30 de octubre de 2018

La Democracia, 35 años atrás…


ME ENSEÑÓ A COMPRENDER LA
INMORTALIDAD DE LOS HÉROES
   No quiero pecar de emotivo ni de sensiblero, pero alguien (es tarea de los dirigentes) debiera decirles a los jóvenes de ahora cuál era el escenario en el que le tocó actuar a Raúl Ricardo Alfonsín cuando enjuició a los genocidas, que todavía tenían poder económico y poderío bélico como para apoyar sus nostalgiosos y autoritarios caprichos.
    Ahora en la lona es fácil mojarles las orejas y abrumarlos con justas y merecidas perpetuas. Pero no es para alardear de valentía, de coraje cívico ni de otros maquillajes con los que se cubren las dudas, los renuncios y las complicidades del pasado.
   Un país que clama por paz no puede ser el terreno fértil para los guerreros de cartón ni los justicieros tardíos. Es necesaria la unión de todos, como lo alentaba Alfonsín, aunque le quemaran un ataúd con sus banderas, lo acusaran de claudicar en Semana Santa o de instaurar una economía que los aprovechados de siempre utilizaron en provecho propio.
   ¿Para qué abundar en mayores detalles si el mejor testigo es la Historia?
   ¿Por qué degradar su recuerdo si dejó el poder siendo más pobre que cuando lo asumió?
   ¿Por qué ofender la memoria hacia quien nos hiciera vibrar una argentinidad que creíamos perdida?
   Es por eso mi homenaje que de ninguna manera es partidista sino personal y cariñoso, a un hombre que años atrás nos gobernara sin franelear la Constitución, porque le bastó solo con el Preámbulo para hacernos rezar la oración cívica más conmovedora que pueda recordar.
   ¿La extensa conversación que tuve con él? No tiene importancia dentro de la universal trascendencia de su figura. Simplemente y perdón por lo sintético de mi apreciación, fue electrizante. Como lo es ahora, evocar a ese Gran Muerto tantos años después.
   Porque al seguir su vida, su lucha, su compromiso, su decencia, su modestia y su viaje a la eternidad, alcancé a comprender lo que es la inmortalidad de los héroes.
Gonio Ferrari

28 de octubre de 2018

S.L.B.: DE CALMAS, TEMPESTADES , DUDAS Y BONANZAS – SOBRE QUE AQUÍ SOBRAN, IMPORTAMOS AGITADORES – ES IRRACIONAL CEDER AL MIEDO QUE BUSCAN IMPONERNOS – LA MEGACAUSA Y EL MENOS COMÚN DE LOS SENTIDOS – GENDARMERÍA EN LAS CALLES, NO ES PARA ESCANDALIZARSE – CÓRDOBA NO MERECE TRANSFORMARSE EN UN CHIQUERO, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” emitifo el 28/10/18 por AM580 y la FM88.5 ambas de Radio Universidad de Córdoba.

LA DUDOSA Y RELATIVA CALMA
   Sostienen los expertos, al menos en cuestiones meteorológicas, que después de la tempestad sobreviene la calma, mientras que un dicho popular asegura que siempre que llovió paró.
   Ambas posturas están en lo cierto, aunque cuando se trata de panoramas y escenarios políticos no siempre ocurre como lo vaticinan tanto los brujos de vientos y tempestades, como los fabricantes de sentencias que luego se popularizan.
   ¿Estamos viviendo tiempos de calma?
   Tras un meduloso análisis, es para sostener que lejos estamos de tal situación ideal porque aunque aparezca el sol, la tormenta está siempre sobre nosotros con su amenaza de desastre.
   Con una ciclotimia virtualmente histórica no estaríamos en condiciones de asegurar que vivimos tiempos de calma ni tampoco la bonanza de la serenidad ambiental en cuanto a lo político, lo económico, la seguridad en general u otros aspectos de la vida ciudadana.
   En realidad somos nosotros los dueños y patrones tanto de las calmas como de las tempestades, de acuerdo con la concepción personal de la situación y los factores que a unos agobian y otros no les molestan.
   Lo peor de todo, es que viendo el panorama que nos rodea, más acertado sería el pronóstico si pudiéramos suponer a futuro, que no siempre la calma es el umbral de la tormenta.
   No es tan sólo una cuestión de desmedido optimismo, sino más bien una expresión de anhelos porque los argentinos, alguna vez, merecemos vivir sin sobresaltos.
   A la tranquilidad la podemos conquistar siendo cautos y no alarmistas y exigiéndole al poder, siempre, que nos gobierne con la verdad, sin mentiras ni maquillajes a la situación.
   Vivir la realidad sin deformaciones impuestas es la mejor manera de afrontar tanto el presente como el futuro.

LOS VÁNDALOS EXTRANJEROS

   Por tener ciertas experiencias en cuanto a comportamientos tanto propios como ajenos en cualquier actividad que se desarrolle fuera de nuestro país, me voy a permitir hacer ciertas comparaciones que para muchos pueden resultar odiosas, xenófobas o injustas, aunque por una cuestión de objetividad testimonial, se advertirá que no existe en este análisis ninguno de esos componentes.
   Vivir, pasear, trabajar o estar de paso en cualquier país que no sea el nuestro, obviamente nos obliga a respetar las leyes locales, sus usos y costumbres, aunque las buenas conductas por lo general no requieren códigos escritos.
   Tradicionalmente tenemos los argentinos un enorme sentido de la hospitalidad, somos correctos anfitriones, les abrimos nuestras puertas generosamente a los visitantes extranjeros y en general procuramos que lo pasen bien, gozando todo lo que les podamos ofrecer.
   Pero no en todas partes es lo mismo, porque entre nosotros damos trabajo, asistencia médica y sustento diario unos más y otros menos, de acuerdo con sus posibilidades, a cualquier extranjero que llegue a nuestro territorio y lo hacemos por convicción y sentido solidario.
   Sin embargo a la inversa, cuando nos toca por suerte o por desgracia ir a parar al extranjero, somos los sudacas que tanto en España, en los Estados Unidos o en Bolivia solo para citar tres casos aislados, debemos cumplimentar una serie de exigencias, trámites y demoras sumamente engorrosas y lentas.
   Por eso es que desde muchos sectores de la sociedad se demanda de las autoridades un trato con los extranjeros, igual al que recibimos cuando nos toca ser visitantes.
   Es complicado ahora, por las benignas leyes que protegen a los inmigrantes, resolver como resuelven en el exterior las situaciones en las que existe delito o mala conducta por parte de algún extranjero.
   En la mayoría de los casos la deportación al país de origen es casi sumaria.
   Pero nosotros tenemos mil vueltas y vericuetos legales que llevan a demoras a veces inauditas, para casos de transgresiones a nuestras leyes por parte de visitantes de otros países.
   En los disturbios de días pasados en inmediaciones del Congreso fueron detenidos cuatro extranjeros: un turco, un paraguayo y dos venezolanos a quienes se comprobó su participación en los enfrentamientos con la policía utilizando proyectiles y otros elementos.
   ¿Es posible que seamos tan tolerantes, con quienes en sus países nos atosigan con exigencias?
   Vaya e intente trabajar en Turquía, en Paraguay o en Venezuela y caerá en cuenta que tiene que disponer de mucho tiempo para hacer los trámites que le exigen y no se le ocurra trabajar ilegalmente porque irá preso o le pondrán un puntazo en el tugges y lo mandarán de vuelta.
   Agilizar el tramiterío para evitar que agitadores profesionales nos tomen por idiotas, es un imperativo para los fabricantes de leyes, especialistas en faltar a las sesiones y no faltar en los días del pago de dietas.
   El problema fue que sólo detuvieron a cuatro, pero me comentaron que ese número es sumamente reducido si lo comparamos con la realidad, que fueron muchos más los que se aprovecharon de nuestra hospitalidad para agredirnos.
   Alguna vez tendremos que actuar como las circunstancias lo exigen.

LA MEGACAUSA Y EL MENOS
COMÚN   DE  LOS   SENTIDOS
 
   En esto de honrar y recuperar valores ausentes, no quiero dejar de mencionar el “sentido común”,  comúnmente desaparecido en la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba.   
   ¿Con qué sentido un juez dice que no tiene ninguna prueba contra un imputado, pero igual lo encarcela en prisión preventiva por su convicción? ¿Con qué sentido se dice de un imputado que no tiene antecedentes penales, pero que es un peligroso delincuente? ¿Con qué sentido se dice que una persona sin fortuna, participa en negocios millonarios? ¿Con qué sentido se encarcela a personas inocentes durante tres años, sin llevarlas a juicio? ¿Con qué sentido se designa una comisión especial para juzgarlos,  en lugar de los jueces que por sorteo corresponden? ¿Con qué sentido se juzga repetidamente a los mismos imputados? ¿Con qué sentido se ignoran las repetidas acusaciones de los testigos contra   funcionarios encumbrados?
   La lista de preguntas podría continuar hasta el ridículo infinito.
   El sentido común se define como la capacidad natural de juzgar los acontecimientos de forma lógica y razonable. 
   Se supone que nos ahorra tonterías, permitiéndonos calcular lo razonable y lo absurdo.  
   Los jueces están obligados a aplicarlo bajo el nombre de “sana crítica racional”, y si acaso les faltara, apegándose estrictamente a la ley.  
   Ninguna de estas definiciones se practica en  lo arriba cuestionado.   
   Ni sentido común, ni sana crítica, ni apego a la ley se encuentra en las decisiones judiciales de la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, y sí absurdo, sinrazón y distancia de la ley.  
   Pero con qué sentido, es lo que falta aún desentrañar.
   No es cuestión de tiempo ni de circunstancias.
   Es simplemente una cuestión de Justicia.

NO ES POSIBLE QUE CEDAMOS ANTE EL
MIEDO  QUE  PRETENDEN IMPONERNOS
Por allí como cuando era criatura, se me ocurre pensar en los miedos y me pongo en el lugar del hombre primitivo que seguramente uno de sus primeros sustos fue ante la aparición del fuego. Y como si lo estuviera viendo, primero se asustó, por curiosidad se quemó, aprendió a respetarlo y por último lo aprovechó.
Nos asustamos por la corrupción, aprendimos que es posible combatirla con la ley, respetamos a la Justicia y los decentes aprovechamos las enseñanzas de lo que no se debe hacer.
Al miedo hay que combatirlo no tan sólo con coraje y valentía sino con hechos que ahuyenten eso que los aún no resignados a la derrota, están desparramando en la sociedad argentina pretendiendo un regreso, o es lógica secuela de la alergia a los barrotes.
No estamos bien, pero estuvimos peor, muchos encandilados por las luces de un populismo al fiado que ahora tenemos la obligación de pagar. Y regresar a casa después de la terapia intensiva suele ser duro e impactante.
Nos metieron miedo con el tema presupuesto y con el vandalismo y la barbarie, expresiones de una prepotencia estudiada, diagramada y ejecutada para atemorizar y no únicamente para eso, porque se me antoja que fue un entrenamiento para volver a lucirse en la cercana reunión del G-20 porque los amnésicos buscan venderle al mundo una dañina imagen de país en convulsión.
Si hasta apelaron a varios agitadores importados, a fotografías viejas con las que un ex radical, fracasado como tal, consumó otro de los papelones de su curriculum y entre todos, adentro y afuera del recinto, buscaron patotear en lugar de convencer a través del democrático y respetuoso debate.
Gracioso y patético retrato de la realidad que paseó por el mundo encabezado por varios personajes que le deben más a la Justicia que a la historia, una imagen innegable de la provocación y la intolerancia, frente a la majestad de las instituciones de la República,
Se desgañitaron con su alarido de volver.
Los argentinos de bien estamos ansiosos por escucharlos que piensan devolver.
    Actuemos entonces como el hombre primitivo, que frente al miedo primero se asustó, luego se quemó, aprendió a respetarlo y terminó por aprovecharlo.
A esas etapas las estamos viviendo y debemos superarlas.
   Trabajemos por el país, lo saquemos del fuego con el sacrificio que sea necesario y que el miedo, justicia de por medio, se transfiera a quienes con la impunidad del saqueo, nos llevaron a la postración.

GENDARMERÍA EN LAS CALLES
NO ES PARA ESCANDALIZARSE
   Desde el comienzo, vamos por partes de acuerdo con lo escuchado que opinan los entendidos: orden judicial se requiere para abrir el baúl de un auto por ejemplo, pero no es ilegal exigir a un ciudadano que se identifique. Basta con que diga su nombre y apellido y el número de documento, para que la autoridad con la tecnología a su alcance corrobore que se trata de esa persona y que no pesa sobre ella ninguna orden de captura u otra inhibición.
   La desprotección de nuestras fronteras, los olvidos que recayeron sobre el Chaco y Formosa entre otros, habilitó "zonas liberadas" para el contrabando y no eran electrodomésticos, azúcar o nafta lo que pasaba a nuestro país por fuera de la Ley, sino toda la gama de drogas especialmente marihuana y pasta base de cocaina o elaborada, con lo que "se alimentaban" las "cocinas" que alargaban esas sustancias para librarlas a la venta al menudeo.
   Nuestras fronteras eran una delicia para los contrabandistas y narcotraficantes y para que ello sucediera era preciso que se relajaran selectivamente los controles. Secuestraban mercadería barata y "se les pasaban por alto" importantes cargamentos de sustancias prohibidas.
  Desguasaron a la aviación y crecieron en todo el país pero especialmente en el norte, las pistas clandestinas donde con absoluta impunidad llegaban y salían los aviones de la droga.
  Nadie hacía nada por impedirlo y la Gendarmería como ahora también recibía órdenes.
  Efedrina y otros elementos para elaborar drogas pesadas no tenían barreras para el acceso al país y llegaban hasta el corazón de la Provincia de Buenos Aires donde la actividad, junto con la demanda, eran las mayores del país. ¿Para qué seguir enunciando una situación que era "vox pópuli"?
Ya sabemos quiénes son los que repudian la presencia de los gendarmes en controles callejeros, aunque la mayoría de la población está de acuerdo con ese accionar y se sienten másseguros.
     Están en contra de esos operativos algunos sectores de la izquierda, nostálgicos “K”, defensores selectivos de los derechos humanos y todos los delirantes que luchan por instaurar una imagen de represión por parte del actual gobierno nacional.
Quien se sienta decente no le puede tener miedo a los controles.
Y para los que sostengan que es una invasión a la privacidad porque es un derecho humano preservarla y respetarla, que tengan en cuenta que la seguridad es también un derecho humano, posiblemente el más vulnerado que merece asimismo el máximo respeto y la mayor preocupación de los gobernantes.
Basta de vivir con miedo por el desamparo evidente y la ineficiencia de quienes tienen la obligación de proteger nuestras vidas y nuestros bienes.
Nadie se queja, por ejemplo, cuando lo cachean en la cancha o en un festival de rock, pero ponen el grito en el cielo cuando se lo hace como parte de una seguridad que fuimos perdiendo a medida que crecía el comercio más infame que existe: el de la droga.

 
CÓRDOBA NO MERECE  QUE  BUSQUEN
IMPONERNOS A VIVIR EN UN CHIQUERO

   Pueden intentar venderme decenas de pretendidas justificaciones con la vieja costumbre argentina de la autocrítica cero, y esmerarse en echarle las culpas a cualquiera de los sectores involucrados en un problema, eludiendo asumir las propias responsabilidades.
   Es cierto que el vecino en general es descuidado a la hora de respetar la higiene callejera, de organizarse en la limpieza de veredas, en cumplir con los días y horarios de sacar la basura domiciliaria y de otros detalles que hacen a la armónica convivencia en un clima de respeto por el prójimo y por el medio ambiente.
   Pero no es mentira que a todos los males de conductas que puede padecer el cordobés, se le suma la desorientación que le provoca la ciclotimia en el cumplimiento del costosísimo servicio -de alguna manera hay que llamarlo- de recolección de residuos y limpieza de calles.
   Y otra vez, por obligación, hay que hacer referencia a la permanencia o no de las concesionarias del pésimo servicio, una de las cuales ha pasado a otras manos y según se comenta, entraría a operar en diciembre.
   Parece que a nadie le importara la salubridad pública porque la ciudad se ha venido fortaleciendo como capital nacional de la mugre, con una abrumadora y hedionda acumulación de basura no en cualquiera, sino en todos los sectores de la ciudad incluyendo al centro.
   Por allí anunciaban que recuperaríamos las prestaciones y que el drama se había superado, pero el servicio no se restableció con las prestaciones que se proclamaran.
   Por allí anunciaban que la normalidad regresaba a las calles y eso muchas veces fue cierto, porque las bolsas se volvían a acumular para regocijo de las jaurías que se hacían un festival.
   Ergo, la normalidad es la falta del servicio.
   Una vez porque despidieron a uno, otra porque no tienen uniformes, otra porque estaban de fiesta en el sindicato, la cuestión es que los giles de siempre -nosotros- seguimos pagando por una tarea que no se cumple, con el agravante de una mayúscula y perniciosa contaminación de la que los vecinos para nada somos responsables sino reiteradas víctimas.
   La Municipalidad tengo entendido que habría emplazado a quienes tienen aún la responsabilidad de la recolección de residuos domiciliarios y la limpieza de calles, pese a lo cual la porquería reina en las calles, un día pasan y dos días no, cambian los recorridos, los horarios y toda la mecánica que hasta tiempo atrás llegó a ser previsible.
   Y duele  también sospechar o advertir que a ese mocoso que en un alarde de creatividad bautizaron “Cotrequito”,  encargado de anunciar servicios que no se cumplían, ha desaparecido de los lugares que solía frecuentar.

   Lo único que falta es que lo hayan despedido y los cordobeses tengamos que pagar también la indemnización por alguien que se cansó de mentirnos… 

21 de octubre de 2018

S.L.B.: LOS MOYANO, SOSPECHAS Y AMENAZA DE PARO EN DEFENSA DE TEMAS PERSONALES - UTA Y FETAP, PATRONES DEL TRANSPORTE URBANO DE PASAJEROS - EL DIA DE ELLA, LA QUE TODO NOS PERDONA - LA MEGACAUSA, LA LIBERTAD Y LA INOCENCIA - ¿POR QUÉ NO SE REACOMODAN LOS PRECIOS CUANDO BAJA EL DÓLAR? – INTERCAMBIO DE CONCEPTOS CON UN MIEMBRO DE LAS 62 ORGANIZACIONES PERONISTAS - EL EJEMPLO DE LAS OLIMPIADAS DE LA JUVENTUD, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” emitido en dúplex por AM580 y FM88.5 ambas de Radio Universidad Nacional de Córdoba, edición n° 539 del 21/10/18

LOS MOYANO, SOSPECHAS  Y  AMENAZA DE
PARO EN DEFENSA DE TEMAS PERSONALES
   Me pueden acusar, como desde ciertos previsibles sectores lo han hecho, de tirarme contra el movimiento obrero al cuestionar lo salvaje de algunas medidas de fuerza, como si desconociera que es un derecho consagrado por la Constitución y mi discrepancia sigue siendo con los métodos empleados en las protestas.
   El problema no son los laburantes, porque la historia nos viene demostrando que siempre son las víctimas.
   El drama está en la dirigencia, un conglomerado de caudillos que de ninguna manera padecen lo que sufren sus bases porque están rodeados de privilegios que ellos les llaman conquistas, aunque se hayan logrado en base a prepotencia, padrinazgos políticos, altas cercanías religiosas y dañina violencia de todo tipo.
   La mayoría de estos personajes llegaron a sentirse semidioses, envidiados por quienes sufrían en el llano y peleaban sincera y lealmente por superar su calidad de vida, hasta que se dieron cuenta que para sus aspiraciones de poder el gremio les quedaba chico y lo utilizaron como plataforma o trampolín para llegar a la alta política, allí donde no acceden los dialoguistas sino los peleadores.
   Pocos cayeron en cuenta o no quisieron ver ese fenómeno de dirigentes ricos, económica y financieramente poderosos que con la dialéctica,  la demagogia y la chequera movían multitudes de seguidores. Así se formó una casta emergente de la necesidad popular que terminó siendo columna vertebral del movimiento justicialista.
   Esa costumbre de gozar la impunidad fue acrecentando el poder y aquí tenemos el penoso resultado de una cierta dirigencia millonaria, que lleva las riendas de una multitud de sacrificados laburantes en la mayoría de los casos inocentes de estar siendo utilizados para el enriquecimiento de unos pocos.
   No resulta barato fortalecer posiciones de privilegio porque surgen desde abajo las lógicas envidias por llegar a ese nivel de conducción,  y es como vemos esa vocación por perpetuarse, de ciertos ilustres apellidos con elevados porcentajes de nepotismo, que llevan décadas al frente de organizaciones sindicales, fortalecen notorias vinculaciones deportivas, anudan relaciones con la cúpula eclesiástica,  a la vez que manejan emprendimientos particulares especialmente en el exterior.
   Y es así que se utiliza la chapa del gremio a la hora de presionar a las autoridades y se hacen movilizaciones que más son para fortalecer los intereses propios, hasta el colmo de paralizar al país como apriete a la Justicia que osa acusarlos de maniobras ilegales que les consolidan el enriquecimiento.
   Porque si son tan puros como lo pregonan, resulta absurdo que se nieguen a comparecer ante la Ley y más aún, debieran ofrecerse a poner en claro las situaciones sospechosas de las que se los acusa, colaborando con la Justicia y aportando todo lo necesario para disipar  las dudas de honestidad que pudieran pesar sobre ellos.
   Utilizar el poder sindical para cualquier acción que no sea parte de tal actividad, remite a prácticas que la propia historia después de ventilarlas, sigue procurando erradicar de la práctica reiterada como se viene haciendo entre nosotros, dentro de variadas ocupaciones con altos índices de conflictividad.
   Bueno sería que el dirigente sindical volviera a mirar hacia adentro de su gremio donde seguramente lo necesitan, en lugar de encandilarse con las luces fulgurantes de la política partidista.
   Es hora de superar aquellos tiempos que desde el poder  político consideraban trabajador a un argentino, sólo si era peronista.
   Y dejar de lado la humana tentación de la prosperidad y el consecuente oropel en beneficio propio.

UTA Y FETAP, PATRONES  DEL  TRANSPORTE
URBANO FRENTE A LA PASIVIDAD MUNICIPAL
   Hay que entender también que la Municipalidad de Córdoba en el tema del transporte urbano de pasajeros está entre dos fuegos y ninguno de los que cuentan con armas pesadas son nenes de pecho.
   Porque sentirse entre la espada de los empresarios de la FETAP y la pared de la dirigencia de la UTA no debe ser precisamente una posición cómoda, incluso para negociar lo que nunca se debió haber negociado y que ahora pasó a ser la habitualidad: perjudicar entre las tres patas del problema a la que es víctima y a la vez sostenedora de un sistema perverso: la masa de usuarios, castigada injustamente por una sinrazón multiplicada por tres.
   Y otro de los factores que irrita a la sociedad es el tema de las comparaciones en el precio del boleto y al entender que en Capital Federal lloran porque el boleto aumenta, digamos a 13 pesos, entre nosotros los agoreros ya lo están anticipando a casi 40 para el final del año.
   De por medio está el tema de los subsidios nacionales a ciertas y puntuales actividades y no es novedad que siempre el interior fue el que sostuvo con sus impuestos a muchos servicios, que los porteños gozan a valores acomodados como por ejemplo el gas y la electricidad.
   Es como si desde el poder quisieran mantener contenta a la masa electoral más numerosa, sacrificando a las regiones donde los porcentajes de votantes son reducidos y es por eso que a menor población, los servicios por lo general son escandalosamente onerosos para los usuarios.
   Parece que hay negociaciones desde la Municipalidad de Córdoba para que al menos exista una anestesia con la vacuna que otra vez nos aplicarán desde ese concubinato hasta ahora por conveniencia, que han venido consolidando la dirigencia de UTA con la FETAP.
   Evaluando la postura de cada uno de los sectores en el último conflicto nocturno que de manera solidaria -a todas luces- encararon el sector sindical con los empresarios, pareció como que la Municipalidad que es el poder concedente, se sumergía en una especie de penosa indiferencia que encendió los ánimos de la población usuaria, cada vez más injuriada por una lamentable calidad en el transporte urbano.
   Sin embargo todo indica que la actitud del joven Mestre ante la contingencia acordada por las otras dos partes del tema no  fue contemplativa, sino que indirectamente transfirió a un nivel más elevado -el nacional- un problema que se deberá afrontar de inmediato ante la cercanía del año electoral y que desde arriba muevan las cachas para no defraudar con el tema subsidios y la consiguiente pérdida de votos.
   Vendrá el dinero, los empresarios harán festejos, la UTA verá que los patrones la siguen embolsando sin pudor y sin medida y volverán a demandar ajustes de sueldos.
   Y la rueda volverá también a girar como siempre, jodiéndole la vida al obligado partícipe de un precio que ya superó el abuso que es el pasajero, cómplice indirecto y no asumido de la prosperidad de tres sectores que cada uno a su manera, lo tienen de rehén.
   Seguirá ocurriendo lo mismo, hasta que reviente la paciencia y aparezca aquello del escarmiento…

EL DIA DE ELLA, LA MAMÁ
QUE TODO NOS PERDONA     
   Debo reconocer, por la humana coherencia en mi manera de pensar con la forma de actuar, que suena cercano a lo improcedente limitar a un día el reconocimiento eterno y permanente que merecen las madres.
   Pero así son las reglas que de manera conjunta manejan la evocación y el consumismo, lo que no impide que en materia de homenajes, lo concentremos, si, en un día al año.
   Y quiero comenzar este saludo sin tiempos ni distancias.
   Y memoria de por medio, vale recordar el final de unos hermosos versos de Isidoro Blastein.
   “Adiós Mamá.
   Hasta pronto.
   Trázame un sendero con tu voz
   y una estela luminosa con tu gesto,
   resérvame una gruta de ternura
   y guárdame un lugar en tu regazo.
   Yo llegaré hasta ti de cuando en cuando
   a conversar contigo sentado en las estrellas.”
   Sobrevienen ahora los interrogantes adheridos a un dulce sentimiento de nostalgias muchas veces encerrado en el cofre a donde atesoramos las ausencias.
   ¿Por qué será que teniendo desde el alma tanto para decir de ella las palabras nunca alcanzan?
   ¿Por qué será que sentimientos como el cariño, la admiración, la ternura, el respeto, la lucha, el refugio o el amparo sirvan para sintetizarla?
   ¿Por qué una caricia, una lágrima, una mirada, un gesto cómplice o un recuerdo basten para que tengamos la certeza casi absoluta y milagrosa de su presencia?
   Ella bien lo sabe porque así lo siente, que el sacrificio y la entrega son parte vital de su atávica vocación protectora.
   Sabemos, y ella también lo sabe, que a la hora de estar junto a nosotros no existen los enojos, las barreras ni las lejanías.
   Estuvimos muy dentro de su mundo, nutriéndonos de su generosidad y de sus ansias por tenernos; por vernos nacer.
   Es la que nos regala el mágico prodigio de la vida, nos quita los miedos, ahuyenta las brumas y las sombras, comprende lo incomprensible y espanta nuestras penas.
   Nada interesa si es casada o soltera, viuda o divorciada.
   Sus méritos como esposa, concubina o como le quieran llamar poco importan, porque esa mujer, por encima de cualquier vetusto o almidonado rótulo convencional, es Mamá.
   Y si abrumados por la angustia, buscamos un motivo que nos devuelva la alegría de vivir, más que a nosotros, en nosotros la encontramos a ella, así la tengamos o no.  
   Ese es el insondable, laberíntico y misterioso sortilegio de su amor, porque con ella tal sentimiento está mucho, muchísimo más allá de lo terrenal; de lo explicable.
   Podemos conocerla o no -eso es lo de menos en muchos casos- pero estoy convencido que aquellos que no la conocen, lo mismo regresan a sus cálidas entrañas, respiran por ella y miran por sus ojos.
   Siempre está y estará allí peleando por nosotros, cuidándonos, guiándonos, llevándonos de su mano.
   Ella, la que todo nos perdona, siempre cerca.
   En la dicha y en la desgracia; en la risa y en el llanto.
   Ella, presente.
   Siempre nuestra y nosotros de ella, aunque no la veamos volver.
   Siempre… siempre.



LA MEGACAUSA Y LOS CONCEPTOS
ACERCA DE LIBERTAD E INOCENCIA

   Aunque enmarcada en una estrategia comercial y sabiendo que debemos honrarla siempre,  el “día de la madre” nos permite reconocerla de una manera especial y  en la misma lógica se inscriben el día del padre, del niño, del abuelo, del tío, del sobrino, del médico, del abogado, del periodista, etc, como un empujón a valorar lo que tenemos.
   Repasando la causa del Registro  de la Propiedad de Córdoba se me ocurre proponer también  un “día del principio de inocencia y respeto a la libertad”, para reivindicar esta garantía, consagrada en la Constitución e ignorada en la práctica de la causa, dado que cientos de trabajadores comunes fueron  imputados y encarcelados en prisión preventiva durante 3 años  sin  juicio alguno,  en contra de la ley.
   Además, se los acusó en forma de una gran bolsa de partícipes necesarios,  sin determinar fechas, ni  roles, ni responsabilidades, limitando la defensa y fabricando condenas masivas sin fundamentada explicación jurídica. 
   Curiosamente, todo fue decidido por una  “comisión especial” creada por Resolución de Tribunales, cuestionada por letrados y organizaciones no gubernamentales por considerarlo un reemplazo de los jueces naturales.
   Y como frutilla del postre, no se registra ningún alto funcionario imputado, ni cuestionado, ni responsabilizado,  pese a las reiteradas y concretas declaraciones de testigos en su contra. 
   No extraña, entonces, que las encuestas revelen que más de un 85 por ciento  de los ciudadanos desconfía de la honestidad de los jueces y fiscales, que los familiares de esta causa continúen reclamando Justicia, y que se  necesite celebrar un día de la libertad y la inocencia.
   ¿Para qué?
   Simplemente para revalorarlas y defenderlas.

¿POR QUÉ NO SE REACOMODAN LOS
PRECIOS CUANDO BAJA  EL  DÓLAR?
   Es más o menos como el pac-man de los jueguitos electrónicos que no devuelve lo que ha conseguido engullir o como el dogo argentino, genéticamente creado y preparado para morder y no soltar la presa.
   Esa es la imagen que se me aparece en cuanto a cierto empresariado acostumbrado a la impunidad del descontrol, manejando y dibujando los precios a su antojo con el percudido criterio de justificarse al amparo de la oferta y la demanda.
   Pero uno los escucha y se confiesan inocentes de toda inocencia, negando en los distintos niveles, ser formadores de precios como si a los precios los determinara el consumidor.
   El pretexto de la suba del dólar les vino muy bien a los pícaros de siempre que compraron a los fabricantes, pusieron su porciento, vendieron a los mayoristas, estos al comercio minorista y en cada peaje les fueron cargando la suba del dólar hasta en los alfajores cordobeses o el té de peperina en saquitos, agregándose el odioso “por las dudas” de siempre.
   En todos los órdenes de lo que hay que pagar ocurrió lo mismo, incluyendo los precios del transporte escolar, la educación privada, las playas de estacionamiento, los naranjitas truchos y los mangueros callejeros que elevaron sus propias tarifas.
   Ahora con el dólar en baja, cuando se supone que todos los precios tendrán que deprimirse en consecuencia, nada ha pasado ni va a pasar porque nuestra cultura es así: nada de lo que aumenta por cualquier factor se abarata por ninguna razón.
   Mientras a nadie se le ocurra instrumentar algún mecanismo que termine con esta perniciosa costumbre, estaremos sometidos al capricho no tan solo del billete verde, sino de los empresarios inescrupulosos de siempre, formadores de precios irreales que después lloran a la hora de pagar impuestos.
   En fin, si esa ha sido la costumbre inveterada de los argentinos en las últimas décadas, es utópico pensar que las cosas puedan cambiar pese a que los efectos ya se advierten en alguna medida dolorosos: la clase media que es la más consumista por naturaleza e historia, viene adelgazando de manera notable y sostenida.
   Roguemos que no llegue a la bulimia ni a la anorexia.


En el transcurso de esta edición de “Síganme los buenos”, se generó una interesante conversación entre Gonio Ferrari, el abogado Héctor Silvestro y el Sr. Ruben Gionnini, miembro directivo bonaerense de las 62 Organizaciones Peronistas, dedicado al estudio y análisis de las situaciones vinculadas con los jubilados y pensionados y uno de los mentores del proceso que derivó como consecuencia, en el histórico fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el emblemático “Caso Badaro”, que desde el 2006 dio inicio al reconocimiento oficial del derecho a la jubilación móvil. El audio correspondiente a esa conversación puede ser encontrado en la columna correspondiente, en el costado derecho de este blog denominado “audio”.
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EL EJEMPLO DE  LAS OLIMPIADAS PARA
JÓVENES DESPERTÓ LÓGICO ASOMBRO
   Por momentos parecía que lo que estábamos viendo por televisión se transmitía desde Europa, Japón, Estados Unidos o cualquier otro país super desarrollado por la calidad de la emisión, la prolijidad de los escenarios y la enorme cantidad de público que acompañaba todas las manifestaciones deportivas de las Olimpiadas Mundiales de la Juventud que tuvieron lugar en Buenos Aires, para todo el país.
   La verdad, un merecido y tantos años postergado baño de frescura deportiva, con disciplinas maravillosas y no muy comúnmente difundidas entre nosotros.
   Todo perfecto, sin un solo incidente, sin ningún acto que oscureciera la brillantez de un acontecimiento del que participaron más de 200 países y se difundió a millones y millones de televidentes.
   Un claro ejemplo que para algunas cosas tenemos ya la madurez como para merecer entre otras alternativas, una designación formal de Argentina para futuras Olimpiadas de las que se celebran cada cuatro años.
   Hemos trascendido ahora no tan solo por la inflación, la desocupación, la suba del dólar o la corrupción estructural en el poder, sino por calidad organizativa y ejecutiva para algo que resultó ser un suceso mundial.
   La cosecha de medallas por parte de nuestros participantes superó las previsiones siempre optimistas en estos casos, con lo que también se hace palpable el progreso de nuestros deportistas en todas sus manifestaciones.
   Roguemos que no haya influencia partidaria ni que nadie se adjudique triunfos, porque en realidad la victoria fue de todos los que se jugaron por estas olimpiadas no tan solo ahora que se realizaron, sino que merecen reconocimiento quienes lo aceptaron como posibilidad años atrás y luego los llevaron a una realidad que sinceramente, nos tiene que llenar de orgullo.
   Mejor aún en estos tiempos, que necesitamos que algo nos salga bien…
                                                

17 de octubre de 2018

Día de la lealtad ------------------------------------

LA POLITIQUERÍA ES EL REINADO DE LA
POBREZA DISFRAZADA DE ABUNDANCIA
     Las imágenes de aquel octubre del ‘45 nos traen otra vez a la memoria el fervor de la gente y los pies inflamados por la caminata metidos allí en el agua de las fuentes de la Plaza de Mayo sacudida por el grito que nacía desde el fondo de cada pecho.
   Es allí que con aquella remembranza nos invade una nostálgica admiración.
   Digo admiración por la convicción; por la lucha inicial contra una oligarquía terrateniente, soberbia, ricachona, negrera y de nariz parada, casta que con frecuencia viajaba a Europa llevando su propia vaca en el barco para asegurarse la provisión de leche.
   Aquellos agobiados trabajadores de rostros y cuerpos cansados  por la explotación, bolsillos exhaustos, esperanzas en vías de extinción y derechos impunemente vulnerados sin pudor y sin medida fueron los factores motivantes que marcaron el rumbo hacia la redención, cercana al milagro. Ellos y nadie más merecen quedar en la historia como legítimos forjadores de la lealtad: lealtad a sus principios, lealtad a su lucha, lealtad a su propio sacrificio; lealtad al valor inconmensurable de su compromiso con un ideal.
   Los argentinos a veces cometemos la imprudencia de alterar y devaluar básicos conceptos y algunos delirantes todavía pretenden hacernos creer que ciertos personajes, estén o no con nosotros, son más importantes que las instituciones o que la Patria misma. Ese deporte nacional de endiosar casi al voleo ha llevado a la desilusión de muchos, habituados a fabricar patéticos dioses de cartón, charlatanes iluminados con alma mentirosa y demagógica.
   A la lealtad -como muchos creen- no la inventaron Perón ni sus acólitos simpatizantes, aunque en la historia de los argentinos su nombre se asemeje a su indiscutible sinónimo y si recorremos esos intrincados laberintos de la memoria, es posible que no alcancemos a encontrar otro ejemplo comparable a la comunión de pensamiento que unía al viejo líder con los seguidores de sus postulados.
   La lealtad debe inclinarse hacia la honorabilidad de principios, hacia la ética, hacia la honestidad, hacia la sana y productiva cultura de la productividad y la creación; del esfuerzo y de una actitud constructiva hacia la sociedad. Cuando lo que se impone es la generación de trabajo digno, no es positivo ni beneficia al país ser leales al bolsón, a la beca innoble, al subsidio politizado ni a ninguna expresión de dádiva o asistencialismo que son las credenciales con que se identifica el populismo.
   Lealtad es el inclaudicable y honrado cumplimiento de las leyes, la fidelidad a la verdad y el ejercicio del honor y de la hombría de bien. Lo contrario es politiquería no siempre barata y es el reinado de la pobreza disfrazada de abundancia porque la historia, nuestra historia de siempre nos enseña y a veces con secuelas de dolor, que los espejismos nos vienen saliendo demasiado caros. La lealtad a principios básicos de convivencia, es la mejor garantía que tenemos para recuperar todos los valores que se han ido perdiendo por los caminos de nuestra propia historia de desencuentros.
   La lealtad no es invento de nadie, ni es himno o estandarte de ningún político.
   La lealtad es simplemente una manera de obrar y de vivir.