9 de febrero de 2025

S.L.B.: ENTRE PRECIOS E INFLACIÓN ¿ES GUERRA O COMPLICIDAD? – CURIOSA CACERÍA DE “EMPLEADOS TRUCHOS” – SI SE BUSCABA QUEBRAR AL COMERCIO CÉNTRICO, OBJETIVO LOGRADO – JUSTICIA: ALGÚN DÍA ELLA TENDRÁ QUE DISCULPARSE – CLARO ENFOQUE DE BUKELE SOBRE DERECHOS HUMANOS – PANORAMA POLÍTICO NACIONAL ABURRIDO, PERO POR SUERTE EXISTE DIEGO BRANCATELLI – “BONUS TRACK” COMO EXPRESIÓN DE RESPETO A LA MEMORIA, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 869 del domingo 9 de febrero de 2025, emitido por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.
 
Duda que nos carcome en cada compra
ENTRE PRECIOS E INFLACIÓN ¿EXISTE UNA
GUERRA O ES UN CASO  DE  COMPLICIDAD?
 
   Dicen que una de las partes más sensibles del ser humano es el bolsillo y el tiempo y la historia se han encargado de ratificarlo en miles de episodios e instancias, y se han dado casos críticos, amigables, destructivos, apasionados o memorables.
   Una de las broncas más difíciles de tolerar como de asumir los motivos, es la certeza de haber sido engañados, para lo que es necesario ponerse en el lugar del ofendido y alcanzar a discernir acerca de las reacciones que pueden llegar a surgir, especialmente cuando ése ser humano al que aludimos se siente engañado, lo que se agrava cuando existe dinero de por medio -mucho o poco, es lo de menos- y se debe asumir el triste papel de víctima evitable aunque uno asuma la inteligente postura de querer estar bien en este mundo procurando no dejarse engañar nunca pero fingiendo que se deja engañar siempre.
   Eso suele ocurrirnos cuando por ejemplo pasamos frente a una vidriera de pilchas y vemos un bonito pantalón de buena marca que se vende a 60 lucas, sin anticipo y cuatro cuotas sin intereses.
   Allí el odio íntimo juega su papel, a veces deplorable, de asignarse la posesión de la estupidez en máxima expresión, porque a esa misma misma pilcha supo verla a 270 mil mangos tiqui taca en la misma vidriera, una semana antes.
   Y lo peor del caso, es que enamorado de la prenda, cerró los ojos y la compró.
   Allí vienen entonces las elucubraciones actuales, con poco afectuosos
acuerdos sobre la mamá y los parientes del dueño de ese comercio, porque de esa manera uno confirma que ahora, a un precio envilecido, el tipo no pierde nada y por lo menos asegura tener cubierto el costo y se acentúa la ira cuando hace números y se da cuenta que oooootra vez, como si hubiera hecho falta, lo jodieron, al concluir que vendiéndolo a 60 mil mangos, poquito tiempo después, obtenía al menos la recuperación del costo.
   Es allí cuando advertimos una de las secuelas de la inflación y sus gravosos resultados.
   Es cuando llegamos a preguntarnos, a la luz de la experiencia vivida si el tema de la inflación de la que tanto padecen los comerciantes, tiene al menos esa vacuna, equivalente al resultado de una guerra entre la inflación y los precios.
   ¿Se trata de una auténtica y despiadada guerra, o es un simple caso de complicidad entre los actores de esta comedia?
   Es que a veces no alcanzamos a entender esas crecidas diferencias que llegado el momento, son una ventaja tanto para el que vende como para el que compra, y es cuando tomamos real dimensión de los enormes márgenes que se adjudican los responsables de esos comercios, al fijar los precios.
   Es una barahúnda pero yo me entiendo y espero que ustedes también…
   Para darles una manito acerca de la comprensión de una situación como la planteada, tengamos en cuenta -y espero recordarlo plenamente- ciertos conceptos de Hugo Wast quien supo afirmar que si te dejas engañar buenamente en las cosas pequeñas, te será fácil descubrir cuando pretendan engañarte en las grandes. Pero si eres tan celoso que el menor disimulo te enfurece, se tomarán tales precauciones que tú nunca sabrás la verdad.
     
Ese tan percudido sentido de la oportunidad
SI SE BUSCABA QUEBRAR LA ACTIVIDAD DEL
COMERCIO CÉNTRICO,OBJETIVO ALCANZADO
 
    No es para creer, ni siquiera por asomo, que las intenciones municipales no son como muchos exageran, se vienen centrando con creciente entusiasmo en agobiarnos con los impuestos, aunque en las últimas horas y como un “sana, sana, colita de rana” que nuestras mamis nos cantaban cuando nos cambiaban los pañales, y la delicadeza de la piel permitía que allí se instalaran ampollas y otras molestias, el gobernador dejó escapar algo así como una intención de aliviar aunque fuera sectorialmente el agobio tributario, cediendo al reclamo del campo eliminando el año próximo el inmobiliario rural, lo que hará, casi con la certeza de los adivinos, una semana antes de la elección parcial que dicen habremos de tener los cordobeses que no serán las PASO, ya desacreditadas y en vías de extinción.
   Eso es algo así como preparar las mangueras para dentro de un año y medio, cuando no sabemos si lloverá lo necesario para no penar con los embalses, si no estarán de paro los operarios de esos sistemas, con que se entrometan los aguafiestas de siempre cuestionando una medida que si se adopta ahora, tendrá una envoltura de seda con un moñito demagógico.
   Porque hay que entender que a la bronca del campo hay que frenarla ahora, antes que salgan a las rutas los tractores, las cosechadoras y los sacrificados laburantes del interior, a demostrar con su presencia la disconformidad de lo que ahora están viviendo.
   Pero el daño aquí, cerca de nosotros, en la ciudad, ya está hecho, consumada la acción de ahogarnos con los cedulones, aplicando una demencial suba impositiva que si no pagábamos cuando tenía precio viejo, ahora el viento en contra sopla con mayor fiereza, apuro y necesidad.
   Porque es muy simple la ecuación: hay que parar la bronca que sin dudas se viene cuando salgan los cobradores -algunos moderados y otros con ganada chapa de usureros- a cobrarnos todo lo que debemos en moneda extranjera, muchas de cuyas emergentes partidas se aplicaron a gastos que en verdad no eran prioritarios porque la ciudad, más que maquillaje y pinturitas, necesita soluciones a problemas mucho más graves y acuciantes como la inseguridad, la salud pública, el déficit de viviendas sociales -que vaya paradoja, la Cooperativa Horizonte viene afrontando sin falsas promesas- y otras demandas ciudadanas postergadas, porque el calendario se apresura en recordarles a las autoridades que en la próxima elección pueden llegar a jugarse sus cargos y no serán pocos los que tendrán que irse, salga como salga el escrutinio.
   Esta mirada con proyección de futuro es la que el gobierno no quiere ni siquiera imaginar, embelesado con la obra pública entre otros aspectos, lo que costó postergaciones a los jubilados, a los policías, a la lucha contra los incendios de campos, y así como los ”K” en su momento aplicaban la manchancha del fútbol para todos, autos para todos, motos para todos y otras gangas, que se pagaron con recortes a las jubilaciones nacionales; los planes y su diversidad restaron presupuestos de otros sectores que la sociedad no entendía esa injusticia de seguir marginándolos…
   ¿Cuántos serán los comercios y las industrias que están siendo obligados a cerrar, agobiados por la presión fiscal?
   ¿Cuántos miles de trabajadores quedarán en la calle y no habrá consuelo para ellos ni para sus familias?
   El fantasma de la rebelión no está alejado, como  lo malpiensa el poder, porque creen que la felicidad popular se fortalece paseando por las rutas, cruzando por los puentes o llevando a los chicos a jugar en las plazas.
   El futuro que se reclama, tiene la etiqueta de la necesidad y es trabajo, salud, seguridad, justicia y todo lo que sirva para dignificar la vida.
   Y no es mucho pedir…
 
Un duro ataque interno al presupuesto
CACERÍA DE EMPLEADOS “TRUCHOS”, PERO
TODOS NIEGAN EL HABERLO  HECHO JAMÁS
 

   La hipocresía se descubre cuando los motivos que la pudieran haber impulsado, se generalizan en todos los colores del firmamento ideológico y político al menos en nuestro país -del que Córdoba no es la excepción- y a lo mejor sin tomar conciencia del daño que se le hace al presupuesto del que dependen tantos gastos que muchas veces sirven para aplacar picos de crisis, ayuda solidaria, obras prioritarias o acciones en beneficio de olvidados pueblos del interior del interior.
   Lo malo que al descubrirse las maniobras y el número de casos en los que alguien nombró, designó o de otra manera lo concretó, para beneficiar a exponentes del color político de quien firma las resoluciones, las planillas de personal o maneja las chequeras con las que cada mes se paga la inexistencia de tantos “servidores fantasmas” ahora estigmatizados como “empleados truchos” que nadie nombró pero ninguno dejó de cobrar, aunque jamás se haya enterado de su condición dependiente, vaya “a medias” con su benefactor o contribuya a las arcas del partido con el que simpatiza, porque de alguna manera hay que pagar las onerosas campañas precomiciales, en un país donde muchos aman tanto la democracia y las elecciones, que les encantaría tener una cada seis meses, o tres al año.
   La bronca reventó con el caso del político cleptómano que hasta se había dado el lujo -al menos eso es lo que se comenta- de tener más de un “empleado” por así decirlo, que no tenía ni la más remota idea de estar contratado en un organismo estatal.
   Lo mejor en estos casos, cuando se involucra a todo el arco político e ideológico de los que nos rodean y formamos parte de esa comunidad ciudadana de convivir, es dejar que los pertinentes funcionarios tomen a su cargo una investigación seria, veloz, terminante y ejemplificadora, de terminar de una buena vez con esas avivadas que hacen tambalear las cifras que como previsión, manejan los organismos estatales.
    No tan solo los cuerpos legislativos han cedido a esa costumbre de tolerar a esa especie de “extraños inexistentes” y lo peor de todo es que si no ahondan las investigaciones, ni siquiera la Justicia podrá detectarlos, por lo menos, para que sus padrinos dejen de robar.
   Es hora que tal cometido se cumpla, como todos los políticos lo vienen prometiendo desde el fondo de la historia, aunque el más explícito fue aquel dirigente sindical que dijo, en tono preclaro y convincente, que al país lo sacaríamos de su postración si dejáramos de robar por un par de años…
   Sincericidio, que le dicen…
 
Para la Sra. de los ojos vendados
LLEGARÁ EL DÍA EN QUE POR INJUSTAS
PENAS, ELLA TENGA QUE DISCULPARSE
 

  A propósito de las absoluciones en la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba y de los errores judiciales poco reconocidos, viene al caso retomar el concepto de inocencia ya que a esa inocencia se la define como condición libre de culpa o falta de malicia o mala intención.  
   La palabra deriva del término latín “innocens” y está formada por un prefijo negativo in y la palabra nocens que significa nocivo o dañino. Lo que significa que un inocente es alguien “no dañino” o “que no hace mal”. 
   En la antigua Roma los primeros juristas se esforzaron por defender como “principio de inocencia” que toda persona debía ser considerada inocente, y tratada como tal hasta que un juez probara su culpa, y de esta manera es reconocido y aceptado también hoy en nuestras leyes.
   El Principio de Inocencia se convierte así en algo similar a una vacuna para prevenir el error. Sin embargo este recaudo tan útil, se ignora en la causa del Registro de la Propiedad.
   Basta la lectura de algunos escritos judiciales que reconocen no tener pruebas o no saber en qué o cómo habría participado un imputado, para entender la violación que se cometió al encerrar a los acusados por largos años sin juicio alguno, haciendo que cumplieran condenas anticipadas.
   Más aún, cuando bajo el pomposo anuncio  de poderosos delincuentes, se condenó a personas comunes, sin jerarquía, poder ni fortuna, mientras ningún funcionario de alto cargo o gordo bolsillo figuró en el listado. Con este principio se evitaba el error. 
   Su arbitrario incumplimiento es algo que el Poder Judicial aún debe explicar.
   Y los afectados por la injusticia esperan la respuesta. 
 
Acerca del respeto a los derechos humanos
EL CLARO ENFOQUE  DEL  PRESIDENTE  BUKELE Y
LA  RELACION  QUE  LE  ASIGNA CON LA SOCIEDAD
  
   Bien sabemos que uno de los principales objetivos que prometiera en su campaña proselitista el presidente Nayib Bukele, quien ya gobierna El Salvador, fue terminar con el permanente y peligroso asedio de los narcos constituidos en verdaderos ejércitos, que virtualmente se habían adueñado del país.
   Su estilo, al menos para los autotitulados defensores de los derechos humanos, no era de complacencia ni suavidad, lo que generó airadas protestas y amenazas de los delincuentes que permanecían libres, quienes acusaban a Bukele de vulnerar todos esos derechos consagrados por organizaciones internacionales, gobiernos y otros sectores de la sociedad, aunque desde algunos de ellos partían denuncias de haber violado esos derechos con los detenidos en las cárceles.
   Bukele no se dejó amedrentar por las protestas y motorizó un estilo represivo-carcelario, cuyos fundamentos es mejor que los evaluemos después de escuchar al propio Bukele dirigiéndose a la ciudadanía salvadoreña explicando, sin ataduras demagógicas ni temores frente a las amenazas recibidas, de qué manera evalúa los derechos humanos, su respeto y sus violaciones.
   En una de esas algo aporta al conocimiento de nuestros funcionarios, responsables de esas cuestiones que nos aquejan y que no alcanzan a comprender que con la pachorra en tomar decisiones y acciones, corremos el peligro de caer al mismo abismo del dominio del narcotráfico en el que cayera el Salvador:
   Escuchemos a Bukele…
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Nota: la grabación de los casi 4 minutos de la interesante exposición del presidente salvadoreño, estará a disposición desde el mediodía del lunes 10 de febrero, en este mismo espacio.
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En estado deliberativo generalizado
CÓMO SERÁ  DE  ABURRIDO  EL  PANORAMA NACIONAL
QUE A LA DIVERSIÓN LA APORTÓ DIEGO BRANCATELLI
 
   Muchos están de viaje, otros optaron por vacacionar sin salir del país, no sea cosa que al volver se encuentran con que les cambiaron las cerraduras del despacho y otros temores, desviaron la atención ciudadana al deporte, entre otras alternativas, y le tocó una vez más al fútbol ser principal protagonista de hechos tan curiosos como patéticos y por momentos graciosos.
   Aquel muchacho enceguecido por su militancia kirchnerista, de apellido Brancatelli y creo que Diego de nombre, fue estrella fulgurante por sus declaraciones recientes, dentro de las cuales se prendió de ídolos no tan solo compatriotas, sino del mundo, como lo son Messi y también nuestra Selección tricampeona mundial del fútbol.
   "Son una vergüenza, ninguno se la juega, nadie se preocupa por el pueblo que la está pasando mal. Diego te extrañamos", apuntó Brancatelli contra los futbolistas y deslizando que Maradona estaría en la vereda de enfrente de Milei.
   Pero su odio deportivo, suponemos, fue más allá, al referirse a Lionel resaltando: "Bancás a este Presidente, cuando esto explote, cuando esto caiga, vamos a ir a buscarte, eh".
   Obviamente  que el desquiciado fue cuestionado con dureza en las redes por sus manifestaciones e insultos contra los futbolistas del seleccionado y, principalmente, contra Messi y aquí surge lo insólito porque aparte de otros funcionarios gubernamentales que adhirieron al rechazo de tales insultos, sin dejar de lado al presidente Milei, además de Milei y el ministro de Economía Caputo se sumaron a quienes rechazaban esas impertinencias del  vehemente periodista, ya desdibujado de los escenarios que solía ocupar durante sus tareas de apoyo al kirchnerato. Otros funcionarios del Gobierno se sumaron a las críticas.
    Luis Caputo, con la firmeza que lo caracteriza apeló a una graciosa chicana, expresando irónicamente: "Imagino la preocupación de la Pulga". Y por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, sostuvo que "la locura es total" y "el estado de desesperación los enceguece". Y siguió: "Nunca pensé que llegarían al ridículo de atacar a Messi. La envidia y el resentimiento son los pilares del socialismo empobrecedor que ellos defienden. No pasarán".
   Brancatelli acumuló bronca al enterarse que el Presidente Milei recibió en la Casa Rosada a los dueños del Inter Miami, quienes le regalaron a él y a su hermana Karina una camiseta firmada por Messi.
   ¿De la actividad política en Buenos Aires? Es tan intensa, variada y por momentos agresiva, que prefiero que sean los especialistas en la alta política los que se encarguen de divulgarla y calificarla.
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Bonus track
(La memoria es el lápiz de la historia) G.F. 
REVOLVIENDO EL ARCHIVO SOLEMOS ENCONTRAR
COMENTARIOS QUE NO HAN PERDIDO ACTUALIDAD
 
   Es tan complicado hablar de la convivencia civilizada o no de una pareja en el común de la vida, porque no es simple andar merodeando en intimidades que por lo general arrojan un resultado que estoy seguro nadie se animará a discutirme: el comedido candidato a mediar en una situación, resulta inevitablemente responsable de las consecuencias del arreglo o del agravamiento del problema y pasa a ser peor que un trapo con piojos para los principales protagonistas de la situación conflictiva.
   No quiero en consecuencia que a nadie se le ocurra tomarme como componedor de ciertas diferencias ya indisimulables que mantienen desde unos meses atrás el Sr. Presidente de la Nación y la Sra. Vicepresidente que lo honrara con la distinción de ofrecerle tan delicado cometido, como lo es gobernar a un país en estado casi permanente de crisis, sin tomar en cuenta los desastres que en todo sentido, hacia adentro y hacia el exterior, provocó la brutal pandemia que para unos estuvo perfecta y científicamente bien encarada, y para otros no dejó de ser una muestra del argentino estilo de los parches, las improvisaciones, la corrupción y los remiendos, en un escenario donde nadie osa practicar la autocrítica y las culpas son siempre de los otros… o de las otras y si se quiere, de los otres.  
   El tema que más duele, indigna y nos atropella la indignación es que nadie, nadie de aquellos unos, otros u otres ha podido explicar con fundamentos reales y no demagógicos, a quién o quienes hay que facturarles los 130.000 muertos y los consiguientes descalabros que provocaran todas las situaciones anormales que nos tocaran compartir, al menos a nosotros como espectadores de un espectáculo no deseado.
   Y realmente quiero decirlo de corazón; que se dejen de pelear como pendejos imberbes y virginales y se ocupen de guiar este barco con su rumbo tan incierto como errabundo y ciclotímico que no sabemos a dónde cuernos nos llevará, si la autoridad sigue empecinada en pelear para quedarse o encuevarse en lugar de gobernar, de dirigir, de jugarse en soluciones reales y no recitadas.    
  Se mueven en campaña cuando -duele decirlo- no se sabe si llegarán todos esos apresurados combatientes de la promesa y del anuncio por encima de las realizaciones y los logros.     
   Pero que al menos, y esto es un ferviente ruego, que se respeten como personas porque no deben olvidarse que por encima de todos los cargos, títulos, diplomas o beneplácitos que ostenten, tienen la obligación de ser ejemplo para la ciudadanía.      
   Y eso, a la luz de la realidad que a cada momento nos impacta, está lejos, muy lejos de ser logrado.
   En mi entusiasmo por refrescar la memoria colectiva con relación a la actual situación nacional de crisis, olvidé consignarles un detalle: a este comentario que acabo de recrear, sin cambiarle nada, lo pusimos al aire el domingo 17 de abril de 1922, en la edición nº 721 de Síganme los buenos”.  
   El título advertía: “Aunque no sea momento para derrapes…Es  virtualmente  imposible  negar o maquillar el consumado divorcio en la cúpula del poder”.
   Para aquellos que hicieron de la confrontación y la chicana una especie de percudido deporte, que recuerden y asuman la responsabilidad y la autoría del daño que le hicieron al país y a su gente.
   Que ahora en la cúpula del poder, los que sepultaron a la tendencia “K”, no se empecinen en transitar el mismo camino, porque está probado que es el que lleva, indefectiblemente, al colapso de la Democracia.
   Y no es un diagnóstico saludable.
 
LA DE ESTA EDICIÓN,
BÍBLICA  DESPEDIDA
                   

                       Una vez más optamos por la contundencia de buenos
                    conceptos surgidos de la Sacra Biblia:  “Todo tiene su               
                    tiempo  y todo cuanto se  hace debajo del  sol  tiene               
                    su hora.   Hay  tiempo  de  nacer y tiempo  de morir;     
                    tiempo de plantar y tiempo de arrancar  lo plantado; 
                    tiempo   de   herir   y   tiempo  de  curar;  tiempo  de
                    destruir  y  tiempo de edificar”.Que lo asuman  todos
                    aquellos ansiosos  que  esperan milagros.

 

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