Desgrabación
de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los
buenos” del domingo 31-12-17 emitido en dúplex por AM580 Radio Universidad de
Córdoba y su 88.5 FM. En la emisión n° 496 estos fueron los temas principales:
RESEÑA MÁS QUE
BALANCE
Todos los medios del país se
esmeraron en estos días en la tarea de plantear sesudos análisis de lo
acontecido durante este año que está dando sus últimos estertores, en un afán
en algunos casos patológico de encontrar culpables más que en proponer soluciones
y para prosperar sobre ese concepto, digamos de arranque que a las
explicaciones no las necesitamos cuando lo imperativo es encontrarle la salida
a la crisis.
Fue un año duro, especialmente
para todos aquellos que creían consagrada su eterna impunidad y con el correr
de los votos fueron adquiriendo primero una alergia, luego un temor y por último el espanto de las rejas en ciernes.
Eso, para la gente es
importante aunque como solución por lo que se advierte, es sólo en cuanto a esa
sensación de que la justicia es lerda pero llega.
Lo trascendente, sería que
comprobados los ilícitos de los que se acusa a ex funcionarios, de inmediato se
ordene la obligación de restituir de alguna manera lo rapiñado, porque de lo contrario,
a todo lo arreglarían, los deshonestos, con algunas cuentitas fuera del país.
Tantos han sido los nombres que
pasearon desde sus casas hasta Comodoro Py y de allí a la celda…
Tantos han sido los casos de
saqueo que se fueron ventilando, que nos queda la sensación de un manejo
quirúrgico de los tiempos por parte del gobierno, como para mantener viva la
memoria de la gente, apegada al sempiterno cortoplacismo que existe en todas
las actividades argentinas.
Sea como fuere, la situación
está encaminada hacia un adecentamiento de la función pública lo que no es
poco, aunque se levanten voces denunciando otros hechos que involucran a las
actuales autoridades y es por eso que se hace necesaria una apelación a la
paciencia, a la misma paciencia que tuvimos a lo largo de más de una década
para encontrarnos ahora con tantas sorpresas.
¿Serán culpables los actuales
acusados?
Que lo diga la Justicia en su
momento, será la más saludable noticia para las nuevas y las futuras
generaciones.
Pero cuando tomamos en cuenta
que en el devenir nacional se mezclaron tantos elementos como la rapiña, las
coimas, el caso Maldonado, la desaparición del submarino San Juan, las
revelaciones sobre la muerte de Nisman, el pacto con Irán, el atentado a la
AMIA, la renovada ofensa contra los desprotegidos jubilados, el fracasado y
“cantado” como pretendido golpe contra las instituciones en el Congreso días
atrás y otros asuntos, llegamos a la conclusión que fue un año movido y el que
ya tenemos tocándonos el timbre del cercano futuro, sin dudas aportará una
enorme carga de definiciones.
Lo importante, lo trascendente,
es que tengamos la grandeza de buscar la reconciliación nacional, el regreso a
la cultura del trabajo y el patriotismo suficiente como para plantarnos frente
a cualquier delirante y nostálgica intención de quebrar la institucionalidad,
porque de eso ya estamos hartos.
El futuro está en nuestras
manos y sería una estupidez que volviéramos a fracasar.
SUFRIR LA LUZ, SUFRIR EL AGUA
Los cordobeses nos hemos tenido
que acostumbrar, entre otras calamidades evitables, a convivir con la
inseguridad, a soportar estoicamente los cortes de luz anunciados por las tormentas
que presagia el pronóstico meteorológico que las autoridades de la EPEC no leen
y después lloran que la culpa es de los vientos, del calor o del frio: las
imprevisiones crónicas de “Algas” Cordobesas que sabiendo que hay incendios en
las sierras, lo que genera cenizas que taponan las cañerías y nada hacen al
respecto y otros desastres que tanto nos afectan pero no mueven las agujas de
alarma que el gobierno tiene la obligación de atender.
Como siempre han vuelto los
cortes de luz sin previo aviso, aunque se sabe que los tormentones ocasionan
caídas de postes, de árboles y otros efectos colaterales que dañan el tendido
de la red eectrica.
Pero todavía hay restos de un
vendaval de dos semanas atrás.
La EPEC explica que la culpa
primero era de los enganchados, después que el culpable era el viento, después
acusaron al calor que despierta inusitada demanda y por último la culpa es del
frio, porque en invierno se encienden demasiadas estufas.
¿No me diga?
Todo previsible o mejor dicho previsible para cualquiera,
menos para ellos, que pese al desastre de servicio ciclotímico que cobran con
la tarifa más cara del país, encima premian a los directivos de esa empresa
deficitaria con cifras de seis dígitos como reconocimiento a la eficiencia.
Para la antología del ridículo.
Algo parecido ocurre con
“Algas” Cordobesas, que sabiendo la existencia de incendios, no prepara sus instalaciones
ni a sus cuadrillas para atacar las causas antes que se produzca el taponamiento
de las redes.
El resultado es el corte de la
provisión de agua, pero ellos siguen mangando aumentos en la tarifa, lo que se
concretará en los próximos días, sin que los dueños de la empresa siquiera se
pongan colorados.
La culpa no es del chancho, sino
de quien le da de comer, reza este dicho más viejo que la espalda.
Entonces, ¿por qué no hay
alguien que cuestione a los que desatienden a la gente y les aplica los correctivos
que establece la ley?
Todo indica que existiría una
especie de silencioso pacto de reciprocidades, en cuanto al respeto por mirar
en dirección contraria a las necesidades comunitarias.
En cualquier sociedad
organizada como tal, ya hubiera saltado al menos una autoridad judicial para
imponer el respeto por la ley, actuando de oficio.
Pero estamos en la provincia
del cordobesismo, donde el vistagordismo es casi una religión.
Y hablando de bueyes perdidos,
¿alguien recuerda que la Central Pilar estaría funcionando más de cinco años
atrás y así no tendríamos jamás nuevos cortes?
Porque ese es el gran tema
“tabú” que ni siquiera la oposición de anima a tocar.
¡Felices cortes de luz para
esta noche!
TRANSPORTE, BASURA, CAOS URBANO Y TINIEBLAS
Ya me cansa repetir eso que pagamos
el boleto de transporte urbano más caro del país, por servicios que lejos de
manejarlo el poder concedente, funciona con las riendas que llevan las otras
dos patas de esta relación perversa con los usuarios, que son el gremio y los
empresarios del sector.
Ellos manejan las frecuencias,
los recorridos, los caprichos, las faltas de los fines de semana y feriados y
negocian las multas que nunca se cobran ni se pagan.
En una palabra, los usuarios
hace tiempo que ingresaron a la categoría de rehenes de esos sectores de poder,
porque no cualquiera tiene dos millones de pasajeros para esquilmarlos por adelantado,
maltratarlos, dejarlos de a pié, hacerles perder conquistas laborales,
consultas médicas, días de escuela y otros compromisos.
Todo eso se consiguió con
prepotencia ejercida en nombre de derechos, cuya ejecución perjudicó a una
enorme mayoría de trabajadores privados de un servicio vital como es el
transporte.
Se aplicaron correctivos
temporarios y luego las sanciones se diluyeron, hasta que venga una nueva
reincidencia que tengan que pagar los sufridos pasajeros.
Con la recolección de la basura
pasa algo parecido, porque trabajan cuando quieren por los barrios que se les
antojas, mientras las prestatarias Lusa y Cotreco despilfarran dineros con sus mediáticos
mensajes mentirosos sobre calidad de servicio que ya nadie les cree.
El caos de la ciudad, aunque en
parte sea motivado por la gran cantidad de obras que están en realización,
tendría soluciones si hubiera alguna coordinación entre quienes se empeñan por
hacer cosas que puedan mostrar en tiempos electorales.
La iluminación en la ciudad no
se ha recuperado pese a los esfuerzos, porque reponen mil luminarias y los
vándalos destrozan dos mil en un par de días, todo eso por la incidencia de la
inseguridad callejera frente a una policía costosamente equipada pero
operativamente deficiente por falta de políticas integrales.
Estamos en el horno, dicen por
allí y razones no les faltan a los que así piensan.
Solo basta una recorrida por
la ciudad, para encontrarnos con una realidad a veces dolorosa, por el
contraste entre lo bello que tiene y lo abandonada que luce.
Y a eso, con los impuestos que
pagamos, los cordobeses no lo merecemos.
LA MEGACAUSA
Los familiares de aquellas personas privadas de su libertad en el marco
de la megacausa del Registro de la Propiedad de Córdoba, me hicieron llegar sus
expresiones de anhelo para este año que en pocas horas comienza, y se las
quiero leer:
“Que vuelva la Justicia:
Que se terminen los inocentes presos,
encarcelados por las dudas.
Que se terminen las penas anticipadas, cumplidas
sin juicio previo.
Que se terminen las condenas sistemáticas, que
justifican los años de prisión preventiva.
Que vuelva la Justicia:
Que se terminen las comisiones especiales,
prohibidas por la Constitución.
Que se termine la parcialidad, que recicla los
mismos culpables.
Que se termine la íntima convicción, que
reemplaza la certeza de las pruebas.
Que vuelva la Justicia:
Que se terminen las investigaciones a medias,
que evitan responsabilizar a los altos funcionarios.
Que se termine la desigualdad, que sobresee a
los poderosos en tiempo récord.
Que se termine la arbitrariedad, que no busca a
los verdaderos culpables.
Que vuelva la Justicia:
Que se termine el absurdo de imputar a
cualquiera por estar en una agenda.
Que se termine el atropello de culpar
trabajadores y justificar peces gordos.
Que se terminen las muertes en prisión
preventiva, que niegan para siempre la justicia.
Que vuelva la Justicia, acompañada por la
libertad, la inocencia, el debido proceso, la imparcialidad, la
objetividad, la lógica, la razón, la verdad, la igualdad, el sentido común, el
respeto, la conciencia, la jurisprudencia y la ley, porque a todos estos
principios, a todos, quienes están a cargo del proceso de la causa del
Registro, se los han llevado muy, muy lejos.
Es el anhelo para el 2018 de los Familiares de
la causa”.
LA GOBERNADORA VIDAL Y LOS PREPOTENTES
En cualquier parte del mundo,
ya sea en playas de rio, de mar, en piletas olímpicas o de menores dimensiones,
existen los bañeros; los guardavidas que por lo general son pintones, fornidos,
de generosa musculatura y físico cuidadosamente trabajado con fierros, dietas y
sustancias no siempre permitidas.
Todos esos atributos varoniles
fueron a parar al carajo cuando una mujer ofendida por el maltrato, se les
plantó de frente, los encaró, les recriminó su actitud descomedida y exagerada
y los tipos terminaron pidiéndole disculpas.
Eso ocurrió con la señora María
Eugenia Vidal, gobernadora de Buenos Aires, cuando un grupo de guardavidas en
el centro de Mar del Plata interrumpió malamente la marcha del vehículo en el
que viajaba para plantearle una serie de reclamos.
La funcionaria no se amilanó
frente a la fuerza bruta, los increpó y les hizo recapacitar sobre su forma de
reclamar, indicándoles que existen maneras respetuosas y civilizadas de
hacerlo.
A los grandotes de pelo en
pecho no les quedó otra que acachar la cabeza, reconocer el exceso y a través
del dirigente sindical que los empujó a obrar de esa manera irrespetuosa contra
una dama, pedir formales disculpas.
¿Es un triunfo de la debilidad
femenina sobre la prepotencia masculina basada en el número y en el físico?
De ninguna manera: fue la
victoria de la razón por encima de esa acendrada costumbre del apriete y la
amenaza.
Alguna vez muchos dirigentes
sindicales, aprenderán que un par de ovarios bien llevados tienen más valor que
una docena o más de huevos.
LAS MODIFICACIONES JUBILATORIAS
Los dos segmentos de la conversación entre
el periodista Gonio Ferrari y el abogado especialista en derecho previsional,
Héctor Mario Silvestro, puede ser consultada en la columna de audios, ubicada
en el sector derecho de este blog. Las explicaciones brindadas por el asesor
sobre cuestiones de los adultos mayores con que cuenta el programa radial
“Síganme
los buenos” que emite AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba intentan
aportar claridad en una cuestión tan manoseada y controvertida, como es la de
las modificaciones introducidas en la ley que regula los porcentajes de pagos a
la clase pasiva. Aquello del 82 por ciento móvil, real en su absoluta
concepción y percepción, quedó en la historia, dado que los únicos presidentes
que lo hicieron pagar fueron José María Guido, Arturo Frondizi y Arturo Umberto
Íllia. La vasta experiencia del abogado Silvestro es una garantía para el cabal
conocimiento de los recovecos que caracterizan a estas últimas medidas.
EL FANTASMA NO SE RINDE
Vamos con algo de refrescante
historia: al pleito lo inicia Angel Víctor Funes el 18 de febrero de 2014, con
la particularidad que había muerto ocho meses antes en Morón, provincia de
Buenos Aires.
Interpuso la demanda ante el
juez Cordeiro, secretaría de la Dra. Golzwarh y el patrocinio de los letrados
cordobeses Ricardo Flores e Ivanna Boetto.
La demandada, Cristina Funes,
mujer enferma, ocupante de un apetecible terreno a pocas cuadras del shopping
de Villa Cabrera donde había nacido, una tapera donde criara a sus hijos.
En mayo de 2015 declara un
testigo -escuche bien- propuesto por el muerto, quien en sus dichos expresa que
Víctor había fallecido, por lo que el trámite, quiero suponerlo, tendría que
haber terminado allí.
Continuaron las instancias
procesales hasta que se dicta sentencia a favor de una persona inexistente, sin
que previamente se hubieran cerciorado los magistrados de recabar informes
acerca de la vida o la muerte de Funes, de lo que se desprende que pasaba a ser
partícipe necesario de una maniobra sospechosa.
Mediando otras alternativas
demasiado técnicas, resulta que Cristina Funes ya presa del estrés y de la
angustia por la condena al desalojo, muere en octubre pasado, a una edad que
creo era de 65 años.
Los hijos inician entonces la
declaratoria de herederos razón por la cual el tribunal original se aparta,
remitiendo las actuaciones al juzgado donde se tramita el sucesorio.
La abogada Boetto, según me
comentó horas atrás uno de los herederos, comparece con recursos impugnatorios
representando al fantasma, fuera del término legal, mediando ocultamiento del
expediente y otros ardides similares.
Y otro juez, pasando por alto
que la causa estaba paralizada, habría librado el oficio de desalojo.
Ahora también me adelantaron
que los herederos de doña Cristina Funes habrían interpuesto un recurso en
contra de esto que consideran una ilegal manera de obrar por parte de algunos
funcionarios.
Todo un novelón, que dormirá
por unos días la siesta de la feria.
Veremos qué ocurre con el
despertar de febrero…