30 de abril de 2023

S.L.B.: GANDHI TENÍA CLARO EL CONCEPTO DE TRABAJO – NECESITAMOS UN PRESIDENTE VOLUNTARIOSO – ALGO SOBRE CLASES MAGISTRALES - ¿LAS MASCOTAS SON PARTE DE LA FAMILIA? – LA MEGACAUSA DEL REGISTRO ANTE LA O.N.U. – SIN TRANSPORTE URBANO – LOS CONSUMIDORES SIGUEN RECIBIENDO GOLPES – LA DESPEDIDA, CON ALFREDO LE PERA, ETC.

 

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 776 del domingo 30/04/23 emitido por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.
 
1 de Mayo, Día del Trabajador
GANDHI FUE CLARO E INDISCUTIBLE:“AQUEL
QUE COME  SIN  TRABAJAR, ES  UN LADRÓN”
 
   Bien vale, por el día de mañana, primero de mayo, tomar como referencias a dos indiscutidos valores del pensamiento universal como lo fueron -y siguen siéndolo- el Mahatma Gandhi y nuestro Jorge Luis Borges, porque el hindú supo sostener que “Dios ha creado al hombre para que gane su sustento trabajando y ha dicho que aquel que come sin trabajar, es un ladrón”.
   Nuestro escritor símbolo pese a no haber sido laureado por el Nobel de Literatura sentenció que “el hombre en general, es muy haragán y prefiere que otro asuma la responsabilidad de sus actos. Profesar una religión o afiliarse a un partido o una doctrina, es un buen pretexto para no pensar”.
   Ambos personajes, tan certeros como brillantes no se destacaron precisamente por ser cultores del sacrificio ni del esfuerzo físico, pero debemos coincidir y  reconocer que pensar profunda y permanentemente también provoca cansancio.
   Mañana es el día nuestro, de los que abrazamos la cultura del trabajo, que no deja de ser una innegociable convicción que nos enaltece ante la sociedad. No es necesario extendernos en discursos, sino más bien en una especie de enunciación de principios, que hacen a la dignidad de trabajar.
   Es día propicio para ofrecer un humilde reconocimiento a todos los dirigentes sindicales que ofrendaron buena parte de sus vidas en la diaria fragua de la lucha gremial, sin claudicaciones ni privilegios; a los que siguieron siendo ejemplo de fervor laboral en su trabajo cotidiano y no vivieron prendidos a la licencia que contempla la ley, en cuyo nombre se cometen tantos abusos.
   Quiero eximir de este reconocimiento, por estrictas cuestiones de justicia, a los que se sirven de su condición de dirigentes en provecho propio, de sus familiares, de los amigos y de las amigas, porque no merecen figurar en el cuadro de honor de los honestos.
   Quiero, en definitiva, valorar el esfuerzo de tantos hombres y mujeres que se dignifican laburando, sacrificando su descanso, buscando siempre algo más para hacer; para sentirse útiles, para saberse capaces, que es la manera más maravillosa de sentirnos libres y comprometidos con el futuro.  
   El actual marco referencial no es el mejor, con el creciente número de desocupados reflejado en las estadísticas serias, el deterioro del salario en su poder de compra, una inflación tan agazapada como negada y manipulada que nos castiga sin misericordia y la injuria que significa la confiscación de una parte del salario, disfrazada de impuesto a las ganancias.
   Por otra parte las becas a la vagancia (algunos les llaman planes sociales o subsidios) no hacen otra cosa que robar la poca nobleza que les queda a muchos argentinos, que prefieren eso: la dádiva en lugar de transpirar, precisamente para enaltecer y adecentar lo que cobran que en definitiva pagamos todos, por la vía impositiva.
   Debemos reconocer también la culpa de muchas empresas que cuentan con dos curiosos mecanismos destinados a la reducción de sus planteles: las tecnologías aplicadas a mansalva y el ultraje del pago en negro, no para beneficiar al trabajador sino como otra perversa manera de evadir tributos e impuestos que el Estado necesita, y ese Estado somos todos.
   Seguramente con la madurez democrática que aún no hemos alcanzado pese a sus cuatro décadas ininterrumpidas de vigencia, llegará el momento en que la sinceridad se coloque por encima de la especulación.  
   Y se haga carne en los argentinos aquello que sostenía Perón como parte de sus 20 verdades: “No existe para el peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan; el trabajo es un derecho y es un deber, porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume”.
    Lo celebremos dignamente, aunque muchos abnegados servidores lo hagan de la manera más contundente e irrebatible: trabajando…


 
Deberá asumir el 10 de diciembre
LA REALIDAD NECESITA IMPOSTERGABLEMENTE
UN VOLUNTARIOSO RECIBIDOR DE CACHETADAS  
 
  Es horrible apreciar de qué insana y vil manera el mal destino se ensaña con los argentinos, de la mano de los números que arroja la deuda, en un país donde la mayoría de sus habitantes se cree ministro de economía y fracasan incluso en las cuentas hogareñas, al ser los corresponsables de nuestras obligaciones de pago contraídas en común con la esposa, pareja, concubina, apalomada o como la quieran definir a la conviviente.
   Y ese desequilibrio de bolsillo suele ser el detonante de los fracasos familiares, estadísticamente en crecimiento.
   Antes, las deudas contraídas en el almacén del barrio para la alimentación de los críos y su descendencia, en la certeza de formarlos dentro de lo posible con sus estómagos llenos, nos implantaba la obligación del cumplimiento antes que a cualquier otra deuda como por ejemplo por la luz, el gas, el agua, los seguros de vida, la prepaga de salud y algún otro compromiso, una  instancia que llegaba inexorablemente cuando el bolsillo se quedaba hasta sin pelusa, famélico y tétricamente seco y crocante.
    Tal drama, el de la creciente pobreza, será el mayor desafío de quien obtenga por mandato popular, el derecho de ocupar el sillón mayor de la Casa Rosada y alternativamente gozar la custodiada tranquilidad de la residencia de Olivos.  
   Restan alrededor de 220 días para que llegue la ceremonia de la asunción, y un par de meses menos para que la incógnita quede develada a través de las urnas, y no existen aún las precisiones en cuanto a candidaturas aunque varios han iniciado ya su campaña -Schiaretti incluído- mostrando como imagen  que trasciende, poco cuidado a la hora de los gastos como del endeudamiento, que al final no afrontan los partidos sino que pagamos todos, por vía tributaria.
   Dejando de lado ese detalle, es como si todos estuvieran escondidos detrás del telón hasta que mágicamente se corra y aparezcan en el escenario argentino los reales candidatos, todos los cuales coinciden en algo así como un mal disimulado desinterés, ya que las luchas internas, de todos los colores, contribuyen a una mayor desorientación del electorado.
   Todavía no hemos llegado a la parte más incendiaria de las campañas, cuando una contra otro o todos contra todos se trencen en los debates que poco muestran, salvo el estudiado sentido de la cautela que cada uno posee, alejado de cualquier triunfalismo o anticipado reconocimiento de la derrota.
   Mientras tanto y se lo discuto a cualquiera, todos los funcionarios que debieran estar dedicados a gobernar, pierden tiempo y gastan fortunas en convencernos ser la mejor opción, cuando vemos como contrapartida del panorama general, que si todos cumplieran, nadie podría explicarse entonces por qué carajo estamos como estamos, si cada uno tiene su emblemática imagen de soluciones.
   En fin, entre quienes se victimizan sintiéndose proscriptos sin estarlo legalmente, o no quieren apresurarse, o esperan que el dólar se estabilice y con eso florezca nuestra castigada economía, el pueblo, la gente, esas multitudes que los votarán, siguen sufriendo las calamidades que ninguno ha neutralizado, con el agravante que prometen aplicarlas si llegan al poder o sea otra vez la demagogia.
   En fin, es preferible que de estos disparates se ocupen los especialistas en la alta política, los gurúes que después ni aparecen para reconocer sus papelones y los exitistas que ya están festejando, mientras la moneda nacional más pierde su valor de compra, la pobreza no para de crecer, más de la mitad de nuestros niños padece hambre, el narcotráfico sigue ganando posiciones y nadie revela los porcentajes reales y no dibujados, de los que viven de los planes y subsidios sin ocuparse de trabajar, pese a que con sólo leer los diarios, tomamos conciencia que muchos ofrecen mano de obra y ocupaciones, pero no encuentran candidatos.
   Pavada de tarea les espera a quienes tengan a su cargo timonear este buque que pese a todo, a sus riquezas mal administradas, parece insumergible aunque en cada naufragio tengamos que lamentar tantas víctimas.
   Y eso, más allá de los pronósticos de los políticos de todos los colores, no es para nada justo en un país tan rico como lo es el nuestro.
   Un país que necesita un presidente apto, comprometido, patriota, sensible, laburador y no un encargado de recibir las bofetadas del fracaso.
 
Cómo dilapidar una oportunidad
SOBRE LAS CLASES MAGISTRALES ES MUCHO LO
QUE SE HABLA PERO POCO LO QUE SE PRACTICA
 
   La palabra “clase” proviene del latín classis, que, a su vez, fue relacionado con ‘calare’ por los antiguos romanos, esto es, “llamada”, “convocatoria”. Así pues, podríamos atribuir a cualquier clase ordinaria la connotación de “convocatoria”; una convocatoria donde se reúnen un conjunto de personas con el objeto de aprender del profesor, el cual realiza sus disertaciones en un tiempo determinado.
   El término “magistral”, en cambio, proviene del latín magistralis, magister, esto es, “el que posee mayores conocimientos y, por tanto, dirige y ordena”. En este sentido, “magistral” no estaría relacionado en tanto con una “disertación”, como con una “maestría” en el conocimiento de aquello que guía la acción de las operaciones.
   Por lo tanto, una “clase magistral” podría redefinirse como una convocatoria entre el maestro y el alumno donde el primero dirige los conceptos e ideas que guían el conjunto de operaciones que debe aprender el segundo y seguramente fue esa la intención que impulsó a nuestra Sra. Vicepresidente a dirigirse a un auditorio integrado principalmente por su militancia.
   Hay tantos temas para desarrollar en nuestro espacio, que ese mitin político direccionado hacia una sola tendencia, que es la de atornillarse en el poder, no merece que dilapidemos minutos que bien pueden servir para pintar un panorama más amplio de la realidad nacional.
   La convocatoria en La Plata fue previsiblemente numerosa, porque en materia de movilización, el cristinismo -y debo separarlo del kirchnerismo porque parece que las relaciones no son tan fraternales- y a mi modesto entendimiento fue un éxito hacia adentro, porque hacia afuera no tuvo la relevancia que la propia militancia previamente le asignara.
   La histeria no suele ser la mejor acompañante del fortalecimiento de posturas políticas ni ideológicas, y ha demostrado que es nociva incluso en las arengas de entretiempo del fútbol, cuando se busca enardecer el compromiso de los jugadores, por ejemplo, para remontar un parcial adverso de ir perdiendo por cinco goles o más.
   No se advirtieron conceptos magistrales ni enseñanzas hacia la integración, la moderación o el sano ejercicio de la autocrítica, sino que hubo esmero en mirar hacia atrás, y bien sabemos lo que suele ocurrir que por no mirar lo que se viene, más de un automovilista se encontró con algún contratiempo insalvable y de elevado costo.
   Apelar a lanzar andanadas de acusaciones para cubrir la propia endeblez de íntimos argumentos, no es la  mejor manera de proyectarse al procerato, a la consideración ajena o a la recuperación del devaluado respeto de la sociedad.
   Asumir un papel de proscripción inexistente desde el momento que la sentencia no está firme, es vender un infantilizado motivo para justificar tanto el temor como la propia inseguridad.
   Por tales razones, es para pensar que se perdió una magnífica oportunidad, no de ofrecer un tardío “mea culpa” sino de intentar al menos que en los tiempos que restan hasta el día de las definiciones, no sean de una turbulencia que desde algunos sectores vienen alimentando como certeza de un panorama sombrío.
   Es ahora cuando todos, todas y todEs, tenemos la obligación cívica de buscar una recuperación de la cordura, la sinceridad, la tolerancia, la memoria, pero por sobre todas las cosas, del patriotismo.
 
Megacausa del Registro sigue firme
¿JUSTIFICARÍA LA JUSTICIA CORDOBESA SU
CONDUCTA  ANTE  LAS  NACIONES  UNIDAS?
 
   Puede leerse entre las noticias judiciales que desde las Naciones Unidas se ocupan arduamente del tema prisión preventiva, cuestionando distintas acciones y verificando que los Estados cuenten con protocolos para su correcta aplicación, a fin de prevenir el uso indebido o con intereses no legítimos. La reciente pandemia puso en el tapete la palabra protocolo, que se convirtió en guía de cada acción y es así que un protocolo se define como un conjunto de reglas o normativas que nos dicen cómo actuar en ciertos procedimientos. El concepto es ampliamente utilizado en las ciencias, ya que estas reglas, basadas en evidencias científicas, permiten tomar decisiones evitando errores.  
   Quizás por esta razón es que desde la ONU se insiste con los protocolos judiciales y en este contexto puede decirse que para nuestro país la Constitución Nacional es un extenso protocolo que explica con claridad cómo debe manejarse la libertad de los ciudadanos y cómo proceder ante las diferencias de poder.
   También son protocolos los Códigos, que disponen que no deben existir comisiones especiales de jueces que tengan opiniones preestablecidas sobre un tema y que no se puede juzgar dos veces a la misma persona por el mismo hecho, todo para evitar equivocarse. No está claro por qué ninguno de estos protocolos fue respetado y cumplido en la causa del Registro de la Propiedad, aquí entre nosotros, en esta Córdoba doctoral no sólo en medicina, invirtiéndose por el contrario, cada una de las recomendaciones.
   Y aunque las denuncias y reclamos por este accionar aún están huérfanos de resolución, sería muy interesante saber con qué cara y con qué argumentos la justicia cordobesa justifica estas acciones frente a un Organismo internacional como lo es la Organización de las Naciones Unidas.
   La ONU, por si no se enteraron…
 
No es justo, equitativo ni aceptable
UN DÍA SIN TRANSPORTE URBANO, HUMILLACIÓN
QUE CASTIGA A LOS  SECTORES  MÁS  HUMILDES
 
   Tiempo atrás, recuerdo que cada 1 de mayo era un día en que la ciudad sufría una especie de súbita muerte porque todo estaba cerrado o no atendían, incluyendo bancos, financieras, almacenes de barrio, oficinas públicas, cementerios, creo que las iglesias, pero todo el comercio, la industria y cualquier otra actividad celebraban el día de los trabajadores imponiéndose una pausa que esa si, se respetaba a rajatabla.
   Y lógicamente tampoco había transporte público; tranvías y ómnibus quedaban en sus galpones y algunos taxistas se hacían buenos pesos llevando pasajeros con el reloj sin funcionar y si alguien los controlaba, ya estaban de acuerdo en decir que eran parientes paseando.
   Pero en los hospitales se atendían emergencias como debe ser y las farmacias de turno en general cumplían con tal condición.
   Aquellos de menores recursos que pretendan pasear mañana lejos de sus casas, en los parques, tendrán que aguantar su estado de inmovilidad porque en todo el día no existirá el transporte urbano, como tampoco ningún sistema de traslado de personas según se anunció.
   ¿Qué pasaría –me pregunto- frente a una real emergencia que requiriera trasladar gente hasta un hospital, porque seguramente todos querrán festejar su día?
   A lo mejor, apelando a la Policía que tiene tantos patrulleros nuevitos que poco se ven circulando por la ciudad, pueda aportar una solución para esos casos, que roguemos no se presenten…
   Según tengo entendido, no hace mucho que el transporte público fue categorizado como servicio esencial…
 
¿Otra vez aquella utopía del control?
LOS CONSUMIDORES RECIBEN LOS GOLPES MÁS
DUROS CON LA INESTABILIDAD DE  LOS PRECIOS
 
   Tropezar con la misma piedra puede ser culpa de un olvido, de una distracción, de ceguera o de apuro por llegar, pero no deja de ser un peligro porque al reiterarse más veces de lo normal, pasaría a ser un signo de incapacidad de raciocinio, estupidez, taras ocultas o simple desprecio por la propia integridad.
   Ya no sabemos de qué manera calificar el empecinamiento oficial en controlar lo incontrolable, como lo sería el número real de infidelidades no tanto en el ámbito familiar sino en el trabajo, en la religión, en el comercio y en tantos otros ámbitos donde es frecuente que ocurran.
   Siempre fracasaron los controles por más nombres que les pusieran, algunos tan rimbombantes como inútiles, desagradables o mentirosos desde su comienzo de aplicación, porque aquello de “precios justos” es una bobada, a lo de “precios máximos controlados” no lo creía nadie y tantos otros derrapes en el mismo asunto que tanto preocupa a los argentinos, como daña los bolsillos y muestra la permeabilidad de los organismos oficiales encargados de esas cuestiones.
   Los precios aumentan descontroladamente, vaya perogrullada, porque nadie hace nada por controlarlos y quienes viven de eso, no ocultan su satisfacción de ver aumentadas sus utilidades superando en muchos casos los pronósticos más oscuros en cuanto a la aplicación diaria de nuevos y crecientes valores, como si carecieran de la más mínima sensibilidad de saber que los más afectados con los consumidores y de manera especial los más vulnerables en un país con creciente pobreza.
   Y me enfrento a una postura exitosa en tal sentido, que por haberla vivido no se me borra ni se me borrará jamás: la aplicación de la ley contra el agio y la especulación que instaurara Juan Domingo Perón siendo presidente, que contemplaba, aparte de las multas por su transgresión, la adicional del decomiso de mercadería, la prisión efectiva en ciertos casos de trámite sumario y si se trataba de comerciantes extranjeros, la lisa y llana expulsión del país.
   Está visto, por si es que hiciera falta ejemplificarlo, que no hay nada que cambie en el ADN argentino, eso de creerse más vivos e impunes que los dueños del poder, aunque es necesario ponerlo en claro: del poder, cuando se ejerce sin amiguismos, asociaciones o variadas complicidades.
 
Perros, gatos, canarios, conejos, etc.
¿QUE SON O NO PARTE DE LA FAMILIA? DUDA YA
DISIPADA SI  ES  QUE  HABLAMOS DE  MASCOTAS
   Los cordobeses, creo que desde siempre, nos inclinamos por esa curiosa propensión a colocar sobrenombres pensando en los animales.
   Tengo los casos del Negro Araña, el Oso Tobi, el Cabrito Toledo, el Monito Carrizo, el Pavo Tobi, el Chivo Oulton, el Larva Milich, el Canguro Gamboa, el Pájaro De Allende, la Vaca Potenza, el Piojo Godino, el Cabeza de Chancho, la Gallina Sarmiento, el Pescado Ayen, el Gato Villalba, la Vizcacha Guerrieri, el Perro Altamirano, el Charabón Recalde, la Rata Ramos, el Lagarto Guizardi, el Pato Fernández o el Ladilla Rodriguez, algunos de los cuales ya no están entre nosotros.
   Y se me ocurre, por sentirlo así, que esos seres muestran hacia nosotros un cariño tan evidente, actitudes generosas, comprensión en muchos casos y compañía siempre, que no es exagerado tomarlos como parte de la familia, brindándoles alimento y amparo y atención médica cuando es necesaria. 
   Seguramente me olvido de ciertos ejemplares, y pido perdón si es que no me acuerdo de saludarlos ya sean gatos, perros, conejos, tortugas, canarios, cuisis, iguanas, itas, comadrejas, tejones, hurones, pollitos, arañas, potrillos, yeguas, peces, loros, culebras, cabritos, vizcachas, pumas, ranas, patos, curucuchas o grillos.
   Y ya que estamos, rindamos homenaje de cariño a las mascotas que tenemos, así se llamen Vera, Boby, Nikita, Zoco, Mumi, Pía, Ema, Ramón, Teo, Negrita o como quieras.
   Y recordemos que tener bajo tu dependencia a un animal, supone cuidarlo y protegerlo en su indefensión, frente a un mundo agresivo y ante personas que los explotan, los maltratan y los dejan morir.
   Vemos a diario en nuestras calles ejemplos lastimosos y parece que la Ley Sarmiento que ampara a los animales, no existiera porque su aplicación es tardía y caprichosa frente a una autoridad que prefiere mirar hacia otro lado, porque total, son animales “y tienen cosas más importantes que hacer por los humanos” como por ejemplo hacer poco.
   Los bichos (dicho sea con cariño) abandonados porque sus amos no cuentan con recursos para mantenerlos, es otra de las lacras que sacude nuestra sensibilidad.
   Los animales son a veces los intermediarios por los que la Naturaleza con su sabiduría suele darnos algunas lecciones.
   Descartes decía que el mono es tan inteligente, que no habla para que no lo hagan trabajar y Chesterton, anticipándose a lo que vemos en televisión, reconocía pertenecer a esa clase de animales en los cuales la cola es importante.
   Debemos tener la grandeza de respetar a todos los seres vivos ¿no pensantes? aunque creamos que no razonan pues de sus conductas y pese a que muchos no lo tomen por cierto, suele ocurrir que secretamente ponemos en duda nuestra propia capacidad de pensar …y de sentir.
   Por eso y aprovechando la celebración, hagamos un merecido y masivo desagravio a la lora, que inocentemente y sin que ella lo sepa, los malhablados se han apropiado de sus partes pudendas transformándolas en destino para aquellos que odian o al menos molestan.
 
La de hoy, una despedida tanguera
ALFREDO LE PERA NO ESCRIBÍA TANGOS, SINO
QUE DIBUJABA FOTOGRAFÍAS DE LA REALIDAD
 
   ¿Para qué aburrir a la audiencia cuando nos estamos yendo, si con sólo mencionar a Alfredo Le Pera basta para mostrarles a un fotógrafo sin cámara, que mostraba tomas de una realidad cotidiana que luego con la música del inolvidable Carlos Gardel nos regalaba una visión única, particular, e inimitable de un presente -ya pasado- que a todos nos tocaba vivir y compartir.      
   Lo mejor, extraer de sus brillantes creaciones unas pocas palabras que seguramente podremos compartir y corresponden a su tango “Cuesta abajo”:
   Ahora cuesta abajo en mi rodada,
las ilusiones pasadas
yo no las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverá…
   Por allí, uno llega a pensar y muchos a rogar, que alguna vez se hubiera equivocado…
   Es el final de la edición número 776 de “Síganme los buenos” y no lo olvide: pase lo que pase y cueste lo que cueste, jamás deje de ser feliz. Como siempre mi agradecimiento a Mariela Kusik, Conrado Vicens, Sabrina Bustos, la polifuncional Celeste Pereyra augurándole éxitos a Talleres para esta noche y a Oji que es la dueña y patrona de la posproducción. Siga en la 580, con Radio Universidad, ya llega “La voz de la paz” con Lita y Lalo. Gestión, modestamente, Gonio Ferrari y equipo. Hasta el domingo próximo y muchas gracias…

 

23 de abril de 2023

S.L.B.: EL POR QUÉ DE UN PROGRAMA REDUCIDO - LOS TRIUNFOS TIENEN MUCHOS PADRES PERO LOS FRACASOS SON HUÉRFANOS - UNA ACTITUD DE SOBERBIA NO APORTA SEGURIDAD NI TRANQUILIDAD - LA MEGACAUSA QUE NO PIERDE ACTUALIDAD - LOS DOCENTES Y UN HOSTIL ESTADO DE CONFLICTO - NO FALTAN LOS MALVADOS EN REACTIVAR EL "CLUB DEL HELICÓPTERO", ETC.

 Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” emisión nº 775 del domingo 23 de abril de 2023, difundido por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.

 
Nuestra edición de este domingo 
TENER MEDIA HORA MENOS NO ES 
ACHICARSE SINO  SER  GENEROSO
 
  
   Por una determinación superior, esta edición nº 775 de “Síganme los buenos” que desde años atrás se difunde los domingos de 16,30 a 18,30 por la AM580 Radio Universidad, tendrá por este domingo media hora menos de extensión, para dedicar dicho espacio que dejamos liberado, a una transmisión deportiva.
   Este equipo de producción periodística y realización técnica, a lo que sumamos la inclusión de los contenidos en el faceboock esta misma tarde, y como homenaje a la elevada cantidad de lectores que la frecuentan en las redes, asume la obligación ética de pedir disculpas a los anunciantes por tal motivo, que nos fuera comunicado cuando el esquema de SLB ya estaba elaborado, contemplando por supuesto la intervención de los auspiciantes.
   Esperamos que esta situación no pase a ser una costumbre, en homenaje al respeto que merece nuestra creciente audiencia, agradeciéndoles especialmente a los oyentes y a los sostenedores del programa, por su tolerancia y comprensión. 
 
Demasiados dueños de los silencios
ASÍ  COMO  LOS TRIUNFOS  TIENEN  MUCHOS  PADRES
LOS FRACASOS SON  INEVITABLEMENTE  HUÉRFANOS
 
   Sostienen los historiadores seguramente por noticias que circularon siglos atrás, cuando las redes sociales no eran ni siquiera tema para Julio Verne y ahora se lo atribuyen a San Pablo, que “su fin será el que corresponde a sus obras” y la verdad sea dicha, no pude encontrar buscando en mi nutrida biblioteca, una definición más contundente y sobre todo más acorde con la realidad que estamos viviendo los argentinos.
   El conventillo político nacional y sin distinción de colores ni ideologías por más encontradas que sean entre ellas, no creo que atesore en su historia situaciones más enquilombadas, controvertidas, curiosas e inéditas que puedan compararse con lo que estamos viviendo, aun sosteniendo que las pretendidas sorpresas ya no sorprenden a nadie porque en tal aspecto ya estamos curados por la vía del espanto para la mayoría de los argentinos y la resignación para el resto.
   Dentro de todo viene al caso recordar una cita que se me ocurre es de autor anónimo, pero muchas veces me atormentó por la fuerza conceptual que contiene, que en su incomparable cobardía la sociedad de nuestros tiempos opta por legalizar los errores en lugar de combatirlos.
   Las noticias más recientes contienen una velada como tardía confesión de fracaso, especialmente porque sus consecuencias no tienen solución al menos en el breve plazo, con el agravante que su inmodificable proyección a futuro no tan remoto nos augura instancias todavía más difíciles que las que estamos padeciendo.
   Y es cuando nos preguntamos y creo no ser el único que íntimamente se lo plantea, ¿por qué tiempo atrás, cuando vimos recrudecer el mal, desde el poder no lo atacaron, remediaron, atenuaron y peor, lo agravaron? ¿Por qué ese empecinamiento en reincidir en equivocaciones que tanto daño indiscriminado nos siguen haciendo? ¿Por qué no tener la grandeza ni el patriotismo de la honesta y olvidada autocrítica, que impulse a corregir rumbos?.
   Se insistió hasta la demencia política en tropezar con la misma piedra y todo por esa angurria de estar en la cúpula, mal sentado y viendo que desde abajo y desde los costados te están moviendo el sillón aunque la explicación, humana explicación al fin, que la angurria que muchos pretenden disfrazar de sensualidad del poder, no es otra meta que permanecer, atornillarse, perdurar, mantenerse como fuera, porque dentro de todo el componente de asegurarse la impunidad, es tan fuerte que alucina y lleva al empecinamiento suicida.
 Ya está… Ya se sacó la mochila con plomo que le tocó llevar desde que -creo que la Biblia- debió soportar desde su tapa hasta la última página, el peso de la hipocresía de quienes juraron sobre ella sabiendo por experiencia que Dios ni la Patria podrían demandarlos.
   Si la Patria en su sacro concepto es el pueblo, el altar para rezar está en cada urna que defina nuestro destino como Nación.
   Una nación hermosa, generosa, con millones de oportunidades y gente maravillosa y ansiosa para ser  felizmente insuperable, que no merece que ningún aventurero ni sediento de poder la siga esquilmando.
 
El absurdo de negar la cruda realidad
SI LA CÚPULA PECA DE SOBERBIA, POCO AYUDA A LA
SOCIEDAD  QUE  VIVE CADA DÍA MÁS SOBRESALTADA
 
   Desorienta muchas veces advertir en algunos personajes de la conducción política, profesional o de cualquier otro ámbito, esa penosa inclinación hacia la indiferencia, como si negar la realidad fuera aunque más no sea un paliativo a lo que racionalmente reclama desde su intimidad la propia conciencia, y en tal sentido creo que eso de la conciencia es tan opinable e indefinible como la cuadratura del círculo o el sexo de los ángeles.
   Si se hiciera una encuesta seria, documentada y certificada por su calidad, en cuanto a qué sensación tienen o tenemos los cordobeses, acerca de la seguridad que no nos asegura el poder o de las consecuencias que acarrea su virtual inexistencia, nos encontraríamos con una masiva respuesta, que derrumbaría todo lo contrario que desde ese mismo poder somnoliento pretenden inútilmente hacernos creer, para lo cual incluso  dilapidan dineros en propaganda exagerada, que bien pudieran destinar a la aplicación de soluciones, y más en estos delicados tiempos precomiciales.
   Así como un ministro nacional confesó pocos días atrás sin ponerse colorado y luego no se desdijo, que la batalla contra el narcotráfico la había ganado el hampa, más cerca de nosotros nos impactó duramente aunque sin causarnos sorpresa, que la jefa de nuestra policía sostuviera, también sin sonrojarse ni asumir culpas, que la institución azul del cordobesismo no había sido desbordada.
   Señora, por favor… Aparte de ofender la inteligencia de los cordobeses, incurre en un pecado que no es venial, sino de enorme gravedad institucional, que es negar una realidad que a usted la castiga desde adentro en cierta medida, e impíamente desde afuera, cuando la delincuencia se agranda día a día al amparo de la impunidad que le obsequia la falta de prevención, y otras carencias que usted no ignora y estoy seguro que también padece.
   Y no quiero caer al facilismo de evocar ejemplos, mejor dicho pésimos ejemplos, porque nada se gana con una actitud que le recuerde lo que seguramente es inolvidable, como las responsabilidades funcionales en el desgraciado caso del adolescente asesinado por una persona que desde su criterio, no estaba inhabilitada para usar armas, detalles que todavía dependen de la profundización de la causa por parte de la Justicia, desde donde se la calificó con dureza, al dictaminar que fue un caso de violencia institucional, cubierta en su momento hasta llegar al ministerio del área, dique de contención que evitó al menos por ahora, que el tema siguiera su escala ascendente en el poder.
   Las bandas de pirañas operan a su antojo ya en cualquier punto de la ciudad, a plena luz y sólo el accionar de los vecinos y en cierta medida alguna casualidad obtuvieron algunos resultados positivos.
   En uno de esos casos, perpetrado a 50 metros de un puesto policial, ante el reclamo de los afectados a esos efectivos, la respuesta fue que había que llamar un patrullero.
   ¿Entiende usted la desesperación de las víctimas?
   Con el reciente y sangriento asalto a un taxista, quedó demostrado que los controles en los puentes y otros lugares previsibles son sólo para que la gente vea que algo se hace, cuando para nada sirven, lo mismo que la reiterada difusión de fotografías con decenas de coches equipados a full, que parecen sólo preparados para los desfiles, porque poco se los ve después que las fotografías aparecen en los diarios, en la TV y ahora invadiendo onerosamente las redes sociales, transformando esos mensajes en propaganda preelectoral, disfrazados de la obligada difusión de actos de gobierno.
   Los ladrones motorizados han copado la ciudad a cualquier hora; las cámaras obtienen rostros casi de foto carnet y bueno sería saber a cuántos delincuentes de ese estilo de asaltos, muchas veces violentos y con utilización de armas, han sido resueltos, aunque ese sistema se aproveche en sociedad con el municipio multador que más que nunca necesita recaudar.
   Puede que existan razones para sostener que podemos haber llegado al hartazgo encarando con enfermante frecuencia el tema de la inseguridad, y en tal caso les reconozco la razón.
   ¿Pero sabe una cosa, doña?
   Soy un amante de la vida, de la paz, de la tranquilidad de sentirme y sentirnos protegidos por un Estado que cobra por decir que lo hace y fracasa.
   Por pregonar que se ocupa y son otras sus prioridades.
   Por vendernos la falsedad que se desnuda cada día, ¿de qué manera?
   Lo que son las cosas… se desnuda nada menos que leyendo los diarios, escuchando la radio o mirando los noticiarios de la televisión…
   La soberbia es un pecado capital, y no es aconsejable caer en ella al igual que la gula, la lujuria, la ira, la pereza, la avaricia y la envidia…
   Todo esto es para no olvidarlo jamás… jamás.
 
¿Cuántos días de clases se perdieron?
EL CONFLICTO TAN MANOSEADO QUE ENCARAJINA UN
ESCENARIO CON ALUMNOS, LAS VÍCTIMAS INOCENTES
 
   Todos los años, como es obligación y costumbre, desde la autoridad se determinan cuántos serán los días de clases en el ciclo lectivo y al menos es así en el nivel primario de la enseñanza.
   Obviamente quienes asisten a clases dentro de ese segmento son niños de hasta unos 11 o 12 años, plenos de apetitos por aprender, miembros de familias que en muchos casos se sacrifican a veces más allá de sus posibilidades económicas, para satisfacerlos en esa necesidad que los hará útiles a la sociedad y a la Patria en su conjunto.
   Pero cuando desde afuera se observa que los conflictos gremiales se agudizan, se llega a la convicción que los mayormente perjudicados son los alumnos, y por factores indirectos también la familia porque se alteran las costumbres y las obligaciones hogareñas, como por ejemplo las idas y regresos al aula.
   Las conducciones sindicales debieran tomar conciencia del perjuicio que se les ocasiona a los pequeños que resultan inocentes víctimas, lo que es solucionable aplicando otras modalidades de protesta que no signifiquen un menoscabo a los convenios suscriptos ni al aprendizaje y a la concurrencia a clases.
   Pero el Estado, por naturaleza con la obligación de ser protector, debiera ajustar todo lo concerniente a un justo pago a la docencia, pilar fundamental del crecimiento de una nación y salvaguarda del futuro, inclinándose por la justicia en las desparejas retribuciones, y no es por poner siempre en la picota a los funcionarios y legisladores, que nunca dejan de cobrar aunque en el caso de los, llamémosles fabricantes de leyes, su esfuerzo no es para comparar con el que distingue a la vocación docente y su ejercicio.
   Es claro… algunos sostienen mezquinamente que los maestros gozan tres meses de vacaciones, el intervalo de clases en el invierno y algunas otras ventajas que no son tantas… Pero olvidan u omiten que el maestro, la maestra, se llevan trabajo a sus casas, trabajan varias horas al margen de su obligación de asistencia y en la escuela ofician de consejeras de conductas,  mediadoras en diferendos, asesoras en materia de sexo disipando curiosidades de los pre adolescentes y en muchos casos hasta cocineras de sus alumnos.  
   Lo ideal sería que con la menor cantidad posible de días inactivos, concilien posiciones o busquen otros estilos menos traumáticos de llegar a soluciones a las que siempre arriban, pero dejan un tendal de consecuencias.
   Es una simple cuestión de sentido común, inteligencia del poder y amor por la educación y la formación, por lo que cobra mayor fuerza y vigencia eso que sostiene con justa razón que si la educación es cara para el Estado, que se pruebe con la ignorancia.
 
Megacausa del Registro, siempre activa
LA CUESTIÓN DE LAS DECISIONES LLEVA TANTO A
DUDAS COMO A MÁS  QUE  CURIOSAS INSTANCIAS
 
    Puede llegar a ser interesante proponer un debate, en algún foro académico pero fuera de Córdoba, sobre algunos escritos de la causa del Registro de la Propiedad, como por ejemplo el del Juez que reconoce la inexistencia de pruebas en contra de los imputados, aclarando que no hay testimonios en su contra; el que acusó a alguien de apropiarse de un inmueble que era  de su legítima propiedad (por lo que después de juzgarlo y condenarlo se lo devolvieron), aquellos en los que los sospechados nunca pisaron el lugar de los hechos, u otros en los que se formaron bandas con personas que no se conocían.    
   Lo debatible sería que en todos los casos la decisión fue la prisión preventiva y la Real Academia Española define al término “decisión” como una resolución que se toma en una cosa dudosa.
   En el ámbito legal los Códigos y la Constitución regulan con claridad el camino de las resoluciones judiciales, estableciendo para el caso la prohibición de cualquier prisión por las dudas.    
   Por ello, el razonamiento lógico, aún sin ser experto en la materia, no permite entender la decisión de la prisión sistemática dictada aún en ausencia de duda, como tampoco, la decisión de no actuar ante las denuncias contra altos funcionarios, o de no buscar otros culpables si muchos de los encarcelados, y aún condenados, no fueron los enriquecidos con las maniobras.
   Y es claro y fácil de entender que genera gran intriga conocer las causas que motivaron, guiaron, indicaron, solicitaron, etc, etc, a los magistrados actuantes del Poder Judicial, el camino de estas decisiones. 
 
Aquel tanguero sentir del dolor en carne propia
¿SERÁ POSIBLE QUE ALGUNOS MALVADOS REFLOTEN
EL DOLOROSO TEMA DEL “CLUB  DEL HELICÓPTERO”?
 
   Si hay algún dolor político que todavía revuelva el estómago de algunos y las conciencias de otros, es volver la memoria hacia los principios de este siglo y sorprendernos con aquella imagen del helicóptero abandonando el helipuerto de la Casa Rosada con rumbo incierto, con su principal pasajero que era el entonces renunciante Presidente de la Nación, cumpliéndose con lo que la oposición lo trataba de “prescindente”.
   Aunque en realidad, De la Rúa había renunciado ese 20 de diciembre del 2001 a las 19:45 tras cumplir algo así como la mitad de su mandato constitucional, pero acosado por la economía, los gremios peronistas y de la izquierda, parte de sus propios adherentes y el resultado de 9 muertos y decenas de heridos por los disturbios originados en el centro porteño.
   Eso es, si no me equivoco en los recuerdos, parte de la historia que luego la creatividad popular instauró la existencia del “Club del helicóptero” como una especie de símbolo emergente de los fracasos.
   Ahora con una inflación mayor al ciento por ciento interanual que supera incluso a la de Venezuela, proyección de desastre económico, más de 10 dólares distintos, el que se designaba para ahorro cotizando a 450 pesos la unidad, desocupación tan alarmante como escondida, crecimientos exponenciales tanto de la pobreza, el hambre, los subsidios a la vagancia, el colapso de la dignidad del trabajo, la expansión imparable del narcotráfico, la inseguridad apabullante y todos los otros conflictos, es que no faltan aquellos memoriosos que imaginan el resurgimiento de aquel Club del Helicóptero, aunque para el caso actual no bastaría solo con uno, sino con una flota de ellos.
   Por aquellos ayeres, la situación no era tan desesperante como ahora lo es como fruto de la inestabilidad social, las luchas tan internas como despiadadas en las fuerzas políticas y todo esto en un escenario cercano a elecciones presidenciales, de gobernadores y de otras autoridades.
   Roguemos que prevalezca la calma, que los fantasmas que agitan desde ciertas conducciones sindicales se moderen o se dejen de joder, que regrese la concordia que no fue muy pródiga en los argentinos y que alguna vez pensemos con memoria no parcial y grandeza de objetivos más que con apetencias de poder.  
   Y menos, con esos intentos de eternizarse en las cúpulas, después de haber demostrado que ese fracaso que tiempo atrás echaban en cara a quienes gobernaban, también los alcanzó a quienes prometieron la grandeza de la Patria que ahora por falencias propias y parte por una herencia que no fue tan gravosa como las que ahora se deja, estuvimos a punto del estallido.
   Roguemos que no sean necesarios miles de helicópteros…