26 de mayo de 2013

SLB-260513-CORDOBAZO, LANATA, 25 DE MAYO, etc.



Desgrabación de comentarios del periodista Gonio Ferrari en el programa “Síganme los buenos” emitido el domingo 26 de mayo de 2013 por AM580 Radio Universidad de Córdoba.



EL FUTBOL, LANATA Y LOS NERVIOS
  
EL VERDADERO PATRIOTISMO
  
EL CORDOBAZO Y SUS RECUERDOS

   Parece mentira que hayan pasado 44 años de aquel cercano 29 de mayo del 69, cuando Córdoba ocupó primerísimos planos en la consideración mundial, una vez que las imágenes alcanzaron las más remotas latitudes.
   En pocas horas la ciudad fue ocupada por los manifestantes, que desbordaron a una policía solo entrenada para reprimir tumultos deportivos o manifestaciones poco numerosas.
   La gente, poco a poco, se fue plegando a la protesta, mientras en Buenos Aires se discutía la conveniencia o no de sacar el Ejército a la calle.
   El miedo fue mayor que la prudencia y el primer contingente que venía del Camino a La Calera desembarcó en el Pasaje Aguaducho, a metros del acceso al Hospital de Clínicas, en uno de los sectores transformado en foco principal de la revuelta popular, a las 5 en punto de la tarde.
   Quinientos soldaditos imberbes, con el miedo pintado en el rostro, se colocaron rodilla a tierra y apuntaron sus vetustos Mauser 1909 hacia arriba, para producir la más espantosa y atronadora de las amenazas.
   Habían llegado ellos, para restaurar el orden.
   Más tarde se conoció la existencia de víctimas fatales, decenas de heridos y cientos de detenidos.
   La ciudad, una síntesis del caos, que duró un par de días.
   No me lo contaron. Me tocó vivirlo demasiado de cerca, cuando trabajaba en La Voz y los practicantes de Medicina hasta nos disfrazaron de médicos en el Clínicas, para que estuviéramos en el centro de la escena, cuando usábamos casco para trabajar y ahora los volvemos a necesitar.
   El pueblo se había rebelado, porque aquella vez, se llegó espontáneamente al límite de la paciencia.
   Para que los gobernantes lo sepan: la paciencia tiene un límite y 44 años atrás la imprudencia política lo superó.
   Y en ciertos aspectos y situaciones no estamos muy lejos, o demasiado cerca de alcanzarlo.
   Siempre hay tiempo, y urnas, para corregir el rumbo.

ALGO ASI COMO POLICIA POLITICA

   La determinación de establecer un conjunto de productos cuyos precios al público deberán ser respetados por un tiempo, suena en el país de la desconfianza, más a medida impactante que a beneficio para la gente.
   No hace falta ser agorero y basta recordar experiencias similares ya vividas, porque en los primeros días había existencias pero a la semana, esos productos habían desaparecido de los estantes y de las góndolas.
   La otra velada trampita de los productores fue la merma observada en la calidad, y a veces sin alterar el precio establecido, pero menor cantidad de la mercancía y evoquemos como ejemplo aquel viejo pregón de los 74 metros de papel higiénico, que pasó a la historia.
   El mayor de los riesgos está en la segura aparición del mercado negro, indirectamente alentado por el Estado, que a precios superiores comercializará los productos que estén en falta.
   Y si bien el espíritu de la medida es digno de todo elogio, no es para pensar lo mismo acerca de los mecanismos que se instrumentarán para el control de su cumplimiento.
   Militantes políticos estarán facultados para ejercerlo, a cuyos designios e interpretaciones deberán allanarse tanto productores como distribuidores, mayoristas, minoristas y consumidores.
   Es mas o menos como instaurar desde el gobierno la cultura de la delación y de la alcahuetería, tal como sucede en Cuba, por ejemplo, con los CDR, que son Comités de Defensa de la Revolución que funcionan en cada manzana de las ciudades y pueblos, dirigidos por los más acérrimos seguidores del régimen castrista, el único permitido.
   Darles poder a quienes no aceptan el disenso y solo miran en una única dirección ideológica, es peligroso porque eso equivale a poner en vigencia un estado policial, como también lo supieron ser el Paraguay de Stroessner, el stalinismo soviético o el nazismo alemán.
   La idea en este caso no es afortunada ni oportuna, porque en lugar de volver al camino del respeto mutuo caeremos en el imperio de la desconfianza, del recelo y de la suspicacia como moneda corriente entre los que venden y los que compran.
   Justo ahora, cuando más necesitamos estar unidos.

MAS ACERCA DE LA MEGACAUSA DEL REGISTRO

   Se realizó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba una charla sobre el tema de prisión preventiva, organizada por el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales.
   Disertante fue el Dr. Alberto Bovino, abogado, profesor en la UBA, Master en Derecho, Consultor del CELS y reciente querellante por el CELS en la causa de Mariano Ferreyra. 
   Dijo entre otras cosas que por su carácter de herramienta de extrema violencia y grave afectación a los derechos de la persona, la aplicación de la prisión preventiva ha sido objeto de permanentes cuestionamientos de legitimidad desde un paradigma de respeto a los derechos fundamentales, basado en el incuestionable principio de inocencia.
   En su charla  el Dr. Bovino destacó que otro de los principios limitadores de la prisión preventiva se refiere a la proporcionalidad, en virtud del cual una persona considerada inocente no debe recibir peor trato que una condenada, ni se le debe deparar un trato igual a ésta.
   La medida cautelar no debe igualar a la pena en cantidad ni en calidad y en tal sentido, explicó que una regla práctica sería que la prisión preventiva no excediera de un tercio de la pena mínima prevista para el delito sospechado.
   ¿Saben la cara que puso el disertante cuando los familiares de los presos o rehenes que están en Bower, le comentaron que acá en Córdoba, en la megacausa del Registro, los imputados permanecen encarcelados con prisión preventiva  por dos y tres años por delitos que, de comprobarse su autoría en el juicio, tienen una pena mínima de seis meses?
   Agregó que lo terrible es que  la administración de justicia de nuestros países detiene sin pruebas, pues no investiga para detener, sino que detiene para investigar.
   ¿Que relación existe entre la supuesta legitimidad de encerrar a una persona por años, en condiciones infrahumanas, y el hecho de que quien ordene la detención sea un órgano estatal integrado por unas personas muy particulares a quienes llamamos jueces y juezas?
   Nada cambiaría si a la orden la diera un señor que trabaje de plomero, titiritero o astronauta, en la medida en que las personas sean encarceladas sin un verdadero juicio previo que respete las garantías judiciales  de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
   Es como para seguir fortaleciendo las dudas, acerca de la capacidad jurídica de quienes juzgan, o de la existencia de compromisos políticos o amiguismos y complicidades que enturbian la genuina administración de justicia.

LA NECESARIA RECONCILIACION

   Debo aclarar antes que nada y para evitar habladurías y chismes, que no soy defensor rentado ni ad honorem de De la Sota, ni creo que lo necesite porque nuestro gobernador también es abogado.
   Provocaron revuelo sus declaraciones que en líneas generales proponían algo así como reducir penas a los genocidas a cambio que revelaran ciertos detalles aún no conocidos, especialmente acerca del destino de los desaparecidos durante la dictadura militar.
   Obviamente que fueron muchas las voces que se alzaron sosteniendo con mayor énfasis la demanda de justicia con memoria, lo que personalmente me parece una postura digna y coherente.
   Pero cuando los reclamos van más allá y peligrosamente conducen al terreno de la venganza, de la revancha y del desquite, están desvirtuando groseramente la imperiosa  necesidad de reconciliación que tenemos los argentinos.
   Las diferencias ideológicas son insalvables, pero nadie habla de perdón ni de olvido, ni de ninguna otra forma de indulgencia, que afecte a la lucha por el respeto a los derechos humanos, una bandera de la que algunos se apropiaron sin haber hecho poco y nada para merecerlo.
   Los argentinos reconciliados pero sin amnistías, perdones ni olvidos podremos reencaminarnos rumbo a un futuro sin odios, tomando ejemplos como los de Japón, Alemania o China, que vencieron a sus fantasmas sin renegar de la historia, pero con la grandeza de mirar hacia adelante y por eso llegaron a donde ahora están.
   Nadie habla de una falta de respeto al dolor, al luto ni a la memoria de los familiares de desaparecidos, ni de claudicar en la prosecución de los juicios a los represores.
   Solo se trata, según me parece interpretar sin pasión lo dicho por De la Sota, de abrazarnos alguna vez sin pensar que en ese abrazo nos robarán ilusiones, o las ansias de justicia, que supongo son comunes a todos los argentinos.
   Por lo menos, a los argentinos con vocación de grandeza.

LA APROSS Y LOS MEDICAMENTOS

   Cuando en una casa se gasta dinero en champán, caviar y exquisitos postres más allá del presupuesto,  al momento de  querer comer fideos, arroz o papas acompañados por jugos en sobre, no alcanza ni para eso.
   Resumiendo, es una simple cuestión de correcto sentido de la administración y de no dar el tranco más largo de lo que permiten las piernas.
   Más o menos eso está sucediendo con la obra social de los empleados y jubilados dependientes de la provincia, que verán suspendida la provisión de medicamentos a fines de este mes, una amenaza que es presión para buscar un arreglo, que lanzaran los proveedores.
   El desmedido gasto publicitario, las partidas que se afectan a otros destinos, las fiestas cuarteteras, los viajes innecesarios, los carnavales y otras cuestionables como inoportunas erogaciones, hacen tambalear cualquier presupuesto.
   Cuando lo que se necesita más que sentido austero, es tomar conciencia de los gastos, se dilapidan los dineros que aporta la gente, como si el gobierno se agarrara una vez más de la deuda que la Nación tiene con los cordobeses, para justificar la desfinanciación que se produce por equivocaciones de gestión.
   El uso racional de los dineros públicos, si fuera una práctica de los gobiernos, nos devolvería la certeza de lo previsible, evitando el actual estilo de la improvisación y del remiendo que son graves faltas de respeto al pueblo.
   La salud de los agentes provinciales y más aún la obvia vulnerabilidad de los pasivos, demanda que las soluciones sean dinámicas y duraderas, para terminar de una buena vez con la cultura oficial del parche.
   Es difícil llegar a presidente, mientras no se demuestre la mínima capacidad para superar situaciones domésticas.
   Hay veces que no es necesario ponerse el traje, para convencerse que le sobra la tela por todos lados.
   O que le falta cuerpo.


24 de mayo de 2013

EL VERDADERO PATRIOTISMO


  Cumplimos más de dos siglos como Nación y es como si no hubiéramos aprovechado las lecciones de nuestra propia historia.
Desde la escuela primaria nos vienen metiendo en la cabeza algo parecido a la simpleza sin complicaciones, para hacernos entender que la Patria es la Bandera, la escarapela o el Himno Nacional.
Los políticos en algo coinciden, al pensar a la Patria como la construcción de una obra gigantesca, para nuestro bienestar y para todos los hombres del mundo que quieran habitar su suelo.
Y en este 25 de Mayo, a 203 años de aquella gesta memorable, considero oportuno opinar qué es la Patria, al menos desde mi humilde condición de ciudadano.
La Patria debe ser el paraíso donde podamos vivir en paz y en libertad.
La Patria es decencia, trabajo, sacrificio.
La Patria no es la beca para no trabajar, ni el bolsón.
La Patria es honestidad, entrega, amor por las raíces y generosidad con nuestro prójimo.
La Patria es construir y no mentir.
Es buscar el bien común.
Es gobernar y obrar sin soberbia ni autoritarismo.
La Patria es administrar honradamente lo que tenemos y erigir aquello que necesitamos.
La Patria, por muchos bastardamente devaluada en su concepto, es educación, seguridad, justicia y salud para todos, sin elegidos ni marginados.
La Patria es el respeto a los que piensan distinto.
A la Patria -para no olvidarlo jamás- la hacemos en la ciudad y en el campo.
La transpiramos en la calle, en las escuelas y en el surco.
Más nos demoraremos en gozarla, cuanto más nos demoremos en construirla.
Y la vida que merecemos los argentinos, por las riquezas que la Patria tiene, nos lleva más de dos siglos de ventaja.
Nos estamos resignando, peligrosamente, a perder demasiado tiempo mientras seguimos esperando aquella Revolución que se inició en 1810.
A la Patria enferma no se la cura con jarabe de pico, dijo Anzoátegui.
La Patria no es un reñidero donde las pasiones se desbordan y la violencia nos domina.
La Patria es el diálogo, el disenso, la discusión, el debate.
La Patria no es de civiles ni de militares, sino de argentinos.
La Patria no es Lanata, ni es fútbol para todos.
La Patria no es Menéndez, pero tampoco lo es Firmenich.
No lo es de los ricos ni de los pobres, sino de los ciudadanos probos y honestos.
La Patria se dignifica con el trabajo, y cuando no hay, es necesario crearlo, porque la Patria es producción más que subsidios.
La Patria es también rebeldía ante lo injusto, cariño por lo nuestro y respeto hacia el prójimo.
La Patria envilecida por la corrupción, solo se cura con justicia independiente.
A esta Patria la haremos grande cuando estemos unidos, y juntos ahuyentemos a los fantasmas de la discordia y las miserias que se fortalecen con los resentimientos.
Parece mentira, que a más de dos siglos de su nacimiento, la Patria todavía no tenga definida su identidad.
La tendrá sin dudas, cuando podamos coincidir pobres y ricos, ciudad y campo, profesionales y estudiantes, civiles y militares, peronistas y radicales, liberales e izquierdosos, rubios y morochos, en que la única bandera del país debe ser el esfuerzo con decencia.
Ese día maravilloso, marcará la verdadera fecha de nuestro alumbramiento como Nación.
Trabajemos juntos, empecemos ya, para que la desunión y los desencuentros no sigan siendo más rápidos que los almanaques.

22 de mayo de 2013

EL FUTBOL, LANATA Y LOS NERVIOS





Parece imposible, mirando de soslayo y a primera vista, que tuvieran mucho que ver elementos tan disímiles como el fútbol, el colega Jorge Lanata y los nervios.
Sin embargo, estos últimos días han servido para demostrar que contra todas las suposiciones, no es poco lo que los une y de acuerdo como vienen las cosas, van a permanecer durante un tiempo -al menos hasta octubre- en un triángulo amoroso de impredecibles consecuencias.
Uno de los partícipes fundamentales de esta historia es el fútbol, juego mágico, pasión de multitudes, empresa altamente rentable en muchos casos, vehículo de enriquecimiento de los malos dirigentes y de pobreza para muchos clubes y algunos buenos jugadores; ámbito de encerrada violencia alimentada por la droga y el dinero conseguido sin esfuerzo, con el ineludible mecanismo de la prepotencia y la amenaza de los bravucones del apriete.
Desgranando ideas y cercanos recuerdos todavía resuenan aquellos conceptos oficialistas que preferían ignorar la existencia de PPT en la noche de cada domingo, noche de fútbol, restándole hasta una menos que mínima trascendencia como espacio que mereciera la atención del televidente.
En pocas palabras, lo de Lanata no era para inquietar a nadie y sí para embriagar de placer a los destituyentes, caceroleros, sojeros, prensa amarilla, fachos y traidores a la Patria como se considera a todo aquel que no comulga con los postulados del modelo nacional y popular.
Otro de los pies de este trípode es el obeso y barbado creador de Página 12 que si bien viene cayendo en ciertas evitables sobreactuaciones y algunas imprecisiones, meticulosamente se ocupa de intentar (porque lo suyo es solo un intento) correr el velo de impunidad que proteje a grises personajes más emparentados con el delito que con el gobierno.
Esto, porque los funcionarios, de por sí, siempre fueron impunes.
Y el otro gran protagonista, el más necesitado de un buen maquillaje y mayor atención, es el nerviosismo equivalente a la pérdida de la calma para mostrar la hilacha de una intolerancia difícil de disimular.
Porque aquello que no inquietaba al gobierno, que no le provocaba ni cosquillas y por ende tampoco reacciones, ha mutado de la intrascendencia, a ser cuestión de Estado al punto de aniquilar viejas costumbres, como por ejemplo, de ver fútbol en la tarde-noche del domingo.
Y el costosísimo Fútbol para Todos ha pasado a ser un artilugio preelectoral, el deporte una mercancía ofensiva, lo que era un juego ahora es un arma.
¿A dónde fue a parar aquella indiferencia oficial frente a las denuncias de Lanata?
Porque la verdad sea dicha, si solo fuera cierto y se comprobara el cinco por ciento de las acusaciones, revestiría una enorme gravedad institucional que a toda costa, incluso a costa del fútbol, se pretende minimizar.
Es allí donde entra a tallar el otro partícipe necesario de este sainete que también es nacional y popular, porque ocupa la atención del todo el país: los nervios.
Solo alguien que ha perdido la calma, demuestra sentirse acorralado y resuelve situaciones con criterio imprudente y peligroso, termina por empujar a los espectadores a trasnochar, con problemas de transporte e inseguridad, alterando lo que desde muchos años atrás ha sido un rito; una religión.
Ponerse nerviosos ahora y cometer sacrilegio contra una vieja costumbre que sí es nacional y popular, desnuda un alarmante síntoma de debilidad política, desconfianza en los acusados por corrupción y es aumentar las expectativas que pueden tener los próximos capítulos de Periodismo para Todos, lo que seguramente agradecerá Lanata mientras tiemblan los que tienen sucio el tugget.
Es preferible fumar y fumar sabiendo que hace daño, a ingresar al universo de la dependencia de los ansiolíticos.
Como para anunciar lexotanil para algunos … y algunas.

19 de mayo de 2013

SLB 19-05-13 VIDELA Y SU MAMÁ - DE LA SOTA PATERNALISTA - LAS NUEVAS TORTURAS Y LOS DD.HH. - DROGA EN LAS ESCUELAS - LA MEGACAUSA DEL REGISTRO - UTA Y UNA NUEVA AMENAZA - EL MURAL QUE FUE BORRADO -


VIDELA: SU MAMÁ NO TIENE LA CULPA

   Tiempo atrás, una alta funcionaria gubernamental durante una reunión importante se refirió a mí, calificándome de hijo de puta, seguramente como conclusión de alguna crítica que realizara este periodista y que a ella la afectaba, y de fuente inobjetable me llegó, no el chisme, pero sí la certeza de lo que esta dama había dicho.
   Hay expresiones que son incontestables, porque eso equivale a caer en el mismo lodo; a ensuciarse en el mismo barro de quien ofende a alguien sin conocer, y de manera tan burda, cobarde y agraviante.
   Mi reacción fue muy simple: le envié un sobre a esa señora adjuntándole una foto de mi Vieja, que por entonces se acercaba a los 90 años de vida, después de haber criado a cuatro vándalos desde su temprana viudez.
   Y en una notita muy breve, de mi puño y letra, le pedía a esta funcionaria, que ya que la había insultado de esa manera, que al menos la conociera.
   Un par de horas más tarde, la señora me llamó casi llorosa, rogándome que la disculpara y que entendía lo que yo podía estar sintiendo.  
   La verdad que estas cosas ocurren porque conciente o inconcientemente, nadie repara en el daño que se hace gratuitamente, porque elípticamente se descalifica al destinatario real a través de lo que más ama, en la mayoría de los casos, la Mamá.
   Pero vamos al tema central de este comentario, porque uno de los más siniestros personajes de nuestra historia reciente ha partido sin dudas abrumado por su ayer, embriagado de violencia, de sangre y de luto.
   Puede haber sido el más sanguinario ideólogo del terrorismo de Estado, que en su delirio de hegemonía ideológica diezmó a una generación de argentinos.
   Puede haber sido el más desalmado torturador, feroz asesino, inhumano militar e indiscutido genocida de la historia universal, pero no considero justo que la liberación que para muchos les significa la muerte, le haya llegado a Videla antes que el completo castigo de la condena terrenal.
   Estoy seguro que las mamás, piensen como piensen, me van a entender.
   Ninguna madre puede saber si en sus entrañas lleva un ángel o un monstruo.
   A nadie hay que desearle la muerte aunque la merezca y con creces, de la forma más atroz imaginable, con una carga de sufrimiento equivalente al que prodigara a sus víctimas y un poco más, si cabe, como castigo.
   Pero siempre que muere un tirano, un criminal, un violador, un torturador o un genocida, no es él quien absorbe toda la repulsa, el odio, la revancha, los insultos o las humillaciones.
   Curiosa e históricamente, es su Mamá.
   Por eso, como aquella vez reivindiqué a mi Vieja, tengo la seguridad que la Mamá de Videla tampoco tuvo la culpa.
   Salvando la inocencia de las madres, jamás dejemos de reclamar justicia por la historia total y honremos el sano ejercicio de la memoria.
   Y recordemos que la justicia llega con su aire reparador, cuando la política y la ideología no tienen lugar en la balanza de esa señora con los ojos vendados que también es Madre.
   Madre del derecho y de la razón, pero no de la venganza.
   Murió Videla.
   A donde esté, se llevó toneladas de odio, como treinta mil secretos y ningún arrepentimiento.

LA DROGA EN LAS ESCUELAS

   Resulta penoso enterarse de algunos detalles de la tarea policial, que pretenden encajarle a la población una imagen de eficiencia, operatividad y éxitos.
   En los últimos días se viene publicitando como muy positiva la acción emprendida contra los prostíbulos y los proxenetas, todo enmarcado en la lucha contra la trata de personas.
   No se dejó de lado, porque sería absurdo hacerlo, cierta histórica connivencia entre los dueños de los lupanares y los malos policías, que por lo general les avisaban cuando se iban a realizar allanamientos.
   Los lugares donde se explotaba a mujeres (aunque algunos defiendan esa actividad calificándola como trabajo sexual) no estaban en los barrios marginales sino en pleno centro, e incluso a la vista de dependencias policiales.
   Un negocio, el más viejo del mundo, que encontraba y todavía encuentra la mejor promoción en ciertos medios que comercialmente publicitan esa actividad.
   Aplaudamos a la policía de Córdoba, por su sostenida tarea de terminar con la cosificación de incautas, que venían engañadas desde su ignorancia o indigencia y de las otras, indignamente explotadas.
   Para llegar a este logro, seguramente hubo que cortar el velado y económicamente productivo nexo entre la autoridad y los patrones de la prostitución organizada.
   Pero lo inexplicable es que ciertas cosas ocurran a 50 metros de la Central de Policía, lo que lleva a preguntarnos, ¿qué barbaridades pueden suceder en los barrios marginales, donde los vecinos no ven agentes ni en los desfiles?
   Así como la policía conocía cabalmente los lugares donde la prostitución era escandalosamente visible, también conocía y conoce en detalle y con precisiones absolutas, donde, quienes y a cuánto se comercia la droga en Córdoba.
   Fue necesario un escándalo escolar para que saltara al conocimiento público algo que no era necesario divulgar porque todos lo sabemos.
   La droga tenía naturalmente sus primeros pasos en la adolescencia, pero ahora el inicio en el consumo ha bajado de edad y afecta a niños en el último tramo de la primaria.
   Lo ocurrido a media cuadra de la Jefatura de Policía es vergonzoso desde donde se lo mire.
   Para atacar a la prostitución, se sostenía que las leyes no ayudaban a la lucha.
   ¿Qué pretexto surgirá ahora, para justificar el exponencial crecimiento del narcotráfico?
   ¿Cómo explicarán las autoridades tamañas omisiones?
   Las leyes ya están y sin embargo el negocio de la droga se expande, crece, se multiplica, mientras es una preocupación la prostitución, una buena pantalla de protección para los comerciantes del espanto, que operan a sus anchas incluso en las escuelas.
   Cuando se termine el stock de nubes de humo, parches y remiendos, veremos qué inventa el poder para explicar lo inexplicable.

LA UTA Y UNA NUEVA AMENAZA

   Los chicos malos y angurrientos, esos que le viven esquivando a la lenta acción de la Justicia que sigue amodorrada, ya deben estar preparando por las dudas sus miguelitos y otros elementos para dañar, como lo vienen haciendo desde hace tiempo.
   Y los cordobeses de la capital seguiremos siendo los rehenes de estos prepotentes y autoritarios dirigentes que jamás se quedan de a pié, que lucen sus autos de alta gama y se codean con los poderosos e insaciables empresarios del transporte, con quienes mantienen a veces, relaciones demasiado carnales.
   No nos asombremos entonces de los lobizones.
   Y el acostumbrado jueguito de las presiones parece que les sigue dando resultados, porque con solo amagar con un paro, comienzan a deslizarse ciertos lienzos desde la cintura para abajo.
   Con el pretexto de garantizar el servicio de transporte y evitar conflictos internos en “la muni”, ya se conoce el ofrecimiento del poder concedente, con el lógico apoyo de los empresarios del sector privado.
   Y ahora, satisfecho su nuevo y reiterado capricho, todos contentos: los choferes tendrán un básico superior a las 10 lucas, los empresarios se quejarán en pocos días de que no les alcanza la recaudación y pedirán un aumento del boleto, y la municipalidad que momentáneamente se tranquiliza.
   Total, el único que se jode es el usuario, prolijamente usado de profiláctico urbano -por ser fino así lo digo- y sin que siquiera le dieran un besito en la nuca.

NOVEDADES SOBRE LA MEGACAUSA

   De la Sota dice que Córdoba garantiza el pleno ejercicio de la libertad de expresión, etc. y fundamenta todo esto en lo establecido en la Constitución Nacional.
   Me ocuparé de esta cuestión en un próximo comentario, relacionado con el decreto suscropto y anunciado por el Dr. De la Sota.
   Es para preguntarse  entonces qué pasa con la libertad de los imputados en la megacausa (N de la R.: del Registro de la Propiedad) que todavía continúan con prisión preventiva, en violación a sus más elementales derechos humanos y sin respeto a la libertad que está garantizada para ellos en la Constitución Nacional, partiendo de su preámbulo y desde el año 1994 en numerosos tratados internacionales que Argentina reconoció como de jerarquía constitucional.
   Todos ellos amparan su derecho a la libertad.
   Dice Pérez Esquivel y lo leímos el domingo pasado: "el derecho a permanecer en libertad durante el proceso judicial, está consagrado como garantía constitucional y la violación de dicha garantía importa no solo la violación constitucional, sino también una violación a los derechos humanos de la persona".
   Adán Ferrer, ex Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, manifestó en una nota periodística: "Conforme a nuestro régimen jurídico al acusado no se lo presume, sino que es inocente mientras no se haya dictado condena en su contra y debe permanecer en libertad mientras se lo juzga, sencillamente porque es inocente".
   Y el Profesor Germán Bidart Campos dijo que: "Al derecho constitucional no le alcanza hoy con reconocer derechos y tutelarlos para que no sean violados; como no le alcanza con limitar al poder con el mismo fin.
   Además, debe contener un diseño de sociedad en la que esos derechos sean de goce posible para todos, y la libertad, un bien accesible en igualdad de oportunidades”.
   Pero en Córdoba existe una curiosa miopía judicial y política para leer la Constitución, ya que lo consagrado en ella para algunos es ignorado, evidenciando la peligrosa sospecha de que no todos somos iguales.
   Al menos, ante la ley.

DE LA SOTA, PATERNALISTA

   Es demasiado evidente que los cañones de la artillería K, están apuntados a derribar las pretensiones y los anhelos presidenciales que pudiera alentar nuestro gobernador.
   Por más que se declame en un artículo que nadie puede atacar, interferir o condicionar (a lo mejor los términos son otros, pero ese es el espíritu) la libre opinión, que nuestro gobernador tenga la honestidad de legislar también en el sentido de terminar con el deplorable sistema de premios y castigos a través de la publicidad oficial.
   Uno de los artículos del apresurado decreto delasotista dice textualmente que “Ningún acto, hecho, disposición, norma o acción de autoridad pública nacional, provincial o municipal puede influir, intervenir, alterar, modificar, revisar, condicionar, obstaculizar, coartar o por cualquier otro modo, vía o medio, ya sea en forma directa o indirecta, la expresión y difusión de la opinión, noticias, programas o línea editorial de un medio de comunicación existente en la Provincia de Córdoba, de periodistas o de cualquier habitante o persona que se encuentre en su territorio”.
   Aparte de quedarle debiendo a Macri los derechos de autor, nuestro gobernador debiera mirar un poquito hacia atrás y algo al presente, porque todas esas medidas de protección a la libertad de expresión, vienen siendo vulneradas sistemáticamente por su gobierno y por varias administraciones anteriores.
   Es impactante, demagógico y marketinero pregonar el amparo a la libre opinión, pero es de un penoso cinismo estar haciendo lo contrario, con el caprichoso manejo de la pauta publicitaria oficial que, lo reitero, se apoya en el más perverso método de censura, que es el ahogo económico.
   De la Sota debe comprender, o alguien se lo debiera decir, que los medios y los programas independientes solo venden espacios para que divulguen sus actos de gobierno, lo que no significa que el Estado pague aplausos o silencios, aunque existan medios y periodistas que lo hacen.
   La mejor manera de garantizar el ejercicio de la libertad de opinión y expresión no es legislar para la tribuna, sino abstenerse de intervenir en el mensaje virtual que se establece entre los medios y la gente.
   Lo mejor, volver al respeto por la opinión ajena aunque no se la comparta.
   Ese es el espíritu de la democracia.
   Todo lo contrario que se haga no es otra cosa que reforzar la instauración del condicionamiento y de la mordaza.
   Los periodistas independientes no necesitamos que el Estado legisle con una actitud paternalista porque no es necesaria, porque nos basta con que se respete la Constitución Nacional.
   Todo lo demás, no es otra cosa que pìrotecnia.
   O sea que está al cuete.

EL MURAL DE MONTEIRO

   El Tutuca Monteiro es un tipo querible, humilde, artista de raza, nacido en Portugal 76 años atrás pero aquerenciado en Córdoba.
   Admirador de Matisse, según me contaron, es mucho lo que ha contribuido al arte mediterráneo con sus obras, con sus exposiciones, con su personalidad de artista sin humos ni altisonancias.
   Durante la ejemplar gestión municipal de Rubén Martí, a Monteiro le encomendaron pintar un mural en el paredón que está frente a las plataformas de la vieja terminal de ómnibus, y la trato de vieja porque está la otra, la que le llaman Estercita como al tango, porque “los hombres te han hecho mal”.
   El Tutuca sacó de su galera un paisaje simple, que es la síntesis de esta Córdoba serrana, con lagos, verdor y a veces docta.
   Ciento cincuenta metros de colorido, que eran algo así como la foto de la cédula de identidad de la provincia, que los turistas veían al llegar.
   Hasta que algún iluminado de esos que tanto sobran, tuvo la genial idea de arrasar con esa obra, y reemplazarla por los colores emblemáticos de la discutida gestión de Ramoncito Mestre.
   Al influjo de la brocha gorda y sin ningún remordimiento de quien lo ordenó, desapareció el mural de Monteiro, de Córdoba, que era patrimonio cultural de la ciudad.
   Ahora nadie asume la culpa, porque la macana está hecha.
   Por allí se me ocurre que a lo mejor, a la orden de borrar el mural, la impartió ese empleado municipal de Cultura, que faltó 170 días en un año, y se justificó diciendo, textualmente, que no iba a trabajar porque estaba cansado de estar al pedo.
   El u otro que haya sido, es la única manera de entender una estupidez como la que se hizo.

14 de mayo de 2013

DERECHOS HUMANOS Y TORTURAS VARIAS




  Hasta no hace mucho tiempo, escuchar hablar de torturas nos erizaba los pelitos de la nuca y no era ser poco hombre aplaudir con las rodillas cuando nos enterábamos de alguna situación vivida, incluso por desconocidos, tanto en los aguantaderos militares como en las que se dio en llamar “cárceles del pueblo”.
   Dejando de lado ese engendro repugnante que le dicen “la teoría de los dos demonios”, el sufrimiento aplicado por el hombre a sus semejantes era igual de doloroso y cobarde si la víctima abrazaba cualquier bandería política o disímiles y utópicos fanatismos ideológicos.
   La historia universal es espantosamente generosa al recordarnos los instrumentos con los que se torturaba: aplastacabezas, cuna de Judas, desgarrador de senos, doncella de hierro, garrote vil, potro, empalamiento, azotes, lapidación, gota china, submarino, bolsa plástica, picana eléctrica, simulacro de fusilamiento y para qué seguir mencionando más elementos que el hombre utilizó para dar rienda suelta a su vileza o la de quienes los gobernaban.
   Y así como los tiempos cambian, la imaginación y la tecnología han hecho que los genios del mal incorporen a sus pésimas costumbres, otras maneras de torturarnos, haciendo del respeto por los derechos humanos nada más que un liviano motivo de oportunismo y barata mercancía electoralista.
   Porque también son torturas el despojo a los jubilados que todo lo merecen; el sometimiento del que son víctimas algunas comunidades aborígenes; la postergación a los sectores no alineados con el poder central; el suplicio de la marginación a quienes piensan diferente al modelo gobernante; el sometimiento político de la Justicia; la insuperable inseguridad; el incontrolable narcotráfico; la selectiva prepotencia sindical; la descalificación a la prensa así no sea independiente o el endeudamiento internacional.
   Tormentos son asimismo las mentiras e injusticias, la corrupción estructural, devaluar y desprestigiar al opositor, quebrar la necesaria igualdad de oportunidades o inclumplir a sabiendas las promesas que se multiplican al amparo de la demagogia.
   Y cualquiera de los martirios apuntados, de los que la historia ha dado y sigue aportando ejemplos, la dinámica tecnológica que tanto está contribuyendo al progreso de la Humanidad, ha implantado con certeza y sin proponérselo, una nueva y lacerante manera de imponer angustia y aflicción, por intermedio de la represión y del desenfrenado y potencialmente inhumano autoritarismo fiscal.
   Así como los implacables señores feudales, que asolaban la comarca universal con sus exigencias y los castigos que imponían por incumplimiento, la voracidad de un Estado malgastador y dispendioso que internacionalmente se disfraza de opulento, viene practicando un peligroso estilo apoyado por la inquietud y la zozobra que trasunta con sus presiones, sus amenazas de ejecución y otros apremios que en lugar de aportar tranquilidad, sumergen a buena parte del pueblo en la inseguridad con miras a un incierto futuro.
   La intimidación, que es una mentira sin patria ni noble origen, no es otra cosa que el fracaso de la cordura cuando naufragan los argumentos y groseramente se derrumba aquella demagogia.
   Y pasa a ser una bravata que solo sirve para poner en evidencia la debilidad política, la falta de ideas, el olímpico desconocimiento de la realidad o es la piedra fundamental de una tiranía.
   Roguemos que no lo sea y que solo estemos viviendo un superable espejismo, porque si esto es el horizonte que nos prometieron, es preferible quedarnos en donde estamos y no avanzar ni un solo paso.
   Porque con un salto al vacío de la incertidumbre, las torturas actuales nos pueden llevar al atraso y a la temida desintegración social, cuyos símbolos son aquellos viejos y desusados instrumentos de suplicio que nadie merece padecer.
   El peligro es doble, porque el Pueblo está -estamos- en el medio de una sorda lucha entre intereses políticos y grupos con apetencias económicas y vocación hegemónica, que jamás han tolerado una derrota.
   No hay ángeles, inmortales ni santos en una vereda ni en la otra.