Desgrabación de
comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”
emitido el domingo 10-03-13 por AM580 Radio Universidad de Córdoba.
LOS
MONOPOLIOS SON TODOS NEFASTOS
Suena positivo eso de terminar con los monopolios privados, cuando nos
referimos a los medios de comunicación, porque supone una apertura hacia la
diversidad de opinión y el reinado de la libre expresión de ideas y de
propuestas.
No es posible la existencia de una sola voz; de un discurso único; de
una postura excluyente que reniegue de la aplicación de eso tan sagrado como
bastardeado, que le llaman libertad.
Pero tampoco es para aplaudir que le otorguen licencias o frecuencias a
reconocidos amigos del poder, porque eso naturalmente lleva a obvias suspicacias
con mucho de fundamento.
El peligro radica en la instauración de un monopolio que aunque en los
papeles aparezca como extraño al poder, responda por amiguismo y
agradecimiento.
Y no me jode, de lo que me acusó un cultor del faceboock, que el monopolio
apunte a ser alineado al oficialismo.
Me jode que al amparo de ese discurso único implanten, como ahora se
advierte esa intención, la opinión exclusiva de su bandería, porque el
monopolio estatal se vigoriza y endurece con el manejo discriminatorio de la
pauta publicitaria a la que contribuimos todos, cuando desde el poder se aplica
el perverso sistema de “premios y castigos”.
Es muy fácil: comparemos a vuelo de pájaro lo que ahora reciben por
ejemplo Página 12 y La Nación
o Clarín, lo que no guarda la más mínima relación con sus tirajes y porcentual
de lectores.
A Canal 7 y a las televisoras “adictas” las llenan de plata y menoscaban
al resto.
En pocas palabras y en el terreno personal, como ya soy grandecito y con
ideas propias no necesito que nadie me indique lo que debo decir o lo que debo
callar, ni siquiera con la presión de una pauta publicitaria.
Porque el estilo que aplica la mayoría de los “periodistas militantes”
no es el debate de propuestas superadoras o posiciones antagónicas, sino la
descalificación y estigmatización del adversario, a quien transforman en
traidor a la Patria
solo por pensar distinto.
Para esos militantes, por citarte solo algunos casos, no existen la
inflación, la miseria en el Chaco, el hambre en Formosa, el cepo plagiado a
Cuba y Venezuela, Boudou y Ciccone, Ricardo Jaime, Skanska, doña Hebe y los
hermanitos Schoklender, los desaires a la Corte Suprema, los súbitos,
sorprendentes y notorios enriquecimientos, el lamentable veto al 82 por ciento
que por ley están obligados a pagar a los jubilados nacionales y algunas otras
lindezas que todos conocemos.
No soy enemigo del debate respetuoso, pero cualquier forma de
autoritarismo o de mordaza me rebela.
Y el monopolio, sea privado o estatal es autoritario y condicionante,
aunque al igual que en el terrorismo de Estado, ya se sabe de quién es la
manija.
Y no es la teoría de los dos demonios.
Es maravilloso y fascinante poder discrepar.
Con monopolio estatal, aseguro que sería imposible.
Porque el monopolio estatal no es otra cosa que terrorismo de opinión.
Salir de un monopolio privado para caer a uno estatal, es solo cambiar
el frasquito del mismo veneno.
¿DESMILITARIZAR
UN LICEO MILITAR?
De acuerdo con lo que uno escucha por allí de algunos funcionarios
nacionales que alientan proyectos exóticos, es como si San Martín o Perón
hubieran sido civiles y no militares.
La intención de cambiar radicalmente la currícula vigente en los liceos
militares, eliminándoles cualquier connotación con la gente de armas, suena ridículo
porque es como si se pensara que no necesitamos fuerzas armadas.
Las necesitamos, si, profesionalizadas y despolitizadas, porque es una
exigencia que garantiza la propia soberanía con relación al exterior, la
custodia de nuestras fronteras y la protección de las autoridades.
No es cuestión de ser agoreros, pero en caso de conflicto armado, los
chilenos o los paraguayos nos ganarían la guerra con los zorros grises.
El liceo militar puede ser el primer paso en la instrucción militar,
para aquellos que adhieran a esa educación como decisión democrática y la
elijan para sus hijos.
Las fuerzas armadas no son un peligro interno, cuando el gobierno civil
es respetado y es respetuoso.
Por eso suena tan feo ese término desmilitarizar a los liceos militares.
Suena sin dudas absurdo e improcedente, porque sería como
desdemocratizar la democracia.
O deshumedecer el agua.
AUTORITARIO
CEPO DE LA IGNORANCIA
Pensar que con ochenta a cien dólares diarios es posible una estadía
digna con hotelería, comidas, movilidad y otros gastos incluidos, en cualquier
ciudad turística del mundo, es caer en la más absurda de las ignorancias.
Ya sé: dirán que en Miami hay hoteles de medio pelo por cuarenta dólares
diarios y que el resto alcanza, pero no es tan así.
Es cierto que existen también algunos albergues calificados como de una
a cuatro cucarachas, pero el tema no es salir con ánimo miserable sino para
gozar con las mínimas comodidades a las que podemos estar acostumbrados.
Y ese mínimo no es barato a menos que se intente instalar una carpa en
la arena de Copacabana o frente a la
Fontana de Trevi.
De última, la cuestión radica en que no es buena la intromisión del
Estado cuando se trata de condicionar, o como ahora limitar, el destino que cada
argentino le quiera dar a su dinero.
Para colmo, es un cepo insoslayable que muchos desde el poder niegan que
exista, y son seguramente los funcionarios que al viajar, lo hacen sin límites
de gastos, de esos gastos que pagamos todos.
Es como para justificar la bronca de mucha gente, al enterarnos que el
vicepresidente, por ejemplo, se mueve viajando al exterior con una tan numerosa
como innecesaria comitiva, integrada de manera especial por amigos.
Habría que averiguar si a ellos, en el nivel dispendioso en que se
mueven, les alcanza con cien dólares por día, cuando ocupan hoteles cuyas
tarifas superan largamente los cuatrocientos dólares por noche.
Porque si tenemos que sufrir para sacar el país adelante, suframos todos
y de manera especial quienes deben dar un ejemplo de prudencia, mesura y
austeridad.
Como Pepe Mujica, el presidente uruguayo.
Ese si que es un ejemplo.
LA MUERTE DE
CHAVEZ
No es para escandalizarnos ni sorprendernos que al morir un personaje
notable de cualquier ámbito, se generen las lógicas corrientes de pensamiento
que los glorifican o los repudian.
El caso de Hugo Chávez no podía ser, ni es la excepción.
Teniente coronel del ejército venezolano, nació políticamente de un fallido
golpe contra el gobierno democrático de ese país, llegó a la presidencia en
1999 y se fortaleció especialmente llevado por su populismo socialista, que
endiosaban sus seguidores alentados al odio contra el capitalismo.
Lo que no se entiende es cómo un país con la mayor reserva petrolera del
mundo, podía albergar tantos bolsones de pobreza, analfabetismo y otras
carencias, y siguiera siendo un aliado comercial de los Estados Unidos por vía
de la provisión de crudo.
Alineado ideológicamente con Cuba, Argentina, Bolivia e Irán despertó
amores y odios hasta llegar a su muerte, que lo entronizó en los disímiles
altares de la adoración y del rechazo.
Prefiero que las evaluaciones acerca de su personalidad y su vocación
dictatorial por eternizarse en el poder, sea motivo de análisis por parte de la
historia.
Sin que sea una mirada reduccionista, es cierto que uno de los aspectos
más salientes de las políticas aplicadas por el desaparecido hombre fuerte de
Venezuela, fue atacar el alto nivel de analfabetismo que padecía la república
bolivariana.
El régimen chavista les enseñó a leer a más de tres millones de
personas.
Aprendieron a leer, entre otras cosas, un menú.
El problema es que no alcanzan a comerlo.
LOS
MUNICIPALES Y LOS SUMARIOS
Echaron a siete empleados municipales por reiteradas e injustificadas
ausencias.
Hay varios otros que están en capilla, sumariados por distintas
violaciones a las reglas laborales, en trámites que son por lo general
engorrosos, plagados de chicanas y de ciertas presiones sindicales, según se
trate quien sea el sospechado.
Robaron de una oficina algunos elementos informáticos donde se guardaba
-así se comenta- parte de las actuaciones que se estaban sustanciando contra
varios agentes de la superpoblada plantilla municipal.
No nos engañemos con explicaciones que tienen su origen en la dirigencia
gremial, porque poco falta para que cada transgresor merezca ser ungido con una
corona de santidad.
Este no es el primer caso, porque debieran entre otros temas, averiguar
acerca de la pérdida, por así decirlo, de antecedentes negativos de algún
delegado, cuya situación en cualquier momento dejaba de corresponder al campo
administrativo, para transformarse en una cuestión penal.
Ni más ni menos que en delitos.
Hay una cadena de complicidades, amparos gremiales y pactos de silencio,
que permiten la desaparición de actuaciones administrativas que se labran,
basada en una malsana interpretación del compañerismo.
Creen que es ser buen compañero transformarse en encubridor y en
cómplice, sin tomar en cuenta que por ese sujeto al que se proteje, los vecinos
califican por igual a todos los municipales.
En lugar a contribuir a que los malos elementos humanos se encarrilen o
se vayan, se los alberga atorgándoles la peor arma que se le puede regalar a un
violador de las leyes: la impunidad.
PRECIOS:
POSITIVO CONTROL
Dicen ciertos informes periodísticos que casi no se han registrado aumentos
en los precios de los artículos sujetos a la estabilidad decretada por el
Gobierno y las variaciones son exiguas con casos que mostraron rebajas.
Pero hay otras cuestiones alarmantes, que hasta ahora no han encontrado
explicaciones desde el poder.
Por ejemplo, el desabastecimiento de algunos productos, la merma en
calidad y cantidad de otros, y especialmente la ausencia de precios en muchas
góndolas, razón por la cual el cliente se entera del valor cuando llega a la línea
de cajas.
Para colmo, los ciudadanos no podemos acceder a las ofertas simplemente
porque no se conocen, al acatar los supermercados la ridícula prohibición de
publicitarlas, en una especie de medida mafiosa adoptada por el impresentable
Moreno, para hacerles ver a los empresarios del rubro que hace autoritariamente
lo que se le antoja, incluso por encima de la ley.
Está bien que no se note que los precios hayan subido meteoricamente,
pero ocurre lo de siempre: en los primeros días todos intentan hacer buena
letra, hasta que los combustibles, impuestos y otros costos los superen
llevándolos al punto de reacomodar los valores de venta.
Tengamos paciencia y todavía no agitemos el fantasma de la inflación
descontrolada, porque vemos que la desconocen y por ende no la neutralizan y
las medidas que se adoptan, son todas en perjuicio directo del consumidor.
Porque el gobernante puede ordenar a su capricho, el empresario puede
acopiar stock y regular la venta.
En esas condiciones, la desventaja del ciudadano es tremenda, porque no
tiene armas para defenderse y no puede dejar de comer, de vestirse, de atender
su salud y de ir a trabajar.
Roguemos que esta frágil estabilidad en ciertos alimentos no sea un
espejismo más, igual a los otros espejismos a los que nos quieren acostumbrar.
10 AÑOS SIN
MESTRE
Vivimos por lo general apegados a esa vieja costumbre nacional que le
llamo “la bondad post mortem”.
Resumiendo, la enorme mayoría de los que se fueron para no volver son
ahora un ejemplo de bondad, un modelo a imitar, una conducta a seguir, un hito
republicano, un paladín de la verdad.
Esa actitud que se viene vigorizando con el paso de los años, ha
posibilitado que muchos sectores entronicen a personajes que, revisada su
historia, no fueron tan santos.
Y en los casos adversos, también se los demoniza, en una irracional
búsqueda de sus costados negativos, de quien por ausencia terrenal ya no tiene
cómo defenderse.
De esos casos, llegamos a contar por decenas, dado que los jueces
espontáneos sientan en el banquillo de sus dudas a quienes, por lo general, no
les simpatizan.
Puede haber sido en muchos aspectos antipático, políticamente
intratable, chinchudo y explosivo, pero en muchos aspectos se lo extraña.
Se lo extraña, si, como a las buenas personas.
Muchos lo recuerdan como el mejor intendente municipal de los últimos
tiempos y otros como un equivocado gobernador de la provincia.
Pero la verdad, a diez años de faltar entre nosotros, se lo extraña a
Ramón Bautista Mestre.
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