14 de febrero de 2020

Más allá de lo comercial…

QUIERO FESTEJAR DIGNAMENTE 
ESTE DÍA DE  LOS ENAMORADOS
   Cuando los amores son asexuados, se corre el riesgo lógico de las malsanas interpretaciones, el tratamiento escatológico de la situación o su inevitable consecuencia que motiva bromas de dudoso gusto. Enamorarnos, en el caso de los machitos, podemos llegar a enamorarnos de una mujer: o una mujer de otra mujer, o aquel machito, de otro hombre. 
   Por eso quiero festejar dignamente el Dia de los Enamorados dejando de lado sus inocultables motivaciones comerciales y las tres alternativas que acabo de puntualizar.  
   Quiero celebrar jubilosamente que estoy enamorado de todas las mujeres solo porque son mujeres; de los hombres buenos porque se lo merecen; de los árboles, como si fuera un perro; del cielo porque nos mira desde arriba con su incorruptible autoridad celeste: de mis amigos porque son pocos, pero son muy amigos; de mis amigas porque se salvaron que me enamorara de ellas al dejar de mirarlas como amigas.  
   Enamorado de mi gato que me acompaña a cambio de simples cariños, alimento balanceado y un bife de lomo picado por semana, que estoy seguro agradecerá apenas pueda decírmelo, de lo que mi Fellini no está lejos.  
   Enamorado perdidamente de mi trabajo, que es como ponerme cada día una inyección de dignidad. 
   Enamorado de las tristezas, que suelen ser las más dulces compañías.
   Enamorado de las ausencias, que son las que mejor acompañan.
   Enamorado de mis recuerdos y de la memoria, que son lo que nos hacen gozar la dulzura del mismo caramelo varias veces
  Enamorado del agua y del fuego aunque entre ellos se odien.
       Enamorado de la libertad, de mi libertad y de las libertades ajenas porque también las siento mías.
  Enamorado de mi ciudad, a la que nunca le he sido infiel.
  Enamorado de mi país, a donde siempre volví. 
   De tantas cosas estoy enamorado que no me alcanzaría un día para celebrarlo y por eso al enamorarme de la vida, canto un himno permanente, como permanente es la celebración. 
   Hasta de mis enemigos -o mejor dicho adversarios- estoy enamorado porque me atacan y para ello necesitan pensar en mí, y eso me conmueve.  
   La pregunta entonces es inevitable: ¿Por qué un solo y miserable día para sentirnos felices por tantas maravillas, encerradas en un solo sentimiento? Vivir enamorado no es ni más ni menos que sentirse feliz. 
   El estado ideal para todos ... y todas. O si lo prefieren, para todes.
  ¡Y eso que a San Valentín, dice la historia, lo decapitaron por enamorarse…!

GONIO FERRARI
Periodista casi en reposo


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