29 de enero de 2017

S.L.B.: EL TÍPICO GATAFLORISMO ARGENTINO – MENTIROSA SEGURIDAD – TRANSPORTE URBANO AL ACECHO – LOS MEDICAMENTOS Y SU PRECIO – DONALD TRUMP Y SU MURO - LA MEGACAUSA AGUARDA TODAS LAS VERDADES – LIMONES DE LA DISCORDIA - CADA VEZ MÁS MUGRE AZUL, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 29/01/17 que emite AM580 Radio Universidad de Córdoba.

EL TÍPICO GATAFLORISMO ARGENTINO

   El argentino medio tiene la histórica costumbre del disconformismo con todo, así sea de la economía en general, de su trabajo, de su familia, de sus amigos, del club por el que simpatiza y en fin… de todo lo que le rodea.
   Con mucho de gataflorismo, curte también el hábito de no caberle ni satisfacerle las soluciones que aparecen en todos los conflictos que lo agobian o que suceden en su alrededor aunque no lo perjudiquen.
   Con esto del Día de la Memoria, es cierto que el Presidente Macri cometió una torpeza doble porque tenía otras dos alternativas mucho más valiosas y menos traumáticas que el camino que finalmente tomó, porque despertó cuestionamientos válidos en homenaje a la historia y a la memoria.
   Y finalmente dio un paso atrás, o al costado, o como lo quieran catalogar, pero cambió su determinación y el 24 de marzo queda clavado en el calendario y en los afectos de la gente, caiga el día que caiga, que en este 2017 será viernes, el año próximo sábado y en el 2019 domingo, o sea que tenía tres años para quedarse tranquilo porque lo mismo sería feriado, que es lo que más ansía nuestra masa laboral demasiado acostumbrada a todo lo que sea alpedismo.
   Así y todo, no fueron suaves desde la oposición para calificarlo de apresurado, inútil, despistado y otros adjetivos menos elegantes y poco respetuosos a su investidura.
   La movilidad de los feriados se manejó siempre para conveniencia de algún sector y en detrimento del resto, estimulando el turismo interno en tiempos de sequía entre otros efectos y acortando los días hábiles del calendario escolar, precisamente cuando por conflictos, paros y otros factores nunca se cumple con los días de clases que son necesarios y se anuncian al comienzo de cada ciclo lectivo pero jamás se cumplen.
   Los mismos que protestaron por la inoportuna determinación que cambiaba la fecha del Día de la Memoria no dijeron una palabra cuando a lo largo de más de una década los feriados se manejaron a discreción, provocando más inactividad que progreso, en un país que precisamente necesitaba emerger con producción, con esfuerzo, con trabajo …
   Ya está fijo el Día de la Memoria y tampoco se modificarán cada 2 de abril o 20 de junio.
   Roguemos que llegado el momento, a nadie se le ocurra mover en el almanaque días tan sensibles a nuestros sentimientos como el 25 de Mayo, el 9 de Julio, el 17 de Agosto y también –por qué no- el 17 de octubre para que lo celebren los auténticos peronistas y no todos los que se disfrazaron de tales para lograr ventajas que tuvieron, y así nos fue.
   Pero el gataflorismo, pase lo que pase, ya está incorporado a las costumbres argentinas, sean nacionales, populares o liberales…

NUESTRA SEGURIDAD LLENA DE PARCHES

   Tienen que metérselo en esas duras cabezas que por momentos muestran una alarmante carencia cerebral, porque de lo contrario no se entiende que se cansen de tropezar con la misma piedra, cuando ni siquiera los orangutanes incurren en esa actitud.
   La delincuencia les viene ganando “por afane” y siguen en la soberbia de sostener dos absurdos que de nada sirven: “que la tienen controlada” y que “en otros lugares del mundo la inseguridad es igual o mayor que en Córdoba”, lo que a los cordobeses nos importa medio bledo porque nosotros vivimos aquí y poco nos afecta o beneficia lo que ocurre en Rio de Janeiro, Brisbane, San Petersburgo, Buenos Aires, Caracas o allá en las mentadas pudendeces de la lora.
   Esa perversa maniobra de vender tranquilidad escondiendo importantes hechos delictivos nunca dio resultados, porque el “boca a boca” y las redes sociales con su vértigo son más creíbles y positivos que los silencios policiales que pretenden apoyar la estúpida creencia que los hechos, al no divulgarse, es como si no existieran y lo que consiguen es aumentar en la gente un sentimiento de desamparo y desprotección, basados en mentiras y en ocultamientos de la realidad.
   Todo esto es consecuencia y resultado de una certeza absoluta demostrada palmariamente: no existe una política integral de seguridad que parta desde la prevención, porque en Córdoba solo se aplican remiendos a los remiendos con que parcharon los parches anteriores. Parece un galimatías pero esa es nuestra diaria vivencia rodeados de sospechas.
   La policía dice esmerarse en la lucha contra el hampa y durante mucho tiempo le restó importancia o no quiso ver la mugre interna, esa que carcome los cimientos de la credibilidad del ciudadano y lleva al descubrimiento de casi diarios escándalos en los que están involucrados efectivos policiales.
   ¿Los están sancionando y separando? ¿No sabían acaso toda la porquería que había en desmedro de los sacrificados hombres y mujeres de azul que obligadamente deben reemplazar con la vergüenza el íntimo orgullo de vestir ese uniforme? ¿Creyeron acaso que la improvisación, el apresuramiento, el pago de favores políticos y la estudiada ceguera eran buenos elementos para aplicar en el reclutamiento de efectivos?
   ¡Allí tienen -tenemos- los resultados!
   ¿Ahora qué vendrá? ¡Ya lo sabemos!
   La indignación oficial, la promesa de severidad ante los casos de corrupción interna, bla, bla, bla …
   Mientras tanto los cordobeses nos debatimos en la angustia de sospechar si quien nos está asaltando, arrebatando, cagando a tiros, robando el auto o allanando es un “caco” o un policía de malos pasos y peores compañías.
   Señores del Gobierno: el mismo signo político lleva un montón de años al frente de la Provincia y la seguridad jamás fue controlada. Los funcionarios se limitaron a comprar y comprar (alguien alguna vez debiera auditar cada precio real) vehículos de todo tipo (recuerden el papelón de las motos con sidecar) armamento, comunicaciones, tecnología y todo eso que se fue deteriorando lastimosamente (o que lo robaron) no sirvió para nada. Nunca se informó sobre el estado real y no disfrazado de la flota y del equipamiento policial, por ejemplo.
   ¿Hasta cuándo los cordobeses debemos tolerar esa ineptitud que nos abruma?
   Unos días antes de las próximas elecciones harán un desfile, mostrarán 100 autos nuevos y presentarán ooootros mil efectivos y el tontaje los volverá a votar cayendo nuevamente en la trampa de su mediático y costoso marketing.
   Y la rueda sigue girando y no se detendrá hasta que la decencia triunfe sobre la deshonestidad interior.
   Porque vale reiterarlo hasta el hartazgo: si la Policía no sabe, no puede o no quiere limpiar su mugre interior, será difícil que pueda terminar con la mugre de afuera.


EL TRANSPORTE URBANO AL ACECHO

   Basta con quedarse media hora en cualquier parada de ómnibus o de trolebuses del transporte urbano de pasajeros, para caer en cuenta que las frecuencias, comparativamente, se han distanciado notoriamente de lo habitual.
   No me vengan con el verso que con las vacaciones hay mucha menor demanda por la falta de escolares que necesitan movilizarse, porque la gente no deja de hacerlo, pero se encuentra con una merma en las prestaciones que no es casual y que hilando fino, nos demuestra que vivimos días previos a la presentación de un nuevo pedido de aumento del boleto por parte de los empresarios del sector. La costumbre se mantiene siempre igual: deteriorar el servicio para aducir baja rentabilidad, la gente se enoja, el poder concedente que es la Municipalidad dice que no piensa ni siquiera estudiar la demanda, pero al cabo de pocos días los usuarios se desayunan con que deben pagar un nuevo precio.
   Esa perversa costumbre ha pasado a ser un clásico de  caprichos, complicidades y componendas, con una llamativa ausencia del Estado a la hora de ponerse firme y defender los intereses de los vecinos, más que de los empresarios o de los sindicalizados choferes que son la otra pata de esta situación que se repite.
   Si la comuna controlara realmente las frecuencias y al detectar las anomalías aplicara los correctivos que establecen los pliegos de concesión, distinta sería la situación porque así se demostraría que quienes mandan en el sistema son los usuarios, y no los pícaros e insaciables propietarios que reciben subsidios y cobran el boleto más caro del país.
   Después de todo, bien vale repetirles a esos señores algo básico: si siguen sosteniendo que el negocio no es rentable, que metan violín en bolsa, lloren lo perdido y se vayan con la música a otra parte, porque a este concierto, ya estamos cansados de escucharlo.

DONALD TRUMP Y SU MURO

   El gran país -o país grande- del Norte es una de las potencias más poderosas del planeta, aunque tal calificación no sea compartida por los rusos, los chinos y algunos otros que sostienen que tal liderazgo es sólo una cuestión de marketing internacional alentada por un fabuloso aparato propagandístico que no repara en gastos como tampoco en algunas mentiras, invasiones, bloqueos, sojuzgamientos y otras exageraciones.
   Paredones, tapias, medianeras o parapetos hay en cualquier parte y se usan para unir o aislar y separar; adornar u orinar, pintarrajear o respetar, preservar intimidades, fusilar o transgredir la disposición que prohíbe fijar carteles. Mamparos y albardillas los hay por centenares, unos famosos gracias a la sangre y otros ignorados en justo homenaje a su propia intrascendencia.
   Pero muro más famoso e infame como el que por 28 años alejó -siendo vecinas- a las dos Alemania de posguerra estableciendo la hambruna soviética por una parte y  la floreciente Berlín occidental por la otra, no existió en lo que se conoce de la historia. Nació desde las oscuridades previas al 12 de agosto del ’61 con una extensión que inicialmente fue de 155 kilómetros de hirientes alambradas para terminar siendo de hormigón con cuatro metros de altura, un foso, ancha senda para la circulación de los controles comunistas, casetas, torres y sistemas de alarmas. Separó a familias, amigos, propiedades, intereses y otros afectos con ese maldito espacio intermedio que el tiempo bautizó como “franja de la muerte” donde sucumbieron las ansias de libertad de un centenar de personas que dejaron allí su vida cuando más de cinco mil intentaron franquearla.
   El 9 de noviembre del ’89 el gobierno de la República “Democrática” de Alemania permitió la salida hacia el Oeste de los que vivían en la prisión urbana del sector comunista soviético, miles cruzaron y nadie pudo detenerlos, consiguiendo incorporar a la historia un inolvidable reencuentro que para los tiempos y con la caída del muro, fue una especie de tumba de las ideologías.
   Pero ahora resulta que casi tres décadas después, un ricachón devenido en político y estadista, recreando aquellos viejos sueños hegemónicos e imperiales de la izquierda belicista, pretende desde la derecha opulenta sojuzgar de la misma manera a un pueblo sufrido y digno, militarmente indefenso y económica y laboralmente dependiente: ya es un hecho que se construirá un muro a lo largo de la frontera que antes unía a los Estados Unidos de Norteamérica y México.
   El pretexto es terminar con la inmigración ilegal de los aztecas que buscan en sus “primos” el bienestar que no encuentran entre sus hermanos y como un himno a la hipocresía, la potencia más poderosa del mundo dice querer extinguir el narcotráfico, cuando es el país que más de esa basura produce y el mayor consumidor universal.
   La historia reciente es el mejor testigo de la ignominia que significa el aislacionismo impuesto por la fuerza militar en cualquiera de sus versiones: los Estados Unidos que junto a sus aliados cuestionaban la actitud soviética tras la “repartija” de Berlín, después se ensañaron con Cuba a lo largo de años y años de inhumano bloqueo y ahora con México, en una actitud que hacia adentro rotulan como “proteccionista” cuando es abierta e implacablemente perversa y violatoria de todos los derechos para los cuales la gran potencia del norte se disfrazó ante el mundo, de gendarme protector.
   ¿Es una actitud de crueldad alimentada por la opulencia?
   ¿Es la impía soberbia del vencedor impensado?
   ¿Es una nueva muestra de la expansionista y filibustera sangre inglesa transfundida a los americanos con el ropaje de la democracia?
   Dentro de mi ignorancia en materia de política internacional, se me ocurre aventurar que Donald Trump está cerrando los candados de su imperio, hasta que la realidad en su implosión le demuestra que estuvo equivocado.
   Pero sin ser apocalíptico, sibilino o agorero -en un escenario de vértigo como es la actualidad- ya será demasiado tarde… para todos.

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EL PRECIO DE LOS MEDICAMENTOS
   El Presidente del Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Córdoba, Dr. Germán Daniele, conversó con Gonio Ferrari acerca de interesantes temas vinculados con la actividad. Los precios de los medicamentos, el comportamiento de las obras sociales tanto estatales como sindicales y otros aspectos, fueron parte del diálogo cuya versión completa se puede encontrar en el sector de audios, ubicado en la columna derecha de este blogspot.

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MEGACAUSA: ¿PARA CUANDO TODA LA VERDAD?  

Esta semana  la actividad de Tribunales regresa de su feria, reabriendo  las esperanzas de quienes reclaman la resolución de asuntos pendientes, entre ellos imputados y familiares de la causa del Registro de la Propiedad.
   Intentando una mirada desde cierta distancia, como una especie de macro análisis de esta causa, fuera  de los reclamos diarios de quienes la padecen, se puede apreciar que este pomposo  procedimiento desplegado y mantenido por los poderes en estos 12 años, en nada ha modificado ni solucionado el antiquísimo problema de la apropiación ilegal de tierras.
   Las denuncias en tal sentido continúan a la orden del día y bien se sabe que son los funcionarios en el ejercicio del poder quienes pueden acceder a los datos que posibilitan tales irregulares negocios.
   Volviendo a la causa, en el año 2008 un grupo claramente identificado y limitado de personas, conformado por algunos ex empleados del Registro y otros más, fueron juzgados y condenados por ser responsables, y así lo admitieron ellos, de una serie de hechos delictivos referidos a inmuebles.
   El detalle, nada trivial, fue que denunciaron concretamente que lo habían hecho para los funcionarios de turno. Y lo que podría o quizás debió haber pasado como cualquier otro hecho delictivo, fue convertido curiosamente por la justicia cordobesa  en un proceso interminable, en una despiadada cacería de brujas, a la que se bautizó como megacausa del Registro.
   Sin embargo no se comprende cómo, pese a la obstinación con que se la mantiene, no se ha profundizado ni un poquito en la investigación de los funcionarios involucrados.
   Hay casos en que se tiene por la verdad íntegra y absoluta, más miedo político que necesidad de justicia.

LIMONES DE LA DISCORDIA

   Para quienes no tenemos nociones más que epidérmicas de lo que es la economía de un Estado, llamó la atención un par de meses atrás, que la cotización del Merval hubiera aumentado como cinco puntos, a consecuencia de la determinación del entonces presidente Obama, de permitir la importación de limones argentinos a su imperio.
   Naturalmente el mismo asombro pero a la inversa, nos ocupó el cerebro y despertó nuestra bronca cuando este por ahora curioso personaje que es  Donald Trump adoptó por decreto una medida en contrario, con lo que los productores de ese cítrico, especialmente radicados en Tucumán, tendrán que ir guardándose su producción.
   Pero algo de alegría momentánea nos provocó la determinación del ricachón ungido por minoría real, pero legal: si los limones quedaban para nuestro consumo, la lógica nos hacía pensar que bajarían de precio y se alejarían de los absurdos 100 pesos que debíamos pagarlos cuando se pusieron el traje de sudacas para entrar a los Estados Unidos como extranjeros con pretensiones.
   Pero no. Fue sólo un instante hasta que la realidad nos echó encima un baldazo de ácido limón: el precio para los argentinos siguió en alza, que había bajado a los 65 pesos pero de inmediato pegó un nuevo salto.
   ¿Por qué ocurre eso?
   Desde la perspectiva de la ignorancia es para pensar que los productores quieren asegurarse lo que tenían pensado ganar exportando, con la diferencia que tendrían que venderlo para que siguiéramos con nuestra relación del limón con la sangría, con las ensaladas, con el gancia y variados tragos largos, con el lemonchelo, el lemon pie y con tantas otras aplicaciones que le damos, incluyendo su condición de quitamanchas.
   Dicen los que saben que el cierre de las puertas del mayor consumidor mundial de todo, es sólo momentáneo hasta que Trump acomode sus patitos mentales y tome un baño de realidad, siempre y cuando los problemones que tiene con la inmigración, la presencia de extranjeros en su territorio y su apuro por terminar con el salvaje  terrorismo del Estado Islámico se lo permitan.
   Y se lo permita también la oposición que lejos de ser mera observadora de un panorama aparentemente caótico, está seguramente afilando las uñas para salir al cruce de todo lo que considera son arrebatos de un gobernante sin experiencia y con metas demasiado difusas o pretenciosas.
   Salga lo que salga, por ahora a nosotros nos preocupan los limones que supimos repatriar.

MÁS MUGRE AZUL Y LA TARDÍA POLÍTICA DEL PATADÓN

   El orgullo de vestir de azul, servir al prójimo y cumplir la sagrada misión de proteger vidas y bienes, es la meta de muchos policías vocacionales o que llevan en su sangre los genes de generación en generación, resultando una inclinación por herencia basada en ejemplos de honestidad, arrojo y vocación de servicio.
   Esos son los policías incorruptibles, modelos de sacrificio y compromiso con la comunidad que han sido el arquetipo de la fuerza, desde los lejanos tiempos que impusieron aquella imagen del vigilante caminador del barrio, amigo de todos, patrón de las esquinas y concertista del silbato que convocaba a la ronda callejera.
   Pero los tiempos cambiaron y ahora la vocación está reservada a los románticos, con el alma de antiguos guerreros contra el mal, resabios de aquellos ayeres respetuosos de la limpieza incontaminada de los antecedentes y las inclinaciones por ser útiles a la sociedad. La política se entrometió para empiojar una pureza que era garantía de eficiencia, dedicación y propensión al amparo, la observancia de las leyes y la acción para enfrentar a quienes la quebrantaban.
   Comenzaron a pasarse facturas por la militancia y se fueron dejando de lado las duras exigencias para el ingreso; aparecieron los atajos y el “lavado” de prontuarios transformó mágicamente en decentes a muchos cultores del delito a quienes les proveyeron uniformes, armamento y una cuota de poder, todo lo cual fue equívocamente tomado por algunos como la síntesis de una consagrada como inadmisible impunidad.
   Fue una especie de cáncer azul que por fortuna no carcomió a todos, pero fueron muchos los que se aliaron con el hampa y aparece como virtualmente imposible que nadie conociera los malos pasos en que incurría esa despreciable minoría. Pero la mala política, alimentada por complicidades y silencios, fue el costoso manto que todo lo cubrió e hizo que la sociedad se espantara frente a una delincuencia incontrolable e inmanejable por las autoridades que se iban renovando a medida que se sucedían los fracasos y el recrudecimiento de la ilegalidad.
   Para colmo se cayó al error de remendar e improvisar en lugar de instaurar una política integral de seguridad que privilegiara la prevención por encima de las costosas inversiones en vehículos, armamentos, comunicaciones y constante ingreso de personal que era lanzado a las calles sin la instrucción necesaria tanto en los aspectos legales como operativos. El parche nunca sirvió para aguantar los excesos de presión frente al alocado crecimiento de una delincuencia a la que se pretendió minimizar con el infantil recurso del ocultamiento de una realidad tan palpable, que subvirtió la situación hasta llegar a una dolorosa y ridícula actualidad en que los decentes deben estar entre rejas mientras los ladrones y criminales pasean orondos e impunes gozando su libertad.
   Ya con la soga al cuello, las autoridades provinciales que han intentado de mil maneras superar esta agobiante situación con otros tantos reveses, han caído en cuenta que es necesario antes que nada sanear adentro de la policía y luego de la purificación volver a enfrentar al mal. Y tarde, demasiado tarde y después de varios mandatos del mismo signo político que veía y ve pasar las irregularidades como un desfile y sin hacer nada por limpiar las entrañas del monstruo, se encontraron con que robaban dentro de la Jefatura, con que alquilaban armas para perpetrar delitos, con que muchos de cierta jerarquía estaban asociados con hampones y que la sospecha de la participación en el narcotráfico salpicaba a diestra y siniestra.
   Ya no caben las improvisaciones. Le gente dejó de comer vidrio y se impone ¿recién? la mano dura. Hay que llamar a los medios, dar la cara y venderle a la gente un plan de acción que afloje las presiones porque entramos a un año electoral y hay que hacer las cosas para renovar mandatos aunque la confianza de la sociedad esté destrozada.
   Resulta que ahora habrá una Dirección General de Control de Conducta Policial, ampulosa mención de una dependencia que dicen será de perfil preventivo, para evitar sobrecargar al Tribunal de Conducta, que actúa frente a hechos consumados. Entonces todo esto lleva a pensar que si desde 2007 hasta ahora fueron cesanteados ¡450 efectivos! Por haber cometido delitos y faltas graves, ¿eso no sirvió entonces para advertir que algo raro estaba sucediendo en la institución? ¿Por qué no se actuó desde tiempo atrás en la prevención del delito interno? ¿Qué resortes o compromisos políticos lo impedían? ¿De qué secretos eran y siguen siendo dueños los desplazados, que gozaron de tamaña imdemnidad?
   El Ministro de Inseguridad (porque es lo que hay) lanzó un mensaje hacia adentro de la institución “para decirle a toda esa inmensa cantidad de policías honestos que sigan trabajando así, que a los policías delincuentes  los vamos a sacar a patadas”, pero olvidó aunque fueran unas pocas y necesarias palabras de autocrítica, dejando la sensación que debe creer que su gestión ha sido y es brillante.
   El Comisario General Gustavo Velez aplaudió la iniciativa de crear esa nueva Dirección porque, dijo, “se hace esto en honor a todos los buenos policías que todos los días arriesgan su vida. Mientras yo sea jefe no se va a perdonar ningún acto de indisciplina en la fuerza”, remarcó. Y ¿cuántos actos de ese tipo se han perpetrado en estos últimos meses?.
   También el Jefe, cero autocrítica.
   Muchas veces y por apuro o desconocimiento -que es el smoking que le ponen a la ignorancia-  suele suceder que lo que se piensa aplicar al prójimo es lo que se termina recibiendo.
   Por eso, es aconsejable la prudencia, especialmente al anunciar medidas punitivas que inexplicablemente se han venido postergando, permitiendo que el mal creciera y es casi como pretender recuperar a un canceroso dándole aspirinas cuando está metastizado.
   Y en la policía lamentablemente hay demasiadas metástasis y pareciera que en lugar de especialistas hubieran puesto practicantes o residentes.
   Que el Altísimo nos ayude, y más a ellos…



28 de enero de 2017

UNA VENTANA AL VERANO, lecturas para pensar, serie de cuentos cortos basados la mayoría en hechos reales.

EL COLECCIONISTA DE MIRADAS
  Si tuviera que hacer un retrato de Wally, diría que es un tipo más bien reservado, a veces ciclotímico, que está por encima del medio siglo de vida, una vida con alegrías y penurias; con amores y con adioses. Wally, pese a todo, es un adicto al trabajo; un fervoroso laburante que ha ganado cientos de batallas en esta larga guerra que es su natural e inmodificable manera de ver pasar los años.
   Sus vecinos lo querían y lo quieren por lo servicial, siempre dispuesto a dar una mano
   En el barrio, más que amores pasajeros o relaciones tipo delivery, no se le conocían a este ex joven madurado a cascotazos, escritor vocacional, amante de la buena cocina y de las eternas conversaciones políticas. Se iba y volvía a su trabajo caminando, siempre a horas intempestivas porque los horarios rígidos no eran parte de su personalidad de hombre libre, sin yugos ni ataduras.
   Uno de sus alimentos más deseados era la música y el otro una rareza no tan curiosa: los ojos de ellas. Los ojos de cualquier color, pero que fueran expresivos, frescos y accesibles a su manía, cercana al delirio, de escuchar las miradas.
   Porque Wally tenía y aún conserva intacta  una excelsa capacidad perceptiva que le permite oír colores, mirar música y tocar lo inaccesible. Y nunca falta quien ponga a prueba tantas virtudes. Wally es un tímido no asumido, apasionado por el trabajo, que tiene como -llamémosle entretenimientos- encerrarse en la música … y otear en los ojos de las mujeres.
   Era una especie de melodía que lo invadía desde algún iris cercano y hasta se permitía y aún se permite el lujo de saber si esa mirada es natural o cosmética. El brillo especial no te engaña; las lentejuelas son artificiales y suele ser solo un instante mágico el que te  hace llegar  ese luminoso mensaje hasta el alma, me dijo un día mientras caminábamos por una vereda de la Cañada.
   Las miradas azules me transmiten paz, las verdes erotismo, las negras un cúmulo de misterios … me comentaba entusiasmado.
   Y cada mirada tiene su música.
   Me mira Vivaldi, me mira Bach, me mira Wagner, me mira Beethoven, me mira Grieg o me mira Mozart.
   Todas las miradas, me dijo antes de darnos un abrazo y cada uno seguir su camino, tienen la pirotecnia del estallido en algunos casos o de la mansedumbre en otros… Wally tenía razón y me dejó tan pensativo que casi me atropella un auto al cruzar la calle.
   Wally jamás dejó de ser un tipo sencillo, emprendedor, fanático del arte en general e inveterado cultor de la música … que irradian los ojos de las mujeres.
   Buscando temas de Vivaldi los encontraba en los ojos azules o a Beethoven en los verdes.
   Pero aquella vez, pleno abril y en la calle guareciéndose de la lluvia en un umbral mientras esperaba el ómnibus porque no estaba como para volverse caminando, Wally vio a Mozart.
   Bah… lo vio es un decir, porque escuchó un Mozart dibujado en el despreocupado murmullo de una flaquita con piernas largas y pollera corta, que se apoyaba en el hombro de un muchachito adolescente.
   El ómnibus por supuesto demoraba, mientras la pieza de Mozart seguía penetrándole en el alma. Hasta que en un movimiento lógico, en la estrechez de la vereda descuidada se enfrentó con Mozart y con aquellos ojos increíbles.
   Tenían el color único e inimitable de la miel, con un tornasol de mínimos espejos y mostacillas doradas.
   Era el color de Mozart; de su música; de su juventud; de su enorme talento creativo.
   ¿Saben lo que es la desesperación por hablar con alguien que parece que te está esperando, cuando justo llega el ómnibus y no hay cómo acercarse y cruzar un par de palabras?
   Pobre Wally …
   La lluvia y el desencanto lo llevaron a sospechar y esperanzarse que inexorablemente dentro de siete días y en la misma parada, algo sucedería para cambiarle la vida …
   Los días eternos de aquel otoño pasaron y justo una semana después de mirar esos ojazos y percibir en ellos a Mozart, Wally, el curioso y romántico espécimen que escuchaba música en los ojos de las mujeres, la volvió a ver.
   En el mismo lugar, con el mismo muchachito que la acompañaba estaba ella, la pollera un poquito más larga y las piernas tan bonitas como las soñara durante esos días.
   No esperó que llegara el ómnibus y venciendo su timidez casi de jardín de infantes, Wally se animó a preguntarle, como al pasar y con la boba dimensión de un susurro, si le gustaba Mozart. Sorprendida, ella le dijo que si, que era su predilecto, que la acompañaba desde niña y se había transformado en la luz de sus penumbras.
   El, ya enamorado hasta la médula, recién cayó en cuenta que Mozart era toda la luz que no tenían esos ojos condenados al eclipse.
   Por eso, desde entonces, buscó la manera de hacerle sentir lo que más amaba, cada vez que pudiera y de las formas más inimaginables.
   Por siempre le arrimaría los destellos radiantes de Mozart para que sus ojos, esos ojos de increíble color miel, escucharan la luz.
   Cuando me lo contó, la historia me pareció de novela.         
   Sobre todo, porque hace más de cinco años que ellos están juntos y caminan la vida de la mano, canturreando Mozart.


27 de enero de 2017

Inseguridad en Córdoba --------------------

EL GOBIERNO LLEGA A DESTIEMPO
PARA LIMPIAR LA MUGRE INTERIOR
DE SU POLICÍA LLENA DE PARCHES


   Tienen que metérselo en esas duras cabezas que por momentos muestran una alarmante carencia cerebral, porque de lo contrario no se entiende que se cansen de tropezar con la misma piedra, cuando ni siquiera los orangutanes incurren en esa actitud.
   La delincuencia les viene ganando “por afane” y siguen en la soberbia de sostener dos absurdos que de nada sirven: “que la tienen controlada” y que “en otros lugares del mundo la inseguridad es igual o mayor que en Córdoba”, lo que a los cordobeses nos importa medio bledo porque nosotros vivimos aquí y poco nos afecta o beneficia lo que ocurre en Rio de Janeiro, Brisbane, San Petersburgo, Buenos Aires, Caracas o allá en las mentadas pudendeces de la lora.
   Esa perversa maniobra de vender tranquilidad escondiendo importantes hechos delictivos nunca dio resultados, porque el “boca a boca” y las redes sociales con su vértigo son más creíbles y positivos que los silencios policiales que pretenden apoyar la estúpida creencia que los hechos, al no divulgarse, es como si no existieran y lo que consiguen es aumentar en la gente un sentimiento de desamparo y desprotección, basados en mentiras y en ocultamientos de la realidad.
   Todo esto es consecuencia y resultado de una certeza absoluta demostrada palmariamente: no existe una política integral de seguridad que parta desde la prevención, porque en Córdoba solo se aplican remiendos a los remiendos con que parcharon los parches anteriores. Parece un galimatías pero esa es nuestra diaria vivencia rodeados de sospechas.
   La policía dice esmerarse en la lucha contra el hampa y durante mucho tiempo le restó importancia o no quiso ver la mugre interna, esa que carcome los cimientos de la credibilidad del ciudadano y lleva al descubrimiento de casi diarios escándalos en los que están involucrados efectivos policiales.
   ¿Los están sancionando y separando? ¿No sabían acaso toda la porquería que había en desmedro de los sacrificados hombres y mujeres de azul que obligadamente deben reemplazar con la vergüenza el íntimo orgullo de vestir ese uniforme? ¿Creyeron acaso que la improvisación, el apresuramiento, el pago de favores políticos y la estudiada ceguera eran buenos elementos para aplicar en el reclutamiento de efectivos?
   ¡Allí tienen -tenemos- los resultados!
   ¿Ahora qué vendrá? ¡Ya lo sabemos!
   La indignación oficial, la promesa de severidad ante los casos de corrupción interna, bla, bla, bla …
   Mientras tanto los cordobeses nos debatimos en la angustia de sospechar si quien nos está asaltando, arrebatando, cagando a tiros, robando el auto o allanando es un “caco” o un policía de malos pasos y peores compañías.
   Señores del Gobierno: el mismo signo político lleva un montón de años al frente de la Provincia y la seguridad jamás fue controlada. Los funcionarios se limitaron a comprar y comprar (alguien alguna vez debiera auditar cada precio real) vehículos de todo tipo (recuerden el papelón de las motos con sidecar) armamento, comunicaciones, tecnología y todo eso que se fue deteriorando lastimosamente (o que lo robaron) no sirvió para nada. Nunca se informó sobre el estado real y no disfrazado de la flota y del equipamiento policial, por ejemplo …
   ¿Hasta cuándo los cordobeses debemos tolerar esa ineptitud que nos abruma?
   Unos días antes de las próximas elecciones harán un desfile, mostrarán 100 autos nuevos y presentarán ooootros mil efectivos y el tontaje los volverá a votar cayendo nuevamente en la trampa de su mediático y costoso marketing.
   Y la rueda sigue girando y no se detendrá hasta que la decencia triunfe sobre la deshonestidad interior.
   Porque vale reiterarlo hasta el hartazgo: si la Policía no sabe, no puede o no quiere limpiar su mugre interior, será difícil que pueda terminar con la mugre de afuera.

Gonio Ferrari

26 de enero de 2017

Donald Trump y su muro ------------------------------

ENCERRADO EN LA OPULENCIA MATERIAL
CON  SU  SOLEDAD  ENTRE  LA  MULTITUD

   El gran país -o país grande- del Norte es una de las potencias más poderosas del planeta, aunque tal calificación no sea compartida por los rusos, los chinos y algunos otros que sostienen que tal liderazgo es sólo una cuestión de marketing internacional alentada por un fabuloso aparato propagandístico que no repara en gastos como tampoco en algunas mentiras, invasiones, bloqueos, sojuzgamientos y otras exageraciones.
   Paredones, tapias, medianeras o parapetos hay en cualquier parte y se usan para unir o aislar y separar; adornar u orinar, pintarrajear o respetar, preservar intimidades, fusilar o transgredir la disposición que prohíbe fijar carteles. Mamparos y albardillas los hay por centenares, unos famosos gracias a la sangre y otros ignorados en justo homenaje a su propia intrascendencia.
   Pero muro más famoso e infame como el que por 28 años alejó -siendo vecinas- a las dos
Alemania de posguerra estableciendo la hambruna soviética por una parte y  la floreciente Berlín occidental por la otra, no existió en lo que se conoce de la historia. Nació desde las oscuridades previas al 12 de agosto del ’61 con una extensión que inicialmente fue de 155 kilómetros de hirientes alambradas para terminar siendo de hormigón con cuatro metros de altura, un foso, ancha senda para la circulación de los controles comunistas, casetas, torres y sistemas de alarmas. Separó a familias, amigos, propiedades, intereses y otros afectos con ese maldito espacio intermedio que el tiempo bautizó como “franja de la muerte” donde sucumbieron las ansias de libertad de un centenar de personas que dejaron allí su vida cuando más de cinco mil intentaron franquearla.
   El 9 de noviembre del ’89 el gobierno de la República “Democrática” de Alemania permitió la salida hacia el Oeste de los que vivían en la prisión urbana del sector comunista soviético, miles cruzaron y nadie pudo detenerlos, consiguiendo incorporar a la historia un inolvidable reencuentro que para los tiempos y con la caída del muro, fue una especie de tumba de las ideologías.
   Pero ahora resulta que casi tres décadas después, un ricachón devenido en político y estadista, recreando aquellos viejos sueños hegemónicos e imperiales de la izquierda belicista, pretende desde la derecha opulenta sojuzgar de la misma manera a un pueblo sufrido y digno, militarmente indefenso y económica y laboralmente dependiente: ya es un hecho que se construirá un muro a lo largo de la frontera que antes unía a los Estados Unidos de Norteamérica y México.
   El pretexto es terminar con la inmigración ilegal de los aztecas que buscan en sus “primos” el bienestar que no encuentran entre sus hermanos y como un himno a la hipocresía, la potencia más poderosa del mundo dice querer extinguir el narcotráfico, cuando es el país que más de esa basura produce y el mayor consumidor universal.
   La historia reciente es el mejor testigo de la ignominia que significa el aislacionismo impuesto por la fuerza militar en cualquiera de sus versiones: los Estado Unidos que junto a sus aliados cuestionaban la actitud soviética tras la “repartija” de Berlín, después se ensañaron con Cuba a lo largo de años y años de inhumano bloqueo y ahora con México, en una actitud que hacia adentro rotulan como “proteccionista” cuando es abierta e implacablemente perversa y violatoria de todos los derechos para los cuales la gran potencia del norte se disfrazó ante el mundo, de gendarme protector.
   ¿Es una actitud de crueldad alimentada por la opulencia?
   ¿Es la impía soberbia del vencedor impensado?
   ¿Es una nueva muestra de la expansionista y filibustera sangre inglesa transfundida a los americanos con el ropaje de la democracia?
   Dentro de mi ignorancia en materia de política internacional, se me ocurre aventurar que Donald Trump está cerrando los candados de su imperio, hasta que la realidad en su implosión le demuestra que estuvo equivocado.
   Pero sin ser apocalíptico, sibilino o agorero -en un escenario de vértigo como es la actualidad- ya será demasiado tarde… para todos.

Gonio Ferrari

La historia de Wally ----------------

FIN DE LOS ADELANTOS DEL
LIBRO "25 COLECCIONISTAS"
   El sábado venidero -28 de enero- se publicará en este blogspot el último de los adelantos del libro "25 Coleccionistas" que aparecerá en septiembre próximo. A lo largo de este mes inicial del 2017 quedaron a consideración de los lectores "El coleccionista de peines", luego "El coleccionista de sueños", posteriormente "El coleccionista de celulares" y la serie finaliza con un cuento breve al igual que los otros, "El coleccionista de miradas" que es la historia de Wally, el caso tan comentado desde que salió al aire "Síganme los buenos", programa que los domingos al final de la siesta emite AM580 Radio Universidad de Córdoba con la conducción del periodista Gonio Ferrari, a la vez autor de "25 Coleccionistas".     
   Son todas historias de la vida real llevadas a la simpleza del pasatista relato de verano, como para leer despreocupadamente en short y ojotas sin ninguna pretensión literaria ni de adornar bibliotecas, sino más bien con el sano objetivo de ocupar un lugarcito en la mesa de luz, en el bolso de playa, en la guantera del coche o en la memoria y en el corazón de cada lector.
   Tatuajes, corpiños, banderas, insultos, espejos, botones, pañuelos, sombras, besos, remedios, estampillas y otros elementos integran la serie de los 25 motivos del trabajo, la pasión, la furia y el amor de cada uno de los coleccionistas que protagonizan atractivas y fantásticas historias en las que más de uno -o una- se sentirá partícipe o intérprete.   

22 de enero de 2017

S.L.B: NUESTRAS PERMEABLES FRONTERAS – NO ES BUENO AVIZORAR AUMENTOS O AJUSTES - ¿POR QUÉ SE VAN LOS TURISTAS? – EL DELITO DE MALTRATAR A UN ANIMAL – LA MEGACAUSA Y LAS VACACIONES – PEAJES CAROS PARA CAMINOS ROTOS – RECRUDECE LA OLA DELICTIVA – TRUMP Y UNA PROMESA NADA ORIGINAL, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 22/01/1|7 emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba. 
FRONTERAS PERMEABLES 

   Quisiera saber si algún  ciudadano  argentino con antecedentes  penales es aceptado en  los EE.UU. y si miramos en otras direcciones, el acceso a países europeos no es tan controlado y es así que terroristas y narcos aprovechan para ingresar y en nombre de la hospitalidad hacer sus “negocios” por un lado y aportar caos por el otro.
   Entonces, es medio hipócrita sostener que significa un atropello a los derechos humanos, o una medida de neto corte discriminatorio y racista, negarles la entrada a nuestro país a los extranjeros con antecedentes penales de relevancia, porque se desvirtuaría su condición de turistas o visitantes, para erigirse en sospechosos que estamos incorporando a nuestra sociedad.
  Con los nuestros ya tenemos bastante, como para incrementar los planteles del hampa, que en su momento comprendieron que la política de puertas abiertas imperante en Argentina les venía como anillo al dedo para ampliar los horizontes del narcotráfico y agregar delincuencia a todas las expresiones en tal sentido que están entre nosotros.
   Tiempo atrás y hasta no hace mucho, se podía cruzar Europa de punta a punta sin necesidad de andar mostrando el pasaporte con las visas correspondientes, y así es que ahora duele saber que muchos delincuentes enrolados en los ocultos ejércitos del terrorismo internacional se han mezclado con los residentes nativos, haciendo base para sus tropelías.
    Tampoco es cuestión de cerrar las fronteras y erigirnos en intolerantes cancerberos porque Argentina por tradición siempre abrió su casa grande a los inmigrantes, que con el paso de los años conformaron una población multirracial en la que tenemos italianos, españoles, galeses, uruguayos, judíos, paraguayos, centroamericanos, brasileros, bolivianos, sirios, libaneses, peruanos, chilenos y de otras nacionalidades.
   Controlar el acceso de extranjeros contribuye a sanear la sociedad de la que también forman parte y evitar la presencia de indeseables de la misma forma que en los países avanzados aplican estrictas restricciones, basándose en la globalización emergente del cruzamiento de datos por parte de los organismos de seguridad,
Sin embargo todo lo que se consiga en tal sentido para evitar “contaminaciones”, naufraga cuando advertimos de qué manera escandalosa el contrabando ataca los cimientos de nuestra economía, porque más que el tráfico “hormiga” de mercaderías variadas, está la desprotección de nuestras amplias fronteras no tan solo terrestres sino las aéreas y fluviales.
   Para todos aquellos que se oponen a que les cerremos las puertas a quienes en lugar de datos filiatorios tengan prontuarios, que recuerden cuántos años llevamos –se comenta que más de diez- con fronteras desprotegidas y virtualmente liberadas para la impunidad de la delincuencia internacional.
   No nos asombremos cuando miramos hacia adentro y sin que esto signifique un juicio de valor hacia países amigos, advertimos de qué manera escandalosa crece la participación de ellos en los hechos delictivos, especialmente en todo lo referido al narcotráfico.
   Estuvimos a un paso de ser Colombia, la Colombia de años atrás y ahora, peligrosamente, es como si camináramos en dirección al sangriento México actual.
   Y no es un futuro con el que tendríamos que resignarnos.


OSCURAS PERSPECTIVAS DE NUEVOS AUMENTOS

   Pueden intentar convencerme que las últimas medidas que viene adoptando el gobierno nacional representan la única opción para terminar con la inflación, reactivar la economía y entrar a la senda de la recuperación y el progreso.
   Lo peligroso del asunto, es que tome como costumbre lo que tanto hemos venido padeciendo, esos ajustes a veces salvajes que siempre, inevitablemente, deben soportar los segmentos menos afortunados de la sociedad.
   Tampoco es cuestión de reconocer la validez de aquellas afirmaciones de Barrionuevo, cuando el dirigente gastronómico sostenía que el país pasaría al frente, si al menos los gobernantes y la clase dirigente dejaran de robar por un par de años.
   Todos los sectores ligados a la vida argentina tienen la obligación de contribuir, primero a despejar los escombros, y desde esa base construir los cimientos de la recomposición de nuestra vapuleada economía.
   El problema es que los intereses sectoriales, para quienes los manejan, son más importantes que nuestro futuro y se empeñan en cuidar su quintita, abusarse en lo que pueden, aunque perjudiquen a otros estamentos.
   La dirigencia gremial, ese gigantesco super exponente de la burocracia, tendría que ser el primer ejemplo de apoyo, solamente con no impedir que la gente trabaje, que es lo que ahora están haciendo con el disfraz del descontento y de la protesta.
   De esa manera son inevitables los aumentos en cuestiones básicas como lo son los combustibles que hacen que todo dispare hacia arriba; los alimentos con su notable injusticia de valores existentes entre el productor y el consumidor, mediando las etapas de intermediación que son las más onerosas y con menor riesgo.
   ¿A dónde quiere llegar, por ejemplo, la gente del campo con su permanente disconformismo que no les impide acumular riqueza, renovar su flota de vehículos y viajar a Europa o a Miami cinco veces al año?
   ¿Qué pretenden conseguir los laboratorios, que roban a mansalva aprovechando que tienen de rehenes a miles y miles de enfermos, con lo que logran excepcionales utilidades, hasta el punto que en el exterior los medicamentos de origen argentino cuestan la mitad que aquí?
   Todo el sistema está podrido porque si interviene el Estado lo acusan de autoritario, mientras siguen embolsando a costa del sacrificio de la gente.
   La clase media camina hacia su extinción si no empezamos a nivelar para arriba, en lugar de empujarnos hacia abajo.
   A nadie le caería bien que aumenten la electricidad, el gas, los alimentos, los medicamentos y todo en general, si el nivel de salarios se incrementara en idéntica medida.
   Pero no hay caso: los avivados de siempre siguen levantando dinero en pala, ayudados por un gobierno que no sabe o no se anima a ejercer su autoridad de tal por temor a las protestas.
   Peor sería que con el correr del tiempo, lleguemos a la penosa convicción que si eso es la Democracia, nos han vendido un modelo equivocado.
   Y reincidimos en el error de comprarlo.

¿POR QUÉ CRECE EL TURISMO EXTERIOR?

   Existe una doble interpretación de la merma en la cantidad de turistas que están recibiendo los principales centros del país, tales los casos de Mar del Plata, Villa Carlos Paz, Iguazú, Bariloche o el Norte argentino.
   Desde algunos sectores identificados políticamente con el pasado reciente se sostiene que tal situación se debe a la pobreza de la gente, que privilegia otras necesidades por encima del esparcimiento.
   Otros le echan la culpa a los abusos que se cometen en los precios, sentido en el cual se han dado situaciones penosas como los casos de una pizza a 300 pesos, un cafecito a 50 pesos o un almuerzo llamado económico para dos personas, rondando los mil pesos.
   Cualquiera de las opciones por las que cada uno se incline, se dará un porrazo al chocar con la cantidad de gente que ha viajado y la que tiene reservas hasta marzo próximo en las costas de Brasil, en las compras de electrónicos y todo tipo de mercadería en Chile o los más costosos viajes al Caribe, a Miami o a destinos europeos.
   Entonces y por lógica, la culpa no solo la tienen los precios en general, sino la actitud expulsiva de muchos operadores turísticos argentinos acostumbrados al “colchón” que les permite vivir a lo largo del año con un trabajo que a lo sumo se extiende por cuatro meses.
   Si seguimos expulsando al turismo interior, la situación se agravará hasta llegar a niveles irrecuperables.
   De alguna manera el Estado tendría que intervenir en la regulación de ciertas prestaciones, sin caer al control de precios cuyo costo político nadie quiere asumir.
   No es posible que el turismo internacional muestre rasgos florecientes, mientras los desplazamientos por nuestro territorio queden reservados, ilógicamente, para los más pudientes.

JUSTICIA PARA EL MALTRATADOR DE ANIMALES
   Tan hondo caló el sufrimiento y la muerte del perrito “Chocolate” que fue noticia no tan sólo en nuestro país, sino que de tal episodio se ocuparon los principales medios periodísticos de muchas lejanas geografías.
   El espanto de las imágenes del pobre y torturado animalito recorrió el mundo, fortaleciendo esa actitud compasiva que podemos lucir la mayoría de los seres humanos, por una simple cuestión de cariño o de sensibilidad.
   La información posterior al hecho da cuenta que hay un detenido, de 36 años, oriundo de San Francisco, de profesión peluquero, quien confesó que había desollado viva a la mascota después de entrar al patio donde estaba, porque le molestaban sus ladridos.
   Realmente, hay que ser muy obtuso y desequilibrado para adoptar ese temperamento criminal, contra una criatura irracional e indefensa, sin el menor atisbo de compasión ante el sufrimiento que le provocara.
   El hombre está preso y deberá enfrentar a un tribunal que juzgue su inconducta.
   Y al respecto, quiero conversar con el abogado Rubén Solé Dolphin, quien no milita en ninguna entidad protectora de animales, pero me interesa su opinión, más que nada, por un dato relevante que le aporta validez a su testimonio: en los últimos tiempos, en su casa del barrio Las Palmas, está dando asilo, comida y cariño a ocho perros casi guasos, sin pedigrée, que fue encontrando abandonados en la calle, uno de los cuales es ciego.
   Dr. Solé, con admiración lo saludo …
 (La conversación con el abogado Dr. Rubén Solé Dolphin se puede encontrar en la columna del audio, ubicada a la derecha de este blogspot)


LA MEGACAUSA EN TIEMPOS TURÍSTICOS

   Cual oferta veraniega de destinos turísticos, la justicia cordobesa en la causa del Registro de la Propiedad, prepara para  sus obligados imputados diferentes paquetes que incluyen  pasajes, estadías y traslados, siempre con destino al encierro.
   El combo habitual o stándar se compone de prisión preventiva por tres años, distintas excursiones a Tribunales y agotadores viajecitos al juicio, en todos los casos encadenados.
   El especial tour cuenta  con la particularidad de que sus organizadores poco conocen, o al menos poco hablan el idioma de la justicia, ignorando el principio de inocencia, el derecho a la libertad, la objetividad, la imparcialidad, la igualdad ante la ley, y en general la existencia de una Constitución que garantiza los derechos fundamentales.
   Los curiosamente elegidos son embarcados en esta experiencia de la noche a la mañana, sin tiempo de despedidas ni de equipajes, sin demasiada explicación, aunque con abundante difusión.
   Algunos no sobreviven la travesía, transformándose en voces que interpelan por la verdad. A las muchas incertidumbres de esta causa se agrega la incógnita de saber quién financia tanto turismo de encierro.
   Mientras, es una realidad que muchos  familiares de imputados siguen parados frente a la puerta de Tribunales reclamando por una Justicia que también está de viaje.

PEAJES CAROS Y CAMINOS ROTOS

   Es invariable, si tenemos algo de memoria, que con los precios del peaje siempre ocurrió lo mismo: les otorgan aumentos a los concesionarios, que prometen encarar obras de mantenimiento y mejoras, incluyendo las que no se hicieron en los últimos años.
   E invariablemente también para verguenza del empresariado de esa actividad, cuyos capitostes ni siquiera se ponen colorados, esas promesas jamás se cumplen o apelan al viejo recurso del maquillaje vial y profusión de cobertura mediática que para algo pagan fortunas, y todos contentos.
   Todos contentos ellos y los funcionarios del área, que son arrastrados a la inevitable política de la ceguera y el desconocimiento, porque hacen oídos sordos a la necesidad de un control a cargo del ERSEP que parece ha fallecido y por cuenta propia no mueven ni un dedo.
   Cobrar 20 pesos por pasar por un camino que tiene policía caminera solo para controlar las luces encendidas y el cinturón colocado pero nunca desplazarse por las rutas, es un abuso inadmisible, si tomamos en cuenta que las trazas muestran un penoso deterioro, pésima iluminación y falencias en el sistema telefónico para el aviso de accidentes.
   Las riquezas que injustamente embolsan los aprovechados que se hicieron de las concesiones y después cayeron a un estado de amnesia, es una injuria a la sociedad y una estafa a los sostenedores de ese sistema que han privilegiado lo recaudatorio por encima de la calidad de la prestación.
   Los nuevos aumentos en la Red de Accesos a Córdoba aparte de ser inoportunos, representan más de un 20 por ciento agregado a la tarifa.
   Después, cuando la propia ineficiencia, la falta de personal o cualquier otra circunstancia lleva a la liberación de las barreras, se escucha la plañidera queja de los empresarios del ramo, acostumbrados a obtener las ventajas y luego meditar acerca de lo que pueden mejorar en cuanto al servicio.
   Otra vez, el Estado de por medio.
   Si los controles fueran reales y serios como los pliegos mandan, este comentario nunca hubiera salido al aire.

RECRUDECEN LOS ASALTOS DOMICILIARIOS

   No decrece la ola delictiva pese a las motos, los autos, las armas, los teléfonos, los uniformes y la exagerada publicidad que se divulga por una tarea dispersa y sin coordinación, que como se advierte, nació condenada al fracaso.
   Antes era noticia nacional que se registrara un hecho delictivo a 200 metros a la redonda de una comisaría, y ahora a nadie sorprende que los asaltos y los robos se perpetren en la misma cuadra, o a la vista de alguna dependencia policial.
   Y casi me olvido, por lo importante, hay robos en las mismísimas oficinas de la Jefatura de Policía y me comentaron que hasta en el despacho de un comisario hubo faltantes de un arma o de una suma de dinero.
   Me parece que es cierto considerar lo que tantas veces dijimos, por el riesgo de ser acusado de desestabilizar a una institución, pero es necesario repetirlo: si la Policía no limpia la mugre de adentro, es difícil que pueda combatir la mugre de afuera, y a eso lo venimos padeciendo y viéndolo crecer, aunque el ocultamiento de las cifras estadísticas se haya instalado como costumbre en todas las conducciones de la institución azul en los últimos tiempos.
   Es como si se negara la existencia de la tarea preventiva, que es lo más efectivo contra el accionar del hampa, porque hay que demostrarle a la sociedad amenazada que hay más inteligencia en la policía que en la delincuencia.
   El delito se combate con presencia; con rotación de controles, con patrullajes intensivos no tan solo en el centro para que la gente los vea, sino en los barrios y en la periferia más alejada para que los ladrones se sosieguen.
   Y no olvidar al postergado interior de la provincia, porque los cacos cuando los corren de la ciudad se van al campo donde encuentran la impunidad.
   En la capital y provincia adentro hay que perseguirlos y aniquilarlos, o reconocer el fracaso, mandarse a mudar y dejar que el área sea manejada por profesionales que saben.
   Y no por improvisados que remienden.

TRUMP Y CARLOS I DE ANILLACO, UN SOLO CORAZÓN

   La verdad, si lo que uno intenta es evaluar aunque sea epidérmicamente la situación de los Estados Unidos de Norteamérica, lo más probable será la inevitable caída a la banquina del papelón y del fracaso.
   Pero hay algunos indicativos que es bueno tomar en cuenta como para orejear lo que hará este ricachón devenido en presidente, aunque doña Clinton cosechara tres millones de votos más que el colorado.
   Se puede llegar a suponer que no lo alienta la posibilidad cierta de robar porque tiene tanto dinero como para no saber de cuánto es la fortuna que viene acumulando, y servirse de dineros del Estado lo pondría ya demasiado en evidencia.
   Descartado el robo, surge su sentido patriótico visto desde el costado derecho, en su intención de proteger lo nacional, privilegiando entre otros aspectos, el fortalecimiento de la demanda de mano de obra, pero para los nativos.
   Que busque fama, es relativo como intención porque es preferible ser notable por tener fortuna incalculable que por haber hecho acuerdos personalmente provechosos, con otra potencia o en la actividad financiera interna.
   Ese sentido nacional de Donald Trump lo ha llevado a enfrentarse por ahora con un gesto, a la oblicuidad visual de los chinitos que no son pocos ni están lo que se dice desarmados, porque nadie conoce su verdadero arsenal nuclear y se asume un peligro de consecuencias impredecibles.
   Le queda en consecuencia un solo camino: el de gobernar honestamente para todos, sin exclusiones y con alto sentido patriótico que refuerce su compromiso con la sociedad de una de las potencias más poderosas del mundo, tanto en tiempos de paz o si se le ocurriera exportar su violencia, como siempre lo hicieron.
   Lástima el cierre de su discurso, que seguramente puso más que contento a un solo argentino, más aún, riojano, que con tioda razón y por vía diplomática le pedirá cuentas a Trump por haberle plagiado la síntesis de su demagogia.
   Porque el colorado pidió, casi textualmente, que lo acompañaran porque no los iba a defraudar.

   Aunque no lo crean, Carlos Saul I de Anillaco, a su edad,  tuvo un tardío como añorado orgasmo … político.