LA TRASCENDENCIA DE PEDIR DISCULPAS
POR EL MUNDO QUE ESTAMOS DEJANDO
Es la rueda imparable y caprichosa que sigue girando, interminable como
el aire y como el tiempo. Es la renovación de esa milagrosa maravilla que es la
vida. No es tan cierto aquello de revivir las esperanzas y fortalecer los
anhelos, porque a eso mientras más viejos somos lo hacemos todos los días y con
mayores pretensiones.

Lo trascendente es refrescar los
votos de felicidad, alegría, compromiso con el prójimo, respeto, esfuerzo y
decencia cada día, sin esperar que sea 1 de enero. Y que los responsables de
situaciones conflictivas tengan la grandeza de pedir disculpas a las generaciones
que vienen, por el Mundo que les están dejando.
¡Felicidades para todos...y todas!
Gonio Ferrari
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