Desgrabación
de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los
buenos” edición nº 776 del domingo 30/04/23 emitido por la AM580 Radio
Universidad Nacional de Córdoba.
GANDHI FUE CLARO E INDISCUTIBLE:“AQUEL
QUE COME SIN TRABAJAR, ES UN LADRÓN”
Ambos personajes, tan certeros como brillantes no se destacaron precisamente por ser cultores del sacrificio ni del esfuerzo físico, pero debemos coincidir y reconocer que pensar profunda y permanentemente también provoca cansancio.
Mañana es el día nuestro, de los que abrazamos la cultura del trabajo, que no deja de ser una innegociable convicción que nos enaltece ante la sociedad. No es necesario extendernos en discursos, sino más bien en una especie de enunciación de principios, que hacen a la dignidad de trabajar.
Es día propicio para ofrecer un humilde reconocimiento a todos los dirigentes sindicales que ofrendaron buena parte de sus vidas en la diaria fragua de la lucha gremial, sin claudicaciones ni privilegios; a los que siguieron siendo ejemplo de fervor laboral en su trabajo cotidiano y no vivieron prendidos a la licencia que contempla la ley, en cuyo nombre se cometen tantos abusos.
Quiero eximir de este reconocimiento, por estrictas cuestiones de justicia, a los que se sirven de su condición de dirigentes en provecho propio, de sus familiares, de los amigos y de las amigas, porque no merecen figurar en el cuadro de honor de los honestos.
Quiero, en definitiva, valorar el esfuerzo de tantos hombres y mujeres que se dignifican laburando, sacrificando su descanso, buscando siempre algo más para hacer; para sentirse útiles, para saberse capaces, que es la manera más maravillosa de sentirnos libres y comprometidos con el futuro.
El actual marco referencial no es el mejor, con el creciente número de desocupados reflejado en las estadísticas serias, el deterioro del salario en su poder de compra, una inflación tan agazapada como negada y manipulada que nos castiga sin misericordia y la injuria que significa la confiscación de una parte del salario, disfrazada de impuesto a las ganancias.
Por otra parte las becas a la vagancia (algunos les llaman planes sociales o subsidios) no hacen otra cosa que robar la poca nobleza que les queda a muchos argentinos, que prefieren eso: la dádiva en lugar de transpirar, precisamente para enaltecer y adecentar lo que cobran que en definitiva pagamos todos, por la vía impositiva.
Debemos reconocer también la culpa de muchas empresas que cuentan con dos curiosos mecanismos destinados a la reducción de sus planteles: las tecnologías aplicadas a mansalva y el ultraje del pago en negro, no para beneficiar al trabajador sino como otra perversa manera de evadir tributos e impuestos que el Estado necesita, y ese Estado somos todos.
Seguramente con la madurez democrática que aún no hemos alcanzado pese a sus cuatro décadas ininterrumpidas de vigencia, llegará el momento en que la sinceridad se coloque por encima de la especulación.
Y se haga carne en los argentinos aquello que sostenía Perón como parte de sus 20 verdades: “No existe para el peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan; el trabajo es un derecho y es un deber, porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume”.
Lo celebremos dignamente, aunque muchos abnegados servidores lo hagan de la manera más contundente e irrebatible: trabajando…
LA REALIDAD NECESITA IMPOSTERGABLEMENTE
UN VOLUNTARIOSO RECIBIDOR DE CACHETADAS
Y ese desequilibrio de bolsillo suele ser el detonante de los fracasos familiares, estadísticamente en crecimiento.
Antes, las deudas contraídas en el almacén del barrio para la alimentación de los críos y su descendencia, en la certeza de formarlos dentro de lo posible con sus estómagos llenos, nos implantaba la obligación del cumplimiento antes que a cualquier otra deuda como por ejemplo por la luz, el gas, el agua, los seguros de vida, la prepaga de salud y algún otro compromiso, una instancia que llegaba inexorablemente cuando el bolsillo se quedaba hasta sin pelusa, famélico y tétricamente seco y crocante.
Tal drama, el de la creciente pobreza, será el mayor desafío de quien obtenga por mandato popular, el derecho de ocupar el sillón mayor de la Casa Rosada y alternativamente gozar la custodiada tranquilidad de la residencia de Olivos.
Restan alrededor de 220 días para que llegue la ceremonia de la asunción, y un par de meses menos para que la incógnita quede develada a través de las urnas, y no existen aún las precisiones en cuanto a candidaturas aunque varios han iniciado ya su campaña -Schiaretti incluído- mostrando como imagen que trasciende, poco cuidado a la hora de los gastos como del endeudamiento, que al final no afrontan los partidos sino que pagamos todos, por vía tributaria.
Dejando de lado ese detalle, es como si todos estuvieran escondidos detrás del telón hasta que mágicamente se corra y aparezcan en el escenario argentino los reales candidatos, todos los cuales coinciden en algo así como un mal disimulado desinterés, ya que las luchas internas, de todos los colores, contribuyen a una mayor desorientación del electorado.
Todavía no hemos llegado a la parte más incendiaria de las campañas, cuando una contra otro o todos contra todos se trencen en los debates que poco muestran, salvo el estudiado sentido de la cautela que cada uno posee, alejado de cualquier triunfalismo o anticipado reconocimiento de la derrota.
Mientras tanto y se lo discuto a cualquiera, todos los funcionarios que debieran estar dedicados a gobernar, pierden tiempo y gastan fortunas en convencernos ser la mejor opción, cuando vemos como contrapartida del panorama general, que si todos cumplieran, nadie podría explicarse entonces por qué carajo estamos como estamos, si cada uno tiene su emblemática imagen de soluciones.
En fin, entre quienes se victimizan sintiéndose proscriptos sin estarlo legalmente, o no quieren apresurarse, o esperan que el dólar se estabilice y con eso florezca nuestra castigada economía, el pueblo, la gente, esas multitudes que los votarán, siguen sufriendo las calamidades que ninguno ha neutralizado, con el agravante que prometen aplicarlas si llegan al poder o sea otra vez la demagogia.
En fin, es preferible que de estos disparates se ocupen los especialistas en la alta política, los gurúes que después ni aparecen para reconocer sus papelones y los exitistas que ya están festejando, mientras la moneda nacional más pierde su valor de compra, la pobreza no para de crecer, más de la mitad de nuestros niños padece hambre, el narcotráfico sigue ganando posiciones y nadie revela los porcentajes reales y no dibujados, de los que viven de los planes y subsidios sin ocuparse de trabajar, pese a que con sólo leer los diarios, tomamos conciencia que muchos ofrecen mano de obra y ocupaciones, pero no encuentran candidatos.
Pavada de tarea les espera a quienes tengan a su cargo timonear este buque que pese a todo, a sus riquezas mal administradas, parece insumergible aunque en cada naufragio tengamos que lamentar tantas víctimas.
Y eso, más allá de los pronósticos de los políticos de todos los colores, no es para nada justo en un país tan rico como lo es el nuestro.
Un país que necesita un presidente apto, comprometido, patriota, sensible, laburador y no un encargado de recibir las bofetadas del fracaso.
SOBRE LAS CLASES MAGISTRALES ES MUCHO LO
QUE SE HABLA PERO POCO LO QUE SE PRACTICA
El término “magistral”, en cambio, proviene del latín magistralis, magister, esto es, “el que posee mayores conocimientos y, por tanto, dirige y ordena”. En este sentido, “magistral” no estaría relacionado en tanto con una “disertación”, como con una “maestría” en el conocimiento de aquello que guía la acción de las operaciones.
Por lo tanto, una “clase magistral” podría redefinirse como una convocatoria entre el maestro y el alumno donde el primero dirige los conceptos e ideas que guían el conjunto de operaciones que debe aprender el segundo y seguramente fue esa la intención que impulsó a nuestra Sra. Vicepresidente a dirigirse a un auditorio integrado principalmente por su militancia.
Hay tantos temas para desarrollar en nuestro espacio, que ese mitin político direccionado hacia una sola tendencia, que es la de atornillarse en el poder, no merece que dilapidemos minutos que bien pueden servir para pintar un panorama más amplio de la realidad nacional.
La convocatoria en La Plata fue previsiblemente numerosa, porque en materia de movilización, el cristinismo -y debo separarlo del kirchnerismo porque parece que las relaciones no son tan fraternales- y a mi modesto entendimiento fue un éxito hacia adentro, porque hacia afuera no tuvo la relevancia que la propia militancia previamente le asignara.
La histeria no suele ser la mejor acompañante del fortalecimiento de posturas políticas ni ideológicas, y ha demostrado que es nociva incluso en las arengas de entretiempo del fútbol, cuando se busca enardecer el compromiso de los jugadores, por ejemplo, para remontar un parcial adverso de ir perdiendo por cinco goles o más.
No se advirtieron conceptos magistrales ni enseñanzas hacia la integración, la moderación o el sano ejercicio de la autocrítica, sino que hubo esmero en mirar hacia atrás, y bien sabemos lo que suele ocurrir que por no mirar lo que se viene, más de un automovilista se encontró con algún contratiempo insalvable y de elevado costo.
Apelar a lanzar andanadas de acusaciones para cubrir la propia endeblez de íntimos argumentos, no es la mejor manera de proyectarse al procerato, a la consideración ajena o a la recuperación del devaluado respeto de la sociedad.
Asumir un papel de proscripción inexistente desde el momento que la sentencia no está firme, es vender un infantilizado motivo para justificar tanto el temor como la propia inseguridad.
Por tales razones, es para pensar que se perdió una magnífica oportunidad, no de ofrecer un tardío “mea culpa” sino de intentar al menos que en los tiempos que restan hasta el día de las definiciones, no sean de una turbulencia que desde algunos sectores vienen alimentando como certeza de un panorama sombrío.
Es ahora cuando todos, todas y todEs, tenemos la obligación cívica de buscar una recuperación de la cordura, la sinceridad, la tolerancia, la memoria, pero por sobre todas las cosas, del patriotismo.
¿JUSTIFICARÍA LA JUSTICIA CORDOBESA SU
CONDUCTA ANTE LAS NACIONES UNIDAS?
Quizás por esta razón es que desde la ONU se insiste con los protocolos judiciales y en este contexto puede decirse que para nuestro país la Constitución Nacional es un extenso protocolo que explica con claridad cómo debe manejarse la libertad de los ciudadanos y cómo proceder ante las diferencias de poder.
También son protocolos los Códigos, que disponen que no deben existir comisiones especiales de jueces que tengan opiniones preestablecidas sobre un tema y que no se puede juzgar dos veces a la misma persona por el mismo hecho, todo para evitar equivocarse. No está claro por qué ninguno de estos protocolos fue respetado y cumplido en la causa del Registro de la Propiedad, aquí entre nosotros, en esta Córdoba doctoral no sólo en medicina, invirtiéndose por el contrario, cada una de las recomendaciones.
Y aunque las denuncias y reclamos por este accionar aún están huérfanos de resolución, sería muy interesante saber con qué cara y con qué argumentos la justicia cordobesa justifica estas acciones frente a un Organismo internacional como lo es la Organización de las Naciones Unidas.
La ONU, por si no se enteraron…
UN DÍA SIN TRANSPORTE URBANO, HUMILLACIÓN
QUE CASTIGA A LOS SECTORES MÁS HUMILDES
Y lógicamente tampoco había transporte público; tranvías y ómnibus quedaban en sus galpones y algunos taxistas se hacían buenos pesos llevando pasajeros con el reloj sin funcionar y si alguien los controlaba, ya estaban de acuerdo en decir que eran parientes paseando.
Pero en los hospitales se atendían emergencias como debe ser y las farmacias de turno en general cumplían con tal condición.
Aquellos de menores recursos que pretendan pasear mañana lejos de sus casas, en los parques, tendrán que aguantar su estado de inmovilidad porque en todo el día no existirá el transporte urbano, como tampoco ningún sistema de traslado de personas según se anunció.
¿Qué pasaría –me pregunto- frente a una real emergencia que requiriera trasladar gente hasta un hospital, porque seguramente todos querrán festejar su día?
A lo mejor, apelando a la Policía que tiene tantos patrulleros nuevitos que poco se ven circulando por la ciudad, pueda aportar una solución para esos casos, que roguemos no se presenten…
Según tengo entendido, no hace mucho que el transporte público fue categorizado como servicio esencial…
LOS CONSUMIDORES RECIBEN LOS GOLPES MÁS
DUROS CON LA INESTABILIDAD DE LOS PRECIOS
Ya no sabemos de qué manera calificar el empecinamiento oficial en controlar lo incontrolable, como lo sería el número real de infidelidades no tanto en el ámbito familiar sino en el trabajo, en la religión, en el comercio y en tantos otros ámbitos donde es frecuente que ocurran.
Siempre fracasaron los controles por más nombres que les pusieran, algunos tan rimbombantes como inútiles, desagradables o mentirosos desde su comienzo de aplicación, porque aquello de “precios justos” es una bobada, a lo de “precios máximos controlados” no lo creía nadie y tantos otros derrapes en el mismo asunto que tanto preocupa a los argentinos, como daña los bolsillos y muestra la permeabilidad de los organismos oficiales encargados de esas cuestiones.
Los precios aumentan descontroladamente, vaya perogrullada, porque nadie hace nada por controlarlos y quienes viven de eso, no ocultan su satisfacción de ver aumentadas sus utilidades superando en muchos casos los pronósticos más oscuros en cuanto a la aplicación diaria de nuevos y crecientes valores, como si carecieran de la más mínima sensibilidad de saber que los más afectados con los consumidores y de manera especial los más vulnerables en un país con creciente pobreza.
Y me enfrento a una postura exitosa en tal sentido, que por haberla vivido no se me borra ni se me borrará jamás: la aplicación de la ley contra el agio y la especulación que instaurara Juan Domingo Perón siendo presidente, que contemplaba, aparte de las multas por su transgresión, la adicional del decomiso de mercadería, la prisión efectiva en ciertos casos de trámite sumario y si se trataba de comerciantes extranjeros, la lisa y llana expulsión del país.
Está visto, por si es que hiciera falta ejemplificarlo, que no hay nada que cambie en el ADN argentino, eso de creerse más vivos e impunes que los dueños del poder, aunque es necesario ponerlo en claro: del poder, cuando se ejerce sin amiguismos, asociaciones o variadas complicidades.
¿QUE SON O NO PARTE DE LA FAMILIA? DUDA YA
DISIPADA SI ES QUE HABLAMOS DE MASCOTAS
Los
cordobeses, creo que desde siempre, nos inclinamos por esa curiosa propensión a
colocar sobrenombres pensando en los animales.
Tengo los casos del Negro Araña, el Oso Tobi, el Cabrito Toledo, el Monito Carrizo, el Pavo Tobi, el Chivo Oulton, el Larva Milich, el Canguro Gamboa, el Pájaro De Allende, la Vaca Potenza, el Piojo Godino, el Cabeza de Chancho, la Gallina Sarmiento, el Pescado Ayen, el Gato Villalba, la Vizcacha Guerrieri, el Perro Altamirano, el Charabón Recalde, la Rata Ramos, el Lagarto Guizardi, el Pato Fernández o el Ladilla Rodriguez, algunos de los cuales ya no están entre nosotros.
Y se me ocurre, por sentirlo así, que esos seres muestran hacia nosotros un cariño tan evidente, actitudes generosas, comprensión en muchos casos y compañía siempre, que no es exagerado tomarlos como parte de la familia, brindándoles alimento y amparo y atención médica cuando es necesaria.
Seguramente me olvido de ciertos ejemplares, y pido perdón si es que no me acuerdo de saludarlos ya sean gatos, perros, conejos, tortugas, canarios, cuisis, iguanas, itas, comadrejas, tejones, hurones, pollitos, arañas, potrillos, yeguas, peces, loros, culebras, cabritos, vizcachas, pumas, ranas, patos, curucuchas o grillos.
Y ya que estamos, rindamos homenaje de cariño a las mascotas que tenemos, así se llamen Vera, Boby, Nikita, Zoco, Mumi, Pía, Ema, Ramón, Teo, Negrita o como quieras.
Y recordemos que tener bajo tu dependencia a un animal, supone cuidarlo y protegerlo en su indefensión, frente a un mundo agresivo y ante personas que los explotan, los maltratan y los dejan morir.
Vemos a diario en nuestras calles ejemplos lastimosos y parece que la Ley Sarmiento que ampara a los animales, no existiera porque su aplicación es tardía y caprichosa frente a una autoridad que prefiere mirar hacia otro lado, porque total, son animales “y tienen cosas más importantes que hacer por los humanos” como por ejemplo hacer poco.
Los bichos (dicho sea con cariño) abandonados porque sus amos no cuentan con recursos para mantenerlos, es otra de las lacras que sacude nuestra sensibilidad.
Los animales son a veces los intermediarios por los que la Naturaleza con su sabiduría suele darnos algunas lecciones.
Descartes decía que el mono es tan inteligente, que no habla para que no lo hagan trabajar y Chesterton, anticipándose a lo que vemos en televisión, reconocía pertenecer a esa clase de animales en los cuales la cola es importante.
Debemos tener la grandeza de respetar a todos los seres vivos ¿no pensantes? aunque creamos que no razonan pues de sus conductas y pese a que muchos no lo tomen por cierto, suele ocurrir que secretamente ponemos en duda nuestra propia capacidad de pensar …y de sentir.
Por eso y aprovechando la celebración, hagamos un merecido y masivo desagravio a la lora, que inocentemente y sin que ella lo sepa, los malhablados se han apropiado de sus partes pudendas transformándolas en destino para aquellos que odian o al menos molestan.
La de hoy, una despedida tanguera
ALFREDO LE PERA NO ESCRIBÍA TANGOS, SINO
QUE DIBUJABA FOTOGRAFÍAS DE LA REALIDAD
¿Para qué aburrir a la audiencia
cuando nos estamos yendo, si con sólo mencionar a Alfredo Le Pera basta para
mostrarles a un fotógrafo sin cámara, que mostraba tomas de una realidad
cotidiana que luego con la música del inolvidable Carlos Gardel nos regalaba
una visión única, particular, e inimitable de un presente -ya pasado- que a
todos nos tocaba vivir y compartir.
Lo mejor, extraer de sus brillantes creaciones unas pocas palabras que seguramente podremos compartir y corresponden a su tango “Cuesta abajo”:
Ahora cuesta abajo en mi rodada,
las ilusiones pasadas
yo no las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverá…
Por allí, uno llega a pensar y muchos a rogar, que alguna vez se hubiera equivocado…
Es el final de la edición número
776 de “Síganme los buenos” y no lo olvide: pase lo que pase y cueste lo que
cueste, jamás deje de ser feliz. Como siempre mi agradecimiento a Mariela Kusik,
Conrado Vicens, Sabrina Bustos, la polifuncional Celeste Pereyra augurándole
éxitos a Talleres para esta noche y a Oji que es la dueña y patrona de la
posproducción. Siga en la 580, con Radio Universidad, ya llega “La voz de la
paz” con Lita y Lalo. Gestión, modestamente, Gonio Ferrari y equipo. Hasta el
domingo próximo y muchas gracias…
Tengo los casos del Negro Araña, el Oso Tobi, el Cabrito Toledo, el Monito Carrizo, el Pavo Tobi, el Chivo Oulton, el Larva Milich, el Canguro Gamboa, el Pájaro De Allende, la Vaca Potenza, el Piojo Godino, el Cabeza de Chancho, la Gallina Sarmiento, el Pescado Ayen, el Gato Villalba, la Vizcacha Guerrieri, el Perro Altamirano, el Charabón Recalde, la Rata Ramos, el Lagarto Guizardi, el Pato Fernández o el Ladilla Rodriguez, algunos de los cuales ya no están entre nosotros.
Y se me ocurre, por sentirlo así, que esos seres muestran hacia nosotros un cariño tan evidente, actitudes generosas, comprensión en muchos casos y compañía siempre, que no es exagerado tomarlos como parte de la familia, brindándoles alimento y amparo y atención médica cuando es necesaria.
Seguramente me olvido de ciertos ejemplares, y pido perdón si es que no me acuerdo de saludarlos ya sean gatos, perros, conejos, tortugas, canarios, cuisis, iguanas, itas, comadrejas, tejones, hurones, pollitos, arañas, potrillos, yeguas, peces, loros, culebras, cabritos, vizcachas, pumas, ranas, patos, curucuchas o grillos.
Y ya que estamos, rindamos homenaje de cariño a las mascotas que tenemos, así se llamen Vera, Boby, Nikita, Zoco, Mumi, Pía, Ema, Ramón, Teo, Negrita o como quieras.
Y recordemos que tener bajo tu dependencia a un animal, supone cuidarlo y protegerlo en su indefensión, frente a un mundo agresivo y ante personas que los explotan, los maltratan y los dejan morir.
Vemos a diario en nuestras calles ejemplos lastimosos y parece que la Ley Sarmiento que ampara a los animales, no existiera porque su aplicación es tardía y caprichosa frente a una autoridad que prefiere mirar hacia otro lado, porque total, son animales “y tienen cosas más importantes que hacer por los humanos” como por ejemplo hacer poco.
Los bichos (dicho sea con cariño) abandonados porque sus amos no cuentan con recursos para mantenerlos, es otra de las lacras que sacude nuestra sensibilidad.
Los animales son a veces los intermediarios por los que la Naturaleza con su sabiduría suele darnos algunas lecciones.
Descartes decía que el mono es tan inteligente, que no habla para que no lo hagan trabajar y Chesterton, anticipándose a lo que vemos en televisión, reconocía pertenecer a esa clase de animales en los cuales la cola es importante.
Debemos tener la grandeza de respetar a todos los seres vivos ¿no pensantes? aunque creamos que no razonan pues de sus conductas y pese a que muchos no lo tomen por cierto, suele ocurrir que secretamente ponemos en duda nuestra propia capacidad de pensar …y de sentir.
Por eso y aprovechando la celebración, hagamos un merecido y masivo desagravio a la lora, que inocentemente y sin que ella lo sepa, los malhablados se han apropiado de sus partes pudendas transformándolas en destino para aquellos que odian o al menos molestan.
ALFREDO LE PERA NO ESCRIBÍA TANGOS, SINO
QUE DIBUJABA FOTOGRAFÍAS DE LA REALIDAD
Lo mejor, extraer de sus brillantes creaciones unas pocas palabras que seguramente podremos compartir y corresponden a su tango “Cuesta abajo”:
Ahora cuesta abajo en mi rodada,
las ilusiones pasadas
yo no las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverá…
Por allí, uno llega a pensar y muchos a rogar, que alguna vez se hubiera equivocado…