23 de noviembre de 2025

Es simplemente prisión por condena

DOÑA: ¿POR QUÉ NO SE AVIVÓ,  CUANDO TENÍA
PODER, QUE LOS ENCIERROS NO SON GRATOS?

 

   El longevo filósofo alemán Joseph Pieper es posible que haya sido una rareza para el siglo pasado, porque llegó a vivir 94 años –entre 1904 y 1997- y fue uno de los más leídos, quien supo  sostener como parte de Una teoría de la fiesta “Sólo un trabajo lleno de sentido es el suelo propicio para que se dé una fiesta, un trabajo donde se mezclan felicidad y fatiga, satisfacción y sudor en la frente, alegría y consumo de energías”, sensaciones estas que en su momento y en otro contexto o mundano escenario, transcurría la vida -ahora se le llama “gestión”- de nuestra ex Presidente de la Nación, lo que cabe para los casos de Isabelita en su momento y distintas consecuencias y la Doña que ahora pretende volver, seguramente cuando termine de pagar por imperio de la ley, su comprobada participación y ”toma de utilidades” por los delitos que perpetrara cuando fue necesario -otra vez- colocarle un almohadón color rosa al histórico “sillòn de Rivadavia” donde supieron descansar los célebres traseros de históricos personajes argentinos.

   Y ahora, cuando se supone que los vástagos tendrán que vomitar lo que

rapiñaron sus mayores -sin pudor y sin medida- para que en una de esas la Señora de los Ojos Vendados mire hacia otro costado, apele a la desmemoria que suele acosarla y el adelgazado tesoro de reserva que en los recientes días fue creciendo de monedita en monedita, recobre al menos un porcentaje visible de los millones “secuestrados” en estos días de apresuramiento, antes que los verdaderos custodios de nuestras reservas obren con premura, sin contemplaciones ni percudidas influencias de los que todavía tienen a mano un sello oficial que les ayude a salvarse de las rejas, o que al menos la rigidez de las condenas se maquille con la cremita de la consideración a los amigos..
   Será entonces cuando los rostros desencajados, los peinados duros de
“spray”, las cejas  mentirosamente rubias desprolijamente escondidas en el abuso del lápiz oscuro, serán los síntomas inequívocos que la paciencia ciudadana en la espera de tantos años que apareciera como primera actriz, S.M. la Justicia se ensañó con quienes la vituperaron, la desvalorizaron en su trascendencia, más aún cuando tantas heridas no cicatrizan en aquellos seres. Muchos de ellos que hicieron un culto del respeto hacia las leyes y a la ciudadanía cansada ya de ser el banquete de los que se burlaron de la Constitución, en la creencia que como tantas otras veces ha sucedido, la amistad de años que mantuvieron con esa otra matrona que es la impunidad, haya pasado a ser afortunadamente otro capítulo no olvidable, pero por ahora superado de nuestra castigada historia.

   Por si hiciera falta, la realidad desnuda sin atenuantes y con rigor hacia los
tiempos, la personalidad de muchos compatriotas -ellos y ellas- que pretendieron conservar su corola de pureza cívica y santidad siendo el centro de corrupción y saqueo despiadado como nunca viéramos entre nosotros los argentinos.
   En algo, seguramente, los corruptos entienden que han triunfado.

   Si es así, bueno sería que lo celebraran durante varios años en el cautiverio que se merecen y no  en  los  “encuentros intercómplices” que vienen viviendo en las “gayolas” domiciliarias.

   Ex-Ella como cualquier otro delincuente, no tiene derecho a gozar de ningún privilegio porque sonaría ridículo que una ex Presidente de la Nación ignorara las leyes que nos rigen.

                                                                GONIO FERRARI
                                                                                                                                                                                                                                                                                Periodista censurado

Rechazarla, combatirla y perderle el miedo…

El  “CUCO”  DE  LA  CENSURA DEBE ASUSTAR
SÓLO  A LOS TEMEROSOS  QUE  LA  IMPONEN


   Chateaubriand fue claro y terminante: “La censura ha perdido a todos aquellos a quien quiso servir” y es como para que sus mentores y ejecutores pongan sus barbas en remojo, si no es que las perdieron en alguna oscuridad después de ensuciar sus pantalones. Lo de “Síganme los buenos” y su reaparición tras su impuesta ausencia desde el pasado domingo 13 de abril no es un desafío ni una manifestación de rebeldía, sino un acto de repudio que desnuda a los intolerantes que mueven sus mandíbulas recitando odas a la libertad de expresión y al respeto por las leyes, entre ellas las Constituciones tanto Nacional como Provincial, que se ocupan -sin pudor alguno- de la aplicación de esa medida amparándose en sus propios temores y en los fracasos perpetrados que ofenden a la sociedad.
   Hoy a última hora volvemos al “ring” con los guantes puestos, el orgullo en alto y la voluntad de terminar con medidas extremas que albergan esa malsana intención de impedir críticas, especialmente cuando van dirigidas tanto hacia sus mandantes del poder político como de los otros sostenedores publicitarios.
   Cabe entonces agradecer la libertad para expresarnos que está mostrando la empresa dueña de la señal, como de quienes integran el joven y comprometido equipo de trabajo de SLB que vieron frustrada su libertad de opinar como lo hizo a lo largo de más de una década y media.
   Nos pueden encontrar en www.gonioferrari.org o simplemente buscándonos en  gonio ferrari periodista
   Para todos ellos, con mi conmovido y fraternal agradecimiento.

GONIO FERRARI

16 de noviembre de 2025

Meditación, evaluación y el sacrificio de siempre…

 
¿CASI  UN MES  ALCANZA  PARA EVALUAR LO QUE NOS
ESPERA EN EL CERCANO FUTURO A LOS  ARGENTINOS?
 
El futuro no es un regalo. Es una
conquista.  (Robert  Kennedy)
 
     Desde el pasado 13 de abril hasta la fecha, soportamos más de 30 domingos la ausencia formal de “Síganme los buenos”, un esfuerzo profesional alimentado con la única pretensión de ser útiles a la sociedad y de manera especial a los pensantes cordobeses. Ha sido una maniobra que instrumentaron la prepotencia, la soberbia y la impunidad de una dirigencia empresaria que creyó acallar la única voz de un periodismo realmente independiente y no atado al compromiso de “fidelidad” con la que paga sus errores,  desaciertos y la cadena de frustraciones que se suceden, nacidas en la “creatividad” de un gobierno que al endeudarse en un desmedido derroche de publicidad oficial en tiempos que es necesario ahorrar, la hace apoyado en su firme como equivocada creencia que en lugar de pagar espacios, está pagando silencios o aplausos. Pido disculpas a lo que era una creciente audiencia que es el sector social más agredido y ofendido ante la censura y la mordaza, que intenta ser combatida en la generosidad democrática de las redes sociales y en el esfuerzo siempre fiel de un joven equipo de trabajo -que advierte en el obligado silencio aplicado- no lo ha matado porque simplemente le ha impuesto una obligada pausa que fortalece a quienes lo integramos poniendo pasión en la crítica, veracidad en lo que informa y respeto por una libertad que pese a estar consagrada tanto en la Constitución Provincial como en la Constitución Nacional, es negada en los hechos por quienes hicieron de sus postulados de libertad de expresión, una burla que ofende, discrimina pero no mata. Desde este espacio, procuraremos seguir firmes con el compromiso de siempre sin acallar a nadie ni por “obediencia debida” porque SLB de la forma que fuere, seguirá siendo un espacio que no recibe, gestiona ni acepta publicidad oficial. Lo nuestro es un esfuerzo alejado de eso que le llaman “ensobramiento” de la opinión. Es el único caso en que nos sentimos plenos de orgullo frente a este  episodio de censura a quienes no merecen tanta consideración.

G.F. y equipo

Parece lejana la reciente consulta popular de octubre
“PALIZA” DE L.L.A. EN CÓRDOBA, CUYA DIRIGENCIA AÚN NO
ALCANZA A COMPRENDER LOS MOTIVOS DE TAL “DERRAPE”
 

   Poco a poco y con el “factor sigilo” de por medio, el poder utiliza el cuentagotas para ir ventilando tanto logros como intenciones, después de una jornada electoral y de unos pocos días que están sirviendo para enfriar ánimos, encender broncas escondidas, abrir el “prode” para los vientos que están llegando, pasarse facturas internas, replantearse alternativas pecaminosamente individuales y livianamente en lo “macro” de la política nacional, y un llamativo empeño opositor de superar el “kilombazo” emergente, reacomodar a los heridos, olvidarse de “sus desaparecidos” e intentar el duro camino hacia una cicatrización que aparece diariamente màs remota porque hay heridas que no se cierran así se utilicen mecanismos alejados del éxito y se opte por la agresividad de endilgar culpas a los otros, sin dejar como lo está mostrando la realidad, un espacio para la autocrítica.
   Tal panorama poco frecuente, nos viene regalando la realidad porque la mayoría de la mayoría -es decir, el conjunto del poder actual- sigue sosteniendo la firme convicción que el “mea culpa” es hacerse pis en la cama porque la autocrítica no está incluida en una de las básicas obligaciones de cada perdedor.
   Dos palizas electorales bastan para sintetizar el resultado que arrojaron los números: los casos de Buenos Aires como vacuna contra la soberbia aplicada por un enfermero que ni siquiera tuvo la piedad de la anestesia, agregando que “no pudió” ver realizados sus sueños o delirios presidencialistas que eran su anticipado capítulo que le ocupaba tiempo, esfuerzo, sacrificio y sensibilidad ciudadana que no ha sido uno de los distintivos de su personalidad con ensueños y desvaríos de mayores alturas.  Y los números que se dieron en Córdoba, como para desinflar cualquier globo que mostró su fragilidad como preaviso dejando traslucir una imagen que se viene fortaleciendo día a día, desacierto a desacierto, endeudamiento impagable por quienes lo siguen incrementando, problemas que en lugar de disiparse se fortalecen como son la inseguridad, el desprecio por las prioridades, el imparable crecimiento del narcotráfico y sus secuelas, todo el amplio “además” y algunos otros detalles que sumados, desnudan reacciones sectoriales que vienen demostrando un complicado y “protestariado” clima de malestar social: quedó demostrado -como si hiciera falta- que Llaryora no es el candidato ideal para llegar a “las grandes ligas” que tienen la costumbre de recluirse en la Casa Rosada aunque se incremente y sorprenda incluyendo un inútil, inoportuno y alevosamente oneroso endeudamiento publicitario que ya venimos pagando -sin derecho a protestar frente a la genuflexión mediática- todos los cordobeses, a la vez que se marginan acuciantes prioridades no atendidas.
   Cuando estamos en avanzada etapa de perfilar las cifras de la reciente consulta popular se advierten las primeras secuelas o novedades: reducción del número de agencias, lo que debió hacerse años atrás, pero hay que tener presente que la militancia reclamaba como vacantes o sin nada que lo justificara.
   “Una casi institucionalizada cuota de resentimiento existencial es una de las razones de lo que nos ocurre. Esto es grave porque el panorama incorpora otras cuestiones conflictivas, resentimiento  que fluye de la envidia, alimenta odios y construye malicia. Los resentimientos, por enfermos e insaciables son destructivos. Necesitan permanentemente blancos y víctimas. Se niegan a reconocer los valores y los éxitos de los demás. Rechazan la admiración que transforman en burla. Generalizados, provocan pesimismo, derrotismo y corroen el plexo social, impidiendo la cohesión. Demonizan a los líderes. Atacan a todo aquel que, por algún motivo triunfe. Peor aún, alimentan una y otra vez las utopías igualitarias. Desgraciadamente cuando hay en la sociedad continuos excesos de frivolidad, tendencia a la ostentación de lujos innecesarios, ausencia de sobriedad y hasta una suerte de insensibilidad hacia el prójimo es difícil combatir el resentimiento”.
   No son conceptos nuevos. Los escribió el colega Emilio Cárdenas en La Nación, allá por febrero del 2001 referidos a nuestro país.
   Los analistas, tanto aquellos respetables periodistas que hacen -hacemos- de la independencia de pensamiento y opinión un culto y sin temores a equivocarnos o pecar de exagerados, estamos coincidiendo al aplicar este objetivo análisis trasladado a la actualidad que vivimos los argentinos y más aún cuando las urnas y no otros medios, han dictado su veredicto fortaleciendo las posiciones que se las consideraba minoritarias y sepultando pretensiones impulsadas por la demagogia y a veces por la desesperación, tal el caso del gobernador Axel Kiciloff.
   Es probable -aunque las veamos asomar para muchos- que haya dejado pasar demasiado tiempo para analizar con frialdad el proceso preelectoral, sus resultados y las consecuencias que nos aguardan, pero por respeto a la trascendencia histórica de la consulta popular, las circunstancias imponían el tiempo suficiente para la serena reflexión.
   Hablaron las urnas con su lenguaje inapelable, no fueron pocos los que se vieron obligados  a cancelar celebraciones porque las “postergaron” para mejores tiempos, el desencanto dominó al oficialismo pese a todos los “sabihondos” que se esmeraron en otra aplicación de su acostumbrado optimismo desbordante, crecieron aceleradamente los rostros adustos frente a lo que “los ellos” calificaban como imposible, ya están escribiendo sin encontrar explicaciones convincentes algunas definiciones que sirvieran para esclarecer lo inesperado, ese “imposible” de una derrota nacional, el K.O inapelable para el trio que integran Schiaretti-Llaryora-Ballestrini, especialmente porque les resultará complicado -a menos que mientan- justificar tantos exagerados gastos de campaña que mediáticamente suman demasiados millones de pesos que por el empecinamiento exitista que pocas veces tuvieron, de burlarse de las prioridades, anticipadamente convencidos del triunfo aplastante que no alcanzaron. La provincia de Córdoba no dejó de endeudarse y está hasta el flequillo comprometida en dólares, euros, dinares kuwaitíes y seguramente en otras monedas, para no olvidar a “los ellos” que se indignaban por los acuerdos con el FMI y otros usureros desde el nivel nacional, ante tanta generosidad.
   Los jardines, las flores, los caminos, las consecuencias del innecesario endeudamiento creciente y para el pueblo inexplicable cantidad de compromisos contraídos en moneda extranjera, ocuparán las preocupaciones de los cordobeses que ahora maldicen haber sido víctimas de seducciones que pagamos todos, porque a los “regalos” que se hacían hay que sumarles “los sobres” que sin dudas más de uno recibió.
   Obras hay muchas tanto en ejecución, algunas con inexplicables demoras como en su  cercano inicio, y es cuando nos preguntamos con indignación sumada a la impotencia: ¿quiénes levantarán tantos muertos?”.
   No serán los bolsillos,  el crecimiento de los patrimonios ni los ahorros de quienes manejan a su parecer esos dineros que todos pagamos en impuestos y en servicios de elevado costo, sino que el único camino para no volver a la inflación de la que también han venido siendo cómplices por angurria recaudatoria. En tal sentido, a los cordobeses nos acosa una antigua sentencia de Voltaire quien sostenía que “Los hombres jamás sienten remordimiento de aquello que tienen la costumbre de hacer”.
   No es hora, simplemente, “de mezclar y dar de nuevo” porque algunos naipes marcados ya están cambiando, desde quien toma la sorpresa de ayer como que la intuía y no es cierto y por eso de la ”transferencia de rostro” que ha venido en aumento, es que tenemos entre nosotros ese ejemplo que muchas caras han adoptado -como de festejo o de muda protesta-  hasta que mastiquen, gusten, rechacen o les generen vómitos o colitis en una actitud que no sorprende, porque no es el primer arrepentimiento que asumen. Las reacciones de la gente fueron no tan variadas como era de suponer para los cordobeses, otros exultantes, sino que cualquiera de nosotros advertía que caminaban personajes con su resignación a cuestas, otros y otras  preferían no ser identificados, estaban como mayoría los sorprendidos y eufóricos y los tristes con sus facciones desencajadas: cada uno y cada una mostraba supongo que no queriendo, un estado de ánimo que sería regalo para cualquier estudiante o veterano de psicología y de la siquiatría aunque dentro de este amplio panorama de las “caripelas” que caminaron nuestras peatonales veredas y peatonalizadas calles, los dedicados al variado arte de los pronósticos, detalle -gurúes, adivinos, tarotistas, autoritarios cultores de los cálculos a futuro, etc.- no faltaron los indiferentes, varios aún dominados por el ‘fernando y la coca 70/30’ hasta que me tocó enfrentar a un colega que hasta pocas horas atrás se autotitulaba “infalible” acerca de sus pronósticos a lo largo de una dilatada carrera: le erró fiero al igual que la abrumadora coincidencia del 98 por ciento de los periodistas.
   La fecha -26/10/25- ya entró en la historia de la democracia argentina, y es para destacar que un detalle saliente es que todo aquel ser que en nada cuadraba política ni ideológicamente por simpatías, admiración o coincidencias con el sector “nacional y popular” del kirchnerismo original y puro, que deja su huella indeleble en nuestra historia de lo que alguna vez sus mentores tendrán que repudiar y arrepentirse.
   Es cierto que estamos gravemente heridos en nuestra economía, la producción adelgaza cada día, crece la irrespetuosidad del poder hacia los viejos mientras las deudas se multiplican a la par de la desocupación formal, pero no debemos aflojar ahora que tenemos abiertas y sin trabas las puertas de la recuperación, la estabilidad y el crecimiento que equilibre al menos el lastimoso  estado social de nuestro país y las carencias pasen a ser ominosos recuerdos.
   Así y todo no debemos aflojar en lo más mínimo porque objetivamente evaluando y con perspectivas de mejoras en el mediano plazo, la situación no es para suicidarse ahora.
   Ya varios lo hicieron “en cuotas” creyéndose triunfadores hasta que el fracaso de esos pronósticos a través de las urnas les hizo ”bajar el copete”, hacerse cargo de culpas que nunca reconocieron y los llamó a una realidad que incluso ahora se empeñan en ignorar.
   La oposición -si es que ha madurado- debe entender que es una deslealtad eso de pasar su tiempo poniendo obstáculos, deformando realidades, fogoneando desigualdades y fabricando conflictos porque todo eso, junto, crea en ellos una clara e innegable imagen de golpismo, delictivo y totalmente repudiable.
   Las últimas noticias nos aportan algo de satisfacción y respeto hacia el mandato de las urnas: la tarea de recuperar para las arcas agobiadas de la República las cifras siderales que engordaron los bolsillos y  las cuentas de muchos funcionarios y dirigentes que tomaron desvergonzada e impunemente al Estado como negocio propio, en una bacanal hasta ahora inédita en nuestra rica historia.
   El tema de la recuperación de lo rapiñado se viene desarrollando serenamente con tanta normalidad que la realidad incluso se ha prestado para incluir  humor dentro de la seriedad de una situación que demoró demasiado tiempo en manifestarse y tomar estado público, cuando con relación a las acciones judiciales que vienen recuperando parte de lo sustraído, expoliado, saqueado, afanado, defraudado o como mejor le quieran llamar, involucra probadamente y sin dudas. Más allá “de los cuadernos” y otras travesuras que probadamente luciera la ávida codicia de Ex Ella, “la que quiere volver”, jocosamente lanzaron a rodar que la Doña tenía asegurada su continuidad laboral, contratada por la Municipalidad de Villa Carlos Paz para que como atractivo turístico reemplazara al reloj cu-cú saliendo al balcón a cada hora, dada su experiencia en tal menester.
   El país no se ha detenido y con sacrificio se advierten algunos detalles que hasta poco tiempo pretérito ocupaban su ubicación dentro de las utopías: los resultados alcanzados en el ataque a la inflación, la baja del índice “riesgo país”, los acuerdos suscriptos en el más elevado nivel con los Estados Unidos y otros detalles que debemos incorporar como mejoras a mediano plazo que poco a poco están aportando salidas decorosas a la peligrosa situación económica que veníamos padeciendo.
   También en estos últimos días hubo material para la anécdota y en verdad sorprendieron ciertos juicios emitidos desde el llaryorismo: el  ministro de la Comunicación del gobierno de Córdoba, de apellido Pastore en declaraciones periodísticas y abordando la cuestión como si supiera pormenores, secretos y amplio conocimiento del terreno, deslizó conceptos poco claros acerca de la realidad que le toca vivir, cuando aludió a la reciente consulta electoral señalando que en ese marco “no se discutió la gestión provincial” y aseguró que su corriente “propicia el Estado inteligente, no un Estado presente” marcando las diferencias entre Millei y Llaryora, agregando conceptos despectivos y sobre el resultado alcanzado por Provincias Unidas dijo que “fue una elección aceptable”. Agregó que reducen los costos del Estado, sin hacer mención al dineral que se gasta en la cansadora publicidad mediática y en cuestiones que lejos están de ser prioritarias, como lo son el maquillaje urbano y otros gastos superfluos.
   Pastore, por si alguien no lo recuerda o lo ignora acerca de sus posturas “revolucionarias” y futuristas supo decir no hace mucho que si Córdoba tuviera salida al mar, ¡lo ideal sería que nos independizáramos!   
   ¡Pavada de propuesta! Lo único que ahora faltaría es que convenciera a Llaryora que buscáramos la manera de conseguir un camino que nos acerque al Atlántico, al Pacífico o a otro mar más cercano, cuando todavía seguimos esperando el fantástico y virtualmente utópico acueducto, canal o lo que fuera, para que el Paraná nos llene los diques que tenemos, proyecto magistral que de la creativa mano y mente del “cordobesismo” alentado por Schiaretti, buscó entretenernos un tiempito mientras duró la ilusión. Pero como era de suponer para los no adictos a los ensueños el tema se agotó en sí mismo aunque no llegara a ser parte de nuestros cíclicos asombros si se reflotara como al principio, antes que la generosidad árabe aportara unos cuantos fajos de billetes verdosos -con cara grande y bonachona de Franklin y faja azul de seguridad- y cabe preguntar ahora si esos montos fueron devueltos o se suman a la abultada deuda contraída por el empalidecido “cordobesismo” ahora sumergido en el más triste de los olvidos..
   Es mucho entonces lo que resta para que recuperemos el orgullo de saber que habitamos un país ubérrimo en recursos naturales, que necesitan ser administrados con patriotismo y sentido de progreso para sus habitantes, por lo que evaluando la actualidad, encaja de maravillas un pensamiento nada menos que de Einstein que es simple y llanamente un breve himno a la paciencia, el compromiso y el sacrificio: “Nunca pienso en el futuro. Llega muy rápido”.
   Si a todos los políticos se les impusiera la obligación de no derrochar el tiempo, no adherir a los apresuramientos innecesarios, tomar las cosas con calma pero no dejar de comprometerse y trabajar en procura de alcanzar patrióticos resultados, y tomaran como premisa de su compromiso con el pueblo sabias expresiones de Herodoto en tiempos lejanos, muy distinto sería el panorama en el pensamiento colectivo y desapasionado de la sociedad argentina: “La prisa engendra el error en todo y del error sale muy a menudo el desastre”.
   Tengamos entonces, alguna vez, la sabiduría de saber esperar.
   Debo confesar que el equipo de “Síganme los buenos”, sin ninguna estridencia pero con valentía, sacrificio y esperanzas, adoptó tal temperamento, lo que agradezco desde el alma…
 
GONIO FERRARI
Periodista censurado

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Meditación, evaluación y el sacrificio de siempre…

¿UNA SEMANA ALCANZA PARA EVALUAR LO QUE NOS
ESPERA EN EL CERCANO FUTURO A LOS ARGENTINOS?

El futuro no es un regalo. Es una
conquista. (Roberto Kennedy)

     Para los abúlicos, aburridos, siesteros, conformistas y dominados por las dudas, bien les encaja un pensamiento nada menos que de Einstein: “Nunca pienso en el futuro. Llega muy rápido”.
 
La esperanza superó a la demagogia
MIREMOS  HACIA  EL  FUTURO
YA QUE EL PASADO NO PUDIÓ
 

   Poco a poco y con el “factor sigilo” de por medio, el poder uitiliza el cuentagotas para ir ventilando tanto logros como intenciones, después de una jornada electoral y de unos pocos días que están sirviendo para enfriar ánimos, encender broncas escondidas, abrir el “prode” para los vientos que están llegando, pasarse facturas internas, replantearse alternativas pecaminosamente individuales y livianamente en lo “macro” de la política nacional, y un llamativo empeño opositor de superar el “kilombazo” emergente, reacomodar a los heridos, olvidarse de “sus desaparecidos” e intentar el duro camino hacia una cicatrización qe aparece diariamente màs remota porque hay heridas que so se cierran así se utilicen mecanismos alejados del éxito y se opte por la agresividad de endilgar culpas a los otros, sin ejar como lo está mostrando la realidad, un espacio para la autocrítica porque la mayoría de la mayoría -es decir, el conjunto del poder actual- sigue sosteniendo la firme convicción que el “mea culpa” es hacerse pis en la cama porque la autocrítica no está incluida en una de las básicas obligaciones de cada perdedor.
   Dos palizas electorales bastan para sintetizar el resultado que arrojaron los números: los casos de Buenos Aires como vacuna contra la soberbia aplicada por un enfermero que ni siquiera tuvo la piedad de la anestesia y los números que se dieron en Córdoba, como para desinflar cualquier globo que mostró su fragilidad como preaviso dejando traslucir una imagen que se viene fortaleciendo día a día, desacierto a desacierto, endeudamiento impagable por quienes lo siguen incrementando, problemas que en lugar de disiparse se fortalecen como son la inseguridad, el desprecio por las prioridades, el creciente crecimiento del narcotráfico y sus secuelas, todo el amplio “además” y algunos otros detalles que sumados, desnudan reacciones sectoriales  que vienen demostrando un complicado y “protestariado” clima de malestar social: Llaryora no es el candidato ideal.
   Cuando estamos en etapa de perfilar las cifras de la reciente consulta popular se advierten las primeras secuelas o novedades: reducción del número de agencias, lo que debió hacerte años atrás
   “Una casi institucionalizada cuota de resentimiento existencial es una de las razones de lo que nos ocurre. Esto es grave porque el panorama incorpora otras cuestiones conflivtivas resentimiento  fluye de la envidia, alimenta odios y construye malicia. Los resentimientos, por enfermos e insaciables son destructivos. Necesitan permanentemente blancos y víctimas. Se niegan a reconocer los valores y los éxitos de los demás. Rechazan la admiración que transforman en burla. Generalizados. Provocan pesimismo, derrotismo y corroen el plexo social, impidiendo la cohesión. Demonizan a los líderes. Atacan a todo aquel que, por algún motivo triunfe. Peor aún, alimentan una y otra vez las utopías igualitarias. Desgraciadamente cuando hay en la sociedad continuos excesos de frivolidad, tendencia a la ostentación de lujos innecesarios, ausencia de sobriedad y hasta una suerte de insensibilidad hacia el prójimo es difícil combatir el resentimiento”.
   No son conceptos nuevos. Los escribió el colega Emilio Cárdenas en La Nación, allá por febrero del 2001 referidos a nuestro país.
   Los analistas, tanto aquellos respetables periodistas que hacen -hacemos- de la independencia de pensamiento y opinión un culto y sin temores a equivocarnos o pecar de exagerados, estamos coincidiendo al aplicar este objetivo análisis trasladado a la actualidad que vivimos los argentinos y más aún cuando las urnas y no otros medios, han dictado su veredicto fortaleciendo las posiciones que se las consideraba minoritarias y sepultando pretensiones impulsadas por la demagogia y en casos por la desesperación, tal el caso del gobernador Axel Kiciloff.
   Hablaron las urnas con su lenguaje inapelable, no fueron pocos los que se vieron obligados ni siquiera  a cancelar celebraciones y las “postergaron” para mejores tiempos, el desencanto dominó al oficialismo pese a todos los “sabihondos” que se esmeraron en otra aplicación de su acostumbrado optimismo desbordante, se vieron en crecimiento acelerado los rostros adustos frente a lo que “los ellos” calificaban como imposible, ya están escribiendo sin encontrar explicaciones convincentes algunas definiciones que sirvieran para explicar lo inesperado, ese “imposible” de una derrota nacional, el K.O inapelable para el trio Schiaretti-Llaryora-Ballestrini, especialmente porque les resultará complicado -a menos que mientan- justificar tantos exagerados gastos de campaña que mediáticamente suman demasiados millones de pesos que por el empecinamiento exitista que pocas veces tuvieron de burlarse de las prioridades, anticipadamente convencidos del triunfo aplastante que no alcanzaron. La provincia de Córdoba no dejó de endeudarse y está hasta el flequillo comprometida en dólares, euros, dinares kuwaitíes y seguramente en otras monedas, para no olvidar a “los ellos” que se indignaban por los acuerdos con el FMI y otros usureros desde el nivel nacional, ante tanta generosidad.
   Los jardines, las flores, los caminos, las consecuencias del innecesario endeudamiento creciente y para el pueblo inexplicable cantidad de compromisos contraídos en moneda extranjera, ocuparán las preocupaciones de los cordobeses que ahora maldicen haber sido víctimas de seducciones que pagamos todos, porque a los “regalos” que se hacían hay que sumarles “los sobres” que sin dudas más de uno recibió.
   Obras hay muchas tanto en ejecución, algunas con inexplicables demoras como en su  cercano inicio, y es cuando nos preguntamos con indignación sumada a la impotencia: ¿quiénes levantarán tantos muertos?”.
   No serán los bolsillos,  el crecimiento de los patrimonios ni los ahorros de quienes manejan a su parecer esos dineros que todos pagamos en impuestos y en servicios de elevado costo, sino que el único camino para no volver a la inflación de la que también han venido siendo cómplices por angurria recaudatoria. En tal sentido, a los cordobeses nos acosa una antigua sentencia de Voltaire quien sostenía que “Los hombres jamás sienten remordimiento de aquello que tienen la costumbre de hacer”.
   No es hora, simplemente, “de mezclar y dar de nuevo” porque algunos naipes marcados ya están cambiando, desde quien toma la sorpresa de ayer como que la intuía y no es cierto y por eso de la ”transferencia de rostro” que ha venido en aumento, es que tenemos entre nosotros ese ejemplo que muchas caras han adoptado -como de festejo o de muda protesta-  hasta que mastiquen, gusten, rechacen o les generen vómitos o colitis en una actitud que no sorprende porque no es el primer arrepentimiento que asumen.
   Las reacciones de la gente fueron no tan variadas como era de suponer para los cordobeses, otros exultantes, sino que uno -cualquiera de nosotros- advertía que caminaban ejemplares con su resignación a cuestas, otros preferían no ser identificados, estaban como mayoría los sorprendidos y eufóricos y los tristes con sus facciones desencajadas: cada uno y cada una mostraba supongo que no queriendo, un estado de ánimo que sería regalo para cualquier estudiante o veterano de psicología y de la siquiatría aunque dentro de este amplio panorama de las “caripelas” que caminaron nuestras peatonales veredas y peatonalizadas calles, los dedicados al variado arte de los pronósticos  -gurúes, adivinos, tarotistas, autoritarios cultores de los cálculos a futuro, etc- no faltaron los indiferentes, varios aún dominados por el ‘fernando y la coca 70/30’ hasta que me tocó enfrentar a un colega que hasta anoche se autotitulaba “infalible” acerca de sus pronósticos a lo largo de una dilatada carrera: le erró fiero al igual que la abrumadora coincidencia del 98 por ciento de los periodistas.
   La fecha de ayer -26/10/25- ya entró en la historia de la democracia argentina, y es para destacar que un detalle saliente es que todo aquel ser que en nada cuadraba política ni ideológicamente por simpatías, admiración o coincidencias con el sector “nacional y popular” del kirchnerismo original y puro, que deja su huella indeleble en nuestra historia, de lo que alguna vez sus mentores tendrán que repudiar y arrepentirse.
   Es cierto que estamos gravemente heridos en nuestra economía, la producción adelgaza cada día, crece la irrespetuosidad del poder hacia los viejos mientras las deudas se multiplican a la par de la desocupación formal, pero no debemos aflojar ahora que tenemos abiertas y sin trabas las puertas de la recuperación, la estabilidad y el crecimiento que equilibre al menos el lastimoso  estado social de nuestro país y las carencias pasen a ser ominosos recuerdos.
   Así y todo no debemos aflojar en lo más mínimo porque objetivamente evaluando y con perspectivas de mejoras en el mediano plazo, la situación no es para suicidarse ahora.
   Ya varios lo hicieron “en cuotas” creyéndose triunfadores hasta que el fracaso de esos pronósticos a través de las urnas les hizo ”bajar el copete”, hacerse cargo de culpas que nunca reconocieron y los llamó a una realidad que incluso ahora se empeñan en ignorar.
   La oposición -si es que ha madurado- debe entender que es una deslealtad eso de pasar su tiempo poniendo obstáculos, deformando realidades, fogoneando desigualdades y fabricando conflictos porque todo eso, junto, crea en ellos una clara e innegable imagen de golpismo, delictivo y totalmente repudiable.
   Admiro y comparto una sentencia del Talmud: “Dios ama a tres clases de hombres: al que nunca se enoja, al que nunca renuncia a su libertad y al que no guarda rencor”.
GONIO FERRARI
Periodista censurado
 
La esperanza superó a la demagogia
MIREMOS HACIA  EL  FUTURO,
YA QUE EL PASADO NO PUDIÓ
 
AL MEDIODÍA UN ENFOQUE  DE LA REALIDAD  QUE
ESTAMOS VIVIENDO -IMPENSADA PARA MUCHOS-
A CARGO DE UN PERIODISTA INDEPENDIENTE QUE
FUE BLANCO  DE  LA  CENSURA  POR PARTE DE LOS
QUE AHORA, SEGURAMENTE,  NO  MANTENDRÁN
LA CERTEZA DE REEDITAR  PASADAS TRAVESURAS.
                                                                                    G.F.

 


22 de septiembre de 2025

“Síganme los buenos” edición de emergencia en Primavera

Edición escrita especial de “SÍGANME LOS BUENOS” que desde una década y media
atrás viene produciendo y dirigiendo el periodista “Gonio” Ferrari, como repudio y
rechazo a la censura que a dicho espacio radial de elevada y fiel audiencia dominical
le impusiera sin ninguna intimación ni aviso la conducción de los Servicios de Radio y
Televisión dependiente de la cuatrisecular Universidad Nacional de Córdoba.

TODAVÍA NO MERECEMOS EL
SILENCIO. AÚN HAY QUE GRITARLO
Hugo Mujica



PARA  NO  PERDER  LA COSTUMBRE, DE VEZ EN CUANDO
TENDREMOS ALGUNOS  TEMAS COMO PARA COMENTAR
 
   Antes que nada, conviene aclarar que la nuestra es una medida que tomamos en legítima defensa de nuestra libertad de expresarnos, como actitud de respeto a las leyes y de manera especial a nuestra Constitución Nacional, vulnerados por esa pésima y repudiable ya instaurada como costumbre, de exigir “urbe et orbi”  que todos pensemos según el caprichoso e infantilizado libreto que parte desde alguna empecinada usina de conducción política que no escarmienta ni se adecua a la evolución de los tiempos ni de las consultas populares.
   El  volumen de información que se genera en estos escenarios no tan sólo en Córdoba sino en Argentina, el cono Sur y en todo el universo nos enloquece por agotamiento, que estamos con la cabeza a punto de estallar y que no vemos la hora de volver a la normalidad para tomarnos revancha de tantas exigencias que la realidad nos impone, hacer la maleta con poca ropa, algún buen libro, el pasaporte al día, unos cospeles que hayamos podido amarrocar y partir con rumbo desconocido en actitud de merecido descanso.
   Queda por establecer sin enojos pero con objetividad si haremos que sea un viaje de placer o que lo hagamos con la familia.
   Dejando de lado cualquier especulación en tal sentido y seriamente evaluando, suele ser saludable descansar de tanta ponzoña, desencuentros, rivalidades, enconos y estériles como inoportunos enfrentamientos para llegar a masticar y deglutir una realidad que bien puede tratarnos bien o como en la mayoría de los casos, que la disconformidad sea otro de los sentimientos que nos invada hasta hacernos perder los estribos, disparar al banco, extraer todos los ahorros que hayamos acumulado y corramos raudamente para evitar los alevosos recargos por mora que nos fusilan, poner al día nuestras cuentas por alquiler o cuota del crédito que solían otorgar para la casa, el pago de la luz, el teléfono fijo, los celulares de ella y de los chicos, el kiosquero que nos deja el diario, la cuenta del gas, los impuestos municipales, provinciales y nacionales, las cuotas atrasadas de los seguros, el colegio de los chicos, el transporte escolar y alguna otra obligación que, realmente, nos obliga a sentirnos crocantes de secos con la soga apretándonos el cuello, más 
algunos olvidos que el volumen de la morosidad al menos ha servido para dejarlo de lado hasta el próximo mes o para la cuota del medio aguinaldo a mediados de diciembre, si no es que se les ocurre a los que mandan que deberán pagarlo en cuotas, porque… bueno, razonesy pretextos jamás faltan.
   Lo tomemos con calma, porque el mañana puede ser más severo con nosotros, a menos que seamos empleados públicos de nivel, jubilados de privilegio, legisladores o ediles, beneficiarios de alguna jugosa herencia o seamos parte de esa pléyade de sacrificados servidores de la Patria que son aquellos argentinos y argentinas dedicados a servir desde las conducciones sindicales. 
   Algo tenemos para que leamos hoy y podamos comentar mañana en la oficina, en el bar, durante el viaje en el bondi o mientras cumplimos con el mandato de no quedarnos quietos, porque los huesos se oxidan.
   En consecuencia, vamos a lo nuestro agradeciendo la actitud de frecuentarlo, lo que nos hace menos desgraciados y un poquito más felices…
                                                           G.F. y su fiel equipo de producción
 

Estación más esperada que a los reyes magos
LA PRIMAVERA YA ESTÁ ENTRE NOSOTROS
CON  SU  CARGA DE  ABRIGOS Y PERFUMES  
  

   Ya estamos viendo las hormonas pasearse por las calles, por los parques y plazas, caminando por la peatonal, en fin… por toda la ciudad maravillosa que es nuestra Córdoba, cuando a decir del poeta todo revive y sale de la hierba un ruido que se eleva como un largo
murmullo... La vemos en una juventud única, irrepetible y en mucha medida candorosa ante la natural carencia -todavía-  deexperiencias negativas y por exceso de cariño en el ámbito de su vida cotidiana, con el cofre del alma lleno de proyectos, deseos y la cercana esperanza de vivir gratos momentos.
   Ricos y pobres, clase media o con vocación de carencias es lo mismo para cuando se ronda desde los 14 años del acné hasta la edad de la emancipación en todo sentido, el ansiado picnic con destino o no de romance que les cambia la vida y les va enseñando el camino para llegar a los años adultos ya cargados de recuerdos, así sean alegrías, sinsabores o tempranos y lacrimógenos olvidos.
   Todo esto es el anuncio primaveral, que por una inusual forma de asomarse, nos hace pensar que incluso el Creador, el Dueño de Todos los Relojes, estuviera apresurado por ver felices a los adolescentes.
   Casi no hemos tenido invierno riguroso hasta ahora. Seguramente ese viejo gruñón de vientos llegará tarde para hacer sentir la severidad del frío, la inseguridad de la escarcha y la moquera molestia de las narices heladas.
   La primavera, más que insinuándose y haciéndose desear, ya llegó y nos llenó el alma de colores, polleras breves, diluvios hormonales, esperanzas y la felicidad que estuvo amodorrada en la antipática y abrigada estación con su carcelera obligación de encierros, fogones, cachetes colorados, poco románticos calzoncillos largos y un pañuelo en cada bolsillo
   Le abramos las puertas tanto los jóvenes como nosotros que por una ley natural, cada vez más nos encanta ver la felicidad en nuestro prójimo, como si ya nos aburriera la rutina anual de pasos apresurados, mullidos acolchados y  espirituosas bebidas. Porque ser feliz, también para el Altísimo como le quieran llamar, debe ser la mayor de las glorias.
   El secreto está en saber compartirlas, dulcemente  y en plenitud…
Gonio Ferrari
 


A propósito de un dicho que arrastra mala fama
LA SOMBRA DE  UN ARBOL QUE NO ALCANZÓ A
ECLIPSAR CASOS DE INJUSTICIAS IRREPARABLES
 

   De aquel viejo dicho que históricamente se juega sosteniendo que se necesita un escándalo  público para neutralizar la trascendencia de otro, no viene dando los resultados apetecidos imprudentemente de antemano por quienes -“sesudamente”- lo metieron en la consideración ciudadana para alcanzar escasa trascendencia popular, sin que a la vista les redituara al menos el consuelo de un escaso y mezquino beneficio.
   Aquello tan trillado de la sombra de un árbol que se necesitaba para silenciar o sacar de su escena al bosque, alcanzó una notoriedad “al revés” de quienes la llevaron a la práctica en un vano intento por alcanzar algo parecido a un equilibrio de los números de audiencia o “rating” que le llaman, tanto en las señales televisivas, como en las varias frecuencias radiales que tienen su punto de partida en los Servicios de Radio y Televisión de nuestra cuatrisecular Universidad Nacional de Córdoba.
   Es la misma empresa que no muchos años atrás lograra ser líder en las mediciones y aportante de algunas actuales “estrellas” del periodismo que emigraron seguramente persiguiendo una estabilidad que no gozaban, el equipamiento para que el esfuerzo humano no fuera vano  y la consecuente repercusión, lo que ligado especialmente con la llegada de cada final de mes a los números los consolidan porque aportan eso que le llaman seguridad, una especie de vacuna contra el descontento, la debilidad del entusiasmo y un “acta de defunción” para las consabidas medidas de fuerza.
   Sus cámaras y micrófonos llegaron a ser señeras hasta que la aparición de ese flagelo que le llamaron “periodismo militante” -precariamente disimulado-  los fue rotulando con inclinación y preponderancia hacia el kirchnerismo y dejando lentamente en el rincón de los olvidos,  aquella saludable costumbre del respeto a ultranza de la libertad de expresión consagrada en nuestra Constitución Nacional pero con mal disimulado acatamiento en el ámbito periodístico, pese a lo cual y con pésimos balances “hacia adentro” fueron desprestigiando una imagen otrora respetada pero doblegada por el fanatismo ideológico.
   En los últimos meses o pocos años ha venido creciendo una situación anormal en el manejo de los SRT al menos dentro de lo que se conoce y existen pruebas, que obtuvieron como resultado -entre otros- un cierto deterioro en cuanto a la cantidad de oyentes y televidentes que acompañan a esas señales. Es en cierta medida por el desplazamiento de algunos segmentos periodísticos con vigencia superior a una década, al igual que otros espacios casi “clásicos” que ya habían consolidado posiciones dentro de las respectivas carteleras, con el agravante de haber lesionado el sacro respeto que se le debe a la libertad de expresión,  la estabilidad de propuestas muy bien conceptuadas y medidas y la afrenta que significa “filtrar” por el cedazo de la intolerancia fortaleciendo las tendencias izquierdosas, desplazando a ciertas expresiones donde la libertad es realmente “salvaje” porque a nadie se censura, a nadie se le niegan espacios ni se les exige un acatamiento a la línea periodística ni se los limita tanto en micrófonos como frente a las cámaras.
   Una manera cabal de establecer las diferencias, es acudiendo al registro del número y textos de los mensajes que se cursan a una línea telefónica. Allí no se seleccionan y menos se eligen las opiniones, que tampoco se marginan y menos aún que sean víctimas de la atrocidad cívica y “zurdoide” que es la censura lisa y llana, sin explicaciones, lo que ha creado algunas rispideces cuando se leen textualmente ciertas participaciones de oyentes que lo hacen con escaso respeto por el pensamiento ajeno.
   Y ahora es preciso que retomemos  la consideración del tema principal de este comentario, una alusión a eso tan relativo que es alguna conclusión inteligente acerca del árbol que impide tener acceso visual hacia el bosque.
   Hay veces que los intereses, la angurria, la impunidad consagrada y las ventajas que aportan los silencios otorgados mueven a que se fortalezca el cúmulo de primacías que ayuda a quienes buscan asegurarse la indemnidad y robustecer su imagen de ciudadanos decentes. No sería novedad que actuaran con sentido familiar, como se sospecha  que lo venían haciendo, en lo que lograron un éxito pasajero hasta que el tema -por ejemplo- de las autobombas “hizo agua” hacia adentro con abortivo resultado y con la suerte al menos monetaria pero no eterna ni segura porque aquel embarazo “venía de nalga” y con otras complicaciones, hasta el punto de terminar en un aborto no deseado ni calculado por sus ”papis” que confiaron demasiado en ”silencios ajenos” que no les permitieron siquiera pedir disculpas a quienes engatusaron con la promesa y los anuncios -incluida costosa publicidad callejera- de acceder a un espacio televisivo de la mano de una “estrella en pleno eclipse” que dejó esta inquietud de lado y para mejor futuro soñando con vientos favorables guardando para otros venideros tiempos sus maquillajes, pelucas y  atuendos que creíamos eran todos exclusividad de quienes lucían en los ya superados y antiguos “teatros de revista”.
   Las cosas se venían complicando aunque en otro terreno de las anomalías pero con los cuestionados personajes, “arribistas” y ventajeros, guiados por un líder de pacotilla que resultó ser acosador de compañeras y frente a todos los testimonios en su contra que venía acumulando, no le quedó otra salida -ni siquiera decorosa- que abandonar la nave que inexorablemente se hundiría y buscó refugio en Baires -allá donde se cocinan muchas cosas de aquí- logrando el amparo, la “protección” y la impunidad que alcanzara una cuestionada “puntera” ya condenada, en tiempos no tan lejanos dedicada a gestionar y lograr ayuda financiera para sus productos relacionados con la defensa de los derechos humanos, pero que se dio el impune lujo de enriquecerse, “comprar” una radio -o una frecuencia-  y asociarse con uno de los fantoches, criminal convicto, que pelechó saliendo al aire con esa emisora para vender entre otras mercaderías, “sueños compartidos” que terminaron en verdaderas y dolorosas pesadillas.
   La “estrella” mediática que conduciría ese espacio televisivo por el canal universitario -que supo ser sin excepciones orgullo de los cordobeses- se quedó en llanta cuando trascendieron sus andanzas persiguiendo y acosando a mujeres que fueran sus compañeras y al derrumbarse ese castillo de naipes marcados, las dos autobombas (¡Siii! dos autobombas) que fueron adquiridas, o alquiladas, o cedidas por cuarteles de bomberos del interior provincial que las habían desafectado para la lucha contra el fuego, pasaron un largo tiempo a la intemperie en el amplio y arbolado parque que rodea a los S.R.T. y de la frustrada “estrella de la TV” nada más se supo aunque sus andanzas de cuando en cuando trascienden junto a otro “personaje” que en la cúspide de su notoriedad, dejó silenciosamente esta Córdoba que no es tonta y el tipo luce ahora en el canal de televisión por cable más amarillento que tiene el país.
  Con estos datos advertimos con preocupación y mucho de angustia, que Buenos Aires pasa a sumare a los destinos que eligen o las circunstancias imponen a no pocos ejemplares de la fauna periodística de esta Córdoba siempre sorprendente, en la que están sospechados por su participación en algunas ”travesuras” con las que nuestras leyes no están de acuerdo y con lo que los SRT de la Universidad Nacional de Córdoba de la que todos seguimos sintiéndonos orgullosos y ahora en situación o “estado de sospecha” alcanzado, no merecen ni lo merecen los blasones, el cariño y el respeto que lucen pese a todo -los SRT- aunque los invasores por la vía ideológica no 
merezcan esos sentimientos cosechados con más de 400 años de vigencia, lucha tenaz contra la ignorancia y generosa formación de profesionales.
   Es momento entonces de volver al árbol y a su sombra, convencido que esa sombra quebuscara eclipsar situaciones más graves por lo atentatoria a los consagrados y humanos derechos, no logre el objetivo de sepultar en el más lacerante de los olvidos situaciones anormales, como lo son los casos de profesionales del periodismo que resultaron víctimas de medidas absurdas, que en los casos de la periodista Roxana Menéndez y del colega Claudio Ferrer tuvieran desenlaces fatales al ser víctimas de esa brutal manera de castigar opiniones no coincidentes con la conducción empresaria, aplicando una de las más crueles medidas disciplinarias para
silenciar a un periodista, que es impidiéndole serlo con la aplicación del cumplimiento del horario laboral, pero sin opinar acerca de nada.
   Saber que ambos descansan en paz no alcanza ni siquiera para exculparlos, porque la justicia de los hombres suele ser exageradamente tardía,  demasiado leve, insuperablemente contemplativa y cercana a las amnesias.
   No habrá ningún árbol ni la más interminable y extensa de las sombras, que consigan empujar a Roxana ni a Claudio y a todas las víctimas de la feroz censura con inhumanas consecuencias, a los oscuros recovecos del olvido.
   Y tampoco habrá manera de convencerme, en mi condición de periodista libre e independiente, que los responsables e instigadores de esas partidas sin retorno pueden, cada noche, mirar de frente a sus familiares y  dormir en paz.
 
GONIO FERRARI
Periodista censurado

NO PERDAMOS LAS ESPERANZAS Y ROGUEMOS
QUE LA JUSTICIA NO SEA OTRO ESCOLLO A SUPERAR

Esperamos para el próximo domingo haber superado los inconvenientes técnicos –más allá de la inconstitucional aplicación de la censura que padecimos este día inicial de la Pimavera, jornada de festejos y jolgorio especialmente para la maravillosa juventud argentina. Seguramente nuestros seguidores tienen noción de lo que es poner en las redes un espacio radial que no se escucha, pero al día siguiente es posible leerlo. Ese es momentáneamente nuestro objetivo hasta recuperar lo que tan injustamente nos birlaran en una actitud autoritaria y desembozada, para caer a un abismo de mediocridad que se acentúa con el paso del tiempo y una eventual consagración de la impunidad, en un acto violatorio de las leyes que nos rigen, incluyendo a la Constitución Nacional que bueno sería al menos la leyeran antes de apresurarse a tomar una medida que nos perjudica, aunque sirve para que la opinión pública tenga noción de un proceder tan vertiginoso, más que injusto y repudiable.
   Si todo camina como lo imponen las leyes, el domingo próximo tendremos la enorme satisfacción cívica y profesional, de volver a leernos y escucharnos en ejercicio de eso tan sagrado que se le llama gozar de la salvaje libertad. ¡Mil gracias!
G.F, y equipo