31 de agosto de 2025

EDICIÓN ESCRITA DE “SÍGANME LOS BUENOS”, ESPACIO CENSURADO POR LOS SERVICIOS DE RADIO Y TV DE LA CUATRISECULAR U.N.DE CBA.

Tardío pero merecido desagravio
ANTAÑO EL MES  DE  AGOSTO NO ERA DE
MORIR SIN QUE HICIÉRAMOS BARRILETES
 

   No es lo mismo, pero así como esperábamos Nochebuena, Navidad, el año nuevo y los carnavales, las ansias por apresurar la llegada de agosto solían ser superiores en cuanto a nuestras expectativas: el eólico agosto de los vientos, mes que nos remontaba a las alturas pendiendo de la debilidad de un hilo, la fragilidad del papel, la elasticidad de las cañas y los trapos inútiles que de por sí, bien estaban destinados a la cola.
   Sin etapas intermedias en el tiempo pasábamos a ser hermanos del engrudo y de las cañas, dejábamos los trompos, las figuritas y otros inocentes pasatiempos esperando los vendavales de aquel aire tibio, que no era necesario para subir la temperatura de nuestras primeras incursiones como si las ráfagas nos empujaran hacia ellas, las bonitas del barrio que coloreaban sus cachetes sin necesidad del cómplice sol.
Sin etapas intermedias en el tiempo pasábamos a ser hermanos del engrudo y de las cañas, dejábamos los trompos, las figuritas y otros inocentes pasatiempos esperando los vendavales de aquel aire tibio, que no era necesario para subir la temperatura de nuestras primeras incursiones, como si las ráfagas nos empujaran en aqellos entonces cuando me tocó vivir una de las décadas más flices e inolvidables, viviendo a la mitad justa el Pasaje Italia, a media cuadra de la arbolada Augusto López cuando los primeros sofocones de naciente virilidad nos coloreaban los cachetes sin necesidad del cómplice sol.
   Nuestros enemigos dejaban de ser los insoportables vecinos de la otra cuadra, o de otro barrio, o de la “barra” antagónica que vivía provocándonos y de manera especial a aquellos que tenían hermanas de la misma edad que
nosotros, pero de más avanzado desarrollo hormonal, nacientes curvas y polleras cada vez más breves estimuladas por las ráfagas calientes que contribuían a nuestro placer cuando se nos alejaba la niñez.
   Renacía en nosotros ese oculto artesano que dormía once meses y se despertaba cada año en agosto, cuando volaban los flequillos y los pelados se agarraban la frente no sé para qué.
   Buscábamos cañas y todo lo necesario incluyendo los trapos para la cola, a veces yapada con hilachas de ropas o con algunas tiras de escondidas prendas íntimas, porque los hacíamos nosotros y el placer era fabricar nuestros propios sueños de volar sin alas propias.
   La aérea sinfonía de mediomundos, estrellas, papagayos o cuadrados invadía de colores las alturas cuando la pericia se demostraba en el “tinquéo” del hilo, en los cabeceos de la pandorga, tratando de esquivar los ramazos y en la velocidad de los “mensajes” que enviábamos en papelitos aleteando por el cordel hasta los tiradores, mientras los bramadores hacían escuchar su ondulante grito autoritario.
   Allá arriba la distancia nos igualaba a los barriletes de papel de seda con los modestos modelos que lucían páginas de La Voz del Interior, de Los Principios o del Córdoba. Y estaban los otros más impersonales con tenuemente  amarronado papel de estrasa, ese que usaban en el almacén para envolver.
   Y solían quedarse bien arriba deleitándonos casi inmóviles o balanceándose en todas direcciones para nuestra delicia que casi nos embalsamaba los ojos con aquel paisaje.
   Esa era la dulce fascinación, nuestra inocente hipnosis de emborracharnos precozmente de ilusiones en cada agosto, mes mágico en el que envidiábamos a los pájaros.
    Siendo mocoso, el barrilete me hacía sentir que era dueño de un pedacito de cielo y que podía caminar entre las nubes…
    Nada mejor que las gratas y vívidas ausencias para tener ese enorme placer de recordarlas hoy, cuando aquel agosto ya viajó en el viento.
    Pretendo, simplemente, evitar la injusticia del olvido...
                                         GONIO FERRARI
                                   Periodista memorioso
 
Llegó la hora de volver a la normalidad
ES TAN PÉSIMO COMO  RIDÍCULO QUE EL
CAOS Y LA MENTIRA SEAN LOS CAMINOS
 
   Es absolutamente certero e indiscutible aquello que el apuro engendra indiscutiblemente el error en todo, y que de esa rapidez que es asimismo una virtud, engendra por su parte un vicio que es la prisa y es por eso que no pretendo apresurarme para no caer, involuntariamente pero a sabiendas de un error, que por y con rapidez, me empuje a caer en conceptos, acusaciones y sospechas que me trasladen sin escalas al ri
   Aunque si llegara a tal extremo me consuela haber leído que la sabiduría, que era un adorno del genial Willy Shakespeare, proclamaba que quien va demasiado aprisa, llega tan tarde como el que va muy despacio.
   Bahh, yo me entiendo, aunque trasladando mis dudas a la realidad nacional, quedo más en ayunas que el más empedernido, fanático y religioso de los fakires hambreados por su propia y sacralizada voluntad.
   Por todo este palabrerío, confuso e incoherente hasta pisar lo inentendible, es que no alcanzo a comprender a dónde, por dónde y cuándo pretenden llegar a normalizar la marcha del país con posturas tan enfrentadas como las de Milei, quien ya había anunciado en su campaña, motosierra en mano, todo, todo lo que haría pero sin caer en dramatismos ni incitaciones al suicidio masivo, en contraposición a lo que con enfermiza calma anuncian desde el poder, en este caso nacional pero impopular, que no dejarán la protesta callejera, las presiones dentro de los organismos estatales, los monumentales gastos de dinero aplicable a otros destinos, pero en este caso para ensobrar a ciertos ejemplares del periodismo rentado extra, que todos conocemos, pese a que en la vereda del oficialismo también existen…
   ¿Es para malpensar, entonces, que la imaginación, el conocimiento, la experiencia y la honestidad de quienes nos conducen o creen hacerlo, son virtudes en desuso, que jamás tuvieron o que las malgastaron en fracasos cuando les tocara ser gobierno y no siempre apelaban a las armas legales sino en muchos casos a las letales? Si algún funcionario quisiera tener
la bondad de aportar una respuesta, se lo agradecería de alma.
   Realmente, la pregunta surge porque vetar el aumento a los hambrientos y maltratados jubilados que ex ella les otorgara y ellos, los viejos ya habían gastado a cuenta, con la seguridad que les hicieron esa patraña esperando que creparan en masa… Es de terror pero que alguien, alguna vez, fundamente una medida tan criminal como lo que encerró aquella, que ahora parece querer
emular un presidente que pone en dudas casi diariamente, estar en sus cabales. Los legisladores nacionales o la mayoría de ellos optó por la comodidad cívica aunque humanamente comprensible- de hacerse los osos con la indiferencia de no arrepentirse de sus caras maquilladas con cemento que fueron acumulando con el tiempo.
   Que la inflación parece estar casi dominada parcialmente ya es un éxito plausible que aporta un cierto grado de beneficio popular, porque es como si fuéramos lentamente hacia la normalización del valor de nuestra alicaída moneda, porque ya caminábamos hacia una devaluación que nos llevaría al ridículo y al enriquecimiento… del hambre y de las privaciones.
   Los medicamentos en muchos casos tienen precios inalcanzables para la mayoría de la población; los capos de las compras masivas de remedios siguen engordando sus billeteras, las cuentas de ahorro y seguramente tienen “embutes” en el exterior porque deben asegurarse un futuro placentero y sin privaciones, como ahora están gozando mientras las carencias crecen sin solución cercana.
   Hay muchos dichos de los sabios que es necesario hacérselos conocer a los gobernantes; a los políticos en general, como por ejemplo conceptos de Nietzsche: “Lo que me molesta no es que me hayas mentido, sino que de aquí en adelante, ya no podré creer en ti” o esa enormidad que era Sófocles al expresar, sin vacilar, que “una mentira nunca vive hasta hacerse vieja” aunque un proverbio judío asegura que “con una mentira puede irse muy lejos, pero sin esperanza de volver”.
   Tratemos entonces de elegir a quienes no nos mienten, o que al menos sean menos fabuladores y embusteros, expertos en rascarse para adentro sin importarles las angustias ni las estrecheces que deben afrontar cada día más argentinos privados de ayuda estatal, de sustento diario, de trabajo digno, de salud pública sin beneficios para los funcionarios que la administran, con la seguridad de un techo acorde con las riquezas argentinas, de la seguridad de salir de tu casa y saber que regresas ileso, en fin, de buscar las formas y los caminos que nos lleven a una auténtica reconciliación.
   Los argentinos no merecemos vivir de sobresalto en sobresalto; de crisis en crisis, de peste tras peste, de despojo en despojo agravado porque lo hacen “en nombre de la Patria”, de angustia en angustia…
   Parece mentira que a los popes del poder no les entre en sus cabezas, en sus corazones ni en lo recóndito de sus almas, que estamos cansados de engaños, de trampas, de mentiras, de actitudes teatrales, de desprecios y pérdidas de confianza.
   También agotada nuestra paciencia frente a imposiciones absurdas, de privaciones inmerecidas.
   El Estado tiene la obligación cívica y moral, vale repetirlo una vez más, de legislar acerca el funcionamiento dinerario de los sindicatos, gremios o como les quieran llamar, para terminar con esa dolorosa dicotomía de saber que hay dirigentes llamados a la conducción por la eternidad, que vacacionan y pasean en el costoso exterior con familiares y algunas cercanas amistades, poseen más propiedades que el aloe Vera, los yuyos serranos, también autos, lanchas y aviones para dirigir a una pléyade de hambreados obreros que para colmo, los reeligen hasta el hartazgo.
   Y para el final de un tema tan espinoso como lo es el ejercicio y la práctica descarada de la demagogia, prefiero citar a Napoleón para que quienes nos gobiernan o creen que lo están haciendo, lo tomen y asuman como una verdad bíblica: “Es más fácil engañar que desengañar”.
   Los argentinos ya estamos molecularmente hartos, de hacer el triste papel de misérrimos habitantes de un suelo óptimo, productivo, exuberante y copioso, aprovechado por arribistas aunque en su mayoría, para el exterior y mucho y también en nuestro rico interior, sostienen que son esquimales, porque nunca transpiraron.
   Roguemos que pese a tantas penurias, podamos llegar a que la paz, la concordia y la justicia sean para todos y no tan sólo para un conjunto de afortunados que saben aprovechar descuidos ajenos.
   Aprendamos, por lo menos, a ser más cuidadosos…
   Los “arribistas” son como las cucarachas: nunca se terminan…
 
GONIO FERRARI
Periodista censurado
*
 
NOS CONMUEVE LA COMPROMETIDA
ACTITUD DE NUESTRA AUDIENCIA
 
Gonio Ferrari junto a su sacrificado, respetuoso y profesional equipo de Producción agradecen, al igual que a técnicos, operadores/as, a la numerosa audiencia que nos venía y nos sigue acompañando, esa actitud de seriedad y consideración por las realizaciones cuyos contenidos buscan unir y no afectar la marcha de la democracia reinstaurada años atrás por Raúl Ricardo Alfonsín. El reconocimiento incluye a los apoyos publicitarios pero no a los organismos oficiales, de cuyas arcas no nos beneficiamos ni con un centavo, para conservar nuestra categoría de personas impolutas, libres de compromisos partidarios, de sobres y de otros beneficios como gangas que a tantos y tantas enriquecieron. Mil gracias también a quienes nos siguieron, esperando que esa fidelidad no decline, hasta que los hagamos partícipes de gratas novedades en cuanto a nuestro regreso al mundo de la información, el comentario, la crítica y el respeto sin medida hacia quienes piensan distinto. Escrìbannos lo que quieran a gonio.ferrari@gmail.com

1 comentario:

  1. Querido Gonio, me complace seguir leyendo tus ideas, pero me da mucha bronca no poder escucharlas, más bronca que no es porque te hayas quedado mudo o yo hipoacusico, si, porque conociéndote, fuiste al frente y al hueso contra estos miserables. Espero de corazón volver a compartir las sobremesas del asadito de domingo con tus reflexiones y verdades. Abrazo extensivo a su equipo de producción y a la amena voz de Mariela. Saludos desde Malagueño, Diego.

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