ENORME
VALOR, CONSIDERAR
PERSONAS
A LOS EMPLEADOS
“Los
hombres que no hacen ruido
son
peligrosos” (La Fontaine)
Debe
ser duro hacer callar a los demás y después, cuando esos demás
pueden hablar, te llevan a enmudecer.
Debe
ser dolorosa la transición de imponer silencios a una nueva realidad
de saber y escuchar que nadie calla.
Todo
un juego se sensaciones alimentadas por la memoria que es en
definitiva el juez más insobornable de la historia.
En
la tarde de este lunes último por la frecuencia de AM580 Radio
Universidad de Córdoba me sorprendió el comentario de un glosista
seguramente de nivel universitario que supongo joven, estudioso,
emprendedor y ansioso de ascender como es dable esperar de un
profesional de la comunicación.
Alentaba
la justa protesta de un numeroso grupo de cesanteados de una
municipalidad
cordobesa
-si no me equivoco se refería a Unquillo-
que por disposición del jefe comunal entrante se quedaban sin
trabajo y la explicación patronal era el exceso de empleados y la
falta de presupuesto.
Dentro
de las mismas consideraciones, el entre otras actividades cronista
deportivo que en su momento manifestó su condición de “periodista
militante” del modelo nacional y popular, atacó la medida adoptada
por la Sra. Vicepresidenta de la Nación y titular del Senado, por
haber derribado más de 2.000 (dos mil) contratos y nombramientos
suscriptos por su antecesor, Amado Boudou, en el último año.
Tras
sesudas consideraciones de corte ideológico más que técnico o
jurídico, sentenció -palabra más, palabra menos- que en estos
casos había que entender, por sobre todas las cosas, que no se
trataba simplemente de empleados, sino
de personas.
Y
lo recalcó: son personas.
No
es necesario entrar a profundizar en la definición de la Real
Academia Española que entre otras acepciones consigna: “Hombre o
mujer || Individuo de la especie humana || Denomínase así a todo
ente susceptible de adquirir derechos o de contraer obligaciones …”.
Sintetizando o interpretando, persona es un ser propenso a
sentimientos, dolor, pasión, odio, placer, rechazo y cualquier otra
sensación o vivencia espiritual, lo que no sucede por ejemplo con
los árboles o las piedras.
No
recuerdo, aunque a veces la edad suele depararme inocentes olvidos,
que alguien salvo alguna honrosa excepción que suscribo, se hubiera
acordado a través de los mismos micrófonos, de salir en defensa de
varias víctimas de injuriantes y silenciosos exilios internos,
acerca de los cuales no es necesario hacer notar que su práctica
perversa adquiere la dimensión de humillante, sórdida y lacerante
tortura.
De
un gremio ausente y abandónico enfrascado en sus eternas e
intestinas disputas por el poder, es imposible esperar acciones
reivindicatorias mientras no sean aquellas que por su contenido
ideológico fueron más episodios histéricos que efectivos y viene
al caso citar el ejemplo de un “operativo” sindical del CISPren
junto a un sector de proclamados luchadores por los derechos humanos,
que en su momento y formalmente solicitaron
a la entonces Rectora Dra. Carolina Scotto, la cabeza de un
periodista
que había osado opinar con un sesgo discrepante con el pensamiento
político-sindical de los cuestionadores.
¿Habrán
conocido posteriormente las autoridades universitarias estas
realidades que se vivían en un ala de su propia casa?
El
silencio no siempre es un aliado de la verdad.
Retumban
todavía en los pasillos y en las salas del remozado edificio del
Marqués de Sobremonte las voces, entre otros, de Claudio
Ferrer, de Alejandro “Toto” Colombo, de Pablo Colazo
quienes fueron la resultante de esos silencios impuestos posiblemente
con la letra de la ley -por eso de los contratos cumplidos- o porque
significaban una molestia intelectual frente a tan bien rentada
militancia.
Injusto
por lo gravísimo sería soslayar el delicado caso de Roxana
Menéndez,
periodista indomable en su sentido de la libertad, la más dolorosa
de las víctimas que tuvo un final tan joven, triste e inmerecido que
con solo algo de criterio y mucho de respeto, comprensión, grandeza,
honestidad y compromiso se pudiera haber evitado.
Y
esos cuatro seres -Colazo,
Ferrer, Colombo y Roxana-
que a lo mejor fueron más, para que lo sepa el militante nostalgioso
de su propio autoritarismo de opinión que no asume la realidad ni se
resigna a la derrota, también fueron,
son y serán personas.
Gonio
Ferrari
Excelente Gonio, escucho tu programa y coincida o no con tus editoriales las respeto por acercarse mucho a lo que un periodista debe tener, amor por la objetividad.
ResponderBorrarMuchas gracias,Daniel. Lo importante no es tan solo coincidir, sino tener la libertad de expresarse como cada uno piense. Esa es la maravilla del ejercicio de la democracia.¡Saludos!
ResponderBorrarCon dos de los cuatro en esta nota: Colazo y Roxie, trabajé en LV2(otro monumento a la desidia abandónica del Cispren), al Toto lo crucé un par de veces en la calle y muchas con el oído en Universidad. Y Claudio es y será mí ídolo por su indomable pensamiento con el que unas pocas veces no coincidía pero repeté. De hecho, es mi amigo en el face y casi que no nos conocemos personalmente, como no sea haber ido alguna vez al Canal cuando era estudiante de la ECI y el era la figura de Crónica 10 y yo el periodista que quería ser.Realmente me tocó este artículo por que sé del oprobio del "abandonismo" y de la incertidumbre de que pretendan congelarte por algo que dijiste. Brillante Gonio.
ResponderBorrarLuis: Que nadie vaya a pensar que con esto queda cerrado un tema, sino que tomen conciencia que recien comienza una saga destinada a ventilar casos de oprobiosos abusos contra el pensamiento libre. Es casi irreparable el daño que los autoritarios le han hecho a nuestra invadida profesión. El peor de ellos, la maligna creación de ese engendro que llamaron "periodismo militante". Son los actuales nostálgicos del poder que creyeron sería eterno y lo que menos exhiben ahora es resignación cuando lo menos que debieran mostrar es arrepentimiento. No terminan de asumir la derrota y siguen borrachos de soberbia. Y mucha de la culpa es de los genuflexos del CISPren, para quienes también está destinado uno de los capítulos de esta saga. ¡Gracias por tus conceptos y un saludo de mi parte!
ResponderBorrarExcelente Gonio. Soy docente universitaria con muuuchos años dentro de la UNC y, he debido escuchar a jóvenes militantes llenos de poder inmerecido, escupirnos en la cara "que libertades han perdido". Esas perdimos, como bien decis oprobiosos abusos contra el pensamiento. Las autoridades de la UNC, tambien tendrian que hacer una reflexión. Pero no o haran. En los lugares que conservan poder, lejos de arrepentirse y "recoger cuerda", aprietan un poquito mas.
ResponderBorrarAnónima: Nada mejor que evaluar los confllictos desde sus entrañas porque es la manera de tener acceso a los detalles finos. Aquellos autoritarios por naturaleza e impunidad son los más peligrosos; los que califican de fascistas a quienes piensan distinto y abrazan sin pudor los estilos de ilustres violadores del pensamiento ajeno como lo fueron Hitler, Mussolini, Stalin, Stroessner, Idi Amin, Ceacescu, Pinochet, Fidel, Chávez, Videla o el embrionario Sabatella. Algunos siguen cacareando porque es humano ese atávico encandilamiento con la sensualidad del poder. Te envío mi saludo en libertad.
BorrarUn maestro, memorioso e implacable maestro, casi como la historia. Gracias don Gonio
ResponderBorrarEdgardo: Hidalgamente debo reconocer que la palabra "maestro" me queda enorme, porque solo pretendo seguir siendo un periodista que todos los días aprende algo nuevo. Y eso que sostienes no es otra cosa que un postulado irrebatible: la memoria es la lapicera de la historia. ¡Nada que agradecer! Te envío mi saludo.
BorrarMuy buena Gonio.
ResponderBorrarDijiste todo lo que pienso. Hacía mucho que no estaba de acuerdo en todo, al leer una nota periodística.
Cada vez más, los medios van absorbiendo la independencia de los comunicadores. Y a su vez, los medios son controlados por los gobiernos o poderes de turno.
Muy refrescante leerte.
Abrazo
Ricardo Giaroli
Ricardo: Te agradezgo los conceptos. Desde chiquito, cuando comencé a "estudiar" periodismo mientras lo practicaba 57 años atrás, aprendí que lo básico en esta apasionante actividad es sentirse libre, independiente y sin ataduras ideológicas caminando por la vida con el concepto del respeto por el pensamiento ajeno metido en la piel. Los autoritarios no tienen color político y si los pones en fila, te encontrarás con que los hay de todas las banderas. Lo positivo, es que no todos son iguales. También hay políticos decentes, honestos, sacrificados y comprometidos. Eso me lleva a pensar que no todo está perdido. ¡Un abrazo!
BorrarHOLA GONIO! GRACIAS POR OCUPARTE DE ESTE TEMA, PERO ANOTAME ENTRE TUS INOCENTES OLVIDOS.
ResponderBorrarSeguramente no estabas al tanto del "bullying" (barbarismo inglés que en criollo podemos sustituir con "maltrato", "destrato", "ninguneo", "desprecio", "hijadeputez" y otras delicias similares) a que fui sometido, dos años y medio antes de mi jubilación. Autor del avasallamiento es un personaje famoso por su mediocridad, altanería y megalomanía, nombrado "director de contenidos" pro oficialistas de los SRT y devenido, luego, "periodista militante" (- ¿?- tremendo oximorón, creación del relato K)
Cuento lo sucedido. En marzo de 2010 a la vuelta de mis vacaciones, el por entonces director artístico de Radio Universidad, Aldo Lumbía, me llama para decirme que por “sugerencia” de su mandamás Navarro yo debía dejar de desempeñar mi tarea frente al micrófono, que sostuve durante 40 años, como locutor de informativo y conductor de programas. ¿El motivo? Supuestamente debería cumplir tareas más importantes, dada mi, según Lumbía, “extraordinaria trayectoria” y que el trabajo de locutor de noticias era algo menor comparado con lo que podía rendir en otro plano. No estaba de acuerdo con esa menospreciación de ese oficio, pero me creí el cuento. Me sacaron del micrófono. No me asignaron ninguna tarea y cada vez que solicitaba explicaciones a Lumbía me contestaba que no tenía novedades. El peor trato lo sufrí cuando le pedía a Navarro, en innumerables ocasiones, una reunión para que me explicara y solucionara mi situación a lo que me respondía, hasta con señas obscenas, que no me atendería.
Este maltrato lo denuncié en diciembre de 2010 en ocasión de la cena de fin de año de toda la empresa, cuando tomé el micrófono para agradecer a mis compañeros del departamento Recursos Humanos, por el homenaje que me hicieron esa noche por mi trayectoria y mi desempeño durante 41 años como locutor de la empresa. Cosa que repetí en el acto en que fui distinguido con el premio Cultura de la UNC. De no haberlo hecho hubiera caído en una actitud complaciente e hipócrita, que no forma parte de mis "zonas erróneas"
Fue cuando puse en evidencia que ese premio a mi trayectoria como conductor de programas y productor de actos culturales ( festivales de Cosquín, La Falda y el Chateau Rock, entre otros) se lo debía a la Radio Universidad que fue un paradigma de radio plural, diversa, inclusiva, formadora de grandes profesionales de la radio, y de hechos artísticos culturales, como los Recitales Populares, y de ser la única emisora en la Argentina con un Departamento Cultural propio. Muy lejos de aquella, la actual Radio Universidad, cooptada por una runfla oficialista que la despojó de audiencia y le cambió la identidad histórica que tanto enorgullecía a los profesionales que en ella trabajábamos, sufrió la pérdida de la audiencia que cosechó durante décadas de llevar adelante un estilo sobrio, elegante, con un servicio informativo creíble y de gran prestigio y una programación de alta calidad y se ganó, a cambio, un descrédito que costará remontar por más voluntad y empeño que se ponga.
Estuve “boyando” largo tiempo hasta que se me ocurrió inventarme la labor de locutor de promociones en canal 10, lo que agradezco a mi ex compañero Javier Peñaranda que aceptó mi idea, y fue muy sanador para mi estado mental ser llamado por César Barraco, para hacerme cargo de la selección e interpretación de los textos del micro “Los sueños del mono loco” en su programa, iniciativa que también agradezco.
Querido Gonio, reclamo mi derecho de formar parte del infame listado de profesionales tirados a “la papelera de reciclaje”. Todavía tenemos hilo en el carretel. Ojalá alguien tome la decisión de “restaurarlos”, no a mí, ya que me fui jubilado, sino a los colegas que fueron injustamente echados o silenciados.
Gracias
Mario:
BorrarSe me cruzan e interfieren distintos sentimientos y este es uno de esos casos, porque lo mío no fue uno de los tantos inocentes olvidos, sino el fruto de evaluar expresiones tuyas que me llevaron a suponer -pude estar equivocado- que no estabas tan en desacuerdo con la gestión de las autoridades de la UNC como para colocarte en “opositor”.
Curioseando una carta que enviaras al Presidente del Directorio de los SRT, Dr. Esteban Falcón, reiteras allí tu deseo “de formar parte del proceso de transformación que el H. Directorio que Ud. preside, y sus inmediatos colaboradores, están operando en esta Empresa”. Le ndicas que estás a punto de jubilarte y como lo expresaras en el homenaje que te hicieron por los 41 años de trayectoria, recalcas tu convicción “en consonancia con la vuestra, de que estamos ante una oportunidad histórica de transformación hacia adelante”.
Mencionas tus proyectos de festivales y recitales que podías organizar para los festejos del Bicentenario y te quejas de la indiferencia del Gte. de Contenidos Jorge Navarro hacia esas inquietudes, hasta el punto de no atenderte, lo que hiciste notar en ocasión de aquel reconocimiento que te hicieran los SRT por tus cuatro décadas, considerando ahora que no fue el momento más oportuno para hacerlo.
Durante la cena de fin de año en 2010 referiste el maltrato de Navarro: “El peor trato lo sufrí cuando le pedía a Navarro, en innumerables ocasiones, una reunión para que me explicara y solucionara mi situación a lo que me respondía, hasta con señas obscenas, que no me atendería”.
Después, la mención a la devaluación de tu tarea profesional que terminó en redactar textos para transmisiones televisivas que se hacían dentro de “Futbol para todos”. Y tras recalcarle al Dr. Falcón que no guardas ningún rencor hacia Navarro, en el párrafo de despedida solicitas que “considere la posibilidad … de unirme a su grupo de trabajo e intervenir en el área que Ud. o el Gerente de Contenidos crean necesario, en función de mi idoneidad y capacidad, para ser verdaderamente útil a vuestros objetivos”.
No es cuestionable ni censurable tu adhesión a las autoridades del multimedio y su enfoque empresario, como tampoco lo son -según manifestaciones que ahora memoran algunos compañeros- el sentirte subyugado por la personalidad y la gestión de la entonces Sra. Presidenta, sino que es para descolocar a cualquiera aquella postura con la actual, contestataria y opositora.
No te veo arrumbado entre los profesionales “tirados a la papelera de reciclaje” porque tu relación con el Sr. Rector D. Francisco Tamarit no ha sido distante, hasta el punto de locutar en sus actos más importantes, uno de los cuales fue ante el Presidente de Ecuador a quien entregaron un título honorífico que te encargaste de resaltar por las redes sociales.
Entiendo tu enfado con los gremios que debieron contenerte porque solo se contienen entre ellos, siempre y cuando no haya alguien que piense distinto en cuyo caso sobreviene la descalificación burda, ofensiva y alcahueta totalmente alejada de la defensa sindical y emparentada con la fascistoide delación ideológica.
No me pareció procedente incluirte en la nómina de desplazados como lo fueron Ferrer, “Toto” Colombo, Pablo Colazo o la malograda Roxana Menéndez, a quienes se intentó “domesticar” condicionándoles su opinión. Por lo que se advierte no fue tu caso.
Ellos tuvieron que irse avasallados y ultrajados por la prepotencia y el autoritarismo de quien manejando contenidos pretendió instaurar el discurso único, dejando un mínimo resquicio de pluralismo, inclusión y diversidad para aparentar amplitud de criterio.
Espero comprendas que las situaciones no son iguales.
Ellos vieron caprichosamente cercenado su horizonte profesional y en el caso de Roxana, con el penoso final sin retorno, reconocimiento ni justicia.
Confío que tu inteligencia sabrá diferenciar las situaciones.
Mis saludos.
Otro sí digo. Lástima enorme lo de Roxana. Para ella ya no hay vuelta posible. Lo siento muchísimo.
ResponderBorrarGONIO,YO ERA OYENTE FANÁTICA DE RADIO UNIVERSIDAD,PERO,TODO FUÉ CAMBIANDO CUANDO DESAPARECIÓ FERRER,TOTO COLOMBO,MARIO LUNA ETC,Y EMPECE. A NOTAR UN TUFILLO DE SOBERBIA EN LOS QUE SE QUEDARON SALVO TU PROGRAMA QUE ESCUCHO LOS DOMINGOS Y SIEMPRE ME PREGUNTO CÓMO HACES PARA SEGUIR RODEADO DE SEMEJANTE CATERVA????UN ABRAZO
ResponderBorrarAnónima: Es cierto, fue mucho lo que cambió, sobre todo con la aparición de los “periodistas militantes”, acérrimos oficialistas y aunados en el criterio de descalificar a todo aquel que pensara distinto, presentándolos como cipayos, traidores a la patria, destituyentes, golpistas y empleados de Magnetto. Doña Hebe seguía siendo santa intocable, la inflación no existía, la pobreza había sido derrotada, Boudou era decente, la inseguridad era una sensación implantada por los medios concentrados y el narcotráfico era un invento de Clarín. ¿Cómo hago para sobrevivir entre los nostalgiosos derrotados? Dejo que sigan creyendo que me rodean, cuando en realidad prefiero que sigan bailando alrededor hasta que se termine la música. Un saludo.
BorrarEstimado Gonio: la muestra evidente de la pluralidad de Radio Universidad, su respeto por las opiniones ajenas, aun aquellas que lindan con el desmedro de los DDHH (como el famoso reportaje a Menendez donde reivindica el accionar militar por la violencia de la guerrilla), los derechos individuales y mas, como los que suele vertir; desmieten su articulo. Desconozco la situaciones particulares de los casos citados, pero deslegitimar la opinion de Marchini por no haber hecho lo que Ud. cree que debia, es cunado menos equivocado, sino deshonesto.
ResponderBorrarAlberto Anónimo: Es una pluralidad algo caprichosa, porque mi programa de dos horas semanales rema contra la opinión casi generalizada como declarada tendencia “K”, de las restantes 166 horas que componen los siete días. Eso al margen y es solo un detalle. Que Menéndez reivindique el accionar militar es la opinión de Menéndez, tan respetable desde el punto de vista democrático como la de Schoklender cuando habla de su decencia. En cada uno está creerles o no. Coincidir o no. Ese es el verdadero ejercicio de la libertad de pensar y de opinar. Y si desconoce “los casos citados” no me parece correcto ni atinado que juzgue sus motivaciones y consecuencias. No deslegitimo ninguna opinión sino que simplemente no la comparto, como la enorme mayoría de ese engendro llamado “periodismo militante” descalifica las mías. Y por último, le pido algo de coherencia: estimar a un deshonesto es un contrasentido o un acto de hipocresía. De todas maneras, la diferencia está a la vista. Siempre he dado la cara y en un acto de amplitud de criterio le estoy contestando a un fantasma.
BorrarEstimado Gonio: Que no figure mi nombre completo es solo una cuestion del sistema informatico, pero no creo que sea importante saber que me llamo alberto ochoa, un ignoto ciudadano y nada mas. Traer a colacion temas como el de Menendez tienen solo el sentido de recordarle que todos tenemos una historia a la cual no podemos escapar, y que antes de censurar a otro por ellas, hay que reveer lo que uno mismos hizo o dijo, y no descalificarlo. Por otra parte citarlo tampoco tenia como objeto analizar la opinion de Menendez sino la suya como periodista, que hace un analisis basado en la responsabilidad de los "terrorista" como si esto justificara los "excesos" (crimenes de lesa humanidad) de los militares, de la cual lo supongo arrepentido. En cuanto a su porcentaje de disidencia, dentro de un determinado medio, me parece que es un analisis obtuso. Considero que una mirada global de todos los medios (de cordoba) y el porcentaje de oficialismo y opisicion que representan cada uno seria mas adecuado. Asi su opinion se suma al casi 80% que representan La voz, el Doce y Cadena 3 (por citar los principales) en los cuales no recuerdo haber oido NI SIQUIERA UNA SOLA opinion que se aleje de su linea editorial. Por otra parte que desconozca la situacion de los despedidos por motivos ideologicos no significa que no considere grave que esto suceda. Sin embargo el punto en cuestion es el ataque a un colega no tanto por su actitud frente a este hecho sino por profesar una ideologia que a Ud. le parece repulsiva.
BorrarPeriodismo en su máxima expresión. ¡Qué sencillamente breve, objetiva y retumbante nota la suya!. Alguna vez dije que escuchar sus comentarios, en la mayoría de los casos, era encontrar un notorio aire fresco, reconfortante, en medio de la atmósfera nociva que predomina en la casi totalidad de los medios masivos en Córdoba y del país.
ResponderBorrarClaridad, contundencia, objetividad...en fin, un gran nivel de profesionalismo que honran la tarea periodística para aquellos que la vivimos, la estudiamos y también para el público que quiera acercarse a la verdad, sin propagandas humillantes y actitudes miserables, buscando la ventaja corporativa y repitiendo discursos insostenibles y denigrantes.
Lamentablemente, la caída en todos los niveles que presentan de los SRT es escandalosa, y voces que suenan muy improvisadas y carentes de oficio, de recursos básicos del periodismo como son la seriedad, la objetividad, el vocabulario, la postura corporal a cámara, la línea editorial moderada, el orden de importancia en las noticias, son de una decadencia marcada, increíble para un medio ligado a la UNC.
Le dejo mi saludo y que su análisis y crítica objetiva sirvan como ejemplo de docencia periodística, sin demagogias, como siempre.
Es curuoso. Vos-igual que Lanata - hablan de persecusiones. Vos estas en el mismo lugar en que denuncias no habia espacio para la desidencia. Vos acaso no eras uno de ellos? Acaso vos eras u periodista militante K? Vos y Lanata son periodistas militantes anti K asi que no se que tanto te sorprende la militancia en los medios. Respecto a los casos que señalas distan de los miles de casos que vos y tus amifos silencian.tus quejas durante la dictadura K pudieron tener nombre y apellido. No tenias que decir persiguen a "un periodista". Por ultimo una canallada no remedia a otra ... la potencia!!
ResponderBorrarLa verdad, te voy a pedir cariñosamente que cuando se te pase el efecto vuelvas a escribir. ¡Es tan confuso lo que pretendes plantear! No recuerdo haber hablado de persecusión en mi contra y más aún, siempre reconocí y valoré la libertad con la que me desenvuelvo en la radio. No me gusta jugar a ser la víctima ni las comparaciones con colegas. Y menos aún polemizar con energúmenos. Cuando están fuera de sí por falta de argumentos ... ¡se potencian!
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