24 de abril de 2022

S.L.B.: ACTITUDES QUE DENOTAN DESESPERACIÓN Y PÁNICO DE PERDER LA LIBERTAD - ¿VOTO DE INTERNO SILENCIO POLICIAL SOBRE LA "CUEVA AZUL"? - MEGACAUSA: INCIERTO PANORAMA CUANDO HAY MÁS INTERROGANTES QUE RESPUESTAS - JAVIER MILEI, EL PERSONAJE QUE ENCANDILA A LA JUVENTUD - PRETENCIOSO CORDOBESISMO QUE NO VACILA EN ENGROSAR SU DEUDA EN MONEDA EXTRANJERA - EL SR. PRESIDENTE QUE MANDÓ AL CARAJO A LOS ESCÉPTICOS, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 722 del domingo 24/4/22 emitido en dúplex por la AM580 y FM88.5 ambas dependientes de Radio Universidad Nacional de Córdoba.
 
Drama político interno que afecta a todos
HAY ACTITUDES QUE SOLAMENTE SE EXPLICAN POR LA
DESESPERACIÓN Y EL PÁNICO A PERDER  LA LIBERTAD
 
   “Los miedos no tienen patria, dueños, banderas ni autores porque son universales, indeseados, invasores, dañinos y por lo general indómitos e intratables. Puede que bien sean considerados los padres de la prudencia por eso de aparecer en el escalón anterior al peligro insuperable o letal y de allí la trascendencia de evaluarlo en la aplicación de tal sentimiento a la realidad, sin necesidad de apelar al cientificismo riguroso de que es pasible por parte de quienes los estudian y exhiben autoridad intelectual que los impulsan a tipificarlos”.
   Este párrafo corresponde a parte de un trabajo que realicé recientemente en el marco de un libro o mejor dicho ensayo, que he compartido con Marco Antonio Séptimo, inquieto e incansable escritor, abordando ambos una temática que se adentra en la sociedad y los miedos.
   La mención viene al caso porque en lo más encumbrado del nivel político del país es como si se hubiera instalado una curiosa forma de temer, tan curiosa como íntima y por ser íntima, negada de la boca hacia afuera pero seguramente dañina a las entrañas del alma y al sufrimiento de la mente.
   Es la única manera, digamos doméstica, de explicarnos algunas temerarias actitudes como lo son por ejemplo jugar con la paciencia y la comprensión del pueblo, agitar dudas en el mundo de la política no tan solo nacional sino con repercusiones en el exterior e incidencia en los mercados y otras derivaciones de posturas extremas, asumidas en la abierta intención de quebrar la independencia de los poderes y tener una justicia domesticada que de alguna manera pueda asegurar la libertad de muchos compatriotas dentro y fuera del poder.
   En este aspecto nos cabe a los argentinos en su mayoría, contar con la certeza que los protagonistas de aquellos movimientos que suponemos ajustados a derecho, pero éticamente reprobables, seguramente sienten que algo les viene carcomiendo la tranquilidad y el goce pleno de la libertad, que perderían si las jugadas no salieran como las vienen dibujando como intención, y son desprolijamente llevadas a la consideración de los organismos y poderes idóneos que se ocupan de esas cuestiones tan delicadas.
   Es amplia y variada la literatura que alude a los miedos, desde James Froude que no es Froid sino otro, sosteniendo que “el miedo es padre de la crueldad” pasando luego por Alain quien supo afirmar que “el hombre que tiene miedo sin peligro, inventa el peligro para justificar el miedo”.
   Ser víctima del pánico a perder la libertad es caer a las profundidades de una virtual desintegración social a la que nos conducirán, si prevalecen los ideales y las mañas de quienes buscan con denuedo gozar las delicias -para ellos- de lo que pretenden, una Justicia despersonalizada, amigable y sumisa.
   También Octavio Paz tuvo una de sus tantas certeras definiciones cuando sostuvo, tiempo atrás, que “las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo”.
   Por eso nos descoloca, al menos en mi caso personal, que se apele a ciertas argucias que no son alimentadas por una buena intención, que bien puede ser mejorar las condiciones de vida de la gente que nos rodea en este bendito país, sino de llevar la situación a un extremo tal de definiciones que culmine en una repudiable manera de manejar los hilos de la Justicia y de su histórica majestad.
   Por todo esto me voy a permitir no aconsejar pero sí sugerir, a todo aquel ciudadano o ciudadana que aliente esa temeraria inquietud de salvarse al margen de lo jurídico y ético que se pueda encarar, con el humano objetivo de salvaguardar su libertad luego de una íntima amnesia, que respete y tome en cuenta palabras de Hugo Wast, quien tuvo la inteligencia y a lo mejor mucho de patriotismo, de pedir como un clamor de respeto por la ley y por el prójimo, “Que nadie se vaya a dormir teniéndote miedo pues se despertará teniéndote odio. Si quieres que te quieran no te hagas temer”.
   O sea, en buen romance, que sembrar miedo por lo que llegara a suceder, equivale a sembrar odio, precisamente cuando es lo que abunda, tiende a crecer si no lo frenamos a tiempo y tenemos la obligación de desterrarlo para gozar esa inconmensurable dicha de ser felices, en una bendita tierra como lo es la nuestra, a la que tanto amamos.
 
Es difícil esconder a medio centenar de implicados
VOTO DE CÓMPLICE  SILENCIO EN UN ORGANISMO
ARMADO AL QUE SE LE CONFÍA DEFENDER LA LEY
 
   Hay situaciones en que la imaginación aparece totalmente superada por la realidad, una realidad acuciante, dañina, reprobable y tan nociva como lo es negada o escondida por quienes son protagonistas de su existencia, crecimiento y la llamativa como absurda impunidad que gozan.
   Algo así como una mesa de dinero, una especie de “cueva” como las que proliferan en nuestro país donde quienes las bancan mercan con dinero extranjero porque venden y compran dólares, euros, reales y todo aquel valor físico que sus poseedores quieran transformar en adelgazado dinero argentino o viceversa.
   Cíclicamente se detectan esas fuentes marginales de cambio clandestino y es por esa razón que para el sentir popular, la cotización del “blue” es más importante que el dólar exportación y cualquiera de las otras variantes de la moneda norteamericana y es allí en ese instante y con pesar, que podemos advertir que un billete de los de última generación como son los de 100 pesos con la histórica figura de Eva Perón, vale la miseria de no llegar ni a 50 centavos de un dólar yanki.
   El tema central de estas consideraciones o pensamientos en voz alta, es que todo ese movimiento que uno imagina marginal y apartado de la ley, exista únicamente en ciertos ámbitos de la sociedad pero a nadie se le hubiera ocurrido que algo así como un centro de inversiones en moneda extranjera donde también se operaba con pesos nuestros, tuviera como sede el corazón de la Policía provincial con demasiados implicados -al menos hasta ahora- y muchas más víctimas de los pícaros de siempre que son capaces de sacarle el pantalón a un maratonista mientras corre.
   Se descubrió algo que por lo visto no había sido cubierto como para gozar plena indemnidad, ya que con el correr de las horas advertimos que crece el número tanto de participantes de la conducción como de víctimas de esos desalmados, que se aprovecharon de muchos de sus colegas laborales para despojarles de ahorros logrados mediante la honestidad y el compromiso del sacrificio.
   Son demasiados como demasiadas son las preguntas que flotan en el aire y necesariamente deben ser difundidas para que, en una de esas, los responsables de la fuerza expliquen lo que aparece como inexplicable, al menos por curiosidad.
   Si la organización era tan importante y crecientemente numerosa ¿ninguna de las jerarquías se avivó como para desbaratar esos antros de despojos, apresar, juzgar y condenar a los responsables de tales iniquidades?
   ¿Tenía conocimiento alguien de la cúpula de algo tan irregular que sucedía en sus propias narices?
   ¿A dónde fue a parar esa declamada “inteligencia policial” que sabe cuáles, en cualquier barrio, son los elementos peligrosos y disociantes?
   Y si alguien dice que conocía esas “operaciones de usura y aprovechamiento del prójimo”, ¿es posible en un escenario donde todo, todo, se sospecha y por ende se investiga, la cúpula no tenía ni remota idea de su existencia?
   Es más o menos como el tema de la inseguridad que para las autoridades tanto policiales como políticas hasta el sillón mayor del Panal, siguen considerando “una sensación”.
   Como ciudadanos, tenemos, si, la sensación que nos están charlando porque es injustificable esa ceguera y sordera parciales, especialmente cuando deben extremarse los cuidados hacia adentro.
   En una de esas, un año de estos, el ministro del área, siempre atareado y sin tiempo para dar explicaciones ni siquiera a la Unicameral que es de su mismo palo al menos la mayoría, asume su responsabilidad de ser vocero de una verdad que todos sospechamos, pero que nadie desde el poder se anima a declarar.
   A lo mejor también para nosotros, eso de la inoperancia ajena tan cabalmente demostrada y certificada por la angustiante realidad, no es otra cosa que una inocente como injusta sensación.
 
Megacausa del Registro de la Propiedad
TERRIBLE  PANORAMA CUANDO EXISTEN
MÁS INTERROGANTES QUE RESPUESTAS
 
   La Real Academia Española tiene varias acepciones para la palabra daño. Lo describe como detrimento, perjuicio, menoscabo, dolor, molestia o maltrato. También como estropear y como condenar a alguien o dar sentencia contra él.
   La palabra se ha escuchado repetidas veces en la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, en especial en referencia al curioso fenómeno de encerrar a las personas sistemáticamente durante años en prisión preventiva, sin realizar el juicio. 
   La lista de daños de esta práctica es ilimitada: detrimento, perjuicio y menoscabo de la salud, la familia, el trabajo, la economía; dolor y maltrato por condenas y sentencias que no respetan los pasos establecidos por la ley, como el Juez que admite que no existen pruebas y que no sabe cómo participaron, pero igual los dejará presos a menos que puedan demostrar que no lo hicieron, o la comisión especial para juzgar a todos, en lugar de los jueces por sorteo. 
   El reclamo del daño llegó a la Corte Suprema de Justicia de la Nación que ordenó a Córdoba acatar las leyes y devolver la libertad durante el proceso y también a la Organización de las Naciones Unidas, que recomendó la libertad de un imputado y la reparación razonable por el grave daño moral y material sufrido.
   ¿Cómo se repara este daño? ¿Sería razonable que los funcionarios actuantes pasaran, siendo nosotros bondadosos, 40 o 50 días en las mismas condiciones para poder autoevaluar sus acciones?
   Ni todo el oro del mundo vuelve las agujas de los relojes, cura las injurias ni borra la ominosa imagen de las rejas impuestas por la injusticia, el empecinamiento o el verticalismo funcional.
   ¿Será que fuera del arbitrio de la comisión especial, una mirada objetiva e imparcial hubiera podido evitar esto? ¿Habrá otras injusticias en esta causa?
   Es demasiado peligroso cuando sobre cierto sector de la justicia existen más interrogantes que respuestas. 
 
El esplendor del márketing en política
MILEI, EL PERSONAJE, LAS ENCUESTAS Y ESA
CURIOSA SENSACIÓN DEL ENCANDILAMIENTO
 
   Bien sabemos por experiencias especialmente alcanzadas después de la recuperación de la Democracia allá por 1983, que el márketing en política y más aún cuando es con miras a elecciones, se fortalece de manera brutal a través de los medios en primer lugar y luego con las volátiles encuestas previas que por lo general y más en los últimos tiempos, vienen de derrape en derrape pero no escarmientan.
   Posicionar a un candidato o precandidato tiene sus bemoles, su exigencia de imaginación y renovación de conceptos y propuestas y más que nada su enorme costo, razón por la cual la tarea debe ser impecable si es que se alienta alcanzar resultados más o menos decorosos.
   Así fueron imponiendo valores de cada uno como por ejemplo y solo algunos porque la memoria no me alcanza para tanto, a Carlos Saul le popularizaron las patillas, a Duhalde su sabiola, a De la Rúa su provincianismo y la tonada, a Raúl Alfonsín su saludo clásico, a Néstor varios aspectos físicos que lo hacían simpático, a ex Ella esencialmente su condición de mujer luchadora por todos sus derechos, a Macri su profunda simpatía boquense, etcétera, etcétera…
   Ahora que están cada día más próximas las elecciones presidenciales, es como si todos los candidatos que anunciaron participar en la lucha ya estuvieran pasados de moda; aparecen vetustos, desactualizados, demodée, en fin, para muchos en condición de impresentables.
   Entonces, todos habrán coincidido, habrá que innovar, aportar sangre nueva, caras expresivas, actitudes audaces, propuestas inéditas y todo aquello que pudiera impactar en el electorado, tan sensible a los cambios de personalidad ajenos.
   Javier Milei es uno de esos ejemplos, quizás el más cercano y promocionado, que saltó a la consideración de la gente por la estudiada improlijidad de sus llamémosles peinados, los gestos ampulosos, las respuestas irreverentes, los diálogos mediáticos que lo hacen aparecer casi gracioso pero lejos de la callejera creatividad de un Luisito Juez, por ejemplo.
   Sin embargo, los que saben dicen que Milei arrastra a la juventud y en los sondeos que de manera personal me tocó encarar, me encontré con que esa es la realidad.
   Ahora, ya cuando algunos piensan que Milei pasa a ser candidato a las preferencias mayoritarias y quieren acollararlo con los que vienen jugando en las ligas mayores, es cuando se llega a pensar en apresuramientos que no siempre, precisamente por esa causa, terminan mal, como todos los encandilamientos.
   Es interesante para los sociólogos y analistas de la política en el más alto nivel el caso de este muchacho, porque muestra que la política no se trata de una actividad estática sino dinámica que se motoriza con el estìmulo que cada uno le imprime con su personalidad.
   Habrá que ver, si lo de Milei es realmente una luz de innovación dentro de la ajada política argentina, o el surgimiento de nuevos y positivos aires.
   Veremos qué sucede con el prolijamente despeinado.
 
Compromisos en monedas extranjeras
EL “CORDOBESISMO” PRETENCIOSO  QUE  NO LE
HACE ASCO AL RIESGO DE ENGORDAR SU DEUDA
 
   ¿Se ha tomado cabal conciencia que los cordobeses debemos -nosotros en el conjunto de la sociedad y no el gobierno como muchos creen- una suma cercana a los 300.000 millones de pesos? Los debemos nosotros que somos los que nos quedamos y parece que al gobierno poco le calienta porque ellos, en definitiva son aves de paso que revolotean, anidan, picotean lo que pueden y luego remontan vuelo o buscan quedarse de cualquier manera, manejando las leyes, eliminando los obstáculos y apelando a cuanta argucia puedan crear y manipular.
   Pero nosotros, lo repito, somos quienes a la corta o a la larga deberemos pagar las deudas contraídas por los gobernantes, en muchos casos como alimento de la demagogia de hacer cosas al fiado y esperar que los giles, que también somos nosotros, sobrevivamos para pagarlas mediante la permanente, abusiva y creciente presión tributaria.
   Lo malo es que no tenemos cuenta corriente con el almacén, ni con los amigos del kiosko o con la señora de la panadería que pese a todo nos siguen fiando, porque esas deudas son en pesos y reclamadas de la misma manera.
   Pero la verdad es que estamos debiendo 251 mil millones en dólares, casi 18 mil millones en euros y a los kuwaitíes, mis amigos, nada más que 1.400 millones en su moneda que es el dinar, equivalente cada uno a casi cuatro dólares.
   La mayoría de esos dineros fue destinada, según se supone y algo se ha informado, a la realización de obras viales, puentes y emprendimientos similares, aunque nos hayamos descuidado en seguridad, educación, salud pública, vivienda, generación de demanda laboral fuera de las dependencias del estado y otras menudencias.
   La municipalidad, en esa sociedad preelectoral entre el Gringo y el sanfrancisqueño, también es partícipe de los dineros que llegaron a estas pampas.
   O sea que, cordobeses, a ajustarnos el cinturón ooootra vez, que se vienen tiempos duros, porque todos los que nos prestaron dinero querrán recuperarlo.
   Porque bien se sabe, que en este mundo, nadie regala nada.
   Ni siquiera la iglesia con tantas riquezas que amarroca y tantos pobres como tenemos…
 
¿Acaso para otear hacia la lejanía en el tiempo?
ANTICIPÁNDOSE A LA PALABRA PRESIDENCIAL NO  
SON POCOS LOS QUE YA “SE FUERON AL CARAJO”
 
   Fueron muy ocurrentes, ante su tropa propia siempre lista para el aplauso y la ovación, algunas consideraciones que hiciera el Sr. Presidente de la Nación, sobresaliendo uno de los pasajes más festejados al final de su alocución.
   Y los participo de lo que comentaron los colegas: En medio de la fuerte interna oficialista, el presidente se mostró envalentonado con respecto a sus posibilidades y las del peronismo de continuar en el poder en 2023.
   “El que quiera hacerles creer que en 2023 estamos perdidos, ¡un carajo estamos perdidos! ¡un carajo estamos perdidos!”, arengó el mandatario nacional ante los militantes que asistieron a un plenario del Partido Justicialista.
   De esta manera, Alberto Fernández vuelve a mencionar la posibilidad de que el Frente de Todos continúa en el Gobierno tras las elecciones presidenciales del 2023 en medio de las fuertes internas que vive el albertismo contra el kirchnerismo, y eso que todos se dicen peronistas...
   Alberto Fernández llevó la discusión por el Consejo de la Magistratura de Olivos a la Universidad. El mensaje de Alberto para "los que quieren hacerles creer que en el 2023 estamos perdidos" fue contundente y alegórico.
   Cada uno sabe lo que tiene que hacer, dijo, y sabe qué intereses tiene que defender, por lo tanto necesito de todos y cada uno de ustedes que estén convencidos. Y los que quieren hacerles creer que en el 2023 estamos perdidos, ¡un carajo estamos perdidos! ¡un carajo estamos perdidos!", levantó su voz el presidente, pletórico de esperanzas y autoestima…