29 de mayo de 2022

S.L.B.: CÓRDOBA ATESORA ÍCONOS QUE DEBEN SER RESPETADOS - NUEVOS BILLETES PARA DISIMULAR LA INFLACIÓN - OMNIBUS NUEVOS, BOLETO CARO Y SERVICIO MEDIOCRE - ¿QUIÉN PUEDE CREER QUE HEMOS CRECIDO ECONÓMICAMENTE? - LOS PRECIOS DESAPARECIERON EN LAS VIDRIERAS - EL PODER Y SU COSTUMBRE DE ESCONDER HECHOS DELICTIVOS - CONCEPTOS Y ADVERTENCIAS QUE NAUFRAGAN COMO FRUTO DE CONTRADICCIONES, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 727 emitido el domingo 29/5/2022 en dúplex por la AM580 y la FM88.5 ambas dependientes de la Universidad Nacional de Córdoba.
 
53 años atrás, la inolvidable gesta
CORDOBA TIENE ÍCONOS QUE MERECEN MEMORIA
Y RESPETO DE SU GENTE Y DE  LAS AUTORIDADES
 
  Córdoba atesora en el calendario de sus grandes acontecimientos, varias gestas que el tiempo implacable a su paso no ha conseguido borrar, aunque como a veces suele ocurrir, no faltan los cultores de las travesuras para llevar esos grandes hechos por terrenos equivocados, y con destino de modificar la historia o de sepultarlas en la ominosa tumba de los olvidos.
   Pero antes de juzgar uno de esos casos, recordemos este día, el de hoy, cuando a esta hora exactamente de 53 años atrás, más de 500 soldados de nuestro Ejército se apearon de los camiones allá, en la puerta del aguaducho y a metros del Hospital de Clínicas sobre calle Santa Rosa, pusieron rodilla en tierra y a la orden de quien los comandaba apuntaron hacia arriba y allí escuché la más atronadora descarga de fusilería que recuerde.
   Las fuerzas militares -era el Día del Ejército, como ahora lo sigue siendo-  se hicieron presentes para recuperar la ciudad de un Cordobazo que ya era noticia mundial.
   Me tocó estar allí con Pedro el Cabezón Carranza, fotógrafo de acción lamentablemente ya desaparecido porque integrábamos la dupla de La Voz del Interior que estaba cubriendo ese acontecimiento. Por supuesto que al vernos en condición de periodistas nos prepearon, dijeron que nos iban a fusilar y abrieron nuestras cámaras para velar los rollos de las tomas que habíamos logrado y por suerte, no se avivaron que de cada rollo sacábamos ocho o diez fotos, rebobinábamos y escondíamos esos rollos en las medias, cargábamos otra vez las cámaras, nos acomodábamos los cascos y seguíamos laburando.
   Era el “Cordobazo” y nuestra condición, en consecuencias, pasó de ser testigos a protagonistas de situaciones límites que aún nos erizan los recuerdos.
   Es toda le referencia que quiero hacer de esos días porque es la historia y los testimonios que atesora, la mejor fuente para ilustrarnos acerca de aquello que muchos, con el tiempo, pretendieron y no faltan los que pretenden manotear la paternidad, pero esas son cuestiones que deben arreglar alguna vez, con honesta sinceridad, los políticos, sindicalistas, dirigentes estudiantiles y activistas de entonces.
   Nosotros más que testigos, quiero repetirlo, fuimos protagonistas y llegamos a formar un colectivo que la creatividad de Tony López Yapur, por entonces camarógrafo, bautizó como “29 Testigos de la Historia” que era el número de sobrevivientes que unos siete o más años atrás nos integramos en la intención de preservar para los tiempos la memoria cabal, apartidaria, alejada de las miserias humanas por trascender, y centrada en nuestra condición, vale decirlo una vez más, de sobrevivientes de una cobertura periodística monumental.
   Ya integrado tuvimos interesantes reuniones donde la camaradería y las anécdotas intercambiadas ocupaban nuestros tiempos de nostalgias. Nos volvimos a emocionar con algunos detalles y suscribimos un tácito acuerdo de elaborar algo así como una vacuna contra los olvidos.
  Nos prestaron una habitación en el Concejo Deliberante, otorgaron a “29 Testigos…” un subsidio de unos 20 mil pesos para funcionamiento, compra de papelería y otros gastos menores que aseguraran nuestra subsistencia y nos llenaron de otras promesas desde el gobierno, vaya ironía, del “cordobesismo” que una vez nos convocó a una reunión preparatoria en la Unicameral para diseñar acciones que asegurarían la supervivencia de este grupo que sin filiación política, sindical ni ideológica, tenía como único objetivo poner a salvo la memoria de aquel 29 de mayo de 1969.
   Cuando desde el poder advirtieron que la mayoría de los miembros de aquel emprendimiento no estábamos dispuestos a ser utilizados política ni ideológicamente, todo se derrumbó porque ni siquiera contestaron las notas que les cursábamos, entre ellas el pedido de asignar uno, tan sólo uno de los sorteos de la Lotería de Córdoba, de esta Córdoba del Cordobazo, con los debidos controles y rendiciones de cuentas que asegurara nuestra subsistencia, llegamos a un final de virtual disolución.
   No somos de callarnos ni de tragar sapos.
   Tres años atrás, la Unicameral realizó una sesión especial con motivo de la proximidad del 7 de junio, consagrado como Día del Periodista, en este caso del 2019, ocasión en que el cuerpo legislativo y por iniciativa de la legisladora Soher El Sukaría, se destacó un reconocimiento a la trayectoria de tres cordobeses: Gustavo Tobi, Rebeca Bortoletto y quien les habla, me llamo Gonio Ferrari, destacando nuestras trayectorias de varias décadas.
   Fotos, TV, radios, abrazos, felicitaciones, augurios y una que otra hipocresía y debo consignar que en esos casos, los homenajeados suelen dirigirse a los allí presentes con palabras de circunstancias, lo que ha ocurrido en varias ocasiones similares.
   Juro solemnemente que mi intención era decir algo, pero me pareció que no hubiera sido correcto aprovecharme de esa circunstancia para hacerme escuchar, así que conversando con el titular del cuerpo legislativo en ese momento, el joven Daniel Passerini, decidí no ocupar el lugar de los oradores pero a una sugerencia de su parte, acepté dejarle lo que había preparado, señalándome que al texto lo incorporaría a la versión taquigráfica de esa sesión, repito, del 5 de junio de 2019.
   Luego de las palabras de agasajo que recibimos, usó de la palabra el Presidente Sr. Daniel Passerini y lo que les voy a leer textualmente es parte de la sesión de aquel día:
   “Sr. Presidente (Passerini).- Dejamos constancia de que uno de los homenajeados, Gonio Ferrari, tenía una nota para leer y, como no lo ha hecho, me la dejó y la vamos a adjuntar a la versión taquigráfica, incorporacion solicitada por el leg. Passerini. Nota del Sr. Ferrari:
“Sostenía Goethe que “sólo es digno de libertad aquel que sabe conquistarla cada día”, y esa ha sido mi brújula en esta profesión, quizás la más invadida de todas. Me congratulan las presencias en este recinto aunque, a decir verdad, son las ausencias las que también me enaltecen. Ambas me confirman que profesionalmente debo sentirme pleno en cuanto al respeto y la práctica de mis libres convicciones periodísticas. Y, si me permiten, es correcto y oportuno que, en su momento y por estar vigentes como parte de la historia cordobesa, se hayan acordado de la barra de Talleres y de la importancia de los cuartetos que ya tienen su lugar de evocación. Lo que les pido ahora, como veterano de esta ciudad y de esta provincia maravillosa, es que no cometan el pecado cívico de olvidarse del Cordobazo que, más que recordaciones y ofrendas, merece un museo, aunque su auténtico espíritu no sirva como generador de conductas a la hora de votar. Desde el 2015, no tenemos noticias de la sugerencia que hiciéramos al cordobesismo para la creación de un Museo del Periodismo Argentino. Más o menos desde entonces, esperamos respuesta de la Lotería de Córdoba -de Córdoba del Cordobazo- a una solicitud de dedicarle un sorteo, de los 55 -más o menos- que realiza anualmente, para su sostenimiento. La asociación civil “29 Testigos de la Historia”, que integramos quienes vivimos el Cordobazo, tiende a morir. El Cordobazo no fue una expresión sectorial, sino una señal de hartazgo generalizado frente a las injusticias y los privilegios más allá de las banderías ideológicas. Esa gesta no merece ser parte de los olvidos. Es un honor, como ciudadano y caminador de noticias, que nos hayan tenido presentes, con mi cariñosa recordación a los colegas que fueron quedando en el camino”
   Ahora volvemos a la realidad: Iconoclastas son los herejes que niegan el culto debido a las sagradas imágenes, que son los íconos.
   Es todo lo que puedo decir ahora, como homenaje al Cordobazo, en una ciudad que dejando atrás todo lo peyorativo que alguien pudiera endilgarle porque también es un merecimiento, que tiene un museo del cuarteto, que agasaja a violentos de las tribunas, que hoy hace carreras de bicicletas en lugar de recorridos por los sitios emblemáticos de aquel Mayo del ‘69 y que esconde o pretende manipular el espíritu, la esencia y la paternidad de una gesta estudiantil, sindical y popular de la que debiera sentirse legítimamente orgullosa.
   Como nos sentimos los que aún sobrevivimos de aquellos 29 testigos de la historia.
 
El más caro de los nuestros no vale ni 5 dólares
LOS NUEVOS BILLETES CAMBIARON SU CARA
PERO SIGUEN ENCUBRIENDO A LA INFLACIÓN
 
   Se tomaron las cosas casi como creyendo con tozuda firmeza que nuestra economía y absolutamente todo lo que se mueve con dinero contante, aunque no sonante por la muerte de las monedas, se hubiera activado de manera considerable cambiándole los billetes que se diseñaran pocos años atrás reemplazando los rostros de algunos próceres por la liviandad incuestionable de algunos animales autóctonos.
   Está visto que nada de eso sirvió porque la economía argentina sigue bajando escalones hacia su decrepitud y no es cuestión de fríos números sino de una realidad que nos abruma, por la falta de ideas que viene demostrando el poder para enderezar la situación.
   De poco servirán los nuevos papeles pintados, si el billete más grande aunque tenga nueva cara, irá costando hora tras hora y centavo a centavo siempre menos que 5 dólares estadounidenses, lo que obliga a una imparable actividad de la Casa de la Moneda cuyas impresoras están activas las 24 horas de cada día de los 365 días del año, en una alocada emisión que no llegará a cubrir la creciente demanda que sin dudas la propia depreciación obliga.
   El enorme costo logístico de empecinarse en mantener en reserva los billetes ya seguramente diseñados de dos mil, cinco mil, diez mil y vaya Dios a saber de cuáles otras cifras, tiene también su costo político, porque no deja de ser una forma poco sutil y ya percudida de esconder o al menos maquillar, una inflación que viene demostrando ser incontrolable e inmanejable.
   Recordemos que en algún momento fuimos récord, cuando llegamos a emitir y

hacer circular billetes de un millón de pesos, con los que ahora no alcanzaría para comprar ni un cigarrillo, lo que es una demostración de nuestra decadencia aunque desde el poder intenten vanamente disimularla, aunque no hayan sido los únicos responsables y ni hablemos de tomar medidas que reviertan la situación.
   Tenemos billetes nuevos, crujientes, resbaladizos y atractivos en cuanto a colorido y justificación histórica de cada imagen, pero que de nada nos sirve en estos momentos de carestías, aumentos desmesurados, burla a eso que le llamaron “precios bajo control” y otras sandeces que lo único que consiguen es aumentar el mal humor social y la desesperanza en la población.
   De nada sirven los nuevos diseños, si con el más valioso no alcanzamos siquiera a comprar un kilo de carne, dos kilos de criollitos o pagar, en Córdoba, 15 boletos del transporte urbano.
 
Transporte urbano de pasajeros
70 PESOS CUESTA EL BOLETO Y LA CALIDAD DEL
SERVICIO NO ALCANZA A JUSTIFICAR SU PRECIO
 
   Como si todo respondiera a una malsana sucesión de atropellos contra el sufrido y castigado bolsillo de los cordobeses, el poder concedente avaló un aumento, otro más, en el precio del boleto urbano en el mal servicio de transporte colectivo que demora y demora en ponerse en condiciones de ser calificado como de calidad y acorde con su precio, uno de los más elevados del país.
   Otra vez la triquiñuela en el tácito acuerdo empresario-sindical presionó hasta lograr su reiterado objetivo de mayor precio utilizando como siempre y sin que se avive la autoridad, de utilizar a miles de rehenes que son los usuarios, como apoyo a demandas y caprichos.
    Se dijo desde el comienzo, en campaña y hasta estos días, que con la tarifa nueva mejorarían las prestaciones, pero hágale usted entender esa mentira a los sufridos vecinos, que esperan hasta una hora el paso de un bondi que los lleve, si es que se detienen en las paradas porque vienen colmados de gente.
   El tema es que la situación seguramente tenderá a mejorar o ser menos pésima a medida que nos aproximamos a las elecciones más cercanas, para las que ya asoman los candidatos como si hubieran logrado laureles en sus gestiones.
   El márketing todo lo consigue, aunque en verdad, ese todo es exagerado porque la paciencia de los cordobeses tiene límites, y es probable que exista alguna lógica reacción si se reiteran ciertas consecuencias, como por ejemplo la repetida pèrdida de conquistas de otros trabajadores que dependen de la movilidad para no perder presentismo y puntualidad, que se cobran como extras cuando se respetan y se cumplen.
   En esta pelea absurda de trabajadores perjudicando a otros trabajadores, nunca hay ganadores porque los perdedores son, en números, muchos más que los que se vanaglorian de las ventajas conseguidas, sin pensar ni darles vergüenza que fue perjudicando a sus pares, tan laburantes y merecedores como ellos.
   No es justo que esto siga ocurriendo, frente a la pasividad cercana a la indiferencia, de quienes tienen en sus manos el poder para equilibrar la situación.
  
Megacausa del Registro: siempre algo nuevo
ESO   DE  LAS ÍNTIMAS  CONVICCIONES
A VECES NOS SEPULTA EN LAS DUDAS
 
   Es una verdadera y angustiante incógnita saber si existe algún control sobre las actuaciones judiciales en la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba. No pierde vigencia destacar que el encierro sistemático sin juicio practicado fue unánimemente rechazado por cuanta instancia ajena al Poder Judicial cordobés leyera la causa, ningún organismo, local, nacional, internacional, vinculante o no vinculante, avaló lo actuado en Córdoba. 
   Una cuestión estrella es el tema de las pruebas y hay un caso muy curioso, en el que el juez escribe, (puede leerlo con claridad quien quiera), que no existen pruebas, ni testigos de lo que acusa, y que no sabe cómo participaron, pero, de todas maneras, y amparado en su íntima convicción, decide que permanecerán presos a menos que puedan demostrar que no lo hicieron.
   Si mis neuronas no fallan, bajo esta premisa cualquier ciudadano podría ser apresado por cualquier hecho, y considerado culpable hasta que demuestre lo contrario. 
   Según la Real Academia Española a la que siempre acudimos una prueba es cualquier razón, argumento, instrumento u otro medio con que se pretende mostrar y hacer patente la verdad o falsedad de algo.
   Mucho se discute sobre la interpretación de las pruebas que debe realizar un juez, ¿pero si el juez dice que no tiene pruebas? 
   La Comisión Internacional de los Derechos Humanos sostiene que cuando la prisión preventiva es larga existe una especie de presión sobre el magistrado que evalúa las pruebas y aplica la ley, para condenar y justificar el encierro, aunque los elementos de convicción no sean contundentes. 
   En esta causa se conformó una comisión especial para juzgar, siempre el mismo fiscal, el mismo juez y la misma Cámara. ¿Será para responder a esta presión sin cuestionamientos? ¿Habrá también alguna presión sobre los controles?
   El tiempo pasa, implacable, y sólo suma más interrogantes. 
 
Esa mala costumbre de “dibujar” cifras
ES PARA  EL  REINO  DE  LAS  UTOPÍAS SOSTENER
QUE HEMOS CRECIDO COMO NADIE EN LA REGIÓN
 
   La Argentina será el país que más crecerá en 2021 en la región, con un incremento proyectado de al menos 9,8% en el Producto Interno Bruto, según un informe elaborado oportunamente por especialistas de la Universidad Nacional de Moreno.
   En lo que respecta a 2022, la misma fuente sostiene que el nivel de crecimiento dependerá «del tipo de acuerdo» que se hubiera alcanzado con el Fondo Monetario Internacional y en otro informe se resaltó que este año «Argentina será el país que más crecerá pero también fue el que más cayó el año pasado en Latinoamérica”.
   Respecto a las proyecciones para el año que viene, los integrantes del Centro de Estudio de Economía Política y Desarrollo advirtieron que el Gobierno apuesta a que el acuerdo con el FMI «contemple la menor carga de condiciones posible sobre la economía argentina, en particular en el plano fiscal, de empleo y en el nivel de crecimiento esperado para los próximos años, restricciones que seguramente habrá solicitado el FMI a cambio de refinanciar vencimientos.
   Todas estas son apreciaciones eminentemente técnicas y demasiado teóricas como para tomarlas como la realidad revelada, que sinceramente es otra y lo estamos padeciendo algunos, soportando otros y aprovechando los más pìcaros, despiertos y avispados.
   Pero todas estas apreciaciones de las que se hicieran eco algunos encumbrados funcionarios del poder central, mostrando una actitud triunfalista absolutamente divorciada de lo que estamos viviendo, nada tienen que ver con el día a día de los argentinos.
   Si esa es la situación y tal el pronóstico, que alguien explique simplemente y sin tantos tecnicismos ni estadísticas dudosas, por qué la inflación nos viene devorando, por qué la pobreza aumenta a niveles escandalosos, por qué la desocupación supera todos los límites previstos pese a las gangas que sostiene el gobierno a través de sus arcas para continuar con el clientelismo.
   Y nos quieren vender una imagen como que ahora nomás ya seríamos la envidia latinoamericana y si es así ¡cuánto padecerán nuestros hermanos universales, cercanos o no….
   Es como si quisieran que nos convenciéramos que el año pasado fue floreciente, que el actual pinta para lo mismo y que todas las penurias se terminarán casi por un absurdo decreto de necesidad y urgencia.
   Porque la necesidad es acuciante, tiene plazo casi fijo y reacciones impensadas y la urgencia ha pasado a ser el pan nuestro de cada día…
 
Tiempo atrás era obligación hacerlo…
¿POR QUÉ LA  MAYORÍA  DE LOS  COMERCIOS  DEL
CENTRO NO COLOCA SUS PRECIOS EN VIDRIERAS?
 
   Eso de andar por el centro o por los barrios mirando los escaparates de los negocios, algunos humildes y otros lujosos, con profusión de colores y de luces, no deja de ser un paseo para recrear la vista aunque el bolsillo no acompañe en los deseos ni en la vocación por endeudarnos que tenemos los argentinos. Eso de “mirar vidrieras” es tan viejo como la espalda, por lo que se transformó en obligado caminar cuadras y cuadras, en la tarea mental de ir comparando precios para decidir luego por lo más conveniente, sin haber entrado a ninguno de los locales porque cada artículo exhibido hacia afuera, mostraba su precio.
   Si hasta creo que existe una ley o disposición que obliga a los comerciantes a colocar el valor de lo que está a la venta, como la mejor manera de orientar a los eventuales clientes en su búsqueda, pero esa costumbre en los últimos días ha entrado al tobogán de los olvidos, porque es notable la cantidad de comercios que prolijamente, han retirado los rótulos de la verdad, donde están o no las posibilidades de ser comprados.
   No alcanzo a comprender, pese a ser algo así como un comprador compulsivo, el porqué de esa actitud y es cuando prevalece la íntima maldad de sospechar las causas, por lo que llegamos a preguntarnos: ¿será para decir el precio, según la cara del cliente? ¿Será para encubrir los recargos que malamente se aplican incluso en los pagos con débito? ¿Será para obligar a los interesados por un artículo a que regateen el precio y así el vendedor obtener un precio mejor?
   Las dudas son muchas, y es necesario que la autoridad respectiva se haga un paseo por el centro y más allá, para verificar esta curiosidad e imponer, si existe alguna obligación al respecto, los correctivos que sean necesarios.
 
¿La intención es instaurar la seguridad como sensación?
EL PODER SIGUE  CON SU  PÉSIMA COSTUMBRE DE
ESCONDER MUCHOS GRAVES HECHOS DELICTIVOS
 
   Parece que no les entran balas a las autoridades encargadas de nuestra seguridad, o mejor dicho con actualidad, de nuestra inseguridad, porque es lo que reina en esta Córdoba, que ahora es geográficamente una gigantesca zona roja virtualmente dominada -y no es ninguna exageración- por el hampa y el narcotráfico.
   Desde la cúpula del poder siguen gastando y derrochando en vehículos, comunicaciones, tecnología televisiva, incorporación de personal y resulta que a la hora de las estadísticas -me refiero a las estadísticas serias, no a las oficiales con su clásica liviandad- se dan como ganadores de una lucha en la que vienen perdiendo round a round y ni siquiera empatando uno.
   Los ladrones se avivaron que ni siquiera con cámaras de TV los pueden identificar y detener en la mayoría de los casos, pese a que se obtienen casi fotos carnet, pero en cambio esas cámaras dispuestas y pagadas para la prevención y lucha contra la delincuencia, se mal usan ahora para pescar infractores de tránsito, con la consecuente ventaja de la incorporación de dinero a las arcas provinciales y comunales, total la prevención puede esperar…
   Pero lo peor de todo en este incierto y absurdo panorama que muestra a un hampa vencedora e indomable, es que se entró en la costumbre, que ya lleva su tiempo, de pensar que ocultando el conocimiento público de los hechos delictivos, esos hechos no existen.
   Con alarmante y creciente frecuencia vemos ya sin sorpresa que los medios gráficos divulgan episodios delictivos de alta gravedad, como “copamiento” de domicilios con espantosas consecuencias, de lo que la autoridad respectiva no dio cuenta.
   Sería cuestión de hacerles notar una vez más que el ocultamiento de esos sucesos lleva a una falsa creencia de estar protegidos, se relajan los cuidados y es lo que esperan los marginados de la ley para perpetrar sus fechorías.
   No es bueno esconder la realidad, si esa realidad nos ayuda a precavernos, a cuidarnos más, a protegernos mejor y no a caer al ridículo de creer que nos podemos sentir seguros, cuando vemos en nuestro alrededor el avance de la delincuencia, el asentamiento geográfico del narcotráfico y lo que es peor, esa actitud cercana a lo displicente, como si nos quisieran meter en el alma que ahora lo nuestro, con la seguridad que nos mienten, es una placentera sensación.
   Es hora y lo dijimos hasta el cansancio, de diseñar, legislar, aplicar y controlar una política integral que garantice la tranquilidad ciudadana.
   Es hora, señores de la seguridad, que hagan un mea culpa, que no es orinarse encima, sino asumir su fracaso para encontrar sangre nueva, sin compromisos ni amiguismos, que trabaje en procura de recobrar aquella seguridad y tranquilidad que tiempo atrás, merecidamente, supiéramos gozar.
 
De idioteces y difundidas “tarjetas amarillas”
SERIOS Y AMENAZANTES CONCEPTOS NAUFRAGAN
POR  EFECTOS  DE INCREÍBLES  CONTRADICCIONES
 
   No sería novedad para el caso del actual presidente de la Nación ni de otros que supieron ocupar tan alta responsabilidad, recordarles ciertas contradicciones discursivas que hicieron historia, pero una de las más recientes, cuando el Dr. Fernández, penalista y docente, trató con desconsideración a quienes violaban la cuarentena, o encierro, o como se nos antoje llamar a aquellos meses de enclaustrarnos el 99 por ciento de la población mientras la ínfima minoría se reía de los peligros de contagiarse y de contagiar a su pròjimo.
   Hasta que vino aquel cumpleaños en Olivos, que no es necesario entrar ahora en detalles acerca de sus consecuencias.
   Pero si, en homenaje a la memoria, es bueno recordar de qué manera el Dr. Alberto Fernández mostraba su verbal tarjeta amarilla a quienes alentaran la intención de burlarse de la ley.
   Nada mejor que escucharlo y no olvidarlo jamás…
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   La grabación con parte de un polémico y amenazante discurso que pronunciara por cadena nacional el Sr. Presidente de la Nación considerando idiotas a quienes no respetaban el encierro que oportunamente dispusiera, puede ser consultada en la columna correspondiente a los audios, situada en la parte superior en el costado derecho de este blog.
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25 de mayo de 2022

¡Feliz Día de la Patria!

AQUELLA “REVOLUCIÓN DE 1810”
QUE TODAVÍA NO HA TERMINADO
 
   Aunque hoy celebramos 212 años de aquella revolución, la realidad pone en duda que hubiéramos aprovechado para los tiempos las lecciones de nuestra propia historia.      
   Los políticos coinciden al menos en eso, pensando a la Patria como la construcción de una gigantesca obra para nuestro bienestar y para todos los hombres de buena voluntad que quieran habitar su suelo.
   Y cada 25 de Mayo desde que me acuerdo, hoy a 212 años de la gesta, vuelvo a considerar oportuno pensar en voz alta qué es la Patria, desde mi simple condición de ciudadano.
   Debe ser la Patria el paraíso donde podamos vivir en paz y en libertad porque representa decencia, trabajo, sacrificio.
   La Patria es el esfuerzo cotidiano, más allá del bolsón, el subsidio o la beca para descansar sin haberse cansado.
  Es honestidad a ultranza; entrega, amor por las raíces y generosidad con nuestro prójimo.
   La Patria es construir y no mentir.
   Es buscar el bien común.
   Es gobernar y obrar sin soberbia ni autoritarismo.
   La patria es la práctica de la autocrítica y aunque duela, el reconocimiento de los errores cometidos.
    La Patria es administrar honradamente lo que tenemos y elaborar aquello que tanto necesitamos y nadie lo brinda.
   La Patria, por muchos devaluada en su concepto, es educación, seguridad, justicia y salud para todos sin elegidos, privilegiados ni marginados.
   La Patria también -y jamás lo olvidemos- es el respeto a los que piensan distinto y a la Patria la hacemos por igual en el campo y en la ciudad.
   La transpiramos en la calle, en la fábrica, en las escuelas y en el surco.
   La Patria es diálogo, debate, disenso, discusión civilizada y respetuosa.
   La Patria, nuestra Patria no es de civiles ni de militares, sino de argentinos.
   La Patria no es solo un mundial deportivo ni lo es disfrazarnos de argentinos por algunos días.
   La Patria es también rebeldía ante la injusticia, cariño por lo nuestro y consideración hacia el prójimo.
   La Patria envilecida por la corrupción, solo se cura con justicia honestamente independiente y no con la obediencia debida de algunos jueces.
   Trabajemos unidos, codo a codo, desde arriba hacia abajo y no perdamos tiempo, para que la desunión y los desencuentros no sigan siendo más rápidos que los relojes.
   Porque en verdad, aquella revolución aún no ha terminado.
   Por eso, viene como anillo al dedo recrear una antigua declaración que quiero compartir con todos como para refirmar tal concepto:
   “Los medios de protección que la Constitución nos proporciona, son la libertad y los privilegios y recompensas conciliables con la libertad. Los argentinos hemos sido ociosos por derecho y holgazanes legalmente.
   Se nos alentó a consumir sin producir. Nuestras ciudades capitales son escuelas de vagancia, de quienes se desparraman por el resto del territorio después de haberse educado entre las fiestas, la jarana y la disipación.
   Nuestro pueblo no carece de alimentos sino de educación y por eso tenemos pauperismo mental.
   En realidad, nuestro pueblo argentino se muere de hambre de instrucción, de sed de saber, de pobreza de conocimientos prácticos y de ignorancia en el arte de hacer bien las cosas.
   Sobre todo se muere de pereza, es decir de abundancia.
   Quieren pan sin trabajo, viven del maná del Estado y eso les mantiene desnudos, ignorantes y esclavos de su propia condición.
   El origen de la riqueza son el trabajo y el capital.
   ¿Qué duda cabe que la ociosidad es el manantial de la miseria? La ociosidad es el gran enemigo del pueblo en las provincias argentinas.
   Es preciso marcarla de infamia: ella engendra la miseria y el atraso mental de los cuales surgen los tiranos y la guerra civil, que serían imposibles en medio del progreso y la mejora del pueblo”.
   ¿Quién dijo todas estas verdades?
   Fue Juan Bautista Alberdi, en marzo de 1855 firmando con el seudónimo “Figarillo”.
    Desde entonces han pasado 167 años y es como si lo hubiera dicho ayer.
Gonio Ferrari

22 de mayo de 2022

S.L.B.: LA MONEDA ARGENTINA EN EL TOBOGÁN DE LA ECONOMÍA NACIONAL & POPULAR - UN CIRCO DE VARIAS PISTAS PARA MONTAR UN SHOW DEL NUEVO VALOR DEL BOLETO URBANO - ANTES DE ASPIRAR A LA "PINK HOUSE" BUENO SERÍA CANCELAR LA CUANTIOSA DEUDA DEL "CORDOBESISMO" - LA MEGACAUSA SIEMPRE APORTA NOVEDADES - EL PAN LLEGÓ A TAL PRECIO QUE DEJÓ DE SER "NUESTRO DE CADA DÍA" - TALLERES Y BELGRANO A UN PASO DEL HEROISMO - LA LUDOPATÍA TOCA TIMBRE A DOMICILIO, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” nº 726 del domingo 22/05/22 emitido por la AM580, emisora dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba.

Emisión permanente
NUESTRA MONEDA EN EL TOBOGÁN DE
LA  ECONOMÍA  NACIONAL  &  POPULAR
 
   Algunos amigos y colegas radicados en la capital federal suelen comentarme, no con asombro pero sí con justificada inquietud, que las potentes luces de los talleres de nuestra Casa de la Moneda no se apagan jamás, porque la producción es continua como continua y permanente es la pérdida de valor de nuestra moneda que en lo personal no deja de ser un símbolo patrio casi equiparable a la escarapela, el himno nacional, el escudo o a la Bandera.
   Hay que entender la realidad desde el llano, sin tecnicismos ni sapiencia macroeconómica, para que caigamos en cuenta y logremos sostener que la vida diaria nos viene diplomando en esa materia tan árida, variable y por momentos apasionante por sus confines tanto constructivos como destructivos, que es la economía en este caso tan nuestro, nacional & popular.
   Y nos vienen a la memoria los tiempos aquellos del “deme dos” en los viajes a Miami, a Europa o a Oriente, las vacaciones de todos, todas y hasta cruceros de todes, facilitados por el valor de nuestra moneda que era del uno a uno con el ahora añorado billete verde, de cara grande porque hasta con eso actualmente se especula mientras en su país de origen tal diferencia no existe ni se aplica en la práctica, pero entre nosotros sirve para descontarle algo de su genuino valor, con el pretexto de la cara chica que dicen los pícaros, devalúan en un 15 por ciento al dólar.
   Avivadas aparte,  y sin caer a la tentación de agorar nuestra cercanía con Venezuela en las consecuencias de la depreciación de la moneda argentina, advertimos que de alguna manera se avivaron en el poder que las operaciones bancarias y comerciales se resienten desde el momento que para operar, por ejemplo, por valor de mil dólares, necesitamos alrededor de 2050 billetes de 100 pesos o 205 billetes de mil y no hablemos si queremos operar con papeles de 50 pesos porque nos volveríamos locos contando.
   Calculen en una operación inmobiliaria moviendo unos 50.000 dólares, hay que apelar a una carretilla y eso que pongo el ejemplo de un departamentito chico de no más de 70 metros cubiertos.
   Y el mayor sufrimiento tecnológico lo padecen los cajeros automáticos, que deben ser realimentados en muchos casos mañana y tarde porque no dan abasto frente a las exigencias normales de la población que los utiliza.
   Con las monedas ha ocurrido un fenómeno inédito por su escasez, que a mi modo de ver se produce porque por ejemplo una moneda de 10 pesos que son las últimas que salieron, su valor metálico es mayor a su valor monetario y más conviene retenerlas, fundirlas, dejar algunas para los nostálgicos coleccionistas y guardar el metal para futuras emisiones cuando logremos al menos asomar la cabeza del pozo en el que nos encontramos.
   Como se podrá advertir, mis argumentos se alejan totalmente de la ciencia que abrazan los economistas, pero no me nieguen su sabor a elemental lógica, experiencias, calle y sequías que en las últimas décadas nos viene acosando.
   Ahora saldrán los billetes nuevos y veremos con qué sorpresa aparecen, a lo mejor en ciertos aspectos apegados al discurso feminista, a la lucha de clases, a personajes cuestionables o a otros símbolos que se les ocurran a los creativos que determinarán el diseño de los billetes y monedas.
   Y así llegaremos a convencernos que fue un acierto en su momento apelar a los animalitos porque nadie podrá cuestionarlos en su condición de tales, mientras que si se hubieran impuesto las figuras que sectorialmente se sostiene que merecen estar, sería un nuevo elemento que contribuiría a ensanchar una grieta que no todos se empeñan en reducir.
   Y lo podemos llegar a lograr, nadie lo hubiera creído tiempo atrás, a través del dinero que manejamos todos los días…
   Pero lo que realmente más nos preocupa, que nuestra moneda siga en el tobogán –natural y físicamente hacia abajo- y desde ese mismo poder que ahora está obligado a seguir emitiendo con dudoso respaldo, den tantas vueltas porque ese detalle de nuestro dinero, sería la parte más negativa de la apresurada campaña proselitista que muchos están apurando en previsión de un no deseado derrumbe.
   Porque los escombros, cuando se precipìtan, no se fijan a quienes tapan…
 
Payasada previsible e innecesaria
UN CIRCO DE VARIAS PISTAS PARA LLEGAR
AL ABSURDO PRECIO DEL BOLETO URBANO
 
   Se me ocurre que una buena manera de comparar nuestra situación con relación al transporte urbano que se presta en otras ciudades, baste con decir que nosotros los cordobeses tenemos la puta suerte de pagar casi un 290 por ciento más que lo que pagan los usuarios del área metropolitana de Buenos Aires, ya que desde mañana el boleto de nuestro cuestionado transporte urbano pasa a costar virtualmente 70 pesos contra los 18 que pagan los porteños.
   Y si vamos a referirnos a las diferencias de calidad, por conocimiento del terreno puedo asegurar que son abismales, porque allá los bondis tienen frecuencias más que aceptables y entre nosotros las esperas cercanas a una hora, si, no exagero y lo repito, cercanas a una hora estamos pagando una fortuna si es por la calidad de las prestaciones, dejando de lado todo lo que se anuncia con tono de campaña con relación a la cantidad de unidades que se van incorporando al sistema.
   De qué cuernos le sirve, por ejemplo, a un vecino de Parque Liceo que el ómnibus tenga, guayfai, conexiones, enchufes varios, rampas para discapacitados, aire acondicionado y de casualidad por ahora no tienen baños, si pasan cuando se les ocurre a los empresarios que manejan las frecuencias, o a los insensibles de la UTA que nos usan a todos como rehenes para conseguir que se concreten todas sus demandas y caprichos.
   Tanto despelote en los últimos días, en un circo que armaron con tres o más pistas, sabiendo todos que el final del bochornoso show sería un nuevo y aladronado precio del boleto que a cada usuario le demandará cerca de 3000 pesos mensuales para moverse a su trabajo, donde seguramente no cobra ni la mitad de lo que recibe un chofer.
   En Buenos Aires es distinto, porque no hay aumentos casi mensuales como entre nosotros, porque allá en 2019 el boleto estaba a 13 pesos y ahora se mantiene en 18 merced a la tracalada de subsidios que reciben las empresas, lo que también aquí ocurre pero en menor cantidad.
   Y cuando allá costaba 13 pesos los cordobeses pagábamos casi 24 manguitos, tarifa que se fue actualizando por supuesto que hacia arriba en seis ocasiones a diferencia de los porteños que hicieron mantener su precio para viajar.
   Aquí padecimos paros salvajes en los que la indiferencia y la escasa solidaridad gremial hizo que por el capricho de los menos, los más padecieran mermas en sus remuneraciones al perder los suplementos por presencialidad y puntualidad.
   Y cuando aquí se superaron los conflictos, esos insensibles de la UTA extendieron sus caprichos aduciendo que lo hacían en solidaridad con otras filiales que estaban en lucha.
 
O sea que mal y pronto, se cagaron en la solidaridad con sus pares laburantes, sin siquiera ponerse colorados.
   En definitiva, la conjura entre FETAP y la UTA para presionar por un nuevo aumento dió maravillosos resultados para ellos, pero mayor desatención para los usuarios, verdaderos sostenedores de este sistema perverso y ante la pasividad municipal que es el poder concedente que tiene en su interior a trabajadores de la UTA fuera de su convenio vigente para el SUOEM.
   En suma, veremos qué sucede porque al paso que se dirige nuestra economía, es probable que estos conflictos y sus penosas consecuencias se reiteren, para desgracia de la ciudadanía cordobesa.
   No es justo padecer estas injurias que no permiten que la mayoría pueda desplazarse para trabajar, pagando una de las tarifas más ridículamente elevadas del país.
 
La Megacausa del Registro
PESE A SU ANTIGÜEDAD, SIEMPRE HAY
NOVEDADES ACERCA DE ESTE ASUNTO
 
  La Organización de Naciones Unidas ha editado hace varios años un manual de bolsillo con normas internacionales de derechos humanos para funcionarios, que cualquier juez o fiscal puede consultar, cuyo capítulo once está dedicado a las medidas no privativas de la libertad.
   Dicho compendio establece que, en general, las personas que aguardan su juicio no deberán estar detenidas, además de recomendar y alentar el uso de medidas alternativas a la prisión desde la fase anterior al juicio hasta la fase posterior a la sentencia, a fin de evitar la aplicación innecesaria de la prisión preventiva que deberá utilizarse como último recurso, y que, de existir, deberá ser supervisada y evaluada sistemáticamente.     
   Son numerosas las ONG del derecho que han escrito recomendaciones en el mismo sentido, incluso, como se comentó el domingo pasado, ejerciendo una vigilancia activa para detectar casos de abusos en el tema. La causa del Registro de la Propiedad de Córdoba que nos ocupa hace una década y media es uno de esos casos detectados, con casi 70 por ciento de imputados en prisión preventiva de años, que llegan a juicio con condenas cumplidas.  
   Siempre genera intriga saber por qué los funcionarios judiciales de la causa se mantienen tan alejados de las recomendaciones internacionales a las que el Estado Argentino adhiere.
   ¿Existirá algún control sobre la forma en que los magistrados se ajustan al cumplimiento de las normas?, ¿Existirá independencia de cualquier injerencia interna o externa?, ¿Se realizará alguna estadística sobre las prisiones preventivas que dicta un fiscal, para compararlas con estándares internacionales?, ¿Existe alguna acción frente a los Dictámenes de arbitrariedad recibidos? 
   Si las respuestas a estos interrogantes son negativas, suena lícito preguntarse si tanta ilegalidad, será casual y gratuita.
 
Números en rojo del cordobesismo
ANTES DE ASPIRAR A LA ROSADA CONVENIENTE
SERÍA  SABER QUE NO  ESTAMOS  ENDEUDADOS
 
   Por allí nos confundimos cuando esas informaciones que las disfrazan como “trascendidos” porque son simples globos de ensayo, se transforman en noticias que levemente van penetrando en el seno de una sociedad que más que anuncios de bonanza, merece que le dignifiquen la vida, que se superen las penosas instancias que estamos viviendo con nuestra castigada economía, que retomemos la senda de la seguridad perdida, del bienestar ahora ausente, de la justicia independiente y de tantos otros valores pendientes que merecemos recuperar.
   Como al voleo primero se comentaron las aspiraciones de nuestro gobernador, absolutamente lógicas, de intentar su acceso al sillón mayor del país, lo que fue confirmado en su momento para beneplácito de muchos pero para la sorpresa de nadie porque la jugada venía cantada.
   Sus diferencias con el poder central, planteadas en estos difíciles tiempos, fortalecieron la posición del “Gringo” y debilitaron muchas aspiraciones de algunos que guardaban en la intimidad de sus conciencias, las ansias por llegar al mismo sitial tan codiciado.
   Estamos de acuerdo, supongo, con esos anhelos que alienta cualquier político de raza, de no quedarse en la quietud de un cargo o de una banca y operar para su propio progreso y en ciertos casos llevando de la mano a algunos parientes u otros allegados.
   Pero para el caso particular del contador Schiaretti, bueno sería que al menos para su desgracia de patinar o derrapar en el intento por acceder a Olivos y a la “pink” house, debiera esmerarse -y este de ninguna manera es un consejo sino un simple pensamiento en voz alta- en dejar a la provincia en un estado administrativo sin sobresaltos ni sorpresas, porque es probable que sean de otro palo quienes llegaran a gobernarla, lo que no caería simpático a su “pollo” trasplantado desde el Este cordobés.
   Estamos endeudados hasta la manija y algo más, y lo más grave de todo, en dólares y necio sería ignorar que se están haciendo cosas, rutas, puentes y otros macro emprendimientos aunque se hayan pasado por alto ciertas innegables prioridades, como lo son la vivienda social que ofrece beneficios con requerimientos que al estudiarlos resultan impagables, la seguridad, el estado de las escuelas, la provisión de insumos hospitalarios y varios otros aspectos que se descuidan en el frenesí de la campaña mediática tan ridículamente anticipada, que nos viene costando, y es una simple cuestión de hacer números, más que muchas de las obras encaradas algunas de las cuales sin debidos controles de realización, que fue menester repetirlas.
   Y es cuando nos asalta esa inquietud de no poder cumplir con los compromisos internacionales, para colmo después de haber perdido prestigio a nivel mundial en virtud de tantos desaciertos y papelones del poder central.
   Porque por si alguien lo ignora, no tan sólo la provincia sino que por extensión lo estamos todos sus habitantes porque a las cuentas hay que pagarlas y eso se hace con los impuestos, con la cadena de tributos de los que con frecuencia aparecen otros nuevos, o sea que los gobiernos se lucen no con lo que producen, sino con lo que contribuyen sus habitantes, miles de ellos doblados por las exigencias.
   Entonces, si, ahora como consejo: dejemos de endeudarnos, porque no tenemos ningún derecho a que les obliguemos a pagar a las generaciones que en estos desastres que se perpetran desde el poder, no tienen absolutamente ninguna culpa ni responsabilidad.
   Es imprescindible que antes de encarar hacia más arriba, los aspirantes se cuiden que los escalones estén firmes y que hayan sido pagados en tiempo y sin dejar deudas pendientes…
 
 “Francés” a más de $ 300
EL PAN NUESTRO LLEGÓ A TAL PRECIO 
QUE HA DEJADO DE SER “DE CADA DÍA”
 
   Una de las mayores ridiculeces que con el tiempo implacable referirá la historia, es el contrasentido que en el país del trigo, alguna vez mucha de su gente no pudo comprar eso que la religión y los rezos le llaman “el pan nuestro de cada día” transformándolo, penosamente y con suerte, en el pan nuestro de cada dos días o más espaciado aún.
   No se me ocurre una manera de explicarme cuáles son los motivos de tal encarecimiento del principal alimento  no sólo de los argentinos sino de cualquier mortal, porque los trigales de nuestro país han sabido en los últimos tiempos lucir una especie de escenografía de la abundancia, con el viento arqueando las espigas doradas para un espectáculo visual maravilloso.
   Que se sepa, los gringos nuestros de tantos campos que se desviven de sol a sol han sido afortunados en las últimas cosechas, y sus progresos en materia de economía son apreciables y entonces ¿a quién se puede responsabilizar finalmente que el pan no pueda llegar a todas las mesas?
   Algunos sostienen que las etapas de intermediación son las responsables de ir encareciendo la materia prima hasta llegar al consumidor, y que la para muchos demencial carga impositiva, les impide establecer un precio razonable y accesible para todos.
   Es uno de los grandes misterios de los últimos tiempos, porque a decir verdad, cuando nos enteramos que los productores resultan gratificados por sus esfuerzos y el compromiso de cada cosecha y actualizan sus vehículos, realizan inversiones inmobiliarias, viajan a exterior y no se privan de otros mundanos placeres, nos obliga a pensar que han superado las privaciones.
   ¿Dónde está entonces la etapa que encarece el pan?
   Me supieron decir que el secreto está en las exigencias tributarias que se deben cumplir y que ese detalle retarda la consolidación de los resultados de cada cosecha.
   Si es así, el Estado angurriento para este caso, debiera enterarse que el pan, como consecuencia del trigo, es el alimento por excelencia que no debe faltar en ninguna mesa.
   El francés común a 300 pesos y los patrióticos y municipales criollitos a casi 500, son una imperdonable ofensa a la ciudadanía.
   Permitir que eso siga ocurriendo, sería una afrenta cuyas consecuencias pueden hacerse sentir, por ejemplo, en las urnas…
  
Albiazules y “piratas”…
TALLERES Y BELGRANO CERCA DE ALCANZAR
LA CONDICIÓN  DE  UN  ANHELADO  HEROISMO
 
   Más allá de las cargadas que recíprocamente se disparan, es para admirar a los fanáticos tanto de Belgrano como de Talleres, por la enorme creatividad de sus ocurrencias a la hora de “cargar” a sus históricos adversarios, dejando de lado por ahora a Instituto que se viene acercando silenciosamente a la zona donde puede llegar a ser una agradable como ansiada sorpresa.
   Todos están en la cúspide, unos a un nivel y otros en uno distinto, pero siempre con legítimas y postergadas aspiraciones que hacen de sus actitudes una especie de himno al sacrificio, al trabajo, a la dedicación y al esfuerzo del deporte.
   Y no me diga que lo hacen porque cobran, pero supongo que más allá de tal aliciente están el amor propio, el amor por los colores y la divisa, las ansias de ovaciones, de abrazos y de festejos.
   Belgrano luce en la punta, con distancia apreciable en un campeonato demasiado extenso al que le restan como 20 fechas para llegar a una definición que puede significar el ascenso al círculo superior.
   Y Talleres ya coronado como entre los ocho o 16 -no lo tengo bien claro- aspirantes a la Copa Libertadores, se debate en la jungla de tantos partidos sin descanso para cumplir con dos campeonatos distintos.
   Instituto está al acecho, a corta distancia de abrazarse en el festejo con piratas y tallarines y roguemos que tan ansiada meta se les concrete a los tres, para que cuando se arrime Racing de Nueva Italia con sus logros, sea toda Córdoba la que pueda celebrar digna y ruidosamente, el éxito de sus cuatro de los tantos hijos pródigos que tiene.
 
Genuina preocupación…
LA LUDOPATÍA ESTÁ TOCANDO TIMBRE
EN  LAS CASAS  DE  LOS  CORDOBESES
 
   Tengo entendido que solamente falta reglamentar la ley provincial aprobada por nuestra inefable Unicameral que habilita la existencia del juego de azar, o electrónico a través de internet, o sea no presencial pero abierto su acceso a los hogares donde cuenten con los sistemas adecuados.
   Hasta allí sucintamente este triunfo de lo que personalmente quiero calificar como desafío al desastre, alimentado por la angurria de quienes lo digitan y consiguen que políticamente sea aceptada la implantación de la timba hogareña con sus lamentables y absolutamente previsibles consecuencias.
   No es cuestión de pontificar con relación a las inclinaciones por la timba, cuyas resultantes en la mayoría de los casos no han sido para enriquecer a tantos, pero si para destrozar familias, generar quebrantos, motivar dolencias, empujar a suicidios y otras derivaciones tanto a más penosas como las enunciadas.
   Es que entonces la situación nos lleva a pensar en la enorme cuantía de los intereses que hay de por medio, que tan fácil es ceder cuando durante tanto tiempo se cerraron las puertas por donde entraba la esperanza y salía la miseria.
   ¿Sabe por qué en el lunfardo rioplatense se llama “fulleros” a los adictos al juego que emplean malas artes? Porque un tal Fuller supo sostener que “El que te engaña en el juego, te engañará donde quiera” y más que una sentencia, es una advertencia; un llamado de atención.
   En Córdoba es como si se hubiera industrializado la timba, con el enorme peligro de su utilización por parte de niños y adolescentes, si no se aplican rigurosos controles en cuanto al acceso a cada instancia de esos que pretenden disfrazarlo de entretenimiento cuando es una delicada aunque poco sutil manera de empobrecer.
   Bueno sería que los políticos y especialistas -que entre ellos los hay- que se encargarán de la reglamentación, tengan presente y asimilen una enseñanza más que valiosa, de un genial escritor como lo fuera Mark Twain: “Hay dos ocasiones en la vida en las que el hombre no debería jugar: cuando no tiene dinero para ello y cuando lo tiene”.