QUIERO
FESTEJAR DIGNAMENTE
ESTE DÍA DE LOS ENAMORADOS
Cuando los amores son
asexuados, se corre el riesgo lógico de las malsanas interpretaciones, el
tratamiento escatológico de la situación o su inevitable consecuencia que
motiva bromas de dudoso gusto. Enamorarnos, en el caso de los machitos, podemos
llegar a enamorarnos de una mujer: o una mujer de otra mujer, o aquel machito,
de otro hombre.
Por eso quiero
festejar dignamente el Dia de los Enamorados dejando de lado sus inocultables
motivaciones comerciales y las tres alternativas que acabo de puntualizar.
Quiero celebrar
jubilosamente que estoy enamorado de todas las mujeres solo porque son mujeres;
de los hombres buenos porque se lo merecen; de los árboles, como si fuera un
perro; del cielo porque nos mira desde arriba con su incorruptible autoridad
celeste: de mis amigos porque son pocos, pero son muy amigos; de mis amigas
porque se salvaron que me enamorara de ellas al dejar de mirarlas como amigas.
Enamorado de mi gato que
me acompaña a cambio de simples cariños, alimento balanceado y un
bife de lomo picado por semana, que estoy seguro agradecerá apenas pueda
decírmelo, de lo que mi Fellini no está lejos.
Enamorado
perdidamente de mi trabajo, que es como ponerme cada día una inyección de dignidad.
Enamorado de las
tristezas, que suelen ser las más dulces compañías.
Enamorado de las ausencias, que son las que mejor acompañan.
Enamorado de mis
recuerdos y de la memoria, que son lo que nos hacen gozar la dulzura del mismo
caramelo varias veces.
Enamorado del agua
y del fuego aunque entre ellos se odien.
Enamorado de la libertad, de mi libertad y de las libertades ajenas porque también las siento mías.
Enamorado de la libertad, de mi libertad y de las libertades ajenas porque también las siento mías.
Enamorado de
mi ciudad, a la que nunca le he sido infiel.
Enamorado de
mi país, a donde siempre volví.
De tantas cosas
estoy enamorado que no me alcanzaría un día para celebrarlo y por eso al
enamorarme de la vida, canto un himno permanente, como permanente es la
celebración.
Hasta de mis
enemigos -o mejor dicho adversarios- estoy enamorado porque me atacan y para
ello necesitan pensar en mí, y eso me conmueve.
La pregunta
entonces es inevitable: ¿Por qué un solo y miserable día para sentirnos felices
por tantas maravillas, encerradas en un solo sentimiento? Vivir enamorado no es
ni más ni menos que sentirse feliz.
El estado ideal
para todos ... y todas. O si lo prefieren, para todes.
¡Y eso que a
San Valentín, dice la historia, lo decapitaron por enamorarse…!
GONIO FERRARI
Periodista casi en reposo
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