29 de enero de 2014

CAPITANICH: “ES ACTITUD ANTIPATRIÓTICA LA DESESTABILIZACIÓN DE CARÁCTER ECONOMICO”





El jefe nacional de los ministros sigue en su ímproba tarea de culpar a cualquiera con tal de no ejercer eso tan preciado para la democracia, como lo es la autocrítica. Deja de lado las internas partidarias, los desacuerdos y las evidentes improlijidades en su relación con el joven Kicillof pero hasta el momento ha evitado señalar al o a los responsables -que desde adentro y por impericia o error- nos llevó a la situación que estamos viviendo. Resumiendo y con respecto a la actual crisis “verdeazulada” del país, habló de una presión psicológica sobre la economía y dijo ”sentir vergüenza por la actitud antipatriótica” de comerciantes y empresarios, al considerarla una postura “de desestabilización de carácter económico”.
   Me pareció entonces pertinente, más allá de la sorda lucha de los números, las estadísticas, las cotizaciones, los cepos y el blue, recrear algunos conceptos enunciados en mi espacio radial con relación al patriotismo:
   “Cumplimos más de dos siglos como Nación y es como si no hubiéramos aprovechado las lecciones de nuestra propia historia.   
   Desde la escuela primaria nos vienen metiendo en la cabeza algo parecido a la simpleza sin complicaciones, para hacernos entender que la Patria es la Bandera, la escarapela o el Himno Nacional.
   Los políticos en algo coinciden, al pensar a la Patria como la construcción de una obra gigantesca, para nuestro bienestar y para todos los hombres del mundo que quieran habitar su suelo y considero oportuno opinar qué es la Patria, al menos desde mi humilde condición de ciudadano.
   La Patria debe ser el paraíso donde podamos vivir en paz y en libertad.
   La Patria es decencia, trabajo, sacrificio.
   La Patria no es la beca para no trabajar, ni es el bolsón.
   La Patria es honestidad, entrega, amor por las raíces y generosidad con nuestro prójimo.
   La Patria es construir y no mentir.
   Es buscar el bien común.
   Es gobernar y obrar sin soberbia ni autoritarismo.
   La Patria es administrar honradamente lo que tenemos y erigir aquello que necesitamos.
   La Patria, por muchos bastardamente devaluada en su concepto, es educación, seguridad, justicia y salud para todos, sin elegidos ni marginados.
   La Patria es el respeto a los que piensan distinto.
   A la Patria -para no olvidarlo jamás- la hacemos en la ciudad y en el campo.
   La transpiramos en la calle, en las escuelas y en el surco.
   Más nos demoraremos en gozarla, cuanto más nos demoremos en construirla.
   Y la vida que merecemos los argentinos, por las riquezas que la Patria tiene, nos lleva más de dos siglos de ventaja.
   Nos estamos resignando peligrosamente a perder demasiado tiempo, mientras seguimos esperando aquella Revolución que se inició en 1810.
   A la Patria enferma no se la cura con jarabe de pico, dijo Anzoátegui.
   La Patria no es un reñidero donde las pasiones se desbordan y la violencia nos domina.
   La Patria es el diálogo, el disenso, la discusión, el debate.
   La Patria no es de civiles ni de militares, sino de argentinos.
   La Patria no es Lanata, ni es fútbol para todos.
   La Patria no es Menéndez, pero tampoco lo es Firmenich.
   No lo es de los ricos ni de los pobres, sino de los ciudadanos probos y honestos.
   La Patria se dignifica con el trabajo, y cuando no hay, es necesario crearlo, porque la Patria es producción más que subsidios.
   La Patria es también rebeldía ante lo injusto, cariño por lo nuestro y respeto hacia los demás.
   La Patria envilecida por la corrupción, solo se sana con justicia independiente.
   A esta Patria la haremos grande cuando estemos unidos, y juntos ahuyentemos a los fantasmas de la discordia y las miserias que se fortalecen con los resentimientos.
   Parece mentira, que a más de dos siglos de su nacimiento, la Patria todavía no tenga definida su identidad.
   La tendrá sin dudas, cuando podamos coincidir pobres y ricos, ciudad y campo, profesionales y estudiantes, civiles y militares, peronistas y radicales, liberales e  izquierdosos, rubios y morochos, en que la única bandera del país debe ser el esfuerzo con decencia.
   Ese día maravilloso, marcará la verdadera fecha de nuestro alumbramiento como Nación.
   Trabajemos juntos, empecemos ya, para que la desunión y los desencuentros no sigan siendo más rápidos que los almanaques”.


Gonio Ferrari

26 de enero de 2014

SLB 26-01-14 - LAS CULPAS SON SIEMPRE AJENAS, VALIOSO SUBSIDIO, RECONOCER LA INFLACION, CORTES DE ENERGIA Y AGUA TURBIA, EL VIAJE A CUBA, LA MEGACAUSA, etc.



Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”, emitido el domingo 26 de enero de 2014 por AM580 Radio Universidad de Córdoba.


 




 














 LAS CULPAS SON SIEMPRE AJENAS

   Reapareció la señora seguramente impulsada por su responsabilidad de dirigirse al país, o al menos al 54 por ciento que la votó en la última elección presidencial y también en cierta medida para responder al gataflorismo que le cuestionaba su silencio, pero protestaba ante los abusos de la cadena nacional.
   Lucía esbelta, bien peinada y haciendo prevalecer el blanco de su vestido por encima del aburrido e impersonal negro, color que para colmo, engorda y hace resaltar la falta de sol en la piel.
   Anunció un generoso plan de ayuda económica para jóvenes que no trabajan, hecho curioso en un país que según dicen tiene menos de un dígito de desocupación, y que no estudian, en una Argentina que derrocha tecnología cibernética, regala netboock’s a diestra y siniestra, aunque en la Plaza San Martin no se pueda encontrar el wi-fi que cuando era gobernador nos mintió Schiaretti.
   Su elenco estable de aplaudidores mostraba el delirio lógico de sentirse beneficiarios de tamaña generosidad.
   Atrás en la bruma de las preocupaciones nacionales … y populares quedaban los dramas de la inflación, la inseguridad, la corrupción, el cepo, la crisis energética y algunas otras inquietudes difíciles de esconder.
   Lógicamente de todo eso ni una palabra, porque no era cuestión de aguar la fiesta y hacer que de la algarabía se mutara a la realidad.
   Los males escondidos hacían bultos debajo de esa alfombra de bonanza, pero no por ello se detenía el deterioro de nuestra economía, que seguía sacrificando reservas en la vana intención de frenar al blue.
   La euforia, esa mentirosa euforia que pagamos todos los argentinos, debía padecer los embates de la desesperación oficial por equilibrar una balanza desquiciada por la imberbe inexperiencia de la conducción y el capricho ideológico, por esa pésima costumbre de no asumir culpas.
   En otro posterior escenario, los dos ministros se miraban entre ellos como si no le debieran nada a nadie.
   Uno de ellos, que en los últimos tiempos ha sufrido agudas crisis de desorientación, demostró que si acudió a alguna terapia, de nada le sirvió.
   El otro, recién llegado de la luminosa París, a donde fue a llevar una propuesta que según dicen aún nadie leyó.
   Bien pudo enviarla por el Correo recuperado utilizando las nuevas estampillas y ahorrándonos a los argentinos lo que sale ese viajecito en primera clase, como protocolarmente corresponde, más los viáticos, porque creo que ni siquiera pagó alojamiento.
   Y dieron la grata nueva: levantaron un cepo que según ellos y hasta un minuto antes no existía, era una maniobra destituyente del grupo Clarín y un invento fogoneado por el imaginario popular … y no tan nacional.
   Porque si dos empresas, por caso la Shell y una aceitera, pueden poner en jaque a la economía consolidada, por atenernos al discurso oficial, es lo mismo reconocer la falta de espalda política o lo que es peor, la crisis de credibilidad en el sistema de la década ganada.
   Bienvenido el nuevo subsidio para los llamados ni ni.
   Que sirva algo más que para distraernos de la realidad.

VALIOSO SUBSIDIO

   De ninguna manera se le pueden restar méritos al nuevo subsidio que beneficiará a jóvenes que reúnan ciertas condiciones y comprobadas falencias que se exigen para su otorgamiento.
   Algo más de un millón de argentinos estarían en condiciones de alcanzar el beneficio que conviene repetirlo, persigue el noble fin de impulsar la educación de aquellos que no la procuran porque es más imperioso trabajar, y en negro que es más conveniente.
   Pero no perdamos de vista ni insistamos en encontrarle una doble intención, que encierra esa costumbre argentina de invertir en educación para recibir las utilidades en votos.
   No deja de ser tentadora la posibilidad de 600 pesos al fin de cada mes, sin trabajar, pero al menos haciendo que se estudia.
   Los controles deben ser más severos que los necesarios para la instrumentación del beneficio, para que tenga un marco de seriedad y sirva para alejar sospechas.
   Y dejemos de lado la polémica que se lanzó desde el poder hacia la gente: que el mismo día del anuncio de este generoso plan, los medios se ocuparan más de la primera etapa de una fuerte devaluación, que el mismo poder niega con la verdad a la vista.
   Porque si lo analizamos desde lo cualitativo, esa pérdida de valor de nuestra moneda es tan importante, que incluso con proyección a mediano plazo, ya transformó esos 600 pesos mensuales en mucho menos, solo con el paso de un par de meses.
   Ni qué hablar de la repercusión social de la devaluación en todos los frentes como  en la industria, en el trabajo, en el ahorro, en fin, en todos los aspectos de la vida nacional que conforman nuestra calidad de vida.
   Y no tan solo en lo que puedan pensar y esperar más de un millón de jóvenes.

LOS CORTES DE ENERGIA Y EL AGUA TURBIA

   La luz se cortaba a cada rato, volvía cuando quería, no se trataba de cortes anunciados, aunque seguramente si programados por la EPEC para regular la prestación frente a la explosiva demanda por el calor.
   Nos preparemos para padecer lo mismo en invierno, porque la generación de la energía necesaria no se hace de un día para otro, sino que requiere inversión que hace más de una década, a lo mejor la década que dicen haber ganado también el delasotismo y sus socios, que no se dispone de fondos para que la tecnología se ajuste a los requerimientos.
   Seguiremos rezando que haga frío en enero y que tengamos más de 30 grados en julio, como si quisiéramos alterar la innegociabilidad del almanaque.
   El agua que dicen es apta para consumo luego de análisis serios y con base científica, dudo que formen parte de la dieta de quienes la analizaron y de los que la venden.
   A lo mejor es una simple cuestión de pinta, pero no deja de ser importante y le pongo un ejemplo: ¿usted bebería un vaso de agua amarronada, que parece que allí se hubiera bañado un león, aunque le digan que es potable?
   No me responda, porque si me dice que sí, me está mintiendo.
   Y si me dice que no, seguramente usted es cordobés.

ALGO SOBRE LA MEGACAUSA

   El Dr. Daniel Pastor, de la Universidad de Buenos Aires, con respecto a la prisión preventiva, afirma que “la posibilidad de aplicar una pena sin sentencia es una violación de garantías fundamentales muy tentadora: esta pena anticipada no necesita cumplir con las exigencias (acusación, defensa garantizada y amplias facultades probatorias) que el Estado de derecho impone para la procedencia de la pena".
   Semejante tentación encuentra expresión en la megacausa del Registro: se han realizado 33 juicios, en los que se ha juzgado a más de 100 personas, condenando a más del 95%, con una particularidad: pese a que los delitos sospechados son excarcelables, con penas mínimas de 6 meses, y la mayoría de los imputados son trabajadores sin antecedentes penales, en aproximadamente el 70% de los casos, según definición del autor, quien es doctor en Derecho Penal, se les aplicó la pena sin cumplir con las exigencias de acusación y prueba clara y garantías a la defensa.
   Otro dato objetivo es que en todos los juicios actuó la misma Cámara, la Décima,  sin que exista sorteo, y que los jueces han sido casi siempre los mismos, salvo excepciones por ausencia o recusación, habiendo participado en más de 20 juicios cada uno y conviene recordar al respecto que para garantizar la imparcialidad, un juez no puede intervenir dos veces en un mismo proceso.
   En todos los casos el Fiscal de Cámara ha sido acompañado por el Fiscal de Instrucción, a quien el Tribunal Superior de Justicia autorizó, como el Código lo permite, a coadyuvar en el juicio, aunque en el diccionario particular de esta causa tal acción es sinónimo de reemplazar, a punto tal que, en al menos cinco juicios, el Fiscal de Instrucción estuvo solo durante todas las audiencias y huelga recordar que todos los que padecieron la prisión preventiva, varios rompiendo el récord de los tres años, fueron condenados. 
   Esta causa ilustra las palabras del profesor Raúl Zaffaroni sobre la prisión preventiva: "Su descarada y hasta expresa función penal-punitiva lleva a que el auto de prisión preventiva sea en nuestra realidad la sentencia condenatoria y la sentencia definitiva cumpla el papel de un recurso de revisión. Ante esta disfunción -que solo los autistas jurídicos niegan- se cae en una triste ficción al continuar con los conceptos jurídicos tradicionales, que en modo alguno contribuye a fortalecer la paz social y la confianza en el derecho."
   Y pese a que esta costosa y pomposa investigación judicial de nueve años de vida ha juzgado  maniobras referidas a  aproximadamente cuarenta inmuebles, sean uno o varios lotes, los problemas de tierras y usurpaciones aumentan día a día en nuestra provincia, generando creciente inseguridad, si nos llevamos por las denuncias en tal sentido que frecuentan en los medios periodísticos.
   La paz social se consolida cuando se avanza efectiva y desinteresadamente en la resolución de los conflictos, no con la creación de megaprocesos judiciales que, generando un espejismo de justicia  y  avasallando las garantías fundamentales, como lo han marcado en este caso los organismos de derechos humanos, destruyen la confianza en el derecho.
   Viene al caso volver a indicar, por si es necesario, que como no somos defensores, fiscales, jueces ni verdugos, nuestra prédica ataca la exageración en la aplicación de la prisión preventiva transformada en norma cuando debe ser excepción, sin jugarnos por la culpabilidad o la inocencia de nadie.

NUEVO SISTEMA DE TRANSPORTE

   Tantas veces ha cambiado el sistema el transporte público de Córdoba, que debiera ser materia de estudio obligatorio desde la escuela primaria con un posgrado en la secundaria, como para poder enfrentar y asumir la condición de usuario.
   Mire joven Mestre: usted tiene todo el derecho y además lo prometió, de instaurar un modelo de transporte urbano de pasajeros que esté al servicio del usuario y no tan solo de los millonarios de la FETAP ni los angurrientos de la UTA.
   Haga lo que quiera, ponga cien corredores, cámbieles el color, exija unidades nuevas, pelee por las frecuencias, pero por favor, que el sistema sirva para viajar; para ir y volver sin la angustia de quedarse a mitad de camino o de faltar al trabajo, al estudio o al médico.
   Que el cordobés o cualquier otro pasajero sea tratado como un accionista del sistema y como una carga que se lleva por su peso y no por su condición de persona.
   Que los mecanismos de la ley terminen con los caprichos a veces mancomunados en beneficio propio, de los dueños de las unidades y de quienes las conducen y las atienden en su mantenimiento.
   El servicio, entiéndalo de una vez joven intendente, es de quienes lo sostienen, porque sin ellos tanto los empresarios como los insaciables dependientes de un gremio que vive con peleas internas, se quedarían sin su fuente de recursos, por ahora inagotable.
   Haga lo que quiera, Ramoncito, pero alguna vez piense, a la memoria de su papá, que será prócer quien ponga en su lugar a los partícipes de este negocio fabuloso, de contar con el servicio de transporte más caro y peor atendido del país.
   Y que los únicos merecedores de lo mejor de este servicio, son los pasajeros, los únicos que deben soportar la ofensa; la injuria diaria de no saber si van a llegar a donde pagaron para hacerlo.

RECONOCER LA INFLACIÓN

   Bien sabemos que para curar una enfermedad se necesita previamente un meduloso diagnóstico basado en los síntomas.
   Pero si el paciente, por vergüenza, incapacidad mental o cualquier otro pretexto busca esconder sus dolores, lo más probable es que su destino sea la tumba o el crematorio.
   Negar la inflación, dibujar las estadísticas, falsear los números y poner cara de que eso no existe, nos ha llevado a la conclusión que al navegar por el mar de la mentira, es complicado llegar al puerto de la realidad.
   Ahora que esa realidad nos está golpeando, supongo que el escenario será distinto, porque los argentinos mal que nos pese, nos hemos acostumbrado, por desgracia, a convivir con la inflación.
   Me importan tres pitos los miedos y las advertencias de Cavallo, como no tomo en cuenta los pronósticos agoreros de la mayoría de los economistas que se apoyan en su sapiencia, pero que la mayoría tiene menos calle que Venecia.
   La inflación es parte nuestra; indisimuladamente nuestra y es una porción de la vida argentina de los últimos años, salvo durante la convertibilidad del uno a uno, que estamos pagando ahora.
   Lo único que pido, como ciudadano castigado por esa inflación que beneficia a los aprovechados de siempre, estén o no en el gobierno, sean o no empresarios, se distingan o no como usureros, es que el poder no nos mienta más.
   Que con la verdad, nos aporte elementos para luchar y sostenernos.
   Seguir negando la presencia viral de la inflación, sostener que no se trasladará a los precios y perdón pero tengo que ser descarnadamente guarango, es creerse desde arriba que gobiernan no para argentinos… y argentinas, sino para más de 40 millones de boludos… y de boludas.

CELAC, CUBA Y LA DEMOCRACIA

   Es al menos curioso a veces el temperamento de los políticos y de la dirigencia, cuando se trata de optar en muchos aspectos de la vida.
   Optar por ejemplo entre Davos o Cuba para asistir a la Cumbre de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y del Caribe es coherente, si pensamos en la posibilidad de un embargo al Tango 01 en Europa.
   Pero irse a Cuba, me suena a un desubique obviamente subsanable, opinaría el canciller Timmerman, porque casi equivale a reconocer un alineamiento con un país gobernado por una falsa democracia, donde se encarcela a opositores y salir del país, incluso ahora para los nativos, demanda engorrosos trámites.
   La señora es dueña de hacer, lógicamente, lo que considere más conveniente y adecuado a su manera de pensar y de gobernar, pese a que en los últimos tiempos lo haya hecho desde la discreta serenidad de su silencio.
   Pero si asiste en representación de los argentinos, que no lo haga, por favor, en nombre de quienes no aceptamos la dictadura como forma de gobierno.
   Y que nada haríamos por convalidarla.

PRECIOS Y CONTROLES Y MERCADERIA ESCONDIDA

   Es lógico que si han amasado fortunas, es porque son oportunos e inteligentes a la hora de los negocios.
   Por eso no llamó la atención que en los supermercados desapareciera mercadería como por arte de magia, sobre todo los productos no perecederos o con largo plazo de vencimiento.
   Los electrodomésticos, al depósito.
   Operaciones señadas, inclusive de automóviles nuevos y usados, muchos comerciantes prefieren pagar un plus por devolver la seña para guardarse el producto.
   Y me comentaron que otro tanto ocurre en el mundo inmobiliario.
   ¿En qué quedará el ambicioso plan de control de precios a más de un centenar de productos?. No olvidemos que hasta los chinos entraron en el acuerdo aunque era complicado conseguir todo lo que figuraba en la nómina.
   Eso de sostener ahora que la inflación no irá a parar a los precios ha generado masivos ataques de risa entre los comerciantes y estupor en la gente.
   No nos asombremos, pero la realidad se encargará de demostrarnos, una vez más por si hiciera falta, que el sentido solidario frente a la adversidad está reservado más que nada a los que menos tienen.
   Aquello de la lista con precios máximos ya pasó al recuerdo.
   Es hora de recuperar el respeto por el prójimo, simplemente porque ese prójimo es cada uno de nosotros.



































22 de enero de 2014

“Yo, Carmona” ------------------------ ESTADO FISICO Y UN CURIOSO SENTIDO DE LA HONESTIDAD





 


El siguiente material no forma parte del libro
recientemente aparecido del periodista Gonio
Ferrari y que no se incluyó para evitar que se
pudiera pensar en una apología del personaje.
Su difusión, ahora, responde a un honesto y
riguroso espíritu documental de ese trabajo.

   Roberto José Carmona es un tipo apegado al gimnasio, émulo de Rambo, admirador de Rocky y cultor casi enfermizo del estado físico elevado a su más elevada expresión: una hora diaria de ejercicios de elongación, fortalecimiento de bíceps, endurecimiento muscular y énfasis especial en las piernas y en los brazos. Lo que se dice, un gimnasta completo y ambicioso en cuanto a los resultados de tal dedicación.
   Muchos estudiosos de las conductas carcelarias coinciden en que el interno ocupa más de la mitad de su tiempo en pensar. Pero no pensar en las delicias de la perdida libertad, en viajes a recónditos paisajes, en aventuras sexuales o en los placeres sibaríticos, sino soñando e imaginando la mejor, menos riesgosa y más cercana manera de fugarse.
   Carmona no es la excepción y protagonizó al menos un intento desde la cordobesa Penitenciaría de barrio San Martín, que refiere con finos detalles en uno de los reportajes. Un hecho que en su momento ni con el paso del tiempo tuvo difusión mediática.
   El condenado a perpetua poco es lo que tiene para perder incluyendo la propia vida, a la que no le asigna tanta importancia como el resto de los mortales, por esas especiales escalas de valores que manejan los delincuentes. Por las condiciones en que viven hacinados, marginados y olvidados por un sistema que nada hace siquiera por intentar recuperarlos, llega el momento que eso que exageradamente le llaman vivir y aquello tan desconocido como morir, tienen para ellos idéntico significado.
   Aunque las leyes hablan de asistencia sicológica, tratamientos especializados y otras acciones tendientes a cumplir con el mandato constitucional que en el final de su Art. 18 dice que “Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquella exija, hará responsable al juez que la autorice”, pero son más excepciones históricas que su respeto excluyente. Y el Art. 44 de la Constitución de la Provincia de Córdoba sostiene entre otros conceptos, que “Los reglamentos, de cualquier lugar de encarcelamiento, deben atender al resguardo de la salud física y moral del interno, y facilitar su desenvolvimiento personal y afectivo. Prohibida la tortura o cualquier trato vejatorio o degradante, el funcionario que participe en ellos, no los denuncie, estando obligado a hacerlo, o de cualquier manera los consienta, cesa en su cargo y no puede desempeñar otro por el término que establece la ley. Los encausados y condenados por delitos son alojados en establecimientos sanos, limpios y sometidos al tratamiento que aconsejan los aportes científicos, técnicos y criminológicos que se hagan en esta materia”.
   Y la verdad sea dicha, la mayoría de las cárceles del país no son sanas ni limpias y esos “tratamientos que aconsejan los aportes científicos…” están mucho más cerca de las utopías que de la realidad.
   A Carmona le asignaron una sicóloga que soportó tres o cuatro sesiones hasta que el penado la rechazó por agudas divergencias de criterios. El preso, considerado como persona inteligente que había cultivado su intelecto con lecturas variadas y no tan solo referidas al mundo de las leyes como es la inclinación de la mayoría de los internos, sostenía como íntima convicción -la misma que suelen tener los jueces al juzgar- que el mundo estaba equivocado.
  Hablando de arrepentimiento, que es el argumento que más a mano tienen los acusados por delitos graves y por lo general recomendado por los abogados defensores, Carmona jamás reconoció haberlo sentido apoyando tal actitud en que cuando cometió los delitos más graves, especialmente el asesinato de Gabriela Ceppi, no estaba en sus cabales como consecuencia y efecto de su inclinación por el consumo de drogas.

¿ARRANQUE DE HONESTIDAD?

   Es parte del imaginario popular considerar a cualquier condenado como carente de todo escrúpulo o prurito, capaz de las mayores violaciones a la ley y poseedor de un sentido de la impunidad que lo lleva a creerse insospechado.
   Por eso debe ser, si escuchamos a los internos de cualquier penal, que coinciden casi por unanimidad en sostener indefendibles inocencias
   Es por eso también, posiblemente, que quienes nunca estuvieron viendo transcurrir la vida desde atrás de las rejas, ignoren la existencia y el respeto por los códigos no escritos del hampa, que suelen ser la garantía de supervivencia dentro de una cárcel, en la relación con sus pares y con los propios cancerberos a quienes se les encomendó desde el Estado la complicada responsabilidad de ser garantes de la ley.
   Hay a veces y en situaciones especiales, rasgos de altruismo, de respeto, de solidaridad, lo que no significa que se pretenda maquillarles la ferocidad ni disminuirles las responsabilidades por las que fueron juzgados y condenados, sino la búsqueda de ese delgado espacio que separa a la bestia de la persona.
   A Roberto José Carmona, en sus tiempos de buena conducta dentro de la vetusta Penitenciaría de Córdoba, cuando corría el año 2007, se le encomendó la tarea rentada de fajinero para controlar el ingreso de mercadería y elementos aplicados a la limpieza como escobas, hipoclorito, jabón, desinfectantes, estropajos, etc. lo que lo mantenía ocupado y no tan cerca de su sempiterna vocación de fuga. Hacía su trabajo a conciencia y satisfacción superior.
   Todo caminaba a la perfección, hasta que un día pretendieron hacerle firmar el ingreso de mucha mayor cantidad de hipoclorito que la que en realidad le entregaban. Algunos memoriosos que prefieren que nadie evoque sus nombres,  aún recuerdan que el preso se salió de sus casillas, increpó duramente al empleado penitenciario que lo presionaba a consumar esa maniobra deshonesta y como pretendieron forzarlo, le aplicó un puñetazo.
   Carmona fue reducido, perdió su trabajo y por esas cosas inexplicables que a veces tiene la burocracia carcelaria, lo trasladaron al pabellón de máxima seguridad del penal de Bouwer, enclavado a unos 15 kilómetros de la capital mediterránea. Y con relación a ese episodio, llama la atención pese a transcurrir tanto tiempo, que esa agresión al empleado penitenciario no haya sido judicializada, y el traslado de Carmona fue justificado no como sanción disciplinaria, sino “por razones de seguridad”. Lo importante, de acuerdo con lo que es fácil imaginar, era impedir la investigación de un delito, agravado por el inédito detalle que tuviera a un condenado a perpetua, homicida casi serial, como denunciante de un acto de corrupción.  
                                                                                                                       G.F.