30 de mayo de 2021

S.L.B.: INDIGNACION E IMPOTENCIA NOS AGOBIAN SIN MISERICORDIA - ¿QUIÉN PAGARÁ LA ABULTADA DEUDA EN DÓLARES DEL CORDOBESISMO? - EMULOS DEL SUPERAGENTE 86 PERO SIN ZAPATÓFONO - MEGACAUSA DEL REGISTRO Y LAS OBEDIENCIAS - POBLAR EL PAIS, REGALAR JUBILACIONES Y JUNTAR VOTOS - NUEVA DEMOSTRACIÓN “SOLIDARIA” DE UTA Y FETAP - SI DEVUELVEN LO CONFISCADO COMO "GANANCIAS" LOS JUBILADOS PAGARÁN SUS TRIBUTOS ATRASADOS, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 675 del 30/05/21 emitida en dúplex por AM580 y FM88.5, dependientes ambas de Radio Universidad Nacional de Córdoba.

La realidad que nos rodea
UNA MEZCLA DE INDIGNACION E IMPOTENCIA
NOS  VIENE  AGOBIANDO  SIN  MISERICORDIA
 
   Asistimos apenados y con las esperanzas llenas de moretones, a un festival de desaciertos que nos van minando la paciencia, que nos despedazan las expectativas; que nos roban descaradamente el futuro. Que se nos ríen en la cara desde la tarima de algún poder que los resguarda.
   Desde el nivel nacional nos hartaron de promesas en cuanto a la provisión de vacunas, a las fechas en que estaríamos todos inmunizados, a una logística que decían era impecable para un reparto equitativo de las dosis. Y nos siguen dilatando los plazos que aseguraron serían respetados.
   Y siguen franeleándose, insultándose y descalificándose en nombre de la vacuna Pfizer que si de por medio hubo o no hubo cometa, si las vacunas rusas son parte de un compromiso ideológico, nadie informa si gastamos más en mandar tantos aviones que en vacunas, nadie puede asegurar que se hayan terminado los privilegios y es puro verso todo lo que se aventura frente a la peligrosa como imparable cercanía del invierno, que es el que todo lo acelera, especialmente las consecuencias nefastas.
   Aquello de privilegiar la salud por encima de la economía demostró su fracaso rotundo porque estamos cada día más contagiados, más recluidos en terapias intensivas, más cerca de las despedidas sin abrazos y más lejos siquiera de pensar que al menos estamos recuperando el valor de nuestro dinero y la estabilidad económica no de las grandes industrias, de las enormes empresas sino de lo que se maneja en el hogar, de lo que allí se sufre en carencias agravadas por presiones incalificables.
   La Provincia viene dilatando la compra de vacunas frente a la indisimulable actitud superior de mostrar su empatía cero con el cordobesismo, aunque pretendan disfrazar esas angustias con anuncios que no pasan de ser eso, en  una Córdoba acosada por la indiferencia estatal que ahora se sorprende por el avance de la pandemia, pero no lo hace con el demencial crecimiento de la inseguridad merced a lo cual todos somos escudos humanos frente al hampa que se mueve y actúa a su antojo, amparada por la inexplicable inexistencia de una política integral que la combata y a la vez la corona con una llamativa impunidad.
   Y basta ya de presionar a la ciudadanía para el pago de impuestos y de servicios atrasados ¿o son tan inútiles desde arriba que no se dan cuenta que en cada hogar hay una crisis? ¿Qué en cada casa se vive un drama? ¿Qué cada familia cordobesa es víctima de la insensibilidad oficial, esa que privilegia caminos, obras postergables y para nada prioritarias y endeudamiento alevoso en moneda extranjera, por encima de la atención de la salud en tiempos de pandemia?
   Si se gastara menos en esos emprendimientos que bien pueden esperar y en el oneroso autobombo publicitario de lo que dicen es bueno que hacen, podríamos comprar esas vacunas que tanto se demoran o que algunos desalmados pueden estar escondiendo. Y resulta que frente a las protestas de sectores afectados, de los que casi no existen excepciones, amenazan con sanciones mediante acciones mafiosas de amedrentamiento, es que cualquiera de nosotros se pregunta por qué no actúan de la misma manera frente a los desbordes de organizaciones sindicales o sociales digitadas ideológicamente, que coartan entre otros derechos consagrados, la libertad de ir a trabajar o de circular por nuestras calles.
   No quiero alterarme porque la bronca contenida cuando se manifiesta suele ser desmedida, y es precisamente lo que nos ocurre a la mayoría de los cordobeses, cuando vemos con qué ímpetu, insistencia y alevosas presiones desde la Municipalidad se han lanzado a una campaña para que sus arcas recuperen dinero fresco, de todo ese dinero que se gastó al reverendo pedo haciendo obras de maquillajes y coloridos que bien podían y aún pueden esperar.
   En cualquier democracia del mundo la gente frente a tamaños desmanejos saldría a la calle para reclamar que todos los funcionarios que demostraran ser inútiles, se mandaran a mudar, pero dentro de todo los cordobeses somos demasiado contemplativos y más aún si estamos encerrados…
   El radicalismo plantea que los trabajadores de Luz y Fuerza, EPEC para ser más claro, claudiquen en el cobro de ese regalo que les hacemos por una eficiencia que no es tan notoria, pero que no deja de ser una conquista gremial. Me refiero a esos dineros anuales de seis cifras al menos y cuyo promedio comienza con el número 4 o sea arriba de 400 lucas per cápita, pero nada dicen los unicameralistas de Alem y de otros próceres, cuánto de sus jugosas dietas y otros privilegios aportaron para ingresarlos a los presupuestos de lucha por nuestra salud.
   Los tiempos de la vigencia de la sucia hipocresía no debieran ser parte de nuestra historia, porque estaríamos insultando a la memoria, esa memoria de luchas frontales por mejorar en todo aspecto, para transformarnos en serviles de los privilegiados del poder.
   Alguien tiene que poner freno a ese avasallamiento de las economías familiares y comerciales que dan trabajo a tanta gente, flexibilizando sus exigencias desmedidas, disponiendo moratorias y más que nada, dejándose de gastar dinero a raudales como si en lugar de ir transitando hacia la pobreza general, se tratara de nuevos ricos.
   Esos que se consideran nuevos ricos prohijados por la política, o el poder en cualquiera de sus ubicaciones y niveles, son los que están de más y tienen la patriótica obligación de mandarse a mudar, porque llegadas las cosas a un extremo del que no estamos demasiado alejados, debe ser jodido que te corran a empujones…
   Basta ya. Basta de derrochar. Basta de inútiles y de carteludos. Basta de mentir y de engañarnos.
   Tres citas para quienes íntimamente se sientan aludidos, se hagan los osos y para que también me entiendan quienes adopten el temperamento del perro que lo están… mejor lo dejemos allí: “Una mentira nunca vive hasta hacerse vieja” según Sófocles; “Lo que me molesta no es que me hayas mentido sino que, de aquí en adelante, ya nada te podré creer” según Nietzche y por último un proverbio judío que es más una sentencia: “Con una mentira puede irse muy lejos, pero sin esperanza de volver”.
   Respetuosa y cívicamente dicho, en uso y práctica de la libertad y de la Democracia que tanto nos costó recuperar:
   Váyanse los que se sientan aludidos.
   La historia -que es un juez inapelable- se los agradecerá…
 
Deuda provincial
HABRÁ QUE VER CÓMO SE LAS ARREGLA QUIEN
VENGA, DEL MISMO PALO O NO, PARA PAGARLA
 
    Los cordobeses o al menos muchos de ellos entre los que sinceramente me cuento, tenemos la pésima costumbre de malpensar cuando vemos algunos nubarrones que se acercan, tenemos miedos a las tormentas, a los ventarrones y al granizo y corremos a guardar el auto, cerrar las ventanas, darle abrigo al pichicho, guarecer las plantas y verificar que no haya aberturas por donde puedan entrar el agua, el tierral o lo que pudiera venir.
   Más o menos esa es la actitud actual cuando advertimos el creciente incremento de lo que debemos a muchos acreedores, tanto de adentro -que suelen ser los más exigentes en todo sentido- como de afuera, que necesitan que nos sigamos endeudando en dòlares hasta el flequillo porque prefieren seguir sumando intereses, casi una inversión extra y agregando sanciones de cualquier tipo por los retrasos.
   Es cierto y bobo sería negarlo que se están haciendo cosas, muchas de ellas superfluas para los críticos tiempos que vivimos, cuando en realidad son otras las prioridades que nos aprietan como por ejemplo y aunque no todos le asignen importancia, que es el valor de la vida para lo cual la salud es imprescindible, vaya tontería, dirán ustedes…
   Endeudados por algo que ayude a la subsistencia es el mejor argumento que los políticos marcados de honestidad debieran exhibir y hacer cáscara con ello, cuando asignan fondos a eso que es la vida, porque los caminos pueden esperar, los maquillajes urbanos también, el autobombo asimismo tendría que prohibirse por ley y rehabilitarlo un par de meses antes de cualquier comicio, porque es allí por donde se van diluyendo los sacrificados aportes del pueblo hacia las arcas de un Estado que en nuestro caso es demasiado angurriento, dispendioso para algunos gastos y pijotero en muchos otros.
   Pareciera que no hay un pensamiento a futuro, o que en realidad se lo tiene bastante en cuenta, porque con todo lo que estamos debiendo los cordobeses, no alcanzará el actual y un par o más de mandatos para que podamos salir del endeudamiento y recuperar la tranquilidad de saber que los responsables del despilfarro inoportuno, no vendrán por nuestras casas o por cualquier propiedad que podamos tener más allá de la digna vivienda.
   Es esa ambigüedad de no saber si vienen otros del mismo palo que los apañen, o algún opositor que tenga la ocurrencia de escarbar en el pasado y encontrarse con sorpresas medianamente previsibles.
  Ese si, debe ser el dolor de cabeza y un llamado de atención de la conciencia, de aquellos que se preparan para eternizarse en el poder o que en el peor de los casos se afirman en aquella vieja costumbre no “que pase el que sigue” sino que el que sigue tenga con qué pagar.
   Después de todo, históricamente, los que pagamos somos nosotros, todos nosotros, siempre, menos ellos.
   ¿Y cómo comprar vacunas desde la provincia? La ley lo permite, no lo prohíbe tengo entendido, igual que los patrulleros, las motos, las armas, la tecnología para una seguridad perdida que no alcanzamos a recuperar. En una emergencia más aún se impone la compra directa sin licitación ni concurso de precios, tratándose de vacunas.
   Todo lo demás puede esperar…
 
Cirugía de urgencia
EL “SUPER AGENTE ’86” DEBIÓ SER INTERVENIDO
ANTE UN PERSISTENTE ATAQUE DE CARCAJADAS
 
   Por allí dentro del drama que vivimos, las incertidumbres, los lutos, las preocupaciones y las angustias, suelen surgir alivios que nos trae no una diversión o un placer, sino ciertos elementos de la sociedad que en verdad han sido creados y son sostenidos para otros objetivos, más allá del entretenimiento que le aportan a una sociedad castigada por la inclemencia de la pandemia, el derrumbe económico y otras calamidades conexas.
   Hablar de espionaje entre nosotros, en el aspecto político, creo que pocas veces se ha dado formalmente, salvo en algunos aislados casos relacionados con los tiempos previos a la guerra por nuestras Malvinas.
   Pero ya en el nivel doméstico, más allá de los espionajes de índole particular en averiguación, por ejemplo de infidelidades ya sean matrimoniales, comerciales, empresarias, artísticas, sociales o deportivas, tendríamos como para hacer dulce, pero casi ninguna trasciende y en consecuencia el conocimiento público no toma conciencia de tales casos y se priva de divertirse por ello.
   Pero eso de encontrar a dos policías descalzos, con sus borceguíes en el piso, arrodillados y escuchando lo que conversaban dos altos funcionarios en un despacho de Tribunales 1 no es para escandalizarse, aunque sirva para mostrar el grado de seriedad que impera en la conducción tanto de la policía como de la Justicia, porque no me vengan ahora con el verso que fue un aislado caso de curiosidad.
   La seriedad institucional impone que alguien oficialmente ponga las cosas en claro y si existió una anormalidad en tal proceder, que se apliquen los correctivos necesarios no tan solo a sus protagonistas visibles y sorprendidos como el vulgo dice “haciendo pis en la plaza” sino establecer por mandato de quién o de quienes, pasaron a figurar en los anales del absurdo.
   Si caen al Tribunal de Conducta Policial seguramente los absolverán por risa, porque si nadie desde allí impidió que un policía bajo proceso siguiera portando arma y uniforme  y que resultó ser el asesino de un muchacho inocente, no es para pensar que siquiera les tiren de las orejas, aunque debieran hacerlo y con rigor, algo más abajo..
  Y si nadie se hiciera cargo, que al menos los actores principales de este sainete, formalmente, le pidan disculpas al “Superagente 86” por haber plagiado su estilo aunque los zapatófonos hayan quedado lejos de ellos, en el marmolado piso de nuestros sacrosantos tribunales.
 
La Megacausa del Registro
INTERPRETACIONES VARIAS CON
RELACIÓN  A  LAS  OBEDIENCIAS
 
   La prisión preventiva  transformada en costumbre, dejando de lado su aplicación excepcional, las detenciones masivas y en mediáticos operativos, de empleados sin ninguna condición jerárquica, de escribanos, tramitadores y compradores que alegan buena fe, dado que los informes emanados del Registro no indicaban anomalías, el feroz encierro, usado como elemento de coacción para inducir la autoincriminación, todo esto sumado a la imaginación acusadora, convirtiendo en prueba las relaciones casuales, como trabajar en la misma oficina, figurar en la agenda de algún acusado o haber realizado una llamada telefónica y la creación de una comisión especial única para juzgar los casos, con oídos sordos a las denuncias y  acusaciones contra funcionarios y marcada indiferencia  ante los consejos de distintas entidades calificadas en la materia, resumen el combo llamado causa del Registro de la Propiedad de Córdoba. 
   Un combo que no sería tal de haberse cumplido con lo establecido en la ley, en la Constitución y las recomendaciones de organismos y entidades de derechos humanos. 
   Aunque podría pensarse esta causa como una situación de confusión o error judicial masivo, ello se disipa frente a la legal claridad para absolver o sobreseer a allegados a la familia política o judicial. 
   Se dice que la obediencia es llevar a cabo lo que dicta una orden o lo que manda una persona. El diccionario además habla de obediencia ciega cuando se presta sin examinar los motivos o razones de quien manda y obediencia debida cuando se rinde al superior jerárquico eximiendo de responsabilidad.
   Y si no es por error, ¿será por este lado?
 
Festival de beneficios
LLAMADO A POBLAR EL PAÍS, EVITAR APORTES
Y SUMAR VOTOS PARA PRÓXIMAS ELECCIONES
 
   Me vienen a la memoria, con mucho de nostalgias y simpatías, aquel viejo, gastado y percudido grito como de guerra de nuestra juventud y su explosión hormonal, cuando vociferábamos eso que cualquiera recuerda, “porque se acaba el mundo” que terminábamos con un alarido.
   Más o menos es lo que ahora debiera ponerse nuevamente en boga frente a esa intención de agregar años a mujeres que no hubieran aportado al sistema jubilatorio, por cada hijo que tuvieran.
  Se habla de 3 años más y nada se dice de los niños adoptados, o de los lamentablemente fallecidos o de otros casos excepcionales, pero pareciera que esos detalles no tienen importancia y sí la tienen los resultados, algo así como “bonus track” al festival de subsidios que vivimos los argentinos.
   El fin social de tal iniciativa puede que sea aceptable, plausible, patriótico, solidario y con todos los adjetivos que le quieran poner, pero no deja de representar un acto de injusticia para todos aquellos argentinos y argentinas que se deslomaron para juntar años y aportando buen dinero que les permitieran una jubilación digna, aunque esta dignidad por lo general estè alejada de la realidad.
   De ninguna manera se ataca en lo personal esta cuestión, pero bueno sería conocer cuál será la fuente de recursos para que no caigamos al final de siempre, que están para eso las arcas de la Anses, a la que contribuyeron como recién les apuntaba, millones de compatriotas que luego vieron evaporarse muchos de esos fondos en el fútbol para todos, autos para todos, bicis para todos, carne para todos y otras lindezas.
   Nada mejor entonces que abordar este tema con alguien que de jubilaciones sabe un montón, como lo es el abogado, nuestro abogado, el Dr. Héctor Mario Silvestro, hombre de Laspiur…
La participación del especialista en Derecho Previsional, abogado Héctor Mario Silvestro, sumamente interesante por su contenido analítico y los detalles que aportara, puede ser consultada en el área correspondiente de este blog, ubicada en “Audios”, parte superior de la columna de la derecha.
 
El transporte urbano y otro paro
NUEVA DEMOSTRACIÓN SOLIDARIA DE ESTOS VIEJOS
“SOCIOS” PARA  CONSEGUIR  AJUSTES  DEL  BOLETO
 
   La memoria colectiva -correctamente aplicado este término y ya verán por qué- de los cordobeses no puede resetearse como las computadoras, porque la indignación popular fue tan memorable, que tanto la UTA como la FETAP acusaron el impacto de haberse asociado para jodernos la vida durante más de 10 días de paro, en una muestra de insensibilidad y de desprecio por las necesidades del prójimo.
   Miles de trabajadores en aquella no muy lejana ocasión perdieron presentismo, puntualidad, suplementos dinerarios y otros estímulos porque en una mezcla de capricho por el precio del boleto y de feroz lucha interna en lo gremial, quienes pagaron el pato fueron los usuarios, sostenedores y muy caros, de un sistema de transporte perverso como el que padecemos aquí, en la docta Córdoba.
   Pero la historia y la memoria demasiado reciente nos enseñó que no todo estaba dicho, porque aquella insensibilidad por la que algunos dirigentes sindicales llegaron a pedirle disculpas a la ciudadanía, ahora se renovó con el agravante de atacar en plena pandemia, con mucha gente que no pudo llegar a los vacunatorios o desplazarse para hisopados, consultas médicas, o de última para ir a trabajar en los lugares habilitados, cuando las monedas suman y la necesidad oprime.
   UTA y la FETAP evidentemente se asociaron con el mecanismo de siempre: presionar al poder concedente para que ajustara el precio del boleto ,no a la realidad acuciante que vivimos, sino al capricho de quienes se mueven con los mafiosos mecanismos del apriete.
   La Muni, por ahora los reculó con costas adelantando que no pensaba modificar la tarifa de nuestro deficiente transporte urbano. Y desde la Nación adelantaron que no enviarían nuevos subsidios.
   Por ahora las cosas quedaron allí pero que no nos provoque sorpresa que en cualquier momento, cuando la lucha interna del gremio levante temperatura, volvamos a padecer esa costumbre de ver a los candidatos a carteludos, usar de rehenes a miles de cordobeses con tal de llegar a la conducción.
   Es como si allí los estuviera esperando algún oculto tesoro…
 
Un caso de estricta justicia
SI  DEVUELVEN LO CONFISCADO  COMO “GANANCIAS”
SERÁ MENOS PENOSO PAGAR TRIBUTOS ATRASADOS
 
   Es probable que siendo víctimas momentáneas de algún ataque de inocencia, podamos llegar a pensar que desde el poder no sabían que descontar o mejor dicho bolsiquear a los jubilados, con el pretexto de hacerlos tributar en el rubro “ganancias”, era un proceder anticonstitucional, pero parece que la desesperación por recaudar les cerró las entendederas y obraron más que por impulso, por acuciante necesidad presupuestaria.
   Las cosas por ahora se han encaminado a una justa solución con la eliminación de despojar esa suma por aquel concepto a la clase pasiva y no tan pasiva, porque la crisis a muchos de ellos les hace retomar trabajos para hacer menos penosa la subsistencia.
   La ley está, pero falta su reglamentación, que es la clave del asunto especialmente porque es lo que regula su aplicación.
   Haciendo un paréntesis, es para recordarle a los que mandan que si un ciudadano se atrasa en el pago de cualquier tributo, la máquina automática del despojo les recarga montos por mora y algunas otras penalidades dinerarias aunque sea incluyendo el pago en cómodas cuotas con el consiguiente plus por la tardanza en pagar.
   Entonces cabe preguntar que si eso es lo correcto, ¿sería correcto también que cuando devuelvan lo despojado al segmento más desprotegido de la comunidad, a los más vulnerables y afanables, le agregaran los intereses devengados para el Estado por la utilización de esos dineros por tanto tiempo?
   Porque si la devolución se hace en 5 cuotas, cuando los viejos cobren la última con la inflación que nos agobia, recibirán un par de monedas, si es que quedan.
   Y eso, con nuestros jubilados, sería otra tremenda injusticia.

29 de mayo de 2021

Hoy, a 52 años de la gesta

EL CORDOBAZO, SUS  RECUERDOS Y UNA
DEPLORABLE
ACTITUD  DE  DESMEMORIA*
 

   Parece mentira que hayan pasado 52 años de aquel cercano 29 de mayo del 69, cuando Córdoba ocupó primerísimos planos en la consideración mundial, una vez que las imágenes y los vívidos relatos alcanzaron las más remotas latitudes. En pocas horas la ciudad fue ocupada por los manifestantes, que desbordaron a una policía solo entrenada para reprimir tumultos deportivos o manifestaciones poco numerosas.
   La gente, poco a poco, se fue plegando a la protesta, mientras en Buenos Aires se discutía la conveniencia o no de sacar el Ejército a la calle.
   El miedo fue mayor que la prudencia y el primer contingente militar que venía del Camino a La Calera desembarcó en el Pasaje Aguaducho, a metros del acceso al Hospital de Clínicas, en uno de los sectores transformado en foco principal de la revuelta popular, a las 5 en punto de la tarde.
   Quinientos soldaditos imberbes, con el miedo pintado en sus rostros, se colocaron rodilla a tierra y apuntaron sus vetustos Mauser 1909 hacia arriba, para producir la más espantosa y atronadora de las amenazas.
   Habían llegado ellos, para restaurar el orden que no podían implantar apelando a la ley y la Constitución.
   Más tarde se conoció la existencia de víctimas fatales entre los manifestantes que eran obreros y estudiantes, decenas de heridos y cientos de detenidos. La ciudad pasó a ser una síntesis del caos, lo que se acrecentó en el atardecer y en la noche, en sectores claves de la ciudad como lo eran el Barrio Clínicas y la zona industrial, lo que duró un par de días.
   No me lo contaron. Me tocó vivirlo demasiado de cerca, cuando trabajaba en La Voz y los practicantes de Medicina hasta nos disfrazaron de médicos en el Hospital de Clínicas, para que estuviéramos en el centro de la escena, cuando usábamos casco para trabajar y la verdad sea dicha, miedos y angustias para regalar.
   El pueblo se había rebelado, porque aquella vez se llegó espontáneamente al límite de la paciencia.
   Para que los gobernantes lo sepan: la paciencia tiene un límite y 52 años atrás la imprudencia política lo superó. Y en ciertos aspectos y situaciones no estamos muy lejos, o demasiado cerca de alcanzarlo.
   Siempre hay tiempo, y urnas en su momento, para corregir el rumbo.
   Y un párrafo aparte para aquella sana intención que supimos alentar los y las periodistas, fotógrafos, camarógrafos y movileros radiales a quienes nos tocara la tarea de cubrir en la calle aquellos acontecimientos, cuando poco tiempo atrás llegamos a pensar que el gobierno apoyaría a esa institución a la que le dimos vida bautizándola como “29 testigos de la historia” que éramos los sobrevivientes de aquel mayo del ‘69.
   Nos hartaron a promesas, nos usaron más de una vez como estandarte y al final demostraron su desmemoria, o su memoria parcial e interesada cuando en tiempos preelectorales se acercaron con un apoyo hipócrita y de corto plazo.
   Nos prometieron audiencias, apoyo, consideración y toda la batería de versos que se recitan en un escenario dolorosamente demagógico como lo son las campañas proselitistas.
   Y al final, la nada.
   La nada porque “29 Testigos de la Historia”, asociación civil sin fines de lucro pero con intenciones de preservar para los tiempos la memoria colectiva de aquellas jornadas memorables, se consumió por falta de apoyo, de atención y de interés en su sola intención de resguardar sin componentes ideológicos y menos aún partidistas, uno de los hechos populares más relevantes que recuerda esta Córdoba a veces sorprendente y contestataria y otras, demasiado indiferente.
   Pero sin que el concepto siguiente signifique menoscabo alguno, pero lo manifiesto a título personal y con mucho de vergüenza, que esta Córdoba tendrá para quienes con las décadas escriban su historia, la penosa certeza de saber que con el apoyo de su gobierno tiene un museo del cuarteto y se olvidaron de la gesta de la que aún y pese a todo, estamos orgullosos quienes más que testigos, fuimos protagonistas.
   A ese privilegio histórico, y en nombre de los que ya no están pero aquella vez estuvieron y muy cerca, es imposible que alguien nos lo robe.
Gonio Ferrari

*Este comentario un  año atrás ocupó su lugar en
el mismo blog y como no  ha perdido actualidad,
vale la pena repetirlo “para refrescar memorias”.
También, como vacuna  contra ciertas amnesias.

25 de mayo de 2021

25 de Mayo, Día de la Patria

 “POR ALGO HAY CIELO EN LA BANDERA Y UN
GESTO NOBLE Y FRATERNAL EN EL ESCUDO”
 
   Hemos celebrado más de dos siglos como Nación y la realidad pone en duda que hubiéramos aprovechado como patriótico beneficio las lecciones de nuestra propia historia.   
   Nos vienen metiendo en la cabeza desde allá lejos en la escuela primaria algo parecido a la simpleza sin complicaciones, procurando hacernos entender que la Patria es la bandera, la escarapela, el escudo o el Himno Nacional, respetables aunque insuficientes símbolos. Los políticos correctos coinciden, pensando a la Patria como la construcción de una gigantesca obra para nuestro bienestar y para todos los hombres de buena voluntad que quieran habitar su suelo.
   Y cada 25 de Mayo desde que me acuerdo, hoy a 211 años de aquella gesta, vuelvo a considerar oportuno pensar en voz alta a mi modesto entender qué es la Patria, desde mi simple condición de ciudadano, lo que vengo sosteniendo desde chiquito y jamás me cansaré de repetir.
   Debe ser la Patria el paraíso donde podamos vivir en paz y en libertad porque representa decencia, trabajo, sacrificio y compromiso.
   La Patria no es el bolsón, el subsidio o la beca para no trabajar. Es honestidad a ultranza; entrega, amor por las raíces y generosidad con nuestro prójimo.
   La Patria es construir y no mentir.
   Es buscar el bien común como asimismo gobernar y obrar sin soberbia ni autoritarismo.
   La Patria es administrar honradamente lo que tenemos y elaborar aquello que necesitamos.
   La Patria, por muchos burdamente devaluada en su concepto, es educación, seguridad, justicia, trabajo, vivienda digna y salud para todos, sin privilegiados ni marginados.
   La Patria también es el respeto a los que piensan distinto y fortalezcamos en consecuencia la convicción que a la Patria la hacemos en la ciudad y en el campo, que la transpiramos en la calle, en las escuelas y en el surco.
   Más nos demandará llegar a gozarla cuanto más tardemos en empezar a construirla, quitándole las muletas aportadas por la ocasional y tantas veces encumbrada mediocridad.
   Peligrosamente nos estamos resignando a perder demasiado tiempo mientras seguimos aguardando la bonanza de aquella Revolución que se inició en 1810.
   La Patria no crece porque mediáticamente se lo declame ni es un reñidero para que desborden las pasiones y triunfe la intolerancia, porque al costo en sangre ya lo hemos pagado y con creces.
   La Patria es el diálogo, el debate, el disenso, la discusión.
   No es de civiles ni de militares, sino de argentinos.
   La Patria no es vocinglería oficialista ni opositora y tampoco lo es el periodismo militante nacional y popular.
   La Patria no es Menéndez ni Videla, pero tampoco lo son Firmenich ni los jóvenes setentistas que se proclamaban románticos.
   No lo es de los ricos ni de los pobres, sino de los ciudadanos probos y honestos.
   Alguna vez asumamos que a la Patria la dignificamos con el trabajo, y cuando disminuye o no hay es necesario crearlo, porque la Patria es producción más que dádivas y es apego a la cultura del esfuerzo y del sacrificio.
   La Patria es también rebeldía ante la injusticia, cariño por lo nuestro y respeto hacia el prójimo.
   La Patria envilecida por la corrupción, solo se cura con justicia honestamente independiente y no con la obediencia debida de algunos jueces ni con la “domesticación” de la Justicia dicha con mayúsculas.
   Esta Patria será grande cuando estemos unidos y juntos derrotemos a los fantasmas de la discordia y las miserias que se fortalecen con los resentimientos.
   Parece cosa de locos y para sociólogos, que la Patria todavía no tenga definida su identidad.
   La va a tener, cuando podamos coincidir y abrazarnos pobres y ricos, ciudad y campo, profesionales y estudiantes, civiles y militares, peronistas y radicales, izquierdosos y liberales, rubios y morochos, para convencernos que la única bandera del país debe ser el común esfuerzo con decencia.
   Será el día maravilloso y mágico que marcará la verdadera fecha de nuestro alumbramiento como Nación.
   En estos duros tiempos de pandemia con angustias, sufrimientos, frustraciones y adioses sin despedidas, que al menos sea que el destino de grandeza que largamente merecemos nos encuentre unidos en la lucha fraternal contra la pestosa amenaza viral que se ha cobrado ya las vidas de tantos compatriotas.
   El título y el final de este comentario son aislados versos del poema “Patria” de Francisco Luis Bernardez y contienen una fuerza enorme.
   Entonces trabajemos hermanados codo a codo y empecemos ya, ahora, entendiendo que el tiempo no se detiene y lo hagamos desde arriba hacia abajo para que la desunión, la absurda grieta y los desencuentros no sigan siendo más rápidos que los relojes ni más letales que el virus.
   “¡Gracias, Señor, por esta tierra de bendición y porque somos hijos suyos!”
Gonio Ferrari
 

24 de mayo de 2021

¡Feliz Día del Operador de Radio!

 SON ARTESANOS DE FAMAS AJENAS,
ANÓNIMOS PERO IMPRESCINDIBLES
 
   Es demasiado frecuente que la mayoría de los periodistas, afectados por ese curioso síndrome de marquesina que se contagia de su cercanía con la fama y la notoriedad, olvide voluntariamente o no, que su tarea pasaría inadvertida -por inexistente- si no fuera  por la tecnología que manejan tanto operadores como fotógrafos o camarógrafos.
   Y es una vieja deuda pendiente, atribuible a la conducción de los medios, que opta por elevar al estrellato a las caras visibles de sus productos, sin tomar en cuenta que dejan en el camino, precisamente, a quienes les posibilitan la exposición pública y por ende el conocimiento masivo que conduce a la aureola de la nombradía y en muchos casos, de la celebridad.
   Así como no existiría la televisión sin imágenes, imposible sería concebir a la radiofonía sin operadores especializados ahora en sus dos versiones, masculina y femenina, verdaderos artífices insustituibles para la salida al aire, virtualmente octópodos de reacciones instantáneas y amplísimo conocimiento de la musicalidad de un mensaje que desde la consola se multiplica en cada receptor y a través de la tecnología universalizada, se pasea hasta en los más remotos rincones del mundo y los satélites y naves espaciales los llevan a la inmensidad del cosmos.
   Hoy se festeja el Día del Operador de Radio, ocasión propicia para que la gente tome conciencia del olvido que con estas líneas se pretende subsanar, porque la digna y silenciosa tarea de estos prestidigitadores de los sonidos, los teléfonos, las grabaciones, los CD y los micrófonos, están mostrando humildemente que son merecedores de respeto y admiración como desagravio a una inmerecida y prolongada omisión.
   Pulgares hacia arriba, la seña de que todo está bien, luz roja en el estudio, micrófono abierto, detalles todos que indican el inicio de una nueva instancia en esta aventura interminable que es hacer radio y gozar por ella.
   Todo esto, sin los operadores, sería imposible.
Gonio Ferrari

23 de mayo de 2021

S.L.B.: AGOTAMIENTO SOCIAL, CLAUSTROFOBIA Y ESTADÍSTICAS DE TERROR – LAS ESQUIVAS VACUNAS Y LA “RULETA RUSA” – CREATIVIDAD Y DESESPERACIÓN PARA ENFRENTAR LA CRISIS – INSENSIBILIDAD SOCIAL DE LOS DESALMADOS – LA MEGACAUSA Y EL PESO DE LAS COSTUMBRES – COLAPSO EN LA ECONOMÍA Y LOS QUEBRANTOS – IDAS Y VENIDAS ENTRE LA JUSTICIA Y QUIENES LA QUIEREN “DOMESTICAR” – ÚLTIMO CLICK DE HÉCTOR ARROCHE “CABALLO LOCO”, ETC.

 Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” emisión nº 674 del 23/5/21 difundido en dúplex por la AM580 y la 88.5FM ambas dependientes de Radio Universidad Nacional de Córdoba.

Notorio relajamiento generalizado
AGOTAMIENTO SOCIAL, HARTAZGO POR ENCIERRO
DE LA GENTE Y ESTADÍSTICAS  QUE NOS  ATERRAN
 
   Los encierros confortables no dejan de ser encierros, las jaulas de oro son bonitas pero no dejan de ser jaulas y los cepos acolchados no dejan de ser cepos y a esto lo sostengo sin necesidad de buscar adhesiones porque las posturas son demasiado obvias: hasta los anacoretas seguramente esperan el momento de gozar la libertad; de sentirse dueños de sus pasos, de sus acciones, de sus sentimientos y de sus propios temores.
   Más de un año atrás nos escandalizábamos porque desde la autoridad legal del poder se nos exigía por una quincena quedarnos en casa, no salir, observar ciertas rígidas normas y todo esto bajo la promesa ridículamente sostenida, porque ni el poder era ni es dueño de la situación ni de sus implicancias, recovecos y científicamente imprevisibles consecuencias.
   Fuimos más de 40 millones de corderos atrapados por el temor cierto y el miedo impuesto, mientras -y no quiero con esto sustentar una conjura internacional o plantearlo como parte de la intestina lucha nacional por el poder- la cuestión fue que nos prometieron privilegiar nuestra salud e integridad por encima de la economía y los resultados que vemos en la cotidiana realidad, es que en materia de salud y ataque a la pandemia somos número uno en el mundo en el promedio de muertes por cantidad de infectados y la economía, más que caminar por la cornisa, se agarra con las uñas de esos bordes para no caer en la letal cesación de pagos, tanto en lo interno como con relación a los cuantiosos compromisos internacionales suscriptos por el gobierno actual, el anterior y todos los que nos vienen endeudando desde ese si lejano 1945.
   Vivimos ahora más que el terror frente a la enfermedad, el espanto de la incertidumbre porque navegamos, o nos llevan, por un mar de improvisaciones, errores, parches y todo esto con el agravante de la cuota de soberbia que suelen lucir aquellos que se equivocan, y tienen la bajeza de culpar a todos los de afuera en lugar de adherir a la sana, patriótica y positiva autocrítica que es el primer escalón que lleva hacia la verdad.
   Nos fueron encarcelando de a semanas o quincenas sin encontrarle la vuelta a la cuestión médica ni al drama de la economía interna, agravada por una previsible suba de los índices de desocupación y se buscó la solución no de emergencia, sino por desesperación.
   Parar la bronca y la inestabilidad social que son padres putativos e inevitables de la delincuencia obligada por el hambre, aumentando los planes y los subsidios mediante emisión monetaria que lleva a la inflación inmanejable, es otro de los errores que nos están minando el espíritu, las esperanzas y nuestra inclinación por la lucha a brazo partido contra cualquier adversidad de las muchas que hemos padecido.
   Y la gente se hartó, pasó del desacato callejero, a las minivacaciones, volvió a los deportes masivos, hubo decenas de bailongos con centenares de asistentes abrazados y sin barbijos, hizo paseos a su antojo, festejamos cumpleaños, casamientos, aniversarios, divorcios y cualquier otro acontecimiento vulnerando la prohibición de hacerlo, primero barrialmente y luego ante el descontrol oficial, surgieron los encuentros tan clandestinos como peligrosos no tan solo para sus asistentes, sino para la comunidad por eso de la invisible, letal e incontrolable difusión del virus.
   Y ahora que se juntan la inoperancia oficial para el manejo de la crisis con la saturación de encierro de la sociedad, vienen las quejas y las acusaciones desde arriba, donde otra vez se incurre en el error de culpar a la gente y no asumir las propias irresponsabilidades.
   De esa manera, con ese deplorable cuadro diferencial, se hace imposible no tan solo un pronóstico auspicioso, sino que nos vemos en la obligación de caer a la depresión de advertir que nada mejora y ni siquiera se estabiliza, tales los casos de la salud de la población y de la economía que nos abruma.
   El estado de relajación generalizado al que llegamos en el país tiene como único antídoto el goce pleno y sin condicionamientos, de nuestra sagrada libertad.
   ¿A quién rezarle? ¿A quién pedirle nada más que algo de coherencia? ¿De qué manera se debe proceder para que incluso en tiempos de desgracias, lleguemos a la conclusión que para estas crisis las diferencias deben zanjarse con beneficios para todos, y no ahondando las grietas que existen y se van sumando?
   Complicada misión que cada argentino debe encarar individualmente sin odios, sin sed de venganza o de revancha, sin ánimo de actuar como si frente a nosotros o a nuestro lado tuviéramos un enemigo que piensa distinto y no un hermanado en la desgracia, esa desgracia que no pregunta cómo piensa cada uno.
   Hagamos honor al pensamiento de un tipo como Kafka, que de estas cosas analizaba, evaluaba y elaboraba sus propias conclusiones como esa que “aunque la salvación no venga, quiero ser digno de ella en todo momento.
   Porque no es nada raro y tampoco inusual, que un encierro que íntimamente consideramos objeto de aprovechamiento político, configure una actitud en menoscabo de nuestra dignidad.
   Entonces, luchemos contra lo que sea, como sea y donde sea, siempre que nuestro objetivo sea la salvación sin perder la dignidad que nos esté quedando…
 
No todo estaba inventado…
UNA MEZCLA DE CREATIVIDAD Y DESESPERACIÓN EN
LA LUCHA POR SOBREVIVIR DURANTE  LA  PANDEMIA
 
   Habrán pasado desde aquella vez que recorría el Parque Sarmiento, que me encontré con una situación inédita y no fue en la Cueva del Oso, que recientemente me vino a la memoria ante algo que seguramente se inspiró en aquello que me tocara vivir; yo me entiendo.
   En una de las calles laterales a la Avenida del Dante un grupo de jóvenes, muchachos y chicas, detenían amablemente a los automovilistas y se ofrecían a limpiarles los parabrisas, para lo que estaban munidos de los elementos necesarios metidos en baldes con agua y detergente.
   Nadie les negaba una moneda o un billete después de tamaño mimo inusual que recibían.
   Cumplían con su cometido doble: sentirse útiles a la sociedad y juntar unos manguitos para el ansiado viaje de estudios de fin de curso que por entonces como lejanos destinos eran Iguazú, Buenos Aires, Mar del Plata, después lo fue Bariloche o las cercanas sierras cordobesas y eran alumnos de una escuela secundaria de esta ciudad.
   Después tal actividad se fue generalizando y algunos la bastardearon, pero esa costumbre con todas sus alternativas y variantes se mantiene más ahora, que la subsistencia es una lucha en cualquiera de los frentes imaginables: en la casa, en la calle o donde fuere.
   Por eso no llamó tanto la atención ver un servicio que creo nació recientemente como respuesta a la crisis y por propia dignidad de quienes comenzaron con esa práctica: lavado de zapatillas a un módico precio, idea que me comentaron se aplicó inicialmente en La Plata y luego llegó a esta Córdoba.  
   Una joven, Elizabeth Gamarra, de 23 años, un hijo de dos años y medio descubrió que muchas de las herramientas que las mujeres ponen en juego en la maternidad, son muy potentes a la hora de buscar alternativas para salir adelante y decidió crear su propio emprendimiento: “Chapuzón Zapas Limpias”, un servicio de limpieza y secado de zapatillas por $100, el cual realiza en su casa en el barrio platense de San Carlos
 “La gente trae sus zapatillas, yo se las lavo y les pongo perfumito para que huelan rico y las dejo secar”, contó Elizabeth y explicó: “Comencé este emprendimiento porque mi marido se quedó sin trabajo”.
   Averiguando en nuestra ciudad, se podrá saber de qué manera y dónde uno entrega las zapatillas llenas de barro, duras por la mugre y apestando naturalmente y después se las devuelven limpitas, relucientes, perfumadas y con los cordones puestos, si los tienen porque están las otras, con abrojos.
   Una iniciativa que por encima de cualquier apreciación, es la muestra que para muchos desocupados, es más digno vivir de la imaginación, la creatividad y el esfuerzo que de la dádiva.
 
Como si el coronavirus fuera una fantasía
LA  INSENSIBILIDAD  SOCIAL DE  LOS DESALMADOS ES  EL
ARMA QUE USA EL ESTADO PARA EL COBRO DE TRIBUTOS
 
   Nadie pretenda que un desalmado demuestra aunque más no fuera un mínimo componente en su personalidad, que tenga presente el valor y la práctica efectiva y no declamatoria de la sensibilidad, especialmente hacia el prójimo en desgracia, multiplicidad de casos que en los últimos meses es moneda corriente y creciente entre nosotros, en cualquier parte del mundo donde vivamos por eso de la universalidad de la pandemia, que tanto nos condiciona y deteriora hasta en los sentimientos, al menos en los seres insensibles.
   Se entiende el cumplimiento del deber y la obediencia debida cuando desde niveles superiores se demanda y se ordena el ataque contra todo aquel ciudadano, y sin importar las causas que pueda ofrecer en su descargo, para conminarlo a ponerse al día en sus deudas tributarias con el Estado que teóricamente le ofrece seguridad, atención de la salud, servicios eficientes, justicia, educación y otros beneficios que se otorgan en los países civilizados, salvando los casos de excepciones que son las expresiones más lastimosas de la indiferencia.
   Ya hartan a toda hora incluyendo noche y madrugada, las llamadas telefónicas y la invasión de sitios particulares en las redes sociales, amenazando con secuestros, cortes de servicios, embargos, remates de propiedades, inhibiciones y otras ternuras, por parte de los procuradores que son, en definitiva, solo la fuerza de choque y cobranza de las administraciones que privilegiaron otros gastos -publicidad y autobombo, por ejemplo- por encima de solventar aunque fuera en parte la insolvencia temporaria de la gente en estos duros tiempos de pandemia, desocupación, precios abusivos y aprovechamiento feroz de la natural debilidad de quienes tienen menos recursos, como el avasallamiento a los indefensos jubilados, posiblemente el segmento social más vulnerable y marginado de los infaltables e inhumanos seres de la dirigencia hipócrita que dice amarlos y protegerlos.
   Y es para plantear en defensa de quienes no tienen cómo hacerse escuchar, que el ruego es que aparezca algún Mesías que se encargue de emplazar, amenazar y ejecutar a todos aquellos dirigentes que en nombre y pràctica de la más repudiable de las demagogias, los dejan sin seguridad, educación, salud, justicia ni todos los otros servicios esenciales que como seres humanos merecen.
   Aunque en realidad y de esto llegarán a lamentarse los insensibles, queda el último y valiosísimo recurso del voto para reclamar lo que ahora se desoye, siempre y cuando los vivillos de siempre no vuelvan a esmerarse en su lucha frontal para la descarada compra de sufragios…
 
El viejo tema del Registro de la Propiedad
EN UNA CAUSA TAN SONADA EL PASO DEL TIEMPO
SIEMPRE  TIENE  ALGO  CON  QUÉ  ENRIQUECERLA
 
   La Real Academia Española a la que estamos aludiendo en las más recientes ediciones de SLB para no dejar de ocuparnos de la cuestión candente, pese al paso del tiempo, de la causa del Registro de la Propiedad, define una costumbre como un modo habitual de obrar o proceder establecido por tradición o por repetición de los mismos actos y que puede adquirir fuerza de precepto.   
   Leer tal especificación me trasladó de inmediato a la causa que acabo de mencionarles, en la que el uso de la prisión preventiva se transformó en un modo habitual de proceder, y al repetirse con cada imputado se comporta como precepto de la justicia cordobesa en esta causa.
   Es así que se convirtió en costumbre encerrar a todos los imputados en prisión preventiva, se hizo costumbre mantener el encierro hasta cumplir el máximo de tres años, se transformó en costumbre que los mismos jueces, bajo el título de una comisión especial, se encargaran de juzgar todos los casos, se hizo costumbre encerrar y condenar argumentando la íntima convicción y fue rotunda costumbre la indiferencia y la mudez ante los numerosos dictámenes, fallos, opiniones o recomendaciones de organismos idóneos en la materia, nacionales e internacionales que rechazaron, todos ellos, este abuso de la prisión preventiva por incumplir las normativas vigentes.
   Pese a lo incierto que resulta el porqué de semejantes costumbres practicadas por la justicia cordobesa en esta causa, ¿Será  tradición, conveniencia, mandato u  obediencia debida?, lo urgente es reemplazarlas por las más constitucionales de respetar el principio de inocencia, la libertad durante el proceso, el sorteo de los jueces para mantener la objetividad e imparcialidad y el uso de la sana crítica racional, hasta que alguna vez, con más tiempo y  algún golpe de suerte, se pueda develar el más complejo trasfondo.
 
Comercio en crisis y quebrantos emergentes
LA ECONOMÍA NACIONAL  COLAPSADA,  MUESTRA POCAS
ESPERANZAS DE LLEGAR A UNA PRONTA RECUPERACIÓN
 
   A uno desde el llano y sin ninguna ridícula pretensión de sapiencia, se me hace la imagen del país caminando borracho por la cuerda floja de algún equilibrista que en el circo de la Humanidad levantó su gigantesca carpa y está esperando el final de la función, dispuesto a escuchar aplausos y ovaciones o silbatinas y abucheos.
   Los finales inciertos son los que más apasionan a los adictos a las novelas o las películas de terror o de intensos dramas humanos, porque la adrenalina liberada a raudales suele ser el mejor alimento interno de los ansiosos.
   Y así estamos navegando en un mar donde de a ratos se amansa el oleaje en la esperanza y en otras se encrespa enloquecido, como para destruir todo lo que se le oponga en su paso mortífero e imbatible.
   Esas son las pandemias y en el caso de la actual dejemos de lado si ha sido un mal terminado experimento chino, la conjura de algunos países asociados para derrotar al resto o el nacimiento de una fuerza más poderosa que las ciencias universales y sus incontables recursos para sostenerla.
   Lo importante y maligno es que la pandemia está aquí, al alcance de nuestras angustias pero letal y todo, también cercana a nuestras íntimas esperanzas de salir con vida; de sobrevivir y no de sobremorir como muchos ya lo están asumiendo con la convicción que todos, indefectiblemente todos, seremos víctimas hoy o mañana, del maldito virus.
   Y por un andarivel en el que debemos nadar incluso los que no sabemos ni el estilo perro ni tenemos a mano un salvavidas, estamos nosotros, las vívidas consecuencias de lo que viene ocurriendo con nuestra vapuleada economía ya cansada de salvarse por centímetros, gozar un tiempito y después volver a las boqueadas por desaciertos ajenos.
   Antes, años atrás, había un solo dólar, verde él, atractivo y casi sensual pese a las barbas de los próceres que los ilustraban con su sonrisa eterna y no era habitual rendirle culto ni rendirse a los pies de la opulencia norteamericana en el mundo.
   Ahora tenemos un montón de clases para el mismo billete: el dólar común, el dólar turista, el dólar con liqui, el dólar para comercio exterior y a lo mejor alguna otra oculta categoría y el dólar blue o azul, última creación.
   Lo extraño es que un país independiente como en nuestro, viva atado a una moneda extranjera cuando un siglo atrás los yankys nos debían ponchadas de millones de dinero en tiempos en que éramos potencia mundial, la primera para muchos observadores internacionales.
   Con la pandemia, el derrumbe de las economías mundiales salvo muy pocas y honrosas excepciones, pero entre nosotros el duro impacto fue en los precios, en la desocupación, en la inflación y en el quebranto masivo que ya dejó de insinuarse como peligro para ser una lacerante realidad.
   Los comerciantes con sus razones imploraron clemencia en una reciente marcha céntrica porque ya perdieron hasta las reservas y siguen debiendo impuestos y servicios, mientras el poder se retroalimenta con recursos de todos para no decaer en su ostentoso nivel de vida a costa del Estado.
   Aquel Estado benefactor, protector y sensible, quedó enmarañado en la confusión de sus propios desaciertos y ahora debe atender a los miles de hambreados que les piden cuentas y medidas apropiadas a la crisis.
   Es el cuento de nunca acabar: los gobiernos populistas necesitan pobres para atenderlos y transformarlos en rehenes de las urnas. Lo negativo del presente, es que los fondos alcanzarán para gastos menores y el buen pasar de los que nunca sacrifican sus bolsillos y no para atender las demandas de millones de menesterosos que allí sí, con hambre, serán capaces del más irreal e imaginario de los canibalismos… No quedará nadie ni siquiera para silbarlos ni abuchearlos.
 
¿Por qué no se sincera la situación?
INFORMACIONES  DISPERSAS Y DATOS INCIERTOS,
LOS QUE SE UTILIZAN PARA JUSTIFICAR DEMORAS
 
   Tiempo atrás cuando la economía era manejada -y muchas veces colapsada o colisionada- por don Alvaro Alsogaray en años duros de la historia argentina, frase común e instalada en el vocabulario de entrecasa que partía desde las alturas del poder y dedicado a las explicaciones, era que la situación mejoraría, o cambiaría, o sería mejor cuando pasara el invierno.
   Casi como reverdeciendo aquellos aciagos capítulos de nuestra propia historia se ha impuesto por estos tiempos esto de tener paciencia, de no desesperar, de no dejarnos ganar por la angustia y rendir culto, en el peor de los casos, a eso que le llaman resignación que lo tomo como una curiosa especie de luto con lentejuelas y colorinches.
   ¿Será esa, acaso, la técnica que se viene empleando para tratar que entendamos que las vacunas ya vienen, que están viajando, que se demoran en las escalas, que el país de origen reclama que antes de decolar el avión les paguen el cargamento, y otras excusas por el estilo?
   Es inaudito el esquema de información que se maneja para desinformarnos acerca de las vacunas o mejor dicho con mayor propiedad, de su carencia y de las demoras que de injustificables por lo absurdas pasan a ser hasta casi creíbles. Mientras tanto, un crecido número de habitantes de esta bendita Patria deambula desorientado preguntando cuándo llegan las segundas dosis porque las primeras y de acuerdo con las estimaciones científicas divulgadas, se vencían de no aplicarse entre los 21 y los 28 días del primer pinchazo.
   Tal punto fue aclarado posteriormente con un argumento llamativamente superador: nos decían y nos dicen desde el gobierno que esas vacunas, la rusa y la china, se potenciaban con la primera inoculación y que el paso de tres o cuatro meses con la segunda, mejoraba en muchos casos su nivel de inmunización.
   Ahora anuncian que vacunarán a los menores de 50 años de acuerdo con un esquema de prioridades mientras los aviones van y vuelven sin días ni horarios, pero sí con aparatosos y publicitados anuncios la llegada de miles y miles de vacunas, pero los frasquitos no aparecen o Córdoba no figura en los planes de quienes prometieron ser ecuánimes con todo el país.
   Para colmo, ha trascendido que en España no aceptan a viajeros procedentes de Argentina que presenten en migraciones a su arribo la certificación de haber recibido la Sputnik V aunque sea de manera integral, porque no està aùn homologada por algunas organizaciones científicas internacionales.
   Mientras tanto los ochentosos, marginados en dirección al olvido siguen en la doble y angustiante espera de la llegada de la segunda dosis desde inicios del mes de marzo último, con el agravante que si no se la califica a la Sputnik V como positiva en su aplicación, será como haber estado jugando a la ruleta rusa con todas las balas en el tambor del revólver.
   Como agravante está el hecho que si la cuestión es pasar el invierno, decaen las esperanzas de tantos adultos mayores que a esta altura del año, ni siquiera han comenzado a sufrir los rigores del invierno y hasta el 21 de septiembre, es demasiado el tiempo que debe transcurrir.
   ¿Podrá tomarse esta posibilidad, como una nueva y dolorosa versión de la ruleta soviética?
 
Como si la Constitución Nacional no existiera
EL LUNFARDO DIRÍA DE LA JUSTICIA ARGENTINA
QUE ES LA MÁS  FRANELEADA DE SUS MUJERES
 
   Cuando el exceso de opiniones, pareceres, intereses y diferencias políticas e ideológicas rodean a un tema en especial, suele ser consejo de los excesivamente prudentes esperar con paciencia y sin apresuramientos, que la situación se resuelva en el campo donde se desarrolla, por caso la cuestión de la reforma judicial, lo relativo al Ministerio Público Fiscal en cuyo proyecto no aparece la designación del nuevo jefe de todos los fiscales con una mayoría simple, cuando actualmente debe ser con dos tercios de los votos para ese cargo vitalicio.
   El kirchnerismo alienta la elección por la mitad más uno de los presentes, por cinco años de mandato y la posibilidad de un segundo mandato consecutivo, con lo que se especula que con una mayoría circunstancial, desde el poder se podría nombrar un procurador leal y afín a sus objetivos, proyectos e intenciones y quien resultare elegido para esa delicada función, estaría habilitado para imponerles a los fiscales actuantes en causas de corrupción que involucraran a gente de la propia tropa, a un trato preferencial que bien pudiera pensarse, atados a la realidad, en los casos de estar acusados por hechos de corrupción.
   Suena ridículo más que extraño, que el procurador represente a cualquier sector del quehacer político del país y como dato anecdótico, pocos años atrás el kirchnerismo supo oponerse a un proyecto similar al actual.
   El desbande de opiniones desde adentro del poder y en el exterior ha hecho que la Justicia pase a ser como la mujer más toqueteada, la dama a la que hay que quitarle la venda de los ojos y hacerla que manipule los platos de su balanza.
   Para que se advierta de qué manera se utiliza ese argumento de la reforma judicial en tiempos pandémicos, tenemos la palabra de una legisladora, la diputada Silvia Lospennato, que si bien representa al PRO, plantea la manera en que ambas cuestiones se entremezclan, para la confusión general que es necesario evitar.
   La escuchemos durante una reunión de la Comisión de Justicia y Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados de la Nación:
El audio al que se hace referencia, de la diputada Nacional por el PRO Sra. Silvia Lospennato durante una sesión de la Comisión de Justicia y Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados de la Nación, puede ser ubicado en el área correspondiente, parte superior de la columna de la derecha de este blog
 
Partió Héctor Arroche, querido “Caballo loco”
EL POTRO DE LA CÁMARA HIZO CLICK Y
DISPARÓ AL AIRE SU ÚLTIMO RELINCHO
 
   Era un tipo muy especial, generoso anfitrión, solidario compañero, fanático de su profesión a la que tomaba más como arte que como medio de vida, una vida entregada a robar instantes irrepetibles que luego viajaban por el mundo.
   Apasionado y exigente en lo suyo, empecinado cultor de los encuentros entre colegas y amigos, destacaba su figura grandota, la oportuna chispa a flor de labios y una enorme seriedad que amalgamada con mucho de irresponsabilidad, lo empujaba a estar siempre un pasito adelante despreciando los peligros que están agazapados en las situaciones críticas que debía documentar.
   Asumía idéntica responsabilidad y alto sentido creativo así fuera una toma durante un motín carcelario, alguna ceremonia oficial, el choque en cualquier esquina, atesorar para la posteridad una atajada futbolera, la instantánea durante un asado con amigos o los mohines de una modelo que lucía sus encantos.
   La vida lo puso en muchas situaciones difíciles que fue superando, pero no alcanzó a vencer un mal que lo venía minando desde tiempo atrás hasta que la fatalidad se lo llevó en estos tiempos que la pandemia -no fue su caso- hasta nos robó los silencios de las húmedas despedidas.
   Seguramente no habrá otro “Caballo loco” que haga vibrar a miles de ojos que no podrán ver los resultados de los “click” que se llevó a la posteridad, como homenaje a la memoria.
   Y también seguramente donde esté, ya habrá hecho escuchar sus primeros relinchos, así como los que quedamos hemos guardado los últimos que nos dejara.