29 de noviembre de 2015

S.L.B.: 29/11/15 - (Emisión reducida a una hora, en el horario de 13 a 14) – YA SOMOS PARTE DE LA HISTORIA – EL CURIOSO CASO CORDOBÉS – SOLO ODIAN LOS MEDIOCRES – SIN MIEDOS NI SILENCIOS – SUOEM EN PIE DE GUERRA – LA MEGACAUSA, etc.

 Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 29-11-15 emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.

SOMOS PARTE DE LA HISTORIA


   Ya está.
   Ya pasó.
   No me vengan ahora con aquello de “Ni vencedores ni vencidos” porque a los vencedores antes de la batalla ya los daban por muertos, empachados de votos y humillados por lo que se sostenía desde la prepotencia y el autoritarismo, que la revalidación de títulos era nada más que un trámite.
   Si bien no es elegante pegarle a nadie en el suelo, el morder el polvo de la derrota suele fortalecer a la gente de convicciones que restaña sus heridas y se prepara para la próxima batalla, por la que deberán esperar un tiempo apostando al fracaso de una gestión condicionada por los escollos que los políticos berretas sembraron en el camino de la alternancia.
   Es cierto que ha ganado la democracia, demostrando que el aparato estatal con sus
enormes ventajas, la máquina de imprimir dinero y el abuso de los medios periodísticos oficiales no es invulnerable y para vencerlo sólo hace falta un pueblo conciente de haber perdido los miedos, esos miedos que nos acosaran en los tristes años de las dictaduras que hemos sabido padecer.
   Pero ese otro miedo, el implantado en nombre de la democracia, es el más dañino y ruin porque pretendieron inocularlo en los sectores más postergados; en los dependientes del subsidio o del plan; en aquellos que de verdad han sido víctimas de un Estado abandónico que optó por el asistencialismo salvaje y desmedido en reemplazo de la creación de fuentes de trabajo, al menos para preservar eso que se llama dignidad.
   Los que perdieron deberán ahora, más que buscar responsables del fracaso -que son harto conocidos- esmerarse en cumplir con la breve transición sin delirios de venganza como lo anunciaron los intolerantes que nunca faltan, escudados en su temporaria fortaleza de cartón. 
   El pueblo se ha expresado.
   Vox pópuli, vox dei.
   Ahora más que nunca.

EL CURIOSO CASO CORDOBÉS


   Es llamativo que un mes atrás, el peronismo haya sostenido la gobernación cordobesa y este último domingo, el candidato kirchnerista ataviado de justicialismo, haya caído en la provincia, con el mismo electorado, por un sugestivo 70 por ciento a 30.
   No le busquemos la quinta pata al gato: los números son infalibles pese a ciertos manejos sospechosos impulsados por la desesperación de último momento, al ver diluirse el poder, morir las prebendas y oscurecerse el futuro.
   Fue claro el grito de esta Córdoba jetona y postergada que no se arrodilla: en lugar de aquel vetusto “que se vayan todos”, el clamor hecho urna fue “que se vayan ellos”.
   Pero antes de entregar las valijas al changarín de la historia, la cúpula nacional deberá cumplimentar lo que tanto esperó el gobierno de Córdoba agobiando a sus jubilados con la penosa, injusta y prepotente demora de liquidarles los aumentos por 6 meses y la aplicación de la tasa vial a los combustibles, razones por las cuales aquí todo es más caro.
   Es para rogar que más allá del merecido festejo delasotista, por ganar el equivalente a los premios del Quini 6 y el Loto durante un año todas las semanas, se cumpla con la promesa precomicial de restablecer la inmediata normalidad en esos dos aspectos.
   El inventor del cordobesismo, atacado impiadosamente desde Buenos Aires donde lo acusan de haber traicionado sus ideales, seguramente se inclinará por hacer cumplir eso que el promesómetro tantas veces anunciara aunque partiera del Gringo Schiaretti, inminente gobernador.
   Quienes cuestionan como inoportuno el fallo de la Corte Suprema, sin dudas no están acosados por las urgencias que desvelan a los jubilados, ni la indignación de los cordobeses que deben rendir culto al remiendo cada vez que cargan combustibles.
   Y si califican la sentencia como una factura póstuma que la Justicia desde su pináculo le pasa a los salientes, es porque reconocen -tardíamente reconocen- que cometieron una iniquidad contra las provincias que no se arrodillaron ni arriaron sus banderas del desoído reclamo.
   La humillación al prójimo tiene su precio, sus consecuencias y la comprensión de la sociedad, al menos de la tantas veces ofendida.

SOLO ODIAN LOS MEDIOCRES


   Es patético el caso de la inquilina de Olivos, porque esconder la realidad es instaurar el rencor, ya que si la transición no es honesta, generosa y transparente es porque la gestión fue oscura.
   Es lógico pese a las diferencias ideológicas que los separan, pensar en que quien deja el poder tiene la obligación al menos ética y moral, de facilitar el acceso de quien lo venció, a los vericuetos de la economía durante tanto tiempo encapsulada en dudosas estadísticas y cifras poco creíbles.
   La autocrítica avasallada por la altivez de la soberbia, es la gran materia que los que se niegan a una despedida decorosa, tienen pendiente con la sociedad.
   En política los odios condenan al olvido y en consecuencia la opción es olvidar a los rencorosos y que Dios les ayude en la eludida manera de asumir errores.
   Juan Domingo Perón, ex general de la Nación y tres veces presidente de la Nación por mandato popular, aquel “Potro” que de política algo sabía, supo sentenciar inapelablemente: “Cuando los pueblos agotan su paciencia, suelen hacer tronar el escarmiento”.
   Y a veces ocurre que más allá de la violencia que tiempo atrás utilizaron algunos de sus seguidores en tal intento, la historia recordará que a veces, ese escarmiento tiene la pacífica y democrática forma de votos, depositados en las urnas.
   Perdonar ofensas y desplantes suele ser atributo que actúa como distintivo de grandeza en quien asume esa postura y también es vacuna contra la mediocridad.
   Aunque Unamuno decía que “La  última y definitiva justicia es el perdón”, mucho tiempo atrás Shakespeare era terminante al sostener que “El perdón es casi siempre el padre de la reincidencia”.
   Los odios, los rencores, los perdones, los olvidos y la historia nunca, jamás, se llevaron bien.

SIN MIEDOS NI SILENCIOS


   Uno de los primeros anuncios del presidente electo fue el desmantelamiento del programa propagandístico 6-7-8 de la TV pública, con el agregado que no se reemplazará por un 8-7-6 ni parecido, como homenaje a la libertad de opinar sin ser considerado traidor a la patria, destituyente, cipayo o empleado de Magnetto y de los medios opositores.
   Y como todo indica que esa será política de Estado, es para suponer que perderá su perniciosa vigencia esa curiosa categoría del periodismo militante, muchos de cuyos cultores se marginaron y creyeron marginarnos de la profesión para transformarse en intolerantes mercenarios ideológicos del modelo gobernante.
   Más allá del daño que le hicieron a muchos colegas, es hora de continuar la vida sin odios, rencores ni ansias de revancha, elementos disociantes que en los últimos años profundizaron penosamente las diferencias entre los argentinos.
   Es patético y denigrante que ahora, cuando presienten el espanto de una previsible despedida y la caducidad del padrinazgo político, exijan el respeto que nunca tuvieron por sus pares ni por la dignidad de la profesión.
   Aunque la generosa indulgencia imponga clemencia a la hora del juicio de valores, ello no implica el olvido porque es la memoria el componente más valioso de la justicia y de la historia.
   Pueden ahora los trasnochados asegurar que nadie cercenó la libertad de opinar y eso es cierto, pero siguió vigente como elemento condicionante el perverso sistema de premios y castigos, de la mano de una suculenta pauta publicitaria estatal que encumbraba a los aplaudidores y sepultaba a los criticones.
   Odio la futurología pero me encantaría en un tiempo prudencial, poder comentar que nos sentimos libres todos los periodistas; que hemos desterrado los miedos y los silencios; que no se rifa nuestra opinión al mejor postor.
   Será el tiempo de gozar la plenitud de la libertad que no es ni fue graciosa concesión de ningún gobierno, sino que está consagrada en nuestra Constitución como parte de esa maravilla de sistema de vida, respeto y convivencia que es la democracia.
   Quienes piensen que el autoritarismo, la marginación y el odio son superiores, que suban a la máquina del tiempo y se ubiquen dentro de la historia, en el lugar y el año que quieran.
   Pero serán inexorablemente parte del pasado.
   Porque el discurso único es un intelectualizado disfraz con el que se viste la tiranía.


LA MUNICIPALIDAD PARALELA


   Es gracioso y desorienta a la vez la desaforada queja del sindicato de municipales, acusando a Mestre y su equipo de pretender crear una municipalidad paralela, cuando ellos, los gremialistas, crearon una por su cuenta, que desde hace años pretende cogobernar con la que eligiera la ciudadanía.
   Más allá que a ellos no los eligió nadie, no es la primera vez que se espantan frente a la posibilidad de ser controlados, o que se tercericen todos los servicios que dejan de cumplir por sus reiterados caprichos, que luego transforman en asambleas que les llaman informativas pero que lisa y llanamente son paros encubiertos que perjudican a la gestión, pero a la vez son una injuria a los vecinos.
   La feroz interna que se vive en el seno de la organización gremial se ha desplazado de su cauce intestino para trascender en perjuicio hacia quienes, con sus impuestos, sostienen los elevados estándares salariales de más de diez mil empleados que revistan en la comuna capitalina.
   Y el mandamás del sindicato, acostumbrado a la prebenda de no trabajar, amparado en sus discutibles fueros sindicales, necesita mostrar imagen de guerrero para tener el camino liberado hacia el que puede ser su último mandato, antes de jubilarse, pero no como empleado municipal sino como secretario general del gremio, al que conduce con dureza desde hace más de tres décadas.
   La ciudadanía cordobesa no merece asumir la eterna condición de rehén, seguir siendo víctima de desplantes y amenazas o asistir al reiterado festival del daño y la prepotencia que los malos empleados protagonizan movidos por dirigentes que necesitan aparecer combativos.
   Los reiterados y violentos ataques a la libre circulación y los perjuicios que sufren bienes de la comunidad configuran delitos y es hora que algún fiscal actúe de oficio frente a su consumación.
   Poner límites a sus interminables reuniones donde se les encienden los ánimos, es tan legal como el acto de justicia de no pagarles por las horas que dejan de trabajar.
   No se les prohíbe protestar, pero sí es un deber exigirles respeto por los vecinos.

LA MEGACAUSA

   La libertad, definida por la Real Academia Española como la facultad natural del hombre para obrar, hacer o decir cuanto no se oponga a las leyes, reconocida por casi todos los Códigos y enarbolada por toda organización defensora de derechos, es hoy una garantía tan elemental como pisoteada.
   Podemos considerar que la prisión preventiva masiva aplicada en forma sistemática a los imputados en la causa del Registro, constituye un grave atropello a este bien primordial en el que, además del apresurado arrebato de la libertad ambulatoria sólo “por las dudas”, subyacen mecanismos de presión, amedrentamiento o extorsión para provocar la desesperación de hacer o decir lo que sea para retomar la vida normal.
   Una lógica de pensamiento indica que no difieren mucho robar una cartera, apropiarse de un espacio ajeno o arrancar la libertad en un minuto a un inocente.
   Pero esto último reviste mayor gravedad cuanto que proviene de quienes han sido investidos para administrar  Justicia y esta responsabilidad  fue tajantemente marcada desde afuera.

   Los agravios a la libertad no pueden ni deben tolerarse, ya que sin ese respaldo fundamental, cualquier sociedad está condenada a desaparecer. 

24 de noviembre de 2015

“Síganme los buenos” -------------------------

CAMBIO DE HORARIO, EL DOMINGO
29 POR AM580 RADIO UNIVERSIDAD

   Atendiendo a razones de programación, el espacio “Síganme los buenos” que con la conducción del periodista Gonio Ferrari viene difundiendo con elevado nivel de audiencia AM580 Radio Universidad de Córdoba los domingos entre las 16,30 y las 18,30, la emisión del 29 del corriente sufrirá una momentánea modificación de horario y reducción de tiempo al aire.
   “Síganme los buenos” irá de solo una hora de duración entre las 13:00 y las 14:00 para dar lugar a la transmisión de un programa especial de folklore que ocupará el segmento horario original.
   No será lo mismo que Mirta Legrand salvo por ser la hora del almuerzo, ya que me acompañarán Carola Maldonado en la locución y la puesta al aire de Ezequiel Torres y Juan Meis, pero es probable que esta edición de SLB aporte alguna sorpresa.
   La producción del programa ha hecho saber que saldrá al aire sin tandas  publicitarias y con menos música, para reducir al mínimo el impacto que representa la enorme cantidad de mensajes de los oyentes que llegan cada domingo, y más por tratarse del programa siguiente a la elección presidencial, y que este día 29 verán reducidas las posibilidades de salir al aire.
   De todas maneras y como siempre, la comprometida y sacrificada tarea del equipo que tiene a su cargo la elaboración dominical del blog, alrededor de las 16 del mismo día, buscando en www.gonioferrari.com encontrarán el audio completo con los comentarios, los clásicos, los mensajes de la audiencia y las consultas al especialista en jubilaciones, Dr. Héctor Silvestro, aparte de las desgrabaciones de los principales comentarios, todo debidamente ilustrado con imágenes.
   Ya hemos superado las 103.000 vistas y en cuanto a las visitas, su número  está por encima de las 431.000, cifras todas que se pueden corroborar en el mismo sistema aportado por Google.
   El domingo 6 de diciembre, “Síganme los buenos” retornará a su acostumbrado horario de 16,30 a 18,30 con la mejor música clásica de todos los géneros, las consultas sobre cuestiones previsionales y la comprometida opinión de siempre.
   El cambio -en este caso- es sólo de horario y por esta única vez.
   Los estaré esperando, como siempre …
   … y desde el alma, ¡gracias por acompañarme!
Gonio Ferrari

22 de noviembre de 2015

Jornada histórica - “SÍGANME LOS BUENOS” Edición especial

“Síganme los buenos” y el balotaje ---

EL VEREDICTO INAPELABLE DE LAS
URNAS ABRE UN NUEVO HORIZONTE

“El vencedor no se detiene a contar sus muertos. La
gloria del triunfo lo compensa todo”, dijo Benavente.

   Ya está.
   Ya pasó.
   No me vengan ahora con aquello de “Ni vencedores ni vencidos” porque a los vencedores antes de la batalla ya los daban por muertos, empachados de votos y humillados por lo que se sostenía desde la prepotencia y el autoritarismo que la revalidación de títulos era nada más que un trámite.
   Si bien no es elegante pegarle a nadie en el suelo, el morder el polvo de la derrota suele fortalecer a la gente de convicciones que restaña sus heridas y se prepara para la próxima batalla, por la que deberán esperar un tiempo apostando al fracaso de una gestión condicionada por los escollos que los políticos berretas sembraron en el camino de la alternancia.
   Es cierto que ha ganado la democracia, demostrando que el aparato estatal con sus enormes ventajas, la máquina de imprimir dinero y el abuso de los medios periodísticos oficiales no es invulnerable y para vencerlo sólo hace falta un pueblo conciente de haber perdido los miedos, esos miedos que nos acosaran en los tristes años de las dictaduras que hemos sabido padecer.
   Pero ese otro miedo, el implantado en nombre de la democracia, es el más dañino y ruin porque pretendieron inocularlo en los sectores más postergados; en los dependientes del subsidio o del plan; en aquellos que de verdad han sido víctimas de un Estado abandónico que optó por el asistencialismo salvaje y desmedido en reemplazo de la creación de fuentes de trabajo, al menos para preservar eso que se llama dignidad.
   Los que perdieron deberán ahora, más que buscar responsables del fracaso -que son harto conocidos- esmerarse en cumplir con la breve transición sin delirios de venganza como lo anunciaron los intolerantes que nunca faltan, escudados en su temporaria fortaleza de cartón.
   El pueblo se ha expresado.
   Vox pópuli, vox dei.
   Ahora más que nunca.
Gonio Ferrari


LA REPUBLICA SE ESTÁ FORTALECIENDO MERCED AL RESPETO A LA DEMOCRACIA



Para  cualquiera de  los postulantes, 
más importante que hoy es mañana 

   Nunca nos había tocado a los argentinos elegir Presidente en votación de segunda vuelta, entre dos postulantes que llegan con idénticas pretensiones y parecidos apoyos de la gente, si nos referimos a los números previos y los consabidos pronósticos y encuestas no siempre ajustados a la realidad, sino al cobro del servicio y según quien lo haya pagado, obviamente por adelantado.
   La publicidad proselitista mediática llegó a su previsto final este viernes pero siempre existen mecanismos -sobre todo que benefician al poder de turno- para seguir con la promoción y exaltación de su candidato, como por ejemplo recorrer barrios y localidades bonaerenses.
 Con las redes sociales sucede un fenómeno no resuelto: el vacío legal que rodea a su utilización ya sea por los particulares adheridos o por las corrientes políticas que encontraron en ese medio un vehículo potencialmente poderoso, con excelente penetración en la sociedad y de bajísimo costo.
   Y la cuestión en tiempos de veda no es convencer, atemorizar ni desanimar a nadie porque la verdad, es para suponer que un elevadísimo porcentaje de votantes ya tiene decidido por quién hacerlo y cierra sus oídos a ciertos anuncios utópicos o esos otros cargados de ofensivas descalificaciones que por lo general pretenden reemplazar a la carencia de propuestas propias y serias.
   No pretendo adjudicarme la representatividad de nadie, pero a título personal me agobian algunas dudas e incertidumbres a los efectos de consolidar la fundamentación del sufragio en esta instancia tan largamente esperada.
   Es llamativo y preocupante que en la campaña del gobernante Frente
Para la Victoria se haya hablado más de Macri que de Scioli, corroborando un estilo proselitista basado en recalcar errores y falencias ajenas más que en seguir prometiendo a futuro hacer todo lo que en más de una década no se supo concretar.
   Se asustó al pueblo con el fantasma de un eventual ajuste cuando al ajuste lo padecemos cada día desde hace más de una década en el supermercado, en la farmacia, en la estación de servicio, en el pago de impuestos o en la compra de moneda extranjera para viajar o en cualquier otro ámbito de la vida ciudadana.
   Los argentinos, más que a las grandes políticas de gobierno, hemos debido acostumbrarnos a los parches, a los remiendos, a las improvisaciones y a la excusas emergentes de cada fracaso como si los responsables de la conducción fuéramos los ciudadanos y no los gobernantes.
   Se cuestiona -como parte de la campaña- la judicialización de algunos hechos delictivos en los que estaría vinculado el candidato de Cambiemos pero prolijamente se ignora todo lo que está pendiente con el vicepresidente en ejercicio, previsiblemente ausente sin aviso; los escándalos financieros con el jardinero presidencial, la condena a Jaime, las acusaciones a De Vido, el tema hotelero del sur, las valijas de Antonini Wilson, la todavía no resuelta muerte del fiscal Nismann, el secretísimo memorándum firmado con Irán …
   A la mayoría de los jubilados nacionales los siguen manteniendo con la zanahoria del 82 por ciento móvil por delante y con haberes por debajo de la línea de pobreza, lo que ya de por sí es humanamente humillante.
   La memoria y la Justicia quedaron parcialmente a salvo con la condena a los genocidas, aunque el espíritu de los derechos humanos iguala en su respeto por la vida, y ese aspecto se cubrió inicuamente porque no todos los asesinos estuvieron en el banquillo, muchos de ellos transformados en prósperos empresarios o en depositarios de alguna porción de poder.
   Nadie en la campaña habló de la efedrina, sus conexiones y complicidades ni del plan Qunita con sus alevosos sobreprecios, al igual que los aviones que les compramos a Brasil, país que produce en serio -y en serie- para proveer a un ávido mercado latinoamericano que debiéramos haber copado los argentinos.
   Se sostuvo a rajatabla que Argentina era solo territorio de paso para la droga, cuando las autoridades bien saben que aquí se fabrica, se estira, se distribuye a los minoristas, se vende y se consume a niveles demenciales merced a la enorme impunidad que aseguran las fronteras incontroladas y el narcotráfico enseñoreado a lo largo y a lo ancho del país.
   Esa es la madre, el padre y los hermanos de la violencia, la inseguridad y la muerte que han subvertido los valores de tal manera, que los decentes tenemos que vivir entre rejas mientras el hampa goza de una vergonzosa libertad que le robaron a la gente.
   Sería injusto negar el enorme valor que en su momento asumieron subsidios y planes que paliaron las carencias de miles de compatriotas, pero se tomó esa modalidad para suplantarla por la generación de mano de obra, lo que sirvió para dibujar números absurdos acerca de los niveles de desocupación.
   La Asignación Universal por Hijo es un ejemplo como para muchos lo es la ayuda escolar, la entrega de computadoras o la Ley de Medios cuya aplicación integral quedó en suspenso pero sirvió para consolidar una red nacional de medios afines al modelo.
   La Ley de Matrimonio Igualitario fue un acierto elitista del que no se prendieron todos los que imaginaron que lo harían, pero fue aprovechada como instrumento de propaganda para demostrar que sexualmente hay igualdad, aunque lo ideal hubiera sido que esa igualdad fuera en general ante la ley.
   Se agitó el “cuco” de la cancelación de ciertos subsidios, cuando la realidad impone revisarlos no para eliminarlos sino para optimizarlos hacia quienes realmente los necesitan y no en beneficio de los cultores de la vagancia, porque si hacemos números a mano alzada, cada trabajador argentino dedica al menos dos horas de su sacrificado esfuerzo diario para mantener esas “becas” que son un atentado a la dignidad.
   Cualquiera de los dos que asuma el 10 de diciembre tiene la obligación -al menos moral- de revisar todas las designaciones masivas que se hicieron después de la primera vuelta electoral y ponerle freno a esa costumbre nacional de tomar a las empresas del Estado -que somos todos- como parte de un botín de guerra transformándolas en bolsas de trabajo para militantes o en bombas de tiempo según sean los resultados.
   Quienes ejercemos el periodismo de manera independiente -en lo laboral- solemos ser blanco de ataques y de censuras desde algunos sectores, por erigirnos en críticos de desaciertos, errores o actitudes rayanas en lo delictivo que tienen por protagonistas a miembros del gobierno -nacional, provincial o municipal- cargándonos culpas por ocuparnos de los aspectos negativos de la gestión.
   Es como si se olvidara que los funcionarios de alto rango han sido elegidos por la gente para hacer las cosas bien, y esa actitud cuando se plasma no es merecedora de aplausos porque solo están cumpliendo con su deber; con una obligación cívica, mientras que puntualizando desaciertos por lo general se contribuye a rectificar rumbos.
   El de hoy, domingo 22 de noviembre, pasará a la historia de los argentinos como una fecha señera en que la Democracia vuelve a jugar su trascendente papel en el sostenimiento y la consolidación de la República.
   Para aquellos setentistas nostalgiosos, fracasados en armas y ávidos de poder, es el mensaje que supera el eslogan de “liberación o dependencia” del que se aprovechan y acomodan según las circunstancias, porque siempre tenemos alguien, interno o externo de quien dependemos y por ende de quien liberarnos.
   Nuestra historia demuestra que hemos sido dependientes de los propios errores (de todos colores) de los que cíclicamente creemos salvarnos.
   Hoy votamos.
   Hoy decidimos tras una campaña sucia donde la desacreditación del adversario fue más fuerte que la propuesta; donde el chisme y el rumor tomaron vuelo salvaje y desmedido alimentado por mentiras y patrañas reservadas a las republiquetas de ficción.
   Tenemos la ocasión de ser lo que merecemos: un gran país que albergue al país grande, que sea pujante, que recupere el respeto, que nos miren desde afuera con admiración y no con lástima, que podamos restaurar ese orgullo celeste y blanco que muchos ponderaron,  que aprendamos a querernos un poquito más, para celebrar el futuro con horizontes de progreso.
   No seamos tan tontos ni ciegos como para dejar pasar esta oportunidad.
Gonio Ferrari

20 de noviembre de 2015

El “Rey del Rasti”…

¡NI MANDRAKE!

En la vida existen mentiras y mentiras. Algunas
inocentes -o “blancas” que les dicen- y aquellas
otras que se derrumban estrepitosamente ante
la contundencia inapelable de las matemáticas.

   En los tiempos de la pre adolescencia de mediados del siglo pasado era frecuente en el estallido hormonal “ponerse de novio” con la mocosa más hermosa del barrio. Por lo general se trataba de una mentira “blanca” porque ella ni se había enterado.
   Los tiempos modernos fueron evolucionando incluso en esa materia -la mentira- a la que se apela con demasiada frecuencia acrecentada en etapas precomiciales cuando el “promesómetro” político trabaja a destajo, sin pudor y sin medida.
   Entre ellas, eso de proclamar patrañas destinadas a los sectores más vulnerables de la sociedad como lo son aquellos carentes de viviendas, más que el embuste agrega el daño moral emergente de considerarlos imbéciles e incapaces de manejar números elementales.
   El dudosamente laureadoo exdeportista otrora apañado y sostenido por la derecha peronista encarnada por Carlos Saúl I de Anillaco, entre otras utopías -como eso de ser “independiente” de los K- dejó mediáticamente formalizada la promesa de construir un millón de viviendas durante su mandato de cuatro años, en caso de acceder a la presidencia de la Nación.
   Una gestión de cuatro años supone la existencia de un año bisiesto, lo que equivaldría a gobernarnos a lo largo de 1461 días, lo que dividido por 24 nos da como resultado 35.064 períodos de 24 horas.
   Personalmente, debo confesar mi odio por los números por ser demasiado exactos y carentes de sorpresas, lo que me ha impedido entre otras cosas terminar con mi secundario.
   Pero calculadora mediante (¡viva la tecnología!) se me dio por teclearla para salir de dudas y me encontré con que los argentinos seríamos el asombro del mundo: su gobierno construiría 684 casas y media por día, es decir casi 29 por hora.
   Todo un lujo, mire vea, que ni Mandrake podría darse.
Gonio Ferrari

19 de noviembre de 2015

Ha llegado para quedarse -------

LA PRIMAVERA Y MARGOT

Nunca como este año, la Naturaleza se burló
tan descaradamente  del  calendario jugando
con lluvias y tormentas, para defraudarnos al
postergar su deber de  traernos la Primavera

   Los cordobeses hemos estado viviendo desorientados con relación a las estaciones que nos indica con su infalible rigor el almanaque y a las temperaturas que de un día para el otro nos agobian por la pegajosa humedad, o nos obligan a sacar del placar la camiseta, la campera y el pulóver que habíamos arrumbado para no verlos ni tocarlos hasta el año que viene.
   Pero finalmente, cuando suponíamos que la primavera no se había enterado que debía alegrarnos la vida y seguía paseando por otras geografías, se aquerenció pidiendo disculpas y haciendo anunciar su insólita tardanza con truenos, relámpagos, ventarrones, lluvia a raudales y generoso granizo.
   Que ya está entre nosotros la estación de la juventud, la bandera estudiantil, la forjadora de romances, la fabricante de flores, verdores y perfumes, se nota en el calor que industrializa la maravilla de las sonrisas, los ojos luminosos y la ansiada brevedad de la ropa.
   Una simple recorrida por la invadida peatonal cordobesa, nos regala el magnífico y gratuito cuadro de la pasarela permanente por donde desfilan ellas, las dueñas de las miradas y destinatarias de los suspiros y de otras clásicas manifestaciones de masiva y sonora aprobación.
   Inspiradora de poetas la primavera en su esplendor ha recorrido etapas tan placenteras como desatadamente románticas hasta llegar a la lujuria, aunque en tiempos pasados y no tan lejanos para aludirla se empleaba más el recato que ha sucumbido a la inspiración actual simbolizada por las eróticas y hormonales exaltaciones del amor en su práctica, más allá de las vetustas y anticuadas teorías que pretendían definirlo.
   Por eso es bueno rescatar de la memoria algunas expresiones poéticas consideradas audaces allá por mediados del siglo pasado que son un caramelo para el alma, porque están desprovistas de la intrepidez y la osadía literaria de la actualidad que más se aproxima a lo explícito que a la ensoñación.
   Es una pena no recordar el nombre del autor  de “Margot”, un soneto delicioso y todo un atrevimiento para aquellos tiempos, aunque por el título se puede llegar a deducir un parentesco tanguero y lejanamente lunfardo:
  
MARGOT

Pasa Margot con su bolsón de raso,
largo el andar y la pollera breve
y muestra el muslo su filón de nieve
con cada balanceo de su paso.

Ojos rasgados, con mirar de ocaso,
boca sensual para el mordisco aleve,
senos en flor luciendo su relieve
desnudos, bajo de la blusa acaso.

Se detiene en la esquina y con delicia
suya el viento mancebo la acaricia.
El viento sabe de caricias tiernas.

Y al formarse una arruga en su vestido
parece que Margot ha consentido
que le ponga una brisa entre las piernas.

   La verdad, una suave ternura que pinta no tan solo al personaje sino a tiempos cálidos, con imaginables y sentimentales esquinas de barrio donde al evocarlos, se cruza la roja y cilíndrica figura del buzón con su vientre lleno de palabras, arrasado por el progreso.
   Ya está, algo tardía, pero en todo su esplendor la primavera dueña de soles y de caricias; de fantasías y de esperanzas; de pétalos y de abrazos… y también de nostalgias.

Gonio Ferrari

15 de noviembre de 2015

S.L.B.: 15/11/15 - HOY, DIA DEL DEBATE - SCHIARETTI Y UN ABSURDO RUMOR - DOÑA HEBE, ROMANO, FEINMANN Y EL RESPETO - LAS PREVENTIVAS DE LA MEGACAUSA - PATRIOTISMO Y BUENA MEMORIA - MASACRE EN LA CIUDAD LUZ - DOS GRANDES QUE SE FUERON, etc.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 15-11-15 emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.
  
HOY, EL DEBATE


   Suena medio difícil que alguien vaya a cambiar el destino de su voto influenciado por el discurso, los gestos, las preguntas, las respuestas o los silencios que distingan a un candidato durante un debate con su adversario.
   Es probable que algún efecto tenga ese cara a cara televisivo de esta noche en los indecisos, si es que aún quedan tantos como desde ciertos sectores de la sociedad se supone, de manera especial cuando los números y las proyecciones no acompañan a las ansias y los anhelos.
   Después de una campaña proselitista empañada por insultos, descalificaciones, agresiones, amenazas y otras actitudes de mala leche, es para pensar que si en el debate se opta por el respeto frente a cámaras, estaremos ante un claro y evidente acto de hipocresía, que supone cuando se dejan atrás las ofensas como si nada de negativo hubiera ocurrido.
   Y eso no es correcto cuando lo que se pretende es consolidar una democracia que
lamentablemente, muchas veces es ofendida por muchos de quienes dicen practicarla con devoción, como el mejor de los sistemas para la convivencia, la armonía y la lucha por un futuro mejor pese a las diferencias ideológicas que pudieran existir.
   Es muy poco probable que el debate aporte elementos nuevos como para reforzar el juicio de valores que cada ciudadano elabora antes de poner su voto en la urna, porque sabe que está siendo protagonista de un destino común, que todos suponemos será venturoso.
   Después vendrán los evaluadores interesados en la victoria de uno o de otro porque debemos desde ya prepararnos para el Boca-River, el Talleres-Belgrano, el San Lorenzo-Independiente o el Colón-Unión que sin dudas serán 6-7-8 contra Lanata y viceversa.
   Habrá un solo detalle para inscribir en la historia: será el primer debate que enfrente a dos candidatos a la Presidencia de la Nación y eso, de por sí, es más que valioso.

SCHIARETTI VICTIMA DE UN RUMOR


   Andaba rondando los 12 o 13 años y descubrí en algunos muros barriales y en el costado de un vagón de carga que llegaba al Ferrocarril Belgrano, cuando la estación Alta Córdoba era un hervidero de actividad, una leyenda toscamente escrita con mayúsculas: “viva el cáncer”.
   Mi Viejo el Coco, peronista no por conveniencia y si por convicción, me explicó que era la brutal manera que tenían los opositores al gobierno, de mofarse de la enfermedad que aquejaba, por entonces, a la Sra. Eva Perón.
   Indignación, pena y bronca le causó a mi entendimiento de pantalones cortos, eso que en buen romance encerraba una sentencia fatal.
   Pasó el tiempo, los años corrían acumulando memorias en el archivo personal de cada uno, y esa actitud prevaleció como una de las tantas hijaputeces argentinas, hasta que algo parecido a un piadoso olvido condenó esa desdichada frase al humano arcón de las amnesias.
   Pero no faltó un mal llevado, o ella quizás, que reactualizó la injuria transformándola en rumor trasplantado a esta Córdoba, que a veces actúa como multiplicadora de buenas actitudes pero también de las otras.
   Y como solazándose de una eventual desgracia ajena, divulgó que el gobernador electo, Juan Schiaretti, habría partido sin regreso o virtualmente estaba plumereando el nicho debido a una grave dolencia.
   ¿Por qué esas actitudes tan dolorosamente salvajes?
   El Juan, como buen gringo, tuvo que salir a mostrar que goza de una salud de hierro y ya está presto a tomar las riendas de la provincia en un segundo mandato, por elección popular.
   Con tal gesto se acabó el rumor y se apagó el incendio que su autor o autora seguramente tenía previsto.
   Por eso, si alguien les dice que me vieron con un pie en el cajón, no les lleven el apunte: es que me estoy haciendo lustrar los mocasines en la esquina de 9 de Julio y Gral. Paz.

DOÑA HEBE, ROMANO, FEIMANN Y EL RESPETO


   Bien sabemos que doña Hebe tiene la costumbre de hablarse encima, según la creativa explicación de Jorge Asís, y de tanto en tanto nos deleita el espíritu con alguna de sus creaciones dialécticas para engrosar la antología personal que sus exégetas están preparando para editar.
   Esta vez se acordó de la Mamá del titular de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con la impunidad de siempre y aplaudida por los rentados palmeadores de espaldas que son parte del presupuesto nacional y popular.
   El veterano y pasado de moda ex actor Gerardo Romano, hombre de profundas y reiteradas aspiraciones no tan solo políticas, rindió un cálido homenaje al idioma, al respeto y a la Democracia, sentenciando que quienes votan a Macri son pelotudos o hijos de puta.
   El correcto, creativo y lúcido intelectual Juan Pablo Feinmann, ahora devenido en multiplicador ideológico del modelo gobernante a nivel nacional, tuvo conceptos despectivos no contra la persona de la gobernadora electa de Buenos Aires, la “domadora de morsas”, sino atacando su condición de mujer joven, bonita y apetecible.
   Si tomamos los dichos de estos tres personajes con rigor textual, es para pensar que el INADI tendría que haber actuado de oficio, lo que es mucho pedir en estos tiempos en que el insulto prevalece como parte de los argumentos proselitistas intentando silenciar la algarabía opositora.
   Pero así las cosas, doña Hebe ha pasado a la categoría de inimputable por senilidad y revanchas pendientes, Romano es disculpable en atención a su insuperable y angustiante frustración profesional y el pelilargo filósofo porque con su actitud, más de envidia que de censura, debe haber entendido que nunca podría con su pinta transformarse en gay o en inofensiva mariquita.
   Seguramente, llegaría virgen al final de sus días.

LA MEGACAUSA

   Quizá sea uno de los más antiguos principios garantistas, aquel que manifiesta que: “Más valen cien culpables libres, que un inocente preso”, destacando, más allá de que nadie quiera un delincuente libre, la barbaridad que una persona que no ha cometido delito, sea  encarcelada.
   Las leyes nacionales e internacionales expresan esta preocupación estableciendo  reglas claras como  el principio de inocencia, la duda en favor del acusado, la necesidad de pruebas para condenar y la prohibición de encarcelar sin juicio, principios todos destinados a evitar el castigo a un inocente.
   En la causa del Registro de la Propiedad que se sustancia en los tribunales cordobeses, todas estas garantías fueron soslayadas y reemplazadas por una prisión preventiva masiva y prolongada, que determinó que los imputados cumplieran condenas “por las dudas” antes de ser enjuiciados.
   Este encarcelamiento indiscriminado sumado a un escaso celo por despejar dudas  y  buscar pruebas contundentes, se traduce en una cuestionable calidad del servicio de Justicia desplegado al menos en esta causa.
    En nuestro programa del domingo pasado conversamos con Ricardo Tozzi, quien resultó absuelto después de tres años de prisión preventiva en la megacausa: el fiscal lo acusó, lo puso entre rejas y después de ese tiempo preso que le hizo perder materialmente sumado al escarnio social, terminó el mismo fiscal pidiendo su absolución demasiado tarde para reivindicarlo.
   Y la verdad sea dicha, preocupa suponer que, en virtud de lo que fuera  expuesto y oportunamente señalado por organismos nacionales e internacionales, muchos otros inocentes hayan sido arrastrados por esta ola condenatoria, en un mar de irregularidades.  

PATRIOTISMO, MEMORIA Y DEMOCRACIA



   Para el caso del respeto a la elegancia y a las leyes, el resultado de la segunda vuelta electoral es secundario ya que cualquiera de las fuerzas que apelara a ciertos injuriantes subterfugios, recibiría el rechazo de la ciudadanía, al menos de los amantes del buen criterio.
  No es bueno mezclar partido -o frente- con Gobierno, porque es el poder quien está incurriendo en maniobras de conventillo político más que sano ejercicio de la autoridad conferida por la mayoría electoral de años atrás.
   Mientras los creativos publicitarios se empeñan en abusar de la afrenta en reemplazo de la propuesta propia y centran sus cañones en el adversario por encima de divulgar las bondades de un proyecto, los nervios por exceso de adrenalina son privilegiados protagonistas de la contienda.
   Digamos que parte de los miedos quedaron atrás, que la gente tomó esa intención de implantarlo en la sociedad como un recurso extremo frente a la adversidad de las encuestas, y que la contraofensiva basada en el humor decretó la ridiculización de aquella tentativa intimidatoria.
    Se atemorizó con el ominoso peso de la palabra “ajuste”, como si desde hace años no tuviéramos uno todos los días en alimentos, indumentaria, servicios, impuestos, transporte, medicamentos, comunicaciones, combustibles y otros rubros pues de esa jeringa no se salva ningún traste.
   Se intentó demonizar con la intimidación de cancelar los subsidios a la electricidad, al gas y otras prestaciones al igual que con la caducidad de los tantos planes asistencialistas que andan dando vueltas, en su real cometido de comprar voluntades sin esfuerzo más que en estimular la sana y digna cultura del trabajo.
   Los nervios y la inquietud crecieron en el seno del poder y la histeria es un componente esencial tanto en televisión como en gráfica y radio y especialmente a través de las redes sociales, dado que los consultores coinciden en que las agujas de las encuestas pese a su escasa seriedad a la luz de los resultados, son volátiles y con perspectivas no muy alentadoras para el oficialismo aunque los triunfalismos no son oportunos.
   ¿Esperan el debate? Es una instancia que poco puede modificar la determinación popular en una sociedad que ha demostrado, unos días atrás, que el vidrio dejó de formar parte de su dieta diaria y que tiene la madurez de elegir a los hombres más que a los partidos.
   Por eso es que se están multiplicando los “aguantaderos” encubiertos en organismos estatales, destinados a albergar a militantes tomando como campos propicios para ese cometido a las desmembradas e inequipadas Fuerzas Armadas, la Justicia y la diplomacia, muchas veces con un festival de contratos para los que quedan al margen y pases a planta permanente para quienes se atornillan a sus cargos, con la práctica del más penoso de los nepotismos.
   Los ascensos en Cancillería han sido caratulados como casi escandalosos, justificándolos en el hecho, más que en la sospecha, que Timerman se reporta a La Cámpora y al ministro Kicillof.
   En el capítulo de los delirios -que a veces se originan como contrainteligencia en la propia tropa- los apocalípticos citan la posibilidad de una juventud en armas por su vinculación con el Renar, Fabricaciones Militares y Fadea, donde no se elaboran ni arandelas.
   En estos últimos tramos de la campaña, mientras Macri y los procesos en su contra pasean en los actos con su candidata a Vice, el antes victorioso frente insiste en esconder al suyo, capacitado e inteligente ideólogo del modelo chinoista, náufrago en el mar de las dudas que ellos mismos supieron agitar durante más de una década y este sería el momento de disiparlas.
   De todas maneras no es mucho lo que cambia con referencia a ese puesto porque el actual Vice -vaya Dios a saber por qué- sigue preso del anonimato y las ausencias, con su pasaporte y la visa a México incluida aunque en las sombras, de lo que puede llegar a ser el anticipo de una sombra real a futuro y Justicia verdadera de por medio.
   Este panorama nos remite a la nostalgia de años idos, de allá por los ’90 del siglo pasado cuando Carlos Saúl I de Anillaco inventó candidatos extra partidarios surgidos del deporte y de otros impensados  ámbitos.
   Los unía -para que seamos fieles con la historia- un solo detalle que era la convicción peronista aunque algunos intentaran empolvarla de suavidad y tersura, cuando la convertibilidad anestesió a la inflación que por momentos alcanzó el 200 por ciento mensual y al final del siglo descendió a niveles inferiores al promedio mundial y más bajos, por ejemplo, que en Alemania.  
   El país creció más que en los últimos setenta años, aún después de las crisis internacionales  sufridas por México, Rusia y Brasil. Entre 1990 y 1998, el producto bruto interno argentino aumentó un 43.7 por ciento acumulado, o sea una tasa de crecimiento promedio del 6.7 por ciento anual y las  exportaciones crecieron un 83 por ciento  entre 1990 y 1998, de 12 mil millones de dólares en 1990 a 26.5 millones en 1998, lo que certifica un incremento anual promedio del 13 por ciento.
   En otros aspectos, Menem, peronista, indultó a los genocidas de  la dictadura, canjeó compulsivamente los depósitos a plazo fijo por bonos externos, alineándose con los  Estados Unidos envió tropas a “Tormenta del Desierto”, reformó nuestra Constitución merced al Pacto de Olivos entre el menemismo peronista y el alfonsinismo radical, quedó abolido el servicio militar obligatorio, con acuerdos legislativos que el peronismo aplaudió se privatizaron empresas nacionales, en el ’95 Carlos Saúl fue reelecto, dos años después renunció Cavallo, en el ’97 la alianza triunfó en las elecciones legislativas, un año después la CGT peronista decretó los primeros paros nacionales, nacen la Corriente Clasista y Combativa, la CTA y el MTA y entran en escena los primeros grupos piqueteros.
   La alianza gana las presidenciales con De la Rua a la cabeza en el ’99 y en el 2000 se agrava sensiblemente la crisis económico financiera.
   Apretada síntesis de la década a la que nadie quiere volver, aunque su eclosión haya tenido origen en un gobierno del mismo palo, si es que los “K” siguen insistiendo en vestirse de justicialistas.
   Por eso extraña la actitud actual de dejar “tierra arrasada” y campos minados a quien le toque en suerte conducir los críticos destinos nacionales, con el doble perverso juego del “por las dudas”, ya que si revalidan los ajados títulos será nada más que la continuidad de la crisis y si le toca a una fuerza nueva, el panorama no es muy alentador pues en lugar de un país; de una república, recibirá una bomba de tiempo cuyo detonador está y seguirá por unos meses en manos de los actuales.
   Nadie se asombre ni siquiera en nombre de la nostalgia, si la ciudadanía votante actúa en legítima defensa de la República y de sus instituciones, desbaratando esa maligna, pervertida y corrupta madeja de complicidades y silencios instalada aviesamente en el seno del poder.
   Será la manera legal de gobernar sin cánceres internos, para cualquiera de los dos.
   A ningún argentino le gustaría tener entre sus compatriotas a un émulo de Atila, el rey de los Hunos.
   Donde pisa su caballo -decían sus contemporáneos- no crece más la hierba.

PREVISIBLE MASACRE DE PARIS


   Era cantado que después de todos los crímenes que se atribuyó el Estado Islámico, su brutalidad alcanzara al corazón de Europa expandiendo su odio y esas incontenibles ansias de dominar el mundo a través de la sangre.
   Ya sé que los musulmanes que de alguna manera comulgan con los islamistas pondrán como ejemplos de brutalidad el sufrimiento de los palestinos, o de las etnias postergadas en distintas regiones del mundo y con certeza alguna razón les asiste.
   Lo que de ninguna manera se puede aceptar por una simple cuestión de humanidad, es la amenaza permanente en nombre de una religión que pretende que el mundo se rinda a sus pies, en lugar de adaptarse a las reglas que imperan en los lugares donde buscan refugio.
   Así como plantean que en las escuelas de Italia, de Brasil, de México o de Inglaterra a las que asisten les molestan las cruces, deben entender que en la misma medida pueden reclamar los cristianos, judíos, brahamanes o de otros cultos que asisten a escuelas en dominios musulmanes.
   Todo esto es la parte intrascendente de la disputa, cuando lo importante es el respeto por la vida; por la condición humana; por algo parecido a la convivencia que mucho tiene de tolerancia y de amor por el prójimo aunque sea distinto.
   Si menciono los ataques indiscriminados, los asesinatos por decapitación o fusilamiento, las torturas y otras maneras de matar, me vendrán con los misiles en Gaza o contra los asentamientos fronterizos, pero no es lo mismo, porque ahora el Estado Islámico ataca a sus enemigos sin importarle que en medio estén los inocentes que nada tienen que ver, o los monumentos testigos milenarios de la historia que ellos destruyen sin medida ni misericordia.
   Lo de París es solo la continuidad de un expansionismo religioso que no tiene límites y cuenta con un poderío económico incalculable e interminable tanto en el tiempo como en la geografía.
   Lo más aterrador, es tomar conciencia de la palabra papal, cuando sostiene que ha comenzado la tercera guerra mundial.
   Y nosotros, los argentinos, no pensemos que en ese aspecto serán todas rosas ni nos creamos ser una especie de Suiza: todavía no conocemos ciertas cláusulas secretas de algunos acuerdos con países árabes, e ignoramos en qué grado los políticos nos han comprometido.
   Roguemos que el 11 de diciembre, gane quien gane, podamos enterarnos de qué lado estamos.

DOS GRANDES QUE SE FUERON


   Seguramente al Coco Feldman le costaba dejar de ser “el hijo de don Jacobo”, simpático y emprendedor “marchand” que tenía instalada su galería en calle Santa Rosa, entre General Paz y Tucumán.
   Pero el Coquito creció y no fue necesario que estudiara para ser buena persona, sino que era un atributo que llevaba por herencia: buen amigo, generoso y con gran sentido del humor, que hasta se permitió el gusto de ser columnista ocasional de Hortensia.
   Hombre del Fondo Nacional de las Artes infundió su estilo en cuanta gestión encaró, dentro y fuera de ese organismo, porque era en realidad, un enamorado del arte.

   Y partió; se fue allá lejos -quedándose demasiado cerca con sus afectos- para pasar a ser cálido recuerdo y ejemplo de compromiso y coherencia para muchos.
   Y otro que nos dejó en estos últimos días fue el “Vasco” Larrinaga, eterno pilar o segunda línea en el equipo superior de rugby del Jockey Club.
   Jugó hasta casi su ancianidad, en una demostración de amor por el deporte, correcto caballerazo y buen amigo, imprescindible en cada tercer tiempo.
   Seguramente andará por allí, manoteando nubes ovaladas en los “lines” de esa lejana cancha donde no se usan los botines.
   Para los dos, el Coco y el Vasco, que no crean que han hecho algo nuevo: sólo se han adelantado en el camino.