Desgrabación de comentarios del periodista Gonio Ferrari en el
programa “Síganme los buenos” del domingo 30 de junio de 2013, emitido por
AM580 Radio Universidad de Córdoba.
NO
ES NECESARIO SER JULIO VERNE
La gente, por imperio de las frustraciones y
los desencantos, dejó de comer vidrio hace tiempo y buscó platos alternativos
apelando a insumos tales como resignación en pequeñas dosis, y bronca e
impotencia en respetables cantidades.
Con el paso de los años aquellos que eran
platos de volúmenes homeopáticos llegaron a transformarse en banquetes casi
lujuriosos, que se traducían en la pérdida paulatina de la paciencia.
Por fortuna, aún estamos lejos de agotarla,
pero todo llega.
Estoy hablando del respeto a los políticos,
por esa necesidad ciudadana de ejercer una recuperada democracia que durante
tantos años nos escamotearan los malos militares y los ambiciosos civiles, con
sus secuelas de autoritarismo, de violencia y de luto.
El descrédito generalizado hacia los
dirigentes -y no hacia la política, que ejercida con honestidad es maravillosa-
quedó demostrado más de una vez en el menguante nivel de participación en actos
eleccionarios, en el desinterés de la juventud por integrarse a los partidos y
en el encriptamiento de una virtual casta eternizada en los cargos y en las
nóminas de candidatos.
No es casual que hayan quedado arrumbadas en
las penumbras del olvido las grandes concentraciones, las convocatorias masivas,
el fuego oratorio en las tribunas, el folklore ideológico y tantas otras bellas
y añoradas manifestaciones de la militancia.
La responsabilidad de esa especie de
“fervoricidio” es en gran medida del aparato mediático que con su tecnología
que día a día nos sorprende, llega a los lugares más remotos de cualquier
geografía, porque es más efectivo un costoso “spot” televisivo de 90 segundos
que un acto presencial.
Se me ocurre suponer entonces que los
partidos, al ver que la gente se alejaba, optaron por desesperación, apelar a
personajes de la farándula, del deporte, de la actividad empresaria y de otros
campos, siempre y cuando fueran conocidos.
No está muy equivocada la Sra. Presidenta cuando alude a
los “rejuntes”, que han pasado de ser la excepción, a transformarse en una
regla.
Lo malo es que en eso, cayeron todos los
partidos porque ven esfumarse aquella mística de la tribuna, de la arenga, de
la confrontación de posiciones, de la irreemplazable magia que suponía la
preparación y la concreción de un mitin.
Todo eso está muriendo, lenta pero
inexorablemente a manos de las redes sociales que a cada instante -son millones
de instantes- reparte sopapos a diestra y siniestra con un impacto tan masivo
como jamás lo hubieran soñado los caducos políticos de antes y muchos de los
actuales.
Y si las campañas fueron eclipsadas por la
tecnología, otro tanto ocurrirá con la manera de gobernar, más allá de la forma
que se imponga con el paso de pocos años, para elegir a las autoridades.
La gente usará las redes sociales para
convocar, para discrepar, para oponerse a la corrupción, para posicionar
iniciativas, para movilizarse, todo esto en una genial manera de perder
definitivamente los miedos y recuperar el respeto hacia la devaluada política, práctica
desprestigiada por quienes la ejercieron y aún la ejercen en beneficio propio.
Es lo que veo venir como futuro que gozarán
mis nietos y eso me colma de alegría, porque el progreso tiene su precio y
gustosamente hay que pagarlo cuando sin estúpidos egoísmos está destinado a promover
y asegurarnos el bienestar general.
Y será
un placer vivir la transición histórica, gracias a esa tecnología avasallante,
de ver a los malos políticos, a los inescrupulosos, a los corruptos, a los
aprovechados, a los ávidos de poder y de dinero, reducidos a patéticos
fantoches de una murga que se quedó sin carnaval.
LOS
VICIOS ARGENTINOS
No es para sentirnos orgullosos, pero en
algo marchamos a la vanguardia con relación a otros países, incluso los de la
misma región.
Somos líderes en la timba, en el consumo de
drogas y no sé en qué otro rubro, posiblemente en tabaquismo y adicción al
alcohol.
La verdad, cuando tiempo atrás nos
planteábamos la certeza de estar mejorando, de progresar, de terminar con
viejas mañas y costumbres, nos encontramos ahora con esta aciaga novedad que es
para abatir a cualquiera.
A cualquiera, naturalmente, que no esté con
el comercio de tantos venenos porque progresar en las ventas es el negocio.
El descontrol siempre tiene su correlato en
las estadísticas, salvo en aquellos casos que los números se dibujan como por
ejemplo en los índices de pobreza, de inflación y de otros parámetros que
sirven más que nada para irritar a los gobernantes.
Desde el momento que el juego se ha
legalizado y es el Estado el único que lo maneja pese a la existencia de casinos,y
la creciente cantidad de máquinas tragamonedas, se ha hecho incontrolable, como
es inmanejable la ludopatía para cuyo tratamiento el propio Estado y por ley,
tiene la obligación de atender.
No hablemos del tabaco ni del alcohol, para
cuyo control no bastan los cartelitos en los envases ni las frases impactantes.
Seguirán siendo las drogas que están siempre
al alcance de cualquiera, sin importar la edad de quienes los consumen.
En suma, tenemos records en aspectos que
marcan, por sobre cualquier especulación, que lo más saliente de la
personalidad argentina sigue siendo el descontrol.
Un mal síntoma que presagia momentos más
difíciles de los que vive la ciudadanía, como consecuencia más notable, en los
efectos que provocan la droga y el alcohol.
LA IMPUNIDAD
Y SUS LIMITES
Si fuéramos a ponernos exigentes a la hora
de calificar actitudes, bien podemos sostener que el caso de este personaje que
es el Dr. Carbonetti bien se puede inscribir en los anales del tráfico de
influencias.
Tiempo atrás y para que podamos establecer
algunas analogías, solía abrazar esa costumbre de abrir puertas y recomendar
negocios ese muchacho, que fuera amigo de Angeloz y que intentara vender una
cárcel donde ahora es un bonito paseo urbano.
Porque si ponemos una imagen sobre otra, más
allá de las diferencias físicas, el bueno y desmemoriado Luis Mentira .. perdón,
Luis Medina Allende solía practicar el mismo deporte de ser influyente, por su
marcada cercanía con el poder.
No tengo idea si Carbonetti es tan
fabulador, creativo y mitómano como el bueno de Luis, quien decía y dice ser
amigo de reyes, maharajaes y banqueros internacionales.
Pero que la influencia del pope
justicialista es enorme, no se puede negar por su curiosa habilidad de esquivar
conflictos, cultivar el perfil bajo y evitar exageradas exposiciones
mediáticas.
Sin embargo, una inspectora municipal lo
puso en su lugar, me refiero a Carbonetti, porque a Medina Allende en su
momento le hizo la boleta un tribunal y lo tuvo un tiempo encapachado.
Entre nosotros, donde nada se consigue
gratis y nunca falta quien te pase una factura, habría que ver cuál es la deuda
municipal o política, institucional o personalmente hablando, con el
bellvillense que en los últimos tiempos, se dice, tiene más propiedades que el
alóe Vera.
Una brisa de aire fresco, saber que dentro
de todo y pese al peso -hablo de las influencias- la impunidad que algunos
creen haber consagrado, tiene un límite.
Y mire que simple es encontrarlo y hacérselo
notar a quien se cree poderoso: solamente bastaron un silbato, una grúa, un par
de fotos e imágenes televisivas… y la ley.
EL
INUTIL CARNAVAL
Es tan absurdo plantearse el tema como una barata
y simple cuestión de números, que es para pensar que tanto el gobierno
provincial como la oposición, han caído a la práctica de eso tan pernicioso que
es la pavada.
¿A quién le importa, realmente, lo que costó
el carnaval cuartetero?
Si se gastó de más, ya está gastado y nadie
va a devolver un mísero mango, porque quienes lo recibieron, también se lo
gastaron.
Perdón por la primaria simpleza de la
enunciación, pero es la verdad despojada de adornos y aristas ideológicas,
financieras y de cualquier otro orden.
Es imposible creerle al super ministro
delasotista que se gastaron menos de cuatro palos, con solo calcular el gasto
de combustible y viáticos de los vehículos y personal que hubo que traer desde
Brasil.
Como es graciosa e infantil la postura del
titular de la agencia Córdoba Turismo, en el sentido que sirvió para estimular
el turismo extranjero hacia Córdoba.
¿Quién carajo se va a venir hasta aquí para
carnaval, si Gualeguaychú está de paso, y el cuarteto aún no es universal?
Es cierto que para el mercado interno puede
ser un impacto, pero para eso no era necesario desequilibrar el presupuesto
importando tantos elementos cuando aquí, para cuartetos, tenemos de sobra y
para exportar.
Lo que realmente se debe cuestionar es la
oportunidad del gasto, lo innecesario de hacerlo y más que nada, la olímpica
falta de respeto hacia eso que le llaman las prioridades.
Aunque es buena y a veces sana la diversión,
desde el poder se olvidan de las escuelas sin baños ni vidrios, de los
hospitales sin equipamiento, de las pésimas condiciones de alojamiento de los enfermos
mentales, de la falta de nafta para la policía, del pésimo estado de los
caminos que poco se ven y de tantas otras materias pendientes.
De lo contrario, que nadie se queje si la
gente reflota el viejo dicho de “pan y circo”.
Aunque en realidad, con el precio del pan,
solo nos quedaría el circo.
Payasos, hay de sobra.
25
DIAS SIN CLASES
En una escuela cordobesa, de esta Córdoba
que tanto gasta en carnavales, en publicidad oficial y en tantas otras pavadas,
hace 25 días que no tienen clases por su deplorable estado edilicio.
Sus alumnos decidieron interponer su atacada
dignidad por encima de la burocracia, y les hicieron ver a los mayores, a esos
que mandan, que la educación no es tan solo llenarse de conocimientos sino de
hacerlo en un escenario adecuado, sin lujos pero con lo básico.
Y allí tuvieron que quedarse, chicos y chicas,
poniéndole el pecho al frío, a los tapones de cera que afectan los oídos de los
gobernantes, y la cascada de diarias promesas que solo intentaban hacer levantar
la medida para volverse a olvidar de lo que también prometieron tiempo atrás.
Gracias a Dios, pensaron algunos hasta que
debieron reconocer haberse equivocado, que el ministro es del palo; que fue
educador, que pasó por las aulas y que desde el gremio que presidía luchó por
la dignidad de los trabajadores del sector.
Ni eso sirvió, porque prometió visitarlos,
dar la cara, y no fue.
Todavía está a tiempo, aunque por conocerlos
que son todos iguales, irá a la escuela y perdón por la sinceridad de
pensamiento, no para interiorizarse por el estado de los chicos ni por la
recuperación del tiempo perdido, ni para preguntar si queda algún arreglo
pendiente.
Irá, seguramente, para aparecer en la foto.
La verdad, y como justo homenaje a la firmeza
y el compromiso cívico de los chicos del Cassaffousth, me encantaría
equivocarme.
MERECIDA
REIVINDICACION
Ayer y con escaso despliegue en el
conocimiento de la gente, se conmemoró el Día del Camarógrafo, en homenaje a
uno de ellos que años atrás, en una refriega urbana en Santiago de Chile, filmó
su propio fusilamiento.
Tengo alguna experiencia, mínima como
practicante de la cámara, pero bastante intensa en cuanto a seguirlos de cerca,
a ser parte menor de su sacrificio, de su responsabilidad por mostrar la
realidad.
¿Qué sería de los carteludos periodistas de
la televisión mundial, sin los camarógrafos?
La tarea de esos famosos quedaría reducida
al relato, como resultado de la imaginación de cada oyente o televidente.
Viene entonces la pregunta para todos los
que mandan, o dicen mandar en la televisión argentina: ¿por qué se oculta la
identidad de los camarógrafos, y solo se resalta la tarea del periodista, en
las grandes notas?
¿Por qué el gremio que los cobija no exige
trato igualitario, que termine con la discriminación profesional?
¿Es que los periodistas notables temen
regalar una parte de su protagonismo?
Más allá de las cuestiones afectivas que me
unen a estos ladrones de instantes irrepetibles, quiero saludarlos con un abrazo
y decirles que por encima de su dedicación, de que siempre están más cerca del
peligro que nosotros, los admiro por su valentía y su nivel de compromiso con
las imágenes, que son la máxima verdad.
Porque al relato, al bla bla, honesto o no, certero
o no, lo manejamos nosotros.
A lo mejor por eso es que los envidio un
poquito.
ALGO
MAS ACERCA DE LA MEGACAUSA
El manual básico de Amnistía Internacional,
entre otras interesantes definiciones dice que "El riesgo de que se
cometan abusos contra los derechos humanos comienza desde el instante en que
las autoridades tienen sospechas sobre una persona, continúa en el momento de
su detención, durante la prisión preventiva, en el curso del juicio, y
sigue presente durante todos los recursos, hasta llegar a la imposición de
la pena.
La comunidad internacional ha establecido
normas para definir y proteger los derechos de las personas a
lo largo de todas estas fases"
Desde hace más de un año, leemos todas estas
normas que consagran el derecho a la libertad, a ser considerado inocente y a
no ser encarcelado sistemáticamente por las dudas.
Parece que en esta causa se apunta más a la
efectividad mediática que a la calidad judicial, y de hecho al cumplimiento del
derecho.
La exposición
mediática de personas en prisión preventiva presentadas como delincuentes, en
complicidad con el sistema procesal, patrocina el desprestigio público y la
condena social, atentando peligrosamente contra sus derechos.
No se entiende bien por qué se crean
fiscalías especiales, con presupuestos que no se conocen, para investigar
causas "supuestamente" complejas, en las que se investigan los mismos
hechos una y otra vez, y con gran difusión mediática, cuando el sistema
judicial está abarrotado de causas y denunciado por mora.
Si pese a todo este marketing judicial los
empleados del Registro continúan solicitando seguridad jurídica para poder
trabajar, ¿será posible entonces que la justicia no haya dado o no quiera dar
con los verdaderos culpables?
Tengo la íntima convicción, periodística en
este caso, que aún quedan varios puntitos oscuros en esta causa.
Acumular decenas de presos y condenados
bajo el arbitrio de la convicción de los jueces no mejora la sociedad, y
nos remite a la precaria época de la Inquisición,
pero peor aún, porque nos impide el real conocimiento de la verdad,
perpetuando la impunidad de los culpables.
Nelson Mandela, 27 años preso injustamente,
fue sabio al sostener que “La injusticia, en cualquier parte, es una amenaza a
la justicia, en todas partes”.
MORENO
Y LA
DESINDUSTRIALIZACION
Varias empresas cordobesas, especialmente
del sector industrial y de alta tecnología, están en las últimas con relación a
los insumos importados, necesarios para la continuidad de su producción.
Es imposible acceder al capricho morenista
de fabricar todo íntegramente aquí, o exportar para equilibrar la balanza si la
producción se detiene y el proceso no es traumático como ahora, sino gradual y
con criterio.
Habrá que entender, como Moreno ni siquiera
atiende los teléfonos que le suenan para requerirle soluciones, que esta manera
de actuar es parte de la penitencia nacional hacia Córdoba.
¿Es que Moreno pretende que la paralización
industrial tenga consecuencias de malestar y demanda social?
No
creo que el pintoresco encargado del comercio interior tenga la costumbre de
escupir para arriba, a menos que presione para obligar a los empresarios a
buscar arreglos al margen de lo legal.
Nadie pide que se abran los grifos hasta el
punto de afectar la producción nacional, sino que las cosas se hagan para no
discontinuar lo que le llaman años de progreso.
Y de paso, que el bueno de Moreno busque en
las pantallas de televisión Led, escondidas entre algunos stickers de la parte
de atrás, un rótulo que dice “Made in China”.
Me comentaron que esos casos se dan en los
televisores que se anuncian como fabricados en el Sur del país.
Apelando a esa práctica, hasta yo me
animaría a promocionar una industrialización nacional, así de tramposa.