29 de octubre de 2012

"NUNCA MAS", HAY QUE CAER DEMASIADO BAJO PARA ROBARLES A LOS MUERTOS

 Esos curiosos personajes que por mala suerte, necesidad o vocación les tocó trabajar en los cementerios, ofrecen una imagen casi tenebrosa aunque por lo general son de trato correcto que desdibuja esa primera impresión de espanto y rechazo que provocan. Uno de ellos, precisamente, supo comentarme tiempo atrás que de las lacras más despreciables que suelen visitar las tumbas y los panteones al amparo de la noche, los más infames, rastreros y miserables son los que les roban a los muertos. Desde dientes de oro hasta las ropas, para ellos lo vital es quitarles a esos despojos lo poco que se haya salvado de los gusanos.
   Más o menos lo mismo, es quitarle la comprometida estatura intelectual a un ciudadano como Ernesto Sábato, histórico propulsor del enjuiciamiento a los genocidas de la dictadura militar argentina, a través del libro "Nunca más", elaborado por la CONADEP, Comisión Nacional sobre la desaparición de Personas que presidía el escritor, cuando en una reciente reedición de Eudeba (editorial de la Universidad de Buenos Aires) fue borrada su firma y al sobrevenir el escándalo, la editorial difundió una explicación infantil.
   La indefensión de los muertos, vilmente aprovechada, ha servido para intentar el absurdo de negar la realidad y apropiarse indignamente y con execrable ruindad de un valioso testimonio que ya era, y lo sigue siendo pese a lo abyecto del despojo, una parte crucial en la historia reciente de los argentinos, cuando esa misma historia certifica que los autores del acto vandálico ni por asomo asumieron la lucha protagonizada por el escritor Ernesto Sábato en tiempos que las Fuerzas Armadas conservaban su poder militar y su capacidad de daño. Porque una vez desarticuladas y reducidas casi a la vida administrativa y burocrática, es como pegarle al caido.
   Aquella autoritaria consigna del "vamos por más" ahora devenida en "vamos por todo" es una ofensa a la memoria y un absurdo desde el momento que los resabios de los '70 pregonan el respeto al pasado en su exigencia de justicia y en su rechazo al olvido.
   Excluir del "Nunca más" al fallecido escritor y pretender que las nuevas generaciones abreven de la historia parcial que es una forma de mentira, es una imperdonable afrenta que descalifica la intención, ya en marcha, de erigirse en los únicos dueños de la defensa de los derechos humanos en nuestro país.
   Sería oportuno preguntarles a cada uno de estos jóvenes y actuales militantes, "románticos luchadores", patéticos tocadores de oido, donde estaban; cuál era su puesto de lucha cuando Sábato debía enfrentar presiones y jugarse por sus convicciones que fueron el camino por donde se llegó a la verdad.
   El único dueño de la defensa de los derechos humanos es el Pueblo, es la gente, son las actitudes, es la memoria y no el resurgimiento de los violentos que en el fondo tienen el mismo sentido autoritario que los militares genocidas y las mismas ansias de eternizarse en el poder.
   Lo unico que falta es que ahora se metan con San Martín o con cualquiera de los heroes, civiles y militares, que forjaron nuestra Patria.
   Aunque Sábato, con su grandeza moral, hubiera perdonado como no lo hizo Perón, a los estúpidos imberbes.

Gonio Ferrari

Audio Síganme los buenos completo 28-10-12


28 de octubre de 2012

SLB-281012-LANATA, CARRIO,CASTELLS, D'ELIA, etc



Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari, difundidos en su programa “Síganme los buenos”, el domingo 28/10/12 por AM580 Radio Universidad de Córdoba.

LANATA, CARRIO, CASTELS Y D’ELIA
   
    Por allí me hago a la idea que Lanata es la versión masculina de Lilita Carrió.
    La actitud de permanente denuncia no es la adecuada, mientras esa conducta marketinera no se complemente con la propuesta superadora emergente del intercambio de ideas, vivencias y un sincero y desapasionado análisis de posibilidades.
    Aquella vieja costumbre de llevar agua para el molino propio en nada ha cambiado a uno de los más acendrados deportes de los argentinos: esa enfermiza moda de descalificar al prójimo en lugar de sacar a relucir la propiedad de algún mérito auténticamente logrado.
    La Sra. Carrió se cocinó en la propia salsa de su agresiva verborragia y el creador de aquel suceso editorial ahora transformado en un virtual Boletín Oficial de la Nación está corriendo el mismo riesgo, empujado por esa embriagante sensación que sin dudas aporta el rating, al que también se vienen rindiendo mansamente los funcionarios seducidos por la sensualidad del poder.
    Y en ese jueguito perverso de coquetear, primero a través de la civilizada expresión de protesta que fueron en sus comienzos los piquetes, se destacaron dos personajes que con el tiempo tomaron distintos caminos ideológicos y abrazaron la prepotencia, cada uno a su manera, para consolidar las posiciones populares y los espacios políticos alcanzados.
    Porque Castels anda inspirando más lástima que adhesiones y D'Elía más odios que seguidores desinteresados.
    Es probable que ellos nada tengan que ver, cuando estamos hablando de Carrió y de Lanata, a todos los cuales une e iguala su inclinación por las metamorfosis que en el terreno ideológico argentino, nacional y popular, dejaron de ser la excepción para llegar a su mágica transformación en costumbre.         
    No es una mescolanza que se me pueda ocurrir, sino un retrato al paso de esta realidad que recoje devociones oportunistas cuando de por medio hay ventajas, prebendas o favoritismos que ofenden la angustia lacerante de los que esperan en vano.
    Alimentarse de la teta del Estado -de cualquier manera con excepción de sus genuinos y necesarios dependientes- es todavía una lamentable rutina a la que apelaron sin pudor y sin medida todas las corrientes del pensamiento afin (y en algunos casos no) a los gobiernos de turno.
    Pero si lo de Lanata y Carrió se acerca al escándalo que ambos suponen es un buen negocio, lo de D'Elia roza dos aspectos muy diferentes como lo son el delito por una parte o el ridículo por impunidad, si lo evaluamos desde el ángulo de un escenario de crisis.
    Tener a toda la familia conchabada en un organismo de humillación, menosprecio y escarnio contra una mayoría de jubilados nacionales que solo merece respeto y agradecimiento, es una afrenta a la decencia y al sentido común, porque el sueldo de cada uno de los hijos del ex piquetero devenido en funcionario, equivale por lo menos a diez mensualidades de un pasivo, con el agravante que quienes dejaron jirones de su vida en el cumplimiento de sus tareas a lo largo de tantos años, debieron sacrificarse para llegar a esto, que los exagerados y demagogos le llaman "beneficio".
    Beneficio es para la Flia. D'Elía, que embolsa mensualmente medio centenar de sueldos de los pasivos nacionales.
    Mis dos hijos fueron precoces, fervientes, ejemplares y comprometidos laburantes.
    En definitiva, si no estuviera seguro que ellos me repudiarían por la actitud, se los ofrecería en adopción al patriota de D'Elía, quien ahora a partir del diálogo pretende expiar sus culpas y su vocación de violento, juzgado y condenado patotero.

NOVEDADES ACERCA DE LA MEGACAUSA
   La Relatoría sobre los Derechos de las Personas Privadas de Libertad de la Comisión Interamericana que se ocupa del tema, elaborará en el curso de los próximos meses un estudio acerca de la situación de los derechos humanos de las personas detenidas con prisión preventiva en la región,  para realizar posteriores recomendaciones a los Estados. Ha preparado un cuestionario para que las organizaciones interesadas en este asunto aporten información e ideas, que servirán  para la elaboración del referido informe.
   Las respuestas a este cuestionario fueron presentadas la semana pasada  por el Colegio de Abogados de Córdoba a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Hay mucha información interesante pero debo resaltar entre otras cosas que dentro de lo destacable y luego de enmarcar el tema exponiendo que “La libertad es la regla consagrada por la Constitución y por todos los tratados internacionales", reproduce un interesante comentario del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales sobre la situación cordobesa.
   Sostiene el organismo que “Resulta particularmente interesante el argumento utilizado por el Tribunal Superior de Justicia de la provincia de Córdoba para descartar el uso de criterios procesales. Así, entendieron que los planteos de la defensa -contención familiar, domicilio fijo y trabajo permanente- no alcanzan a conmover la presunción “en tanto se trata de condiciones que no logran extralimitar la regularidad de las situaciones que se verifican entre la generalidad de los sometidos a proceso”.
   La consecuencia de esta afirmación es legitimar definitivamente a la prisión preventiva como la regla en el proceso penal, ya que no indica qué es lo que lo lleva a concluir que el imputado en libertad intentará entorpecer la acción de la justicia, sino que presupone que todo individuo perseguido penalmente obstaculizará la averiguación de la verdad. Detrás de esto pareciera esconderse la presunción de que todo aquel que sea acusado de un delito será finalmente hallado culpable –poniendo en jaque el principio de inocencia-, lo cual presupone que todo culpable intentará escapar u ocultar pruebas, y que la única manera de lograr la condena es privando de la libertad durante el camino a ella, vulnerando el principio de excepcionalidad del encierro cautelar”.
   Ocurre que en Córdoba y para algunas causas en particular,  parece haber una suerte de "justicia paralela" que desconoce los factores que benefician al imputado (familia, domicilio, trabajo, falta de antecedentes, etc, establecidos por la CIDH). Desconoce el principio de inocencia, presumiendo y a mi modesto entender diría que "casi anunciando", que todo acusado será declarado culpable. Legitima la prisión preventiva como regla en el proceso penal, por lo que muchas familias cordobesas están sufriendo ese avasallamiento a sus derechos.
   Seguramente es por eso que el jueves próximo a las 11,30 se reunirán en la Plaza de la Intendencia, frente a Tribunales I, para presentar ante el Tribunal Superior de justicia un petitorio exigiéndole cumplimiento, ni más ni menos, que de la Constitución en el punto que sostiene que la inocencia sea la regla y la prisión preventiva la excepción. Porque en cualquier provincia donde existan marcadas dudas acerca de la seguridad jurídica, como ocurre entre nosotros, es para suponer con mucho de fundamento, que todos, todos, estamos en peligro. 
LOS VENDEDORES DE HUMO

   Distintos ámbitos de la actividad ciudadana, ya sean el arte, la política, el deporte, el periodismo, el comercio, los profesionales, etcétera, tienen especímenes a los que se considera vendedores de humo, vendedores de ilusiones.
   Pareciera que para ellos no existieran las leyes porque se manejan con notable impunidad, y son capaces de venderles naranjas a los paraguayos, heladeras en la Antártida o estufas al Diablo.
   Por lo general tienen encumbrados amigos y padrinos que les garantizan una especie de acordado anonimato.
   Sin embargo, y en el rubro excluyente de los vinculados con la política, sus andanzas suelen ser sumamente peligrosas sobre todo para las arcas de municipios del interior, pequeñas poblaciones o incautos y delirantes intendentes.
   En un mundo donde nadie regala nada, ni siquiera los Reyes Magos, la vigencia de estos personajes solo se explica y se entiende por el apoyo y la complicidad que reciben de algunos funcionarios, en ciertos casos de nivel nacional.
   Por eso llama la atención que cuando se detecta una situación anormal en la que han intervenido estos inescrupulosos, resulta que nadie los conoce, ni saben como se llaman ni quien los envía.
   Varias operaciones de este tipo han sido desarticuladas, pero si las encararon es porque tuvieron éxito en algunas otras.
   Bueno sería averiguar todo, absolutamente todo acerca de estos vendedores de humo.
   Cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía.
   Y los que no desconfían, es porque son parte del negocio.

EL CAMINO AL AEROPUERTO

   Demoró lo suyo, provocó pérdidas y quebrantos, enfermó a los vecinos, costó fortunas porque las demoras son caras, pero ya está listo el tramo de avenida hasta el Aeropuerto Córdoba y unos kilómetros más allá.
   Recorrerlo es una delicia si hacemos abstracción de los detalles enojosos o negativos.
   Una gran obra, necesaria y oportuna por eso de la seguridad vial, la imagen que les ofrecemos a los visitantes y otros aspectos realmente positivos como la revalorización de espacios y la dinámica en la circulación.
   Roguemos que con el tiempo no vayan a surgir problemas de estructura, calidad de materiales, errores de traza, mayores costos y otros ítems que nos lleven al arrepentimiento por haberlo realizado.
   Esto no es un delirio, porque la historia reciente de los cordobeses nos dejó el ejemplo, entre otros, de una estación terminal de ómnibus hecha de apuro y como el tugget, un faro inútil porque pasará mucho tiempo hasta que el mar llegue a Córdoba, el Camino del Cuadrado que fue un alarde de improvisación, o como dicen ahora, la puesta en valor de escuelas que nunca se concretó, como los agudos problemas edilicios que subsisten y se agravan en varios centros de salud.
   Todo esto sucede, se me ocurre pensar, cuando los gobernantes trabajan más para sus campañas que para la gente.
   Hacer cosas a diestra y siniestra para acumular fotos y páginas de propaganda política, no es lo que esperamos de las autoridades.
   Lo que esperamos de ellas es criterio, sentido de la oportunidad, seriedad al proyectar, practicidad en las realizaciones y austeridad a la hora de proclamar a todo el mundo lo que hicieron, aunque después resulte un papelón.
   Y si fuera posible, que los responsables de esos papelones, no anden después buscando cámaras pero esquivando micrófonos.
   Porque la verdad, hay casos en los que esos funcionarios, los que nos vendieron obras inútiles o mal hechas, debieran optar por un silencio decoroso.
   Si es que lo tienen.
   No me refiero al silencio.
   Hablo del decoro.

NO PREOCUPARSE; ES PARA ALEGRARSE

   En los últimos tiempos hay en las conversaciones de la gente un cierto apego a la mención de algo parecido a una clave alfanumérica: 7D y 8N.
   Los enrolados en la expectativa del 7D muestran, como parte de la costumbre argentina, un exitismo exacerbado.
   Y los otros, los esperanzados en el 8N que será anterior, especulan con que verán multiplicada la convocatoria del 13S.
   Es para volver locos a los extranjeros que vienen aquí, escuchan y no saben de qué se trata.
   Pero lo trascendente, es que tanto los simpatizantes del 7D como los del 8N están preocupados, con una diferencia conceptual: los del 7D sostienen, y no es cierto, que no les preocupa lo que ocurra en el 8N.
   Y los del 8N piensan que harán la suya sin siquiera tomar en cuenta lo que pudiera ocurrir el 7D.
   Hasta allí, el panorama que se desprende de una disputa sorda, subterranea, escondida y negada por sus protagonistas, a los que asiste la razón de sus propias convicciones.
   Pero lo importante, lo trascendente, lo innegable e innegociable, es que pase lo que pase tanto en 8N como el 7D serán actos contemplados en el maravilloso ejercicio de la democracia.
   Si hubo, hay y habrá creciente presión hacia la Justicia para imponer criterios con relación al 7D, no deja de ser una de las travesuras, a veces costosas, que tolera esa misma democracia.
   La misma democracia que castiga con pensar, decir, obrar y votar distinto, sin el autoritarismo de los trasnochados que se creen dueños bíblicos de la verdad.
   Por todo esto, es parte de mi alegría democrática, siempre que exista respeto, que sea posible confrontar ideas, más que competir con el dinero disponible para las movilizaciones.
   Esa si, de darse, sería una estafa a la democracia.

LOS MOSQUITOS Y OTROS PROBLEMAS
  
   Nos han invadido, pese a que anualmente se sabe que para esta epoca, lo aconsejable es fumigar, descacharrar y hacer todo lo posible para que no se transformen en plaga.
   Pero como siempre ocurre, aquí las autoridades reaccionan cuando las cosas ya sucedieron y los daños son mayores, en lugar de apelar a la inteligente prevención.
   Para colmo, los mosquitos de este año son doble pechuga, bien alimentados y casi atléticos.
   Anoche uno de ellos me revoloteaba, zumbante y amenazador, y en un alarde de vista de lince y reacciones de adolescente, el bicho fue víctima de mis palmas en un aplauso al aire.
   Pero no lo maté: solo le quebré una rodilla.
   Para que vean que hay que actuar rápido y en serio.
   Otro de los problemas urbanos, para que lo vayan sabiendo y actuando en consecuencia, es la mugre acumulada en el Canal Maestro de la Ruta 20, lo que configura un peligroso foco de pestes.
   ¿Es tan caro limpiarlo?
   A lo mejor con un esponsor, porque la municipalidad gasta casi todo en sueldos, sería posible sanear esos espacios, de acuerdo con lo que me sugirió una vecina.
   Otro tanto ocurre, o va a ocurrir inexorablemente, es el colapso de los servicios en los alrededores de las numerosas construcciones encaradas y proyectadas en Colón al 5.000.
   Bueno sería saber si se tomaron las previsiones en materia de cloacas, desagües, provisión de agua y luz, líneas telefónicas, transporte colectivo, recolección de residuos, protección de espacios verdes. etc.
   Con los mosquitos no hubo tarea preventiva al igual que con el anunciado crecimiento urbano-edilicio de algunos sectores de la ciudad.
   Por lo menos, bueno sería empezar con el Canal Maestro, para demostrar a los vecinos que algo se hace.
  
LA FRAGATA

   El culebrón de la Fragata embargada, que es como si nos embargaran el escudo nacional, la bandera, el himno o la escarapela, ha tenido una pausa que según se comenta es para que los organismos pertinentes preparen los trámites destinados a su recuperación.
   Medio lenteja el asunto, sin contar con el papelón de repatriar a los marinos en un avión de Air France.
   ¿Por qué no fue una de las flamantes aeronaves que se incorporaron recientemente a Aerolíneas Argentinas?
   Muy simple: porque también nos hubieran embargado el avión.
   No es posible que nuestra cancillería transite los risueños campos del papelón internacional, buscando justificativos más que soluciones.
   Dejando de lado los enormes costos que por uso de puertos nos aplica Ghana, sería prudente pensar en acciones concretas, más que en discursos o declamaciones altisonantes y mediáticamente efectistas.
   No está en juego un barco que es la escuela de nuestros marinos, sino el prestigio nacional, que debiéramos respetarlo como parte de nuestro patrimonio.
   Y eso, digan lo que digan, no tiene precio.

GANANCIAS, UN DESPOJO LEGALIZADO

   El detalle más importantes de este absurdo que parece superar al tiempo y a los criterios, es que se despoje a los jubilados de parte de sus haberes, que no son ganancias, sino el recupero parcial de lo que ellos le prestaron al Estado con sus aportes mensuales.
   Ahora bien: si lo recaudado fue distraido en otros destinos que no fueron la clase pasiva, el problema no es de los jubilados, sino de los gobernantes y su vocación por el abuso de dineros ajenos.
   La Anses, según leí, destina fondos para empresas automotrices, fútbol para todos, campañas proselitistas y otros fines, alejados de su dobjetivo racional.
   Y si eso se hace por orden del poder central o con su beneplácito, ya no es desvío de fondos sino lisa y llanamente un abuso a la indefensión de los más viejos.
   Es una pena que los jubilados, a quienes debemos reconocimiento al sacrificio y a las diarias penurias, se los trate con el menosprecio de los poderosos a los desposeídos.
   El sector más vulnerable de nuestra sociedad, no merece una violación tan flagrante a sus derechos.
   Y supongo, me parece, que el derecho al respeto por la edad, es un derecho tan humano como los que tanto se dedican a resaltar quienes nos mandan.
   Descontarles impuesto a las ganancias a los jubilados, más que un despojo, es una injuria imperdonable.

26 de octubre de 2012

QUIERO PEDIRLE A D'ELIA QUE TOME A MIS HIJOS EN ADOPCIÓN

Por allí me hago a la idea que Lanata es la versión masculina de Lilita Carrió.
             La actitud de permanente denuncia no es la adecuada, mientras esa conducta marketinera no se complemente con la propuesta superadora emergente del intercambio de ideas, vivencias y un sincero y desapasionado análisis de posibilidades.
             Aquella vieja costumbre de llevar agua para el molino propio en nada ha cambiado a uno de los más acendrados deportes de los argentinos: esa enfermiza moda de descalificar al prójimo en lugar de sacar a relucir la propiedad de algún mérito auténticamente logrado.
             La Sra. Carrió se cocinó en la propia salsa de su agresiva verborragia y el creador de aquel suceso editorial ahora transformado en un virtual Boletín Oficial de la Nación está corriendo el mismo riesgo, empujado por esa embriagante sensación que sin dudas aporta el rating, al que también se vienen rindiendo mansamente los funcionarios seducidos por la sensualidad del poder.
             Y en ese jueguito perverso de coquetear primero a través de la civilizada expresión de protesta que fueron en sus comienzos los piquetes, se destacaron dos personajes que con el tiempo tomaron distintos caminos ideológicos y abrazaron la prepotencia, cada uno a su manera, para consoilidar las posiciones populares y los espacios políticos alcanzados. Porque Castels anda inspirando más lástima que adhesiones y D'Elía más odios que seguidores desinteresados.
             Es probable que ellos nada tengan que ver, cuando estamos hablando de Carrió y de Lanata, a todos los cuales une e iguala su inclinación por las metamorfosis que en el terreno ideológico argentino, nacional y popular, dejaron de ser la excepción para llegar a su mágica transformación en costumbre.         
             No es una mescolanza que se me pueda ocurrir, sino un retrato al paso de esta realidad que recoje devociones oportunistas cuando de por medio hay ventajas, prebendas o favoritismos que ofenden la angustia lacerante de los que esperan en vano. Alimentarse de la teta del Estado -de cualquier manera con excepción de sus genuinos y necesarios dependientes- es todavía una lamentable rutina a la que apelaron sin pudor y sin medida todas las corrientes del pensamiento afin (y en algunos casos no) a los gobiernos de turno.
             Pero si lo de Lanata y Carrió se acerca al escándalo que ambos suponen es un buen negocio, lo de D'Elia roza dos aspectos muy diferentes como lo son el delito por una parte o el ridículo por impunidad, si lo evaluamos desde el ángulo de un escenario de crisis.
             Tener a toda la familia conchabada en un organismo de humillación, menosprecio y escarnio contra una mayoría de jubilados nacionales que solo merece respeto y agaradecimiento, es una afrenta a la decencia y al sentido común, porque el sueldo de cada uno de los hijos del ex piquetero devenido en funcionario, equivale por lo menos a diez mensualidades de un pasivo, con el agravante que quienes dejaron jirones de su vida en el cumplimiento de sus tareas a lo largo de tantos años, debieron sacrificiarse para llegar a esto, que los exagerados y demagogos le llaman "beneficio".
             Beneficio es para la Flia. D'Elía, que embolsa mensualmente medio centenar de sueldos de los pasivos nacionales.
             Mis dos hijos fueron precoces, fervientes, ejemplares y comprometidos laburantes. En definitiva, si no estuviera seguro que ellos me repudiarían por la actitud, se los ofrecería en adopción al patriota de D'Elía, quien ahora a partir del diálogo pretende expiar sus culpas y su vocación de violento, juzgado y condenado patotero.

                                                                                                                                                                                                                 Gonio Ferrari

22 de octubre de 2012

SLB-211012-EL DIA DE LA MADRE, LEALTAD, DLS PRESIDENTE

Desgrabación de comentarios del periodista Gonio Ferrari, emitidos en el programa “Síganme los buenos” del domingo 21/10/12 por AM580 Radio Universidad de Córdoba.

EL DIA DE LA MADRE

¿Por qué será que teniendo tanto para decir de ella, las palabras nunca alcanzan?
¿Por qué será que el cariño, la admiración, la ternura, el respeto, la lucha, el refugio o el amparo sirvan para sintetizarla?
¿Por qué una caricia, una lágrima, una mirada o un recuerdo basten para que tengamos la certeza casi absoluta de su presencia?
Ella sabe, porque así lo siente, que el sacrificio y la entrega son parte vital de su vocación protectora.
Sabemos, y ella también lo sabe, que no existen las barreras ni las distancias.
Estuvimos muy dentro de su mundo, nutriéndonos de su generosidad y de sus ansias por tenernos, por vernos. acar
Es la que nos regala el milagro de la vida, nos quita los miedos, comprende lo incomprensible y ahuyenta nuestras penas.
Nada interesa si es casada o soltera, viuda o divorciada.
Sus méritos como esposa, concubina o como le quieran llamar, poco importan, porque esa mujer, por encima de cualquier rótulo convencional, es Mamá.
Y si abrumados por la angustia, buscamos un motivo que nos devuelva la alegría de vivir, más que a nosotros la encontramos a ella, así la tengamos, o no.
Esa es la insondable magia de su amor, porque está más allá de lo terrenal.
Podemos conocerla, o no, pero estoy convencido que aquellos que no la conocen, lo mismo respiran por ella.
Siempre está y estará allí.
Peleando por nosotros.
Cuidándonos, guiándonos, llevándonos de SU mano.
Siempre cerca.
Presente.
Siempre nuestra, aunque no regrese.
Siempre… siempre.

VOTEMOS A DE LA SOTA PRESIDENTE

Es cierto que aquello de la sensualidad del poder, suele enceguecer a los hombres y dañarle los mecanismos de la memoria.
Tampoco es mentira la sabiduría, al indicar que se repite la historia cuando esa memoria no se aplica.
Pero también es irrebatible: el humano es el único ser que tropieza dos veces con la misma piedra.
Es posible que apelando precisamente a la desmemoria, pretenda ahora erigirse en salvador de una situación que nadie más que él, dejó a sus queridos cordobeses.
A la hora del discurso fácil, todo es posible.
En estos tiempos de crisis, hay que comprender lo que es el hambre, como para hacerse ovacionar por el sánguche y la coca.
Es el viejo aunque vigente mecanismo de la convocatoria al aplauso, para aquellos que vivieron sumados a la costumbre de prometer y los otros, muchos más, a la costumbre de esperar.
A lo mejor, siendo Presidente, nos devuelve la seguridad que perdimos, la Justicia independiente, las escuelas en estado habitable, las viviendas que superen la calidad del cartón, la electricidad y el agua a precios razonables, los hospitales con insumos y con médicos, la resolución del caso Dalmasso, los caminos en buen estado, sueldos dignos para los docentes y respetuosa memoria a los jubilados víctimas de la cultura oficial del despojo.
Y de paso, si llega a presidente y maneja la chequera grande de los argentinos, que se acuerde de la bomba de tiempo, explosivo regalo que nos legó, un campo minado en la forma de una deuda inmanejable que estamos padeciendo ahora.
Lo peor de todo esto, es que la campaña con alcances y pretensiones nacionales lleva mucho tiempo suyo y demasiado dinero nuestro.
A su tiempo adminístrelo como se le antoje, sin olvidar que es hora de gobernar una provincia sin seguridad, sin ciclo lectivo completo, con impuestos en alza, injurias a sus jubilados, caminos que no alcanzan, justicia cuestionada, salud pública en crisis, gastos alocados en obras que no sirven ni servirán para nada y algunas otras carencias que nos abruman.
Pero trate de cuidar esos dineros que no son suyos porque siguen siendo nuestros, y que viene gastando en una campaña absurda y sin sentido que llega a lugares alejados de Córdoba.
Si su intención es expandir el cordobesismo, traigamos turistas o exportemos alfajores, peperina, fotos de las sierras con el burrito, la belleza de nuestros paisajes, el humor tradicional, el fernet con coca o la delicia sonora de nuestros campanarios.
Pero gastar lo que se está gastando, es una ofensa a los cordobeses y un desatino por el despilfarro en un escenario de crisis.
Y lo más grave, es que allá arriba, donde están las autoridades, las crisis no existen porque la ceguera que impone la sensualidad del poder, es más fuerte, mucho más fuerte que la realidad.

QUE ES LA LEALTAD

Las imágenes amarillentas de octubre del 45 nos muestran el fervor de la gente por su líder, los pies hinchados por la caminata metidos allí, en el agua de las fuentes de la Plaza de Mayo y el grito que nacía desde el fondo de cada pecho, y es como si nos invadiera una especie de nostálgica admiración.
Digo admiración por el compromiso, por la convicción, por la lucha inicial contra una oligarquía terrateniente y de nariz parada, esa casta que viajaba anualmente a Europa llevando su propia vaca en el barco para asegurarse la leche.
Aquellos trabajadores de rostros y cuerpos cansados por la explotación, bolsillos exhaustos, esperanzas adormecidas y derechos vulnerados fueron los que marcaron el rumbo hacia el milagro de la redención.
Ellos, y nadie más, deben quedar en la historia como los forjadores de la lealtad: lealtad a sus principios, lealtad a su lucha, lealtad a su propio sacrificio.
Es preferible que los hombres merecedores de lealtad, sean más merecedores de respeto.
Los argentinos a veces alteramos y devaluamos los conceptos y algunos quieren hacernos creer que los hombres son más importantes que las instituciones, o que la Patria misma.
Ese deporte nacional de endiosar ha llevado a la desilusión de muchos, porque fabricamos dioses de cartón con alma demagógica y mentirosa.
La lealtad debe ser hacia los principios honorables, hacia la ética, hacia la honestidad, hacia la sana cultura del trabajo, del esfuerzo y del compromiso con la sociedad.
No es bueno, porque poco dura, ser leales al bolsón, al subsidio, a la beca indigna, ni a ninguna dádiva.
Lealtad, es el cumplimiento de lo estipulado por las leyes de la fidelidad, del honor y de la hombría de bien.
Lo contrario es solo politiquería,y no precisamente barata.
Porque siempre, siempre, nos ha salido demasiado cara.

LA DECENCIA PERDIO POR ABANDONO

Realmente llama la atención que el escándalo no haya tomado proyección internacional, porque cualquier caso similar que ocurriera, por ejemplo en Europa, hubiera obligado a varias dimisiones u obligados alejamientos.
La mujer se cansó de hacer denuncias, porque estaba también cansada que los delincuentes la acosaran, atacaran a su familia, dañaran su casa, le hicieran la vida imposible.
El principio de autoridad y las garantías que el Estado debiera asegurarle a la vecina no se vieron ni por asomo, salvo el clientelismo de solucionar la situación ayudándola con dinero para que se fuera a otra parte.
La solución más bochornosa, porque no es otra cosa que rendirse al imperio del hampa, es bajar los brazos y es incumplir con los deberes del funcionario público.
De nada valieron los testimonios ni las pruebas aportadas, porque parecen tener más peso los argumentos de los delincuentes o su poderío económico destinado a comprar voluntades, acallar quejas o pagar silencios.
Una cordobesa debió dejar su casa, su hogar, sus rincones, su intimidad, el universo de su vida, porque de las autoridades nadie fue capaz de terminar con las causas y prefirieron la comodidad de intentar atenuar sus efectos.
Una situación lamentable, vergonzosa e inédita porque vemos que los narcos, los ladrones, los violentos, han ganado una batalla más.
Y como están las cosas, no sería extraño que también en la guerra alcen victoriosos su bandera de sangre, dinero, amistades y coimas.
Porque parece que nadie se anima ni siquiera a molestarlos.

DOS ABSURDOS MENOS

Cuando tiempo atrás se hizo el pomposo anuncio del tren bala para Córdoba, sonó como a broma pesada, porque el transporte urbano ya era un desastre y ni siquiera las autoridades se preocupaban por arreglar el trencito del zoológico.
Pero a corto plazo, se dijo, ir a Buenos Aires vía Rosario demandaría menos de cuatro horas contra las 15 o más horas que supone la aventura de viajar hoy al mismo destino en el tren del Mitre o como se llame ahora.
Gracias a todos los santos del almanaque, se llegó a la conclusión que el proyecto era inviable, después que todos nosotros pagamos los suculentos honorarios de alguna consultora amiga del poder, que llegó a esa brillante conclusión.
Una ridiculez menos de la que podíamos preocuparnos o en el peor de los casos, reírnos.
Y cuando la escasez de agua nos agobiaba, lógicamente desde el gobierno provincial tenía que surgir una solución demagógica que nos hiciera agradecer por tan endidiable creatividad: traeríamos agua desde el Paraná, via acueducto o canal.
El mismo artífice de la demolición del que fuera originalmente hogar de ancianos, de la construcción de ese adefesio con pinta de gigantesco rallador de queso, de la desastrosa terminal de ómnibus y del faro sin mar, se transformó en vendedor de utopías a las que no le faltaron lambiscones compradores.
Y ahora se dan cuenta, a elevado costo de consultoras, que ese canal es impracticable.
En buena hora: a veces lo que nos pintan como brillante proyección de futuro en cualquiera de los ámbitos municipal, provincial o nacional, termina en una patética confesión de oportunismo e improvisación.
Y esos si son absurdos abortos, fracasos, torpezas y desengaños que no nos merecemos.

DESCONTROL EN SALUD MENTAL

Tiempo atrás un especialista en cuestiones de la realidad hospitalaria, me supo comentar que hay dos sectores donde se vive con mayor intensidad el abandono: en los geriátricos y en los internados relacionados con las enfermedades mentales.
En los tantos lugares de crecimiento incontrolado donde se albergan los viejitos, sus parientes dejan de ir o baja la frecuencia de sus visitas, porque creen que los contienen, los miman y les atienden la salud.
Es probable que existan lugares así, como excepción a la regla de considerarlos meros depósitos de personas, que han tenido la mala suerte de ser destinados allí.
Quisiera saber, si alcanzara personal técnico para hacer inspecciones y controles, si todos tienen el médico las 24 horas, si la comida se ajusta a parámetros nutricionales y si el personal de atención es suficiente.
La realidad es que los médicos las 24 horas casi no existen, comen al voleo, los visten con la ropa de cualquiera y a veces hay dos mucamas y una enfermera para atender a una treintena de huéspedes, muchos de los cuales están postrados.
En los internados para enfermos mentales, dependientes del Estado, el deterioro edilicio es lamentable y la falta de espacios hace que hasta en los pasillos haya colchones donde viven, duermen y sufren los pacientes.
En la mayoría de los casos los parientes los abandonan, dicen que murieron o que han viajado, pero se desentienden de ellos.
Porque si es penoso el olvido y el desamor de los familiares, la indiferencia, la desidia y la inacción del Estado son imperdonables.
Para estos casos, pareciera que los derechos humanos son solo para unos pocos que los utilizan políticamente.
Porque miles de viejos y de locos, cariñosamente hablando, están condenados al olvido, que es la más deplorable e injusta de todas las condenas.

G. F.

Audio Síganme los buenos completo 21-10-12




17 de octubre de 2012

A LO MEJOR LA HISTORIA ME CONVENCE QUE EL CAPITALISMO ES UNA PORQUERIA

  El pensar que Cuba dejaría salir a su gente libremente, poco tiempo atrás sonaba a utopía, aunque el reciente anuncio indica que la facilidad de abandonar el paraíso castrista entrará a regir a mediados de enero pròximo, sin necesidad de gestionar el tradicional permiso estatal ni la exigencia de la carta de invitación.
   Se trata de un trámite que demoraba demasiado tiempo, que requería una enorme paciencia y resignación para enfrentar la desquiciante burocracia enquistada en el poder o el desembolso de por lo menos 2000 dolares en billetes, "por abajo de la mesa".
   Ocurre que el gobierno socialista del Gran Lagarto Verde preserva la dignidad de su gente brindándole atención médica integral, educación gratuita, estímulos al deporte y a las artes, pero los mantiene aislados del mundo exterior porque la televisión, la radio y el único diario ("Granma", vocero del PC cubano) solo difunden la palabra oficial sin dejar lugar a las expresiones discrepantes.
   La impresión que traen los epidérmicos visitantes, esos que piensan que Cuba es solo Varadero, Cayo Coco, Guardalavaca o cualquiera de las maravillosas y soleadas playas, es que el pueblo isleño sobrelleva su añosa crisis derivada del impìadoso bloqueo norteamericano con el mayor de los decoros. Pero no es así, porque las ventajas en las compras las tienen los extranjeros mientras que los nativos deben contentarse con adquirir lo que les permite su tarjeta de racionamiento. Porque el trabajo no alcanza para todos, aunque sobre la cerveza. Porque en nombre de ese decoro, los cubanos caminan o pedalean buena parte del día. Porque la prostitución que en tiempos de la inicial dureza castrista era equiparable a traicionar a la Patria, ahora es una industria con lógica y mayoritaria demanda extranjera.
   Es curioso que en un país donde sus autoridades dicen que existe plena libertad, no se les permita salir y entrar cuando a cada uno se le antoje. Es penoso que solo exista un solo partido político y que la disidencia deba manifestarse en el exterior, porque hacerlo en la isla es un pasaporte al escarnio y a la cárcel. No se debe olvidar que fueron miles -hombres, mujeres, ancianos y niños- los que sucumbieron en el vano intento no tan solo de llegar a las costas de Florida, sino de recuperar la libertad que para ellos, los inmolados, era volver al ejercicio de la dignidad que le robaron los autoritarios en nombre de un socialismo que sepultó a los de abajo pero encumbró economicamente a la dirigencia.
   No deja de ser un síntoma alentador el anuncio que para irse del país no van a necesitar el permiso de salida ni la formalidad de la invitación, pero sí deberán gestionar la visa.
   Es como si a nosotros nos dijeran que podemos comprar dólares a valor oficial, pero debemos pedirle permiso al energúmeno de Moreno.
   De todas maneras habrá que esperar lo que pueda suceder en Cuba desde el 14 de enero próximo, fecha en la que dejaría de regir, para sus nativos, la prohibición de abandonar la isla caribeña.
   Pero todas mis dudas -y las dudas del mundo- se acabarán cuando me entere que balseros norteamericanos, desafiando a los tiburones y a las tormentas, abandonan sus tierras para refugiarse en Cuba.
   Será el momento de pensar que el capitalismo es una porquería.
                                                                                                                                                                                                                          Gonio Ferrari