25 de febrero de 2014

DieGol y Víctor Hugo - DIOS LOS CRIA Y EL COMANDANTE LOS AMONTONA






La bolivariana causa chavista ya tiene un nuevo soldado, en este caso un sanmartiniano que por convicción ideológica o por vocación mercenaria ingresó a otro ejército y a lo mejor dejó el uniforme original, colgado en la percha del ejército para el que tantas victorias y satisfacciones cosechó.
   Como futbolista, claro.
   No como modelo de oposición al narcotráfico ni ejemplo para una juventud que lo idolatró por la magia de su zurda (me refiero al pié de ese lado) y lo ascendió a general de la pelota, mariscal de la gambeta y embajador mundial del gol.
   Se le perdonó la “mano de Dios” porque fue contra los ingleses, se le tolera su paternal estilo abandónico y su propensión a tocar, embarazar y buscar nuevas emociones en su maratón de cosificar a la mujer de turno.
   Está bien. No me peguen que soy el Gonio.
   Por eso quiero dejar a salvo lo único que nos sirvió para enorgullecernos de él, pelear por su buen nombre y su gamba excepcional, pero en su condición exclusiva de futbolista, manejador de un cuero redondo lleno de ilusiones compartidas con millones de argentinos, al paso de todos los gobiernos de los que Diego fue oficialista casi sin excepción.
   Ya es un soldado de camisa roja y charreteras “sponsoreadas”, una con el recuerdo de SU comandante venezolano y la otra con las siglas CFK 2015 que no estoy seguro habrán de caer atractivas a mucha gente, incluyendo a los simpatizantes y seguidores del kirchnerismo más puro y auténtico.
   Es como tenerlo a Schoklender encargado de las finanzas o a Jorge Corona como ministro de Educación.
   Puede que lo haya hecho por necesidad, porque si resulta caro mantener un matrimonio, imaginemos lo que será hacerlo con dos, tres o los que vayan a seguir apareciendo en forma de divorcio.
   Será comentarista deportivo y político de acuerdo con lo que adelantó y tendrá como ladero a ese agradable y metafórico relator, por muchos envidiado no por su cercanía con el poder, sino por lo que le pagan.
   Maradona rezó una encendida oración cívica al anunciar en Caracas la firma del contrato que lo ligaba a la televisión y al gobierno de Venezuela, para la transmisión del Mundial de Fútbol.
   Víctor Hugo Morales, con inusual cautela, se inclinó por la prudencia del respetuoso silencio, al menos en las noticias e imágenes que llegaron a mi conocimiento.
   Diego el ídolo, el único, el irreemplazable, el irrepetible, el endiosado mundialmente, el padrillo universal, el agobiado por la frula, el que nos hizo delirar con su endiablada manera de divertirse con un fútbol, hizo lo único que le faltaba: meterse de milico.
   Y para colmo, en la legión extranjera.
                                                                                              Gonio Ferrari

23 de febrero de 2014

SLB-230214-UNA BRAVATA - NO IMPORTA CUANTO COBRAN - D'ELIA, EL PIQUETERO AFORTUNADO - NUEVO ESQUEMA DEL TRANSPORTE - DINERO CON SANGRE - EL INDIGNO DOLOR FISICO - LA MEGACAUSA,etc

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” emitido el 23 de febrero de 2014 por AM580 Radio Universidad de Córdoba




 UNA CURIOSA BRAVATA

   Que se vayan, que dejen de contaminar, que no recibirán un peso de nuestra parte, que ellos nos tendrán que pagar una fortuna …
   Esta bravata no era vociferada contra algún invasor, agente extranjero, delincuente internacional o traidor a la patria. Estaba dirigida a Repsol después del desalojo que les impusiera el gobierno nacional tras la reestatización de YPF.
   Al final, les terminamos pagando cinco mil millones de dólares.
   Con razón, ahora en España, están de moda los cuentos de argentinos.

¿IMPORTA CUÁNTO COBRAN?

   Los argentinos tenemos un cúmulo de preocupaciones, lógicas en tiempos de crisis que no todos reconocen y para eso están los que transforman a los aumentos de precios en reacomodamiento, inflación en ajuste monetario, cepo en defensa del peso o marginación y pobreza, en exclusión por culpa de los poderes concentrados.
   No es atinado ni oportuno cuestionar lo que cobran desde la señora presidenta hacia abajo, en el gabinete ministerial y en otros cargos de relevancia.
   La gente debe entender que una jefa de Estado necesita un sueldo acorde con sus altas responsabilidades de conducción, lo mismo que su equipo de funcionarios que sacrifican sus actividades particulares al optar por servir al país y a la sociedad.
   En lo personal, estimo que tanto la señora como sus más allegados colaboradores debieran cobrar por lo menos el doble de lo que reciben, y disponer de esos dineros a su antojo, como cualquier hijo de vecino puede hacerlo, incluso para operar con moneda extranjera.
   De cualquier manera y más allá de las posturas ideológicas de cada uno, bueno sería dejar de lado alguna recóndita hipocresía en homenaje a la seriedad, porque quienes asumieron a su cargo funciones de tamaña responsabilidad, tienen la obligación de recibir esa paga y más aún, sin que nadie tenga que escandalizarse por ello.
   Esto, siempre y cuando esas responsabilidades se encaren con seriedad, ecuanimidad, desinterés personal, patriotismo, sacrificio y sean ejercidas sin exclusiones, histerias ni caprichos, para todos … y todas.
   Al final de cuentas, tener la desdicha que nuestros altos funcionarios del gobierno nacional cobren mucho menos que sus pares latinoamericanos, al ver los patrimonios de los nuestros y lo que crecieron en los últimos años, es para admirarlos.
   Al menos, por su patriótico sentido del ahorro.

EL NUEVO TRANSPORTE URBANO

   Muchas veces las prisas políticas llevadas por el camino cercano a la desesperación, suelen conducir a fracasos rotundos en lo funcional, con un enorme perjuicio colectivo porque desnudan un peligroso criterio basado en los apresuramientos.
   No es para cuestionar la calidad o no del nuevo esquema del transporte urbano, sino su puesta en marcha en un escenario enrarecido por esa maligna confrontación de intereses, donde como es habitual, el único perjudicado es el usuario, fundamental sostenedor del sistema.
   Esa especie de unidad transitoria que en los momentos de conveniencia reiteran la luna de miel entre empresarios y dirigencia sindical, solo viene sirviendo para que con la renovada toma de rehenes a los pasajeros, la tarifa se ajuste para beneficiar a los dueños y a los trabajadores de la actividad, perjudicando siempre al pasajero.
   La municipalidad, que es el poder concedente, queda en medio del fuego cruzado de las presiones y sin otra alternativa que ceder ante cada jaque mate que le plantean, en nombre de una paz social demasiado frágil.
   Se me ocurre que no es atinado remendar ahora frente a inquietudes de los vecinos, cuando se debió consultar antes de diagramar el esquema y aplicar un aumento de características casi salvajes para el bolsillo de la gente.
   Que los cambios mejoren el servicio es el deseo de todos, para terminar de una vez con el reinado de la improvisación por un lado y de la prepotencia por los otros dos costados de esta relación que por lo general ofrece a sus víctimas, los pasajeros, soluciones perversas.
   De nada sirven tres días de gratuidad para que la gente pasee sin boleto, cuando lo aconsejable era el cambio gradual para evitar situaciones traumáticas, que en el curso de la semana laboral se transforman en insuperables.
   Pero es lo que hay, cuando la improvisación derrota a lo que debe ser un manejo transparente de los servicios.
   No todo es sumar ómnibus nuevos ni comprar trolebuses.

MAS SOBRE LA MEGACAUSA

   Como es natural, suele ser complicado satisfacer las expectativas de todos enfocando las cosas de manera equilibrada, porque siempre habrá, gracias a Dios, gente conforme y de la otra.
   Nuestra preocupación profesional por seguir los pasos de la megacausa del Registro, no está encaminada a tildar a nadie de inocente o de culpable: no soy defensor, fiscal, juez ni verdugo, pero me molesta que un mecanismo de excepción como lo es la prisión preventiva, sea aplicado por la justicia cordobesa como una norma en contravención a los códigos y a lo establecido por encumbrados organismos internacionales.
   Los testigos presentados en esta semana repitieron la modalidad de la semana anterior, ya que ninguno sabía ni declaró sobre los hechos que son motivo del juicio.
   Un abogado defensor planteó esta circunstancia al Tribunal, alegando el fiscal que los testimonios eran  pertinentes por constituír indicios. 
   Los testimonios consistieron en manifestar cualquier cosa, independientemente de los hechos investigados, que el testigo hubiera podido conocer, escuchar, intuír, sospechar, pensar, etc. acerca del imputado, sin importar fecha o lugar, y que pudiera reputarlo o mostrarlo como "malo", por lo que con algunos testimonios nos remontamos casi a las épocas de la conquista.
   En este escenario los "indicios" son expresiones como: "no me consta, pero escuché decir que" o "me dijo que le  habían dicho..." sin saber ni de quien se  hablaba.
   El  Derecho Penal de Autor, que fuera utilizado por el régimen nazi, intenta demostrar  que el imputado es una persona mala y como tal es responsable del delito. 
    Nuestro mandato constitucional es un Derecho Penal de acto o de hecho, esto es, somos responsables y debemos ser juzgados  por aquello que hacemos, por hechos concretos que deben ser debidamente probados, y no por chusmeríos o por los contactos que puedan figurar en las agendas de los imputados.  
   El Derecho de Autor está fuera de nuestra ley, de la dignidad, del respeto y de todo derecho humano, y en ese sentido, fue concluyente para los tiempos lo que sostuviera  el filósofo y médico John Locke: “Donde quiera que la ley termine, comienza la tiranía”.
   Y para la democracia eso es agregarle un inédito peligro.


D’ELIA, EL PIQUETERO AFORTUNADO



Lo que les comentaba recién: cuando aparecieron tiempo atrás los nombres de D’Elía, Castells y otros menos notorios, debo confesar que fui parte de una corriente de simpatía, porque los tomábamos como aggiornadas versiones de Robin Hood al advertir su compromiso en la lucha por los desposeídos y marginados.
   Los tiempos, el encuadre ideológico, la avidez y la impunidad hicieron lo suyo para derrumbar imágenes y colocarlos en las enfrentadas veredas de la pobreza y de una súbita prosperidad, todo en nombre del sacrificio y la coherencia o de la verborragia y la prepotencia.
   Castells estuvo preso, lo afeitaron menoscaban su look original, le secuestraron el poncho, hizo una prolongada huelga de hambre, se enfermó, lo internaron y cuando recuperó su maltratada salud, volvió al ruedo pero con menos bríos que un caracol.
   Hizo y hace la suya como opositor al modelo, atiende un comedor comunitario y sigue firme y coherente en su postura.
   Mientras todo esto sucedía, el bueno de D’elía armó su propia fuerza de choque, golpeó a ciudadanos, intimidó a diestra y siniestra, padeció curiosos ataques de amenacitis aguda y siempre tuvo de su lado la consagración de una impunidad que le llovía, lógicamente como toda lluvia, desde arriba, con excepción del bidet.
   Cuestionó a la puta oligarquía, hasta que se transformó en oligarca, aunque desconozco su orientación sexual.
   Ahora pide la pena de muerte para un opositor venezolano, en un arranque de delirium tremens que seguramente tiene su origen en los padecimientos económicos por los que atraviesa su familia.
   Todos sus hijos -me comentaron que son cinco en total- dependen del Estado y el más bajo de sus sueldos es de 25.000 pesos mensuales, lo que le posibilita a este patriota vivir en una casita que se puede conocer por Internet si es que a usted lo acosa la curiosidad.
   Su propuesta de paredón para alguien que piensa distinto me exime de mayores consideraciones, porque es preferible utilizar el espacio con buena música, como siempre.
   Y para terminar con esto del protegido D’Elia, una cosa es hacerse un lugar en la historia y otra, muy distinta, es ser un peligroso personaje de historieta.

DOLOR FISICO, INSULTO A LA DIGNIDAD

   ¿Por qué será que el tormento físico es lo más invalidante para el ser humano? No es casual que los desalmados y los tiranos lo apliquen a quienes se oponen a sus designios o como manera de arrancar confesiones a través de la sangre, del padecimiento y del miedo a que se prolongue el calvario.
   Es probable que el paralelo sea exagerado, pero se hace difícil restarle dramatismo al sufrimiento de quienes por su carencia de recursos o de cobertura médica, están condenados a la indignidad del dolor, porque el negocio de los medicamentos carece de cualquier virtud que se parezca a la sensibilidad social.
   El deterioro que provoca cualquier enfermedad suele ser controlado por la enorme gama de específicos que integran nuestro vademecum, posiblemente el más amplio del planeta. Y han sido los laboratorios -especialmente multinacionales- las empresas que más han lucrado en nuestro país, transformado a veces en campo experimental de compuestos prohibidos en el resto del mundo.
   Los laboratorios que operan en Argentina, a más de su indudable poderío económico, en muchas ocasiones y con distintos gobiernos han impuesto sus criterios científicos y sus caprichos políticos, modificando leyes y haciéndolas adecuar a sus intereses. Viene al caso recordar como ejemplo, la dura lucha del ex Presidente don Arturo Illia en ese sentido.
   Sin embargo esos laboratorios cuentan con un condicionante de la situación que les posibilita lucrar desmedidamente con la inocultable complicidad de un poder que permite todos los excesos, en nombre de la salud de la población. Y es así que encontramos situaciones absurdas como los márgenes inverosímiles de utilidades que se advierten al cotejar el costo de un producto con su precio final.
   Eso lleva a los laboratorios a tomar de rehenes a los médicos, en muchos casos seducidos tras la imposición de las muestras gratis, por invitaciones a congresos de dudoso nivel científico que son más viajes de turismo que encuentros donde se debata la problemática específica. Esas muestras no son gratuitas, porque el paciente las paga con creces cuando el sistema le impone su compra y utilización, de la que depende la recuperación de la salud que es parte fundamental del bienestar.
   Especular con el dolor de la gente; con la desgracia de la enfermedad y sus secuelas, es una vil acción que debe terminar sin que esto signifique el quebranto de nadie ni el riesgo de perder fuentes laborales, que son las amenazas constantes de los especuladores de siempre, que por curiosas razones suelen estar estrechamente vinculados con los círculos del poder donde se toman decisiones.
   El gobierno nacional se ha encaminado a terminar con el despiadado abuso empresario, estableciendo precios reales a miles de medicamentos, los más utilizados de la farmacopea nacional y que debido al descontrol habían alcanzado precios astronómicos sobre todo para el bolsillo de los más vulnerables.
   Era hora y resulta oportuno destacar que una posición firme al respecto terminará con este perverso camino de impunidades que por la indiferencia oficial, venían transitando a sus anchas los laboratorios, fortaleciendo frente al dolor una cruel manera de imponer precios aprovechándose de las angustias ajenas.
   Si los laboratorios ya acostumbrados a especular con la desesperación del prójimo, embolsar fortunas y consolidar un romance de mutua conveniencia con los profesionales de la salud, amenazan con irse a otro país, no les pongamos trabas porque la oferta empresaria es variada como para elegir lo mejor, y terminar con esa salvaje costumbre de imponer métodos reprobables, que transforman un bien social como es el medicamento, en un artículo suntuario.
   Porque la salud no debe ser un privilegio de nadie, sino la merecida calidad de vida al alcance de todos.
   La salud es también un derecho humano fundamental.

MISTERIO FINANCIERO

   Son tantos los elementos que componen el complicado mundo del dinero que las intrigas, la avidez, las envidias, la ilegalidad y otras  miserias humanas pasan a ser moneda corriente, todo en nombre de tener siempre más y más sin importar cómo lograrlo.
   Gente que sabe de finanzas, me explicaba que las mesas de dinero son el resultado de las complicaciones legales que existen para operar en los bancos autorizados, porque el dinero es demasiado caro a la hora de los préstamos y los créditos, y penosamente devaluado cuando hablamos de depósitos a plazo fijo.
   La posibilidad de lavar efectivo alcanzado no siempre dentro de la legalidad, es otro de los atractivos de esas empresas que no hacen preguntas acerca del origen y son celosas custodias, mientras subsisten, de la identidad de sus inversores.
   Después de todo eso no es problema: la imprescindible y emblemática existencia de los testaferros y prestanombres, facilita transacciones anónimas y la propiedad de los valores se arregla por cuerda separada mediante acuerdos privados, debidamente homologados.
   Así me contaron que es la cosa y por eso a nadie sorprendería conocer las identidades reales de quienes confían su dinero en esas organizaciones, porque estaríamos frente a una melange de hombres de negocios, funcionarios públicos, profesionales, deportistas, entidades de dudosa trayectoria, usureros y por qué no, periodistas.
   Es tan enorme la masa de valores que se acumulan, que al primer cimbrón leve le sobreviene un terremoto, como ahora ha sucedido con una financiera local.
   Las cosas están en manos de la justicia con dos hechos salientes como ejes: la dudosa muerte de una persona y la apresurada y aparente huída de otra ligada a la primera.
   Los días que se vienen, se los puedo asegurar, serán pródigos en sorpresas.
   O en revelaciones que no sorprenderán a nadie.

DE LA SOTA, SEP Y LOS AUMENTOS

   Es lógico: cualquier empleado público, por eso de la igualdad ante la ley, tiene el derecho a un salario cuya base sea el que gana la policía, logrado después de su tolerada y costosa sedición que impuso un caos inédito en Córdoba.
   La dirigencia del Sindicato de Empleados Públicos cerró un acuerdo por un aumento equis pero los docentes no se dejaron seducir por los espejitos y las piedritas de colores, porque un 28 por ciento sobre 8.000 es una cosa, y el mismo porcentaje sobre 4.000 es la mitad.
   Y como es costumbre incorporada al cordobesismo, ya se avizora que peligra el comienzo de clases, como si alguna otra vez en los últimos años hubiera sido distinto.
   Los números en la provincia crecen aceleradamente, si nos referimos a la deuda que se sigue acumulando pese a la despiadada presión tributaria, la tasa vial a los combustibles y otros rebusques, mientras vemos con mucho de bronca que esos dineros solo vuelven parcialmente con algún camino, boletos gratuitos y otras maneras de ir juntando votos, frente a la estrepitosa caída de imagen, emergente del desastre provincial de diciembre.
   Tomemos en cuenta, a la hora de la demanda salarial, que la depreciación de la moneda aplica un lógico menoscabo que se acrecienta mes a mes, y se siente de manera especial y contra los números oficiales, cada vez que pasamos por la caja del supermercado.
   No se trata de simplismo, sino de realidad.
   Los empleados públicos merecen un aumento, y en torno de esa cuestión hay un tema pendiente, porque si la situación es tan floreciente como la pintan desde El Panal, o el gigantesco rallador de queso si así prefiere llamarlo, no debiera tardar el Dr. de la Sota en terminar con esa injuria a los jubilados de actualizarles el haber seis meses después que los cobran los activos y los viejos reciben monedas.
   Eso no se llama iliquidez; es un descarado agravio a quienes merecen consideración, mimos y respeto.
   Es, más que nada, un desprecio.
                                                                                          



20 de febrero de 2014

EL DOLOR FISICO ES UN INSULTO A LA DIGNIDAD







El dolor es más soportable para el
que carece de pan” (H. Foscolo)

¿Por qué será que el tormento físico es lo más invalidante para el ser humano? No es casual que los desalmados y los tiranos lo apliquen a quienes se oponen a sus designios o como manera de arrancar confesiones a través de la sangre, del padecimiento y del miedo a que se prolongue el calvario.
Es probable que el paralelo sea exagerado, pero se hace difícil restarle dramatismo al sufrimiento de quienes por su carencia de recursos o de cobertura médica, están condenados a la indignidad del dolor, porque el negocio de los medicamentos carece de cualquier virtud que se parezca a la sensibilidad social.
El deterioro que provoca cualquier enfermedad suele ser controlado por la enorme gama de específicos que integran nuestro vademecum, posiblemente el más amplio del planeta. Y han sido los laboratorios -especialmente multinacionales- las empresas que más han lucrado en nuestro país, transformado a veces en campo experimental de compuestos prohibidos en el resto del mundo.
Los laboratorios que operan en Argentina, a más de su indudable poderío económico, en muchas ocasiones y con distintos gobiernos han impuesto sus criterios científicos y sus caprichos políticos, modificando leyes y haciéndolas adecuar a sus intereses. Viene al caso recordar como ejemplo, la dura lucha del ex Presidente don Arturo Illia en ese sentido.
Sin embargo esos laboratorios cuentan con un condicionante de la situación que les posibilita lucrar desmedidamente con la inocultable complicidad de un poder que permite todos los excesos, en nombre de la salud de la población. Y es así que encontramos situaciones absurdas como los márgenes inverosímiles de utilidades que se advierten al cotejar el costo de un producto con su precio final.
Eso lleva a los laboratorios a tomar de rehenes a los médicos, en muchos casos seducidos tras la imposición de las muestras gratis, por invitaciones a congresos de dudoso nivel científico que son más viajes de turismo que encuentros donde se debata la problemática específica. Esas muestras no son gratuitas, porque el paciente las paga con creces cuando el sistema le impone su compra y utilización, de la que depende la recuperación de la salud que es parte fundamental del bienestar.

Especular con el dolor de la gente; con la desgracia de la enfermedad y sus secuelas, es una vil acción que debe terminar sin que esto signifique el quebranto de nadie ni el riesgo de perder fuentes laborales, que son las amenazas constantes de los especuladores de siempre, que por curiosas razones suelen estar estrechamente vinculados con los círculos del poder donde se toman decisiones.
El gobierno nacional se ha encaminado a terminar con el despiadado abuso empresario, estableciendo precios reales a miles de medicamentos, los más utilizados de la farmacopea nacional y que debido al descontrol habían alcanzado precios astronómicos sobre todo para el bolsillo de los más vulnerables.
Era hora y resulta oportuno destacar que una posición firme al respecto terminará con este perverso camino de impunidades que por la indiferencia oficial, venían transitando a sus anchas los laboratorios, fortaleciendo frente al dolor una cruel manera de imponer precios aprovechándose de las angustias ajenas.
Si los laboratorios ya acostumbrados a especular con la desesperación del prójimo, embolsar fortunas y consolidar un romance de mutua conveniencia con los profesionales de la salud, amenazan con irse a otro país, no les pongamos trabas porque la oferta empresaria es variada como para elegir lo mejor, y terminar con esa salvaje costumbre de imponer métodos reprobables, que transforman un bien social como es el medicamento, en un artículo suntuario.
Porque la salud no debe ser un privilegio de nadie, sino la merecida calidad de vida al alcance de todos.
La salud es también un derecho humano fundamental.


GONIO FERRARI

16 de febrero de 2014

SLB-160214-LAS AULAS DE LA VERGÜENZA - DE ARREPENTIMIENTO NI HABLEMOS - PERLITAS DE LA MEGACAUSA - MEMORIOSOS APUNTES DE UNA DECADA - SUEÑOS O PESADILLAS, ETC



Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del domingo 16-02-14 emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.






LAS AULAS DE LA VERGÜENZA

   Cuando tiempo atrás le preguntaron a Pepe Mujica en qué pensaba poner el acento durante su gestión, el ex combatiente popular uruguayo que llegó a Presidente, dijo que su prioridad sería la educación.
   Bah, en realidad a la hora de las promesas todos dicen lo mismo, citan a grandes pensadores y después caen en una especie de prevista amnesia y se dedican a privilegiar otras acciones que equivocadamente calculan políticamente más redituables.
   Dicen que Mujica lo está haciendo aunque los resultados se podrán apreciar en un par de décadas o más.
   Entre nosotros, dejemos de lado eso del contrasentido de la computación en lugares donde no hay señal o para comunidades cuya preocupación mayor es vivir con algo de dignidad.
   Pero en nuestra patria chica, en la geografía cotidiana de los cordobeses, saber que aún existen aulas que funcionan en oscuros contenedores, es una injuria no tan solo a la condición humana sino un penoso despojo a la esperanza; un ataque burdo a la construcción del futuro; una ofensa que no merece perdón.
   Me dirán que los alumnos en esas condiciones no llegan al millar, pero es la explicación maquiavélica de los insensibles; de los que seguramente envían sus niños a escuelas privadas.
   Que les pregunten a los ocupantes de esos lamentables recintos de metal, si les importa que tengamos un faro sin mar, puentes sin río, casa de gobierno confortable o divertidos carnavales.
   Que nos digan ellos, los postergados, si entienden la ignominia de vender una imagen ficticia, solo apoyada por una publicidad onerosa, inoportuna y desesperada frente al tobogán de la caída, gastos que impiden que esos niños sean considerados como personas.
   Córdoba no tiene por qué ser solo caminos, autopistas, aislados planes de viviendas, mentirosas inversiones en generación de energía ni jugosos sueldos para sus jerarcas de los tres poderes.
   Merecemos que el cordobesismo desagravie a los alumnos y docentes injuriados, porque desde el poder se ha ofendido al futuro.
   Con un simple ejemplo: si de la recaudación de la abusiva tasa vial se dejara de concretar un solo kilómetro de caminos, las aulas contenedores pasarían a ser mal recuerdo de un solo plumazo.
   Solo así, veríamos que el Pepe Mujica, humilde y enchancletado gobernante, tiene razón.

INDEC, EL ARREPENTIMIENTO AUSENTE

   Por fin la sinceridad estuvo por encima del engaño, de la manipulación estadística, de la vieja política de los ocultamientos y de otras mañas que por desesperación, suelen acompañar a los gobiernos en crisis.
   Eso de intentar que creyéramos tonteras tales como que la inflación era un invento de los medios y que el costo de vida crecía en décimas, cuando la realidad, el supermercado y los impuestos nos hacían ver un panorama totalmente distinto, para nuestra desgracia.
   Pero los de arriba necesitaban mentir, para que los organismos internacionales no se enojaran.
   Hasta que se enojaron, se pusieron firmes y realizaron un planteo exigiendo el sinceramiento de nuestra maltratada economía, manejada por inexpertos o equivocados, que leían su propio diario y no tenían idea de las necesidades y las angustias nacionales … y populares.
   Revelaron tardíamente algo que estaba más junado que La cumparsita y que nos apretaba a la hora de exigir las actualizaciones salariales, atrasadas hasta la ignominia porque el poder no quería ni sabía asumir el costo político de la inflación, que se devoraba los sueldos vetustos y atrasados.
   No sé si el casi 4 por ciento de aumento en el costo de vida durante enero, que ha informado el adecentado Indec se ajusta a la realidad absoluta, pero algo es algo y es lo que hay.
   Sin embargo nunca completan las buenas acciones, o al menos las que necesitan para seguir en pie: nadie habló de errores cometidos, de mentiras consentidas y menos aún de arrepentimientos.
   Sería una expresión de justicia, siempre y cuando venga acompañada por el repudio a quienes instauraron ese sistema embustero, escracharlos como hacen con los evasores, y hacerles probar ese traje a rayas que tantas veces se anunció para los delincuentes.
   Es para rogar que alcance la tela.

PERLITAS DE LA MEGACAUSA

   En las audiencias de esta semana  prestaron declaración siete   testigos   propuestos   por  la  fiscalía,  manifestando algunos coincidentemente  no  conocer los hechos que son motivo del juicio y varios no haber estado en el Registro en
aquellos momentos.
   A  quien era directora  por entonces y habría formulado la denuncia, no se la interrogó.
   Sin embargo, uno de los testigos manifestó que quien se  desempeñaba como Secretario de Ingresos Públicos de la Provincia,  Jorge  Córdoba, no  podía   desconocer  lo  que sucediera en el Registro  ya  que su director no hacía nada sin  consultarlo, y  además, Córdoba  es  pariente de quien fuera directora al momento de acaecer los hechos.
   Lo curioso,  llamativo,  inédito  y  lamentable es que tales declaraciones motivaron  que por expresa indicación de los camaristas, ordenaron a quien filmaba  las audiencias, que apagara la cámara.
   Este insólito episodio ocurrió incluso con intervención policial, ya que un efectivo se encargó de verificar que se había interrumpido la filmación, importante documento tan caprichosamente utilizado.
   Sería complicado tomarlo como un caso de censura, porque la cámara no era de ningún canal, sino la contratada por el Poder Judicial de Córdoba, lo que resta transparencia a la causa y refuerza las dudas acerca de la aplicación de justicia.
   Puede ser tomada como una acción negativa que afecta la necesaria legitimidad de un juicio.
   Al menos, la pone bajo sospecha.

MEMORIOSOS APUNTES DE UNA DECADA

   Suele ser complicado que todos entiendan esa verdad que a los periodistas nos acompaña desque que empezamos por hacer los palotes en la profesión: el avión que llega no es noticia, como tampoco lo son para tirar cohetes, hacer fiestas y cantar loas, cada vez que un gobierno hace algo bien, porque simplemente es su obligación y la mayoría lo votó para eso.
   Criticar no es militar en la cadena del desánimo, sino emplear un arma que refresca la memoria y renueva compromisos muchas veces olvidados por utópicos, o porque se pasó el momento político de las promesas.
   Con ayuda de amigos, entre ellos Luis C y Marcelo L, me puse a hurgar en esta última década, y encontré varios puntos de olvido que merecen ser actualizados, cada uno como una pregunta.
   ¿Recuerdan a libre.ar, el sistema de celulares del estado para competir con Movistar, Personal, Nextel y Claro? Lo pregunto porque me encantaria conseguir un móvil así.
   También me suena a cosa del pasado aquel delirante proyecto de la Isla Demarchi,. anunciado como el nuevo polo audiovisual argentino, cuando en el acto del anuncio el amoroso y seductor Pablo Echarri saltaba y gritaba.
   Lo mismo con aquella reforma judicial y policial, lanzada en el 2004, tras el "blumberazo" y es para preguntarse ahora dónde está el FBI o Agencia Federal de Investigaciones que prometió  el presidente de entonces y dónde estará escondido el ex ministro de Justicia Gustavo Béliz, autor de esas y otras iniciativas. 
   ¿Y los radares tridimensionales que iban a instalar en el Norte del país para que no siguiera "lloviendo droga", de acuerdo con lo que denunció oportunamente la Corte Suprema de Justicia? 
    ¿Y las obras que harían para no incrementar el déficit energético, porque si Atucha 2 está lista, ¿por qué -me comentaron- no genera ni un solo megavatio para el sistema interconectado?
   Y me vienen con bronca a la cabeza cada vez que se corta la luz, los parques de vientos en la Patagonia y la energía solar en la Puna. 
   ¿Dónde están los miles de kilómetros de autopistas que se iban a construir en Salta, San Luis, Río Negro, Santa Fe, Misiones, Córdoba, otra entre Comodoro Rivadavia y Caleta Olivia, la finalización de la autopista Illia?
  Bueno sería saber dónde descarriló el tren bala con sus estaciones en Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza y Mar del Plata, lo mismo que el tren a Chile desde Mendoza, el tren a las nubes que iba a cruzar los Andes, el "tren de los pueblos" hasta Uruguay, el transpatagónico biocéanico de Santa Cruz, el cordón ferroviario de Rosario, el de Barranqueras en Chaco, el subte de Córdoba…
   Nadie conoce, salvo en el poder, dónde están los planes federales de viviendas que nunca se terminaron, cuando la realidad muestra que las villas marginales duplicaron su extensión y altura durante la última década en la que también se iban a urbanizar las mil villas que tienen Capital y el conurbano ,y en esto no hay error de tipeo, porque son un millar de asentamientos espantosos, con dos millones de hacinados. 
   Todavía la mitad de la población argentina no tiene cloacas y en ese sentido los avances son mínimos, a lo mejor porque son obras que no se ven.
   De los grandes puentes del país, pongamos como ejemplo el meneado vínculo entre Buenos Aires y Colonia del Sacramento, en Uruguay.
   Qué pasó con los 20 mil millones de dólares que llegarían desde China, que al final, terminaremos dándole nosotros miles de millones a cambio de los ferrocarriles que nos enviarán desde Asia.
   Nunca se concretaron los veinte hospitales que se iban a construir con las retenciones a la soja y por una cuestión de seriedad, no tomemos en cuenta que el submarino nuclear que anunció Nilda Garré fue otra utopía.
   Hagamos memoria acerca de aquella tarjeta para hacer transparentes los planes sociales, de modo de que se conociera toda la información sobre sus beneficiarios.
   Y para evitar ser considerado destituyente, recordemos con buena onda un compilado de delirios como las heladeras, autos cero kilómetro, bicicletas, plasmas y electrodomésticos, carne porcina, milanesas, merluzas y ropa para todos.
   Les pido disculpas, porque quiero que sepan que no soy militante de la opo, no me paga Clarín, no soy empleado de Magneto, no trabajo en corporaciones, no estoy al servicio de los medios concentrados, ni pretendo enrolarme en la actividad partidista.
   Simplemente soy periodista independiente, ferviente cultor de la libertad salvaje, tengo amigos y un buen archivo.
   Y memoria, que le dicen…
   Porque a veces es bueno mirar hacia atrás, para ver el futuro.

SE FUE UN AMIGO

   Era de esos tipos íntegros, serviciales, profesionalmente solidario y generoso este admirado y empedernido ladrón de instantes que su cámara transformaba en inolvidables e irrepetibles.
   Demostró con su fina creatividad que en fotografía no todo había sido inventado y su audacia le permitió incursionar en técnicas inusuales que quedaron como expresiones artísticas de alto valor estético.
   A los 68 años la vida le cerró el obturador y nos dejó con esa impresión que regala un flash por su luminosidad que se estampa en la memoria.
   "Jean Claude" o Jorge Carda si se lo prefiere, dejó el sello indeleble de su calidad como persona y como fotógrafo.
   Y al despedir a quien solo se adelantó en el camino, puedo asegurar que derrumbó esa creencia y práctica nacional que transforma en santos a los muertos.
  Jean Claude ya era un buen tipo, antes de morirse.


¿SUEÑOS O PESADILLAS PARA COMPARTIR?


  Por allí la gente se desorienta cuando advierte las maneras más curiosas de poner a resguardo la imagen, que alguna vez fue sacrosanta, de una persona pública por su trascendencia histórica.
   Tal el caso del gobierno nacional y de doña Hebe, desde que tuvo la generosidad de poner bajo el ala, como dicen los gauchos, a dos personajes de la tenebrosa historia argentina como son los hermanos Schoklender.
   Es en esas ocasiones cuando se advierte eso tan notable de la sensualidad del poder, cuando el virus ataca y se consolida por el camino del enriquecimiento con el menor esfuerzo.
   Y por lo que dice la Auditoría General de la Nación en un informe que supongo tiene amplitud ya que insumió 200 páginas, se detectó que falta la bicoca de 42 millones de pesos en el manejo de los planes de vivienda que los célebres parricidas manejaban junto a la Fundación Madres de Plaza de Mayo.
   Doña Hebe dijo que no tenía nada que ver y que la culpa era de Schoklender, pero este buen muchacho ya batió que ella cobró 150 millones con su firma, cuando a él y a su hermano los echaron de la Fundación.
   Arriba, silencio y al medio este super ministro Capitanich en ardorosa defensa de la irascible y poco diplomática señora del blanco pañuelo, aunque seguramente el licenciado gobernador chaqueño debe estar pensando en lo incómodo que es armar una valija a mediados de mes.
   Esta obra de teatro es como lo era el viejo cine Odeon, y lo digo para los memoriosos, de función continuada.
   Lo único que resta por saber, es cuándo cometerán el acto de sincericidio, y reconozcan cuán cierto es eso de que algunos sueños, se transforman en pesadillas.
   Como en este caso, ni más ni menos.

EL MEDIO SIGLO DE CESAR TAPPA

   Anoche mi amigo Cesar Tappa festejó su cincuentenario, en una reunión que primero se haría en su casa, después en la Sala del Rey y por último terminó recalando en los salones de la Sociedad Rural, porque el estadio Kempes estaba ocupado y además llovía.
   Lo que pasa es que tal convocatoria se debió a que no tan solo los amigos fueron a saludarlo, sino también los otros.
   Cesar querido, laburante fervoroso, fino conocedor mejor que nadie de las intimidades de muchos sectores de nuestra sociedad, seguramente lo pasó de maravillas ante tanto afecto.
   Le agrego el mío aunque tardío y con retroactividad, anoche ausente por compromisos laborales, pero siempre vigente, desde aquellos tiempos en que Cesar era El loco de la moto.
   Sigue siendo el mismo, ahora con familia, pero sin moto.