Desgrabación de los
comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”,
edición n° 636 del 30/08/20 emitida en dúplex por AM580 y la FM88.5 ambas de
Radio Universidad Nacional de Córdoba.
¿Pensaron
que era “negociable”?
A LA CENSURA POR LO
MENOS LE PISARON EL
FRENO Y
PLANCHARON EN OBLIGADA PAUSA
Por
allí se me antoja pensar que el silencio, la mayor de las persecusiones según
Pascal, es primo o cercano pariente de la censura, esa costumbre de los
autoritarios y déspotas que ha perdido a todos aquellos a quien quiso servir,
que es la que obliga a sostener que frente a esos casos al silencio hay que
gritarlo.
Uno
de los puntos que en los últimos días marcó lo que bien pudo considerarse como
básico y objetivo de la trama que llevaría según los más fanatizados y
necesitados del oficialismo al control de la opinión pública o publicada, como
se la prefiera catalogar, fue perdiendo consistencia frente a la pesada
artillería que se le descerrajara en un país que por su propia idiosincrasia,
tiene a la libertad como uno de sus mayores baluartes del pensamiento y de la
vida misma.
Una
ocurrencia izquierdosa que fuera entronizada en regímenes totalitarios, aunque
casos hubo de su aplicación por el fascismo, empujaba también a la autocensura
tan gravosa para el ejercicio de esa libertad de pensar y de decir, naufragó y
no faltaron quienes llegaron a sostener que era la prenda de negociación para
la instauración de la reforma judicial.
Por
fortuna uno de los mentores se esa alocada idea debió retroceder en ojotas, y
aquella pretensión de imponer silencios fue a parar y roguemos que no sea en
forma temporaria para aquietar la indignación que provocara, al desván de esas
cosas que se guardan por las dudas que más adelante se puedan utilizar.
Ya
conocemos porque la historia no se escribe sólo para testimoniar actitudes sino
también para testificar aquello que el buen sentido y el respeto por la
libertad fue descartando al ver lo que sucedía en la Rusia soviética, en la
China maoísta, en la Cuba castrista, en la caribeña Venezuela, en la sufrida
Albania y en algunos otros confines de la geografía terrestre.
Por
ahora, los altos funcionarios judiciales no podrán acusar a los medios
periodísticos de perseguirlos, acosarlos y endilgarles culpas, aunque persisten
otros mecanismos legales que garantizan el respeto a la ley.
El
tratamiento del proyecto oficialista, dejando de lado todo el chusmerío que lo
acompaña y las motivaciones ciertas o sospechadas que se le asignan, debe
quedar para el terreno anecdótico por el poco vuelo adquirido en el debate,
mediocremente asistido por una tecnología a la que ni los legisladores están
acostumbrados, pesado y a veces con demasiada carga de ironía, pero que en
algunos casos tradujo la urgencia, sumada a la necesidad, llamémosle de
libertad, de algunos personajes a lo que aludimos recién.
A la
hora de la votación con resultado previsible no se registraron mayores
sorpresas, porque el plato fuerte será el tratamiento, la consideración y la
votación en el seno de los Diputados, porque aparte de ser trascendente lo que
está en juego, están de por medio las monedas de cambio, por así decirlo, con
las que tientan desde el poder para conseguir los votos necesarios.
Algunas posturas ya se han adelantado incluyendo la de nuestros
representantes de la provincia, aunque siempre e invariablemente a último
momento suelen surgir promesas, apresurados compromisos o veladas amenazas de
condicionar la ayuda financiera nacional lo que suele alterar mágicamente
temperamentos que se consideraban sólidos.
Después de todo, cualquiera que sea el resultado del trámite pendiente,
agradezcamos poder gozar y conocer todo lo que ocurra, porque no podrán
aquellos cultores de la mordaza, obligarnos a ignorar lo que dijeron, callaron
o juraron cumplir.
La
presión insoportable
LA CRISIS EN NUESTRA
ECONOMÍA LLEVA AL
RIESGO DE
IMPONER UN ALZA TRIBUTARIA
Ya
desde el momento que los combustibles aumentaron poco en realidad, alrededor de
un 7 por ciento días pasados, era para suponer que todo se iría hacia arriba
empujado por ese incremento aunque en realidad no se necesita de tal estímulo
para que los precios aumenten.
Desde
la Confederación General Empresaria de la República Argentina se propuso una
serie de medidas para reformular tributos que afectan a importantes sectores, y
aseguró que “el país se merece una verdadera reforma tributaria, pero para
salir de la pandemia necesitamos medidas urgentes”.
No
es que se mezclen las cosas, sino que a veces se hace necesario acudir al
tecnicismo de los entendidos para comprender la realidad y en este sentido, el
Presidente de la Confederación General Empresaria de la República Argentina,
Marcelo Fernández, manifestó que “la reforma tiene que ver con un modelo de
país y una estructura productiva que aún no se ha explicado en el marco de lo
que el gobierno llamó ‘pacto social’, o en la constitución del Consejo
Económico y Social, en el que se establezcan objetivos y herramientas”.
Agregó que “Desde la entidad entendemos que una reforma o una
reformulación de los tributos es necesaria en lo inmediato” y que en este
sentido, Fernández explicó que “para bajar el impuesto de cargas sociales,
recomendamos no hacerlo en forma directa, sino tomar las cargas sociales a
cuenta del IVA, ya que de esta manera no se desfinancia a la seguridad social,
y se fomenta a las empresas en blanco, que se ven favorecidas con la
disminución de las cargas mientras se blanquea la economía”.
Con
respecto al régimen monotributista, se
propuso “reconocer la relación de trabajo-trabajo, ya que un trabajador
monotributista puede contratar a otro trabajador, pero tanto por los costos de
cargas sociales, como si factura para cubrir ese salario, puede pasarse de
categoría y no le queda otra que contratar en negro y no registrar ventas para
poder pagar”.
Además,
Fernández aclaró que “los beneficios por tiempo determinado para la contratación
de nuevo personal no suele incentivar a tomar más trabajadores, ya que se trata
de rebajas pasajeras que no se suelen tomar en el precio, y menos para la
exportación o contratos de venta a largo plazo.
En
esta línea, añadió que “lo único que hace que un empresario contrate empleados
es el aumento de ventas o la generación de nuevos mercados, por lo tanto, es
más importante que las reducciones sean menores, pero que abarquen a todo el
personal y para siempre, así mejora su competitividad y esto sí genera mercado.
De otra manera, es ponerle plata en el bolsillo a quien no lo necesita”.
Estas
y otras propuestas surgen de la ventaja de las charlas virtuales, donde
empresarios de todas las federaciones del país participan y hacen su aporte.
Desde Empresarios Nacionales por el
Desarrollo, emitieron un comunicado en el que consignan que del monitoreo permanente que realizan
cada 15 días desde el 20 de Marzo, fecha de inicio de las medidas de
aislamiento social, preventivo y obligatorio para defender a la sociedad del
coronavirus, pudieron establecer que de cada diez empresas pymes 8 apoyan el
aporte extraordinario a las grande fortunas.
Consultados
las pymes sobre la iniciativa del gobierno de impulsar un aporte extraordinario
a las grandes fortunas para reforzar los ingresos del Estado un 78 por ciento
de las pymes está de acuerdo en aplicar un impuesto a la riqueza para afrontar
la crisis provocada por la pandemia.
Al
respecto de la reactivación económica un 3,7% de las pymes considera que
llevará menos de 6 meses mientras que un 90% afirma que llevará más 6 meses y en
rigor, se empiezan a sintonizar las expectativas de recuperación económica con
aplicación de las nuevas vacunas para el covid-19 a partir del 2021.
Resumiendo y pensando sin tanta estadística y detalles, es para asegurar
que la presión tributaria continuará en alza pero nadie dijo de qué manera la
ciudadanía tan castigada por un cúmulo de situaciones negativas, podrá
soportarla.
Instalación
de ferias callejeras
ES SOLUCIÓN PARA ALGUNOS PERO TAMBIÉN
REPRESENTAN UNA
MOLESTIA A LOS VECINOS
Tiempo atrás, cuando primero con cierta timidez hasta que el crecimiento
constante lo transformó en un problema urbano, la feria que poco a poco fue
instalándose en el Parque Las Heras significó un agudo dolor de cabeza para las
autoridades municipales, pese a tomar conciencia que no eran 5.000 puestos
instalados como sostenían quienes ocuparon ese predio sino muchos menos.
Lo
mismo el terreno en la noche de cada domingo lucía más parecido a tierra
arrasada que a un parque habilitado para la gente: basura por kilos y kilos,
desperdicios de toda clase, la mala costumbre de transformar ciertos conductos
en cloacas, la utilización de árboles para apoyar las instalaciones precarias y
otros inconvenientes que fueron minando la paciencia de los vecinos.
Llegaron algunas soluciones temporarias y poco consistentes como la
intención de llevarlos a otros sitios, pero esos anuncios fueron tomados con
una enorme carga de rebeldía, razón por la cual siguieron instalándose en el
lugar y no se trataba tan solo de artesanos como se pretendió hacer creer, sino
una especie de mercado donde se comerciaba de todo, especialmente prendas de
vestir tanto de legal como de dudosa procedencia, especialmente en lo que hacía
a prendas de vestir o artículos importados.
Pasó
el tiempo y la autoridad municipal que como todo debutante busca impactar a su
público, instauró la modalidad de los gazebos, o sea pequeñas carpas, para que
allí en un número determinado se instalaran quienes usurparan tiempo atrás
terrenos que son de todos.
Alambraron
el parque, arreglaron las veredas, pintaron la calle e instalaron la feria formalmente,
pese a que no todos sus ocupantes estaban conformes porque aspiraban a lugares
más cercanos al centro, por lo que se explica la permanente ocupación que hacían
de las calles peatonales.
Ya
están allí, supongo que plenamente contentos, pero los vecinos que se quejaban
por los anteriores ocupantes, levantan ahora su malestar contra las autoridades
municipales porque les han reducido el trazado de la calle, provocan superpoblación
de vehículos, no pueden operar en sus propias cocheras y el temor es por el
estado en que eventualmente pueden quedar esas cuadras entre los dos puentes.
Es
cuestión de tranquilizar los ánimos, permitir que se pueda ejercer la libertad
de trabajar especialmente en tiempos de agudas necesidades, pero sin perder el
respeto por los auténticos propietarios de esa parte de la ciudad que son los
vecinos.
Si
la Municipalidad no controla su correcto uso y a la postre resultan afectados
los vecinos, se habrá cometido una gran injusticia y sería hora que el tema se
considerara de otra manera, buscando alternativas que no perjudiquen a nadie.
No
será simple, pero peor es permitir que se dañe a quienes no lo merecen.
En la Megacausa del Registro
TEMA SIEMPRE
VIGENTE EN UN ESCENARIO DE
ABUSO CONSTANTE DE LA
PRISIÓN PREVENTIVA
Genera cierta intriga pensar que en la causa
del Registro de la Propiedad de Córdoba pudieran existir disposiciones
predeterminadas desde afuera que menearan los hilos del circuito judicial
porque la verdad, existen, sí, hechos sumamente curiosos y diferentes a los
procedimientos habituales.
El uso y el manejo sistemático y sostenido
de la prisión preventiva utilizada como regla ha atrapado a los imputados en un
colosal y obligado espectáculo de condenas con modalidad shopping y en muchos
casos tipo delivery, en el que los acusados encerrados son extorsivamente
tentados con ofertas al estilo de "traiga un nuevo
sospechoso y llévese unos meses de descuento" o "acepte todo lo que
el fiscal lea y salga para las fiestas".
También se ofrecen cupones tipo dos por uno
como "benefíciese con dos juicios por cada delito sospechado" o
promociones exclusivas como "declárese culpable y reciba rebajas de hasta
50 por ciento" o "aporte nuevos datos, aunque sean imaginarios y
obtenga un descuento extra, acumulable con otras promociones".
Y todo rematado con el apremiante "no
se pierda esta oportunidad, hable ya, o le garantizamos que se
arrepentirá".
Así de tragicómico como real y aunque
muestre costados que para algunos puedan sonar exagerados, en esta polémica
causa la prisión preventiva es el pasaporte que garantiza la efectiva vigencia
del mega show, que evidentemente por su continuidad ha de seguir proporcionando
suculentas ganancias a los desconocidos marionetistas.
Ansiedades
en dudosos encierros
NO DESESPEREMOS:
ALGÚN DÍA TENDREMOS LA
DICHA DE
HABER RECOBRADO LA NORMALIDAD
La
situación casi se asemeja a la vieja, histórica y mundial imagen de la
zanahoria delante de la cabeza del burro o del caballo, que se aleja
permanentemente pese a la proximidad de aplicarle un tarascón que calme las
lógicas y animales ansiedades.
Recuerdo que mis tías atropelladas por los años solían sostener y
decirme que la paciencia tiene un límite, coincidiendo con Kant cuando se le
ocurrió sentenciar que la paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia,
la debilidad del fuerte.
Y a
esa casi indescifrable certeza estamos sometidos en cualquier rincón del
planeta por ese maldito y minúsculo bicho que nos tiene locos, que nos hace
avanzar un paso, gozar el placer del progreso y luego debemos retroceder tres
pasos o más no siempre por culpas propias sino por la irresponsabilidad de
algunos descerebrados, algunos con poder y otros del montón, que adoptan
determinaciones lesivas para la sociedad de la que forman parte.
Desde hace tiempo hemos asumido una esclavitud para la mayoría
desconocida salvo para los japoneses que en sus pagos forma parte de la
habitualidad, porque ahora vivimos pendientes del barbijo, de tener dos o tres
y uno en cada bolsillo por las dudas, buscar los que más se adecuen a la moda
vigente en materia de diseños y ese otro rito de alcoholizarnos las manos de
tal manera que llegamos a pensar en una especie de cirrosis entre los dedos.
Aún
gozamos de libertad para protestar siempre que lo hagamos dentro de la ley,
pero ajustados siempre al ejercicio de la democracia que tanto dolor y
sinsabores nos costara reconquistar después de los oscuros años del desgobierno
militar.
Algunos sostienen que la democracia no sirve, pero allá ellos con su
respetable percepción de lo cotidiano.
Pero
ahora nuestro presidente -que para muchos tiene la función de vice, por una
supuesta cuestión de invertir los cargos- ha cuestionado las movilizaciones masivas contra el
Gobierno aunque en realidad no hayan sido instrumentadas por la oposición y
aseguró que "cada
vez que hubo marchas, 15 días después crecieron los casos de coronavirus".
Tal pretexto se veía venir, o velada explicación de las crecientes estadísticas
que no estaban en los cálculos del equipo de especialistas encabezado por el
ministro Ginés González García.
Comentó al respecto que "Estamos en una
pandemia y el mundo lo padece, y todos los días vemos cayendo amigos
contagiados. Ahora quiero calmar los ánimos y que se entienda que estamos en
situación crítica",
advirtió Fernández, como si hiciera falta, en una entrevista periodística.
Para el jefe del Estado, "cada uno
tiene derecho a reclamar, pero hay que aprender a reclamar en pandemia, no puede haber manifestaciones. Prefiero que salgan
a los balcones y golpeen las cacerolas" y puso como ejemplo lo que ocurrió en Avellaneda, Santa
Fe, que "no tenía ningún caso y marcharon por Vicentin y
la libertad, y ahora el intendente tiene coronavirus". Y lo de Vicentín fracasó.
En realidad es para pensar que de vez en
cuando conviene mirar hacia adentro más que por la tapia lo que hacen los
vecinos, porque no son pocos los funcionarios del oficialismo que cayeron en
las redes de la peste.
"Yo hubiera preferido esperar un poco más
y él me planteó una presión grande de los comerciantes” dijo refiriéndose a
Rodriguez Larreta agregando que “no quiero cargar la
responsabilidad sobre él porque es una decisión que tomamos, pero estamos muy
lejos de ganar la batalla", insistió.
Aquí no se trata de una simple cuestión de
paciencia o de contagios, sino de coordinar una tarea conjunta sin tener en
marcha sólo el motor de su ideología política, porque el corona no se fija si
sos fernandista, macrista, cristinista o abstemio de la política.
La lucha es despiadada y siguiendo el
pensamiento de Lyn Yutang “Todo prospera a su hora. No hay que apresurarse” y
en tal sentido bueno sería adoptar una percepción que los alemanes tienen de la
paciencia, al sostener que es una planta amarga pero tiene frutos dulces.
“Todo poder humano se forma de paciencia y
de tiempo” lo dijo Balzac y respetemos ese concepto, porque está visto que la
impaciencia es lo que empuja a mucha gente al apresuramiento de hacer cosas que
la ciencia y el sentido común vienen prohibiendo.
Todo es cuestión, por encima de las
impaciencias, de querernos un poquito…
El
caos urbano en la capital mediterránea
ALLÍ ES DONDE SE IMPONEN LAS SOLUCIONES QUE
PERDUREN Y SUPEREN AL
TIEMPO Y A LOS CAMBIOS
Sería un despropósito descalificar desde el vamos lo que se está
haciendo para modificar de manera tan sustancial el ordenamiento urbano de una
ciudad tan especial en su traza como lo es Córdoba, porque si los resultados
son aceptables, muchos tendrían que comerse sus propias críticas.
No
debemos repudiar todo lo nuevo que se pueda hacer, al menos mientras no
tengamos a mano aunque más no fuera un atisbo de los resultados, porque por
ejemplo aislar virtualmente al centro de la ciudad con las emergentes secuelas
en lo económico y en otros órdenes, suena más a descabellado que al resultado
de algunos sesudos estudios.
Partamos de la base cierta que al cordobés medio le encanta tomar el
bondi en la puerta de su casa y que lo deje, en otra puerta, la de su destino y
eso en las grandes urbes ya pasó de moda por lo complicado de satisfacer tamaña
pretensión.
Lo
que sí es necesario evaluar, es el impacto sobre el comercio afectado por ese
aislamiento, para colmo un segmento de la actividad lucrativa sobre la que pesa
una gravosa carga tributaria y pongamos un solo ejemplo: se beneficia a tres
exponentes de bar y restaurante pero caen en desgracia al menos 12 o 15
comercios de distintas actividades, todos los cuales viven del movimiento que
generan el paso y parada de ómnibus del transporte urbano de pasajeros.
Dejemos de lado el tema de taxis y remises, de los camiones de caudales
en plena zona bancaria y de otras actividades que necesitan vitalmente no estar
aisladas.
Deberá la Municipalidad estudiar en profundidad caso por caso y buscar
una solución conveniente y decorosa para cada afectado por el nuevo
ordenamiento, siempre y cuando a la comuna la anime un estricto, humano y
necesario espíritu de justicia.
En
las otras zonas, caso de los mercados céntricos y de otras arterias afectadas
por el bloqueo, deberá ponerse el acento en los beneficios que otorga ese
cambio a todos, salvando de alguna manera los inconvenientes y perjuicios que
ocasiona.
Y no
bastará con las excenciones impositivas, con las tasas diferenciales que se
puedan aplicar, sino con la sensibilidad social y el correcto criterio
superador que se requieren para sostener medidas que afecten a una parte de la
ciudadanía, sin que se la compense de alguna manera.
Los
casos de Blas y de Solange
HAY SILENCIOS INEXPLICABLES
QUE TODAVÍA SON
UNA TORTURA PARA LA
SOCIEDAD “CORDOBESISTA”
Que
oficialmente se conozca, no hubo condolencias directas con los familiares,
nadie del gobierno se acercó no tan solo con el consuelo sino con la palabra de
ánimo; con algún concepto cercano al
ruego de resignación; con el corazón en la mano de quienes tienen la
obligación de poseer sensibilidad más humana que social.
Siguen los trámites, los estudios, las especulaciones, los ocultamientos,
las tramoyas urdidas dentro de la policía o entre quienes se aferran más a los
protocolos que al dolor que provocan, los contrasentidos de los maquiavélicos
que dibujaron un hecho irreal y todo con el pesar tremendo e insuperable de
varias familias a quienes entre la fatalidad, el descontrol y la burocracia les
arrancaron de su seno a seres queridos.
Los
casos del joven Blas y de la sufriente Solange aún recorren los intrincados
caminos del poder y de los tribunales de los hombres, a veces divorciados de la
justicia del Supremo.
Ya
pasaron a ser evocación, recuerdo, lágrimas e indignación frente a sonoros silencios
e indiferencias que procuramos descifrar sin entenderlo.
Cuando es la autoridad la que debe enfrentar una realidad precisamente
para descubrirle hasta sus más mínimos gestos, esa omisión es la que al
ciudadano le duele casi tanto como la tragedia misma, en este caso dos
tragedias vividas en tan pocos días.
Ya lo dijimos el domingo pasado: muchas veces
duelen más las ausencias, cuando es imposible comprenderlas.
Es
para pensar que Martín Descalzo tiene razón cuando pontifica que el ser humano
es más ancho que sus esperanzas. Decimos no resistiré más; si llega una gota
más de dolor estallaré. Y luego llega, no una gota sino un chorro de espanto. Y
resistimos. Seguimos resistiendo. También seguimos diciendo que ya no podemos
más, que estamos en las últimas. Pero sabiendo que la goma del corazón se
estirará más sin romperse.
Porque a veces, esa goma tiene la fragilidad de los silencios y también
de los olvidos…