22 de septiembre de 2025

“Síganme los buenos” edición de emergencia en Primavera

Edición escrita especial de “SÍGANME LOS BUENOS” que desde una década y media
atrás viene produciendo y dirigiendo el periodista “Gonio” Ferrari, como repudio y
rechazo a la censura que a dicho espacio radial de elevada y fiel audiencia dominical
le impusiera sin ninguna intimación ni aviso la conducción de los Servicios de Radio y
Televisión dependiente de la cuatrisecular Universidad Nacional de Córdoba.

TODAVÍA NO MERECEMOS EL
SILENCIO. AÚN HAY QUE GRITARLO
Hugo Mujica



PARA  NO  PERDER  LA COSTUMBRE, DE VEZ EN CUANDO
TENDREMOS ALGUNOS  TEMAS COMO PARA COMENTAR
 
   Antes que nada, conviene aclarar que la nuestra es una medida que tomamos en legítima defensa de nuestra libertad de expresarnos, como actitud de respeto a las leyes y de manera especial a nuestra Constitución Nacional, vulnerados por esa pésima y repudiable ya instaurada como costumbre, de exigir “urbe et orbi”  que todos pensemos según el caprichoso e infantilizado libreto que parte desde alguna empecinada usina de conducción política que no escarmienta ni se adecua a la evolución de los tiempos ni de las consultas populares.
   El  volumen de información que se genera en estos escenarios no tan sólo en Córdoba sino en Argentina, el cono Sur y en todo el universo nos enloquece por agotamiento, que estamos con la cabeza a punto de estallar y que no vemos la hora de volver a la normalidad para tomarnos revancha de tantas exigencias que la realidad nos impone, hacer la maleta con poca ropa, algún buen libro, el pasaporte al día, unos cospeles que hayamos podido amarrocar y partir con rumbo desconocido en actitud de merecido descanso.
   Queda por establecer sin enojos pero con objetividad si haremos que sea un viaje de placer o que lo hagamos con la familia.
   Dejando de lado cualquier especulación en tal sentido y seriamente evaluando, suele ser saludable descansar de tanta ponzoña, desencuentros, rivalidades, enconos y estériles como inoportunos enfrentamientos para llegar a masticar y deglutir una realidad que bien puede tratarnos bien o como en la mayoría de los casos, que la disconformidad sea otro de los sentimientos que nos invada hasta hacernos perder los estribos, disparar al banco, extraer todos los ahorros que hayamos acumulado y corramos raudamente para evitar los alevosos recargos por mora que nos fusilan, poner al día nuestras cuentas por alquiler o cuota del crédito que solían otorgar para la casa, el pago de la luz, el teléfono fijo, los celulares de ella y de los chicos, el kiosquero que nos deja el diario, la cuenta del gas, los impuestos municipales, provinciales y nacionales, las cuotas atrasadas de los seguros, el colegio de los chicos, el transporte escolar y alguna otra obligación que, realmente, nos obliga a sentirnos crocantes de secos con la soga apretándonos el cuello, más 
algunos olvidos que el volumen de la morosidad al menos ha servido para dejarlo de lado hasta el próximo mes o para la cuota del medio aguinaldo a mediados de diciembre, si no es que se les ocurre a los que mandan que deberán pagarlo en cuotas, porque… bueno, razonesy pretextos jamás faltan.
   Lo tomemos con calma, porque el mañana puede ser más severo con nosotros, a menos que seamos empleados públicos de nivel, jubilados de privilegio, legisladores o ediles, beneficiarios de alguna jugosa herencia o seamos parte de esa pléyade de sacrificados servidores de la Patria que son aquellos argentinos y argentinas dedicados a servir desde las conducciones sindicales. 
   Algo tenemos para que leamos hoy y podamos comentar mañana en la oficina, en el bar, durante el viaje en el bondi o mientras cumplimos con el mandato de no quedarnos quietos, porque los huesos se oxidan.
   En consecuencia, vamos a lo nuestro agradeciendo la actitud de frecuentarlo, lo que nos hace menos desgraciados y un poquito más felices…
                                                           G.F. y su fiel equipo de producción
 

Estación más esperada que a los reyes magos
LA PRIMAVERA YA ESTÁ ENTRE NOSOTROS
CON  SU  CARGA DE  ABRIGOS Y PERFUMES  
  

   Ya estamos viendo las hormonas pasearse por las calles, por los parques y plazas, caminando por la peatonal, en fin… por toda la ciudad maravillosa que es nuestra Córdoba, cuando a decir del poeta todo revive y sale de la hierba un ruido que se eleva como un largo
murmullo... La vemos en una juventud única, irrepetible y en mucha medida candorosa ante la natural carencia -todavía-  deexperiencias negativas y por exceso de cariño en el ámbito de su vida cotidiana, con el cofre del alma lleno de proyectos, deseos y la cercana esperanza de vivir gratos momentos.
   Ricos y pobres, clase media o con vocación de carencias es lo mismo para cuando se ronda desde los 14 años del acné hasta la edad de la emancipación en todo sentido, el ansiado picnic con destino o no de romance que les cambia la vida y les va enseñando el camino para llegar a los años adultos ya cargados de recuerdos, así sean alegrías, sinsabores o tempranos y lacrimógenos olvidos.
   Todo esto es el anuncio primaveral, que por una inusual forma de asomarse, nos hace pensar que incluso el Creador, el Dueño de Todos los Relojes, estuviera apresurado por ver felices a los adolescentes.
   Casi no hemos tenido invierno riguroso hasta ahora. Seguramente ese viejo gruñón de vientos llegará tarde para hacer sentir la severidad del frío, la inseguridad de la escarcha y la moquera molestia de las narices heladas.
   La primavera, más que insinuándose y haciéndose desear, ya llegó y nos llenó el alma de colores, polleras breves, diluvios hormonales, esperanzas y la felicidad que estuvo amodorrada en la antipática y abrigada estación con su carcelera obligación de encierros, fogones, cachetes colorados, poco románticos calzoncillos largos y un pañuelo en cada bolsillo
   Le abramos las puertas tanto los jóvenes como nosotros que por una ley natural, cada vez más nos encanta ver la felicidad en nuestro prójimo, como si ya nos aburriera la rutina anual de pasos apresurados, mullidos acolchados y  espirituosas bebidas. Porque ser feliz, también para el Altísimo como le quieran llamar, debe ser la mayor de las glorias.
   El secreto está en saber compartirlas, dulcemente  y en plenitud…
Gonio Ferrari
 


A propósito de un dicho que arrastra mala fama
LA SOMBRA DE  UN ARBOL QUE NO ALCANZÓ A
ECLIPSAR CASOS DE INJUSTICIAS IRREPARABLES
 

   De aquel viejo dicho que históricamente se juega sosteniendo que se necesita un escándalo  público para neutralizar la trascendencia de otro, no viene dando los resultados apetecidos imprudentemente de antemano por quienes -“sesudamente”- lo metieron en la consideración ciudadana para alcanzar escasa trascendencia popular, sin que a la vista les redituara al menos el consuelo de un escaso y mezquino beneficio.
   Aquello tan trillado de la sombra de un árbol que se necesitaba para silenciar o sacar de su escena al bosque, alcanzó una notoriedad “al revés” de quienes la llevaron a la práctica en un vano intento por alcanzar algo parecido a un equilibrio de los números de audiencia o “rating” que le llaman, tanto en las señales televisivas, como en las varias frecuencias radiales que tienen su punto de partida en los Servicios de Radio y Televisión de nuestra cuatrisecular Universidad Nacional de Córdoba.
   Es la misma empresa que no muchos años atrás lograra ser líder en las mediciones y aportante de algunas actuales “estrellas” del periodismo que emigraron seguramente persiguiendo una estabilidad que no gozaban, el equipamiento para que el esfuerzo humano no fuera vano  y la consecuente repercusión, lo que ligado especialmente con la llegada de cada final de mes a los números los consolidan porque aportan eso que le llaman seguridad, una especie de vacuna contra el descontento, la debilidad del entusiasmo y un “acta de defunción” para las consabidas medidas de fuerza.
   Sus cámaras y micrófonos llegaron a ser señeras hasta que la aparición de ese flagelo que le llamaron “periodismo militante” -precariamente disimulado-  los fue rotulando con inclinación y preponderancia hacia el kirchnerismo y dejando lentamente en el rincón de los olvidos,  aquella saludable costumbre del respeto a ultranza de la libertad de expresión consagrada en nuestra Constitución Nacional pero con mal disimulado acatamiento en el ámbito periodístico, pese a lo cual y con pésimos balances “hacia adentro” fueron desprestigiando una imagen otrora respetada pero doblegada por el fanatismo ideológico.
   En los últimos meses o pocos años ha venido creciendo una situación anormal en el manejo de los SRT al menos dentro de lo que se conoce y existen pruebas, que obtuvieron como resultado -entre otros- un cierto deterioro en cuanto a la cantidad de oyentes y televidentes que acompañan a esas señales. Es en cierta medida por el desplazamiento de algunos segmentos periodísticos con vigencia superior a una década, al igual que otros espacios casi “clásicos” que ya habían consolidado posiciones dentro de las respectivas carteleras, con el agravante de haber lesionado el sacro respeto que se le debe a la libertad de expresión,  la estabilidad de propuestas muy bien conceptuadas y medidas y la afrenta que significa “filtrar” por el cedazo de la intolerancia fortaleciendo las tendencias izquierdosas, desplazando a ciertas expresiones donde la libertad es realmente “salvaje” porque a nadie se censura, a nadie se le niegan espacios ni se les exige un acatamiento a la línea periodística ni se los limita tanto en micrófonos como frente a las cámaras.
   Una manera cabal de establecer las diferencias, es acudiendo al registro del número y textos de los mensajes que se cursan a una línea telefónica. Allí no se seleccionan y menos se eligen las opiniones, que tampoco se marginan y menos aún que sean víctimas de la atrocidad cívica y “zurdoide” que es la censura lisa y llana, sin explicaciones, lo que ha creado algunas rispideces cuando se leen textualmente ciertas participaciones de oyentes que lo hacen con escaso respeto por el pensamiento ajeno.
   Y ahora es preciso que retomemos  la consideración del tema principal de este comentario, una alusión a eso tan relativo que es alguna conclusión inteligente acerca del árbol que impide tener acceso visual hacia el bosque.
   Hay veces que los intereses, la angurria, la impunidad consagrada y las ventajas que aportan los silencios otorgados mueven a que se fortalezca el cúmulo de primacías que ayuda a quienes buscan asegurarse la indemnidad y robustecer su imagen de ciudadanos decentes. No sería novedad que actuaran con sentido familiar, como se sospecha  que lo venían haciendo, en lo que lograron un éxito pasajero hasta que el tema -por ejemplo- de las autobombas “hizo agua” hacia adentro con abortivo resultado y con la suerte al menos monetaria pero no eterna ni segura porque aquel embarazo “venía de nalga” y con otras complicaciones, hasta el punto de terminar en un aborto no deseado ni calculado por sus ”papis” que confiaron demasiado en ”silencios ajenos” que no les permitieron siquiera pedir disculpas a quienes engatusaron con la promesa y los anuncios -incluida costosa publicidad callejera- de acceder a un espacio televisivo de la mano de una “estrella en pleno eclipse” que dejó esta inquietud de lado y para mejor futuro soñando con vientos favorables guardando para otros venideros tiempos sus maquillajes, pelucas y  atuendos que creíamos eran todos exclusividad de quienes lucían en los ya superados y antiguos “teatros de revista”.
   Las cosas se venían complicando aunque en otro terreno de las anomalías pero con los cuestionados personajes, “arribistas” y ventajeros, guiados por un líder de pacotilla que resultó ser acosador de compañeras y frente a todos los testimonios en su contra que venía acumulando, no le quedó otra salida -ni siquiera decorosa- que abandonar la nave que inexorablemente se hundiría y buscó refugio en Baires -allá donde se cocinan muchas cosas de aquí- logrando el amparo, la “protección” y la impunidad que alcanzara una cuestionada “puntera” ya condenada, en tiempos no tan lejanos dedicada a gestionar y lograr ayuda financiera para sus productos relacionados con la defensa de los derechos humanos, pero que se dio el impune lujo de enriquecerse, “comprar” una radio -o una frecuencia-  y asociarse con uno de los fantoches, criminal convicto, que pelechó saliendo al aire con esa emisora para vender entre otras mercaderías, “sueños compartidos” que terminaron en verdaderas y dolorosas pesadillas.
   La “estrella” mediática que conduciría ese espacio televisivo por el canal universitario -que supo ser sin excepciones orgullo de los cordobeses- se quedó en llanta cuando trascendieron sus andanzas persiguiendo y acosando a mujeres que fueran sus compañeras y al derrumbarse ese castillo de naipes marcados, las dos autobombas (¡Siii! dos autobombas) que fueron adquiridas, o alquiladas, o cedidas por cuarteles de bomberos del interior provincial que las habían desafectado para la lucha contra el fuego, pasaron un largo tiempo a la intemperie en el amplio y arbolado parque que rodea a los S.R.T. y de la frustrada “estrella de la TV” nada más se supo aunque sus andanzas de cuando en cuando trascienden junto a otro “personaje” que en la cúspide de su notoriedad, dejó silenciosamente esta Córdoba que no es tonta y el tipo luce ahora en el canal de televisión por cable más amarillento que tiene el país.
  Con estos datos advertimos con preocupación y mucho de angustia, que Buenos Aires pasa a sumare a los destinos que eligen o las circunstancias imponen a no pocos ejemplares de la fauna periodística de esta Córdoba siempre sorprendente, en la que están sospechados por su participación en algunas ”travesuras” con las que nuestras leyes no están de acuerdo y con lo que los SRT de la Universidad Nacional de Córdoba de la que todos seguimos sintiéndonos orgullosos y ahora en situación o “estado de sospecha” alcanzado, no merecen ni lo merecen los blasones, el cariño y el respeto que lucen pese a todo -los SRT- aunque los invasores por la vía ideológica no 
merezcan esos sentimientos cosechados con más de 400 años de vigencia, lucha tenaz contra la ignorancia y generosa formación de profesionales.
   Es momento entonces de volver al árbol y a su sombra, convencido que esa sombra quebuscara eclipsar situaciones más graves por lo atentatoria a los consagrados y humanos derechos, no logre el objetivo de sepultar en el más lacerante de los olvidos situaciones anormales, como lo son los casos de profesionales del periodismo que resultaron víctimas de medidas absurdas, que en los casos de la periodista Roxana Menéndez y del colega Claudio Ferrer tuvieran desenlaces fatales al ser víctimas de esa brutal manera de castigar opiniones no coincidentes con la conducción empresaria, aplicando una de las más crueles medidas disciplinarias para
silenciar a un periodista, que es impidiéndole serlo con la aplicación del cumplimiento del horario laboral, pero sin opinar acerca de nada.
   Saber que ambos descansan en paz no alcanza ni siquiera para exculparlos, porque la justicia de los hombres suele ser exageradamente tardía,  demasiado leve, insuperablemente contemplativa y cercana a las amnesias.
   No habrá ningún árbol ni la más interminable y extensa de las sombras, que consigan empujar a Roxana ni a Claudio y a todas las víctimas de la feroz censura con inhumanas consecuencias, a los oscuros recovecos del olvido.
   Y tampoco habrá manera de convencerme, en mi condición de periodista libre e independiente, que los responsables e instigadores de esas partidas sin retorno pueden, cada noche, mirar de frente a sus familiares y  dormir en paz.
 
GONIO FERRARI
Periodista censurado

NO PERDAMOS LAS ESPERANZAS Y ROGUEMOS
QUE LA JUSTICIA NO SEA OTRO ESCOLLO A SUPERAR

Esperamos para el próximo domingo haber superado los inconvenientes técnicos –más allá de la inconstitucional aplicación de la censura que padecimos este día inicial de la Pimavera, jornada de festejos y jolgorio especialmente para la maravillosa juventud argentina. Seguramente nuestros seguidores tienen noción de lo que es poner en las redes un espacio radial que no se escucha, pero al día siguiente es posible leerlo. Ese es momentáneamente nuestro objetivo hasta recuperar lo que tan injustamente nos birlaran en una actitud autoritaria y desembozada, para caer a un abismo de mediocridad que se acentúa con el paso del tiempo y una eventual consagración de la impunidad, en un acto violatorio de las leyes que nos rigen, incluyendo a la Constitución Nacional que bueno sería al menos la leyeran antes de apresurarse a tomar una medida que nos perjudica, aunque sirve para que la opinión pública tenga noción de un proceder tan vertiginoso, más que injusto y repudiable.
   Si todo camina como lo imponen las leyes, el domingo próximo tendremos la enorme satisfacción cívica y profesional, de volver a leernos y escucharnos en ejercicio de eso tan sagrado que se le llama gozar de la salvaje libertad. ¡Mil gracias!
G.F, y equipo

11 de septiembre de 2025

Sarmiento ya está en el bronce…

EN ESTE DÍA TAN ESPECIAL QUIERO ABRAZAR A
QUIENES  SIENDO NIÑO, FUERON MIS MAESTRAS


   Desde  la tarima de los tiempos, ahora que puedo al menos intentar lucir mis 86 flamantes añitos, con más de seis décadas y media de ejercicio ininterrumpido de este vicio -el periodismo al que muchos le llaman “profesión”- intento revivir aquellos tiempos de nuestra grandeza como país, del casi mágico “granero del mundo”, de los dichos europeos que aseguraban que Argentina tenía una de las mayores reservas de oro y otras riquezas en el mundo; de lejanos entonces que salíamos de casa y teníamos la certeza de regresar sin que nos asaltaran, del asado de cada mediodía dominguero, del fanático que podía ir con su esposa y los niños a ver un clásico de fútbol sin tener que resignarse a terminar en un hospital o en la comisaría, de ir al almacén del barrio y con cinco pesos comprar azúcar y yerba, de cuando dejábamos la bici apoyada en un árbol  en la vereda frente a nuestra casa y nos íbamos a dormir y al otro día esa bici todavía estaba allì, en fin, me refiero a tiempos idos, en los
que al cantar “Aurora” mientras el lienzo celeste y blanco alcanzaba las alturas, dudábamos si “…alta en el cielo un águila guerrera” se refería a
la Bandera Nacional o a nuestra maestra.
   Mi admiración, mi respeto y mi cariño por ellas.
   Por las de ahora y por las otras, las que quedaron allá lejos pero muy dentro de mí, atesoradas en un rincón de mi alma de niño.
   Porque al activar esa caprichosa parte del cerebro y del alma que se empeña en manejarme la memoria y viajo hacia mi escuela primaria, llego a una especie de bloqueo porque a una de las que fui, ahora es un coqueto shopping y la otra, el Pio Décimo de los salesianos, es como si se me hubiera traspapelado en esa añosa bruma que atesoran los almanaques.
   No creo que aunque el prócer lo merezca sea momento de ocuparme del Sarmiento. La historia ya lo llevó al bronce merecido porque  evocar tiempos pretéritos, asumo de venir de años en que la maestra, hasta segundo grado, era en verdad nuestra segunda mamá.
   De tercero a quinto se transformaba en  la persona que más sabía de la vida y sobre todo la que no perdonaba los horrores de ortografía, mi desequilibrio matemático o los equivocados tiempos de los verbos.
   Ya en sexto cuando teníamos otros ojos para verla,  dejaba de ser la segunda mamá, la peor de nuestras censoras, la que nos convencía que el Everest  era más alto que el Cerro de las Rosas, y que San Martín había cruzado los Andes.
   Y ya frente a nuestra explosión hormonal casi inmediata, se transformaba en un precoz objeto de deseo.
   Por eso no olvido mis primeros viajes imaginarios a los más recónditos rincones del planeta, la importancia del Pi 3,1416 o aquella fantasía de las
frases que según la edulcorada y poco documentada historia, habían pronunciado nuestros próceres y mártires al morir.
   No por una reacción tan humana como oportuna para la edad y el desarrollo, olvido las torneadas piernas de Marta Ceballos, los ojazos y la ternura de Gloria Perla Grimaut de Milich quien partió casi centenaria pero siempre lúcida y memoriosa.
  Debo confesar como “enfermo de sincericidio ineludible”, que también me resulta inolvidable el fervor etílico de un par de maestros “mangines”, uno cura obviamente gordo y el otro civil y macilento,  que tenía en los salesianos y hurgando en aquellos ayeres, tomo como ejemplos a la Mima, Rosalba, Lucy Scanferlatto y muchas otras.
   Ahora, desde el “observatorio” que  generosamente me dan los años, valoro mucho más el sacrificio y el compromiso de la vocación por enseñar, al menos en aquellos tiempos que la maestra desde su sabiduría, era ejemplo a imitar y no compinche para sus alumnos,
porque asumía el valioso y patriótico compromiso de educar y formar a varias generaciones; era la docente que se pelaba las pestañas en el aula y llevaba tareas a su casa y era el arquetipo, la consejera integral porque nos instruía para el aula y para la vida, a diferencia de la actualidad que son cocineras, confidentes, enfermeras, asesoras en materia de sexo y administradoras.
   Antes si el niño tenía malas notas, el culpable era el niño, como nunca debió ser de otra manera.
   Ahora la modernidad la transformó de tan injusta manera que si el niño no pasa de grado a la culpa se la endilgan a la maestra, muchas veces obligada a soportar agresiones del grupo familiar de algún descarriado.
   En los penosamente recientes, complicados e inciertos tiempos de pandemia la entrañable figura de ella, la maestra, adquiere dimensión monumental por su ausencia, aunque se busque asignarle presencia cósmica que no es lo mismo porque no reprende cuando alumnos lo merecen ni los abraza o los consuela cuando desesperadamente lo necesitan.
   Mi homenaje que cada año les rindo, no va dirigido tan solo a quienes
tuvieron la dura tarea de intentar desburrarme, sino a las que me marcaron un camino de decencia, de honestidad, de respeto y de compromiso con el prójimo.
   Aquellas maestras, mis maestras, siguen siendo iguales a las maestras de hoy, con los cambios lógicos que sobrevinieron con la llegada del progreso en las comunicaciones, la televisión, la cibernética, internet,  la naciente “inteligencia artificial” y otras evoluciones, o no poder tenerla cerca por culpa de la peste patentizada por  un minúsculo bicho más pequeño, muchísimo más pequeño que el ojo de una ita.
   Porque si hablamos de vocación, cada maestra sabe cuál es la cuota de entrega que ha puesto al servicio de sus alumnos estando presente o aislada por la exagerada cuarentena que por culpa de su manejo político más que científico y humano, no logró disminuir los miles y miles de casos que terminaron en una gigantesca fatalidad que aún lloramos.
   Mi admiración, mi respeto y mi cariño por todas ellas.
   Por las de ahora que cargan nostalgias por no ver a sus endiablados alumnos y por las otras, las que quedaron allá lejos pero muy dentro de mí, atesoradas en un rincón de mi alma de niño.
GONIO FERRARI
 

31 de agosto de 2025

EDICIÓN ESCRITA DE “SÍGANME LOS BUENOS”, ESPACIO CENSURADO POR LOS SERVICIOS DE RADIO Y TV DE LA CUATRISECULAR U.N.DE CBA.

Tardío pero merecido desagravio
ANTAÑO EL MES  DE  AGOSTO NO ERA DE
MORIR SIN QUE HICIÉRAMOS BARRILETES
 

   No es lo mismo, pero así como esperábamos Nochebuena, Navidad, el año nuevo y los carnavales, las ansias por apresurar la llegada de agosto solían ser superiores en cuanto a nuestras expectativas: el eólico agosto de los vientos, mes que nos remontaba a las alturas pendiendo de la debilidad de un hilo, la fragilidad del papel, la elasticidad de las cañas y los trapos inútiles que de por sí, bien estaban destinados a la cola.
   Sin etapas intermedias en el tiempo pasábamos a ser hermanos del engrudo y de las cañas, dejábamos los trompos, las figuritas y otros inocentes pasatiempos esperando los vendavales de aquel aire tibio, que no era necesario para subir la temperatura de nuestras primeras incursiones como si las ráfagas nos empujaran hacia ellas, las bonitas del barrio que coloreaban sus cachetes sin necesidad del cómplice sol.
Sin etapas intermedias en el tiempo pasábamos a ser hermanos del engrudo y de las cañas, dejábamos los trompos, las figuritas y otros inocentes pasatiempos esperando los vendavales de aquel aire tibio, que no era necesario para subir la temperatura de nuestras primeras incursiones, como si las ráfagas nos empujaran en aqellos entonces cuando me tocó vivir una de las décadas más flices e inolvidables, viviendo a la mitad justa el Pasaje Italia, a media cuadra de la arbolada Augusto López cuando los primeros sofocones de naciente virilidad nos coloreaban los cachetes sin necesidad del cómplice sol.
   Nuestros enemigos dejaban de ser los insoportables vecinos de la otra cuadra, o de otro barrio, o de la “barra” antagónica que vivía provocándonos y de manera especial a aquellos que tenían hermanas de la misma edad que
nosotros, pero de más avanzado desarrollo hormonal, nacientes curvas y polleras cada vez más breves estimuladas por las ráfagas calientes que contribuían a nuestro placer cuando se nos alejaba la niñez.
   Renacía en nosotros ese oculto artesano que dormía once meses y se despertaba cada año en agosto, cuando volaban los flequillos y los pelados se agarraban la frente no sé para qué.
   Buscábamos cañas y todo lo necesario incluyendo los trapos para la cola, a veces yapada con hilachas de ropas o con algunas tiras de escondidas prendas íntimas, porque los hacíamos nosotros y el placer era fabricar nuestros propios sueños de volar sin alas propias.
   La aérea sinfonía de mediomundos, estrellas, papagayos o cuadrados invadía de colores las alturas cuando la pericia se demostraba en el “tinquéo” del hilo, en los cabeceos de la pandorga, tratando de esquivar los ramazos y en la velocidad de los “mensajes” que enviábamos en papelitos aleteando por el cordel hasta los tiradores, mientras los bramadores hacían escuchar su ondulante grito autoritario.
   Allá arriba la distancia nos igualaba a los barriletes de papel de seda con los modestos modelos que lucían páginas de La Voz del Interior, de Los Principios o del Córdoba. Y estaban los otros más impersonales con tenuemente  amarronado papel de estrasa, ese que usaban en el almacén para envolver.
   Y solían quedarse bien arriba deleitándonos casi inmóviles o balanceándose en todas direcciones para nuestra delicia que casi nos embalsamaba los ojos con aquel paisaje.
   Esa era la dulce fascinación, nuestra inocente hipnosis de emborracharnos precozmente de ilusiones en cada agosto, mes mágico en el que envidiábamos a los pájaros.
    Siendo mocoso, el barrilete me hacía sentir que era dueño de un pedacito de cielo y que podía caminar entre las nubes…
    Nada mejor que las gratas y vívidas ausencias para tener ese enorme placer de recordarlas hoy, cuando aquel agosto ya viajó en el viento.
    Pretendo, simplemente, evitar la injusticia del olvido...
                                         GONIO FERRARI
                                   Periodista memorioso
 
Llegó la hora de volver a la normalidad
ES TAN PÉSIMO COMO  RIDÍCULO QUE EL
CAOS Y LA MENTIRA SEAN LOS CAMINOS
 
   Es absolutamente certero e indiscutible aquello que el apuro engendra indiscutiblemente el error en todo, y que de esa rapidez que es asimismo una virtud, engendra por su parte un vicio que es la prisa y es por eso que no pretendo apresurarme para no caer, involuntariamente pero a sabiendas de un error, que por y con rapidez, me empuje a caer en conceptos, acusaciones y sospechas que me trasladen sin escalas al ri
   Aunque si llegara a tal extremo me consuela haber leído que la sabiduría, que era un adorno del genial Willy Shakespeare, proclamaba que quien va demasiado aprisa, llega tan tarde como el que va muy despacio.
   Bahh, yo me entiendo, aunque trasladando mis dudas a la realidad nacional, quedo más en ayunas que el más empedernido, fanático y religioso de los fakires hambreados por su propia y sacralizada voluntad.
   Por todo este palabrerío, confuso e incoherente hasta pisar lo inentendible, es que no alcanzo a comprender a dónde, por dónde y cuándo pretenden llegar a normalizar la marcha del país con posturas tan enfrentadas como las de Milei, quien ya había anunciado en su campaña, motosierra en mano, todo, todo lo que haría pero sin caer en dramatismos ni incitaciones al suicidio masivo, en contraposición a lo que con enfermiza calma anuncian desde el poder, en este caso nacional pero impopular, que no dejarán la protesta callejera, las presiones dentro de los organismos estatales, los monumentales gastos de dinero aplicable a otros destinos, pero en este caso para ensobrar a ciertos ejemplares del periodismo rentado extra, que todos conocemos, pese a que en la vereda del oficialismo también existen…
   ¿Es para malpensar, entonces, que la imaginación, el conocimiento, la experiencia y la honestidad de quienes nos conducen o creen hacerlo, son virtudes en desuso, que jamás tuvieron o que las malgastaron en fracasos cuando les tocara ser gobierno y no siempre apelaban a las armas legales sino en muchos casos a las letales? Si algún funcionario quisiera tener
la bondad de aportar una respuesta, se lo agradecería de alma.
   Realmente, la pregunta surge porque vetar el aumento a los hambrientos y maltratados jubilados que ex ella les otorgara y ellos, los viejos ya habían gastado a cuenta, con la seguridad que les hicieron esa patraña esperando que creparan en masa… Es de terror pero que alguien, alguna vez, fundamente una medida tan criminal como lo que encerró aquella, que ahora parece querer
emular un presidente que pone en dudas casi diariamente, estar en sus cabales. Los legisladores nacionales o la mayoría de ellos optó por la comodidad cívica aunque humanamente comprensible- de hacerse los osos con la indiferencia de no arrepentirse de sus caras maquilladas con cemento que fueron acumulando con el tiempo.
   Que la inflación parece estar casi dominada parcialmente ya es un éxito plausible que aporta un cierto grado de beneficio popular, porque es como si fuéramos lentamente hacia la normalización del valor de nuestra alicaída moneda, porque ya caminábamos hacia una devaluación que nos llevaría al ridículo y al enriquecimiento… del hambre y de las privaciones.
   Los medicamentos en muchos casos tienen precios inalcanzables para la mayoría de la población; los capos de las compras masivas de remedios siguen engordando sus billeteras, las cuentas de ahorro y seguramente tienen “embutes” en el exterior porque deben asegurarse un futuro placentero y sin privaciones, como ahora están gozando mientras las carencias crecen sin solución cercana.
   Hay muchos dichos de los sabios que es necesario hacérselos conocer a los gobernantes; a los políticos en general, como por ejemplo conceptos de Nietzsche: “Lo que me molesta no es que me hayas mentido, sino que de aquí en adelante, ya no podré creer en ti” o esa enormidad que era Sófocles al expresar, sin vacilar, que “una mentira nunca vive hasta hacerse vieja” aunque un proverbio judío asegura que “con una mentira puede irse muy lejos, pero sin esperanza de volver”.
   Tratemos entonces de elegir a quienes no nos mienten, o que al menos sean menos fabuladores y embusteros, expertos en rascarse para adentro sin importarles las angustias ni las estrecheces que deben afrontar cada día más argentinos privados de ayuda estatal, de sustento diario, de trabajo digno, de salud pública sin beneficios para los funcionarios que la administran, con la seguridad de un techo acorde con las riquezas argentinas, de la seguridad de salir de tu casa y saber que regresas ileso, en fin, de buscar las formas y los caminos que nos lleven a una auténtica reconciliación.
   Los argentinos no merecemos vivir de sobresalto en sobresalto; de crisis en crisis, de peste tras peste, de despojo en despojo agravado porque lo hacen “en nombre de la Patria”, de angustia en angustia…
   Parece mentira que a los popes del poder no les entre en sus cabezas, en sus corazones ni en lo recóndito de sus almas, que estamos cansados de engaños, de trampas, de mentiras, de actitudes teatrales, de desprecios y pérdidas de confianza.
   También agotada nuestra paciencia frente a imposiciones absurdas, de privaciones inmerecidas.
   El Estado tiene la obligación cívica y moral, vale repetirlo una vez más, de legislar acerca el funcionamiento dinerario de los sindicatos, gremios o como les quieran llamar, para terminar con esa dolorosa dicotomía de saber que hay dirigentes llamados a la conducción por la eternidad, que vacacionan y pasean en el costoso exterior con familiares y algunas cercanas amistades, poseen más propiedades que el aloe Vera, los yuyos serranos, también autos, lanchas y aviones para dirigir a una pléyade de hambreados obreros que para colmo, los reeligen hasta el hartazgo.
   Y para el final de un tema tan espinoso como lo es el ejercicio y la práctica descarada de la demagogia, prefiero citar a Napoleón para que quienes nos gobiernan o creen que lo están haciendo, lo tomen y asuman como una verdad bíblica: “Es más fácil engañar que desengañar”.
   Los argentinos ya estamos molecularmente hartos, de hacer el triste papel de misérrimos habitantes de un suelo óptimo, productivo, exuberante y copioso, aprovechado por arribistas aunque en su mayoría, para el exterior y mucho y también en nuestro rico interior, sostienen que son esquimales, porque nunca transpiraron.
   Roguemos que pese a tantas penurias, podamos llegar a que la paz, la concordia y la justicia sean para todos y no tan sólo para un conjunto de afortunados que saben aprovechar descuidos ajenos.
   Aprendamos, por lo menos, a ser más cuidadosos…
   Los “arribistas” son como las cucarachas: nunca se terminan…
 
GONIO FERRARI
Periodista censurado
*
 
NOS CONMUEVE LA COMPROMETIDA
ACTITUD DE NUESTRA AUDIENCIA
 
Gonio Ferrari junto a su sacrificado, respetuoso y profesional equipo de Producción agradecen, al igual que a técnicos, operadores/as, a la numerosa audiencia que nos venía y nos sigue acompañando, esa actitud de seriedad y consideración por las realizaciones cuyos contenidos buscan unir y no afectar la marcha de la democracia reinstaurada años atrás por Raúl Ricardo Alfonsín. El reconocimiento incluye a los apoyos publicitarios pero no a los organismos oficiales, de cuyas arcas no nos beneficiamos ni con un centavo, para conservar nuestra categoría de personas impolutas, libres de compromisos partidarios, de sobres y de otros beneficios como gangas que a tantos y tantas enriquecieron. Mil gracias también a quienes nos siguieron, esperando que esa fidelidad no decline, hasta que los hagamos partícipes de gratas novedades en cuanto a nuestro regreso al mundo de la información, el comentario, la crítica y el respeto sin medida hacia quienes piensan distinto. Escrìbannos lo que quieran a gonio.ferrari@gmail.com

24 de agosto de 2025

EDICION DOMINICAL ESCRITA DE “SÍGANME LOS BUENOS”,RESPUESTA A LA CENSURA

La “gran familia” de los SRT, investigada
NO FUE EXAGERACIÓN SOSTENER QUE LOS
S.R.T. DE LA UNC ERA “EMPRESA FAMILIAR”
 

   
    La búsqueda de la Justicia, dicha y escrita con mayúsculas, suele ser una simple cuestión de confianza en las instituciones y paciencia en cuanto a su concreción, que es cuando comienza el camino hacia la reivindicación de los ofendidos frente a esa manía que abrazaron muchos argentinos de “familiarizar” conducciones de instituciones estatales o con alguna otra dependencia del Estado, buscando el propio beneficio con la simple y reiterada costumbre de rodearse de parientes y/o allegados en la conducción de esos organismos, para lo cual comprometen presupuestos, soslayan licitaciones, realizan compras directas y otras maniobras que lejos están de ser cubiertas con el lógico y saludable manto del respeto por la ley.
   Ahora resulta que hilando fino, existen elementos como para sostener que alguna razón teníamos en este espacio radial que los escamoteara “entre gallos y medianoche” la conducción de los SRT, Servicios de Radio y Televisión de la respetable y cuatrisecular Universidad Nacional de Córdoba que se llamó durante más de 15 años “Síganme los buenos” y que se instalara con buenas mediciones dentro de la población cordobesa, provincias vecinas y algunos cercanos y también remotos países del exterior.
   Nos censuraron malamente, por la espalda y sin aviso, cuando se nos ocurrió -éste periodista en particular- sostener que los SRT se habían convertido en una “empresa familiar” y existen ahora detalles como para confirmar plenamente aquella revelación que fue tomada por artero motivo para desplazarlo de su espacio, al igual que otros emprendimientos periodísticos porque esos espacios -también lo señalamos en su momento- fueron liberados para albergar allí a su “propia tropa” y disponer de ellos con miras a futuras elecciones.
   Resulta ahora que desde el exilio obligado, que no consiguió acallarnos, vemos con satisfacción que la Justicia se ocupa de ventilar aquella certeza de la “empresa familiar” a la que hacíamos mención y que fuera tomada en su momento a chanza, exageración, equivocación o fruto de alguna “mala entraña” sobreactuada en la defensa de sus auténticos derechos.
   A los efectos de expandir tal actualización de la situación, considero oportuno, en lo personal, la lectura de la página18, sección “Ciudadanos” del diario La Voz del Interior de este domingo 24 deagosto, donde aparecen los detalles de las maniobras perpetradas desde los SRT en beneficio de parientes cercanos y no tanto, de la conducción renovada unos meses atrás, “remanente” del kirchnerismo y que se venían dando con alguna anterioridad.
   Frente a esa situación callaron tanto el gremio de Prensa como legisladores y políticos de todos los colores en una dolorosa actitud de silencio e indiferencia, que incluso comprendió a los casos fatales de Roxana Menéndez, Claudio Ferrer y otras curiosas “inversiones” concretadas que fueron a parar al rincón de las anécdotas y los olvidos.
   Celebramos con mi  tenaz y eficiente equipo de trabajo y producción, esta revelación periodística que coloca las cosas en su lugar, con el ruego personal de no ceder frente a las presiones que seguramente sobrevienen con quienes cometen “el error” de hurgar en las arcanas entrañas de los “errores” perpetrados.
  En tanto para cerrar este capítulo inicial de lo que se supone será un largo proceso de dimes y diretes, este periodista opta por hacerlo con una sentencia de un gran pensador como lo era Eurípides, para que en los SRT procuren instalar hacia la Justicia un ruego de no aflojar, hasta las últimas consecuencias: “A las personas con las que hemos sido injustos, raramente solemos mirarlas con buenos ojos. Al contrario, despiertan en nosotros el deseo de ser todavía más despiadados la próxima vez, aunque sólo sea por suavizar la primera injusticia que cometimos”.
   Reconforta saber, después de todo, que no toda lucha es vana y puedo asegurar que ese es uno de mis más íntimos orgullos…
GONIO FERRARI
Periodista censurado
que todavía piensa…
 
Millonarios del sindicalismo  
URGE UNA “VACUNA” QUE IMPIDA EL
ENRIQUECIMIENTO DE LA DIRIGENCIA
 
   No hace mucho tiempo y siendo tontos sin que nos diéramos cuenta, nunca se nos dio por escudriñar en las súbitas y desmedidas riquezas que muchas veces sin pudor, mostraban los “popes” de la dirigencia gremial argentina y en un exceso de inexistente inocencia, llegamos a pensar que la base de esas fortunas estaba en el sentido del ahorro que se había posesionado de quienes a brazo partido luchaban a veces con desmedido fervor que pasaba a ser violencia para encaramarse en las cúpulas y pasar de la categoría “laburante” a la ansiada, apetecida y ya envidiada figuración de “dirigente”.
   Ahora nos sorprende ver a muchos capitostes sindicales marchar junto a los jubilados que protestan, cuando ellos, desde sus conducciones, poco hicieron en favor de quienes se retiraban para acogerse a todos los “beneficios” que supuestamente recibirían en el “jubileo” de sus existencias terrenas, como jamás tampoco me enteré de la existencia de laburantes ricos y sindicalistas en la pobreza extrema, aparte de conformar una “elite” con vocación de eternidad en sus cargos, hasta el punto que hay algunos casos con más de 30 años gozando del poder y de las chequeras, con las que seguramente pudieron pasar a la gran vida con mansiones, viajes al exterior, servidumbre, autos de alta gama, guardaespaldas y otras gangas, muy superiores, entren otras, a las que resultan agraciados beneficiarios los legisladores especialmente los nacionales.
   La enorme mayoría de los sindicalistas se confiesa fanáticamente peronista y actuar siempre en defensa y apoyo de los trabajadores aunque ahora, muchos de esos “conductores”, sin siquiera ponerse colorados, han pasado a la calificación de “socialdemócratas”.
   ¿Quién los entiende?
   Llegará el día que la situación y las revelaciones derroten a las complicidades y a los silencios, hasta que se conozca toda la verdad y la historia de inexplicables riquezas alcanzadas por ciertos dirigentes gremiales que pese a ser “lacra” dentro de sus organizaciones, viven de reelección en reelección por dos razones aparte de eso que le llaman “respeto” pero que no todos inspiran, que son las dádivas que reciben privilegiados sostenedores de sus renovadas candidaturas.
   Llegará el día que de alguna manera los trabajadores se vacunen contra esos personajes que tanto daño le hacen a la masa de “seguidores” encandilados por sus propias ansias de llegar a tales alturas con el menor de los esfuerzos.
   Que no se enojen entonces los capos” de esas organizaciones, si muchos ya los tilden de “esquimales”, porque nunca, jamás, han transpirado.
GONIO FERRARI
 
Desde el Covid al Fentanilo  
¿ES CULPABLE  DE  FATALES NEGLIGENCIAS
EL ESTADO A LA HORA DE LOS CONTROLES?
 

   Es como si el paso implacable del tiempo hubiera tejido una cortina de imperdonable olvido, transformando en penosa anécdota los miles de casos de muertes evitables como consecuencias de la angurria que prevaleciera por encima de la realidad, cuando desde la cúpula  del poder “nacional y popular” de entonces era un hervidero de intereses a la hora de negociar la compra de vacunas en el exterior, mientras los funcionarios encargados de brindarnos protección vivían más pendientes de los números que manejaban en moneda extranjera, que del sufrimiento de tantos parientes que despedían sin siquiera poder ver a sus familiares embolsados en el negro plástico de lo irreversible.
   Cuando el poder se destaca por su ausencia que es el disfraz de la indiferencia y la ineptitud, lo peor es que con tal ausencia se potencia la gravedad de cualquier situación conflictiva.
   El vértigo del dolor obró en un viraje a la obligada resignación al menos por aquellos enlutados tiempos, hasta que se conocieron las tramoyas en las que incurrieran -en beneficio propio y para desgracia ajena- desde aquel penosamente inolvidable G.G.G. a quien le confiaran la patriótica tarea de ocuparse de la provisión de vacunas con la casi segura recomendación de manejar los números fatales para restarle dramatismo a la situación que nos tocaba vivir. Por eso redondeaban las cifras ocultando la dolorosa verdad de alrededor de cien mil casos fatales.
   Precisamente -tengo entendido- al bueno y eficiente Ginés Gonzalez García no le quedó otra salida que renunciar y si mal no recuerdo lo hizo desde la comodidad que pagamos los argentinos, del hotel que lo alojaba en España y no faltaron los maledicentes que aseguraban que G.G.G. se vio obligado a volverse apresuradamente de España por problemas con el idioma…
   Las alarmas cundieron con los primeros desenlaces fatales y es sorprendente que al menos dentro de lo que se conoce, fueron muy reservados como recónditos y encubiertos secretos de Estado por temor al pánico, pero más por el descrédito hacia la seriedad de un gobierno que optó por el escondrijo a un gravísimo caso de intoxicación masiva. Y algo tardíamente surge el interrogante: ¿se inició de alguna manera por parte del poder central, una investigación seria -seriamente dicho- que terminara adjudicando responsabilidades de tantas muertes, muchas de ellas evitables?
   Algo tardíamente  aquella es la misma pregunta que ronda seguramente en la intimidad de las conciencias de quienes primero escondieron y después “descubrieron” los casos de muertes por Fentanilo o como le quieran llamar, que hasta ahora ronda superando un centenar de desenlaces fatales, y la raíz de tantos crímenes por ahora impunes  está entre las tinieblas del origen y de las complicidades que comparten los verdaderos irresponsables, cultores del “yo no fui”.
   Allá por los confines de la historia, Cervantes supo decir que “necio es y muy necio el que, descubriendo un secreto a otro, le pide encarecidamente que le calle”, aplicando cierta analogía con una inocente pregunta que solía plantear por entonces Lope de Vega: “No guardas tú tu secreto ¿y quieres que otro le guarde?” aunque sin embargo y como culminación de lo que se consideraba arcano, muchos optaron por seguir a Confucio: “El silencio es un amigo que jamás traiciona”.
   Aquello que alguna vez nos tocó afirmar que era un maligno juego de intereses, celos, envidias, codicias y ambiciones viene lentamente caminando por la relajación en su ruta hacia la amnesia y de lo que se conoce, es como si no existieran quienes tienen la desgraciada culpa y la impostergable misión de hurgar a fondo, “hasta el hueso” porque al tamaño costo político que nos reclama la realidad que debemos pagar por inacciones o maniobras dinerariamente redituables para ”los elegidos”, alguien tiene que asumirlo.
   Y uno de los detalles que asoma desde los silencios consagrados, es que aquello de “cero autocrítica” y la memorable maniobra de que “las culpas son todas ajenas” no será para la historia una exclusividad que se cansaran de recitar los responsables de una parte importante de la postración, que al irse del poder desalojados por las urnas, nos dejaran los que ahora sueñan y amagan con volver.
   Y ya que vamos de dicho en dicho fue nadie menos que Juan Perón quien descerrajó en su momento algo que fue tomado como un desafío a la ley: “Para los amigos, todo; para los enemigos, ni justicia” aunque a título personal y por haber soportado una que otra injusticia, me  inclino por la enorme sabiduría de San Agustín, dicha como si en sus tiempos hubiera conocido a los argentinos: “Sin la justicia ¿qué son los reinos sino una partida de salteadores?”
   Algo se avanzó desde menos que la nada para la identificación, búsqueda y resguardo de riguroso y controlado  encierro, con algunos de los implicados en lo que derivaran el espanto de llanto, luto, pesar e impotencia, ahora que podemos llegar a sostener que las cárceles están llenas de atrasados mentales; la mayoría de los criminales inteligentes están libres paseando por las calles o con alguna cuota de poder político, y muchos de ellos están convencidos de ser personas respetables.
   Para esos casos, bien y oportunamente, sin más pérdidas de valioso tiempo en inútiles idas y vueltas que facilitan un visible “trabajo” aplicado a la limpieza de pruebas condenatorias, para esos sátrapas hambrientos de poder y de dinero, enemigos de la vida, cuadraría aquel poco sutil y aplicable pensamiento de Juan Domingo Perón referido a la Justicia.
GONIO FERRARI
Periodista censurado
 
Más allá del triunfazo de ayer
FÚTBOL Y RUGBY, ENORMES DIFERENCIAS
QUE  ES  PRECISO TOMARLAS  EN CUENTA
 

   Es muy cierto que el más popular de los deportes sea una muestra de habilidad, juego en equipo, táctica, jugadas preparadas, rigor de entrenamientos, vida sana, control de los romances, desborde muscular, más de dos pulmones por jugador y otras exigencias, impone una conducta para enfrentar algunas de las alternativas del fútbol pero de manera especial lo atinente a las lesiones que se llegan a padecer, por parte de quienes han hecho de ese deporte una forma de vida y una escalera hacia la fama y la fortuna, sobre todo si sobresalen entre nosotros y luego son “comprados” por equipos extranjeros especialmente europeos, lo que no difiere entre las dos disciplinas porque para el fútbol somos desde hace años un “mercado internacional” de buenos exponentes del balompié así sean avezados practicantes o entrenadores.
   En cuanto al rugby y más allá de la trascendental victoria lograda ayer por Los Pumas en su encuentro en casa propia frente a los temibles neozelandeses, quienes ya los vencieran más 30 veces contra dos o tres victorias de los nuestros y un empate, es bueno establecer algunas diferencias entre fútbol y rugby, para que poco a poco sea mayor la cantidad de seguidores con los que cuenta el deporte de la pelota ovalada.
 
Empezando por lo inmediatamente anterior a un encuentro internacional, la ceremonia de los himnos es eso: una ceremonia plena de respeto porque los jugadores de rugby no mascan chicle, no se acomodan los flequillos, no se sacan los mocos ni hacen “fonomímica” y “playback” con sus canciones patrias mientras los rugbiers se desgañitan y muchos lagrimean entonando sus himnos.
   Durante los encuentros se advierten otras enormes diferencias porque el fútbol es habilidad, creatividad, estado físico, teatralización como de esas lesiones inexistentes pero  reacciones aparatosas como de recibir tres puñaladas en el pecho y dos disparos de revólver en la nuca.
   Párrafo aparte para los árbitros, atados a un viejo concepto del rugby que reza “El árbitro siempre razón y más cuando no la tiene” y nadie osa protestar cintra un fallo del soplapitos aparte que se posee tecnología de apoyo similar al Var para las jugadas confusas.
   En el rugby advierto que existe mayor respeto por el rival y su “barra” en un juego de alto y riesgoso contacto, a fuerza de habilidad y fuerza que muchas veces se confunde con casos de extrema gravedad como producto de la mala intención del adversario.
   Por último, el “tercer tiempo” en el fútbol es por esa pésima costumbre de tomárselas en “estado de guerra” con el adversario en las tribunas, con escenas de violencia, pugilato, tenencia y uso de armas blancas y de fuego y otras lindezas, a diferencia del rugby que al dar por finalizado el enfrentamiento deportivo, todos actúan como buenos amigos, se abrazan y en los vestuarios por lo general comparten birras, scotch y algún vinito con “choris” y otras vituallas.
   Sólo eso, para que alguna vez se comprenda que el rugby, deporte de alto contacto y el fútbol, muestrario de habilidad, equipo, fervor y gambeta, permitan ser desvirtuados por algunos loquitos que nunca faltan y creen que la maldad es un distintivo que los resalta como héroes.
   ¿Algunos delitos graves, perpetrados por jugadores de rugby borrachos y lejos de las canchas? Existieron, pero en mínima comparación con los que protagonizan activos y ex exponentes del fútbol encumbrados o no, incomparables por su gravedad, con los que suelen “distinguirse” algunos rugbiers.
   Porque si es por patotas, existen como “final de fiesta” para muchos, de distintas actividades no tan sólo deportivas.
 
Megacausa del Registro, infaltable
VARIOS “CUANDO” ENSOMBRECEN UN
PANORAMA  QUE  RECLAMA CLARIDAD
 

   Enseña la Real Academia Española que el absurdo es algo contrario y opuesto a la razón, que no tiene sentido, resulta contradictorio, arbitrario y disparatado. Esta definición trae de inmediato a la mente la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba y sus curiosas situaciones.
   Como ejemplo de ello: Cuando un juez dice que no tiene ninguna prueba contra un imputado, pero igual lo encierra en prisión preventiva por su convicción. Cuando se acusa a personas por figurar en una agenda, en un contacto de teléfono, por ser compañero, familiar, vecino o cercano a otro imputado. Cuando se encarcela sistemáticamente a estas personas durante tres años sin llevarlas a juicio. Cuando los imputados llegan a juicio con la condena ya cumplida.
   Y seguimos con los “cuando”: Cuando se designa una comisión especial para juzgar los casos, algo prohibido por la Constitución, en lugar de los jueces que por sorteo corresponden. Cuando se sostiene que la causa es una sola y que son distintas a la vez (así como se escucha) a fin de que la comisión se haga cargo de todos los juicios. Cuando se juzga repetidamente a los mismos imputados. Cuando la fiscalía cita las palabras de testigos anónimos que nadie puede ver, conocer, citar, ni mucho menos confrontar. Cuando se acusa de confabularse y ser una banda a personas que no se conocen ni se comunican entre sí. 
   Casi es el último “cuando”, sin ninguna certeza: Cuando se ignoran las acusaciones de los testigos contra altos funcionarios. 
   Estas situaciones reúnen varios requisitos del absurdo, un atributo que ejercido por un Poder Judicial debiera ser motivo de profundo y severo análisis.
 
 
No es “adiós”. Es ¡hasta pronto!
ÍNTIMO  MENSAJE DESTINADO A
NUESTROS FIELES SEGUIDORES
  

   Giácomo Leopardi, poeta y filósofo italiano, supo sentenciar años atrás -muchos- que “Siempre oprime dolorosamente el corazón humano, aunque sea extraño, el que se va y dice adiós para siempre”. No es mi caso porque nunca me fui de donde estuve feliz y respetado hasta que… Por eso opto, en esta instancia, inclinarme por un proverbio árabe que posee la fuerza de una verdad enorme: “Sólo el que tiene el pié sobre la brasa sabe lo que es la quemadura”.
   Con mi enorme agradecimiento…
GONIO FERRARI
Periodista en reposo