28 de diciembre de 2016

La Sra. K, procesada -----------

SI NO SE  COMETIÓ  DELITO
¿POR QUÉ PREOCUPARSE?


Siento miedo por mi país 

cuando pienso que Dios
es justo. (Tomas Jefferson)


   Tres jornadas antes de expirar el año y como una travesura de eso que le llaman Destino, el Dia de  los Mártires Inocentes la Justicia ordenó el procesamiento de la Sra. Cristina Fernández Vda. De Kirchner expresidenta de todos los argentinos disponiendo el embargo preventivo sobre sus bienes, por una cuantiosa suma de dinero.
   Esa es la frialdad de la noticia que calentó los ánimos tanto en una vereda como en la otra de esa grieta histórica que todavía no se cierra, ahondando diferencias entre quienes buscan fortalecer la gobernabilidad y aquellos nostálgicos que no se resignan a la pérdida del poder que ejercieron a lo largo de más de una década, para la actual minoría considerada “ganada” y para la mayoría electoral que consagró a Mauricio Macri, diez años de saqueo.
   La Sra. que se definiera como “exitosa abogada” deberá defenderse de las acusaciones planteadas por el magistrado interviniente, de asociación ilícita destinada a delinquir por haber conformado un grupo para operar en tal sentido con otros funcionarios, parientes y amigos, destacándose entre ellos la figura de un simple y llano cajero de banco que de buenas a primeras y por alguna curiosa alquimia, se transformó en uno de los empresarios más prósperos y poderosos del país, beneficiado con la realización de numerosas obras públicas, primero en la provincia de Santa Cruz y luego a lo largo y lo ancho de la geografía nacional.
   Dicen los que saben que Lázaro Baez -ya preso- era el socio principal.
   Escuetamente planteada la situación, es que surgen ingredientes que le aportan gravedad jurídica y alto impacto político, para un análisis que es preferible dejar por una parte para los juristas y por la otra, a cargo y responsabilidad de los analistas especializados.
   Lo que el ciudadano común se plantea son interrogantes propios de sus ansias por conocer el escenario, lo que ayuda a elaborar el propio criterio acerca de la situación y de sus eventuales consecuencias.
   Sin embargo, sorprende el nivel de dudas y descalificaciones que surgen desde las menguadas filas “K”, aunque olviden que allá por el 2004 el que fuera promovido a Juez, Dr. Julián Ercolini, sobreseyó velozmente a Néstor y a Cristina en una causa por enriquecimiento ilícito; el mismo Ercolini cuatro años más tarde y por una denuncia de Lilita Carrió sobreseyó a Néstor, varios de sus ministros, funcionarios y empresarios santacruceños, sobre quienes pesaba la dura acusación de asociación ilícita.
   Y también Ercolini manejó una causa y la impulsó hasta llegar a juicio a raíz de la investigación por el robo de datos de una base de la Anses, hasta que el caso llegó a
manos del inefable Norberto Oyarbide -quien una vez emérito se transformó en cuartetero- quien sugestivamente entendió que la violación de secretos era un delito de instancia privada y anuló todo el proceso con ese fundamento.
   Ercolini está al menos sospechado de simpatizar con los “K” y una de sus ocupaciones fue como secretario de la Corte y funcionario de la Oficina Anticorrupción donde encaró la investigación de fraudes contra el Estado. Y por si nadie lo recuerda, Ercolini encarceló a Ricardo Jaime en el marco de un expediente impostergable: la inaudita e irritante adquisición de material ferroviario ya inservible, a España y Portugal.
   No es para pensar ni remotamente que la Sra. intente eludir la acción de la Justicia, por lo que sería altamente improbable que le decretaran la prisión preventiva con lo que saciarían las ansias de barrotes que alientan desde el sector más duro de los seguidores del actual oficialismo gobernante.
   Lo que se ha venido ventilando en poco más de un año acerca de la corrupción estructural a la que fue sometido el país está a la vista y no sería inteligente pensar en la inocencia absoluta de todos los acusados. La situación está en manos de la Justicia donde se terminan las especulaciones, los chismes y el proceso se maneja en base a pruebas, si de excelencia podemos hablar en cuanto a la independencia de los jueces.
   Ella se cansó de pregonar que está siempre a disposición de la otra señora, esa de la balanza y los ojos vendados.
   Y a la hora de comparecer y sentarse en el banquillo al que nadie le inspira simpatía, tendrá las garantías que otorga nuestro sistema democrático. Siendo así, ¿por qué inquietarse, cuestionar, descalificar y menoscabar al prójimo a diestra y siniestra incluyendo a los magistrados, si no se ha cometido delito?. No es el patíbulo.
   Porque de última e íntimamente razonando, el juez más implacable e inapelable en sus fallos es la propia conciencia.
Gonio Ferrari

27 de diciembre de 2016

La corrupción policial -----------------

GRAVE DELITO DEFRAUDAR LA
CONFIANZA DE LA COMUNIDAD

En el tiempo de bárbaras naciones,
colgaban de las cruces los ladrones;
pero ahora en el siglo de las luces,
del pecho del ladrón cuelgan las cruces.
(Hugo Foscolo)
   Para muchos no fue tanta la sorpresa enterarse que una gavilla de salteadores domiciliarios era comandada por un jefe policial, que para colmo tenía a su cargo de Dirección de Investigaciones de la institución con asiento en la cercana Villa Allende, con lo que aprovechaba para enterarse de muchas situaciones y de los movimientos de la fuerza, merced al hecho de contar con los equipos de comunicaciones que estaban a su disposición.
   El hampa metida en la policía no es novedad como tampoco privativa de este gobierno sino que todos y de cualquier color, en distinta medida, porque ninguno tuvo la rigidez necesaria a la hora de las incorporaciones que por lo general han sido, son y seguirán siendo la moneda de pago para cierto nivel de militancia, o el reconocimiento por favores recibidos cuya catadura no es momento de evaluar, porque con la imaginación basta.
   La policía nunca dejó de ser “botín de guerra” para los gobernantes, que debieron entrar en el maligno juego de compartir silencios, esconder hechos gravísimos, deformar la verdad y dibujar las mañosas estadísticas en el vano intento de vender una seguridad inexistente, derrotada por la impunidad permitida y negociada y ese afán enfermizo de intentar meternos en la cabeza que el creciente reinado de la delincuencia era y es solo una estúpida sensación de los vecinos miedosos y una exageración de los periodistas .
   ¿Cuántos hechos delictivos protagonizados por policías se han conocido en los últimos años?. Si los números fueran honestos y se abrieran los escondrijos donde se atesoran ciertos secretos internos, sería una terrorífica revelación para la ciudadanía, ofendida por esa perversa sociedad que forman los supuestos y desleales defensores de las leyes y sus más violentos detractores y no tan combatidos enemigos.
   Cuando a la policía -más allá de lo científico y técnico- se la maneja políticamente con todos los turbios intereses que a veces son parte de la personalidad de los malos dirigentes, por errores o inacción se consigue llegar a lo que ahora vivimos los cordobeses: una subversión tal en los valores, que los delincuentes andan sueltos y los decentes y honestos debemos enclaustrarnos entre rejas.
   Lo de barrio Cofico, el saqueo durante una cena de jueces, políticos y abogados, es sólo una anécdota más dentro de la podredumbre, porque es el resultado de la incorporación y a veces el ascenso de individuos a quienes se “les lavó” el prontuario o cuentan con antecedentes descalificadores que no son tomados en cuenta o se subsanan con una esquela de tres líneas o un llamado telefónico “desde arriba” y a veces desde demasiado arriba.
   De la policía entre otros elementos “desaparecen” (robadas o “alquiladas”) armas que luego son usadas en asaltos y teniendo todos los elementos como para esclarecer esos hechos perpetrados en la mismísima Jefatura, pasan con el tiempo al más oprobioso de los olvidos, casi como para empezar de nuevo.
   Y empiezan de nuevo. Y siguen…
   ¿Algún resultado? ¿Alguna sanción? Nada que se sepa.
   En los últimos años se ha incorporado con una fuerza atroz y millonaria el elemento droga, hasta el punto que hay sectores de la ciudad donde sólo ingresan lo que los narcos consideran “cobanis amigos”. El descarado comercio de sustancias prohibidas en las narices policiales no es sólo un agravio y un ultraje a la inteligencia de los vecinos, sino que representa el triunfo de la indemnidad por encima de la ley y de quienes están para hacerla respetar. 
   Lo penoso es que muchos buenos policías, honestos y sacrificados servidores, arriesgan sus vidas en esta lucha desigual que ya la saben perdida porque esos efectivos también son víctimas del desamparo de las propias autoridades, que los dejan convivir con el enemigo que viste idénticas ropas pero con intenciones oprobiosamente opuestas.
   La podredumbre ya superó a esa manzana que consideraban el foco de la criminalidad y el contagio es creciente, lo que penosamente corroboramos cada vez que sale a la luz un hecho delictivo que mezcla y complica a policías en actividad.
   Es para rogar que eso que se comenta estaría sucediendo en el norte de la Provincia, con efectivos policiales de alto rango involucrados en secuestros extorsivos, sea tan patraña como lo que desde la gobernación se empeñan en insistir: que seguimos padeciendo una sensación.

Gonio Ferrari

25 de diciembre de 2016

S.L.B.: ¡FELIZ NAVIDAD! - EL CUADRADO, COSTOSO CAMINO SERRANO - EL ASALTO DEL AÑO CONTRA ABOGADOS, JUECES Y POLÍTICOS - COIMAS A LOS "K", NUEVO TEMA EN LA JUSTICIA - LOS PRECIOS TURÍSTICOS - MEGACAUSA Y CASOS INHUMANOS - RUMORES MALIGNOS - LOS NARCOS EN ACCION - VIENE LLEGANDO EL 2017, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 25 de diciembre de 2016, emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.

¡FELIZ NAVIDAD!

   Ya pasó la Nochebuena, ya llegó la Navidad, ya está la mayoría de las familias agotando aquello de los saldos y retazos de la noche lluviosa y de porquería que arruinó jardines, cenas al aire libre, caravanas y otros entretenimientos, pero ahorró una pila de plata porque la mayoría de la pirotecnia comprada para anoche, queda para despedir al 2016 y recibir al que viene.
   Por fortuna no ocurrió como en años anteriores, que a la mañana nos enterábamos de la enorme cantidad de afectados por las bombas y los corchazos y también por la elevada cantidad de accidentes de tránsito ocurridos en la noche y madrugada.
   Es que la lluvia, posiblemente, haya sido el motivo por el cual mucha gente optó por quedarse en sus casas, o visitar a parientes próximos o a vecinos, evitando desplazarse en coches.
   Y en taxis o remisses, ni pensarlo porque mágicamente a eso de las 21 desaparecieron ahuyentados por los sucesivos chaparrones y atraídos por la mesa hogareña o alguna otra diversión.
   Noche complicada en cuanto a las condiciones que nos regalara la Naturaleza, a contrapelo de los pronósticos de muchos optimistas -algunos de ellos supuestamente entendidos- que aseguraban que la lluvia llegaría este domingo a mediodía y que anoche solo sería un festival de relámpagos y truenos.
   Ya pasó una de las fechas más esperadas por los niños especialmente, que han visto de qué manera el consumismo nos llevó al Niñito Dios y trajo a Papá Noel con su símbolo cocacolero y sus costumbres que no son las nuestras.
   Una Navidad que también por el consumismo nos obliga a tragonear calorías propias del invierno, cuando estamos transpirando como testigos falsos y después tenemos que caminar hasta Jujuy ida y vuelta para quemar grasas.
   Ya pasó la Navidad y ahora para divertirnos nos queda el Día de los Santos Inocentes y la espera del 2017.
   Roguemos que los ataques de hígado de anoche nos permitan llegar
.
AL FINAL, EL ROBO DEL AÑO
   Es una lástima que hoy no hayan aparecido los diarios, porque seguramente hubieran titulado en grandes letras de su portada, “El robo del año” refiriéndose al que perpetrara una gavilla durante una fiesta en la casa de doña María Teresa Panetta, a la que asistieron jueces, fiscales, abogados y políticos, citándose entre ellos a Olga Riutort, Carlos Hairabedian, Luis Rueda y otros conspicuos representantes del poder judicial cordobés.
   Dicen que no hubo violencia salvo en el caso de los golpes que propinaron a la anfitriona demandándole dinero, joyas y otros efectos de valor.
   En resumen, los cacos se llevaron efectivo, relojes, celulares, alhajas y otros bienes por una suma aun no establecida. Iba a cometer el error de decir una suma “no precisada” pero seguramente me equivocaba porque lo que andaban precisando era dinero.
   Todos de cara al piso con la prohibición de mirarles a la cara y durante una hora los ladrones revolvieron y requisaron, para llevarse un jugoso botín.
   El domicilio donde se produjo este asalto está ubicado en Faustino Allende al 400, barrio Cofico y hete aquí que a la medianoche, una media hora después del atraco, una patrulla policial detuvo a un auto cuyos ocupantes mostraron actitudes sospechosas.
   Para enorme sorpresa, cuando los palparon y revisaron el interior del coche, se encontraron con efectos que habían sido sustraídos a los asistentes a la fiesta de Cofico.
   ¿Y quién parecía el jefe de la banda?
   Nada menos que un subcomisario con destino en la policía de Villa Allende y ocupaba el cargo de Jefe de Investigaciones, llamado Victor Ariel Barrionuevo, de 37 años.
El oficial fue apresado junto a cuatro ladrones en un operativo montado por la Policía en la zona del ex Mercado de Abasto y se sospecha que fueron los autores del asalto en una fiesta privada donde había magistrados y políticos. La banda tenía en su poder radios policiales.
   No hay caso, y lo peor es que la sorpresa no es tanta.
   Desde este espacio nos hemos cansado de sostener una premisa a la que las autoridades del ministerio de Gobierno ni el gobernador han prestado atención: si la policía no sabe limpiar su mugre interior, es imposible que nos salve de la mugre del hampa que domina a Córdoba.

EL CUADRADO, CAMINO COSTOSO

   Esta última vez -dicen desde el gobierno que será la última- tuvimos que esperar más o menos como un proceso de embarazo para poder gozar un paseo por el camino de El Cuadrado, seguramente la traza viál más inaugurada del mundo.
   Porque cada vez que llovía había derrumbes u otros problemas que obligaban a su clausura y lógicamente la reparación, con lo que en realidad el camino costó como cinco veces más de lo licitado en su momento.
    El Cuadrado es un camino que sirve no tan solo para recorrerlo, sino que ayuda en las campañas electorales, porque lo promocionan como la gran obra cuando en realidad ha salido más caro que el Taj Mahal, y los estúpidos cordobeses lo seguimos pagando sin chistar a pesar que nos siguen apretando con los impuestos que después van a parar a cualquier destino no prioritario.
   Sin embargo, llama la atención que no hayan sido tan airadas las protestas de la oposición, en una actitud casi como de indiferencia frente a la evidente falta de previsión y exceso, llamémosle de generosidad, a la hora de disponer de partidas que si las cosas se hubieran hecho bien, estarían aplicadas a otras necesidades más acuciantes que andar remendando un camino cada vez que llueve.
   Más que ejemplo de traza, modernidad y ejecución, este camino que ya hemos pagado tantas veces, es un ejemplo de imprevisión, apresuramiento y embuste preelectoral, como lo fueron el faro sin mar y otras pavadas por el estilo.
   Alguna vez los cordobeses nos avivaremos cuando los políticos del “tomala vos, dámela a mí”, vuelven a las andanzas de su eterna vocación por el relevo que nunca cambia.

COIMAS, OTRO PROCESO 

   En esta larga carrera en la que oponen sus razones, complicidades y silencios tantos ex funcionarios como algunos que continúan en puestos de mediano nivel, se mantiene esa constante inicial de ir descubriendo un nicho de corrupción cada tanto, como para mantener fresca y activa la memoria del pueblo.
   Porque si todo se hubiera destapado de golpe, al principio, por eso de la memoria corta que tenemos los argentinos, los hechos más resonantes y vergonzosos estarían ahora guardados en el rincón de los olvidos.
   Después de los bolsos de Lopez y su entrega en el convento atendido por las disfrazadas de monjas: del silencio posterior al descubrimiento del fiasco de los “sueños compartidos”, del dólar a futuro, del tren bala de Jaime, de las andanzas de Moreno, de las travesuras de Boudou, del escandaloso nombramiento de militantes en puestos del Estado, que ahora juegan a ser víctimas de los despidos y de tantas otras situaciones delictivas que están en manos de la Justicia, nos enteramos que la empresa Odebrecht también le pagó honorarios a la inmobiliaria de los Kirchner.
   La constructora reconoció haber pagado sobornos a funcionarios argentinos por 35 millones de dólares como asimismo los pagos a la sociedad de los Kirchner y la reunión de sus directivos con funcionarios argentinos.
   Después no faltan los nostálgicos, no resignados a la derrota que protestan por sentirse perseguidos, marginados, proscriptos y estigmatizados, muchos de los cuales continúan en funciones incluso en medios de comunicación, donde en lugar de optar por la autocrítica, coinciden en una actitud que absurdamente llaman “de resistencia” como si en lugar de una elección democrática los hubiera desplazado una tiranía.
   Son los que agitan los fantasmas del descontento, de los saqueos, del helicóptero y de otras estupideces, simplemente por falta de argumentos válidos como lo son las comparaciones y la memoria integral.
   Esto de las coimas es solo un proceso más, que llevará sin dudas a conclusiones jurídicas y consecuencias políticas.
   En el maravilloso juego de la Democracia, es un error propio de los autoritarios sindicar a las investigaciones como ensañamiento, porque es así como se debilitan el respeto y la consideración que nos merecemos.
   Esto no es una guerra, aunque por allí no falten los loquitos que aparecen con las caras tapadas y esgrimiendo fierros y palos, porque son los que primero se desbandan, para ir corriendo a los medios de comunicación a llorar que han sido reprimidos.
   Dejemos que en lo de las coimas actúe la justicia.
   Y si tiene que investigar a Mauricio Macri, a su familia o a Mongo, dejemos que también lo haga.
   Aprendamos, por encima de todo, a ser respetuosos de las instituciones, y la Justicia para un país saqueado, es la mejor de todas ellas.

LOS PRECIOS TURÍSTICOS

   Lo negativo de este asunto es que el local de comidas de Villa Carlos Paz  que cobró 300 pesos una pizza y 160 una cerveza  y tuvo la mala suerte del escrache mediático, que justo le tocara tan intensiva promoción provincial y nacional.
   Porque la verdad sea dicha, no es el único que con la base cierta del juego entre la oferta y la demanda, sin que nadie obligue a nadie a entrar al local, se han escudado siempre los que en definitiva buscan salvar la temporada en dos o tres meses de actividad.
   Cuando en el mundo la tendencia es fidelizar al turista, mimarlo y hacerlo sentirse bien para que vuelva, son los giles los que los espantan porque se transforman en aves de paso, abriendo un boliche aquí, cerrándolo a los pocos meses, y reabriendo en otro lugar.
   Pero a la hora de pagar los impuestos, así como se olvidan todo lo que mintieron en cuanto a la cantidad de visitantes, las pernoctaciones y el promedio de gasto diario que al principio difundieron para estimular a los potenciales visitantes, es que se los escucha llorar y jurar que la temporada fue un desastre.
   Son muchas las cosas que están en juego en el gran escenario del turismo y no es bueno que la realidad se distorsione por culpa de cuatro o cinco vivillos a los que poco interesa que el turista vuelva en semana santa, vacaciones de invierno o en el próximo verano.
   Ellos ya estarán preparando la manera de salvarse con el menor esfuerzo y con cero sentido de asumir riesgos.

LA MEGACAUSA, LA FAMILIA Y EL ENCIERRO

   La justicia en el caso particular de la Megacausa del Registro de la Propiedad viene actuando con marcada ciclotimnia, lo que se advierte en las medidas que toma con el propósito -se supone- de evitar que los acusados opten por la categoría del prófugo y no siempre miden ese riesgo con la misma vara y es por eso que suelen caer algunos ciudadanos por pruebas -si así se les pueden llamar- tan débiles como curiosas.
   Y como la aplicación de la prisión preventiva debe ser la excepción pero en Córdoba se transformó en regla al menos en esta causa, lo que se sostiene en este espacio desde hace más de cuatro años, es que se respete esa premisa y no se la utilice como elemento de presión, con lo que a cada sospechoso lo transforman en rehén.
   Desde aquí nunca peleamos por la inocencia ni sugerimos la culpabilidad de nadie, pero sí seguiremos sosteniendo que la exageración en la aplicación de la prisión preventiva es inhumana y muestra un alarmante nivel de autoritarismo que nos hace retroceder en nuestra propia historia.
   ¿Cuántos casos se han dado de comprobada inocencia luego de tres años de tenerlos entre rejas?
   ¿Cuántos murieron estando preventivamente encarcelados y sin llegar a juicio?
   En esta Navidad habría que preguntarles a los responsables de la aplicación de este sistema perverso, si los tiempos de las lágrimas, de la impotencia, del aislamiento, de los momentos irrepetibles que no pudieron gozar, del cariño de la familia, del respeto de la sociedad, se mitigan con una tardía absolución o por la presión de los plazos.
   A veces suele ser bueno ponerse aunque fuera un instante, en el cuero y en el alma de los que se saben inocentes y están encerrados.
   Lo más triste de todo, es que los que juzgan con su íntima convicción, seguramente no ignoran las inocencias ajenas.

RUMORES MALIGNOS
 

   Promediando octubre, las usinas difusoras de aciagas agorerías trabajaban a destajo repartiendo rumores alarmantes de la proximidad de saqueos y otras explosiones que ellos llamaban “reacciones populares”.
   Que estamos en crisis es innegable y no toda la culpa es de la pesada herencia recibida porque ese pretexto pierde fuerza cada vez que se advierte alguna resolución que perjudica a las mayorías o a los sectores más carenciados de la sociedad.
   Pero eso de repartir miedo es una costumbre que en su momento, cuando el kirchnerismo era poder, se lo practicaba para atemorizar y someter; para aquietar las protestas e instaurar  la zozobra y el desencanto de todos quienes osaban oponerse a lo que se presumía -y el tiempo lo comprobó- serían desquicios.
   En las reuniones que realizan los militantes de lo que ahora exageran llamándolo “resistencia” uno de los puntos principales, según ha trascendido, es seguir sembrando la semilla del desórden; de la fractura institucional con la exagerada intención de retomar el poder y erigirse, como lo hicieron con la sartén por el mango, en los salvadores de la Patria, una Patria a la que muchos de ellos menoscabaron y ofendieron con la práctica de la rapiña atroz e imperdonable.
   Si hay fantasmas en el horizonte, son los remanentes de aquellos miedos que llevados a la realidad debieron padecer los qom, los desplazados de la productividad suplantados por el mentiroso número de trabajadores que representaban los subsidiados y planeros, que no retribuían al Estado, con trabajo, lo que nosotros -el Estado- les estábamos regalando.
   Ya pasó Navidad, no hubo saqueos, ni siquiera motines en las cárceles como estadísticamente ocurre a esta altura del año, el helicóptero está en reparaciones según me enteré y la gente salió a comprar de todo, casi sin fijarse en gastos.
   ¿Es una actitud suicida, eso de endeudarse por varios meses?
   Seamos optimistas, y pensemos positivamente que bien puede ser una muestra de confianza.
   De confianza en el futuro, que es de todos.

LOS NARCOS SE MUEVEN

   Cuando lo escuché días atrás al cura Mariano Oberlin, destacado nada menos que en Barrio Muller donde reinan los narcos y el “paco” se percibe en cada esquina, pensé que ese muchacho simplote corría el peligro lógico de quienes encaran una tarea noble como lo es intentar salvar vidas; recuperar a descarriados y abrir la posibilidad de un horizonte laboral.
   A fuerza de convicción y sacrificio, el cura fue consiguiendo fierritos aquí, otras herramientas allá, algunos insumos descartados y lo más importante, el apoyo de padres del barrio que no encontraban la manera de apartar a los chicos del camino que lleva a las drogas más pesadas y su previsible final.
   Y ocurrió, explicando así los conceptos que le escuché a Oberlín, en el sentido que muchos chicos le dicen sentirse una mierda, porque viven precisamente en la mierda.
   Pretender rescatarlos de allí tiene sin dudas un precio altísimo, de lo cual una de las primeras cuotas -porque seguramente habrá otras- el sacerdote tuvo que pagar.
   No se sabe si fue tentativa de asalto como se la hizo aparecer, para alejar el fantasma mexicano, colombiano o favelesco de los sicarios menores de edad, inimputables por ello, que lo sorprendió una noche de esta semana pasada.
   El cura tenía custodia, hubo tiroteo y un menor, un niño de 13 años cayó abatido por las balas policiales, generando la reacción familiar que lógicamente rotuló el episodio como de “gatillo fácil”.
   Veremos qué aportan las investigaciones, para llegar a la certeza si el chico quería dinero y el celular del cura o lo habían mandado para asustar o eliminar a quien combate en el mismo terreno donde mandan los narcos.
   Es imperioso que lo antes posible se conozca la verdad.
   Y se actúe en consecuencia.




VIENE LLEGANDO 2017

   Al 2016 le queda una semanita que sin dudas será intensa en la vida de los argentinos, que estamos despidiendo a este 2016 lleno de dudas, de angustias, de malos recuerdos y de situaciones conflictivas que nos agotan y hasta nos ponen de mal humor, sobre todo al ir enterándonos de ciertas tropelías cometidas en nombre de la autoridad.
   Ya viene el 2017 y según pregonan muchos de los funcionarios que primero, antes de edificar, están acomodando o eliminando los escombros, será el año de la recuperacion argentina, lo que ansiamos sin distinción de banderías políticas o enfoques ideológicos.
   Porque si al gobierno le va bien, nos irá bien a todos, pensemos como pensemos.
   Lo importante es seguir firmes en la esperanza: en creer que con esfuerzo y sacrificio podemos llegar a recuperarnos, en un escenario de riqueza potencial como es el que tenemos.
   Material humano sobra: posibilidades también, intenciones son buenas las de todos y más que nada, porque necesitamos ser felices; creer que es posible y hacerlo nosotros, con fé en que nos conducen a buen puerto.
   Dejemos aunque sea por un tiempo esas diferencias que aunque parezca mentira debieran unirnos en la intención de salir adelante, y no en la perniciosa postura de la destrucción del adversario.
   Somos ricos, inmensamente ricos en todo sentido.
   No cometamos el error de empobrecernos en medio de la abundancia.


18 de diciembre de 2016

S.L.B.: LOS ABUSOS DE SIEMPRE EN LOS PRECIOS - SIN NOTICIAS NI DEFINICIONES SOBRE EL MENEADO BONO - LAS PROTESTAS CALLEJERAS YA HARTARON - LA MEMORIA UNE A BARONE CON NEUSTADT - LA MEGACAUSA DEL REGISTRO - LA ASAMBLEA UNIVERSITARIA Y UNA MANIOBRA MAESTRA - PARA PENSAR EN UNA DIETA Y DEJAR EL PUCHO - SE VIENEN NOCHEBUENA Y NAVIDAD, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 18/12/16 emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.

PRECIOS: LOS ABUSOS DE SIEMPRE 

   Ya es una costumbre, una especie de estilo argentino para las actividades comerciales, de operar al revés de lo que hacen, por ejemplo, en los Estados Unidos, que intensifican la publicidad cuando no venden, mientras que aquí la consideran un gasto y publicitan cuando tienen dinero.
   Con la mercadería sucede más o menos lo mismo, porque mientras se acentúa la demanda, los comerciantes chotos se frotan las manos y entonces, como la gente compra, les aumentan los precios.
   Así es que vemos de qué manera impúdica sobrecargan con más del doble con relación a sus costos, porque a veces prevalece el criterio de vender menos, pero más caro.
   Eso de “hacer el colchón” para enfrentar tiempos peores nos lleva a lucir el oscuro privilegio de ser uno de los países más caros del mundo y tomemos como referencia al vecino Chile, donde los productos a valores reales y comparativos, cuestan la mitad que en nuestra Argentina castigada por los angurrientos.
  La mejor manera de contrarrestar los excesos es no comprar, pero el argentino es casi un
comprador compulsivo, revienta el sueldo de noviembre y luego el aguinaldo y cuando se queda crocante de seco, se endeuda hasta el año próximo con el dinero plástico, ayudando a confirmar el aserto que tenemos el más alto nivel de morosidad en el pago y exceso en el uso de las tarjetas de crédito.
   Especialmente llegando a fin de año, cuando de diversas maneras se estimula el vicio de la compra compulsiva, es cuando más se aprovechan los comerciantes ávidos de ganancias asumiendo pocos riesgos, y en una actitud financieramente suicida compramos incluso cosas que no necesitamos.
   La cuestión sería moderarse a dos puntas: el consumidor que tome conciencia de la realidad y el comerciante, que aprenda algo tan sencillo como que vendiendo más barato va a vender más.
   Pero a veces, todas las buenas intenciones naufragan frente a ese vicio casi incurable que muchos tenemos: dejarnos robar y después poner el grito en el cielo.


¿SE SABE ALGO DE LOS BONOS? 
 

   La verdad, cuando se nos viene a la cabeza la palabra “bono” empezamos a tejer mil conjeturas, barajamos otras tantas posibilidades, tiramos cifras al voleo y lo más importante e innegable, empezamos a gastar a cuenta.
   En los últimos tiempos el bono para los trabajadores tanto privados como estatales ha venido a ser algo así como una muleta para el sueldo; un salvavidas que se pincha a lo sumo en 48 horas pero que muchas veces opera milagros en ciertos bolsillos.
   ¿Cuánto hace que se viene hablando de los bonos para antes de finalizar este año? Por lo menos, apenas se diluyeron los efectos del medio aguinaldo de julio, pero a ciencia cierta, nadie sabe cuáles serán los montos, cuándo se pagarán y lo más trascendente, quiénes tendrán la mala suerte de quedar excluídos.
   En ese caso es tan clara la discriminación, que el marginado del regalo se siente incluso inmerecedor del bono, por tener la mala suerte que su sueldo no sea el mínimo.
   En la provincia el ministro de finanzas, autor y ejecutor de las maniobras -legales pero poco elegantes- que terminaron con el despojo a miles de jubilados a los que caprichosamente se les liquidan las actualizaciones con relación a los activos, enfrenta el doble dilema de separar por jerarquías y al final, no saber de dónde sacará el dinero, a menos que se manifieste la generosidad nacional, agradecida por una cuestión de votos.
   Varias han sido las marchas de protesta y las concentraciones de empleados reclamando uniformidad en el pago de los bonos, sin distingos de jerarquías o niveles salariales, pero hasta ahora nadie ha definido cabalmente qué pasará con los bonos ni con los jubilados.
   Será entonces cuestión de esperar unos días, aunque el almanaque se apresura por llegar a fin de año y los bolsillos reclaman, precisamente, una rueda de auxilio.
   De cualquier manera, el bono será como ponerle a un camión Skoda una cubierta de bicicleta rodado 24.

LA PROTESTA, REINA DE LAS CALLES 

   Si no es por la gorra es por el orgullo gay y lésbico, o por pedir bolsones, o en apoyo a los policías sancionados, o por la liberación de la marihuana, o por los abusos policiales, o por la falta de seguridad, o por los sueldos de los municipales, o por el esclarecimiento de un hecho criminal, o por ni una menos, o por cárcel a los violadores, o por el boletazo, o por Luz y Fuerza, o por los carreros, o por Milagro Sala, o los de la UTA, o por algún tarifazo, o por los basureros o los paseadores de perros, o por los jubilados, o los taxistas contra los remiseros y viceversa, o por falta de luz en la ciudad… pero nunca jamás -por ejemplo- para pedir trabajo.
   Y así estamos, inmersos en esta ridícula guerra de pobres contra pobres, porque los pobres que gritan por cobrar más, les joden la vida y coartan la libertad de llegar a horario a los pobres que laburan.
   Maldita la hora que desde el poder se esgrime la estúpida excusa de evitar confrontaciones sociales, alentando por omisión de hacer cumplir la ley, los enfrentamientos entre los que quieren trabajar y los que no los dejan.
   Pueden ser muy legítimas, justas y atendibles las razones en las que se basan las protestas, pero es una injusticia que en su nombre se perjudique a una inmensa mayoría que nada tiene que ver con ellas, más allá de la condición de conciudadanos.
   Los comerciantes afectados por los cortes de calles, los escolares que perdieron clases, los enfermos que faltaron a las consultas médicas, los que dejaron de percibir sus monedas por presentismo y puntualidad, las víctimas de la ruidosa pirotecnia y quema de distintos elementos, son las verdaderas víctimas del caos que provocan los manifestantes y la policía mira cómo se ríen de las leyes, pero no actúan porque no hay un fiscal equilibrado y comprometido que se juegue por hacerlas respetar, mostrando la evidente dependencia funcional al poder político de turno.
   En cualquier parte del mundo hay distintas manifestaciones de protesta, pero la autoridad a veces con un justificado rigor, garantiza la libertad y la libre circulación de quienes no son parte de tales muestras masivas de descontento. Se entiende y respeta que el derecho de unos no debe vulnerar los derechos del prójimo y esa es la base de la convivencia.
   Pero si el Estado no tiene la espalda política -eufemismo de gallináceos productos- para proteger a los afectados por el desquicio, que después no exija respeto y cumplimiento en el pago de impuestos o cuando pretende imponer su inexistente autoridad en otras instancias del quehacer comunitario.
   Que la gente proteste es un derecho, pero también es obligación no hacerlo afectando a derechos del prójimo. Si no se aplica tal criterio sustentado en el cumplimiento y la aplicación de la ley, que desde el poder no se quejen porque las autoridades son las responsables directas de este malsano estado de anarquía urbana que tanto daño viene provocando.
   Y los cordobeses ya estamos hartos de ser víctimas de una cobardía que los cómodos políticos pretenden disfrazar de tolerancia.

PAPELÓN DE BARONE Y RECUERDO DE NEUSTADT


   Jalonada por risueños o impactantes ejemplos, añejos o contemporáneos, está poblada desde el fondo de los tiempos la historia de los papelones protagonizados por mis colegas periodistas, en sus versiones tanto masculinas como femeninas. No es cuestión de hacer ahora un recordatorio de los más salientes o difundidos con lo que -de paso- evito figurar allí porque alguna vez me tocó ser protagonista de un fiasco.
   Si comenzamos por uno de los más recientes, aparece la demanda que anunciaron iniciará Orlando Barone, ex “espada mayor” del militante espacio kirchnerista 6-7-8 que difundía la TV oficialista, con especial dedicación al menoscabo, la ofensa, la descalificación, la ridiculización y la ignominia hacia todo aquel invitado o entrevistado que osara cuestionar al modelo nacional & popular vigente por más de una década o que no comulgara con sus postulados.
   Barone a veces lucía una estudiada ironía pero su alto compromiso con el gobierno lo hacía derrapar y caía con frecuencia a la cuneta de la irrespetuosidad, la agresión y la infamia.
   Resumiendo, Barone era una especie de impune y bien remunerado torturador civil con capucha de periodista.
   Pero cayó en la misma actitud de imprevisión política que muchísimos de sus conmilitones, albergando esa íntima certeza de gozar del poder a perpetuidad, hasta que la realidad de las urnas le hizo saber -pero no entender- que estaba equivocado. Y el ex redactor de “Clarín” durante la dictadura militar y de “Ambito Financiero”, recordado defensor de Carlos Saúl I de Anillaco se quedó sin pantalla y ahora, ofendido y sintiéndose humillado, reclama una suma -dicen que millonaria- en un pleito que le plantea al Estado por sentirse “estigmatizado” y marginado del mundo laboral porque nadie lo convoca: se siente un paria.
   Realmente, una actitud rayana en el delirio porque Barone jamás lució prurito alguno para marcar, afrentar, ridiculizar o ningunear a quienes pensaran distinto, transformándose en uno de los más perversos descalificadores de la profesión y ahora mariconea victimizándose, fiel a un estilo que impusiera desde la cúspide la corriente política e ideológica que lo ubicara en el pináculo de la TV sectaria.
   Resulta que ahora somos nosotros -el Estado- los culpables que Barone no tenga trabajo y pretenda a través de una demanda laboral, engordar la fortuna que sin dudas amasó merced a las exageradas sumas que percibía en su conchabo de aplaudidor o agresivo e idemne agraviador pagado por la misma gente; por el mismo pueblo.
   Más allá de sugerirle a ese personaje (y a su patrocinante, el ex titular de Aerolíneas Argentinas durante la década saqueada) una prolija lectura del Estatuto del Periodista Profesional, ley 12.908 para que busque allí un motivo valedero que apoye sus alocadas pretensiones, es aconsejable pedirle algo de honorabilidad y un mínimo de autocrítica, al sentirse agraviado por actitudes que fueron parte de su propio estilo en la práctica profesional.
   Y viajando en la máquina del tiempo, viene a la memoria aquel difundido episodio, aunque no netamente periodístico pero vinculado con un cuestionado símbolo mediático que supo ser socio de Mariano Grondona y acérrimo defensor de Carlos Saul. Viajó a su segundo hogar, Punta del Este, para gozar de las arenas y el mar con su joven segunda esposa y permitió que la prensa farandulera de entonces -tan despiadada como la actual- lo inmortalizara en un íntimo momento de su soleado descanso.
   La foto de ese instante se universalizó y quedó para la historia.
   ¿Cuál es la ligadura de aquel suceso con la plañidera y quejumbrosa actualidad de Orlando Barone? Muy simple, básica, elemental y tribunera: de manera documentadamente sutil, Bernardo Neustadt le mostró al mundo algo que tenía.
   Porque hay que bancársela quedarse sin laburo en una actividad que requiere algo de equilibrio y tolerancia, sin dejar de lado el respetuoso perfil crítico. Así como Barone desde su tribuna televisiva humillaba a cualquier opositor y aconsejaba paciencia, que se incline ahora por esa sabia postura y espere que los tiempos cambien.
   Es preferible y más honroso esperar, que andar mangando lástima o reparaciones económicas a un Estado del que se sirvió, también, sin pudor y sin medida.

ALGO MÁS SOBRE LA MEGACAUSA

   Continuando con el relato iniciado la semana pasada, es posible describir muchos más testimonios de imputados en la causa del Registro de la Propiedad,  igualmente escalofriantes: Un militar de profesión declaró que tenía familia,  legajo intachable,  puntuación superior y concepto sobresaliente de sus  superiores,  afirmando que había sido víctima de una estafa.  
   Una escribana declaró que fue engañada, al igual que lo fueron otras escribanas imputadas, y que no podía sospechar que los informes  eran falsos dado que venían del mismísimo Registro.
   Otra declaró que tenía 25 años de profesión y era la primera vez que se encontraba frente a un Tribunal como imputada. Otra más declaró que la firma de la que se la acusaba no era de su puño, que estaba a punto de jubilarse y que su hija, también imputada, la ayudaba con tareas de secretaria, sin tener  relación con las escrituras.
   Y mirando a algunos empleados del Registro encontramos a quien testimonió tener 30 años de profesión con legajo impecable, durante los cuales había denunciado reiteradamente cosas que estaban mal, presentando inclusive las constancias de sus denuncias.
   Es de sentido común entender que quien tiene una profesión de larga trayectoria, un legajo intachable y está a punto de jubilarse no es candidato a cometer delitos.  
   Usando una expresión moderna “hace mucho ruido” encontrar entre los condenados a puñados de personas en estas condiciones, trabajadores, sin antecedentes penales,  sin fortuna, a quienes el relato judicial convirtió repentinamente en peligrosos delincuentes, en un exagerado empeño por sumar presos y condenados que bastante contrasta con la indulgente justificación de involuntarios errores cuando los involucrados pertenecen al poder -especialmente político- en cualquiera de sus tres facultades.
   Nada cambiará mientras la presencia de una comisión especial evite que una mirada imparcial pueda devolver la Justicia. 
   Y es así como vemos que en torno del tema Registro de la Propiedad, son más dudas que certezas las que desorientan a la sociedad cordobesa.

ASAMBLEA UNIVERSITARIA Y PREPOTENCIA 

   El ámbito universitario, mayoritariamente integrado por jóvenes de todo el país y que responden al amplísimo arco ideológico desde la derecha, pasando por el centro y hasta la extrema izquierda, tubo tiempos en que vivió un permanente estado de convulsión.
   Las luchas internas han sido, tomándolo por el costado bueno, el escenario para el fortalecimiento de ideas y tendencias; para la clarificación del panorama político, entrecruzamiento de posturas, disenso y  luchas por la conducción desde los centros de estudiantes hasta el propio rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba
   A dos años de celebrarse el centenario de la Reforma Universitaria, se plantearon situaciones conflictivas que no siempre tuvieron un desarrollo, digamos, normal, pacífico o como resultado de acuerdos por una parte y posturas irreductibles por la otra.
   La cuestión es que en estos últimos días había que resolver la iniciativa -que no es nueva- de aplicar el mecanismo de la elección directa para las máximas autoridades.
   Alguna agrupación, que supiera tener la conducción en tiempos del kirchnerismo se oponía frente al oficialismo que la propiciaba. El asunto se resolvería unos días atrás, pero los sectores más radicalizados de la izquierda impidieron la realización del encuentro mayor, ocupando pacíficamente el recinto que habitualmente se utiliza en circunstancias análogas.
   No pasó nada raro, salvo algunos sopapos y la irritante presencia de la policía que no cayó  simpática.
   Todo indicaba que el tema de la elección directa pasaba para otra oportunidad, hasta que el Rector convocó a los consiliarios en un sitio alejado de la Ciudad Universitaria, que se utiliza para ferias y exposiciones.
   Los más revoltosos se acercaron en buen número al lugar y cuando llegó el Dr. Hugo Juri con sus más cercanos colaboradores, lo enfrentaron, mediaron algunos forcejeos y como resultado, el Rector no pudo acceder a donde se haría la deliberación y la votación por la elección directa, por si o por no.
   Y triunfó la viveza por encima de la violencia y la desorientación, ya que mientras los más exaltados se ocupaban de impedir la entrada del Dr. Juri, los participantes de la asamblea accedían por otra puerta.
   Todo duró poco más de 6 minutos, y se aprobó por unanimidad la elección directa.
   Quienes intentaron impedirlo, deben estar arrepentidos de haberse concentrado en un solo lugar descuidando la retaguardia.
   Y por allí los doblegaron…

PENSAR EN LA DIETA Y DEJAR EL PUCHO


   La gula es uno de los pecados capitales y probablemente sea el de mayor aceptación en las nutridas y crecientes filas de nosotros, los empedernidos pecadores.
   Por eso debe ser que el castigo nos suena exagerado, cuando se nos pretende condenar  a la dieta perpetua, o dejar los dulces, olvidarse del chocolate  y tener al pan sólo como alimento de adoración visual pero nunca más de consumo.
   La obesidad acarrea  ciertas penosas consecuencias para sus víctimas, o casi cultoras de la feliz gordura, como por ejemplo el alto riesgo de episodios coronarios, ataques cerebrales y otras amenazas cuyas estadísticas a veces nos hacen dudar de nuestras propias y sibaríticas convicciones.
   Pero hay que cuidarse. Buscar una dieta equilibrada que no nos moleste con el colesterol elevado que tapona las arterias e impide que llegue el agua al tanque, o nos provoca deficiencias musculares que de noche nos despiertan esos molestos y a veces terribles calambres que siempre, siempre, nos atacan en lo mejor de un dulce sueño o en circunstancias, digamos, amatorias.
   El tema no radica en caer a la anorexia y andar dando lástima por la flacura, con la ropa que te queda bailando, al cuello de la camisa le falta mucho de pescuezo y a la cintura le falta demasiado para llenar el talle que lucíamos un año atrás.
   Es importante, ahora que termina el año, ir pensando en algo que nos permita un peso normal, coherente con la edad y la estatura, para lo cual, existe un solo mecanismo: la dieta de cumplimiento a conciencia.
   Pero qué rico es, durante todo el año, un cerdito al fuego lento en la parrilla,  mollejas de ternera y un dulcísimo lemonpay de postre, todo con buenas burbujas o aunque sean gaseosas.
   Y otro de los temas, es el pucho que a tantos abruma y por experiencia personal, le diré en pocas palabras cómo dejarlo y no retomarlo jamás.
   Piense que el cigarrillo mata. Tenga un poquito de autoestima, quiérase mucho y no olvide que fumando, transforma en fumadores pasivos a todos quienes lo rodean, incluyendo a hijos y nietos que no tienen la culpa que usted sea un vicioso que se deja dominar por el tabaco hecho humo y el alquitrán del papel.
   Haga números, como yo los hice, y se convencerá que como en mi caso, fumando cuatro… ¡si! cuatro cajitas de Benson por día, 80 cigarrillos diarios durante más de medio siglo, se habrá fumado en Mercedes Benz coupé último modelo y comprenderá que se está suicidando y pagando eso en cuotas -le llamemos “tumbaplan”- con segura adjudicación de ataúd.
   No pretendo con esto erigirme en ejemplo ni coartarle a nadie su libertad de metástasis, pero tengamos al menos la grandeza de demostrar a quienes amamos, que aparte de querernos nosotros, a ellos los amamos como para no claudicar cuando encendemos el último pucho.
   No es cuestión de acudir a manosantas, acupunturistas, hipnotizadores o curanderos de pacotilla.
   Hágalo usted con su voluntad y eso es suficiente.
   Y después, nunca más.
   No imagina lo feliz que llegará a sentirse …


SE VIENEN LA NOCHEBUENA Y NAVIDAD

   Es absolutamente cierto aquello que no estamos solos cuando nadie viene a visitarnos, sino cuando no tenemos nadie a quien visitar.  
   Es el día que celebran incluso algunas personas, su comprensible y humana soberbia de creerse inmunes ante la soledad, porque no están solas.
   Suele ser la Nochebuena el momento de la desunión familiar, cuando a veces aparecen viejas y apolilladas disputas políticas, deportivas o de otra índole que cobran imprudente actualidad cuando todos están juntos, o se pelean por la presencia de unos u otros, o se congratulan por ciertas ausencias.
   Para muchos, no deja de ser una fecha destinada a la práctica de la hipocresía, por eso de sonreir frente a quien no queremos, o de desearle buenaventura a quien no la merece.
   Ya se viene la Nochebuena y pegadita, la Navidad.
   Rige para ambos días el reinado de digestivos, hepatalginas y analgésicos, algunos otros aspectos de la reunión del domingo y su festival de lagañas, ese almuerzo de los “saldos y retazos” o del fashion “requecho party”, aunque por fortuna existen ciertos costados maravillosamente positivos, que transforman a la Navidad en una fiesta inolvidable.
   En no pocos casos, aparece como una oportunidad de estrechar lazos entre familias que no se conocen, consolidando nuevas relaciones.
   Los recuerdos de los mayores, el bullicio y las diabluras de los chicos, la anticipada e ineludible siesta del abuelo o el tío pasado de copas a quien no le dejan recitar a Gagliardi o recrear sus propios y gastados cuentos verdes.
   El espíritu de la Navidad es un sinónimo de unión, cariño y fraternidad por encima de cualquier otra interpretación mezquina.
   Olvidarlo es encerrarse en la utopía de creernos perfectos, dueños de la verdad absoluta, impunes ante el prójimo y encubridores de nuestros recónditos errores.
   No tan solo los demás se equivocan.
   Nosotros también, aunque a veces busquemos negarlo.
   La grandeza está en imitar a Jesús con el nombre que le quieran poner de acuerdo con las propias creencias, porque fue capaz de perdonar incluso a quienes lo mataron.
   Será entonces la hora del abrazo y el momento de la fusión de afectos que archivan en los olvidos a los humanos desencuentros.

   Tontos seríamos si cometiéramos el error de malversar esa oportunidad.