31 de diciembre de 2023

S.L.B.: CADA UNO DE NOSOTROS, INTÉRPRETE DE LA REALIDAD – EN NADA CAMBIÓ LA PREPOTENCIA DE LA C.G.T. NACIONAL – SEVERA SEQUÍA DEL CORDOBESISMO Y ALCANCÍA VACÍA – LOS PRECIOS DEBIERON APLICAR FRENO Y MARCHA ATRÁS – SOBRE EL ABUSO DE LA PRISIÓN PREVENTIVA – NO SEA QUE ESPAÑA NOS HAGA UN PROBLEMA… - EL DRAMA SOCIAL DEL FRACASO POLICIAL Y SU REMEDIO – DESPEDIDA CON ERNEST RENAN, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 811 del domingo 31/12/23 emitido por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.

 
Casi como una desapasionada confesión
CADA ARGENTINO DEBIERA SER EL AUTOR DE
SU PROPIA INTERPRETACIÓN DE LA REALIDAD
 
   Es tanto y variado lo que se pontifica acerca de la realidad que la sola utilización del vocablo nos encierra en una especie de virtual e íntima cárcel, aunque creamos ser dueños de la llave que abre sus propias puertas, pero no siempre la utilizamos por temor, por desidia, por timidez o por verguenza propia que lleve a despertar el rechazo ajeno, y en tal sentido, es genial un concepto de Hermannn Hesse cuando sostiene que “no hay otra realidad que la que tenemos dentro de nosotros”.
   Y cuando apelamos a la humana valentía de evaluarla hacia adentro y mostrarla hacia afuera, es como si nos invadiera una íntima satisfacción; ese placer de sentirnos plenos y coincidir con una frase de Ernesto Sábato quien tiempo atrás supo comentar, palabra más o palabra menos, que la dura realidad es una desoladora confusión de hermosos ideales y torpes realizaciones, pero siempre habrá algunos empecinados que en sus vidas y en sus obras alcanzan pedazos del Absoluto.
   Algo tan cristalino como una gota de rocío nos pinta de cuerpo y alma, por eso de las satisfacciones que nos regala el simple y cotidiano ejercicio de la evaluación, precisamente, de la realidad que nos toca vivir.
   Es complicado dejar de lado los problemas, las frustraciones, los desengaños, para quedar inmersos en los algodones de la paz, del sosiego y de la armonía cuando alrededor de nosotros vemos el caos, las envidias, la sinrazón y la violencia con lo que se derrumban todas las intenciones de sentirnos plenos.
   Nuestra sociedad argentina es un hervidero de dañinas contradicciones que en su condición de tales nos enfrentan entre compatriotas, y devalúan la felicidad de sentirnos en la plenitud de ese estado que muchos le llaman de esperanzas, después de años de padecimientos para los menos afortunados, aunque una selecta y acomodada minoría afirme lo contrario en su evaluación egoísta, que por la propia fortuna de una existencia sin sobresaltos, olvida el padecimiento de los otros, que sobreviven o sobremueren en un mar de privaciones.
   Parece como que nos costara ser solidarios entre hermanos viviendo en un permanente estado de competencia entre clases, en la que hay que llegar a la ansiada meta de tenerlo todo, a costa de la eliminación del prójimo, cuando ese todo sería más justo si aunáramos la lucha cuyo resultado premiaría a la  sociedad en su conjunto, sin privilegiados ni condenados con anticipación, porque en este barco navegamos juntos aunque existan diferencias.
   Vivimos una realidad alucinante y ciclotímica, plena de dudas, proyectos, promesas, desencuentros y destellos de progreso para unos y de infierno para otros y no nos damos cuenta -o lo sabemos pero optamos por callarnos- que nuestro barco no tiene salvavidas y que si se hunde, el final será para todos.
   Podrán asignarme exceso de fatalismo o inclinado hacia el desencanto, pero nadie puede sostener que la plenitud de un horizonte de bondades está a la vista porque las miserias humanas se empeñan en luchar para ser los únicos que se salven del naufragio.
   Es el momento histórico que la realidad nos debe mostrar unión, solidaridad, respeto y sacrificio, básicos componentes de eso que le llaman patriotismo, por lo que considero oportuno citar una genialidad de Proust quien tuvo la particular visión de sostener que “para hacer soportable la realidad, todos nos vemos obligados a mantener en nosotros algunas pequeñas locuras”.
   Realmente, un campo que nunca tuvimos la oportunidad cívica de conocer…
 
La impaciencia no es la mejor consejera
NADA CAMBIÓ EN EL ESPÍRITU VENTAJERO DE
LA OBESA  DIRIGENCIA  CEGETISTA  NACIONAL
 
   Debe ser horrible esa humana sensación de terror cuando notas que se está quemando tu casa a donde has encanutado riquezas, honores y ventajas, pero no tienes agua para atacar las llamas, el teléfono está sordomudo y los vecinos miran el incendio sin intervenir, como represalia por algo que hubieran sufrido a consecuencia de acciones u omisiones de quienes ven arder su pasado y lo más importante, que era el futuro acomodado y venturoso.
   Tal puede ser la sintética imagen que advierte la sensibilidad de una dirigencia sindical de alto nivel, acostumbrada ya a la buena vida sin sobresaltos, sumado a la satisfacción que les debe producir haber transitado en poco tiempo y sin demoledores esfuerzos, desde la original condición de laburantes en el caso que lo hubieran sido, a la de prósperos empresarios dueños de bienestar a perpetuidad, seguro de holgura financiera para la familia y las posibilidad cierta, aunque no les fuera necesario, de empinarse políticamente con algún cargo oficial o una banca legislativa.
   Es de imaginar ese sufrimiento en aquellos dirigentes dueños de los aportes de sacrificados y a veces maltratados trabajadores, inquietos y en algunos casos mostrando un cierto grado de desesperación, frente al hecho que legalmente dejen de recibir las cuantiosas sumas de dinero que se apilan en el manejo de la obras sociales, que dejarían de depender tan estrechamente de sus lapiceras y chequeras. 
   Sin dudas es uno de los motivos por los cuales, a sólo una quincena de haber asumido el gobierno democráticamente elegido por una llamativa mayoría, ya decidieron “torearlo” con la declaración de un paro general de actividades como protesta por lo que consideran un despojo y por todo el otro resto, que contiene el abultado paquete de los legales decretos de necesidad y urgencia suscriptos por Milei y sus ministros, donde según la óptica de la dirigencia gremial nacional, se cercenan o modifican conquistas sindicales oportunamente logradas.
   En los fundamentos de la medida de fuerza, no recuerdo haber leído planteos similares en pocos años atrás, cuando la misma columna vertebral del movimiento peronista, pero fiel al kirchnerismo gobernante, guardó ominoso silencio hasta el punto que en los cuatro años de su desgobierno, la misma CGT con los mismos dirigentes actuales, no decretó ni siquiera un sólo paro de actividades como reacción a lo que infructuosamente imploraban las bases.
   Más que evidente la situación que nos lleva a pensar, sin ninguna maldad pero con fundamentos sólidos, que la base de la dura y apresurada protesta sindical es la certeza y sobre todo la inminencia de perder el control de los millones y millones de pesos que  manejan las organizaciones sindicales fuera de cualquier control oficial, eso por una parte, y por la otra esa caprichosa obligatoriedad, para el laburante, de depender de una organización con la que posiblemente no tenga ninguna coincidencia ni afinidad en lo político o en lo ideológico.
   Y como no hubo ningún atenuante o suavizante de la situación en cuanto a las medidas que adoptaría el gobierno ante las amenazas de una alteración del orden público en el día del conflicto, surgieron desde la dirigencia las amenazas de siempre y no me pidan que identifique a sus autores porque ellos y sus actitudes autoritarias  son harto conocidas por sus antecedentes y prontuarios.
   En una reunión de dirigentes gremiales llevada a cabo en Buenos Aires entre los aliados Moyano, Pérsico, Baradel y otros, coincidieron en señalar que podría haber sangre en las calles y tras el anuncio presidencial afirmando que respetando los DNU irían presos aquellos que violaran el derecho de realizar protestas afectando el derecho ajeno como la libre circulación y otros, porque hay derecho a quejarse sin afectar a otros sectores y transgrediendo a los DNU.
   Como detalle anecdótico viene al caso agregar que uno de los principales cánticos que entonaran recientemente en una asamblea de camioneros, poéticamente hablando, decía “traigan al gatito de Milei para que vea, que Moyano no cambia de idea, lleva la bandera de Evita y Perón”.
   Moyano tampoco cambia de mansión en la que vive, pese a que seguramente una de sus preocupaciones más reciente, sea la masiva desafiliación al Sindicato que lidera, luego de conocerse los detalles de los decretos de necesidad y urgencia.
   Que llegara quien llegara al sillón de Rivadavia, tendría la misma necesidad e idéntica urgencia…
 
Alto costo de los derroches inoportunos
‘CORDOBESISMO’ SUFRE UNA SEVERA SEQUÍA FINANCIERA Y ALCANCÍA  EN  ESTADO CRÍTICO
 
   La palabra ahorro nos llena la cabeza de citas, recomendaciones, amplias  interpretaciones de su significado, la conveniencia de tenerlo como práctica y mil detalles más que por abrumadores nos impulsan a practicarlo por determinación y en otros casos, por necesidad siempre y cuando se tenga respeto por el futuro.
   Ese vocablo no es de uso ni práctica frecuente en el devenir de la política, ni de la administración de las riquezas de una organización o de una comunidad y menos aún, cuando la tentación de la demagogia llama a su utilización anticipada, con miras a beneficios casi inmediatos como lo puede ser un resultado electoral.
   Se me ocurre que sin dejar de lado el mantenimiento edilicio de una ciudad como la nuestra en permanente crecimiento, demanda un presupuesto amplio porque también son trascendentes otros rubros, tales como educación, atención de la salud, alumbrado público que contribuya a la seguridad, cuidado de calles, transporte incluyendo las zonas olvidadas, todo esto en las ciudades principales de una provincia y con ayuda a todas las comunas con menor cantidad de habitantes.
   Aquí se hicieron muchas obras, carreteras, puentes, circunvalaciones, faros aunque no tengamos mar, caminos que se superponen con otros que todavía pueden ser utilizados y embellecimiento visual de parques, avenidas y plazas, todas obras que podían esperar respetando las prioridades que requerían la afectación de partidas presupuestarias.
  Mucho de lo realizado, fue gracias a un marcado y creciente endeudamiento, y las consecuencias no tardaron en asomarse, aunque se les atribuyera la culpa a otros factores en un intento por “salvar la ropa” y tener los votos que aseguraran la continuidad de una política.
   Que “estamos con las cuentas en rojo” saltó a la vista cuando se registró un retraso en el pago del medio aguinaldo a jubilados y planta de empleados públicos, lo que se acentuara pocos días después, cuando casi se llegó a postergar el pago del salario de diciembre, siempre liquidado para los últimos días del último mes y que ahora corrió el peligro de frustrarse.
   Les puedo comentar que fue notable la demora bancaria en el pago de jubilaciones a los pasivos y a  los activos en el mismo día, hasta el punto que el Banco de Córdoba con toda su mejor voluntad, no alcanzaba a cubrir la oleada de trabajadores estatales que se presentaban a cobrar.
   Tanto fue así que se decidió antes que nada privilegiar a quienes concurrían a depositar dinero en sus cuentas, lo que permitía disponer de efectivo mientras la logística bancaria, al borde de la extenuación, ponía de manifiesto el sacrificio de sus empleados para ir disponiendo de dinero mientras lenta y laboriosamente se recibían los depósitos con lo que al menos se impedía lo que podía llegar a ser un colapso.
   Todo volvió a la normalidad y los cajeros automáticos al borde del agotamiento, fueron recibiendo las cargas que les permitía al menos funcionar “a media máquina”.
   Y si los jubilados y los activos tienen que agradecer haber podido cobrar, cuando se encuentren con algún conocido o ignoto empleado de Bancor, agradézcanle por haber tenido con qué pasar una buena Navidad y un feliz año nuevo.
   La provincia tan endeudada, saldrá de tal situación por el esfuerzo y el sacrificio de sus contribuyentes, porque a todo lo adeudado no lo pagarán los políticos sino nosotros, los cordobeses.
   La gente de Bancor, de todos los niveles, fueron los héroes en una situación de la que pocos se dieron cuenta…
 
Impacto negativo ante la caída de ventas
EL  ACELERADOR DE  LOS PRECIOS ALOCADOS
DEBIÓ FRENAR Y APELAR A LA MARCHA ATRÁS
 
   No vale la pena destinar más espacio del que merece la alocada suba de precios en todo, desde los palillos, las aceitunas, el pan, los combustibles, los autos y todo, todo, incluyendo medicamentos, se están yendo a las nubes con el consiguiente estado de alarma mortal en todos los niveles de la sociedad.
   Los supermercadistas dicen que no son formadores de precios, pero sus productos aumentaron  43 por ciento en este último mes pero no son los únicos culpables, sino que representan el postrer eslabón en la cadena antes del consumidor. La carne aceleró sus valores como un Fórmula Uno y debió poner el freno y luego la marcha atrás porque las ventas descendieron escandalosamente y las cámaras de frío son caras.
   Muchos negocios, por ejemplo en indumentaria también bajaron precios porque cada vez que entraba una persona al local comercial, dueños y empleados lo ovacionaban.
   Resumiendo como les dije al comienzo, para qué seguir hablando de un tema tan sensible que a todos nos afecta, como lo es ese maldito “por las dudas” que volvieron a aplicarnos y resultó estrepitoso fracaso.
   En pocas palabras, doña, vecina, comprador u ocasional adquirente, cuando note que lo están bolsiqueando, arrepiéntase de la compra que pensaba hacer y a menos que sea imprescindible, espere hasta que se corran los nubarrones que ahora nos impiden ver la realidad.
   Si Perón viviera y aplicara como su exitosa Ley contra el agio y la especulación, Bouwer quedaría chico y tendrían que volver a levantar la vieja penitenciaría y reforzar los calabozos de las comisarías. Y aguantar el llanto de los comerciantes extranjeros que cuando se excedían en los precios, les decomisaban la mercadería y a ellos los despachaban hacia su país con un patadón en el tujes.
   Que es lo que ahora se impone…
 
Sobre la causa Registro de la Propiedad
DEMASIADO  DOLOR  CAUSÓ  EL ABUSO POR EL
CAPRICHO DE APLICAR LA PRISIÓN PREVENTIVA
 
   Es posible que la mención del título causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, se asocie en los oyentes de manera automática con la prisión preventiva, dado que la expresión se ha repetido alrededor de 800 veces entre los comentarios.
    Y no podría ser menor teniendo en cuenta que a esta situación se han referido el Colegio de Abogados de Córdoba, la Federación Argentina de Colegios de Abogados, el CELS, el Servicio Paz y Justicia de Pérez Esquivel, el INECIP en Córdoba, la Organización de las Naciones Unidas, a través de su Grupo de Trabajo contra la Detención Arbitraria, la Procuración de la Nación y la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
    Estos últimos dos organismos, como máximas autoridades judiciales, dictaminaron que la prisión preventiva dictada poseía una fundamentación sólo aparente, no ajustada a requerimientos constitucionales, que era arbitraria y dogmática, implicando incorrección e injusticia, y no daba explicaciones ni exponía el razonamiento realizado.  
   También agregaron que el tiempo excesivo de prisión preventiva equivalía a condenas, pese a la inocencia previa a un juicio. Exactamente lo mismo, vía consejo, sugerencia, recomendación, o cómo se le quiera llamar, habían dicho los otros entes consultados y sin embargo, en Córdoba parece manejarse otra realidad, ya que, por ejemplo, un informe sobre la causa emitido por el Ministerio de Finanzas y otro publicado coloridamente en un diario, destacan el número de juicios realizados y la cantidad de condenados, sin mencionar ni una sola vez la figura de la prisión preventiva sistemática, que paradójicamente identifica la causa en cualquier otro ámbito del derecho, nacional o internacional, en el que se la nombre.
    ¿Será que no han podido aún ver, escuchar, olfatear, degustar y palpar todos estos fallos? Porque de continuar tan particular ausencia, ceguera y sordera pertinaces, con tan grave y sostenida omisión de los sentidos será imposible un aconsejable, imprescindible e inevitable acceso a la verdad.
   Y hay en tal sentido, como ofrenda de un año más de nuestra prédica, en desnudar el abuso que se perpetra con la cantidad de casos en que la prisión preventiva ha pasado a ser norma, siendo que es una excepción, les comento que como recién expresé, a título de ofrenda, agrego pensamientos que divulgaran personajes de la historia.
   San Bernardo supo sostener que “Es mejor que estalle un escándalo a que se descuide la verdad” y George Braque tenía la certeza que “La verdad existe, sólo se inventa la mentira”.
   Aparte, cuando entramos en la duda acerca de ciertas resonantes apreciaciones, bien vale tomar como relativa una sentencia de San Juan y de su postulado asegurando que “Sólo la verdad os hará libres”.
   En esta causa, no todos se inclinan por tomarla con seriedad…
 

Los cambios de nombres de poco sirven
MÁS QUE BUSCARLE LOS  MOTIVOS, SE IMPONE
SUPERAR  EL  DRAMA  DEL FRACASO  POLICIAL
 
   A lo largo del 2023 que hoy llega a su fin, el tema que más debimos abordar fue todo lo relativo a la creciente inseguridad que no dejó de crecer, como tampoco decreció la ofensiva cantidad de efectivos de la fuerza azul que cayeron por formar parte de gavillas delictivas y estafándonos a todos los que pensábamos que eran impolutos, pero ofendieron a toda la sociedad que confiaba en ellos y en su honestidad.
   Es lamentable que tal actitud de parentesco con el hampa, por su efecto de expansión, salpique a todos los integrantes de la Policía de Córdoba que para los insensibles pasan a ser sospechosos de todo, cuando en esas filas existen hombres y mujeres sacrificados en el cumplimiento del deber, fanáticos del respeto hacia la ley e irreprochables en sus comportamientos, pero la meledicencia los condena injustamente.
   Es por esos efectivos, abnegados servidores, que la Justicia tiene la imperiosa obligación, caiga quien caiga, sin amiguismos políticos ni galones partidarios actuales o pasados, de poner en claro la participación de cada descarriado en acciones penadas por la ley.
   Es el mejor homenaje que se les puede rendir a quienes en cumplimiento de su deber, cayeron en la lucha contra la delincuencia organizada y tolerada por quienes no supieron honrar el uniforme ni su propia dignidad, para que el accionar intachable pase a ser lo corriente y no la excepción.
   ¿Los fracasos anteriores? Siempre sostuvimos el mismo juicio crítico resumido en una frase que nos hartamos de repetir: si la policía no puede, no sabe o no la dejan limpiar la mugre de adentro, nada podrán hacer con la mugre de afuera.
   El éxito asegurado, es para cuando se diseñe, se aplique y se controle la vigencia de una auténtica política integral de seguridad, porque si la Policía de Córdoba no deja esa costumbre impuesta de ser bolsa de trabajo para la militancia política, nada cambiará.
   Y la angustia de los cordobeses; nuestra intranquilidad y el desprecio por la ley, nos seguirán doliendo hasta el alma si nada cambia.
   Por nosotros y por ellos, hombres y mujeres de azul…

La despedida con  felices augurios
¡HASTA EL AÑO QUE VIENE, CON
PALABRAS  DE  ERNEST  RENÁN!

     

28 de diciembre de 2023

¿La moneda nacional es un símbolo patrio?

MUCHO PARA DECIR SOBRE LA INTENCIÓN
DE EMITIR BILLETES DE $ 20.000 Y $ 50.000


   Todo indica que la crisis de imaginación ha llegado hasta nuestra moneda, porque parece que para atacar a la galopante inflación no quedaría otra arma o argumento que lanzar billetes de alta denominación, al menos para entretenernos mientras contamos, sin que desde el poder aporten soluciones viables, urgentes y razonables que vayan más allá de lo impactante y cuasi folklórico porque bien vale que nos preguntemos que así como la Bandera
Nacional, el Himno, el escudo y la escarapela son símbolos patrios ¿qué impide que nuestra moneda sea también así considerada?
   Dejando momentáneamente de lado la posibilidad de un debate en tal sentido, vendría a ser parte de la lógica que la moneda nacional, al ser un distintivo esencial y certificación de una nación, forme parte de los símbolos y ante tal calificación, es para suponer que debiera gozar del respeto que tácitamente merecen otras expresiones que signifiquen equivaler a una carta de identidad. Es lo de menos el nombre que se le asigne porque lo trascendente es la función que cumple internamente y ante el mundo, como si fuera una cabal expresión identificatoria de su origen.
   Pesos, libras, dólares son nombres que en varios casos llevan suscorrespondientes apellidos aparte de las denominaciones que vienen trayendo desde el fondo de cada una de sus propias historias, porque por ejemplo el dólar no es exclusivamente estadounidense sino que también existe el dólar australiano o el dinar que es la moneda en algunos emiratos y naciones árabes y lo mismo ocurre con la libra.
   Mi actividad profesional me ha llevado a visitar decenas de países de América en su casi totalidad, desde la opulenta Europa pasando por la enigmática Africa negra y recorrer lejanos territorios de Oceanía, lo que me permitió manejar distintas clases de dinero tanto metálico desde el oro hasta el níquel y en papel, con sus más variadas, sutiles y casi torpes texturas y dándome el privilegio de advertir en cada una de ellas, una especie de ADN de sus gentes merced a una evaluación realizada con relación al trato que se le dispensa al dinero en la geografía universal.
   En cuanto al cuidado que se le brinda al billete corriente en los Estados Unidos de Norteamérica es para sostener que en lúneas generales los billetes desde un Dólar hasta los de 100 en sus varias versiones -en Argentina “descubrieron” que los hay con próceres de cara chica o de cara grande- con banda celeste o sin ella, sumado a  un elemento que le agrega seguridad y dificulta las maniobras de falsificaciones que surgen apenas un nuevo modelo de billete gana la calle y los bolsillos.
   Con el Euro ocurre otro tanto más o menos similar, pero en ambos casos aquellos billetes que presentan manchas, escritos, sellos o la caricaturización de personas o de otras ilustraciones, por lo general son rechazados aunque nunca faltan los “vivillos” (muchos hay en Argentina) que reciben esos billetes, descuentan un porcentaje de su valor que va desde el 10 al 30 por ciento o más y luego los canjean en los bancos sin sufrir descuentos.
   El buen trato o las burdas irrespetuosidades que reciben los billetes en mucho están relacionados con la estabilidad o no de sus países de origen, porque hay ejemplos válidos para tal aseveración: en los EE.UU. circulan billetes desde los de un dólar hasta de 100 (los de 2 dólares ahora son para coleccionistas) con una antigüedad que supera las dos décadas o más; en el emirato de Kuwait que lo menciono como ejemplo por conocerlo “in situ”, el billete de mayor valor es de 20 dinares que se dividen en 1.000 fils, para una economía tan estable que los precios en general se vienen manteniendo desde 35 años o más y cada dinar equivale a casi cuatro dólares.
   ¿Cuántos ceros le hemos venido quitando a nuestros billetes más valiosos o mejor dicho a nuestro decrépito peso desde 1969 hasta 1992, es decir hasta 30 años atrás?
   En ese lapso, Argentina cambió cuatro veces su moneda y le quitó 13 ceros,la misma cantidad de ceros que, al ritmo actual, se encamina a exhibir la suma de la base monetaria a la que hay que sumar los pasivos remunerados, apenas cierre el primer semestre del año: 10.000.000.000.000 de pesos, una cifra que en lo personal, no me animo a utilizar porque ignoro cómo se la define y se me ocurre que es algo así como 10 millones de millones. O a lo mejor debo decir 10 billones de pesos…
   Todos estos antecedentes vienen de perlas para imponer una actitud patriótica de protección y recalificación de nuestro signo monetario, reiteradamente ofendido y humillado tanto en su valor nominal como en su “aspecto físico”, hasta el punto que nuestro billete de máxima denominación no alcanza a significar ni un par de dólares y haciendo la comparación con Kuwait nuestros billetes más recientes equivalen a 500 fils, o sea medio dinar.
   Si se concretara en lo inmediato porque marzo está demasiado lejos o peligrosamente cercano, el lanzamiento de los anunciados billetes de 50.000 pesos, esta suma equivaldría -a valor actual del “blue”- a unos 50 dólares y chirolas y lo único que llegaría a solucionar temporalmente, sería el creciente costo logístico de la alimentación de los cajeros automáticos y la dinámica bancaria.  O de lo contrario, habrá que ir viendo el valor de las carretillas que supieron utilizarse para salir de compras en Venezuela, que fue uno de los modelos a imitar por nuestro anterior gobierno nacional, aunque aquí lo hicieron peor aunque lo sigan negando.
   Dejemos momentáneamente el tema del valor monetario de nuestro signo, para abarcar otra cuestión que no es intrascendente como muchos malamente la rotulan y es el respeto que se le debe a nuestros billetes y es una vergüenza mundial descubrir caricaturas, insultos, mensajes de amor, odios reprimidos, invitaciones turísticas, ofertas comerciales, consignas partidarias y pavadas similares y lo peor de todo es que en la mayoría de los casos ese dinero es parte del circulante.
   Para fortalecer la inquietud argentina acerca de los nuevos billetes, en cuanto
a su estética tienen para elegir una multitud de figuras como próceres, banderas, escudos, santos, artistas, científicos, deportistas, paisajes, animales, músicos, políticos o militares y lo aconsejable sería emitirlos de tal manera que dificulten su falsificación, otra de las debilidades de nuestro actual dinero en papel,  incorporando como novedad la utilización de un material impermeable que permite holografías transparentes muy difíciles de imitar, tal como vemos en ejemplares de billetes chilenos, australianos o mexicanos que vienen circulando desde varios años atrás con excelentes resultados.
   Puedo asegurar que en ningún país del mundo, al menos de los que conozco, se maltrata así tan impunemente a su moneda nacional, quedando a la vista esa estúpida manera de ofender a ese elemento que bien vale ser tomado como uno de los símbolos patrios al igual que la Bandera, el Himno, el Escudo y la Escarapela, que tengo entendido lo son por mandato legal cuando nuestro signo monetario es parte del ADN argentino pese a sus caprichosos vaivenes, desvalorizaciones e históricas decadencias.
   Sería interesante que algún legislador tomara la iniciativa de instrumentar auténticas e imprescindibles medidas de protección que aparte de servir para revalorizar el respeto, sirva para ahorrar millones de pesos que se malgastan en reimpresiones, trámites bancarios, para el quehacer cotidiano y para que sirva como afirmación del orgullo que debemos recuperar acerca de nuestro signo monetario, víctima de la indiferencia de quienes al desentenderse  de categorizarlo, lo empujan a una decrepitud histórica que la ciudadanía no merece.

                                                                          Gonio Ferrari

24 de diciembre de 2023

S.L.B.: A POCAS HORAS DE LEVANTAR LAS COPAS – DESTINO INCIERTO A LA GOBERNABILIDAD POR DECRETO – LA DEMORA CON EL MEDIO AGUINALDO, SEÑAL DE ALARMA – LA MEGACAUSA Y LOS VERDADEROS RESPONSABLES – LOS VÁNDALOS DEBERÁN PAGAR LO QUE DESTROCEN – ÍNTIMO Y SOÑADO INSTANTE DE JUZGARNOS – DESPEDIDA CON EL CARDENAL RATZINGER, ETC.

 
Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”, edición nº 810 del domingo 24/12/23 difundido por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba:
 
Bella Nochebuena y ¡feliz Navidad!
SALUDO A POCAS  HORAS  DE  LEVANTAR  
LAS COPAS CON BURBUJAS Y PRUDENCIA
   Restan escasas horas para llegar al mágico instante de la cristiandad, en la evocación del nacimiento de Jesús.
   Los tiempos con su loca y atrapante evolución han transformado a esta celebración en un hecho meramente consumista, pagano y gastronómico, razón por la cual y en forma personal, estimo que es tiempo propicio para hacer algunas pequeñas consideraciones.
   Entre otras, procurar que el encuentro sea para unir a la familia, y no para desmembrarla ahondando las diferencias que pudieran existir en su seno.
   Intentar cuidar el cuerpo, porque en el nombre de Jesús y de sus santos apóstoles y venerables personajes, se cometen excesos lamentables tanto en la comida, pero sobre todo a la hora de levantar las copas, hacerlas tintinear y luego beber, con las consecuencias que después lamentamos.
   Procurar ser prudentes a la hora de los gastos, porque estas fiestas de fin de año sirven para caer al absurdo endeudamiento que dura por lo general hasta abril o mayo, merced a la intensiva utilización del dinero plástico, con el agravante de los abusos que se perpetran a la hora de sumarle intereses y otros recargos.
    Es una de las consecuencias de esa vieja costumbre argentina de patear los problemas hacia adelante, y mejor si son deudas.
   De todas maneras, lo importante es sentirse feliz.
   Saberse acompañado, aunque sea en la soledad que no siempre es hermana del aislamiento.
   Saberse apreciado y querido, aunque sea por una sola persona.
   Saberse digno de ser considerado así: una persona.
   Saberse respetado en todo sentido y en todos los ámbitos.
   Sentirse en un escenario de bienestar momentáneo, pasajero o permanente, del que cada uno haya sido su artífice.
   Después de todo, ninguna religión aconseja hacer el mal y esa es la principal razón que nos obliga, no siendo malos, a ser felices a cualquier precio.
   Feliz Nochebuena, para los que amamos y para los otros también, porque merecen ser tan felices como nosotros al menos quienes lo intentamos.
   Mirando hacia las alturas y agradeciendo estar vivos, ¡Salud!
 
¿Apuro o desesperación libertaria?
DESTINO INCIERTO  LE  AGUARDA A LA INTENCIÓN
OFICIAL DE CAMBIAR LA SITUACIÓN POR DECRETO
 
   Sería cometer el pecado periodístico del apresuramiento, actualmente muy común en su práctica y ejercicio, si se me ocurriera evaluar el enorme cartapacio que contiene esa pila de decretos con los que se pretende cambiar el rumbo y los destinos de nuestro país, cíclicamente castigado por vendavales de errores, improvisaciones, remiendos inoportunos, parches insostenibles, intereses poco patrióticos, intromisiones desde adentro como desde afuera y seguramente muchos otros factores negativos, que poco a poco han venido deteriorando nuestra calidad de vida que en algunos fugaces momentos de nuestra historia, fueran un distintivo que lucíamos ante el mundo.
   Somos ricos; inmensamente ricos en muchos aspectos y esa debe ser la razón por la cual, pese a los empeños de muchos políticos que nos hicieron pisar primero los umbrales y luego el ingreso a ese espantoso mundo de las carencias, de la subocupación, del deterioro salarial, de la trampa impositiva, de la insensibilidad social, de la ceguera del poder, no han logrado sumergirnos en la hambruna de la indigencia generalizada, aunque duela reconocer que son miles y miles los compatriotas  que padecen privaciones en todo aspecto, como por ejemplo en alimentación, vivienda, educación, seguridad, justicia, salud y otras lamentables privaciones.
   Naturalmente si tomamos estos detalles como norma, cabe entonces puntualizar las excepciones porque en cualquier parte del mundo si existen los pobres, es porque también existen los ricos de antes, los ricos por sacrificio y los otros que ya conforman la categoría de los despreciables, cuando se han enriquecido por el esfuerzo ajeno, por sus posiciones dominantes en los campos de la política y del sindicalismo y por ser parte de cualquiera de los existentes mecanismos de la corrupción que van desde el aprovechamiento de sus cargos, la vocación de perpetuidad dirigencial y ese otro creciente rubro, que es el aprovechamiento de una llamativa impunidad en las actividades del narcotráfico.
   No es tampoco saludable vivir revoleando pálidas, pero la realidad es esa, que la sufrimos y pocos han sido los gobernantes que se dedicaran a la abolición de ciertas malas costumbres y aquellos que lo intentaron chocaron hasta el cansancio con las trabas de siempre que todos conocemos.
   La novedad libertaria exhibió su escaparate de ilusiones, intenciones o propósitos, porvenir más cercano a las utopías que a un razonamiento mesurado con miras hacia un realismo imaginario, tan imaginario por lo remoto y tantas veces intentado desde todos los colores y matices del arco político e ideológico, cayendo en la simpleza de enfrentar a la derecha con la izquierda y viceversa, sin advertir que así como tanto se distancian hacia los extremos, al dar la vuelta en redondo terminan mezclándose…
   Y volviendo al paquete de leyes impuestas según se informó “por necesidad y urgencia” y advirtiendo que la actitud aparte de sorprender, descolocó a muchos actores de este inmenso escenario, nos lleva a pensar a la luz de la realidad que fue el motivo esgrimido, o una especie de medida extrema emparentada con esa prisa con la que se viste la desesperación, empujada por las sorpresas que el libertario máximo habrá encontrado al hilar fino en los números de nuestra castigada economía y en las estadísticas, no en los arteros dibujos, con los que se maquillaban tanto la inflación como el brutal endeudamiento nacional & popular más reciente como los anteriores.  
   Seguramente ni siquiera los máximos popes por fuera del oficialismo reinante hasta el 10 de este mes, habrán tenido noticias acerca de la causa abierta en la justicia de los Estados Unidos con relación a la demanda planteada por la esa nacionalización de lo que según Kiciloff en su momento, intentó pontificar que a los argentinos no nos costaría ni un peso y me refiero a la operación con nuestros Yacimientos Petrolíferos Fiscales.
   Aterra pensar lo que podrán embargarnos tanto dentro como fuera de nuestro vasto territorio, hasta integrar el monto del embargo muy cercano a los 17 mil millones de dólares, cuyo pago debiera concretarse en plazo perentorio, cuando nuestro tesoro nacional en sus arcas ni siquiera tiene pelusa y si la tiene, de ella se encargará el ordenanza responsable de la limpieza.
   Sintetizando, nuestro país, la República Argentina, este 10 de enero próximo deberá pagar la friolera de 17 mil millones de dólares, o comenzarán a correr los pedidos de embargo y es también para poner en claro que la misma Justicia de Estados Unidos rechazó el pedido argentino para presentar la garantía.
   La jueza Loretta Preska, que condenó al país a pagar esa suma, nos había dado tiempo hasta el 10 de enero para concretar el depósito de acciones de la petrolera por el monto total de la sentencia, razón por la cual nuestros abogados solicitaron la suspensión o la extensión por otros 90 días de esa obligación y decía el escrito, que ese monto representa el 32 por ciento del Presupuesto 2023, a la cotización oficial y cabe señalar que la magistrada negó la posibilidad de extender los plazos.
   Sintetizando aún más, es hora “de ponerse” y pedir alguna explicación al propio Kicilloff y a quien en momentos de la operación presidía nuestra República.
   Frente a este panorama, se me ocurre que todos los demás temas que integran el gran paquete de necesidad y urgencia pueden esperar, para que sea el Congreso como máxima expresión democrática, el encargado de debatir la cuestión y resolver las medidas que se puedan adoptar.
   Eso sí, mirando hacia el futuro, sería un tema de necesidad y urgencia…
 
La Megacausa del Registro
¿HABRÁ  LLEGADO  EL  TIEMPO DE  EMPEZAR A
BUSCAR A LOS VERDADEROS RESPONSABLES?
 
   Me crucé con un artículo sobre la causa del Registro de la Propiedad  de Córdoba, publicado hace algún tiempo en un diario de Buenos Aires, en el que se destacaban al respecto el gran poder de los integrantes de la organización, los millonarios patrimonios y los funcionarios públicos. 
   Un combo que no asombra en materia de estafa. Nuestro diccionario -al que acudimos como siempre- define la palabra poder como “control, imperio, dominio y jurisdicción que un hombre dispone para concretar algo o imponer un mandato”. Otros términos como mando, autoridad, supremacía, señorío, permiso, licencia, privilegio, influencia, venia, atribución, arbitrio, aparecen como sinónimos, asociando inevitablemente la palabra poder con el gobierno o con quienes ocupan altos cargos. 
   Supondría entonces un lector de sentido común que los encarcelados, juzgados y condenados por estos ilícitos fueran funcionarios de altos cargos y poseedores de fortunas crecientes y regordetas. 
   Pero no…
   Quien se tome el trabajo de leer la causa, y no sólo de repetir lo que se cuenta, descubrirá, a riesgo de desquiciar su raciocinio que esos presuntos poderosos son empleados comunes, sin acceso a la información, trabajadores  y profesionales sin rango jerárquico, sin poder de decisión y sin fortuna, que viven de su esfuerzo diario.
   Parece bastante ingenuo creer que con esas condiciones se podría formar una organización de gran poder que permitiera desbaratar la seguridad jurídica de la provincia de Córdoba.
   Está pendiente entonces, quizás como nacimiento de la verdad y como iniciativa en Navidad, que la Justicia salga a buscar a los verdaderos responsables, aquellos a medida de este combo.
 
¿Las jubilaciones en peligro de colapsar?
SEÑALES INQUIETANTES  COMO LA DEMORA EN EL
PAGO DEL MEDIO AGUINALDO,UNA LUZ DE ALARMA
 
   Si se trata de “cortar clavos” con esa fea sensación de apuro e impotencia, habría que preguntarles a los jubilados provinciales si la sintieron, la padecieron y lograron superarla, pese a la tardanza que existió en la liquidación del esperado medio aguinaldo, una especie de refuerzo para mitigar angustias y asegurarse al menos una mesa digna para festejar la santa natividad y despedir un año plagado de apuros y privaciones, con el alocado crecimiento de la inflación indomable.
   El problema no radica tan sólo en la demora del pago, sino en las luces de alarma que se encendieron en torno de esa situación, anormal para estos recientes años de “cordobesismo” en que la puntualidad para los pagos era sacramente respetada, con lo que era posible calcular medianamente el presupuesto hasta el mes siguiente, pero siempre “la estrella” del firmamento salarial era, fue y seguirá siendo el aguinaldo.
   Luces de alarma, porque esa verdad echada a rodar posiblemente sin intención de daño, encubre una alternativa que algunos la tildan como remota y otros ya la están viendo llegar, que es el doble daño de entregar la Caja al nivel nacional con todo lo negativo que se puede elucubrar como consecuencia, y la otra es que la provincia está apretada en su presupuesto y no es una equivocación, sino parte de la abultada deuda, acrecentada por la ignominiosa cantidad de dinero que se invirtió en publicitar a sus candidatos para la continuidad de la gestión.
   Esas deudas, de pago perentorio, se enciman con la contraída en dinero extranjero que es también cuantiosa, por más que debamos reconocer el desarrollo casi explosivo de la obra pública para embellecer a la provincia, pero lamentablemente hubo un olvido u omisión de las reales prioridades como vivienda, generación de trabajo genuino, salud pública, educación, justicia y la mayor demanda en materia de restaurar la seguridad que alguna vez supimos gozar.
   ¿Cuántos años estuvimos sufriendo el capricho de sostener a una conducción policial ineficiente? ¿Por qué ese empecinamiento en mirar hacia otro lado cuando las evidencias de corrupción se asomaban en el servicio penitenciario?
   Fueron necesarias tres o cuatro tragedias para corroborar lo que primero fueron sospechas, que iban creciendo hasta transformarse en parte de una realidad que vaya Dios a saber por qué, desde el poder se empecinaban en esconder y en no reconocer como existentes, hasta que rodaron cabezas aunque no todas las que merecían quedar fuera del sistema.
   Y el sistema previsional, cuestionado por un 82 por ciento declamado que en la realidad no es tal, más sumado a otras diferencias, mostraban un panorama donde las esperanzas de una recomposición naufragaban pese a las protestas, sin dejar de reconocer que el nivel de remuneraciones a los pasivos es la envidia de muchas provincias e incluso a nivel nacional, salvo para el caso de los políticos que se retiran.
   El “cordobesismo” exportó a un funcionario ducho en la creación de una curiosa alquimia matemática que lleva a pensar que se cobra lo justo como jubileo, cuando no es así de acuerdo con expertos que lo vienen estudiando desde tiempo atrás.
   Lo más importante, es que al pibe de San Francisco no se le vaya a ocurrir regalarnos al poder portuario, o que tal medida haya sido fruto de algún acuerdo político entre cúspides, porque de ser así, caeríamos a un profundo pozo.
   Al pozo de sentirnos estafados, después de habernos usado para obtener beneficios de las privaciones ajenas.
    La peor amenaza es si se llegara a concretar la pérdida de la movilidad jubilatoria, un tema que lo explicó unos minutos atrás el Dr. Héctor Mario Silvestro, quien responde las consultas que le dejen grabadas en el teléfono 472-6090 y si llama desde fuera de Córdoba, anteponerle la clave 0351.
 
Impunes manifestaciones callejeras
EL SALDO DE LAS PROTESTAS TIENE AHORA
A  QUIÉNES  COBRAR  SI  PROVOCAN  DAÑOS
 
   Con una concepción delirante, algunos malos dirigentes gremiales piensan que ellos pueden golpear y dañar, pero que a nadie se le ocurra tocarlos.
   Cuando la policía actúa en salvaguarda de los intereses ciudadanos, esos dirigentes sienten vulnerados sus derechos humanos y supieron apelar a todo un repertorio de amenazas contra las fuerzas del orden, que para eso están: para preservar el orden.
   Por allí llegamos a pensar, fundamentándonos en la cotidiana realidad, que el gataflorismo cordobés navega en las aguas de su propia dualidad: se queja de la policía que no actúa y de la policía cuando actúa.
   Se quejan como maricas cuando algún perdigón de goma le dejan una marca, mientras esconden el terrorífico cóctel molotov con el que pueden incinerar a una, dos o tres personas, un automóvil o una vivienda.
   Pretenden que los traten cordialmente, cuando ellos transforman la pirotecnia en armas y las gomeras que usan, no llevan proyectiles de goma sino bulones, tuercas y otras dañinas y peligrosas formas de metal.
   Que se la banquen: si van a pelear, que no tengan preparadas las lágrimas, los discursos ni a sus abogados.
   Si sus convicciones son firmes y justas, tendrán el acompañamiento de la gente y no el odio que provoca su inclinación al daño y la agresión tanto edilicia como física.
   Alguna vez caerán en cuenta que no se lucha para saber quién es más macho, sino quien tiene argumentos y razones que sean tan valederas como atendibles.
   No vengan entonces a lamentarse y llorar malos tratos, cuando hace tiempo que los cordobeses nos sentimos maltratados por la misma gavilla que se disfraza de activistas, ocasionan desastres, molestias urbanas y otros daños colaterales amparados por sus mandantes y las capuchas, y después tiran la tohalla cuando la policía los reprime.
   Si hubo excesos, que lo determine la justicia como ahora puede hacerlo fundamentando tal actitud cívica en lo más recientemente legislado por la vía de la necesidad y la urgencia, tomando nota que los gastos emergentes por daños, deberán ser solventados por las organizaciones que se manifiestan en desacuerdo con medidas y resoluciones del poder, así sea desde la autoridad constituida o del sector empresario.
   Pero que esa justicia evalúe a unos y a otros por igual y cada uno en lo suyo.
   La policía, que se entienda de una buena vez, también está para que el orden sea respetado.
 
Se aproxima la magia de brindar
LLEGA EL SOÑADO  E  ÍNTIMO INSTANTE DE
MIRARNOS Y JUZGARNOS  HONESTAMENTE
 
   Más allá del mentado y algo gastado por el uso, eso que le llaman espíritu navideño, del trineo con el importado y mundialmente impuesto Papá Noel, del pesebre con el Niño Dios, del arbolito adornado y luminoso y los abusos gastronómicos que hacen trabajar horas extras a los jugos gástricos, luego empachados de uvasales, alikales o similares, alguna vez debiéramos rescatar lo espiritual de la fecha y no limitarnos a tomarla (si, a tomarla) como la jornada de máximo endeudamiento con tarjetas o al fiado o de chamuscarnos los dedos con un apresurado petardo, antiguo elemento de festejos caído en el desuso y exagerada utilización en las protestas.
   Lo tomemos -término por todos abusado para esta noche- como una ocasión de abrazos, reencuentros, lagrimones y perdones.
   Lo tomemos -seguimos tomando- como punto de partida para un necesario adiós a los odios, a los enconos, a las ofensas que muchas veces en nombre de la convicción o del fanatismo se mantienen durante meses y meses, aunque por dentro el arrepentimiento se revuelva en su timidez por aparecer y hacerse escuchar.
   Cerremos las grietas, miremos con ojos de indulgencia hacia delante y tengamos la grandeza de absolver al adversario quien al obrar con generosidad navideña, podrá otorgarnos su clemente piedad y su corazón abierto hacia donde siempre quisimos mirar y la desconfianza mutua lo impidió.
   No es verdad sino una religiosa mentira que todos somos hermanos, porque si así fuera no existirían las guerras.
   No es verdad que en las guerras no existen vencedores ni vencidos.
   Lo cierto es que en la sociedad tenemos la obligación, si no de ser, al menos de comportarnos como buenos hermanos, como amigos que no necesitan abrazarse ni franelearse a cada rato para demostrar que lo son.
   Tomemos esta noche -seguro que lo haremos- como una liturgia de paz entre los hombres y entre los pueblos; entre peronchos y radichetas, entre bosteros y millonarios, entre kirchneristas y macristas, entre zurdos desencantados y libertarios contentos, entre gordos y flacos, entre rubios y morochos, entre tallarines y piratas, entre machistas y feministas, entre gays y lesbis, entre Ford y Chevrolet, entre civiles y militares, en fin, entre todos los seres y aquellos de  pensamientos antagónicos, pero de buena voluntad que se allanen a la recuperación de la concordia, del respeto y de la necesaria tolerancia.
   Y ya que tomaremos, brindemos entonces por esos valores esenciales, sin olvidar a quienes ya no están y les hubiera fascinado participar de un brindis así.
   ¿Se han dado cuenta al escucharme, que no es necesario y menos aún imprescindible, para estos casos, usar la palabra “amor”?
   Por todos ustedes y por mí, ¡Salud!