31 de enero de 2013

PREPOTENCIA PARA TODOS... Y TODAS

    La prepotencia suele ser uno de los malos adornos que lucen la política, el sindicalismo, el deporte y cualquier otra actividad en la que el hombre se vea involucrado. A veces se ejerce con énfasis, aunque no es para enorgullecerse ni atarse moños por poseerla.
En los últimos días, es como si todos los frenos inhibitorios se hubieran superado y desde el poder, que es de donde debieran surgir como sana enseñanza los ejemplos de mesura, se lleva la prepotencia a un nivel impensado tanto en su práctica como en sus inevitables consecuencias.
    Porque si es prepotencia "clavar" antenas sin estudios de impacto ambiental, también es prepotencia condenar a los "queridos cordobeses" a pagar la nafta más cara del país.
    Si es prepotencia vetar el 82% móvil para los jubilados nacionales y destinar fondos de ellos para el fútbol y otras pavadas, no es menos prepotencia postergarles a los pasivos provinciales el pago de los aumentos que al cobrarlos ya estarán absorbidos y superados por la inflación.
    Si es prepotencia retenerle a nuestra provincia parte de la coparticipación que legalmente le corresponde, no deja de ser prepotencia organizar y pagar un costoso e inoportuno carnaval en beneficio de rentables empresas como son los cuartetos.
    No deja de ser prepotencia considerar enemigos a todos aquellos que no comulgan con el discurso oficial, nacional y popular, pero también es prepotencia aplicar el perverso sistema de premios y castigos, a la hora de distribuir la pauta publicitaria provincial, que más que ensalzar actos de gobierno busca posicionar a un presidenciable.
    Cerrar filas como las cierra el gobierno nacional para que sus principales espadas cuestionen a Córdoba (y en esto no hay nada de chauvinismo, sino que es parte de lo cotidiano) es tan prepotente como descuidar a la provincia para trabajar más como candidato a presidente que como gobernador.
    El virus de la prepotencia solo se combate con el antibiótico de las urnas, aunque cada sector prepotente se encarga, siempre prolijamente, de comprar ese medicamento que es el voto, en lugar de fomentar la sana y dignificante cultura del trabajo.
    Alguna vez estaremos lo suficientemente unidos como para terminar con las prepotencias, para lo cual, antes que nada, tendríamos que terminar con los abusadores del poder que han encontrado en la arbitrariedad, la amenaza, el atropello y la violencia, un nuevo estilo de actuar.
    Los argentinos no merecemos gobernantes que apliquen esas malsanas costumbres y con ellas pretendan vendernos un futuro.

29 de enero de 2013

PATRIOTICA INICIATIVA DE MEJORAR LA SITUACION DE LOS ASALARIADOS

Realmente, un placer escuchar la última cadena nacional, de la que no soy precisamente cultor por una simple cuestión de preservación del equilibrio emocional e integridad síquica.
    Por fin una medida justa que por una parte supone beneficios a los que trabajan, y un paso firme en esta desigual carrera que los laburantes viven disputando con ese negado e implacable enemigo de lo nacional y popular que es la inflación.
    Los jubilados nacionales se han lanzado en multltud a las agencias de viaje, para reservar sus merecidas y ansiadas vacaciones en la Costa Azul, conocer esa fantástica propuesta que es la misteriosa Dubai, el milenario Egipto, las playas de Cancún o Varadero o realizar un soñado crucero por el Mediterraneo.
    Hay largas colas en los concesionarios de autos con trabajadores que pugnan por actualizar los modelos al año que recién comienza.
    Reconozcamos un detalle positivo: es probable -solo probable- que se enfríe la bronca previa a las paritarias y que el piso anunciado por los principales gremios sea algo benévolo y no tan exigente al punto de comprometer la economía del país.
    Esa postura absurda y políticamente infantil de negar una realidad o pretender disfrazarla, es lo que más fogonea la sostenida estampida de los precios, de los servicios ... y de los impuestos.
    Las mejoras anunciadas demuestran una marcada prisa por zafar de mayores presiones sindicales, cuya dirigencia que sin dudas ya las conocía, optó por una decorosa ausencia al acto al que convergieron los más conspicuos aplaudidores del modelo.
    Ni siquiera la CGT oficialista marcó tarjeta.
    De última, lo poco es mejor que nada.
    Me dio la impresión -puedo jurarlo- que mi televisor atrasaba por lo menos un año.
    La pena grande es que cuando la gente cobre a finales de marzo o principios de abril, la inflación habrá hecho su tarea y se habrá devorado a la euforia, a la cadena nacional y a los aplausos.
    Aunque después, siempre habrá algún anuncio para entretener las angustias y la indignación de los más postergados.
    Como ahora.

27 de enero de 2013

SLB 27-01-13 EL CONCEJAL, DOÑA HEBE Y EL RESPETO.



Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” difundido el domingo 27/01/13 por AM580 Radio Universidad de Córdoba.

ALGO DE UN EDIL Y OTRA DE DOÑA HEBE

   Días pasados un ilustre representante radical de nuestro cuerpo de ediles, Guillermo Farías, cometió la estúpida torpeza de maltratar groseramente a la Sra. Presidenta a través de una de las redes sociales.
   Casi con certeza que este político del pueblo, pensó que colocándose en una guerrera postura opositora, cosecharía apoyos y adhesiones de adentro y de afuera de su partido.
   Y tuvo su merecido: un aluvión de repudios que lo colocaron en la incómoda posición -para un político que se cree de raza- de tener que pedir disculpas.
   ¿Cómo puede haber llegado a concejal, un individuo que ignora eso tan sagrado que es el respeto a la investidura?
   En lo personal puede pensar lo que quiera: puede sostener hasta las posturas más absurdas, pero un hombre público debe tener al menos una somera idea, de lo que son la consideración, la cortesía y la mesura cuando sabe que sus conceptos pueden tomar cierta trascendencia.
   Es gracioso, por otra parte, que este concejal cuestione ciertas actitudes ajenas y luzca su mano de yeso, para acatar ciegamente lo que le imponen desde el Ejecutivo, de manera especial cuando se trata de medidas antipopulares e inoportunas.
   Más que conocida es mi postura ideológica y política, pero eso no me habilita a que desde mi posición de periodista, no militante lo aclaro, perpetre la injuria contra una investidura o un símbolo patrio, porque sería pasible de una merecida condena.
   De última y en el mundo animal, hay que ser demasiado burro para ofender creyéndose opositor y luego bajar la cabeza como chico malcriado que lo sorprendieron en falta.
   Por todo eso, cuando alguien nos escamotea nuestra capacidad de sorpresa, es como si el mago, antes de realizar el truco, hiciera conocer su secreto o la trampa.
   Más o menos es lo que  ocurre con la inefable e impune doña Hebe, autoconvencida de ser madre de todas las verdades, y genuinamente dueña de todos los absurdos y de todos los insondables misterios que envuelven su vida.
   Pocas veces suele darse que alguien esté provocando la reacción de un sector, como es la Justicia, que vaya a saber por qué artilugio, desde tiempo atrás le viene perdonando la vida y la libertad, a esta señora que transcurre sus años más recientes entre los deseos de venganza y una espada de Damocles de telgopor que pende sobre su cabeza empañuelada.
   Desde su amenaza bravucona y pendenciera de tomar la sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, hasta su último discurso, llamémosle escrachatorio, para lo único que ha servido el contenido elevadamente intelectual de esta mujer, ha sido para insultar y descalificar los argumentos expuestos por el alto cuerpo jurídico.
   Igual que los viejos y belicosos gauchos de nuestras pampas, que cuando ganaban a la taba lo festejaban y cobraban, y cuando perdían solo se les daba por pelear.
   En realidad, no son muchas las cartas que doña Hebe tiene en su favor, más allá de la indisimulable protección y padrinazgo que recibe desde arriba.
   Está acusada por la comisión de delitos económicos, administración delictiva, aprovechamiento de fondos ajenos y otras maravillas, que habría perpetrado con la inestimable colaboración del redimido parricida Sergio Schoklender.
   No creo que los miembros de la Corte ni siquiera hayan despeinado su tranquilidad, porque seguramente ya deben saber incluso las medidas del calabozo donde alojarán a los que condenen en aquella causa, si es que le sacan el freno de mano que alguien accionó, desde muy arriba.
   Pero lo de doña Hebe, como María Callas única en lo suyo, no deja de ser un molesto cotorreo, un chillido monocorde y abrumador, que te estén amenazando sin respeto, en público… y con la cola sucia.

LOS DESAFIO A COMPARAR

   Como si en el padrón de los cordobeses los imbéciles fueran mayoría, es cómico advertir de qué manera algunos funcionarios provinciales se han inclinado por esa malsana costumbre de comparar, pero de comparar mal.
   Uno de los ministros del gabinete cordobés tuvo la poco feliz idea de comparar estadísticas, por caso, de los accidentes ruteros.
   Convencido de estar haciendo un planteo inteligente, se esmeró en señalar que Santa Fe, por ejemplo, tiene más episodios de ese tipo que Córdoba, como si esa tontera sirviera para algo, más allá de ventilar elípticamente que Binner no es tan capaz como De la Sota.
   De nada sirven las comparaciones, porque solo son un argumento que le sirven al tontaje. De la misma manera, habría que retrucarle a ese ministro que en San Luis hay muchos menos accidentes que en Córdoba, pero eso tampoco sirve para nada.
   La cuestión central, medular y seriamente encarada, es que vivimos en Córdoba y nos importa un soto lo que ocurra en otras latitudes: queremos que aquí no ocurran, o que ocurran menos, sin necesidad de hacer paralelismos inútiles.
   Es lo mismo que pasa con la inseguridad, porque las autoridades del área se empecinan en intentar meternos en la cabeza que en otros lugares la situación es más grave.
   También para eso, la única respuesta que derrumba tan exasperante facilismo: nosotros vivimos aquí, y queremos soluciones aquí.
   Me encantaría poder debatir con cualquier ministro o funcionario, el tema de las odiosas comparaciones, que vienen a ser las muletas de su falta de argumentos, de creatividad y de respuestas.
   Remar en un lago de dulce de leche, es más difícil que hacer pis en un frasquito de perfume.
   Y pretender que los ministros alguna vez se presten a un debate abierto, se asemeja a esas dos proezas que acabo de comentarles.
   Pero el verso de las comparaciones se debe terminar, para dejar lugar a la gestión seria, positiva y de beneficio común, olvidándose de trasplantar a Córdoba problemas que nos son ajenos, como de importar desde aquí ejemplos que afuera, no le importan a nadie.
   Alguna vez los políticos deben dejar su inveterada práctica de la poesía dialéctica y ponerse a trabajar por la gente, más que por ellos.

POLICIA CAMINERA: PREVENCION CERO

   No quiero entrar en mayores análisis para evitar que se piense que la Policía Caminera, en este espacio, es una cuestión recurrente.
   Entonces abreviemos: ¿cuántos muertos hubo en rutas cordobesas en estos últimos seis días?
   Una barbaridad.
   No digo que a todos los hubiera evitado nuestra recaudadora y para eso eficiente Policía Caminera.
   Pero me revienta verlos parados, cansados de aburrirse, mirando si la gente cuando pasa tiene los cinturones puestos y las luces bajas encendidas.
   Y en las rutas, cuando están quietos, se les pasan por sus narices los autos amigos sin luces, sin dibujo en las gomas y con la garrafa de gas en el techo o sobre el capot.
   Pero ellos están allí como absurdas estatuas, escondidos detrás de alguna curva para ver si cazan a algún turista que no los conoce.
   Esa policía no nos sirve … entiéndanlo … les sirve a ustedes para manejar el presupuesto y disminuir la deuda.
   Pero en la materia prevención, un genuino, bien ganado y vergonzoso cero.

SOBRE QUE SON POCOS, HACEN PARO

   Es ridículamente cómico que presionen a las autoridades dejando de trabajar, cuando su obligación y por lo cual cobran muy buenos sueldos, es trabajar sin intentar esa ya arraigada costumbre de cogobernar.
   Desconocen caprichosamente que quienes mandan son las autoridades y si los delegados quieren ordenar, que formen un partido político, se presenten a elecciones y si ganan, se darán legalmente con el gusto de ejercer el poder, un poder que ahora de ninguna manera les corresponde.
   La situación en el Hospital de Urgencias es lo más parecido a un culebrón de la televisión siestera.
   Realmente, habría que preguntarle a quien diagrama las licencias del personal, donde estaba cuando se elaboró el esquema de este verano.
   Porque si todo es anárquico, hemos entrado entonces al territorio de la joda, donde cada uno hace lo que se le antoja, se va cuando quiere, mientras el gremio lo proteja.
   Pero lo que más molesta y lastima la dignidad de personas de los cordobeses que tienen al Hospital de Urgencias como ejemplo, es que los pocos que no salieron de vacaciones tampoco quieren trabajar.
   Y hacen asambleas y paros para que pongan más gente.
   En la antología del absurdo y en los anales de la insensibilidad no debe haber casos ni siquiera parecidos.
   Dirán en su descargo, que no dejan de atender las emergencias.
   Faltaría que lo hicieran, para pensar ya con fundamento que a ellos, la gente les importa tres carajos.
   Precisamente esa gente, que paga carísimos impuestos para que ellos, los insensibles, tengan sueldos envidiables.

WALLY PARTE II

   Como para no perder el hilo de la historia, ya les había comentado que Wally es un tímido no asumido, laburante, que tiene como -llamémosle entretenimientos- encerrarse en la música y otear en los ojos de las mujeres.
   Me supo comentar, meses atrás, que aunque nadie le creyera, tenía el privilegio de escuchar las miradas.
   Era una especie de música que lo invadía desde algún iris cercano y hasta se permitía, y aún se permite, el lujo de saber si esa mirada es natural o cosmética.
   El brillo especial no te engaña; las lentejuelas son artificiales y suele ser solo un instante mágico el que te  hace llegar  ese luminoso mensaje hasta el alma, me dijo un día mientras caminábamos por una vereda de la Cañada.
   Las miradas azules me transmiten paz, las verdes erotismo, las negras un cúmulo de misterios … me decía entusiasmado.
   Y cada mirada tiene su música.
   Me mira Vivaldi, me mira Bach, me mira Wagner, me mira Beethoven, me mira Grieg o me mira Mozart.
   Todas las miradas, me dijo antes de darnos un abrazo y cada uno seguir su camino, tienen la pirotecnia del estallido en algunos casos o de la mansedumbre en otros…
   Wally tenía razón y me dejó tan pensativo que casi me atropella un auto al cruzar la calle…
   El domingo próximo la seguimos …

UTA: AUMENTO O PARO

   Hace mas o menos un mes, cuando ya los empresarios del transporte urbano, estaban gastando a cuenta del aumento que les otorgaría la Municipalidad por intermedio de la obediencia debida de los concejales radicales, adelantamos que detrás de ese incremento vendría otra demanda.
   En este caso de la UTA, con el repetido apoyo de la amenaza de un nuevo paro, para que no se interrumpa la perversa rueda que manejan la entidad sindical y la FETAP, con el vistagordismo comunal.
   ¿Para qué gastar tiempo y espacio, que mejor es dedicarlo a la música?
   Para repetirlo hasta el cansancio: a esta película, que tantas veces vimos, todavía la vamos a ver muchas veces más.
   Habría que acudir al Inadi, porque dejar de a pié a los pobres sin auto, no deja de ser un dañino y salvaje acto de discriminación.

PERVERSO DESPOJO

   Desde tiempos inmemoriales, el Estado siempre se ha dado maña para recaudar impuestos. Reyes y feudales perseguían a su gente y les sometían a inhumanas presiones con tal de conseguir el pago de los tributos.
   Y se le llama tributo a cualquier carga continua.
   Es cierto que en todo el mundo, con distintas modalidades, se paga el impuesto a las ganancias y Argentina menos que ninguna podía ser la graciosa excepción.
   Pero entre nosotros está instalado un detalle que por su magnitud, no se compara a otras situaciones que ocurren en el extranjero: aquí la inflación que el pueblo padece y el gobierno maquilla o esconde, es el mayor veneno para la economía popular.
   La realidad nos muestra su rostro patético: a medida que los salarios crecen siguiendo a esa inflación, son cada vez más los trabajadores y pasivos que ven virtualmente licuados sus incrementos salariales.
   Resumiendo, el resultado ridículo: no siempre es conveniente un aumento porque a fin de mes se cobra menos que el mes anterior.
   Cuando existe la estabilidad y la economía es sincera y sin disfraces, se hace previsible la condición de un asalariado. Para colmo, la angurria que nace del poder hizo que hasta la jubilación formara parte del concepto "ganancia".
   Es que los cráneos políticos, enceguecidos por su inclinación a la permanencia, necesitan financiar su demagogia y sus caprichos.  
   Es así como el pasivo, que durante años y años le estuvo prestando sus aportes al Estado para que los administrara en su beneficio, se encuentra ahora con que esos dineros se aplicaron a planes de estímulo a la vagancia, fútbol para todos, disminución del espantoso déficit de empresas "recuperadas" de la privatización y otros destinos tan absurdos como esos.
   Si la consigna es que paguen más los que más cobran, por favor que se terminen las paritarias, porque desde ahora no sería alocado pensar que se harán paros para evitar los aumentos.
   La conducción política, la dirigencia sindical y la cerrada corporación de los jueces están en la otra vereda. A unos les importa un bledo que les descuenten ganancias porque tienen la maquinita y las chequeras a su disposición.
   Los otros, muchos de los cuales exageradamente se autotitulan ecuánimes, buscan refugio en la intangibilidad de sus sueldos que los proteje de las eventuales presiones.
Este es un año electoral, ya cercano al 2015.
   Si al gobierno se le ocurriera que los jueces y funcionarios judiciales pagaran ganancias, el tema sin dudas llegaría a la Corte Suprema y allí naufragaría, precisamente por las presiones pero desde adentro hacia arriba.
   A nadie le agradaría tener al máximo tribunal en contra si el día de mañana le tocara sentarse en el banquillo frente a quienes imparten justicia.
   ¿Y en cuanto a los jubilados?
En eso los tres sectores, políticos, dirigentes sindicales y jueces estarían de acuerdo: que sigan pagando y protestando, total son viejos y en cualquier momento se mueren ...

Audio SLB 27-01-13


20 de enero de 2013

SLB-200113-Boleto 4,10 - Muñecas K - Drogas, etc.



Desgrabación de comentarios del periodista Gonio Ferrari en el programa “Síganme los buenos” emitido el domingo 20/01/13 por AM580 Radio Universidad de Córdoba.


EL CIRCO YA ESTA

   Realmente monumental y glamoroso el éxito alcanzado por los promocionadísimos carnavales cuarteteros.
   Cómo serán de importantes, que la premura por hacerlos y el objetivo promocional/presidencialista que conllevan, obligó a cambiar la fecha original de esta fiesta que el calendario tenía prevista (desde el fondo de la historia) para los días 11 y 12 de febrero.
   Una joya de organización, con un gasto propio de marajáes de Oriente, para un operativo de inexplicable subsidio a las prósperas empresas que son los cuartetos y sus principales exponentes.
   El circo montado en las adyacencias de nuestro emblemático estadio sirvió -es cierto- para alegrar la vida de los cultores del género y de algunos turistas que ligaron de rebote el espectáculo.
   No se vieron ebriedades notorias y si hubieron, como en todos los bailes cuarteteros o no, fueron prolijamente controladas para evitar los escándalos emergentes, lo mismo que las peleas que suelen darse con más frecuencia de la deseable en este tipo de show's musicales.
   El principal atractivo fue La Mona, quien supo coquetear tiempo atrás con Angeloz y Pompas y luego hizo lo propio con Mestre padre y finalmente con De la Sota, y es sin dudas un ídolo de multitudes, amado y odiado; admirado desde los sectores marginales por su evolución "empresaria" y por algunas muestras de generosidad, y despreciado por los estamentos de una alta sociedad hipócrita, que en sus fiestas se divierte con la música de cuartetos después de eructar burbujas junto a Charly García, Piazzolla o Strauss.
   El dineral aportado por la provincia, estamos de acuerdo en que contribuye entre otras cosas a generar algo de atracción turística externa, mano de obra local, ganancias para los artistas, consolidación de utilidades para los sellos grabadores, "rueda de auxilio" a la alicaída temporada veraniega que ya viene perdiendo una quincena, reafirmación de la Agencia Córdoba Turismo… y de su titular, ese muchacho desbordante de optimismo, ex "delfín" de Rubén Martí, adicto a las cámaras y los micrófonos que supo disputarle la interna radical al joven Mestre para la Intendencia y su objetivo principal y ahora nada oculto, de posicionar a nuestro gobernador, a nivel nacional en su caprichoso "afán" de reemplazar al modelo nacional y popular que encarnan las huestes K.
   Es de imaginar la pirotécnica alegría del resto de artistas cordobeses como los músicos de otros géneros, cuerpos estables de los teatros oficiales, callejeros instrumentistas, pintores, dibujantes y escultores, cantantes sin promoción, etc. que ahora pueden reclamar del gobierno provincial el mismo trato promocional que se les obsequia a las enormes y lucrativas empresas -vale repetirlo- que son los cuartetos.
   Tal el panorama del apresurado y ruidoso carnaval cordobés, que con  lo invertido en la campaña mediática para imponerlo (¿tiene idea la gente del valor de UN segundo por TV. un centímetro en gráfica o una palabra radial y la transmisión en vivo por tres canales nacionales?) ya se supera ampliamente el costo total del espectáculo.
   Un párrafo aparte para el percudido sentido de la oportunidad y de las prioridades que luce la mayoría de los funcionarios.
   Porque la oportunidad, a veces tiene mucho que ver con las prioridades.
   Y la prioridad, aquí y ahora, es pasarse por la entrepierna las otras necesidades básicas de la población en materia de salud, de educación, de seguridad y sobre todo de respeto a quienes dieron buena parte de su vida a servir: los jubilados postergados en la actualización de sus haberes, que tras el injusto despojo de que son víctimas al confiscárseles eso que mal le llaman "ganancias", deben asistir resignados y azorados a la injuria del olvido.
   Muchas veces suele ser prudente, más que la autocrítica, un piadoso mea culpa, que no es lo mismo que tomar diuréticos.
   Habría que preguntarles a esos viejos marginados del sistema, si aún se sienten "queridos cordobeses".
   Porque con el circo solo, a ellos no les alcanza.
   Sus tiempos no son los mismos de los jóvenes, porque su reloj es vertiginoso.
   Siguen esperando el pan.

NUEVO BOLETO Y VIEJAS PROMESAS

   En pleno verano, cuando muchos cordobeses por el calor, las vacaciones y otros problemas han perdido parte de su capacidad de reacción, el boleto del transporte urbano se fue a 4 pesos con 10, el más caro del país, para un pésimo y ciclotímico servicio.
   Y como los milagros no existen, a nadie se le vaya a ocurrir pensar que las cosas van a mejorar, que los ómnibus no van a ser tan vetustos, que los choferes pasarán a ser amables u otras fantasías parecidas.
   Este aumento como todos los anteriores, solo será aplicable para una sustancial mejora de dos de los sectores involucrados en la cuestión: los empresarios que como siempre no invertirán un mango y regularán las frecuencias a su antojo, y los empleados que seguramente reclamarán un nuevo aumento de sus sueldos, que no son bajos.
   El único marginado de cualquier mejora, ridículamente, es otra vez el usuario, obligado sostén del sistema y rehén de cuanta demanda se origine en cualquiera de esos dos sectores.
   Y la Municipalidad, que es el poder concedente, mira hacia cualquier parte menos hacia adentro, mientras se concreta una nueva injuria a los cordobeses virtualmente presos frente a los caprichos de empresarios y del gremio.
   Ninguno de ellos hace ni hará nada por mejorar el servicio, pero sí para hacerlo más rentable cada uno defendiendo sus intereses.
   Lo malo del caso es que los intereses de los usuarios siguen siendo huérfanos de protección y de amparo.
   Y un detalle al paso: en los últimos tiempos, jamás he visto subiendo a un ómnibus de nuestro deplorable transporte urbano, a ningún funcionario municipal.

MUÑECAS PARA TODAS … Y TODOS

   Se la tenían guardada para dar la sorpresa emocional y mediática, en el momento justo y en el lugar exacto, que es uno de los emporios mundiales en la fabricación de juguetes.
   En Indonesia, una de las escalas de la gira presidencial en búsqueda de compradores más que de socios, de acuerdo con lo anunciado oficialmente, los jugueteros argentinos le entregaron a la Sra. Presidenta una muñeca a su imagen y semejanza.
   El obsequio tan puntual no pasaría de ser un acto olfa, como decíamos en el secundario, pero por allí es bueno leer abajo del agua o de noche con la luz apagada porque suelen aparecer matices más que interesantes.
   Los jugueteros, si no me equivoco, integran uno de los sectores empresarios más castigado por el contrabando y las imitaciones truchas, con deterioro económico, a lo largo de los últimos años, cuando nuestras fronteras no habían padecido el candado de Moreno.
   Fabricar no era rentable y por eso no fueron pocos los que se embarcaron en la ilegalidad de importar cien, tributando por dos o tres.
   Financieramente no les fue del todo mal hasta que ahora al estar severamente controlados, se verán obligados a fabricar.
   Para ese objetivo necesitarán créditos, excenciones y otras ventajas, que solo se generan cuando vienen desde el más alto nivel.
   Es incierto el futuro de esas muñecas como artículo de producción en serie, en serio y gran demanda.
   ¿Por qué la llevaron desde aquí y se la entregaron tan lejos?
   Muy simple: el tema tuvo impacto mediático mundial y si ese acto olfa se hubiera realizado en nuestro país, no les hubiera alcanzado para caerle simpático a quien van a solicitar una mano.
   Una mano que representa varios millones de dólares.

EL 10 DE LA ZURDA INMORTAL
  Atrás quedaron todas las alegrías que nos brindara, el gol antológico a los ingleses e incluso la picardía del otro gol, el de la mano de Dios.
   Quedaron por un tiempo adormecidos sus problemas con la droga, los impuestos que no pagó en Italia, su costumbre de ir gratis a cualquier parte, la impresentable corte de adulones que lo acompaña a sol y a sombra, su casamiento de película y su divorcio de folletín, el cariño por sus nenas, su devoción por el Papá y por la desaparecida doña Tota, su separación de Coppola, los cuestionables “piquitos” con los que escandalizó a más de uno, en fin, toda una serie de hechos, trascendentes o no, que jalonaron la vida pública de Diego Armando Maradona.
  Es cierto que para la inmensa mayoría fue el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos.
  Es cierto que no siempre cayeron simpáticas, "urbi et orbe" sus amistades políticas como Fidel Castro, Hugo Chávez, el presidente iraní, o sus incursiones en el análisis político del país, o de la política económica de Italia, o de España, o de cualquier parte del mundo.
  La palabra de Diego Maradona llegó a ser una especie de compendio bíblico, indiscutible para sus seguidores, hasta el punto que no faltó el delirante que creara la iglesia maradoniana, que pese a todo tiene su catedral, su altar y sus acólitos.
  Todo esto, que es una pequeñísima parte de su historia, para decir que Maradona me hartó.
  Me hartaron sus desplantes, sus caprichos, sus exigencias, su incontinencia putativa (que es la inveterada costumbre de putear) y en definitiva, su hipocresía.
  Es necesario reconocer, con hidalguía, que seguirán siendo inolvidables los momentos futbolísticos que nos brindó.
  Que nadie tendrá la magia de su habilidad, ni ese eterno romance con la pelota.
  Nadie será, jugando al fútbol, mejor que él.  
  No puedo ser indulgente con un tipo que calificó de mafioso a Julio Grondona, y después aceptó gustoso, y por buen dinero, incorporarse a eso que él rotulaba de maffia.
  No quiero acordarme de quien criticó duramente a Menotti, a Pékerman, a Bielsa, a Bilardo entre otros y después consideraba que quienes lo criticaban a él eran traidores a la Patria.
   No me gusta hablar de un aprovechado que vaya a donde vaya, en lugar de pagar exige cobrar solo por haber ido, y cito un solo caso, como por ejemplo La Posada del Qenti.
  No puedo hablar lindezas de un estafador que supo hacernos llorar de emoción por su virtuosismo deportivo, y al poco tiempo mostrarnos el rostro desencajado de una drogadependencia, que pudo haber evitado o con el tiempo superado, lo que es parte de las dudas nacionales.
  Quiero evitar las palabras que ya se dijeron y como en el caso de los muertos queridos, prefiero llevarme en el último viaje, atesorados en el recuerdo, los momentos gratos que me hiciera vivir.
   Porque todo lo demás, ha pasado a formar aparte de la lástima que inspira; de la pena que provocan sus díscolos comportamientos, aplaudidos por una corte de vividores que lo sigue permanentemente palmeándole la espalda.
   Maradona, alguna vez y creo que durante el reinado de Carlos Saúl I de Anillaco, fue el símbolo en un programa estatal de lucha contra la droga y hasta el presente jamás se llegó a comprender cómo lo ponían a él, un lobo en el corral de los corderos.
   Un tipo que embaraza y se olvida o que es padre y lo niega, no merece respeto.
   Todo esto, para formar una sólida e indiscutible base que justifique su monumental incoherencia.
  Ahora es ferviente K, lo que está en su absoluto derecho y democrática elección, mirando hacia su tierra desde los opulentos confines del mundo, donde seguramente no se conocen, no se viven ni se abruman con la desocupación, la miseria, la inflación, el maltrato y olvido a los jubilados, los cepos, la presión tributaria ni la inseguridad.
   Maradona, el de la gambeta mágica en una baldosa, pontificó allí donde no hay pobres (lo que me consta por ser asiduo visitante de la región) que "los argentinos tenemos que estar orgullosos de nuestro país y de nuestro gobierno", una opinión que respeto aunque no necesariamente deba compartir.
   Y como el respeto no es un atributo que adorne la personalidad del Diego, remató que no quiere volver al fútbol argentino "porque eso es volver a la mierda".
   Una confesión que, hilando fínito, lo ubica como partícipe necesario de un lugar o un ambiente de donde nunca debió haber emigrado.
   Fue Maradona un jugador iluminado, único, magistral, irrepetible, venerado, adulado por presidentes y reyes, aunque como técnico no logró superar la mediocridad.
  Como persona fue al principio el prototipo del humilde villero de Fiorito que conquista a la alta burguesía, a los encumbrados políticos y a los más conspicuos exponentes de nuestro vernáculo y nacional Puerto Madero.
   Su conducta de drogón que nos perjudicó a todos ante el mundo (era el modelo a seguir, el ejemplo para la juventud) fue y sigue siendo imperdonable, porque no existió la redención, reemplazada por una aversión a quienes osaron criticarlo, que incluyó desde insultos, amenazas y descalificaciones hasta un episodio con utilización de un revólver.
   Ni es cuestión de negarle a nadie su libertad de expresarse.
  Pero si, es de buen ciudadano no caer en ofensas que inexorablemente se vuelven en contra de quien las perpetra salvo que, como en este caso, se crea Dios, merecedor de la más absoluta y loca impunidad. 
  El eminente ruso Sacha Guitry estuvo genial cuando sostuvo que la diferencia entre un hombre inteligente y un tonto, radica en que aquél se repone fácilmente de sus fracasos, mientras el tonto nunca consigue reponerse de sus éxitos.
  Diego Armando, mimado por la fama y el dinero que nunca le alcanza, debiera tener la humildad de leer a Guitry.
UNA DOLOROSA Y TRISTE SENSACION

   Por más que se intente disimular el duro impacto en la ciudadanía, la enorme cantidad de hechos delictuosos registrada en los últimos días ha encendido una nueva luz de alarma.
   Es para pensar el por qué de las causas de esta explosión de violencia, tanto en hechos contra la propiedad como en ataques a las personas.
   Cada vez más violentos, estos episodios nos llevan a pensar que el componente de sustancias prohibidas está cada vez más integrado a sus autores.
   No es que la inseguridad se haya ensañado con algunas figuras conocidas y que por eso la trascendencia alcanzada fue mayor: cuantitativamente sigue creciendo y es cada vez más violenta.
   La nueva cúpula policial se encontró casi de golpe con esta escalada que no estaba en sus previsiones.
   Y la delincuencia avanza cuando se encuentra con el regalo de campo libre.
   Ya es una imbecilidad hablar de sensación o de certeza.
   La verdad es una sola: ha crecido exponencialmente el delito porque no se lo ataca lo suficiente y menos aún se lo previene.
   La única manera es poner a la policía en la calle, porque los efectivos acovachados en las comisarías o en la Jefatura, no sirven para nada, salvo para que los marginados de la ley sepan que tienen las puertas abiertas para seguir operando.
   La ciudad es como una casa: si hay un gato, los ratones buscan otros rumbos.

DENUNCIAR LA VENTA DE DROGAS

   Por allí a veces se confunde, para mal, lo que es un ciudadano correcto y comprometido, con un batidor o buchón, como lo califica el hampa.
   Cualquiera en Córdoba conoce donde, quien y a cuanto se vende la droga ya sean porros, ravioles u otras sustancias.
   La policía en esta última quincena ha desbaratado algunos puntos de ventas al menudeo, que es la primera escaña de la pirámide invertida que lleva a los grandes narcotraficantes.
   Es lógico: si decrece la oferta pueden ocurrir dos cosas.
   Una, que se encarezca el producto y la otra que los narcos refuercen su negocio y abran nuevas bocas de expendio.
   Es en esa instancia que los vecinos, tienen la oportunidad de ser útiles a la causa de los ciudadanos correctos, que pretendemos una ciudad y una sociedad sin drogas.
   A quienes venden al menudeo hay que denunciarlos para que actúe la policía que lo está haciendo bien, golpeando en forma simultanea en varios puntos urbanos y del interior.
   Dar aviso a las autoridades no transforma a nadie en soplón.
   Lo enaltece porque con su gesto, está velando  por el futuro de sus hijos; por la eliminación de esta lacra que nos ha invadido.
   Hay que entenderlo: la policía no puede hacer todo y lo mejor es ayudarla.
   No lo haga por usted, que está harto de esta situación, sino por los que vendrán, para que encuentren una Córdoba que como tiempo atrás, sea digna de ser vivida.

LA HISTORIA DE WALLY, PEGADA A MOZART  

  Si tuviera que hacer un retrato de Wally, diría que es un tipo más bien reservado, a veces ciclotímico, que está por encima del medio siglo de vida, una vida con alegrías y penurias; con amores y con adioses.
   Wally, pese a todo, es un adicto al trabajo; un fervoroso laburante que ha ganado cientos de batallas en esta larga guerra que es su vida.
   Sus vecinos lo querían y lo quieren por lo servicial, siempre dispuesto a dar una mano
   En el barrio, más que amores pasajeros o relaciones tipo delivery, no se le conocían a este joven madurado a cascotazos, escritor vocacional, amante de la buena cocina y de las eternas conversaciones políticas.
   Wally se iba a su trabajo y volvía caminando, siempre a horas intempestivas porque los horarios rígidos no eran parte de su personalidad de hombre libre, sin yugos ni ataduras.
   Uno de sus alimentos más deseados era la música y el otro una rareza no tan curiosa: los ojos de las mujeres.
   Los ojos de cualquier color, pero que fueran expresivos, frescos y accesibles a su manía, cercana al delirio, de escuchar las miradas.
   Porque Wally tenía y aún conserva intacta,  una excelsa capacidad perceptiva que le permite oir colores, mirar música y tocar lo inaccesible.
   Y nunca falta quien ponga a prueba tantas virtudes.

LA PENOSA NUEVA TERMINAL

   Días pasados leí o escuché que nuestro mediático titular de la Agencia Córdoba Turismo llenaba de elogios a la nueva terminal de ómnibus, calificándola como una de las mejores del país.
   Seguramente este muchacho, que tanto y tanto viaja, un día se despertó en otra estación y se confundió en la maraña geográfica de su mente.
   Nuestra nueva terminal se presta más para el turismo de aventura que para la llegada o partida de ómnibus.
   Las distancias que se deben recorrer son un abuso, como es otro abuso la falta de señalización, de anuncios por altavoces o de playa para estacionar vehículos particulares.
   Es tragicómico en ese sentido, ver y escuchar a voluntariosos empleados de las empresas de transporte, recorriendo  las plataformas y anunciando la partida de los coches.
   Vez pasada estuve en una terminal para ómnibus de la africana Burundi, y allí tenían un sistema digital de anuncios.
   Buen negocio para los “buscas” sería el alquiler de paraguas para usar en el interior, donde las goteras molestan incluso cuando no llueve.
   Ahora no hay bar ni kiosko de diarios y revistas.
   Y no salió barata, aunque el precio final se conocerá dentro de vaya Dios a saber cuánto tiempo, cuando esté funcionando como corresponde.
   El problema, si se confirma lo que me adelantó un informante bien posicionado en las altas esferas, será el administrador que es probable que sea designado.
   Si fuera para un aeropuerto, de donde salen esas cosas que vuelan, sería más coherente.
   Pero no veo del todo adecuado a Marcelo Falo. a cargo de la nueva terminal.
   Aunque, queridos cordobeses, todo es posible.