Desgrabación de los comentarios del
periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” emitido el domingo
18/04/21 en dúplex por AM580 y la FM88.5 ambas dependientes de Radio
Universidad Nacional de Córdoba.
Frente a injustos menoscabos
LOS EQUIPOS DE SALUD VINCULADOS EN LA LUCHA
CONTRA LA PANDEMIA
MERECEN UN DESAGRAVIO
Nada mejor que apelar a nuestra
canción patria para que al menos hagamos un intento por desagraviar a todos los
integrantes del numeroso plantel de hombres y mujeres integrantes de los
equipos de salud que vienen luchando a brazo partido, mezclados entre el
sufrimiento, la muerte y los adioses que marchan imponiendo esta pandemia que
parece retroalimentarse con la misma tragedia mundial que está provocando.
En lo personal y aunque no fuera
por culpa propia, quiero desagraviar a los médicos, enfermeras, camilleros y
trabajadores de otras actividades conexas y esenciales que estén integrados a
esos sacrificados equipos que lucen una monumental entrega y compromiso, pese a
inexplicables y siempre reclamadas falencias en cuanto a elementos y
medicamentos, lo que no es privativo de la actual gestión sino que se viene
padeciendo desde el principio de los tiempos.
Desde la pequeñez humana y la
anemia intelectual nuestros héroes han sido menoscabados con ruindad, cuando
realmente no alcanzan las palabras que lleguen a significar un patriótico
agradecimiento por su entrega; por su sacrificio; por afrontar un peligro que
hecho virus, se cobró las vidas de muchos de ellos, anónimos paladines en una
lucha desigual.
No se trata de un ataque de
patriotismo de mi parte, porque prefiero hacerlo como una demanda de justicia
contra todos los imbéciles de arriba, del medio y de abajo que sólo piensan en
salvarse ellos aunque el resto sucumba arrastrado por la ineptitud del poder y
sus abusos perpetrados en nombre de la pandemia.
Una pandemia que involuntaria y
piadosamente maquilló otros sufrimientos que nos agobian; la inflación
descontrolada que destrozará todos los pronósticos de quienes se proclaman
entendidos; de la creciente inseguridad y el crecimiento exponencial e
imparable del narcotráfico; de la insensibilidad gubernamental que pese a la
crisis que padecemos y que a ellos no parece afectarlos, que siguen con su
escalada de ajustes en los servicios y frente al descontrol de los precios en
general y se extralimitan en la presión tributaria cuando la sociedad argentina
camina por la cornisa de su fragmentación, sin que asomen siquiera gestos de
humanizar la economía y de no seguir fabricando pobreza ni indigencia.
Mi reverencia a esos
profesionales o voluntarios de la salud que no miden su cansancio, su decepción
ni su sacrificio en esta tarea ciclópea de luchar contra dos enemigos brutales
y deshumanizados: el virus maligno que crece y crece y la deshonestidad de
quienes, al menos por agradecimiento y por vergüenza propia, debieran estar
erigiendo ya, monumentos a quienes dejaron su vida por sus semejantes.
La redención es sólo cuestión
de tiempo más allá de todas las demagogias.
Doloroso silencio ante las demoras
NOS PROMETIERON 20 MILLONES DE VACUNADOS
PARA FEBRERO Y AHORA NO LLEGAN A
7.000.000
Haciendo memoria y hurgando en
los archivos, ya es historia aunque sea tan reciente, que el jueves 10 de
diciembre del año pasado nuestro presidente el Dr. Alberto Fernández anunciaba
desde Casa Rosada, que el Gobierno nacional había firmado el acuerdo con la
Federación Rusa para la llegada al país de la vacuna Sputnik V que permitirá
inmunizar, entre enero y febrero, a 10 millones de personas, en el marco de las
medidas que se llevan adelante contra el coronavirus COVID-19.
A esas partidas se agregarían
otras marcas del imnunizante y no alcanzo a memorar en detalle, pero era una
cifra que se echó a rodar más probablemente originada por el destituido ministro
de salud don Ginés Gonzalez Garcia, que hacía mención a unos 20 millones de
argentinos que estarían inmunizados a finales de febrero, del reciente mes de
febrero, no del año que viene.
“En el día de ayer hemos
suscripto el contrato con el Fondo Soberano de la Federación Rusa, que nos
garantiza la provisión de vacunas rusas para la Argentina”, indicó textualmente
el primer mandatario ese mismo día de diciembre 2020 en la Sala de
Conferencias, donde estuvo acompañado por el ministro de Salud que aún se lucía
en el gabinete antes de su derrape con los vacunatorios para elegidos.
Y arriesgó al anunciar que
“Vamos a poder contar con las dosis suficientes para poder vacunar entre enero
y febrero a 10 millones de argentinos y argentinas. Los tiempos de entrega se
estiman en una primera remesa de 600 mil dosis para vacunar a 300 mil personas
antes de fin de año, en enero con dosis suficientes para 5 millones de
personas, y en febrero se completará el resto de las dosis necesarias para
alcanzar la vacunación de personas que estamos previendo”.
En la misma ocasión el Dr.
Fernández puso en claro que se trataba del tercer contrato que la Argentina
firmaba, ya que el primero fue con AstraZeneca de la Universidad de Oxford, el
segundo con Covax, que es una dependencia creada por las Naciones Unidas, y el
tercero es precisamente el que fue suscripto con el Fondo Soberano” de Rusia,
aparte de más factorías de otros países.
La cuestión protocolar no estuvo ausente y nuestro Presidente recalcó su
agradecimiento a su colega ruso Putín “porque -dijo textualmente- se ocupó
personalmente de ayudar para la firma del acuerdo, y luego formuló “un llamado
a la reflexión a todos los argentinos” para que “entendamos que estas vacunas
nos van a permitir vacunar a las personas en riesgo antes que a nadie, que son
un total de alrededor de 13 millones de personas”.
El por entonces titular del
restituido ministerio que imprudentemente Macri transformó en secretaría, el
inefable GGG, informó en esa misma ceremonia de anuncios que funcionarios de su
cartera ya están trabajando en todas las provincias con las autoridades locales
y aseguró: “Nunca en la historia hubo una vacunación tan masiva y amplia que va
a ser de 60 millones en el primer semestre, lo que es un desafío logístico,
operativo y de programación de una magnitud no conocida”.
A esa cifra, no la podremos
alcanzar ni siquiera incluyendo a los aprovechados beneficiarios de la
vacunación privilegiada.
Esos números irreales no
tomaron en cuenta la escasa confianza que inspiramos en el contexto
internacional, más allá de las afinidades ideológicas, y de la desorganización
reinante en todos los mecanismos que nuestro país viene aplicando, tozudamente,
en el tratamiento de cuestiones tan delicadas como lo son la salud, el
bienestar y la supervivencia de casi 45 millones de argentinos.
Grosera desesperación por
recaudar
PARECIERA QUE EL ESTADO NO SE HUBIERA
ENTERADO QUE VIVIMOS TIEMPOS DIFÍCILES
Suele ocurrir que en los países
que viven situaciones angustiantes ya sea por guerras, conmoción interna,
desastres naturales u otros factores negativos y el sufrimiento de la población
es notorio, sus autoridades se esmeran en paliar los padecimientos mientras se
estudian, se buscan y se instrumentan soluciones primero coyunturales y luego
en plazos más extendidos.
Ejemplos en ese sentido hay
muchos y apelando a una actitud que puede sonar a reduccionista, bien vale
citar ejemplos como Japón y su maravilloso resurgimiento tras ser víctima de la
destrucción atómica por parte de los gendarmes universales -me refiero a los
EE.UU. de Norteamérica- o de la Alemania nazi que tras la sangrienta derrota
cicatrizó sus heridas tanto físicas como materiales, económicas, edilicias e
ideológicas y es ahora potencia que muestra dirigir las tendencias que se
imponen en la nueva Europa.
Pero aquí los argentinos
solemos destacarnos por ser algo así como excepciones en cuanto a modelos que
se viven en otras geografías, porque siendo un país potencialmente rico,
ubérrimo, bendecido por los climas, poseedor de un enorme litoral marítimo que
aprovechan los japoneses y los chinos, yacimientos casi a flor de superficie, campos
de trigo, explosión sojera, ganadería que es la envidia universal y en general
buena gente, vivimos pasando de una postración a otra; de un fracaso a otro; de
una decepción al siguiente desencanto.
El tema no es buscar culpables
porque cada argentino tiene ya clavado en su ADN la culpabilidad de este, de
aquel, de aquella o de aquellos y no hay manera de evitar la estigmatización de
los acusados por los desastres que padecemos, pese a todas las bondades que la
naturaleza nos ha regalado y sigue obsequiando.
Todo este palabrerío, con la
intención que alguien me explique, en base a la coherencia y alguna experiencia,
por qué vivimos acosados y cercados por un Estado hambriento de dinero, pésimo
administrador de recursos, ávido de recaudar y pijotero a la hora de brindar lo
que recoje, en beneficio de la ciudadanía.
Todo esto viene a cuento de la
exagerada y para muchos incomprensible presión tributaria, que ni siquiera cede
ante el espanto de la situación que se vive y no es un tema de mostrar
permanente mala onda, desencanto o frustración, sino la expresión de una
auténtica actualidad.
En pocas palabras a nivel
nacional siguen jugando con los bigotes del león y reiterando aumentos -sólo el
de la nafta ya es brutal por sus derivaciones- y la Provincia que necesita
recaudar porque su presupuesto corre el riesgo de perder las muletas que le
presta la Nación, estamos en año electoral, el Gringo intenta jugar sus cartas y
optó por hacer caminos cuando ahora debiera comprar vacunas, o no tendrá gente
cordobesa o visitantes que puedan gozar las rutas encantadas ni los paisajes
circundantes.
Y además por su parte la
Municipalidad ha lanzado una campaña que bien puede ser tomada como ofensiva
cruel y descarnada: los contribuyentes que durante años no han recibido
acciones ni beneficios que debieran haberse solventado desde el Palacio 6 de
Julio, han sido sorprendidos no con intimaciones sino con groseras amenazas de
embargos, secuestros, juicios y otras acciones que si bien son parte de la ley,
también es ley no escrita que el ciudadano debe ser respetado como tal y no que
está al servicio y capricho de autoridades insensibles a quienes les importa un
carajo el sufrimiento ajeno.
Y la gente está sufriendo
demasiado.
Menos los privilegiados, claro…
La megacausa del Registro
ES PARA DUDAR QUE LAS CHICANAS SÓLO
SEAN UN PRIVILEGIO DE LOS DEFENSORES
Según la Real Academia Española
una chicana es una artimaña o procedimiento de mala fe. En la causa del
Registro de la Propiedad de Córdoba el Poder Judicial ha utilizado este término
para justificar la notoria mora en un ámbito que debiera ser más dinámico,
alegando que los largos plazos en la resolución de causas son motivados por las
chicanas interpuestas por los abogados defensores cuando ejercen el
constitucional derecho a la legítima defensa.
Sin embargo, es importante
conocer algunos números y a ellos es necesario remitirse: cuando el Fiscal
dicta la prisión preventiva contra un imputado, el defensor tiene tres días
para apelar esa decisión, es decir, presentar un escrito al Juez superior, exponiendo
motivos y fundamentos a favor de su libertad.
Tres días o queda firme. Pero
una vez presentado ese descargo, no existe un plazo real establecido para que
el juez responda, y muchas veces pasan meses hasta que lo hace.
Si este juez confirma la
prisión, pero el imputado sigue defendiendo su inocencia, acude a una Cámara
Superior y tiene ahora un plazo de cinco días para escribir o queda firme. Pero
la Cámara tampoco tiene un plazo estricto y suele demorar muchos meses más.
Y si confirmado por la Cámara,
el imputado persiste, acude entonces al Tribunal Superior de Justicia para lo
cual cuenta con 15 días o queda firme, y esa respuesta suele demorar años.
Si a estos datos objetivos
sumamos la cuasi chicanera justificación de los encierros con indicios, datos
insuficientes, testigos anónimos, hipótesis o convicciones personales, y la
consideración de la causa como una sola y como muchas al mismo tiempo,
permitiendo que los mismos jueces, conformando una comisión especial, persigan
a los mismos imputados, es casi obligado concluir que la declamada chicana se
encuentra detrás de la barandilla.
Si no es así y desde el poder
se lo sostiene, es para enloquecer a cualquiera por desorientación…
A la hora de las prioridades
ES PENOSO ADVERTIR QUE LAS OBRAS PÚBLICAS
PREVALECEN SOBRE LA ATENCIÓN DE
LA SALUD
En un comentario anterior, cuando se hicieron referencias a la exagerada
presión que se ejerce sobre la ciudadanía para el pago de impuestos, el propio
tema llevó a mencionar a la Provincia y a la municipalidad como enfermos de
angurria por la poca sensibilidad que muestran ambos niveles a la hora de
amenazar para que el ciudadano cumpla con el pago de los impuestos.
Pero no era tan solo ése el
argumento, sino que bien vale recordarle a las autoridades que si cualquiera de
los funcionarios va a una carnicería y pide dos kilos de costillas de ternera,
los paga y luego le entregan dos ruedas de osobuco aunque incluyan el caracú,
es obvio que se sentirá estafado, pataleará, irá a Lealtad Comercial, le dirán
que se van a ocupar pero el carnicero, o el almacenero que le entregue una
botella de agua cuando usted pagó un tinto de marca no recibirá ninguna
sanción, salvo la del consumidor que nunca pisará su negocio porque su
conciencia y memoria le indicaron que si tenía que votar por un carnicero y un
almacenero, tendría que elegir a otros candidatos.
Así de simple esta especie de
parábola porque el cordobés paga impuestos provinciales y municipales y tiene
inseguridad cuando debieran protegerlo, no pasa el ómnibus cuando tiene que ir
a trabajar, la Justicia le demora dos años un trámite que demanda un mes, las
calles son un asco de mugre, la luz se le corta en verano por culpa del calor y
en invierno a causa del frio… ¿me entiende que no es caprichosa la comparación?
Lo mismo ocurre cuando el
ciudadano se toma el trabajo poco grato de evaluar el sentido del respeto por
las prioridades que tienen sus gobernantes y es allí donde derrapan los más
pintados, porque en la provincia se gastan enormidades de dinero en campañas
publicitarias que es publicidad preelectoral que pagamos todos, en rutas que si
bien son necesarias hay otros dramas màs acuciantes que beneficiar a los
automovilistas o usuarios que aparte deben pagar los peajes y el negocio es
para esas empresas; la municipalidad ilumina la ciudad en partes de vez en
cuanto para hacerse ver; tapa los baches con un moderno producto que en casos
comprobados duraron tres o cuatro días hasta que llovió y no hay manera de
movilizar la administración de Justicia, ni la prevención policial, ordenar el
caos urbano ni de cumplir con todas las obligaciones de la comuna, pese a su
planta de personal de más de 15.000 empleados.
¿Se entienden ahora lo que son
las prioridades?
Tendremos caminos sin gente,
vecinos sin casas, comerciantes sin negocios, taxistas sin pasajeros y otros
males, si continúa este festival publicitario de obras y servicios que no son
prioritarios mientras se descuida, por ejemplo, la provisión de insumos en
todos los órdenes.
No me vengan con que las
prioridades no son tantas…
A esa actitud egoísta la
sostienen quienes no piensan en su prójimo…
En muchos casos, hay
funcionarios incursos en esa actitud.
“Gringo”, no me falle ni le
falle a todos los cordobeses que lo eligieron… Demore los caminos, la
circunvalación y otros proyectos… Apúrese a comprar vacunas ahora que puede
hacerlo… ¡No sacrifique nuestra autonomía…!
¿Presencialidad o virtualidad?
EL DILEMA EN LA EDUCACIÓN
MANEJADO ENTRE LOS
GREMIALISTAS Y UN PODER PRESO DE SU CICLOTIMIA
Es probable que de medio a
medio esté equivocado, pero por allí, cuando veo, leo o escucho declaraciones
de algunos dirigentes sindicales, se me enciende una luz de alarma por advertir
demasiada tendencia por encerrarse o mejor dicho por aconsejar que nadie
concurra a las escuelas y siga la modalidad del uso de tecnología para evitar
las clases presenciales.
¿Es que en cada hogar hay una
computadora?
¿Es que aquellas entregas
masivas anunciadas en su momento por distintos gobiernos no alcanzaron a cubrir
ni siquiera un mínimo porcentaje como para comprender a un buen número de
alumnos?
Realmente pareciera que poco se
tienen en cuenta los consejos de los científicos y epidemiólogos que sostienen
que en las aulas es muy bajo el peligro de contagio mientras se respeten los
protocolos establecidos para esos recintos.
Es probable que la intención
sindical sea exageradamente en procura de proteger a los docentes, lo que es
absolutamente válido, siempre y cuando no se margine a los destinatarios de la
educación, de la formación, de la instrucción.
Los alumnos y sus padres ya
llevan demasiado tiempo en cada uno de sus claustros, los niños han cambiado
sus conductas, los mayores todos sus hábitos, la dinámica del hogar es tan
distinta y costosa que ahora reclama de la inteligencia de quienes debieran
tener en cuenta todos esos detalles.
Todo indica también que el
componente político juega un papel preponderante por eso de la generalizada
intención de los dirigentes de eternizarse en el poder -por algo será- que
mostrándose como duros e intransigentes conseguirán el apoyo de las bases.
Esas bases están lo
suficientemente desgastadas y agobiadas por una realidad lacerante como para
exigir ser tratadas como personas, dignas de consideración y más que nada de
respeto, de manera especial por el elevado porcentaje de mujeres que abrazaron
esa maravillosa vocación por enseñar.
Desde el poder mientras tanto,
se advierte un marcado grado de ciclotimia e indecisión, sin dudas debidas a
compromisos políticos con algunos dirigentes de gremios de la educación.
En lo personal, si las
garantías científicas lo acompañan, nada mejor que volver a la presencialidad
por dos razones fundamentales.
Sería decadente perder un año
de escuela con posibilidad que sean dos y alguien debe colaborar con medidas
acertadas para reorganizar cada hogar, alterado en sus costumbres y rituales
por la diversidad de horarios y de direcciones que deben atender.
Y algo trascendente por encima
de todos los argumentos: hacerlo a través de la virtualidad conlleva el
inmerecido acto de segregar a un sector del alumnado que ha visto y ve las
computadoras solamente en las publicidades.
Eso sí que configura una
tremenda injusticia.
Debemos recuperar la dignidad del
trabajo
SEGUIMOS SIENDO REHENES DE LOS
PLANES EN
LUGAR DE OPTAR POR LA CREACIÓN DE EMPLEO
“Dios ha creado al hombre para
que gane su sustento trabajando y ha dicho que aquel que come sin trabajar, es
un ladrón”, maravillosa definición de un ejemplo de vida, de sacrificio, de
lucha pacífica, el genial Mahatma Gandhi.
Por eso es que duele y lastima
a los ojos y al alma de los ciudadanos que al menos tenemos incorporada la
cultura del esfuerzo y abdicamos de todo aquello que se logra si no es merced
al trabajo o de ver actitudes ventajeras y oportunistas que rodean a la demanda
de tarea digna.
Por un lado los fabricantes de
pobres como el poder y la Iglesia Católica que luego mediante los subsidios y
los planes son atendidos y tomados en cuenta para ser luego transformados en
rehenes del culto, de las urnas y de sus candidatos.
Se entiende el estado de
postración de los segmentos más carenciados de la sociedad, pero no se entiende
la indiferencia de quienes debieran atenderlos respetando la dignidad, con la
creación de demanda laboral y no con un festival de limosnas como las que
reinan por estos tiempos entre nosotros.
Bien vale cerrar el comentario,
porque ahora es cuestión de hacer y no de tanto hablar, con un versito que me
enseñaron cuando era pequeño, con 13 años y ya trabajaba:
“Debe trabajar el hombre para ganarse el
pan; pues la miseria en su afán de perseguir de mil modos, llama a la puerta de
todos y entra en la del haragán”. Lo dijo don José Hernández, el del Martín
Fierro, por si no le suena…