Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” nº 754 emitido en dúplex por la AM580 y la FM88.5 ambas dependientes de Radio Universidad Nacional de Córdoba, el domingo 27/11/22.
Mundial en Qatar
LAS ALTERNATIVAS ERAN VOLVER EN TRIUNFO
O REGRESAR RESIGNADOS A ESPERAR 4 AÑOS
LAS ALTERNATIVAS ERAN VOLVER EN TRIUNFO
O REGRESAR RESIGNADOS A ESPERAR 4 AÑOS
Siento un respeto reverencial por los periodistas deportivos, nacido posiblemente por haber sido esos mis comienzos mediáticos muchas décadas atrás, cuando la pelota de rugby era redonda. De ninguna manera entonces voy a referirme a nuestra representación nacional futbolística más allá de aportar impresiones personales, totalmente alejadas de eso que se llama “crítica” de un acontecimiento internacional como lo es el Mundial de Qatar 2022.
Me quedé con la vívida impresión que nuestros muchachos, en la pausa del entretiempo, fueron prolijamente despertados por Scaloni y sus asistentes, de un prolongado sopor que venían sosteniendo desde antes del fracaso ante los sauditas, notoriamente inferiores en cuanto a técnicas y estrategias del balompié.
Y ni qué hablar de los valores individuales porque Messi hay uno solo en el mundo, De María también y lo mismo ocurre con los otros, virtualmente ignotos para quienes no tienen la costumbre de frecuentar las transmisiones de fútbol, ni escuchar los apasionados o intrascendentes conceptos de los comentaristas mediocres, excesivamente exitistas.
Se me ocurre que el amor propio y el compromiso no escrito con la hinchada obró el milagro de la reacción y en el segundo tiempo nuestra selección mostró que merece un lugar de privilegio, como el que ocupa entre las representaciones nacionales de todo el mundo.
Corrieron en serio, los golpearon y en lugar de llorar asumieron el maltrato reaccionando con prestancia y calidad, mostrando la verdadera imagen que por lo general se renueva en cada formación, que en el paso del tiempo va reemplazando a las que dejan la actividad.
Era más que nada una demostración cabal que cuando existe la voluntad de hacer un buen papel, las cosas se encaran con dicho objetivo con lo que de paso se conserva y también se fortalece la cotización individual, frente a los grandes clubes europeos y de otras latitudes, para cuando llegue el momento mágico de las negociaciones que son la antesala de jugosos pases porque no hay mejor vidriera que un campeonato mundial para mostrarse.
Dos golazos marcaron las diferencias que ya conocíamos entre los nuestros y el equipo mexicano, guardamos para peores momentos el té de tilo y los ansiolíticos, respiramos hondo y nos imaginamos la contenteza de los gobernantes, que ganaron al menos tres o cuatro días de tranquilidad sin tener que apelar a otros productos o argumentos para mantener en los argentinos el estado de anestesia con relación a la crisis que padecemos, olvidarnos de la inflación, del dólar blue, de la inseguridad y otros contratiempos.
Habrá que aguardar el enfrentamiento con los polacos, guerreros en toda la cancha, de pierna fuerte y temperamento adornado con la fuerza especial de su patriotismo demostrado en muchos campos, y no tan sólo en la actividad deportiva.
Pero que los nuestros ni sueñen, frente a una muy probable conquista del Mundial, que habrán de recibir un premio como el que asignara a cada jugador de su Selección el príncipe saudí, virtual dueño del país, por superarnos en el primer partido que jugara nuestra escuadra representativa: un Rolls Royce flamante con papeles al día, ITV incluído, cubiertas nuevas, sin detalles de chapa ni pintura, tanque lleno, aire acondicionado, balizas y botiquín y nunca taxi.
Cada uno de esos autitos se cotiza en medio millón de euros. Esos son premios, allí donde su mandamás entre otros caprichos compró jugar como dueño de casa un campeonato mundial de fútbol. Esos son premios que obsequian allí, la verdad un emirato que debiera envidiar nuestras potenciales riquezas, porque el petróleo alguna vez se agotará.
Tenemos pocos días para serenar los espíritus, replantearnos nuestra condición de patrióticos hinchas, con la convicción que si desde el poder se aprovecha el viento a favor que pueden aportar el fútbol y sus éxitos, menos doloroso será luchar contra adversarios impiadosos que nos mantienen en jaque, condicionándonos la existencia, dilatando soluciones y abusando de la demagogia porque no son muchos los caminos favorables que tenemos para recorrer.
Que al menos sea el fútbol, ese elemento de material sintético o de cuero inflado tan endiosado mundialmente, el que ayude a que superemos, pero ya sin su función anestesiante, las críticas situaciones que nos toca vivir y tolerar.
El fútbol exitoso es también una manera esencial de hacer patria.
Se impone la desmemoria
EL CASO DE BLAS, DOLOROSO FESTIVAL DE
LAS AMNESIAS EN EL ÁMBITO TRIBUNALICIO
EL CASO DE BLAS, DOLOROSO FESTIVAL DE
LAS AMNESIAS EN EL ÁMBITO TRIBUNALICIO
Es penoso haber advertido que gente, funcionarios a los que se les asigna un grado de inteligencia por encima de lo común, y que para ciertas situaciones hacen alarde cerebral de su memoria, llegado el caso en que lo prioritario es salvar el cuero propio, se incurre en una actitud más que lastimosa como lo es caer en abismos amnésicos llevados por la conveniencia o por instinto de conservación de ciertos democráticos privilegios.
A la vista de lo que ha sucedido a lo largo de dos eternos años, sin que por las razones valederas o no que expresen los sectores involucrados, se restañen las profundas heridas sufridas por el descontrol institucional de la policía de Córdoba, bien cabe reflexionar tomando en cuenta la sabiduría de Shakespeare, a quien le asigno la autoría de sentencias incuestionables y una de ellas es, aunque duela y llame a los fantasmas de la pena y la impotencia, que “debe darse al olvido lo que no tiene remedio”.
Las conciencias sucias que hayan esgrimido o sigan empeñados en falsas como estudiadas inocencias, llegan al onanismo de convencerse de una limpieza que en los casos cruciales nunca tuvieron.
Opto por la abrumadora consistencia aristotélica: “Procuremos olvidar lo que traído a la memoria nos entristece. La más necesaria de todas las ciencias es la de olvidar el mal que una vez se aprendió”.
Que lo tomen en cuenta todos los que desde posiciones dominantes, buscaron la manera de lograr un imposible, porque no existe ni existirá ninguna maldad que caiga en el olvido.
Blas Correa no es olvido sino memoria activa en la búsqueda de la verdad, la participación irresponsable de sus desalmados violadores y la acción de una justicia inexplicablemente siestera, pachorrienta y tardía, por eso tan sabido que la justicia cuando es lerda deja de ser justicia o es una injusticia.
Liliana Zárate Belletti, actual titular de la fuerza azul, justificó por qué razón técnico-legal Javier Alarcón seguía portando un arma. La titular de la Policía se defendió de las acusaciones en tal sentido.
"Voy a ser respetuosa de sus declaraciones y no voy a emitir opinión justamente por respeto a la Justicia y al testigo". Así expresó la jefa de la Policía de Córdoba a Alfonso Mosquera, quien la comprometió en su declaración. El exministro de Seguridad de la Provincia apuntó contra ella cuando se refirió a Javier Alarcón, uno de los oficiales acusados de disparar al Fiat Argo en aquella fatídica madrugada de agosto de 2020. Mosquera, quien pese a su firmeza en declarar hasta el cansancio que no pensaba renunciar pero al final dimitió, remarcó que la formación de los efectivos y la certificación de la "idoneidad para portar un arma" era responsabilidad de la Dirección General de Recursos Humanos de la Policía que por entonces conducía doña Zárate Belletti, quien fue ascendida a titular de la Jefatura. ¿Alguien sabe por qué?
Ella volvió a defenderse, pero no hizo referencias directas al exfuncionario, aunque justificó la aptitud del cabo Alarcón y reiteró por qué seguía portando un arma pese a tener desaprobada la práctica de tiro de precisión.
El final de la audiencia sirvió para una expresión de indisimulable hipocresía cuando Mosquera previo solicitar permiso al Tribunal pidió perdón a la madre de Blas Soledad Laciar, o que debió haber hecho apenas se enteró del sangriento como evitable episodio y nada dijo ni se disculpó por la desidia posterior del personal, cuando demoraron inútilmente mientras el adolescente agonizaba en el interior del auto baleado y sólo Dios sabe si obrando con la premura necesaria el muchacho hubiera salvado su vida.
De poco sirvió, salvo “para la galería” como se dice, que
Alfonso Mosquera admitiera como si hubiera hecho falta que fue "la página más oscura en la historia de la Policía de Córdoba".
Sobre Javier Alarcón el exministro reconoció que no podía estar armado en agosto de hace dos años, pero argumentó que desconocía su situación puntual pese a ocupar un cargo, en su momento, que le obligaba a estar al tanto de las leyes.
Sintetizando, si es posible hacerlo en un caso tan delicado y doloroso, que el paso del tiempo fue minando la memoria de muchos de los que declararon ante la Justicia, en algo así como víctimas de una curiosa epidemia de amnesia.
Es para rogar que en lo que queda del caso, aquellos que tienen la obligación de recordar, o sea de volver a hacer pasar por el corazón ciertas vivencias y conocimientos, no caigan a ese curioso abismo de la desmemoria que tanto daña a la seriedad en la administración de Justicia.
Y de paso, que muchos de los protagonistas de esta historia, hagan memoria para que la conciencia les recuerde cuánto tiempo fueron presos del silencio, un silencio oprobioso que más se pareció a una malsana expresión de indiferencia y abandono.
Y lo peor de todo, que provenía del poder…
Consolidando la campaña
CORDOBESISMO EMPEÑADO EN ACUMULAR DEUDA
IMPONIENDO AQUELLO ‘QUE PAGUE EL QUE SIGUE’
Debo confesar por hidalguía que mis conocimientos en materia de manejos presupuestarios, cálculos de gastos más allá del ámbito hogareño o evaluación de posibilidades monetarias a futuro, no son “items” a los que pueda estar acostumbrado, aunque me apasionan las lecturas de quienes dominan la cuestión y tratan de explicar ciertas situaciones que suelen generarse.
Pero no todos consiguen aportar claridad en ámbitos tan reservados a niveles científicos de análisis como para entenderlo y una de esas situaciones se me plantea cuando me entero que nuestra provincia, o mejor dicho el “cordobesismo” está endeudado hasta el jopo y con miras a seguir ascendiendo en una cantidad enorme de números, especialmente por tratarse de deudas contraídas en moneda extranjera pese a la fragilidad de nuestro peso, hasta el detalle que el billete más costoso que tenemos no sirve para comprar ni siquiera tres dólares al valor del mercado más accesible, al menos para el pobrerío y los que mal se llaman ahorristas, porque a la larga caen en cuenta que no ahorraron un carajo…
Esas deudas contraídas son según se ha informado, pagaderas en plazos que van hasta los 15 años lo que supone tres o cuatro mandatos de las autoridades que irán transfiriendo su drama a los que sean del mismo o de otro palo, como varias veces ya ocurrió en nuestra historia provinciana.
Pero uno, malicioso al fin por eso de la desconfianza sembrada por los malos políticos en la sociedad, más se apega a la nefasta idea que alienta el pago, pero a cargo de los que vienen y los que acceden al poder sin haber tenido culpa alguna por los desmanejos o exageraciones de sus antecesores.
Ellos, los tomadores de deuda, tendrán que explicar sus detalles, aparte de mostrar las obras y su calidad de ejecución ajustada a lo pagado que se hubieran concretado con esos dineros pero sin esconder un solo peso, un solo ladrillo ni un mísero metro de pavimento callejero o rutero.
En pocas palabras, retomar esa vieja y cívica costumbre de rendir cuentas sin dejar dudas y si es sin dejar deudas pendientes, mucho mejor.
Será esa la manera de reconquistar la confianza de la ciudadanía, perdida por un exceso de gastos inoportunos y no prioritarios, que sólo aportaron beneficios personales y políticos a la hora de la renovación de los gobiernos.
“Con el dinero se pueden comprar muchas cosas, sostenía el cardenal Ratzinger, pero no el espíritu de desprendimiento y de servicio. Durante algún tiempo tal vez sea posible recibirlo prestado de otras naciones pero cuando falta durante largo tiempo del organismo de un pueblo, puede afirmarse que su poder se asienta sobre pies de barro y será inevitable la catástrofe. En todo ello se pone claramente de manifiesto que un pueblo no puede vivir únicamente de su producción como supone el ingenuo materialismo de nuestra opinión pública, sino que necesita las fuerzas de la inteligencia y el espíritu para persistir”.
Personalmente, le agregaría a esta brillante sentencia, una contribución a la sensibilidad social pero más que nada, al patriotismo.
Para nuestro ámbito provinciano y capitalino mediterráneo lo comprendemos; las campañas proselitistas se vienen encareciendo hasta superar holgadamente a la inflación, reina de nuestros desvelos, angustias y estrés.
Y a las campañas precomiciales, aunque cuesten un huevo, de esos de Pascua, gigantes, hay que pagarlas…
La Megacausa del Registro, firme…
NUEVA APELACIÓN AL DICCIONARIO, TRATANDO
DE DILUCIDAR UNOS GRAVES CONTRASENTIDOS
Cientos de veces los familiares de la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba han reclamado terminar con la corrupción. Según nuestro mataburros corrupción significa vicio o alteración y en el caso de organizaciones públicas utilizarlas en provecho propio, económico o de otra índole.
Aunque no tenga raíces etimológicas en común el término está bastante emparentado con las palabras poder e impunidad, de las que venimos hablando, al punto que Santo Tomás consideraba al poder como causa de corrupción.
Así las cosas, en Córdoba se supo crear hace como dos décadas un Fuero Anticorrupción para investigar, lógicamente, todas las denuncias por corrupción, con la obligación de juzgar estos delitos por juzgados populares. Sin embargo, pese a contar con recursos, parece que el organismo no encontró mucho para juzgar, dado que un informe de un conocido diario cordobés emitido años después concluyó que no había en su haber poderosos ni funcionarios del gobierno presos ni condenados.
Curiosamente el mismo artículo destacaba el accionar de la Unidad de Casos Complejos, refiriendo que en la mitad del tiempo habían encarcelado a 104 personas en la causa del Registro. Tal comparación merece ciertos interrogantes, como saber por qué esa Unidad se dedica sólo al Registro o qué se dice de la prisión preventiva sistemática aplicada, que fue declarada inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y por la Organización de las Naciones Unidas, o de la comisión especial nombrada para juzgar.
También cabe preguntarse por qué esa Unidad no imputó ni molestó a ningún alto funcionario siendo que fueron señalados en la causa o, en su defecto, por qué no los derivó para investigar a la Fiscalía Anticorrupción.
Es inevitable entonces que nos detengamos a pensar, razonar y concluir lo siguiente: ¿No sería mejor unificar los dos Organismos para la investigación honesta y eficaz que se reclama? ¿O es la división una radiante pantalla para impunidad de los poderosos?
Mientras no exista una definición terminante como debe ser, permitamos entonces que se piense de la peor manera, acerca del interesado e impune vistagordismo del poder.
Macri & Llaryora…
SI TANTO CONVERSAN ES PORQUE
RECÍPROCAMENTE SE NECESITAN
El encuentro que mantuvieron el expresidente Mauricio Macri y el intendente capitalino Martín Llaryora generó elevado grado de sorpresa y conmoción en la coalición opositora aquí entre nosotros, en Córdoba, titulada Juntos por el Cambio.
Luisito Juez, hombre de pocas pulgas pero siempre atentas, criticó utilizando duros términos al encuentro al encuentro que mantuvieron el boquense exmandatario y el intendente y ya proclamado, promocionado y paseado candidato a gobernador por la corriente Hacemos por Córdoba, aunque no faltan los insidiosos que todo eso de recorrer palmo a palmo la ciudad, es para que don Llaryora la conozca.
Y entre otros conceptos el ocurrente político, requerido permanentemente por el periodismo porteño, dijo que lo confundía y le molestaba que se hubieran reunido cuestionando los motivos que pudieran haber existido “para juntarte con el enemigo de Cambiemos en Córdoba. Me cayó horrible” dijo Luisito, agregando que “No hay forma de que nos caiga bien. Me cayó horrible, pero tengo una ventaja: no le pido permiso a Macri para nada. Molesta e irrita. No ayuda, confunde” subrayó al borde de la irritación.
Estamos ya en plena campaña y no es tan importante la pelea que puede generarse entre las fuerzas ideológicamente coincidentes, sino que la tribuna aguarda expectante los peleones que ya se vienen insinuando dentro de cada partido, que muestra que en realidad le hacen honor a esa designación de “partidos” no tan solo por la mitad sino en varias porciones, lo que ninguno de los protagonistas se aventura a reconocer, porque todos hablan de “unidad” cuando dicho término no deja de ser una fantasía.
Entonces sin entrar a las especulaciones basadas en rumores que hay políticos a los que poco les cuesta ni les remuerde la conciencia, aquellos que la tienen, cambiar de camiseta, sería una falta de respeto aventurar juicios sobre situaciones que no siempre son seriamente divulgadas.
Lo más cierto es que a la vista -tipo vuelo de pájaro, como le dicen- sobre la actualidad cordobesa, sus recovecos, misterios, silencios y macaneos, salta a la vista y por una mera cuestión de asociación de ideas, que Juez y Llaryora o Llaryora y Juez, recíprocamente se necesitan.
¿Para qué? se preguntará usted y es el mismo interrogante que desorienta a cualquiera, pero los políticos ya maduros en la práctica de ese para muchos lucrativo arte o actividad, no es un secreto por aquello de que es mejor malo conocido que bueno por conocer.
Las luchas internas de los partidos incluyen a demasiados personajes aunque a la vista resalten solamente dos o tres, y en la historia que ahora nos ocupa no debemos olvidar a protagonistas necesarios y les tiro unos pocos nombres, como para que se entretengan evaluandso, calculando y especulando.
Piense en Negri hijo, en Gustavito Santos, en el pibe De Loredo y en las tropas de cada uno –o de una en ciertos casos- y no margine a todos aquellos que se iniciaron pintando paredes y pegando afiches, los verdaderos militantes, que son al final de cuentas los postergados de siempre y a veces ni les agradecen los servicios prestados porque también a veces más se valora la portación de apellidos.
La política, solía decirme mi abuelo, no es para generosos, sino más bien para angurrientos…
EL EMPECINAMIENTO BILATERAL COLOCA EN
RIESGO LA ATENCIÓN DE LA SALUD PÚBLICA
Habiendo dos fuerzas en pugna y que cada una exhiba un marcado perfil de intransigencia en las negociaciones, es imposible siquiera calcular cuánto puede demorar la superación de un entredicho o la resolución de una demanda, así sus contenidos sean claros y sin ofrecer dudas al menos en sus planteos.
El conflicto de los sectores vinculados con la salud pública en Córdoba lleva su tiempo, luego de la feroz pandemia que nos agobiara y determinara la muerte de casi 150.000 habitantes de nuestro suelo nacional & popular, tiempos en que resultaban pocas las palabras de encomio para enaltecer el sacrificio, el compromiso y el patriotismo que adornaba a todos los servidores de esa actividad, seguramente la más duramente castigada por la peste inmisericorde y que tanto costara disminuir sus mortales efectos.
Los médicos, las enfermeras, anestesistas, bioquímicos incluyendo al personal de limpieza y seguridad interior y toda aquella persona vinculada con la atención de tantos miles y miles de enfermos, fue un declamado ejemplo para las futuras generaciones que en su momento desde el propio poder se encargaran de resaltar.
Pero ahora las cosas han cambiado porque desde el mismo poder es como si la amnesia también lo hubiera atacado sin conseguir una vacuna para neutralizarla, como con el Covid 19 y esa desmemoria les ha hecho virar violentamente en la dirección equivocada, porque aquellos que eran considerados imprescindibles como por arte de reclamos han pasado a ser virtualmente descartables.
Ya se dieron reuniones, asambleas, desaires, promesas y manejo de números al voleo para encontrar una cifra que llegara a contentar al sector demandante y estuviera al alcance de las adelgazadas disponibilidades monetarias de un país como el nuestro, que de un día para otro su gente ignora cuánto vale su propia moneda.
La cuestión es que entre negociaciones, negaciones, promesas poco claras, la demagogia omnipresente y acusaciones recíprocas, es como si no cayeran en cuenta que ellos dentro de todo no son víctimas de la situación ni de la terquedad, sino que resulta afectada la sociedad en su conjunto, especialmente aquellos sectores cuyos recursos cuando los tienen no les alcanzan para obligaciones que para ellos son suntuarias, como es el caso de la atención de la salud y sus costos exagerados, más aún con los servicios estatales obligados a la cesación de actividades como elemento de presión.
Pero parece que las cosas no caminan y el empecinamiento de los sectores en conflicto viene generando daños mayúsculos en un segmento social ya sometido a otras privaciones, a las que debe sumar una mayor precariedad en la atención de cualquier dolencia o problema de enfermedad.
¿Llamar a la sensibilidad de quienes demandan mejoras y de los que tienen en sus manos aportarla y solucionarla?
No es tan simple como plantearlo resulta, porque las cosas han llegado a un nivel de disputa que transforma al conflicto en abiertamente inhumano, peor todavía por desatender desde el Estado al que se supone protector, la justa demanda de quienes, seguramente ofendidos y humillados por la sinrazón, han tomado conciencia de ser modelos de heroísmo, y han pasado a ser despreciables especímenes de la más atroz de las descalificaciones: ser considerados lisa y llanamente descartables.
Alguna vez la sociedad se pondrá de acuerdo y tomados de las manos y con la frente alta, podrán coincidir en considerar a los malos políticos, esos que sólo se rascan para adentro, como elementos socialmente nocivos dentro de una sociedad que pretende ser civilizada.