por un supermercado y su obligatorio paso por la línea de cajas, nos lleva a una realidad que nos pretenden vender como dulce y en camino de nuestra recuperación, al menos en el poder de compra del dinero que cada vez es menos, a la hora de recibirlo como paga por el trabajo.
   Pareciera que las autoridades no caen en cuenta de dos elementos que mucho hacen a la tranquilidad de la población, que lleva demasiado tiempo de zozobra con la pandemia, sus alcances, consecuencias y derivaciones tristes, como esas despedidas sin abrazos; esos lutos sin lágrimas, esas ausencias incomprensibles.
   Si tan sólo fueran los precios exagerados que por necesidad estamos obligados a enfrentar y pagar, sería cuestión de medirse hasta lo imprescindible a la hora de comer, sacrificar compras evitables como ropa de temporada, vinos que no sean tan berretas, olvidarse del rubro paseos y entretenimientos, anular el cable de TV, fumar menos o prescindir de las golosinas.
   Porque medicamentos, a cierta edad, no es un rubro al que le podamos esquivar, pese a los abusos que los laboratorios cometen y perpetran en nombre de la necesidad de salud de la gente.
   Pero que el Estado claudique en su posición de protector es algo pocas veces visto.
   La presión impositiva es ofensiva y encarnizada, cuando el propio Estado debiera achicarse en beneficio de la gente que lo mantiene, que somos todos nosotros incluyendo los excesos que se cometen en su nombre.
   Basta de asesores en número exagerado para los políticos, basta de gastos de representación, basta de dilapidar recursos que debieran aplicarse al bienestar de la gente. Basta de abusos, porque todo eso y teniendo en cuenta lo crítico de la situación que vivimos, configura una especie de corrupción sobre todo porque es evitable.
   Ni pensar que alguien del poder tenga la grandeza de legislar acerca de esta cuestión y los entiendo: eso es parte de la sensualidad del poder, una ninfa demasiado atractiva para dejarla pasar de largo…
   Y seguramente es lo que más extrañarán cuando pierdan las prerrogativas que se toman de prepo, hasta que en eso de la sensualidad del poder, por perder espacios pasan a la condición de viudos… o de viudas.