31 de diciembre de 2015

Brindemos --------------

¡BIENVENIDO 2016! 

   Aunque tengas un día más, te esperábamos con ansias.
   Varios han sido los años inquietantes que los desencuentros nos empujaron a pensar en la desintegración social, en la mal planteada batalla de pobres contra pobres, de obreros contra obreros, de laburantes escogidos contra laburantes postergados, de jubilados con privilegios contra jubilados con hambre, de encandilados con el modelo contra ilusionados por otra cosa, de ciudadanos respetuosos contra ciudadanos autoritarios …
   Fueron más las cosas que nos separaron que aquellas que intentaron unirnos.
   Fue -desde ambas veredas- privilegiar el vaso medio vacío por encima del vaso medio lleno.
   Fue mirarnos con inéditos odios utilizando afrentas nuevas.
   Para muchos lo importante era dejar la mecha encendida en lugar de permitir que entre todos encendiéramos la esperanza.
   El interrogante de qué fue lo que nos separó a amigos de amigos, a parientes de parientes, a papistas de papistas, a peronistas de peronistas, a radicales de radicales o a derechistas de derechistas quedará para el juicio insobornable de la historia, pese a que todos los argentinos -todos- algún protagonismo en tal sentido nos reservó la realidad diáfana para muchos y turbulenta para otros.
   Llega el 2016 con su recóndita inocencia y en la virginidad de ese almanaque seremos los argentinos de buena voluntad los que inscribamos las fechas trascendentes que superen a los tiempos, a las lejanías, a las diferencias que tanto nos han distanciado.
   Queda mucho por hacer, resta mucho por potenciar (no caigamos en la trampa de pensar que todo lo que se hizo está mal) y es mucho también lo que merece respeto sobre todo de quienes no lo hicieron, hacia quienes lo están intentando.
   Hemos pisado el invicto umbral de un nuevo año.
   Sepamos aprovecharlo con el patriotismo y el empuje de todo aquel que se sienta con la obligación de luchar por la Argentina grande, sin exclusiones ni privilegios; sin corrupción y con honestidad; con respeto por la opinión ajena e inmunizados contra los espejismos políticos, ideológicos y económicos; vacunados contra todas las formas que disfrazan a la demagogia; lejos de los populismos que emparejan hacia abajo.
   ¿Existen los milagros?
   El tema es para un eterno debate.
   Que nuestro milagro tenga forma de progreso, bienestar y calidad de vida.
   Tantas riquezas, vocación de grandeza, espíritu de sacrificio y el honesto esfuerzo son los componentes que lo hacen posible en la guerra frontal contra las utopías.
   Ya estamos en el 2016 con burbujas y estrellitas en el alma.
   No es sólo un año más aunque para los viejos sea un año menos.
   Es el año nuevo que merece ser recibido con el corazón pleno de ilusiones, anhelos y perspectivas.
   Los argentinos merecemos que sea un año fundacional.

Gonio Ferrari

30 de diciembre de 2015

Ahora los dirigentes condenan el hecho ----------

MÁS GRAVE QUE LA COBARDÍA DE LOS
PATOTEROS FUE LA INACCIÓN POLICIAL

Los periodistas sabemos, al abrazar la profesión, que nos
entregamos a una tarea de alto riesgo aunque no estemos 
destinados a cubrir  una  guerra u otro episodio bélico que
haga  peligrar la vida. Lo triste es cuando la prepotencia a
caballo del alcohol -o de otras sustancias- transforman en 
“valientes” a delirantes descerebrados, que para asegurar
su impunidad por los daños que ocasionan pretenden que 
el periodismo no documente una realidad. Nadie más que
la dirigencia  debiera  neutralizar  el  previsible y peligroso
accionar de esos elementos antisociales. La función de la
policía en las protestas  gremiales, no se debe limitar sólo
a cuidar el lugar ni para impedir que se dañe el césped de 
las plazas,se quemen los árboles y rompan vidrieras, sino 
garantizar como sea el estricto cumplimiento de las leyes.

   Otra vez y ya van tantas, que no vale la pena recordar porque han sido episodios de violencia extrema, perpetrados frente a la presencia de contingentes policiales que se limitaron a la tarea contemplativa de acompañar a los manifestantes abriéndoles el tránsito y vulnerando -a sabiendas- los derechos del resto de la población a circular libremente.
   De los enormes daños al patrimonio ciudadano -contenedores, vidrieras, automóviles, mercadería, bancos de plazas, arbolado, etc.- no se sabe que alguien haya pagado por ellos en lo material ni en lo penal, con lo cual por más que se lo niegue, hay una grosera consagración de la impunidad para los piquetes sindicales de protesta.
   De los periodistas golpeados por los manifestantes ampliamente identificados, en Tribunales hicieron parodias de actuaciones para dejar todo en la nada, y cuando esos hechos se hicieron públicos con profusión de imágenes, no se recuerda que un solo fiscal se haya tomado el pesado trabajo de actuar de oficio salvo en este caso.
   Resumiendo, estamos desprotegidos por la ley y están más amparados los violentos tal como sucede en nuestra sociedad: los honestos nos vemos obligados a vivir entre rejas de protección mientras los delincuentes andan sueltos y a sus anchas.
   ¿Por qué maltrataron, humillaron y golpearon a la colega Karina Vallori, joven pero con elevada experiencia en coberturas callejeras, abogada y movilera en TV? Por dos razones: una por tratarse de una mujer, “bocadillo” para los patoteros -contra un hombre se irían en caca-  y otra por cometer la torpeza de trabajar en lo suyo, documentando una demanda gremial que tendrá sus razones pero nunca tan valederas como para castigar cobardemente a nadie.
   Y la policía, de privilegiado testigo, sin actuar frente a la flagrancia de una agresión que pudo haber tenido peores consecuencias, mostró una actitud que da pié para pensar con fundamento que las instrucciones recibidas de su recóndito jefe no incluían preservar la integridad de nadie, salvo la propia.
   Y como en las obras de final previsto y sin sorpresas, salieron las voces grandilocuentes de la corporación sindical repudiando el hecho, cuando todos sabemos que son los malos dirigentes los que motivan y arengan “a su tropa” en las asambleas en cuyos escenarios (¿quieren fotos?) por lo general suelen quedar muestras de ciertas inclinaciones como característicos tetras de cartón y latas vacías, etc.
    El Gobierno de la Provincia emitió asimismo una declaración imperdible sosteniendo que “la libertad de prensa es uno de los principales pilares de la democracia y entre todos debemos defenderla y respetarla”, que es precisamente una de las grandes omisiones como en el caso de ayer.
   No faltarán quienes se quejen por la reacción mediática tratándola de acción corporativa, y la verdad es que si no nos defendemos nosotros, está visto que la autoridad no se toma ese trabajo, al menos de garantizar la integridad de nadie salvo de la propia, de las vallas y de los funcionarios acovachados en sus despachos.
   El ataque perpetrado contra Karina Vallori, Marcelo Carretero y Antonio Pissoni solo por documentar una protesta y “por pertenecer Canal 12 al grupo Clarín”, ha sido una deleznable muestra de incivilidad e intolerancia, llevada a cabo por patéticos exponentes de la derrota, trasnochados nostálgicos de lo que no supieron defender.
   Con el material gráfico y fílmico existente, más los testimonios, la Justicia tiene casi hasta las impresiones digitales de los autores como para encartarlos debidamente, para que estas situaciones no se vuelvan a repetir porque vulneran incluso la legitimidad de cualquier reclamo porque la violencia pasa a ser protagonista.
   Y de paso, también puede servir para que las autoridades policiales se aboquen a la tarea de hacer leer algunos artículos del Código Penal a sus efectivos, como para que sepan a qué atenerse en situaciones conflictivas cuando ante sus ojos se quebranta la Ley.
   De policías espectadores que acompañan las marchas donde la Ley pasa a ser un estropajo, ya estamos hartos.
Gonio Ferrari

27 de diciembre de 2015

S.L.B: AGRESIÓN A LOS JUBILADOS – RESISTENCIA A LAS URNAS – PAGO DE ENERO A LOS MUNICIPALES – LA MEGACAUSA Y LOS REYES MAGOS – EL MUERTO NECESARIO – LAS CABINAS DE PILLAJE – LOS SANTOS INOCENTES – FINAL DE AÑO Y BALANCE, etc.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 27/12/15 emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.

AGRESIÓN A LOS JUBILADOS



   Es como si se tratara de un maligno juego de complicidades y silencios en aras de mostrar una situación financiera dominada y prolija, cuando en realidad la deuda provincial ha llegado a niveles tan inéditos como inexplicables a satisfacción de quienes la sostienen con sus aportes: los empleados públicos, los tributarios de impuestos y la manoseada coparticipación federal.
   Cuando el delasotismo en su momento necesitó echar mano a los fondos de la caja para otras erogaciones -campaña, miles de jubilaciones a quienes nunca habían aportado, demagogia social, etc.- Osvaldo Giordano interventor sin término usurpando dominios de los pasivos, inventó en lugar de moderar los gastos, diferir el pago de los aumentos, hacer caja e interpretar y aplicar caprichosamente la ley a la hora de liquidar los beneficios.
   Mal no le fue porque pese a las tibias protestas de una oposición ciclotímica y permeable a los acuerdos, los viejos tienen escaso poder de fuego, la pólvora mojada y la enorme ayuda de las conducciones sindicales que siempre miraron hacia otro lado, como si ellos nunca fueran a llegar a viejos y por tener “la vaca atada”.
   El “tomala vos, dámela a mi” que practicaron Schiaretti y el fracasado presidenciable en la conducción provincial fue una férrea garantía de continuidad, en esa perversa manera de esconder los números de la verdad y del propio fracaso en su dispendioso manejo.
   Giordano, de bajo perfil pero avezado manejador de números, era la persona indicada para estructurar el avieso e inmoral sistema que condenó a la postergación de miles de pasivos, pero permitió un irreal equilibrio de las partidas. Las demoras y omisiones de la Nación eran solamente un pretexto provincial para mostrar cierto grado de discrepancia con la conducción kirchnerista y para aprovechar de rebote el rechazo generalizado de los cordobeses a esa corriente disfrazada de justicialismo. 
   Y así como ocurrió cuando se implantó la infamia de la ley que retardaba seis meses el cobro de los aumentos -que al llegar ya habían sido licuados por la inflación- a escondidas del pueblo, en la Unicameral aislada por vallas y decenas de efectivos policiales, se escribió otra oscura y maligna página de la historia política cordobesa.
   Aprovechando la cadena de feriados, la entrada en receso de la administración pública, el adormecimiento sindical y el sugestivo silencio de algún dirigente emparentado desde años atrás con el poder -aunque Pepe Pihen votó en contra, sin afectar la mayoría que ya estaba calculada- se firmó la partida de defunción de un 82 por ciento que hace tiempo se dejó de pagar, se normalizó la liquidación de incrementos con relación a los activos y con el mismo resultado que ponerle una curita a un tajo en el corazón decretaron la entrega selectiva de 1.200 pesos para jubilados con mensualidad inferior a 20.000 pesos.
   Las caras de piedra de los legisladores responsables de la tenebrosa maniobra -la mayoría de ellos maquillados en Corcemar- eran una rara mezcla de patetismo y ausencia, con la indiferencia animal del perro que volteó la olla o era el rostro de la carga de su complicidad con un despojo. 
   Ya estaba hecho, los brazos de yeso con apoyo hicieron lo suyo y podían lucir ahora la satisfacción de haber cumplido con el deber de modificar una realidad que mucho dista de ser ideal, por las derivaciones que puede alcanzar ese acto de automatismo, sin debate ni conocimiento cabal.
   Un nuevo triunfo de Giordano -el de bajo perfil pero elevada incidencia- que ahora como ministro de Finanzas debe terminar el cometido que su patrón político le encomendara: fabricar cifras que escondieran el descalabro, los excesos y la entrega indiscriminada de beneficios a quienes nunca aportaron ni un mísero peso.
   Atrás y para la memoria -jamás para el olvido- quedan las dulces promesas de la reciente campaña centradas en la enorme mentira de ocuparse de los más viejos, de terminar con su postergación y de asegurarles una mejor calidad de vida, todos estos elementos que hacen al respeto.
   Y en la sospechosa alternancia de los encumbrados personajes, en lugar de honrar a quienes todo lo merecen les asestaron una puñalada por la espalda y traicionaron sus propios principios de solidaridad tantas veces cacareados, al amparo de la Guardia de Infantería, de las vallas y de demasiados silencios cómplices de una maniobra deplorable.
   Fue la consagración de Osvaldo Giordano como monje negro.
   Todas las pretendidas y mediáticas explicaciones posteriores que han de saturar a la sociedad -lo dirá el tiempo que es implacable e insobornable- serán vanos intentos por evitar conflictos generados por el propio gobierno, en una altura del almanaque poco propicia para las protestas masivas, con todo el mundo de vacaciones incluyendo a los capitostes del poder.
   Y la culpa será del ardiente verano …

RESISTENCIA A LAS URNAS


   Este muchacho Martín Sabatella, propietario de un sub-partido político cuyo crecimiento se basó en los aportes “voluntarios” les llamemos así, de quienes trabajaban en el organismo a su cargo, hizo pésimos cálculos en cuanto al apoyo que recibiría de su militancia en su intención de quedarse como jefe de publicidad de los derrotados.
   El tipo se empecinó, amparado en los años de soberbia que acompañaron su gestión, haciendo y deshaciendo, regalando frecuencias a los amigos, utilizando a ese organismo nacional en bolsa de trabajo para sus adeptos y tratando de consolidar su propio monopolio nacional y popular que barriera con la concentración de medios privados que le quitaba el sueño.
   Sabatella, soldado incondicional del kirchnerismo, infló una estructura estatal transformándola en un inútil instrumento de propaganda hacia adentro y descalificación del adversario, apoyado en la seguridad que le habían dado sus patrones, de permanecer en el ejercicio y el abuso del poder.
   Poco más lo desalojan con los zorros grises para terminar con un capricho que debía haber evitado, con sólo un poquito de respeto por lo que son las leyes y la Constitución, porque por más que creyera tener la vaca atada por un par de años más, debiera haberse ilustrado de las limitaciones que la propia ley le imponía.
   Ya pasó, dijo que acudirá a la Justicia -a la que acusó de “macrista”- y deberá dedicarse a la búsqueda de conchabo para subsistir, o para seguir creciendo en su delirio del partido propio pagado por sus ex empleados.
   Pero que no se equivoque, porque quien las hace las paga y el brazo de la ley, que es largo y memorioso, le hará rendir cuentas porque la cuestión no es tan solo irse.
   Tiene la obligación republicana de probar que su gestión fue transparente y en bien del país y no de un sector.
   Y en tal sentido, las dudas no son pocas.
   Y es un absurdo contradecir a las urnas.

PAGO DE ENERO A LOS MUNICIPALES

   Más de 40 días continuados de enfrentar a la autoridad para evitar ser controlados, colocó a los municipales en la incómoda situación de la duda frente al cobro de sus haberes de enero próximo.
   Y bien sabemos que enero es por lejos el mes más largo del año porque ya desde el día 15 empezamos a mirar hacia atrás y haciendo números, caemos en cuenta que estamos endeudados por lo menos hasta marzo inclusive, que recibiremos el último cimbrón, del que nos salvará el medio aguinaldo de tres meses después.
   Una risa con proyección, pero es la verdad que acongoja a los empleados dependientes del Estado ya sea nacional como provincial o municipal de la categoría indio, porque los caciques tienen otra visión y distinto panorama de la realidad.
   Es obvio pensar que en esos 40 y pico de días, la recaudación fue nula y ha sido necesario prolongar la moratoria hasta el 15 de enero, lo que tampoco alcanzará porque la gente durante el primer mes del año, ya tiene comprometidas todas sus partidas, seriamente dañadas en Nochebuena, Navidad, final del año y Reyes, sin contar las vacaciones.
   Lo complicado es que si se dilata la fecha para el cobro de haberes habrá nuevas medidas de fuerza, por parte de una dirigencia gremial que no mide las consecuencias de lo que hizo, y ahora se quejará por sus derivaciones.
   La Muni pagará, seguramente, porque el eje Nación-Provincia-Municipio tiene la necesidad de demostrar su cohesión y no es cuestión de fallar en el primer apriete que recibe.
   A eso el sindicato no lo ignora, y con solo amagar, desde el palacio 6 de Julio les darán la fecha de cobro.
   Que no será ni siquiera con un día de demora, como los vecinos no lo merecen.
   Hay cicatrices de la ciudad que tardan en cerrarse, frente a bolsillos que nunca se cierran.

LA MEGACAUSA, UN AÑO MÁS

  Como fin de año es época de balances podemos hacer un brevísimo repaso de las características más relevantes que motivan los comentarios sobre la causa del Registro: Son ellas la prisión preventiva abusiva de casi el 70 por ciento de los imputados, tratándose de un grupo conformado por gente común y sin antecedentes, que además fue sostenida y prolongada por espacio de tres años y convertida en condena anticipada sin juicio.
   La particularidad judicial de convertir un hecho en cien, reimputando una y otra vez a los mismos por lo mismo, utilizados como chivos expiatorios. 
   La desigualdad  de accionar del mismo Poder Judicial para con políticos y poderosos, el manejo de la causa por una comisión especial, que alejó la posibilidad de otra mirada u opinión imparcial y el asombro de los expertos que tanto en el orden nacional como internacional tuvieron acceso a la causa y que condenaron duramente las medidas sosteniendo que en nada se amoldan al derecho vigente. 
   Escribió un miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que las garantías deben respetarse si no se quiere someter la libertad al capricho de una legislación tiránica o de un aplicador arbitrario y enrarecer la justicia.
  Entonces en este próximo Año Nuevo hacemos votos por el  advenimiento de una Justicia transparente, que  respete la libertad evitando daños y pérdidas irreversibles. 
   Capaz de autocrítica y escucha humilde, aceptando los dictámenes superiores y comprometida con la defensa de la dignidad y con la reparación de cuánto sea posible. 
   Ágil y eficiente, combatiendo las eternas demoras, y brindando la única Justicia que procede de la verdad.
   Más que una exposición de anhelos, esto se asemeja a una carta a los Reyes Magos.

EL MUERTO NECESARIO


   Las protestas de índole sindical se desarrollan desde las inofensivas volanteadas pasando por la ruidosa pirotecnia, las barricadas y la quema de neumáticos viejos, hasta llegar a las manifestaciones más dañinas y salvajes, todas en nombre de un derecho mal fundamentado y peor aplicado, porque vulnera derechos de otros sectores de la sociedad.
   En los últimos tiempos y en distintos puntos del país se han venido desarrollando episodios gravísimos que pudieron ser evitados, con la sola aplicación del sentido común, la observancia de las leyes y una mínima cuota de respeto.
   Impedir la libre circulación suele generar efectos insalvables como la pérdida de un vuelo, de un turno médico o de la asistencia a la escuela, pero es necesario puntualizar que de no hacerlo de tal manera que impacte, los resultados serán siempre mezquinos especialmente para la dirigencia sindical que necesita mostrar intransigencia y dureza frente a sus bases, como la mejor manera de asegurarse una continuidad que en muchos casos es vitalicia.
   La historia ha escrito penosos y sangrientos capítulos alrededor de las protestas sindicales y siempre, invariablemente con resultado fatal, ha sido la bandera posteriormente enarbolada como paradigma de lucha, cuando en realidad lo fue de imprudencia y violaciones a las leyes, argumentos que se desdibujan ante la sociedad por lo irreparable de la pérdida de vidas.
   En verdad, es la más efectiva y dinámica manera de desprestigiar a un gobierno.
   La cuestión no radica en prohibir estas muestras de descontento y demanda contempladas en las leyes, sino enmarcarlas en los códigos de convivencia cuyo acatamiento nos diferencia de las bananeras republiquetas de fantoches y de los sistemas nocivamente populistas y demagógicos.
   Y es la injerencia política e ideológica de las cúpulas gremiales lo que le resta fortaleza a estos movimientos porque se sabe que responden a partes interesadas, no siempre en el bienestar de los trabajadores sino en su propio fortalecimiento corporativo y vigencia en la conducción.
   No es bueno caer al perverso juego de la exagerada provocación cuando existen otros estilos para hacerse ver y escuchar. La violencia desmedida, empecinada y dirigida a sus pares trabajadores de otras actividades, enmarca esta situación en el absurdo de la guerra no de pobres contra pobres como suele ocurrir, sino de obreros contra obreros.
   Las fuerzas de seguridad no están sólo para desalojar, apalear e intoxicar con gases a los manifestantes, sino para preservar el orden y la tolerancia entre iguales mientras se acaten las disposiciones que censuran cualquier intento lesivo que menoscabe o quebrante legítimos derechos de terceros.
   Que la prudencia prevalezca por encima de las apetencias y horizontes de los dirigentes para que no tengamos que lamentar la pérdida de ninguna vida, como solapadamente suele surgir de la mano de los vándalos intolerantes, crueles y agresivos ansiosos por consolidar su condición de “carteludos” a costa de la sangre ajena.

LAS CABINAS DE PILLAJE


   Sería una tontera sostener que los peajes deban conservar inalterables sus tarifas luego de la escalada inflacionaria observada en los últimos meses del gobierno kirchnerista, pero distinta hubiera sido la inclinación electoral de los cordobeses si estos aumentos que sin exageraciones pueden ser calificados como brutales, se hubieran anunciado antes de la elección provincial.
   Habría que preguntarles a los trabajadores de La Calera, Carlos Paz, Alta Gracia, Malagueño o Rio Ceballos -que sin exageraciones deben gastar más en las cabinas que frente al surtidor- si la realidad de las rutas les otorga más seguridad.
   La relación tarifa-servicio es lamentable por el estado de muchos tramos, por la falta de vigilancia y patrullaje ya que los vehículos policiales están más afectados a sitios estáticos cuidando la recaudación o mirando si están colocados los cinturones y las luces encendidas, cumpliendo al parecer la consigna de no gastar combustible.
   Banquinas descalzadas, falta de demarcación y orientación geográfica para el usuario y otras falencias, han transformado al sistema de cobro rutero en lamentables “cabinas de pillaje”, apoyadas en la seguridad de contar con una “clientela” cautiva que se transforma en multitudinario rehén de las imposiciones tarifarias.
   Ya está. Ya aumentaron y no son de dar marcha atrás, salvo que la sociedad actúe de manera organizada para evitar la reiteración de estos abusos perpetrados en nombre de un “reacomodamiento” tarifario, tan inoportuno como desmedido.
   Los cordobeses, la verdad, merecíamos y esperábamos otro presente navideño, pero es como si al pié del arbolito te dejaran un paquete con caca.

SANTOS INOCENTES


   Lejos ya de los sangrientos tiempos de Herodes, la Humanidad en cientos de circunstancias ha dado muestras cabales de cierta inocencia patentizada en nuestras actitudes.
   La inocencia de pensar que con una guerra se asegura la paz, que con la riqueza de pocos se garantiza la comida de los hambrientos, que la tolerancia de los inteligentes puede terminar con la agresividad de los salvajes o que la paciencia triunfa por encima de la ansiedad.
   La verdad es que la guerra no deja de ser un negocio, los más ricos hambrean aún más a los famélicos, los salvajes se comen a los inteligentes y la ansiedad acelera los relojes para derrotar a la más milenaria de las paciencias.
   Y en nuestra doméstica inocencia de cabotaje también sucumbimos de mil maneras cada día, creyendo entre otras cosas que todos los gobernantes son buenos, que no hay comerciantes deshonestos, que no existen los deportistas tramposos o que la fidelidad absoluta es un distintivo de la raza humana.
   Pese a todo seguimos pecando de inocencia, creemos en las promesas, nos alimentamos de la demagogia y tenemos la infinita paciencia de esperar tiempos mejores, un deporte arraigado en la vida de los argentinos, que cuando nos tocaron momentos de esplendor, fugaces y a plazo fijo, creímos haber ingresado al Paraíso del que nadie nos iba a desalojar, para terminar casi sin darnos cuenta, aplastados por nuestra propia inocencia.
   ¿Será por eso, que casi no se hacen más bromas, en el día de los inocentes?

FINAL DE AÑO Y BALANCE
   Como todo termina en la vida, este ajetreado 2015 no puede ser la excepción: pasó un año y contra muchas opiniones fue vertiginoso, casi como si hubiera tenido seis meses.
   Porque los argentinos vivimos de emoción en emoción; de sobresalto en sobresalto; de denuncia en denuncia… en fin, condenados a una siniestra gimnasia donde prevalecen las angustias por encima de la felicidad.
   Es probable que para muchos la felicidad fuera la renovación de los aires políticos, la memoria que ahora parece lejana de la saturación de cadenas nacionales, la mención casi constante de conflictos o enfrentamientos y la siempre vigente demagogia en apoyo de promesas que pretenden sepultar a los desencantos.
   Somos un pueblo fuerte en potencia y en riquezas y millonarios en recursos, aunque la memoria no sea el mejor atributo de los argentinos porque si la tuviéramos y la aplicáramos, no hubiéramos repetido tantos desaciertos a lo largo de nuestra historia.
   Ya termina el año, ya se va ese viejito castigado por la inflación, la pobreza, el narcotráfico, la corrupción y otros cánceres sociales, con lo que empalidecen logros como el satélite, el dudoso desendeudamiento, los planes de ayuda, los subsidios “urbi et orbe”, los brillantes negocios con Angola o Venezuela, el descubrimiento y explotación de Vaca Muerta o el saneamiento de Aerolíneas Argentinas.
   La cuestión es que los argentinos somos insaciables, que pretendemos más días de vacaciones que de trabajo, más derechos que obligaciones y tener siempre un sueldo más elevado que el del vecino o amigo, al menos para hacer cáscara.
   Pasó un año duro y es como si al final a esa dureza, el destino le hubiera colocado paños fríos, dulces y estrellitas quizás por tratarse de una instancia poco conocida entre nosotros.
   El vilipendiado neoliberalismo o el capitalismo salvaje de lo que tantos se aterran tiene la obligación cívica de terminar con ciertos odiosos privilegios y elevar nuestra calidad de vida, lo que rogamos no sea una fantasía sino una realidad.
   Recibamos con júbilo al niño 2016 que ya llega.
   Aunque un pesimista lo vio de otra manera: no trae un pan bajo el brazo, sino un día más para trabajar.
   Ni nosotros nos entendemos 

24 de diciembre de 2015

Giordano, el dibujante delasotista ----------

VOLVIO AL ATAQUE EL “INVENTOR”
DEL DIFERIMIENTO DE PAGOS PARA
TAPAR HUECOS DEL DESPILFARRO

   Es como si se tratara de un maligno juego de complicidades y silencios en aras de mostrar una situación financiera dominada y prolija, cuando en realidad la deuda provincial ha llegado a niveles tan inéditos como inexplicables a satisfacción de quienes la sostienen con sus aportes: los empleados públicos, los tributarios de impuestos y la manoseada coparticipación federal.
   Cuando el delasotismo en su momento necesitó echar mano a los fondos de la caja para otras erogaciones -campaña, miles de jubilaciones a quienes nunca habían aportado, demagogia social, etc.- Osvaldo Giordano interventor sin término usurpando dominios de los pasivos, inventó en lugar de moderar los gastos, diferir el pago de los aumentos, hacer caja e interpretar y aplicar caprichosamente la ley a la hora de liquidar los beneficios.
   Mal no le fue porque pese a las tibias protestas de una oposición ciclotímica y permeable a los acuerdos, los viejos tienen escaso poder de fuego, la pólvora mojada y la enorme ayuda de las conducciones sindicales que siempre miraron hacia otro lado, como si ellos nunca fueran a llegar a viejos y por tener “la vaca atada”.
   El “tomala vos, dámela a mi” que practicaron Schiaretti y el fracasado presidenciable en la conducción provincial fue una férrea garantía de continuidad, en esa perversa manera de esconder los números de la verdad y del propio fracaso en su dispendioso manejo.
   Giordano, de bajo perfil pero avezado manejador de números, era la persona indicada para estructurar el avieso e inmoral sistema que condenó a la postergación de miles de pasivos, pero permitió un irreal equilibrio de las partidas. Las demoras y omisiones de la Nación eran solamente un pretexto provincial para mostrar cierto grado de discrepancia con la conducción kirchnerista y para aprovechar de rebote el rechazo generalizado de los cordobeses a esa corriente disfrazada de justicialismo. 
   Y así como ocurrió cuando se implantó la infamia de la ley que retardaba seis meses el cobro de los aumentos -que al llegar ya habían sido licuados por la inflación- a escondidas del pueblo, en la Unicameral aislada por vallas y decenas de efectivos, se escribió otra oscura y maligna página de la historia política cordobesa.
   Aprovechando la cadena de feriados, la entrada en receso de la administración pública, el adormecimiento sindical y el sugestivo silencio de algún dirigente emparentado desde años atrás con el poder -aunque Pepe Pihen votó en contra, sin afectar la mayoría que ya estaba calculada- se firmó la partida de defunción de un 82 por ciento que hace tiempo se dejó de pagar, se normalizó la liquidación de incrementos con relación a los activos y con el mismo resultado que ponerle una curita a un tajo en el corazón decretaron la entrega selectiva de 1.200 pesos para jubilados con mensualidad inferior a 20.000.
   Las caras de piedra de los legisladores responsables de la tenebrosa maniobra -la mayoría de ellos maquillados en Corcemar- eran una rara mezcla de patetismo y ausencia, con la indiferencia animal del perro que volteó la olla o era el rostro de la carga de su complicidad con un despojo.
   Ya estaba hecho, los brazos de yeso con apoyo hicieron lo suyo y podían lucir ahora la satisfacción de haber cumplido con el deber de modificar una realidad que mucho dista de ser ideal, por las derivaciones que puede alcanzar ese acto de automatismo, sin debate ni conocimiento cabal.
   Un nuevo triunfo de Giordano -el de bajo perfil pero elevada incidencia- que ahora como ministro de Finanzas debe terminar el cometido que su patrón político le encomendara: fabricar cifras que escondieran el descalabro, los excesos y la entrega indiscriminada de beneficios a quienes nunca aportaron ni un mísero peso.
   Atrás y para la memoria -jamás para el olvido- quedan las dulces promesas de la reciente campaña centradas en la enorme mentira de ocuparse de los más viejos, de terminar con su postergación y de asegurarles una mejor calidad de vida, todos estos elementos que hacen al respeto.
   Y en la sospechosa alternancia de los encumbrados personajes, en lugar de honrar a quienes todo lo merecen les asestaron una puñalada por la espalda y traicionaron sus propios principios de solidaridad tantas veces cacareados, al amparo de la Guardia de Infantería, de las vallas y de demasiados silencios cómplices de una maniobra deplorable.
   Fue la consagración de Osvaldo Giordano como monje negro.
Gonio Ferrari

23 de diciembre de 2015

Cierres de rutas y otros bloqueos ---------------

NUNCA FALTAN DESALMADOS QUE DE
UN CONFLICTO NECESITEN UN MUERTO

   Las protestas de índole sindical se desarrollan desde las inofensivas volanteadas pasando por la ruidosa pirotecnia, las barricadas y la quema de neumáticos viejos, hasta llegar a las manifestaciones más dañinas y salvajes, todas en nombre de un derecho mal fundamentado y peor aplicado, porque vulnera derechos de otros sectores de la sociedad.
   En los últimos tiempos y en distintos puntos del país se han venido desarrollando episodios gravísimos que pudieron ser evitados, con la sola aplicación del sentido común, la observancia de las leyes y una mínima cuota de respeto.
   Impedir la libre circulación suele generar efectos insalvables como la pérdida de un vuelo, de un turno médico o de la asistencia a la escuela, pero es necesario puntualizar que de no hacerlo de tal manera que impacte, los resultados serán siempre mezquinos especialmente para la dirigencia sindical que necesita mostrar intransigencia y dureza frente a sus bases, como la mejor manera de asegurarse una continuidad que en muchos casos es vitalicia.
   La historia ha escrito penosos y sangrientos capítulos alrededor de las protestas sindicales y siempre, invariablemente con resultado fatal, ha sido la bandera posteriormente enarbolada como paradigma de lucha, cuando en realidad lo fue de imprudencia y violaciones a las leyes, argumentos que se desdibujan ante la sociedad por lo irreparable de la pérdida de vidas.
   En verdad, es la más efectiva y dinámica manera de desprestigiar a un gobierno.
   La cuestión no radica en prohibir estas muestras de descontento y demanda contempladas en las leyes, sino enmarcarlas en los códigos de convivencia cuyo acatamiento nos diferencia de las bananeras republiquetas de fantoches y de los sistemas nocivamente populistas y demagógicas.
   Y es la injerencia política e ideológica de las cúpulas gremiales lo que le resta fortaleza a estos movimientos porque se sabe que responden a partes interesadas, no siempre en el bienestar de los trabajadores sino en su propio fortalecimiento corporativo y vigencia en la conducción.
   No es bueno caer al perverso juego de la exagerada provocación cuando existen otros estilos para hacerse ver y escuchar. La violencia desmedida, empecinada y dirigida a sus pares trabajadores de otras actividades, enmarca esta situación en el absurdo de la guerra no de pobres contra pobres como suele ocurrir, sino de obreros contra obreros.
   Las fuerzas de seguridad no están sólo para desalojar, apalear e intoxicar con gases a los manifestantes, sino para preservar el orden y la tolerancia entre iguales mientras se acaten las disposiciones que censuran cualquier intento lesivo que menoscabe o quebrante legítimos derechos de terceros.
   Que la prudencia prevalezca por encima de las apetencias y horizontes de los dirigentes para que no tengamos que lamentar la pérdida de ninguna vida, como solapadamente suele surgir de la mano de los vándalos intolerantes, crueles y agresivos ansiosos por consolidar su condición de “carteludos” a costa de la sangre ajena.
Gonio Ferrari

20 de diciembre de 2015

S.L.B.: PRESUPUESTO PARA EDUCACIÓN: LA VERDAD - CAOS INSUPERABLE EN CORDOBA - REVIVIR LOS CACEROLAZOS - LA MEGACAUSA Y UNA CARTA A PAPÁ NOEL - PROHIBIDO ENFERMARSE - HEBE Y RICO, MODELOS DE LA ANTIDEMOCRACIA - NO ABANDONAR LOS PRECIOS CUIDADOS - SE APROXIMAN NOCHEBUENA Y NAVIDAD, etc.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 20/12/15 que emite AM580 Radio Universidad de Córdoba.

PRESUPUESTO DE EDUCACIÓN: LA VERDAD


   Resulta oportuno tomar con seriedad un hallazgo de Carla Griggio, ingeniera en Sistemas, joven argentina de 29 años y radicada en Suecia, que es pertinente divulgar con relación a manifestaciones insidiosas lanzadas días atrás por el exministro de Educación de la Nación, Daniel Filmus y reproducidas por numerosos medios periodísticos.
  
Dice el informe de Carla Griggio que “Gracias al disparatado notición del día, en donde Macri eliminaría las escuelas técnicas, la sala de 5 y reduciría el presupuesto en educación del 6% al 3% entre otras cosas, me puse a hacer lo que me gusta cuando el sentido común me dice que estoy leyendo algo raro: fui a las fuentes. Y encontré una herramienta maravillosa que no sabía que existía: la Biblioteca de Normativas del Boletín Oficial.
  ¿Sabían que allí podés ver cómo cada normativa, decreto, ley, etc. se fue modificando en el tiempo?. Hasta te dice para cada caso qué otra normativa está sustituyendo, modificando, referenciando, etc.
  El decreto que está haciendo ruido es el 13/2015, la nueva Ley de Ministerios, y dice:
   “Artículo 23, Compete al Ministerio de Educación y Deportes asistir al Presidente de la Nación y al Jefe de Gabinete de Ministros en orden a sus competencias, en todo lo inherente a la Educación, de conformidad a lo establecido por las Leyes Nros. 24.195, 24.521, el Pacto Federal Educativo y a las demás leyes y reglamentaciones vigentes y que se dicten en consecuencia, y al Deporte.
  Pero no dice en ningún lado algo del estilo “redúzcase el presupuesto para educación del 6% al 3% del Producto Bruto Interno”.
   Esa interpretación está enterrada en las leyes que se citan, que son leyes viejas como el Pacto Federal Educativo, previas a la Ley de Financiamiento Educativo que se promulgó en el 2006 y que propone aumentar el presupuesto al 6 por ciento.
   Daniel Filmus mencionó que “el decreto de designación de misiones y funciones del nuevo ministerio de Educación y Deportes está basado en las leyes del menemismo”, lo que escala a conclusiones del tipo “estamos yendo para atrás, nos recortan el presupuesto”.
  Según Filmus: “Las leyes que hoy regulan el sistema educativo son la Ley de Educación Nacional, la Ley de Educación Técnica y la Ley de Financiamiento Educativo.
   Si se volviera, como pretende el decreto firmado por Macri, a las leyes anteriores, desaparecerían las escuelas técnicas y volvería la EGB y el Polimodal en lugar de la primaria y la secundaria”, de acuerdo con lo que consignara la edición de Página/12 el sábado 12 de este mes.
  Mi cerebro de programadora -dice la talentosa Carla Griggio- por otro lado me sugiere “hicieron mal un copy-paste”, o sea un copiar y pegar mal hecho.

  Y sí, señores, ¡ese fue un error!. Lo que quiere decir que este “error” se viene arrastrando desde antes que Macri se pusiera a bailar en el balcón de la Rosada.
   El nuevo decreto 13/2015 estaría pisando la anterior Ley de Ministerios, que si mal no entiendo -sostiene Carla- viene de un decreto de 1992 que se fue modificando desde entonces. La Biblioteca de Normativas registra los cambios desde el 2003, donde ya se puede leer el arrastre del supuesto error.
  Conclusión: la nueva Ley de Ministerios no introdujo ningún cambio respecto a las leyes en las que se basa el Ministerio de Educación y Filmus está advirtiendo sobre algo que, según su lógica, bien podría haber ocurrido antes del nuevo decreto 13/2015.
  Qué lástima que Filmus le dice a la prensa que el nuevo ministerio de Educación y Deportes está basado en “leyes del menemismo” y la prensa no le pregunta si sabía que esas "leyes del menemismo" también estaban en la Ley de Ministerios que regía cuando él era Ministro de Educación.
  Honestamente, quizás ni siquiera haya un error, ya que la Ley dice “y a las demás Leyes y reglamentaciones vigentes y que se dicten en consecuencia”.
   Pero si es un error escandaloso hoy, que sea un error escandaloso de antes también para ser justos, ¿no?.
  Felicito y aplaudo la actitud “vigilante” sobre el gobierno, yo también estoy atenta, finaliza la ingeniera en Sistemas.
   Pero cuando leemos cosas que son demasiado malas para ser verdad, sospechemos un poco, vayamos a las fuentes, y recién después apretemos “Compartir”.
   Es cada vez más difícil, pero esforcémonos entre todos a diferenciar entre noticias e interpretaciones sesgadas.
   Hoy tenemos Internet y nunca fue más sencillo ir a las fuentes”.
   ¿La verdad?, flor de sapo.

CAOS URBANO INSUPERABLE


   Todo el mundo en Córdoba tiene auto o las calles ya no alcanzan para contener y hacer circular uno de los tránsitos más caóticos que se recuerden.
   Seguramente uno de los factores determinantes sea la falta de control debida a los frecuentes y prolongados paros de actividades de los inspectores municipales, o de sus estados de asamblea que transforman ese servicio básico en un conflicto permanente.
   Antes existían sectores conflictivos para la circulación como por ejemplo Plaza España, la zona cercana a Patio Olmos, Avenida Colón entre Chaco y General Paz, la Avenida Núñez y algunos otros, pero ahora cualquier punto de la ciudad se ha erigido en un drama para los automovilistas.
   En cuanto a los peatones, la irrespetuosidad permanente de la mayoría de los conductores de vehículos hace que ya no existan las sendas para proteger el cruce de calles, el estacionamiento en doble fila es una arraigada costumbre cordobesa y el bloqueo de las rampas es otro de los distintivos de la incultura urbana.
   El estacionamiento frente a cocheras y garages más de una vez ha ocasionado incidentes que terminaron en episodios de violencia física y daños materiales porque poco se respetan las restricciones en tal sentido aunque existan carteles indicadores que los pìcaros ignoran olímpicamente y después lloran si actúa la grúa y remueve su vehículo.
   El agudo problema del ordenamiento vehicular se resuelve únicamente con el respeto por las leyes y ordenanzas, y la aplicación del monetario rigor punitivo cuando es necesario.
   Para que ello ocurra, solamente hace falta que los responsables de hacer cumplir esas normas, tengan ganas de trabajar para los vecinos y justificar lo que cobran.
  
REVIVIR LOS CACEROLAZOS


   No muy atrás en el tiempo, desde el oficialismo censuraban las manifestaciones de protesta que se convocaban en todo el país y las consideraban desestabilizadoras al gobierno nacional y popular.
   Ahora, la situación ha quedado a la inversa.
  En el tema de las ebriedades, bien sabemos que en manos de la cultura ciudadana son catalogadas según cómo luzca el afectado, porque si es de alta alcurnia estaremos frente a una dulce, inofensiva y social beodez; si se trata de un clase media el rótulo será “estar en copas”, “alegre” o que “empinó el codo”.
   Pero si hablamos de un pobretón, ciruja, marginal o desheredado, no irá más allá de la curda, “estar mosca”, “mamado” o ser esclavo casi vitalicio de un furibundo pedo.
   Como en muchos otros aspectos de la sociedad que nos cobija, todo depende desde qué ángulo se lo mire para caer a la hora del juicio, en actitudes tales como indulgencia, reproche, penitencia, desintoxicación, castigo, envidia o indiferencia. Pero siempre, inexcusablemente, los enfoques estarán ajustados a conveniencias sectoriales.
   Desde menos de un par de años atrás cuando se pusieron de moda (importada) las ruidosas protestas callejeras sin portación de banderas ni estandartes pero sí con creativas y artesanales pancartas, todo al estrepitoso ruido de las cacerolas maltratadas con fruición, desde el poder nacional & popular se las descalificó tratándolas de gorilescos intentos destituyentes que alentaban un golpe de estado.
   En esas manifestaciones no se observaban banderas ni símbolos de partidos políticos pero en cambio había entusiasmo y ansias de expandir un mensaje que rompiera las barreras de la indiferencia oficial.
   Atrás iban quedando los ominosos miedos y los oscuros silencios distintivos de la última tiranía genocida. La militancia kirchnerista ridiculizaba y descalificaba por supuestamente elitistas a estas expresiones de la gente y los “periodistas militantes” menoscababan su creciente trascendencia.
   Pero las convocatorias se multiplicaban en las plazas del país y se masificaba la asistencia alimentada por el descontento, las dudas y las incertidumbres con cara al futuro, cuando se intentaba convencer al pueblo que la pobreza no existía, que la inseguridad era una sensación y la inflación y la pérdida del poder adquisitivo del salario no eran otra cosa que un invento de los medios periodísticos concentrados alrededor de Clarín, “el que miente”.
   ¡Cómo nos cambian los tiempos!. Ahora desde el absurdo de no asumir la derrota pero tomando conciencia de la maraña de corrupción cuyo velo se va descorriendo con el transcurrir de los días, los delirantes de siempre han estructurado algo que le llaman “resistencia” a la determinación de una mayoría legítima.
   Ahora son ellos, el brazo trasnochado de su proyecto fallido, los impulsores de la violencia -una vez más- que pretende reemplazar al límpido himno de las urnas con el concluyente mensaje de una relevante parte de la sociedad, que optó por otro modelo de conducción.
   Y “se pintan la cara” como en aquella loca semana santa, sumando los escuadrones femeninos de Hebe de Bonafini con su “batallón Schoklender” y Milagro Sala, al frente de la prepotencia que encarnan muchos de sus enardecidos seguidores, mercenarios del apriete y por la convicción de la dádiva.
   No convocan para golpear cacerolas ni hacer escuchar sus demandas, sino para “resistir” con la fuerza y la intimidación el dictamen de la voluntad popular.
   Roguemos que el casi místico germen de este burdo intento pretendidamente destituyente no supere la barrera de la bravata y la amenaza, métodos que la ciudadanía argentina busca erradicar definitivamente de su cultura, en nombre de la salud y la integridad de la República  de sus Instituciones. 
   Aunque suene a fantasía, los caceroleros de antes eran considerados cipayos traidores a la Patria y los que protestan ahora son románticos militantes y patriotas respetables.  
   En nuestro viejo y florido idioma y en un párrafo de las “Coplas a la muerte de su padre”, Jorge Manrique dos siglos atrás se adelantó a los tiempos: “…cuán presto se va el placer, cómo después de acordado, da dolor; cómo, a nuestro parecer, cualquiera tiempo pasado fue mejor”.
   Ese juicio en el caso de la democracia argentina no está en manos de los hombres, sino de la Historia.

LA MEGACAUSA DEL REGISTRO

   “Querido Papá Noel: Te escribimos esta carta para pedirte Justicia. Hace varios años en Córdoba se creó un proceso judicial llamado “megacausa del Registro de la Propiedad” que sorpresivamente encarceló a cientos de trabajadores acusándolos de cometer delitos.
   Pese que tenemos una Ley Suprema, la Constitución que garantiza la libertad prohibiendo la prisión sin haber sido juzgado, el encierro se prolongó  por largos años sin juicio y también el Poder Judicial nombró una Comisión Especial, expresamente prohibida, para ocuparse de los casos.
   El daño producido fue inmenso: personas comunes, sin antecedentes penales, sin fortuna y sin patrimonio inexplicable fueron tratadas como peligrosos delincuentes, se perdieron trabajos, se desarmaron familias, se agotó la salud y se apagaron muchas vidas.
   Se robaron alegrías, ilusiones, esperanzas y tiempos que nadie podrá devolver.
   La situación extorsiva empujó a algunos a declararse culpables o a acusar a cualquiera para recuperar su vida normal. Pero también, muchos, reclamamos ante las autoridades, las instituciones, los medios y la comunidad toda en defensa de nuestra inocencia y dignidad. 
   Aunque unos cuantos se hicieron los sordos fue un alivio y un aliciente escuchar  que nuestra  Corte Suprema  y distintas organizaciones nacionales e internacionales reconocieran  la injusticia de lo actuado, instando a sus responsables a solucionarlo.
   Sin embargo en nuestra Córdoba la Justicia se demora y continuamos esperando fallos, resoluciones y revisiones de sentencias que puedan reparar en parte el perjuicio ocasionado, así como también una investigación comprometida que pueda esclarecer la verdad.
   Esperando con muchas ganas que puedas cumplir nuestro deseo te saludamos con mucho cariño”.
   A esta cartita la escribieron los familiares de acusados y presos, de la causa del Registro de la Propiedad.

PROHIBIDO ENFERMARSE


   Cuando los avivados de siempre se engancharon con el operativo del miedo al cambio y fabricaron un mullido colchón de precios, con certeza fueron los laboratorios los que hicieron la punta con incrementos exagerados aprovechándose vilmente de la necesidad de la gente.
   Muy bien saben que la mercadería que elaboran y distribuyen está íntimamente ligada a la preservación de  la vida y al tratamiento del dolor, lo que virtualmente los transforma en casi dioses omnipotentes que se aprovechan de tal situación para someter a la sociedad a sus designios.
   Muchos medicamentos que se venden en el país,  comparativamente, son muchísimo más caros que en cualquier otro punto del planeta, llegándose al ridículo -y este es solo un ejemplo- que en Chile hay remedios fabricados aquí, que allá son mucho más baratos.
   Los argentinos que no tienen el amparo de alguna mutual generosa y carecen de recursos para la medicación de sus males, deben resignarse a dejarse morir y esto no es una exagerada dramatización, sino una sincera interpretación de la realidad.
   Alguien debe intervenir para poner freno a tanta avidez y angurria de las empresas dedicadas a la fabricación de medicamentos, que carecen de la más mínima cuota de responsabilidad social frente a la comunidad.
   Existe también y es digno reconocerlo, que un sector médico ha sido domesticado -y vale el término- por las dádivas que entrega la mayoría de los laboratorios a quienes se esmeran por recetar tal o cual remedio.
   Lo lamentable de la situación, como vemos que ocurre, es que la sociedad sirve de obligado rehén para consagrar la impunidad de colocar los precios al antojo de las empresas, muchas de ellas multinacionales.
   Es el gobierno nacional en este caso, quien debe obrar con la responsabilidad y la sensibilidad que no tienen los laboratorios, y en este tema es una brillante oportunidad que tiene Macri para pensar y gobernar para la gente.

HEBE INCITADORA

   Sostener que todos los combatientes de Malvinas eran fachos y que ninguno debiera haber vuelto con vida a su patria, es un juicio de infamia y ruindad moral, más cuando proviene de alguien que vive vociferando su respeto por los derechos humanos, a costa de los cuales se ha enriquecido impúdicamente aprovechando la impunidad que el propio gobierno le consagrara.
   Doña Hebe, de quién aún se espera rinda cuentas de las millonadas de pesos que recibe
de nuestras arcas y de potencias extranjeras, está más amparada por su cercanía con la delirante insanía, que por los delitos tantas veces perpetrados contra la honra de sus semejantes, tales los casos del Papa Francisco o de cualquier otro gobernante que no sea cómplice de sus bajezas, incluyendo al actual presidente de la Nación.
   Desacostumbrada a las derrotas no pudo, no supo o no quiso asumir la caída del modelo, a cuyo amparo y silencio montó una estructura de pocas personas pero demasiado apetito por el dinero.
   Los sueños compartidos lo fueron con Schoklender y otros personajes siniestros y su vocación antidemocrática la impulsó a un intento de “resistencia” al inapelable mandato de las urnas: volvió a los ‘70 con la prepotencia y el desprecio de entonces por las instituciones de la República.
   Paseando por la historia, no son pocos los que hacemos un paralelo entre esta señora y un personaje como Aldo Rico, el líder militar carapintada que en el ’87 se aplicó su maquillaje destituyente y pretendió asaltar el poder en una actitud más aventurera que valiente: con fierros cualquiera es macho.  
  Y doña Hebe, que de fierros algo debe saber, tuvo desafortunadas palabras de desacuerdo al inaugurarse el Museo de la Memoria al comentar que allí no estaría exhibido “todo lo que hicieron nuestros hijos: desde las revistas El Combatiente, del ERP, y Evita Montonera así como tampoco las armas con las que quisieron hacer la revolución. No podemos negar que muchos de nuestros hijos estaban en la revolución armada y me parece sano que yo lo diga, hay algunos que lo niegan, porque cada vez estoy más convencida de que tenían razón", expresó entonces, afirmaciones que no fueron contestadas por organismos de derechos humanos que impulsaron la cesión del predio de la Armada para edificar el museo.
   Por eso no es desacertado ponerlos a la par, ya que Rico y Hebe pasarán a la historia por haber sido motores de la anti democracia, aunque el militar que luego quiso ser democrático y no convenció, al menos esperó casi cuatro años para desnudar su condición de golpista.
   Ella fue demasiado impaciente, porque quiso hacerlo de arrebato, cuando el nuevo presidente democrático recién juraba y todavía no se había colocado la banda.

NO ABANDONAR LOS PRECIOS CUIDADOS


   El mantenimiento del programa de precios cuidados es una obligación para los gobernantes actuales, incluso para no caer a la histórica costumbre nacional de derrumbar todo lo que hizo el anterior, aunque fuera bueno y de beneficio para la comunidad, como en este caso.
   Y más aún, se debiera profundizar su aplicación como mecanismo de amparo y protección para los que menos tienen, cumpliendo así con el objetivo social que alientan los poderes cuando necesitan demostrar su sensibilidad.
  Los precios cuidados debieran incorporarse a la habitualidad de los argentinos, en un acuerdo con el sector empresario, no para que sacrifique utilidades, sino para que embolse un mínimo menos pero contribuya al sostenimiento de los desposeídos o postergados.
   La competencia que por lo general se acentúa en los productos de primera necesidad, especialmente en el rubro alimentos, puede encontrar en los precios cuidados una referencia que los aleje de los excesos que se cometen sin tomar en cuenta la existencia de la pobreza.
   Eliminar los precios cuidados sería tan negativo como hacerlo con los subsidios al gas y la electricidad en beneficio de los sectores más postergados, y no para los habitantes de countryes ni las mansiones.
   Los planes para desocupados deben estar sujetos a un control de su real aplicación y no afectados a los militantes o amigos del poder, y paulatinamente deben ser reemplazados por la creación de genuina demanda laboral, de la mano de una impostergable reindustrialización y no dependiente del gasto público.
   Porque los precios cuidados, más allá del logro político de quienes lo implantaron, es un sistema sostenido por la necesidad.
   Una necesidad que todos estamos obligados a reconocer.

SALUDO DE NAVIDAD


   Faltan muy poquitos días para la máxima fiesta de la cristiandad, en la evocación del nacimiento de Jesús.
   Aunque los tiempos han transformado a esta celebración en un hecho meramente pagano, consumista y gastronómico, vienen al caso pequeñas consideraciones.
   Procurar que el encuentro sea para unir a la familia, y no para desmembrarla ahondando las diferencias que pudieran existir en su seno.
   Lo importante es estar con quien uno quiere estar, sin presiones, imposiciones o sugerencias, elaborando cada solitario su propia felicidad.
   No tan solo en el seno de la familia, formalmente constituida o no como tal, se encuentra la paz por la que se brinda en Nochebuena.
   Compartir con los que poco o nada tienen, ese poco o esa nada en cuanto a lo material, pero emborrachándose de cariño, sinceridad, agradecimiento y comprensión.
   El espíritu de la Navidad es eso: no tan solo disfrazarnos de buenos, sino de practicar la bondad, de perdonar, de hacer autocrítica y pedir indulgencia al reconocer nuestros errores.
   Intentar cuidar el cuerpo, porque en el nombre de Jesus se cometen excesos lamentables tanto en la comida pero sobre todo a la hora de beber, con las consecuencias que después lamentamos.
   Ser prudentes a la hora de los gastos, porque estas fiestas sirven para caer al absurdo endeudamiento que dura por lo general hasta abril o mayo, merced al abuso en la utilización del dinero plastificado.
   La vieja costumbre argentina de patear los problemas hacia delante, y mejor si son deudas.
   De todas maneras, lo importante es sentirse feliz.
   Saberse acompañado, aunque sea en la soledad.
   Saberse apreciado y querido, aunque sea por una sola persona.
   Sentirse en un escenario de bienestar momentáneo, permanente o pasajero, del que cada uno haya sido su artífice.
   Después de todo, ninguna religión aconseja el mal y esa es la principal razón que nos obliga, no siendo malos, a ser felices a cualquier precio.
   Feliz Nochebuena, para los que amamos y para los otros también, porque merecen ser tan felices como nosotros que al menos lo intentamos.

   A la hora del abrazo, ¡Salud!