Muchas veces la cobardía de la censura
dignifica
más a quien la padece
Nos hartamos de reiterarlo
ESTÁBAMOS EN
LO CIERTO Y
DESDE
EL
PODER IGNORARON ADVERTENCIAS
Se
viene corriendo el telón negro que tapaba la realidad de lo absurdo que existía
en el seno policial, si partimos desde la "desaparición" de
demasiadas armas -costosas y flamantes-asignadas a la fuerza "guardadas"
en la propia Jefatura que al poco tiempo "aparecían" en poder de
asaltantes, homicidas, en fin, hampones, porque alguien se las "alquilaba"
al igual que a “estrellas” del creciente y descontrolado narcotráfico, cuando
cualquier cordobés sabe, conoce y se indigna frente a la indiferencia gubernamental,
la ubicación, el funcionamiento y las ventas -incluso a notorios menores de edad-
en cualquier barrio sin hacer excepción
de todos los sectores urbanos.
Lo
sostuvimos en repetidas placas consignando que “Si la policía no puede, no sabe
o no la dejan limpiar la mugre de adentro, menos podrá hacerlo con la mugre
exterior”. No nos escucharon o lo escucharon y "se hicieron los osos"
respondiendo con onerosas compras directas de equipos ¿con o sin licitación?, frecuentes
cambios de nombres, desfiles callejeros para mostrar decenas de patrulleros
nuevos que posteriormente no operaban como pomposamente lo
anunciaban, por falta de combustible y de repuestos para los que se accidentaban, e invirtiendo dinerales en publicidad no tanto a los periodistas, sino a los medios "ensobrados" y necesitados de apoyo económico especialmente en las campañas precomiciales, gastos que pagamos todos -pensemos como pensemos- a través de la presión tributaria y del elevado precio de ciertos servicios.
anunciaban, por falta de combustible y de repuestos para los que se accidentaban, e invirtiendo dinerales en publicidad no tanto a los periodistas, sino a los medios "ensobrados" y necesitados de apoyo económico especialmente en las campañas precomiciales, gastos que pagamos todos -pensemos como pensemos- a través de la presión tributaria y del elevado precio de ciertos servicios.
Algo se
ha corrido la moda del engaño, de la especulación partidista y del escondite y es
de esperar que ahora les entre en las cabezas de los que dicen que saben pero
lo disimulan, que nada cambiará mientras seriamente no se estudie, se legisle,
se aplique y se controle el cumplimiento y la vigencia de una política integral
de seguridad alejada de la conducción netamente política y se enrole en la
sabiduría de los especialistas nivelados hacia arriba. Que la policía abandone
su estilo de "fuente de trabajo para la militancia" y se profesionalice
en la sapiencia técnica que necesita y reclama a gritos la sociedad cordobesa,
existiendo la posibilidad de lograr tan ansiados objetivos en el nivel
universitario.
No nos
escucharon en su momento y con bastante antelación. Personalmente marginaron a
algunos "molestos moscardones" que ventilaban (ventilábamos)
anormalidades y omisiones, con ese falsamente vetusto y edulcorado verso de los
"periodistas acreditados", cuando nuestra acreditación es simplemente
el ejercicio honesto de la profesión, así no estemos acreditados por el Papa,
el presidente de la Nación, el gobernador, algún ministro figurón, el jefe o la
jefa de policía de turno o "Mongo Aurelio".
Aparece
una tenue luz sobre un tema complicado, que viene siendo silenciado hasta que
la consagración de la impunidad de la que muchos hicieron gala, parece irse
retirando del complejo escenario de una inseguridad y deshonestidad que no
merecemos. En las últimas horas
se han ido ventilando algunas novedades, entre ellas el alejamiento del actual Ministro de Inseguridad (porque es lo que
hay y abunda) lo que se concretaría dentro de más o menos una semana para
diluir lo que sería una clara sospecha popular que el cuestionado funcionario
partiría de su cargo, empujado por un pedido vestido de exigencia, que venía
planteando el legislador Dr. Luis Juez.
Y uno
de los penosos efectos/consecuencia es el error que muchos cometen, de
generalizar la autoría de maniobras de neto corte maffioso penadas por las
leyes, perjudicando injustamente a los sacrificados efectivos de la fuerza azul
que cumplen decentemente con su arriesgado deber.
No es,
al menos por ahora, pretender reinstaurar la vigencia de aquel sonoro “que se
vayan todos”…
Roguemos que nadie coloque palos en la rueda del esclarecimiento de un
panorama sombrío, nefasto, peligroso e inmerecido que los cordobeses venimos
padeciendo.
Y que
sepan las autoridades que así como operaron -dirán que por órdenes superiores”-
"descalifiquen" o borren de sus "secretos" registros a los
periodistas no acreditados, aunque les pese, con acreditaciones o no, seguimos y
seguiremos siendo periodistas.
Gonio
Ferrari
Periodista censurado