Desgrabación de los
comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”
del 19/7/20 emitido en dúplex por AM580 y la FM 88.5 ambas de Radio Universidad
Nacional de Córdoba.
No
es el único fracaso
EL POPULISMO REINCIDE
EN PISAR EL
FRENO EN EL PROGRESO
ARGENTINO
No
cambiará mucho el panorama socioeconómico del país si alguien se ocupa de
controlar que no haya maniobras oscuras en la compra de 200 dólares mensuales
con lo que algunos alcanzan a defenderse de una inflación tan negada como
manipulada a la hora de las estadísticas.
La
bicicleta que ha pasado a integrar el ADN de los argentinos, transforma en casi
importantes a los que raspan la olla de los poderosos porque ganan unos
manguitos en la transacción que hacen del dólar oficial con impuesto y todo que
después pintan de “blue” con lo que ganan unos 25 pesitos por cada billete
verde, o sea unas cinco lucas más por mes que entran al bolsillo.
Eso
es parte de la aplicación del populismo que en tiempos preelectorales se
traduce en la compra de votos, porque el asistencialismo persigue lógicamente
ese resultado al tratarse de una inversión política que pagamos todos, votemos
a quien votemos.
Pero
ahora lo importante es concentrarnos en el escenario argentino castigado por
una crisis impensada que destrozó proyectos, intenciones y plataformas
políticas e ideológicas. Y hablando de populismo, viene al caso reseñar algunos
dichos de Mario Vargas Llosa, laureado escritor no muy bien considerado por las
izquierdas, quien poco tiempo atrás supo declarar que "El enemigo de la democracia, el más terrible
que haya tenido, es el comunismo. Fue una utopía que sedujo a miles de personas
en todo el mundo. Ese peligro ya no existe, y lo que queda del comunismo está
representado por regímenes arcaicos como Cuba o Venezuela. Hoy el populismo
está allí, es una enfermedad que vive. Afecta tanto a países subdesarrollados
como cultos. Es un fenómeno que no es fácil de definir. El populismo es una
política que sacrifica el futuro en nombre de un presente efímero".
Y así podemos advertir no con sorpresa
porque desde tiempo atrás lo vemos venir, a un estilo de gobierno que el Premio
Nobel de Literatura pintó en su momento desnudando a un populismo ya encarnado
en muchos segmentos de la vida argentina.
Pero no se contentó con esa explicación, al
agregar que "Tenemos
que defendernos del populismo, sin ninguna duda. Argentina retrocedió en los
años del populismo de una manera peligrosísima. Pero se puede cambiar, se puede
enfrentar al populismo y hacerlo retroceder. Ojalá esa fuera la reacción en
Venezuela. Aunque los venezolanos se rindieron al populismo, y votaron cinco
veces a Chávez, luego han reaccionado", insistió Vargas Llosa.
Y
volvemos a lo nuestro, porque controlar que nadie juegue sucio con los 200
dólares mensuales, se complementaría si se aplicara el mismo criterio de otros
países donde también se subsidia a los desocupados, pero se aplica una medida
que aquí sería incendiaria aunque efectiva y justa: los que reciben ayuda
monetaria estatal, quedan inhabilitados para votar.
Así
se terminaría el populismo y sería suicida para quienes viven de esa mecánica
que tan buenos resultados le han dado a lo largo de tantos años, a un costo
económico que nunca asumieron porque al populismo lo estamos pagando todos.
Y
eso también es injusto.
Cirugía
impostergable
ALGUIEN TENÍA QUE
PONER ORDEN DENTRO DEL
DESCALABRO REINANTE EN LA MUNICIPALIDAD
A lo
largo de los años venimos notando que el poder de aguante de la sociedad
cordobesa no tiene límites, porque ha sido sometida desde casi siempre a
ciertas tiranías que le vienen haciendo descender su calidad de vida; el placer
de vivir en una gran ciudad, bella, visitada, en alguna medida envidiada pero
manejada en materia de servicios como si las conducciones estuvieran dirigidas
por el enemigo.
Porque los problemas han pasado a ser históricos y que no me discutan esa
certeza, que entre ellos están el transporte, el tránsito, la iluminación
callejera, la recolección de residuos y tantos otros que en la sumatoria
transforman a Córdoba en una urbe tan magnética como invivible.
Las
administraciones municipales, de cualquiera de los signos políticos que
ocuparan el Palacio 6 de Julio fueron siempre condicionadas en mayor o en menor
medida por un sindicato hábilmente conducido, con un definido sesgo acostumbrado
a reclamar y exigir mejoras, prepotencia para apoyar cada demanda y en la
mayoría de los casos debilidad de espaldas a la hora de negociar -sigo hablando
de las autoridades- llegando a otorgar
concesiones a reclamos y caprichos que fueron minando sus finanzas, todo lo que
se hacía bajo la falsa e inútil premisa de evitar malestar de su planta de
personal, supernumerosa y altamente sindicalizada.
“No
queremos líos” sostenían varios intendentes y se allanaban a cada presión,
hasta que la ciudadanía agotó su paciencia y reclamó con la base que con una
planta de personal más que numerosa, estaban en condiciones de exigir calidad
en las prestaciones más aún cuando en forma desmedida fueron aumentando los
impuestos, las tasas y otras exigencias monetarias a los vecinos.
Además la vida interna en el quehacer municipal fue descubriendo velos
tan ocultos pero a la vez trascendidos, como los privilegios logrados en base a
presiones gremiales que pasaron sin dramas por la permeabilidad de muchos
funcionarios más amigos de la comodidad de ejecutar el presupuesto, que en su
obligación de imponer exigencias de calidad interna basados en lo magnífico de
los sueldos y otros adicionales que se agregaron al salario y en buen número de
casos no eran retribuidos con la aplicación del cumplimiento y del esfuerzo.
Tanto que muchas tareas específicas debieron tercerizarse porque pese a
la superabundancia de personal que se llevaba cerca del 75 por ciento o más de
la recaudación tributaria, coparticipación y otras entradas, los servicios no
pasaban de una mediocre calidad.
No
se sabe bien si la paciencia agotada fue de los contribuyentes que pasaron
factura más reciente a un intendente ajeno a la ciudad, o si la corriente
política que lo sustenta cayó en cuenta que a ese paso de conflictos y
desplantes, su intención de llevar a cabo una buena gestión que le permitiera
candidatearse a Gobernador corría serio peligro de rotundo fracaso, y no son
tiempos de andar perdiendo espacios.
Entonces vino la mano dura que provocó marcado impacto en la dirigencia
de uno de los gremios más combativos de la provincia, acostumbrado por su
conducción a ocupar las calles, vandalizar y salirse siempre con la suya en
falso nombre de una paz social pegada con saliva.
Ahora, el gremio tendrá que soportar el cimbronazo, cumplir con sus
deberes y guardar los fósforos con los que su dirigencia amenazaba incendiar
Córdoba, para usarlos en las cañitas voladoras de la próxima Nochebuena y del
año nuevo del que no estamos tan lejos.
Por
fortuna en la Municipalidad también hay empleados comprometidos, conscientes de
su deber, cumplidores y sacrificados, que deben pagar por culpa de los inútiles
y deshonestos el mal concepto que la sociedad tiene sobre ellos.
Lo
importante es que los vecinos, siempre afectados por los malos dirigentes y las
gestiones inoperantes, apoyen más lo que se haga y lo vean, que lo que les
prometen, anuncian y después se olvidar de concretar.
Y
que el gremio entienda que están al servicio de los vecinos y no que los
vecinos son rehenes de sus ansias y de sus caprichos.
¿Cuántos
años ya?
LA MEGACAUSA NO
PIERDE ACTUALIDAD
PORQUE LAS
DEFINICIONES SE DEMORAN
Cantaba María Elena Walsh en una de sus creaciones eternas y
posiblemente de las más celebradas que en el reino del revés nada el pájaro y
vuela el pez, que un ladrón es vigilante y otro es juez y que dos y dos son
tres.
En este descalabro se me vino a la mente posiblemente por el largo
tiempo que la tengo asociada, la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba,
en la que se encierra en prisión a personas sin juicio y se las juzga después
de cumplir condena “por las dudas”.
Se encarcelan acusados sin antecedentes, incluso admitiendo que no hay
pruebas y se ignoran acusaciones contra poderosos y encumbrados en el
poder. Se atribuyen negocios millonarios a trabajadores sin fortuna que viven
de su sueldo y se libra de cualquier sospecha a altos funcionarios con abultados
patrimonios.
Y el rosario de incongruencias no se corta, porque se designan jueces a
dedo y se olvidan las reglas del sorteo. Se exige a los imputados probar que no
fueron y se desconoce el deber del acusador de probar los hechos. Y eso no es
todo, porque se utilizan argumentos sin lógica para culpar trabajadores y
se ignora el más elemental raciocinio para responsabilizar a los altos cargos
del gobierno. Se rechaza la buena fe en los imputados comunes y se justifica
con la buena intención cualquier accionar de los funcionarios.
Se condena a los empleados con el argumento de la íntima convicción y se
otorga impunidad a los poderosos con íntima conveniencia. Se archivan denuncias
contra magistrados y se reinician sistemáticamente juicios contra ciudadanos
comunes.
Aunque faltan la rima y la poesía, el funcionamiento al revés del Reino
Judicial, es el mismo, igualito al de la canción.
¿Es tanta la urgencia?
LA INTERNA “K” SE
ASEMEJA A UN
CIVILIZADO
CANIBALISMO POLÍTICO
Cuando tomamos conciencia del tiempo que falta para las próximas
elecciones de renovación parcial del Congreso y de las posteriores, para Presidente,
Vice y gobernadores, más otros cargos electivos, caemos en cuenta que la clase
política argentina tiene una marcada vocación por la prisa, por el ya, por el
ahora, por los tiempos que pasan volando y por una cierta propensión al
canibalismo y no les alcanzan para desplegar toda la capacidad de sus
promesómetros.
Es
probable que la sensualidad del poder sea la que los empuja, por eso tan
atávico que los posesiona y les hace apretar el acelerador de sus relojes.
Parece
mentira que no han pasado ni ocho meses que asumieran la mayoría de los
funcionarios, que ya están trenzando y trenzados en luchas internas para ganar
posiciones, en un escenario plagado de intrigas, acusaciones, causas penales,
libertades caprichosas y otros ingredientes propios de esa actividad que cada
vez más se aleja de la ciudadanía ya cansada de desengaños y cuestionables
manejos.
Desde el oficialismo nacional los sectores del peronismo inclinados
hacia el kirchnerismo hasta están hablando de nombres para integrar las listas,
sin saber cómo les irá después de la pandemia y sus resultados, consecuencias,
derivaciones o daños colaterales que pueda sufrir la ciudadanía a la que
también, aunque algunos lo disimulen, pertenecen pese a todo.
Han
demostrado que no todos son camporistas ni cristinistas, porque los
fernandistas -de él, no de ella- estiman haber conquistado algunas ciudadelas y
otros espacios dentro de la dirigencia que les aportan un piso electoral más
que interesante.
Mientras tanto la indiada que le dicen, procura fabricar, crear o
proponer sus propios caciques que no tienen que ver por ahora con las
conducciones que están más preocupadas en ver a quienes liberan de culpas, a
quienes protegen de barrotes y quienes quedan libres de alguna sospecha, lo que
la realidad viene mostrando que será el cometido más escabroso y difícil de
alcanzar.
Las
sospechas del doble comando del gobierno central cada día dejan de ser tan
marcadas, para inclinarse por la preeminencia vicepresidencial en las grandes
decisiones y complicadas determinaciones que se tienen que adoptar y algunos
que prefieren no ser identificados, hasta se aventuran a sostener que lo que impera
es el temor a una justicia equilibrada.
En
cuanto al macrismo, es demasiado reciente la reaparición de Mauricio Macri
aunque ya se advierten algunos movimientos especialmente en capital federal y
en la Provincia de Buenos Aires.
Pero
volvamos al peronismo, siempre y cuando se tenga la indulgencia de incluir
dentro al remanente kirchnerista, porque son demasiados los personajes que la
gente desde afuera no digiere y hay que pensar que a la hora de votar, no son
sólo ellos los que sufragan.
Sea
como fuere nombres demasiado vinculados con cuestiones judiciales pendientes se
mantienen a prudente distancia pero por algunas tímidas declaraciones
realizadas más en la intimidad que públicamente, se advierte que están
dispuestos a un nuevo “operativo codazo” para que no los marginen.
Personajes como De Vido, Boudou, Jaime,
D’Elía, Moreno y hasta las mismísimas Milagro Sala y doña Hebe no son de
quedarse calladas, y más aún con todos los secretos que atesoran en sus
memorias.
Así
las cosas, sólo sería cuestión de esperar que superemos la pandemia, mientras
nos preparamos para que de una vez se haga cierto eso de ponernos de pié.
Porque en las rodillas, se está sintiendo una ligera molestia, como de
irritación…
Impaciencia,
encierro y hartazgo
LA INDISCIPLINA
CÍVICA ES LA QUE
LLEVA A QUE
VOLVAMOS A ETAPAS QUE
CREÍAMOS SUPERADAS
En
realidad cuando días atrás el discurso presidencial con asentimiento del
gobernador bonaerense y del mandamás de la Ciudad Autónoma aquietó ciertas
angustias, esa vieja costumbre argentina de abusar de la buena suerte empujó a
un desborde de transgresiones no tanto a las disposiciones emanadas del poder,
sino a ese propio respeto que le debemos a nuestras vidas.
Es
cierto que el confinamiento obligatorio y demasiado severo en algunos casos
alentó discordias, agresiones, depresiones agudas, pesadillas, desencuentros,
alejamientos, abandonos del hogar y otras humanas reacciones frente a un
encarcelamiento que nadie merecía.
Se
descubrieron decenas de infracciones en todo el país, reuniones prohibidas que
se realizaban con desparpajo y difundidas especialmente en las redes sociales,
intenciones de recorrer el país de un extremo a otro como si se hubiera librado
la libertad de vacacionar y otras actitudes tan deplorables como imbéciles
Se
jugaron torneos deportivos, se hicieron bailes numerosos, casamientos y otras
ceremonias con asistencia de muchas más personas de lo permitido y después,
cuando lógicamente nos impusieron hacer uno o varios pasos atrás, aquellos
imbéciles fueron los primeros en cuestionar lo que ellos mismos habían
provocado.
Eso en cuanto a quienes desoyen las
indicaciones de los que saben de pandemias y dramas parecidos, pero están los
otros culpables que todas estas incivilidades hayan ocurrido, y son los encargados
de controlar la díscola conducta de los argentinos en general, de contrariar a
la ley y hacer lo que consideran es lo correcto y acertado.
Que
haya suicidas potenciales que se arriesgan a mirar el pasto desde abajo, es
cuestión que atañe a cada uno de ellos que no son pocos, pero es el Estado
protector el que tiene que identificarlos o encontrarlos en flagrancia, aplicar
los correcticos contemplados en la Ley y si es preciso, a la cárcel con ellos,
porque son un peligro y que para ellos
poco importa, pero se transforman en mortales multiplicadores del virus por
contagio por el sólo hecho de andar sueltos, frescos y en medio de la sociedad.
Cuando
los controles se relajan es que se plantean estas situaciones que aparte de
enojosas con relación a los sacrificados cumplidores de encierros, privaciones
de afectos y otras consecuencias no deseadas por nadie, es que los peligros se
acrecientan porque quienes debieran protegernos que es la autoridad, no
diagrama los controles con el rigor que ahora exigen las circunstancias de su
permanente mala aplicación.
De poco
sirve acusarlos, multarlos, meterlos presos y lo que fuere, si con esa actitud
desafiante y displicente han sido vehículo de un mal silencioso que no pregunta
de quién se trata, sino que lo mata.
No
permitamos que los controles se desvaloricen por falta de rigor o por cualquier
otra causa, porque la vida es demasiado bella pese a todo y nadie tiene el
derecho, por estupidez, ansiedad o imbecilidad, a facilitar el adiós definitivo
de ninguna persona; de nadie…
Y a
todo esto téngalo muy presente mañana, si es que lo festeja sin molestar a
nadie.
La
UTA y su práctica de la agresión
SI LA LEY ES
DISPLICENTE CON LOS VIOLENTOS NO
PRETENDAMOS QUE
LA MISMA LEY NOS AMPARE
No
me vengan ahora con lo de los sufridos choferes que están sin cobrar porque ya
se sabe que el reclamo es razonable, pero no es la sociedad cordobesa la culpable,
sino que hay responsabilidad compartida entre los empresarios siempre ávidos e
inclinados por las mayores utilidades con el menor riesgo y el poder concedente
que es la Muni y su pésima costumbre de mirar hacia otro lado cuando la
situación se torna inmanejable.
Es
cierto que tanto a los empresarios como al gobierno les conviene que la gente
no tenga como desplazarse para ir a protestar; el empresario ya hizo la suya, la
juntó, ninguno está pobre y los empleados, a la larga cobrarán sin trabajar,
aunque si las empresas quiebran sus pretensiones como dependientes se cotizarán
en menos de cero peso.
Todo
esto de ninguna manera justifica la violencia desplegada, ni la vandalización
de bienes de la ciudad que son de todos nosotros, porque nos costó pagar impuestos
para que estuvieran en el mejor estado posible para servir a nuestra calidad de
vida.
Si
dentro de la UTA hay indeseables a los que despidieron tiempo atrás o actuación
de inexistentes infiltrados como lo expresó su secretaria general, son ellos,
los dirigentes, los responsables de marginarlos de las protestas, porque son
garantía de daño, de quilombo, de incertidumbre y de peligro físico.
Pero
parece que a la conducción le vienen bien esos personajes que sólo entienden el
lenguaje de la violencia desatada porque saben, y tienen abogados que en tal
sentido los adoctrinan, que la Justicia cordobesa es demasiado displicente,
siestera y pachorrienta hasta la indignación, lo que les garantiza indemnidad a
los exaltados hasta el daño físico del que nunca rendirán cuentas en
Tribunales.
Ni
siquiera cuando existen elementos, pruebas y testimonios para encartarlos.
La
gente de la UTA debe recapacitar porque no es la primera vez que suceden
ataques a periodistas y en este sentido, quiero permitirme ya hablar como padre
más que como periodista.
Me
quiero atrever a aconsejarles que es peligroso jugar con los bigotes del león.
No
soy ese león, pero existen otros leones que se han cansado de ser víctimas de
ataques de quienes tienen asegurada su impunidad.
Y si
desde las fiscalías se las consagran por inacción, indiferencia o fiaca para
actuar, las cosas serán encaradas de otra manera, ajustadas al concepto de la
defensa propia que sí está contemplada en la Ley.
Porque si desde donde debiera mandar esa señora con la balanza y los
ojos no siempre cerrados, es que se imparte la doctrina del equilibrio,
debieran dejar entonces de ser tan fieles a eso que le llaman “obediencia
debida” al poder central en resguardo de ese equivocado concepto de evitar el
malestar social.
Porque son ellos, y nadie más, quienes lo alimentan.
La
policía les entregó a ocho violentos y la Justicia los liberó a las pocas
horas, casi como héroes.
Realmente como cordobés, siento algo así como vergüenza judicial…
Si no es mañana, igual será otro día…
NO
CAIGAMOS EN EL RIESGO DE ABRAZARNOS
A LA
PESTE POR ABRAZARNOS CON EL AMIGO
Eso
de “mejor amigo o amiga” es un verso porque si hay mejor también existe el peor. Una bobada porque si
es peor, no es amigo y hoy aunque duela, nos apartemos del actual escenario de
dolor, espanto y dudas.
Hay
cientos de definiciones, citas y frases
mágicas que hablan de los amigos, de la amistad, de la casi hermandad y de esa
química especial que rodea y distingue a quienes se consideran amigos.
Los
pensadores, desde el fondo de la historia, han brindado un sinnúmero de
significados y sin pretender confundirme con los abusadores de la inteligencia,
hay muchas cosas que uno, desde la razón, el alma y la experiencia, arriesga a
definir.
Mis
amigos, que no son muchos, no necesitan que los salude en un día especial, por
la simple razón que con los amigos nos queremos, sólo por ser amigos, por
encima de la certeza de los calendarios o de las imposiciones comerciales.
No
por hinchar por el mismo club o por compartir ideales políticos.
No
porque nos veamos todos los días.
No
porque nos prestemos plata.
No
porque trabajemos juntos.
No
porque nos conozcamos hace más de medio siglo o hace un par de meses.
Somos amigos porque nos une el respeto, como en distintos momentos de la
vida nos unió el espanto, compartimos vigilias como las actuales o esas
alegrías que uno atesora para enfrentar la adversidad.
Somos amigos porque sabemos que el otro siempre está allí, como el sol,
aunque a veces no lo veamos y porque al igual que los gatos, cuidamos nuestro
territorio, pero se lo entregaríamos si el amigo lo necesitara.
Somos amigos porque se nos ocurrió y lo sentimos, sin que nadie, ni
siquiera un parentesco lo impusiera y porque compartimos lo que tenemos, aunque
a veces el todo no alcance ni para uno.
Amigos seguimos siendo, porque es un sentimiento maravilloso que
consolida el cariño; es una pasión instintiva de la cordialidad que se
comparte, ahuyenta envidias y nos eleva como personas.
Sea como crean que es, bien vale
de vez en cuando acercarnos al amigo, a esa alma gemela puesta en el cuero de
otro, y decirle que lo extrañamos, que lo amamos, que estaremos siempre que nos
requiera, no tan solo para la joda.
Los amigos no necesitan, no
necesitamos, estar todo el día franeleándonos para expresar nuestros afectos
que muchas veces se confunden con la más penosa de las hipocresías.
Basta con que el amigo, nuestro
amigo, sepa que siempre en las buenas o en las malas, sin distancias ni
adioses, estaremos con él de la misma manera que estamos seguros que estará
conmigo.
Y a eso, si, tenemos la
obligación y el mágico placer de festejarlo.
Por
eso -cualquier día y todos los días- quiero abrazar a ese amigo universal; al
que me consuela en la tristeza; al que me recuerda en la distancia; al que me
brinda su abrigo aunque él pase frio; al que me cobija con su comprensión; que
comparte ilusiones; que llora sobre mi hombro y me presta su hombro para que allí me desahogue.
Amigo o amiga, es lo mismo. La amistad verdadera es asexuada porque no
tan solo se abrazan los cuerpos.
Las almas también pueden
hacerlo.
La
amistad está más allá del sexo, que es una necesidad orgánica y en la mayoría
de los casos una expresión de amor.
Por
eso la amistad es así, lo que es: sólo un sentimiento profundo y maravilloso.
Que
no es poco, amigo del alma…