29 de marzo de 2018

“Síganme los buenos” -----------------------


ESTE DOMINGO UNA ENSALADA DE
HORARIOS EN LOS DIALES AM Y FM

   Ajustándonos a las exigencias de la nueva programación de las radios que integran los SRT, el espacio periodístico de los domingos que conduce Gonio Ferrari en su edición n° 509 del cercano 1 de abril, ofrecerá la particularidad de una curiosa mezcla de puesta en el aire, dado que la primera media hora -es decir entre las 16,30 y las 17- el programa se difundirá en dúplex por AM580 y la 88.5FM.
   La continuación de “Síganme los buenos” -entre las 17 y las 18,30- será únicamente por la FM 88.5 razón por la cual la producción de SLB ha optado por ofrecer una entrega con llamativas características, aparte de la de su horario, para satisfacer a una audiencia fiel y creciente que viene acompañando a este esfuerzo de ofrecer la mejor música clásica de todos los géneros y la opinión comprometida de siempre.
   Si los oyentes llegan a mezclar sus gustos entre Beethoven, Pichetto, Grieg, Macri, Mozart, Zannini, Carrió, Chopin, D’Elía, Pavarotti, Bonadío, María Callas y Mendelshonn no será una “ilusión acústica”, sino el formato de “Síganme los buenos” para estos casos que sea necesario apartarse de la acostumbrada rutina.
   Agradecemos la paciencia y la comprensión de la fiel audiencia y de nuestros leales auspiciantes.
Gonio Ferrari y equipo de SLB

25 de marzo de 2018

UN ANIVERSARIO DE 44 AÑOS Y NO DE 42 - EL PIROPO CALLEJERO ¿A UN PASO DE SER "ACOSO"? - CUESTIONAN A LA EVENTUAL REEMPLAZANTE DE GILS CARBÓ - MEGACAUSA Y ANTICORRUPCIÓN - LOS PERIODISTAS, EL TERRORISMO DE ESTADO Y LA DICTADURA - LA BASURA REBELDE INTENTANDO QUEDARSE - ZANNINI Y D'ELIA EN LIBERTAD, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” emitido en dúplex por AM580 y FM88.5 de Radio Universidad de Córdoba, el domingo 25/03/18
 LEJANO Y RUIN 24 DE  MARZO
DEL ’76 Y EL TERRORISMO DE
ESTADO QUE NACIÓ EN EL ‘74
 
   Parece mentira ya pasaron 42 años desde aquella noche que un grupo de pretendidos iluminados, con la mortal prepotencia de las armas interrumpió la legitimidad de un gobierno que pese a sus carencias y errores era el resultado de un alicaído proceso democrático.
   Fue el día inaugural de aquellos años de miedo, de terror, de terror a dos puntas como a dos puntas fueron el secuestro, la tortura y la muerte sin que esto de ninguna manera sea plantear o sustentar la teoría de los dos demonios sino la honesta y sincera enunciación de la realidad.
   Las enormes ventajas aprovechadas por el terrorismo de estado que en honor a la verdad nació allá por 1974 de la mano del funesto Lopez Rega con el silencio de Isabel Perón y sus seguidores, terminaron con una o dos generaciones de argentinos, románticos e ilusos patriotas para unos y guerrilleros o subversivos para otros.
   La masacre es la masacre.
   Los muertos y asesinados son asesinados y muertos cualquiera haya sido su forma de pensar.
   Fue un precio demasiado elevado para darnos cuenta que la purificación por la sangre es una irremediable forma de violencia que a nada conduce, salvo a la desintegración social y a la destrucción del país.
   Es cierto eso de no perder la memoria porque es lo que teóricamente impide reiterar los errores del pasado, siempre y cuando sea una memoria total, sin negaciones, escondrijos ni manipulaciones de la historia.
   Hace tiempo se dijo que había llegado la hora de la recuperación nacional y sin embargo subsisten los viejos odios y aquellas heridas que muchos se empeñan en no dejar que cicatricen. Los argentinos que amamos a esta Patria, nuestra Patria, estamos convencidos que la justicia es necesaria, tan necesaria como inútiles son la revancha y la venganza. Nadie pretende el olvido siempre y cuando aquel ejercicio de la memoria sirva para unirnos y no para ahondar el odio y el desencuentro.
   A mí no me la contaron.
   Han pasado tantos años que me parece que merecemos ser felices incluso nosotros, los que hemos vivido el espanto, aquel espanto que ahora muchos improvisados tocadores de oído que desde su ignorancia o fanatismo pretenden reflejar sin ponerse colorados. Fueron 42 años o mejor 44 y algo más en la búsqueda de la verdad, una lucha que se hizo y aún se hace con el enorme componente político de ideologías, tan enfrentadas igual que en aquellos tiempos.
   No digo que sea necesario aquietar las pasiones porque sería pretender un arco iris en blanco y negro.
   Pero si, dentro de lo posible y para alcanzar la paz integral que tanto necesitamos, es imperioso recuperar el camino del respeto y la grandeza de pensamientos sin mezquindades ni autoritarismos, pero sobre todo dejando que la justicia haga lo suyo y la memoria no circule en una sola dirección.
   Porque la memoria parcial, bien lo sabemos, es una manera perversa y despreciable de encubrir mentiras.
  Y jamás olvidemos, bien vale repetirlo una vez más, que el terrorismo de Estado no se inició en 1976 sino que los argentinos lo empezamos a padecer durante los gobiernos de Perón y de su tercera esposa, en la primera parte de la década del 70.
   Es una porción de nuestro drama.
   Y es parte de la historia.


LOS LEGISLADORES YA SON MAYORCITOS
COMO PARA COMETER ACTOS INFANTILES
  --¡Me dijo potra!
   --¡Me dijo que me partiría como a un queso!
   --¡Me dijo que en medio turno nos matamos!
   --¡Me dijo Mami amamántame!
   --¡Me dijo torturadora del bidé!
   --¡Me dijo juguemos al teto!
  
   ¿Imagina alguien la cara que pondría el policía de la esquina (cuando lo hay) en el momento de recibir una “denuncia” como cualquiera de esas?
   Realmente hay que estar muy al garete para intentar que un Congreso Nacional con otras preocupaciones y urgencias mayores como lo es el nuestro, gaste tiempo y capital político para debatir una cuestión tan liviana como lo es intentar que la ley regule ciertos comportamientos mayormente masculinos que afectan al pudor de ellas, aunque casos hay en que son ellas las piropeadoras con expresiones tan lascivas como ¡qué ojazos!” o “espero que tu mujer no sea celosa” o ya subiendo el tono y la imaginación “¡qué tabla de lavar!” o “¡qué paquete de café…!”
   Porque el problema no son el texto de lo que se elabore ni el articulado que incluya las penalidades para quienes una vez comprobada la comisión del hecho y haber enfrentado a un Tribunal, reciban la condena respectiva.
   Carece también de relevancia la “cantada” sospecha que esto salta a la luz como una nueva cortina de humo que desvíe la atención de la gente para que deje de preocuparse por pavadas como la inflación, la desocupación, las importaciones o la suba del dólar, de la nafta, de los precios de los comestibles, de los medicamentos y de los servicios.
   Las feministas que no se contentaron con su actitud frente al debate sobre el aborto, ya enarbolan una nueva bandera de “sumisión al macho” amenazándolo con hacerle tronar el escarmiento y romperle sus partes pudendas, cuando osen ensalzar bellezas femeninas apelando a un lenguaje que no sea el que se aplica en la diplomacia, en Versalles o en las religiones.
   Lo más gracioso de todo es que la mayoría de las “ellas” por citar sólo un ejemplo, jamás dejarían de pasar por una esquina céntrica dominada por hombres a quienes ya a la distancia identifican como posibles ofensores, porque el piropo es muchas veces una caricia para el alma en cuanto a las bonitas, y una inyección de autoestima para las menos agraciadas. Ergo, el piropo es valioso e imprescindible.
   Frente a una ley incuestionablemente inaplicable por su propio espíritu y por lo inoportuno de su aparición en la escena nacional, lo mejor es tomarlo con la liviandad que merece, sin entrar en consideraciones técnicas o jurídicas que hablen de derechos, de obligaciones o de conductas porque son otras las urgencias que apremian a los argentinos.
   Para colmo el legalizado engendro tendría su origen en Córdoba, donde el paso del tiempo no ha logrado eclipsar la graciosa figura de Fernando Albiero Bertapelle, “Jardín Florido” para los memoriosos, quien hizo del requiebro una religión urbana a la que los apóstatas de siempre le faltaron el respeto convalidando un injusto olvido. Uno de los hechos lamentables fue que la autora de hermosas mayólicas con la figura de Bertapelle, doña Nélida Baraldi, no encuentra el destino que tuviera una de esas obras, que en nombre del entonces intendente Giacomino retiró de su hogar-taller gente de Ceremonial de aquella administración y “nunca más se supo”.
   Además como si hicieran falta maledicencias, hicieron escuchar su desaprobación a la figura y la memoria de “Jardín Florido” algunas damas que lo consideraron una especie de “adelantado” en acosos, como si el veterano vecino de Alta Córdoba hubiera aplicado vocabulario inconveniente para sus piropos.
   El mecanismo de la consideración del anteproyecto de ley de censura a la lisonja o adulación, como le quieran llamar, ya está en movimiento y ha generado el debate popular con una enorme mayoría que asume el tema como una afrenta a la inteligencia de la gente por el hecho de marginar con tan infantil y desubicado motivo, la consideración de otros proyectos que demandan urgente atención.
   Prohibir o “regular” los piropos no nos cambiará la vida ni nos hará más buenos o peores de lo que somos.
   Simple y lamentablemente, le mostraremos al mundo que en Argentina hay legisladores con suficiente tiempo libre como para malgastarlo tan penosamente y con absoluta impunidad, en nombre de la democracia... o del feminismo.
   Y eso si que es imperdonable.

HACIA UNA NUEVA PROCURADORA
   El presidente Mauricio Macri comentó que propondrá para la Procuradoría General de la Nación, en reemplazo de la jubilada Gils Carbó, a la Dra. Inés Weimberg de Roca, integrante del tribunal superior de la ciudad autónoma de Buenos Aires y supuestamente, si de política hablamos, del “palo” del jefe del Estado.
   Es increíble el poder de rechazo que tienen algunos sectores de la sociedad cuando se trata de considerar conductas o antecedentes de cualquier candidato, porque en lugar de cuestionar, por ejemplo, la idoneidad funcional, la calidad profesional, sus antecedentes financieros o cualquier otro rasgo de su personalidad, se las toman con la familia o con los amigos del candidato o de la candidata.
   Como si la conducta de algún familiar fuera un válido antecedente, se han escuchado voces y opiniones que descalifican o al menos pretenden hacerlo, a la Dra. Weimberg de Roca por estar casada  con un ex  diplomático a quien le tocó ser embajador de las dos últimas dictaduras: Eduardo Roca.
    Ocupó esas importantes funciones ante la OEA en 1966 y representando a nuestro país ante el gobierno de los EE.UU. y más tarde, en 1982 ante la Organización de las Naciones Unidas
   Hay actitudes que se descalifican por sí solas, porque el hecho -y quiero poner un ejemplo que no es ofensa ni mucho menos pero que es penosamente real- que tal persona sea gay, no obliga a que su hermano, su tío o su sobrino también lo sean.
   Es como cuando vemos a un borracho en la calle, promoviendo escándalo, y demos por sentado que toda su familia está inclinada al exceso etílico.
   En ese sentido los argentinos seguimos con esa malsana costumbre de condenar al prójimo por su portación de apellido o de parentesco.
   Porque hay otras maneras de calificar, pero suelen ser complicadas y no al gusto de quien pretende embarrar conductas ajenas.

MEGACAUSA Y ANTICORRUPCIÓN
   En el inicio del año Judicial la Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba anunció la puesta en marcha del “Observatorio de Causas Anticorrupción y de Interés Público”. Es de esperar que este Organismo  tome a su cargo lo que el frustrado Fuero Anticorrupción dejó pendiente. 
    Si de “observar” hablamos, se me ocurre desde ya una tarea: En la causa del Registro de la Propiedad se plantea una contradictoria dualidad cuando se advierte que los  acusados por millonarias estafas son ciudadanos comunes sin fortuna, mientras que altos funcionarios con abultados patrimonios alcanzados en los últimos años, no son ni siquiera citados.
   Cuando se analiza que la mayoría de los imputados no ocupaba puestos de jerarquía que posibilitara los negocios endilgados, se advierte que los que manejaban el poder y la información están libres de cualquier sospecha. Cuando se percibe  que el grueso de los juzgados ni siquiera han sido acusados, mientras los funcionarios expresamente señalados por los testigos jamás han pasado por  Tribunales.  
   Y finalmente, cuando se reflexiona que los primeros, son condenados argumentando la íntima convicción de una comisión especial de jueces, y que con la misma íntima convicción  absuelve o  sobresee a los segundos.  
   Algo no  concuerda con lo proclamado en la Constitución.  
   Vaya que es necesario observar, y leer, y pensar, y razonar, y todo lo que sea necesario, para que las decisiones y los fallos en esta causa no se ajusten a la cara ni al nombre del cliente, sino a lo que estrictamente manda la ley.

NOSOTROS LOS PERIODISTAS Y LA DICTADURA   
   En estos últimos años la sociedad cordobesa y con expectativas más allá del ámbito nacional, asistió al juzgamiento y duras condenas a varios militares e integrantes de otras fuerzas de seguridad acusados por delitos aberrantes perpetrados durante la década del ’70.
   Naturalmente no estuvieron solos y como siempre, contaron con la complicidad de civiles amigos, seguidores, soplones y no hay que negarlo, la cercanía de algunos personajes vinculados con los medios de comunicación.
   Buena parte de la Iglesia colaboró con su silencio.
   Buena parte de la comunidad aportó su cuota de miedo.
   Algunos sectores políticos mostraban indiferencia.
   Las empresas periodísticas acataban sin chistar el manual de estilo, la censura y los aprietes telefónicos que les imponían los militares.
   Si hasta prohibieron una historieta: Lindor Covas, un gaucho matrero, mujeriego y enemigo de la autoridad.
   Le hicieron cambiar el nombre artístico al Soldado Chamamé porque se sentían ridiculizados y ofendidos.
   Alberto Olmedo no pudo hacer más el Capitán Piluso, porque desde la cúpula gubernamental sostenían que un militar no podía andar armado con una gomera.
   Los periodistas debíamos caminar entre las dos veredas, apretados por ambas: nos tocaba ir a retirar los “partes de guerra” que dejaban montoneros, erpianos y otros en los baños de algunos bares o bajo el banco de cualquier plaza, como asimismo asistir a las conferencias de prensa que ofrecían autoridades del ejército o de otras fuerzas de seguridad. Desde ambos bandos -aunque no lo dijeran- seguramente estábamos sospechados de trabajar “para los enemigos”.
   Escribíamos a conciencia lo que veíamos, pero después en muchos casos se publicaba otra cosa.
   Y cuando aparecían las listas negras de distintos orígenes, algunas reales y otras fabricadas maliciosamente, estábamos allí  los periodistas y no los empresarios de los medios de comunicación, para muchos de los cuales éramos solamente un número de legajo y un sobre a fin de mes.
  Y ante los dictadores, una moneda de cambio que asegurara su impunidad y su prosperidad.
  La tarea de investigar la actuación de los medios periodísticos durante los oscuros tiempos del desprecio, aunque sepa que es un sector poderoso, es una deuda pendiente que ahora, hoy, la Justicia tiene con la sociedad y aquellos medios o mejor dicho sus dirigentes de entonces, la obligación de la autocrítica..
   Muchos de esos medios que claudicaron y agacharon la cabeza sin pudor, ahora son leones lo mismo que los “descolgadores de cuadros” que con gran sentido del oportunismo supieron aprovechar el ocaso militar.
   Claro.
   Ya no había riesgos, no tenían fierros y tampoco soldados.
   Muchos exponentes de eso que ahora llaman moderno periodismo y “periodismo militante” -direccionado hacia un solo objetivo que curiosamente no es la objetividad- pretenden actualmente y tocando de oído, enseñarnos cómo se vivían aquellos tiempos dentro de nuestra profesión y para colmo con cierta desfachatez de juzgarnos con rigor, sin testimonios válidos y sin el pudor del respeto.
   Los periodistas de aquellos tiempos, de los cuales no somos tantos los sobrevivientes por eso de la edad entre otras cosas, tenemos la tranquilidad de conciencia como para enfrentar a los imberbes que pretenden hacernos digerir una historia que inventaron, víctimas de su propia ideología al servicio de la que trabajan y divulgan.
   ¿Será por eso, entre otras cosas, que al sostener que el terrorismo de estado nació durante un democrático gobierno peronista, la Unicameral del cordobesismo haya cancelado un encuentro público con la gente, que nos tenía como expositores a un par de periodistas que vivimos todo aquello y nadie nos lo contó?
   Es para ser mal pensado, porque así es la realidad.

BASURA REBELDE QUE QUIERE QUEDARSE

   Así como los empresarios de nuestro deficiente transporte urbano se hacen los osos con el estrepitoso mal servicio que prestan hasta que llegue el día de la consagración de un nuevo aumento del boleto, casi lo mismo se me ocurre que está pasando con la recolección de residuos domiciliarios en la ciudad.
   No es una apreciación caprichosa y basta con recorrer tanto el centro como cualquier barrio, a la hora que a usted se le antoje, para encontrarse con ese insalubre paisaje de la basura desparramada después de la indiferencia de los hombres y la famélica costumbre de tantos perros que andan sueltos.
   El servicio de la basura se ha venido deteriorando porque los empresarios responsables de esa operativa hacen lo mismo que sus colegas de las empresas de ómnibus: degradar las prestaciones para hacerlas rentables, hasta que el poder concedente afloje a esas presiones e instituya una nueva afrenta a los cordobeses.
   O mejor dicho dos injurias, porque una es el transporte de pasajeros que cada día se hace más deficiente porque sus responsables regulan las frecuencias para hacer rentable el negocio, y la otra porque los concesionarios de la prestación aguardan el seguro reajuste que les posibilite seguir embolsando fortunas con el menor esfuerzo y la dedicación a los vecinos, obligados sostenes de ambos negocios sólo beneficiosos para sus empresarios.
   Se están negociando seguramente en materia de recolección de residuos las renovaciones de contratos, sumas mediante que de solo verlas asustan por lo abultadas, pese a lo deplorable del cometido que no cumplen.
   Y con el transporte ocurre otro tanto: tenemos por lejos el transporte urbano más caro del país, que por lo general mucho dista de ser al menos correcto.
   Ya cambiarán las cosas por un tiempito, cuando se establezcan y se suscriban los nuevos contratos de la basura por montos exorbitantes y suficientes para que Cotrequito haga otro video bailando de felicidad mientras miente por obediencia debida, que el servicio es correcto.
   En el transporte aumentarán dos o tres frecuencias como para calmar a los más exaltados y frustrados pasajeros, hasta que los chicos malos de la UTA adviertan que los de la FETAP la embolsan desmedidamente y tomen de rehenes a los pasajeros para apoyar sus caprichos.
   Y la rueda seguirá girando, porque esta es la historia sin fin, que ya la hemos padecido.

ZANNINI Y D’ELÍA EN LIBERTAD Y LA PROVOCACIÓN
   Por esos insondables misterios y vericuetos que encierra la aplicación de la Justicia en nuestro país, que por allí proteje más al delincuente que al ciudadano honesto entre tantas otras particularidades, ya están libres aunque no de culpa y cargo dos personajes nacionales & populares de los últimos y tortuosos tiempos de nuestra historia reciente.
   Uno, el que aspiraba a suceder al bueno de Aimée Boudou y el otro, que pretendía llegar a la presidencia del país partiendo desde su base política e ideológica de prepotencia, alimentada en su momento desde el poder para hacer el trabajo de zapa al actual gobierno nacional.
   Los dos de la mano, Zannini y D’Elia dejaron los barrotes y tomaron el camino de la libertad al menos momentánea porque no se han detenido las causas en las que están involucrados.
   Zannini, al menos es lo que me pareció advertir, optó por una medida exposición pública, limitándose a las congratulaciones de sus seguidores entre los que estaban familiares de la ex Sra. Presidenta y otros personajes, mientras que D’Elía, fiel a sus principios patoteros, no perdió oportunidad de encarar a todo micrófono o cámara de TV que se le arrimara para reiterar su patético estilo de prometedor de calamidades y de incitador a la violencia para la toma del poder.
   En suma, dos libertades que a sus beneficiarios mucho  agradan porque debe ser complicado eso de ver cada mañana el sol apresado por los mismos cuadritos.
   Pero lo más importante de la situación, es que pese a todo es para tomar conciencia que la Justicia todavía existe para todos… y todas y que las causas no se detienen y llegarán hasta el momento de la culpabilidad o la inocencia.

   Pero siempre, a la sombra de esa señora con los ojos vendados que a veces sabe ver pese a eso, con lo que está asegurada esa enorme ventaja que por sobre el autoritarismo y la prepotencia, todavía se respira en ese aspecto el saludable aire de la democracia.

23 de marzo de 2018

Derrape feminista: el piropo como delito ----------

LOS LEGISLADORES YA SON MAYORCITOS
COMO PARA COMETER ACTOS INFANTILES
   --¡Me dijo potra!
   --¡Me dijo que me partiría como a un queso!
   --¡Me dijo que en medio turno nos matamos!
   --¡Me dijo Mami amamántame!
   --¡Me dijo torturadora del bidé!
   --¡Me dijo juguemos al teto!
   ¿Imagina alguien la cara que pondría el policía de la esquina (cuando lo hay) en el momento de recibir una “denuncia” como cualquiera de esas?
   Realmente hay que estar muy al garete para intentar que un Congreso Nacional con otras preocupaciones y urgencias mayores como lo es el nuestro, gaste tiempo y capital político para debatir una cuestión tan liviana como lo es intentar que la ley regule ciertos comportamientos mayormente masculinos que afectan al pudor de ellas, aunque casos hay en que son ellas las piropeadoras con expresiones tan lascivas como ¡qué ojazos!” o “espero que tu mujer no sea celosa” o ya subiendo el tono y la imaginación “¡qué tabla de lavar!” o “¡qué paquete de café…!”
   Porque el problema no son el texto de lo que se elabore ni el articulado que incluya las penalidades para quienes una vez comprobada la comisión del hecho y haber enfrentado a un Tribunal, reciban la condena respectiva.
   Carece también de relevancia la “cantada” sospecha que esto salta a la luz como una nueva cortina de humo que desvíe la atención de la gente para que deje de preocuparse por pavadas como la inflación, la desocupación, las importaciones o la suba del dólar, de la nafta, de los precios de los comestibles, de los medicamentos y de los servicios.
   Las feministas que no se contentaron con su actitud frente al debate sobre el aborto, ya enarbolan una nueva bandera de “sumisión al macho” amenazándolo con hacerle tronar el escarmiento y romperle sus partes pudendas, cuando osen ensalzar bellezas femeninas apelando a un lenguaje que no sea el que se aplica en la diplomacia, en Versalles o en las religiones.
   Lo más gracioso de todo es que la mayoría de las “ellas” por citar sólo un ejemplo, jamás dejarían de pasar por una esquina céntrica dominada por hombres a quienes ya a la distancia identifican como posibles ofensores, porque el piropo es muchas veces una caricia para el alma en cuanto a las bonitas, y una inyección de autoestima para las menos agraciadas. Ergo, el piropo es valioso e imprescindible.
   Frente a una ley incuestionablemente inaplicable por su propio espíritu y por lo inoportuno de su aparición en la escena nacional, lo mejor es tomarlo con la liviandad que merece, sin entrar en consideraciones técnicas o jurídicas que hablen de derechos, de obligaciones o de conductas porque son otras las urgencias que apremian a los argentinos.
   Para colmo el legalizado engendro tendría su origen en Córdoba, donde el paso del tiempo no ha logrado eclipsar la graciosa figura de Fernando Albiero Bertapelle, “Jardín Florido” para los memoriosos, quien hizo del requiebro una religión urbana a la que los apóstatas de siempre le faltaron el respeto convalidando un injusto olvido. Uno de los hechos lamentables fue que la autora de hermosas mayólicas con la figura de Bertapelle, doña Nélida Baraldi, no encuentra el destino que tuviera una de esas obras, que en nombre del entonces intendente Giacomino retiró de su hogar-taller gente de Ceremonial de aquella administración y “nunca más se supo”.
   Además como si hicieran falta maledicencias, hicieron escuchar su desaprobación a la figura y la memoria de “Jardín Florido” algunas damas que lo consideraron una especie de “adelantado” en acosos, como si el veterano vecino de Alta Córdoba hubiera aplicado vocabulario inconveniente para sus piropos.
   El mecanismo de la consideración del anteproyecto de ley de censura a la lisonja o adulación, como le quieran llamar, ya está en movimiento y ha generado el debate popular con una enorme mayoría que asume el tema como una afrenta a la inteligencia de la gente por el hecho de marginar con tan infantil y desubicado motivo, la consideración de otros proyectos que demandan urgente atención.
   Prohibir o “regular” los piropos no nos cambiará la vida ni nos hará más buenos o peores de lo que somos.
   Simple y lamentablemente, le mostraremos al mundo que en Argentina hay legisladores con suficiente tiempo libre como para malgastarlo tan penosamente y con absoluta impunidad, en nombre de la democracia... o del feminismo.
   Y eso si que es imperdonable.
Gonio Ferrari

21 de marzo de 2018

Con nosotros, el otoño ---------


LA PUERTA MÁS CERCANA
QUE  TIENE LA PRIMAVERA
 

   Existe entre nosotros la percudida costumbre de jugar con la sinonimia de emparentar al otoño con las hojas secas, crujientes y amarillentas hermanadas con los días nublados, la decadencia del calor y el asomarse los primeros fríos, a la vez que comienzan a meterse entre las solapas los ahora casi escondidos pechos de ellas.
   Es probable que ante un derroche de ese sentimiento caído casi al desván de los desusos que es un exceso de romanticismo, se opte por hablar de los tiempos de nostalgias, de los colores apagados, del verde que cede espacio y luminosidad frente a otros pálidos matices y de las nubes que jugando a las escondidas entre ellas, dibujan imágenes alucinantes.
   Si pensamos con inteligencia, nada tan saludable y natural como es asumir al otoño con el ánimo de cambio en varios aspectos, sin pensar en el clima que comienza a enojarnos con su rigor de avasallar al calor, porque el otoño más que una nueva estación es un tramo que cada año retomamos gozándolo con el alma, más que con los ojos.
   Es la frescura que nos empieza a preparar para afrontar la helada prepotencia del invierno.
   Los ocres en el aire nos vienen indicando la inminencia de algo nuevo aunque una vez al año se reitere, mientras nos alejan de la voluptuosa fosforescencia del verano ya muerto pero con la alegría de percibir a la primavera cada día que pasa, menos lejana.
   Por eso la transición del otoño tiene la magia de la nostalgia que dejamos y de la esperanza que ella viene hacia nosotros con su promesa de flores, de renovados aires, de amores incipientes, como si eso, el amor, solo fuera un privilegio que se vive y madura entre septiembre y marzo.
   Eso, para los que no saben ni conocen la ternura de enamorarse en el otoño del calendario, ni en el otoño de la vida.
   Porque para vivir el amor no hacen falta los almanaques ni las estaciones.
   Solo basta con que al reloj de arena que llevamos en el alma, lo pongamos horizontal.
   Haga usted la prueba, y seguramente se acordará de mí.
   Y verá que el alma, el espíritu y el corazón, no llevan la cuenta de los días que pasan.
   Y tampoco de los otoños, que han ido quedando atrás.
   Porque el alma, el espíritu y el corazón, prefieren mirar hacia adelante, en nuestra permanente y atávica búsqueda de la felicidad.
   Ese es el ansiado estado ideal, para muchos utópico.
   Ya le abrimos las puertas al maravilloso otoño cordobés, con la esperanza de ir viendo crecer el esplendor del cielo, la pureza del aire y un resurgimiento de esa poesía que es pisar hojas secas, o sentir en la cara una brisa que dejó de ser molesta y agobiante.
   Nuestro otoño es único en el paisaje, en los árboles, en el aire y en el cielo.
   Hagamos entonces que el otoño de la vida sea igual de placentero, un regalo que nos debemos hacer no tanto por merecerlo, sino por tener la inmensa dicha de gozarlo.
   Con sufrimientos o no, con riquezas o no, con amores o no, con penas o no, con ausencias o no aunque sí con lo más trascendente: con la maravilla de saber que estamos vivos al menos por un otoño más y camino a la no tan distante primavera…
Gonio Ferrari

18 de marzo de 2018

S.L.B.: CRISTÓBAL LÓPEZ, CONTROVERTIDA LIBERTAD - ESCUELAS PÍAS, RIGOR E INTOLERANCIA - LA UNICAMERAL NO QUIERE MEMORIA PERIODÍSTICA - NUEVO "BOLETAZO" EN EL TRANSPORTE URBANO - LA MEGACAUSA Y EL JUEGO DE LOS “INTENTOS” - OBRA SOCIAL DE PRENSA EN ESTADO CRÍTICO - LA "BATICUEVA" DEL CARBÓ, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 18/03/18 emitido en dúplex por AM580 y 88.5FM ambas de Radio Universidad de Córdoba.
CRISTÓBAL  LÓPEZ Y LA DUDA DE SER  SÓLO
UN DEUDOR MÁS, O DELINCUENTE LIBERADO
   Miles de acostumbrados a deberle a medio mundo en compras, impuestos u otras obligaciones contraídas siguen insistiendo en que por la legislación de nuestro país “no existe prisión por deudas” y por esa razón practican el viejo y percudido estilo de esperar la moratoria en lugar de honrar en término los compromisos asumidos.
   Pocas palabras para hablar de la liberación del bueno de Cristóbal López, uno de los emblemas del saqueo en años recientes, porque en verdad sin conocer íntegramente las causas en las que aparece involucrado, sería temerario no sólo juzgarlo porque equivaldría a invadir terrenos ajenos, pero al menos apresurado porque sigue actuando la Justicia, en la que pese a todo hay que confiar.
   Toda la información que circuló alrededor de las propiedades e inversiones de López permite al menos colocarlo en el rincón de las sospechas, especialmente por el corto tiempo en el que llegó a consolidar una fortuna virtualmente incalculable y en gran medida inexplicable de no mediar maniobras al margen de las leyes.
   La situación de ese emprendedor personaje debiera ser tomada como un llamado de atención a la dirigencia sindical, entre otros sectores y ya les comento por qué.
   Dejando de lado momentáneamente la situación puntual de López, el hecho de retener por vía sindical los aportes de trabajadores y no depositarlos en el lugar que corresponde, puede llegar a ser tomado como una deuda; un atraso en el pago; una demora administrativa y a los responsables los calificaría como deudores.
   Pero cuando esos fondos de la gente se aplican a otros destinos como la compra de propiedades, empresas, moneda extranjera, acciones negociables o vehículos de alta gama, el tema ya pasa a ser -se me ocurre y es probable que pueda estar equivocado- un delito de pe a pa, sin atenuantes ni coartadas.
   Y por ciertas vinculaciones de Cristóbal, no sería alocado pensar en la cristiana inventiva franciscosa, casi hermanada con el mercantilizado estilo de nuestros máximos dirigentes gremiales, tan golosos con el dinero de los trabajadores.
   Lo peor de todo es que asoman hechos como si hubieran sido estructurados para potenciar a una oposición atomizada, con personajes que se consideran imprescindibles aunque no encuentren un rumbo coherente.
   No son momentos para malas artes, y menos aún en el tema de las deudas.

LAS ESCUELAS PÍAS Y LA INTOLERANCIA
 
   El tema no es para entrar en polémicas nacionales ni establecerlo como bisagra de alguna situación, porque se limita a la simpleza de una expresión de rebeldía juvenil por una parte y por la otra, el prusiano rigor de un reglamento escolar más cercano al autoritarismo que a los tiempos que corren.
   La niña de 13 años se subió al tranvía de su propia y desenfadada edad donde todo es dulce y en algunos casos incluyendo al dolor, y en un arranque de audacia entendible se pintó de azul el pelo por una razón que bien puede considerarse atendible: simplemente porque le gustaba y la incorporaba al mundillo de la moda que a su placer elaboran todos los humanos en la más tierna etapa de la vida.
   Llegó a su escuela de siempre cargada de expectativas de recién comenzar la aventura anual de las aulas, pero no pudo entrar porque debía haber respetado el reglamento interno que le prohibía colorearse la cabeza y lo único permitido era el tono natural, como si las o los docentes, sean o no miembros del clero, jamás se la tiñeran.
   Primer impacto que los padres de la niña tomaron serenamente como lógico, ya que en su momento habian suscripto la conformidad con el ordenamiento interno de las Escuelas Pías. A lo mejor la niña no lo tomó de igual manera, firme en su convicción contestataria a la que todos, alguna vez, hemos rendido apasionado culto más allá del paso del tiempo y del peso de los años.
   Seguramente la madurez de sus mayores le impuso a la niña la conveniencia de recapacitar, evaluar, apelar a la lógica y volver atrás abandonando hasta tiempos más propicios su sediciosa e iniciática vocación por el motín, tan cargada de joven firmeza como de inmadurez e inocencia.
   Entonces al día siguiente restituyó a su pelo el color original, ese color que la acompañaba desde que nació y que no alteró a lo largo de una década de asistencia al mismo colegio, donde consolidó compañerismo y cariño con tantas niñas iguales a ella.
   Quienes entendemos a los adolescentes sin necesidad de compartir lo que para muchos mayores, son caprichos pero en realidad representan un precoz alzamiento, vemos que siempre hay para ellos una segunda instancia en sus actitudes de lo que podemos llamar un incruento enfrentamiento generacional.
   Por eso al día siguiente, con el pelito del color de antes, intentó sortear el control de acceso segura de estar cumpliendo con ese anticuado reglamento que en los hechos, representa un exceso si de imponer disciplina se trata, porque eso mejor se alcanza no tan sólo con el rigor sino con el diálogo, la comprensión, la tolerancia recíproca, el respeto y la contención tanto de la escuela como de la familia.
   Se había pelado casi con la cero, un costado de esa cabecita llena de soles, proyectos, colores y mariposas.
   Y tampoco la dejaron entrar, comenzó un novelón tan trivial como estéril que no llevó a ningún destino deseado ni por la niña, sus padres o la propia escuela expulsiva, de la manifiesta rebeldía despojada de maldad por la que persistían tanto las diferencias como la intransigencia de ambas partes.
   Pero el daño a la disciplina y a la buena conducta que se quisieron evitar, consolidaron de manera brutal lo contrario, para una personita de 13 años, como lo es condenarla a una isla rodeada de desconocidos, abandonando afectos cosechados, no a lo largo, sino en tan poco tiempo de vida.
   Sus padres no tuvieron otro camino que cambiarla de colegio, porque la víctima -posiblemente la menos escuchada a la hora de las gestiones de ambas partes- ya había bebido en pocas horas el amargo sabor del rechazo y la certeza del cristal de su inocencia, ultrajado por un exceso casi despótico de meterse en la sacra privacidad de una niña, que en homenaje a su libertad, no debe rendir cuentas a nadie si le gusta la melena larga, el flequillo, los rulos o lucir pelada.
   Ya está.
   Ya pasó…
   No devaluemos la inteligencia ajena, pensando como disculpa que los reglamentos están hechos para cumplirse, más aún por parte de quienes los aceptan en su momento.
   La fragilidad de una criatura con pensamiento propio y en un marco de intolerancia, fue manoseada y tironeada como a una presa indefensa.
   Y ella, me juego la cabeza que es así, no lo merece…

FRUSTRADA INICIATIVA TESTIMONIAL
   Ocurre a veces que la honestidad y la franqueza profesional actúan en contra de quienes las practican y empuja a ciertas actitudes gubernamentales que, pensando finito, rozan la deplorable práctica de la censura previa en uno de sus costados más burdos que es el de los pretextos insostenibles por lo infantiles.
   En la Unicameral del cordobesismo surgió la interesante iniciativa de realizar actividades alusivas a un nuevo aniversario del golpe de aquel aciago 24 de marzo del ’76, que entre otras cosas contemplaba la habilitación de una muestra fotográfica con imágenes de entonces y la participación de periodistas que tuvimos a cargo la cobertura de todo lo acontecido en aquellos tiempos del desprecio por la vida, del secuestro, de la tortura, de la capucha, las ejecuciones y la desaparición.
   Y al sostener que casi lo mismo ocurrió tanto en una vereda como en la otra, lejos de un intento por aludir a la teoría de los dos demonios sino como un homenaje a la Justicia y a la memoria, vale aclarar que al menos en mi caso personal valoro la vida sin colores ni banderías políticas o ideológicas, repudiando al terrorismo de Estado por su consagrada impunidad y reconociendo por vivencias y no por chismes, que fueron tan criminales los que vestían uniforme como aquellos a los que se  consideraba románticos y patrióticos luchadores populares.
   No es necesario abundar al respecto en mayores consideraciones porque la historia y la memoria son los mejores jueces.
   El tema es que invitados a una charla previa para ajustar detalles de esa actividad que se realizaría en  la sala Regino Maders de la vieja Legislatura en cuyo frente y sobre la peatonal se montaría la muestra gráfica y documental, se acordaron tanto el lugar como la fecha y el horario generándose una interesante conversación mechada con recuerdos y nostalgias de aquellos años de plomo.
   En homenaje a la verdad los periodistas allí presentes y ante dirigentes políticos de la casa, coincidimos que en realidad el terrorismo de Estado nació allá por el ’74 con la impune actuación de las tres “A” de López Rega, en pleno gobierno democrático con el Partido Justicialista en el poder y a eso no me lo contaron, no toco de oído sino que me tocó vivirlo.
   Y no es gorilismo: es historia.
   O sea, el mismo signo político que desde casi un par de décadas atrás viene gobernando en la provincia de Córdoba, con mayoría en la Unicameral.   
   Todos muy entusiasmados con integrar una mesa pública y sin restricciones para un ejercicio de la memoria, que es en definitiva, precisamente, el lápiz de esa y de todas las historias.
   Este martes o miércoles pasado me llamaron por teléfono desde la Unicameral para avisarme que esa actividad no se haría, pretendiendo justificar tal decisión con el traslado de muchas de los actos alusivos al espacio de La Perla y que no había lugar para el encuentro que habíamos acordado.
   No es para cortarse las venas, pero bien sirve para pensar que todavía y pese a la recuperada democracia, subsisten algunos nichos de sectarismo autoritario que el cordobesismo no ha sabido o no ha podido neutralizar.
   Y eso, puedo asegurarlo, no deja de ser penoso.

EL NUEVO “BOLETAZO” ESTABA CANTADO
   Cuando unas pocas semanas atrás evaluábamos la pésima calidad del servicio de transporte urbano en la ciudad de Córdoba, sosteníamos que como siempre, se trataba de una maniobra urdida y ejecutada por el sector empresario para presionar al poder concedente que es la municipalidad, a un nuevo ajuste en el precio del boleto actualmente cotizado al doble que el que se aplica en la capital federal, con la diferencia que allá es un servicio ejemplar y entre nosotros, decir que llega a la categoría de lamentable, es un acto de generosidad.
   Así son las cosas, con la reiterada pretensión de la FETAP de llevar el precio del viaje a más de 17 pesos, verdadero robo a los usuarios que históricamente continúan siendo rehenes de los caprichos ora de las empresas, ora del gremio de los choferes cuando se les antoja reclamar ajustes de sus salarios, transformando sus demandas en batallas de una guerra no declarada entre trabajadores, porque el daño que reciben los que necesitan del vital servicio, no hace mella en la conciencia de quienes lo perpetran con dolorosa indiferencia.
   Un boleto carísimo para esperas absurdas que no están en la memoria, sus responsables hayan sufrido las penalidades que seguramente establecen los acuerdos, con lo que se consolida una enfermiza impunidad de la que son cómplices las tres patas del transporte urbano: los empresarios angurrientos que jamás pierden porque son ellos quienes regulan las frecuencias a su antojo, los dirigentes de la UTA que se asocian para su demanda paralela con cada reajuste tarifario y la Municipalidad que mira hacia otro lado cuando cuenta con elementos legales como para poner las cosas en orden e impedir que los pasajeros, auténticos sostenedores de un servicio perverso y ciclotímico, sean los eternos perjudicados.
   La cláusula que entiendo está vigente para los aumentos automáticos, no deja también de ser una afrenta a la realidad, porque perjudica a los más humildes que deben resignarse a ver y padecer que el precio del viaje sube y sube, frente al estancamiento de sus salarios.
   Hacer campaña con obras en ciertos casos inoportunas puede que arrime votos a las pretensiones electorales de las autoridades, pero es más lo que resta eso de desentenderse del clamor popular y del sufrimiento de los que menos tienen.
   Y una apelación a la memoria reciente, cuando muchos de los trasnochados de la UTA “hicieron la plancha” por diez días dañando el bolsillo de miles de laburantes que perdieron beneficios por culpa de los angurrientos sindicalistas.
   Con la hipocresía que imponían las circunstancias se anunciaron y concretaron sanciones para los díscolos, que incluían cesantías con causa, pero la benevolencia aliada a la complicidad gremial-empresaria y con el vistagordismo municipal, se mataron de risa de las víctimas que habían provocado y allí están, otra vez, los que en cualquier momento y con la impunidad habitual tomarán nuevos rehenes para apoyar sus caprichos.
   Pareciera que los malos políticos olvidaran que ellos, los trabajadores y todos los vecinos humillados por el pésimo y exageradamente caro transporte y el maltrato de sus prestadores, también votan…

LA MEGACAUSA Y EL JUEGO DE LOS “INTENTOS”
   Mientras por un lado son noticia los proyectos para acortar los tiempos de los procesos judiciales, incluso contemplando sanciones, jury y remoción de cargos para los funcionarios que no cumplan con los plazos establecidos, en esta semana se informó sobre la continuidad de un juicio al único ex director del Registro de la Propiedad juzgado en el marco de la causa homónima en Córdoba.
   No es novedad que en esta causa no se ha cumplido, por parte del Poder Judicial, con ningún plazo establecido, que desde hace más de diez años se juzga repetidamente a los mismos imputados por lo mismo, que la mayoría son ciudadanos comunes que viven de su trabajo diario y que no existen altos funcionarios en el banquillo pese a haber sido denunciados.
   Pero, además, se juzga a las personas por el “intento” de apropiación de diferentes inmuebles, que nunca llegaron a sus manos, ni  les redituaron ninguna fortuna.
   Más aún, casi no existen personas o querellantes particulares que los acusen. No queda claro, entonces, cuáles son los negocios millonarios que tanto se proclaman y, más grave aún, quiénes son los responsables.
   La causa actualmente juzgada lleva el nombre de un legislador que fue sobreseído hace años quizás por entenderse que “no intentó” como se acusa a los otros.
   Es difícil comprender qué se “intenta” con esta causa largamente sostenida en el tiempo, pero sería  muy beneficioso que el Poder Judicial “intentara” ajustar los tiempos y también el derecho a lo legalmente establecido, para que de una vez se encuentre Justicia.


En el curso de esta edición de “Síganme los buenos” formuló declaraciones el Dr. Carlos Ruiz Palacios, vocal por los jubilados de la Caja de Jubilaciones y Pensiones para Abogados y Procuradores de la Provincia de Córdoba. El Dr. Ruiz Palacios se explayó acerca de las eventuales reformas que se aplicarían en el ámbito de la Justicia cordobesa con el propósito -así lo sostienen desde el poder- de dinamizar el tramiterío y abreviar los juicios, en muchos casos casi eternos. Los conceptos de la conversación que mantuvieron el Dr. Ruiz Palacios y el periodista Gonio Ferrari, pueden ser consultados en la columna de los audios, ubicada en el costado derecho de este blog.
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OBRA SOCIAL DE PRENSA, EN AGUDA CRISIS
   Supo ser un genuino orgullo, años atrás, la calidad de prestaciones de la obra social que amparaba a los trabajadores de prensa de Córdoba, con un alto nivel en cuanto a la atención a sus afiliados.
   Algo debe haber cambiado en la conducción si en la actualidad evaluamos precisamente los servicios que poco a poco se les han venido retaceando a los colegas, debido a la falta de pago a los profesionales de la salud que los atendían.
   Particulares, sanatorios, farmacias e institutos especializados han ido abandonando la grilla de prestadores primero por el retraso en las liquidaciones y luego, lisa y llanamente la negativa a atender a los aportantes, frente al incumplimiento por parte de la obra social, del pago mensual que era parte del compromiso oportunamente acordado y regido por la ley respectiva.
   Hay un caso judicializado por la negativa de la obra social a cubrir ciertos servicios y medicamentos a dos hermanitos que padecen fibrosis quística, y pese a una orden judicial, el organismo sindical habría incurrido en desacato.
   A la hora de las excusas y como lamentablemente se hizo costumbre en muchos aspectos de la vida nacional, la culpa de cualquier desastre siempre era y es de los otros, por esa maldita tendencia a eludir el sano ejercicio de la autocrítica como primer paso para enfrentar y solucionar cualquier crisis.
   Sea como fuere, parece que también habrían incidido otros errores por parte de la conducción del Cispren, sigla del Círculo Sindical de la Prensa de Córdoba, politizada e ideologizada al servicio de un sectordeterminado, que habría llevado a la Administración Federal de Ingresos Públicos, AFIP, a la intervención de la Justicia porque debido a alguna razón sin dudas fundada, dicho organismo habría planteado el cobro de obligaciones para lo cual, precisamente la Justicia, se habría visto obligada a embargar y secuestrar bienes como computadoras y otros elementos, en el, local de Obispo Trejo al 300.
   Aunque tal situación no trascendió públicamente llama la atención que la conducción gremial no haya informado acerca de lo ocurrido, que conlleva un perjuicio porque en lugar de contribuir a la recuperación de las prestaciones, esa alternativa ha empeorado el panorama sumiendo en un desamparo casi total a una importante masa de afiliados.
   Son los responsables del manejo de esa obra social quienes deben aportar, más allá de la solución a esta instancia de deterioro, las explicaciones acerca del manejo de los fondos porque si no pagaron en su momento lo que debían, es porque la administración incurrió en falencias que pueden rozar lo delictivo.
   Es ridículo que un gremio que aglutina a gente vinculada con la comunicación, persista en la práctica de un silencio abrumador, que acrecienta las sospechas de malos manejos de dineros ajenos y el perjuicio que ello ocasiona.
   Es absurdo que el gremio de prensa, en tiempos de democracia, se aferre a un mutismo tan inexplicable.

LA “BATICUEVA” DEL ALEJANDRO CARBÓ
   A esta cuestión la adelantamos en el curso de la semana, pero bien vale recordarla como homenaje a una situación más que curiosa.
   Es harto conocida la preocupación del gobierno de la provincia en su “lucha sin cuartel contra la delincuencia”, para lo cual utiliza una de sus mejores armas que es el ocultamiento de hechos gravísimos con lo que consigue suavizar las estadísticas y seguir vendiendo esa falsa y peligrosa imagen de seguridad cuando no existe.
   Pero no es la única preocupación que se abate sobre el castigado cordobesismo, ahora beneficiado con una sucesión de obras necesarias aunque algo inoportunas, salvo para vender en épocas preelectorales como anestésico de una realidad apremiada por otros severos problemas prolijamente descuidados.
   En los últimos tiempos, la cuestión de la invasión permanente de murciélagos en el Colegio Alejandro Carbó ha desnudado algo que era una certeza pero que ladinamente se escondía bajo un manto de complicidades y silencios: como siempre, los tres meses de vacaciones sirvieron para la patriótica practica del alpedismo mientras muchas escuelas seguían con agudas falencias edilicias, de mobiliario y de otras carencias simples de superar sólo con buena voluntad y correcta gestión.
   Pero no.
   A último momento se avivaron que los murciélagos ooootra vez se habían adueñado de una de las escuelas más emblemáticas, activas y concurridas de la provincia y pretendieron desalojarlos en una semana.
   Tropezaron con los proteccionistas que se empeñan en sostener y aconsejar que esos bichos son buenos, que hay que acostumbrarse a convivir con ellos pese a ser en muchos casos portadores de pestes, pero a ninguno de esos defensores se les dio por llevarse cuanto menos cinco o seis murciélagos a sus casas, para que ellos, los chicos y los vecinos se deleitaran con el vuelo majestuoso, el olor y la caca de estos mamíferos voladores.
   Es probable que la ciencia esté del lado de quienes sostienen la bondad de los animalitos, pero la realidad, nuestras costumbres y los riesgos tienen otra perspectiva al analizarse la situación. No sería suficiente el reclutamiento de “guasones” para combatirlos, porque seguramente el pretexto sería utilizado por las áreas de (in)seguridad y (des)gobierno para ubicar a los parientes, amigotes, amigas, activistas y partidarios con atractivos sueldos y poco esfuerzo.
   Es para pensar que las autoridades de Educación, al menos sospechadas de inteligentes cuentan entre los servicios que contrata, con alguna empresa encargada de controlar pestes y si eso no se hace, es porque no la tienen o si la tienen no le pagan.
   La notable imprevisión tuvo lógicos resultados con un daño directo a la educación del alumnado y la vida y costumbres de sus mayores, que a ciencia cierta no saben, diariamente, si las clases se dictan o el colegio permanece cerrado por la invasión que seguramente enviara el espíritu de un Batman dañino, superior y anticordobesista.
   Si esto fuera la primera vez que ocurre, bien valdría un voto de apoyo a las autoridades lógicamente afectadas por una situación imprevista, porque los murciélagos no suelen avisar con anticipación el lugar donde se aposentarán, se reproducirán, provocarán asco y por otra parte, lástima, consideración y respeto de los proteccionistas.
   Cada año es la misma historieta: muchas escuelas que arrancan el ciclo lectivo con deficiencias que debieron solucionarse con tiemplo durante los tres meses de receso o la porquería de tener que aguantar el insalubre vuelo y la presencia de bichos que a lo mejor son útiles para comerse los insectos, pero no caen simpáticos a los niños, a los jóvenes ni a los padres que deben tolerarlos dentro de una escuela.

   Está visto también en este caso que el gobierno de la provincia se empeña, año tras año, en tropezar siempre con la misma piedra.