Desgrabación
de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los
buenos” del 3 de julio de 2016 que difunde AM580 Radio Universidad de Córdoba.
LA INJURIA DE LOS PIES DESNUDOS
Si el peliteñido y retocado con botox, abogado Fernando Burlando
defiende a su tocayo Fernando Esteche agitador profesional, apologista de la
violencia y enemigo de la democracia, capomafia de Quebracho que incita
públicamente al daño y al desencuentro y la abogada que atiende al ahorrativo
kirchnerista Ing. José López bailará en el programa de Tinelli, es
patéticamente evidente que la farandulización ha sentado sus reales -para
quedarse- en un importante sector de la política argentina.
Y en ese contexto, que un niño azotado por la miseria no obstante lo
cual es el abanderado de una escuela misionera haya asistido descalzo en un día
patrio para portar la Enseña Nacional, pasa a ser una pavada intrascendente.
Un dolor abrumador de pena e impotencia en el alma, porque esa situación
no es de pocos meses atrás sino que viene de arrastre por aquello que los más
vulnerables son los peor atendidos en lo que le llamaron inclusión, para
encubrir el verdadero sentido de expulsión que albergaban ciertas mañosas
políticas asistencialistas.
Pero como homenaje a la coherencia en cuanto al sentido solidario de los
argentinos, bueno sería que Burlando resignara solo el uno por ciento de lo que
le pagará Esteche y la “letrada hot” bailarina de caño y modelo nudista
-Fernanda Herrera- otro tanto de lo que le cobrará a Tinelli, para solucionar
las carencias de esa escuelita de Misiones y de los niños que allí asisten en
la búsqueda del saber.
Sin embargo estoy seguro que la dignidad y pureza del abanderado, que se
adivinan en su mirada sufrida y con un aire de resignación, no permitirá que lo
alcance el merecido y necesario beneficio del abrigo con dinero turbiamente
habido.
En un marco de pobreza extrema donde ni siquiera tienen intemperie, los
alumnos de la comunidad Ñamandú,
pertenecientes a la parcialidad mbyá guaraní, habitan el valle del Cuñá Pirú,
bello parque provincial misionero allá en la tierra colorada y es probable que
como disculpa o excusa se aclare que el hecho de andar descalzos responde a una
pauta cultural.
El problema no se reduce a los pies desnudos sino que ataca los
estómagos frecuentemente vacíos de alimento y cargados de carencias, que es lo
que produce retrasos mentales y padeceres a los que quienes debieran
remediarlos no están en lo más mínimo acostumbrados.
La imagen del niño con orgullosa banda y bella bandera pero con los pies
del desamparo es una injuria a la humanidad; a la historia; es una siniestra
burla a los derechos humanos tan cacareados cuando en su nombre no fueron pocos
los vivillos que crecieron políticamente y luego se enriquecieron enarbolando
estandartes ajenos.
Dejando de lado la urgencia que cabe para solucionar este drama sin
apelar a los consabidos y demagógicos remiendos, alguien debe ser declarado
culpable de la desidia; del abandono; de una indolencia alimentada por la
indefensión en la que están sumidos esos ciudadanos, tan argentinos como
cualquiera de nosotros que vivimos reclamando por nuestros derechos mientras
los de ellos, hijos del desabrigo y la negligencia son avasallados al amparo de
una indemnidad inconcebible.
Porque si ésta como tantas otras situaciones termina por alojarse en el
más oscuro de los olvidos, los argentinos tendremos la certeza de haber sacrificado
para nuestro porvenir tres valores esenciales de la convivencia: el compromiso,
el respeto por la condición humana y la solidaridad.
PEAJES DE LA DISCORDIA
Las casillas de peaje, si nos atenemos a pensar con el criterio de costo-beneficio,
son sólo cajas recaudadoras de abultadas riquezas conseguidas en base a
demagogias, insensibilidades e inacciones.
Se supone que el espíritu para la implantación del sistema obedeció a la
búsqueda de un mejoramiento de la red vial históricamente deteriorada y venida
a menos por negligencias, falta de mantenimiento y descontrol absoluto en su
uso, especialmente por el pesado transporte de carga que sustituyó al tren
gracias a las interesadas políticas oportunamente implantadas por Cavallo y la
bendición de Carlos Saul I de Anillaco.
Casi todas las principales rutas del país fueron entregadas en
concesiones super ventajosas, con el compromiso lógico de mantener los
trazados, señalizarlos y disponer de vías alternativas que evitaran el abusivo
gasto que significaba para muchos ciudadanos especialmente del interior, que
estaban obligados a pagar cada vez que pasaran por esos caminos recorriendo
pocos kilómetros entre un pueblo y otro.
Los concesionarios en la enorme mayoría de los casos se allanaron sin
problemas a los derechos, pero dejaron para el olvido muchas de sus
obligaciones, como ser el tema de mantener los caminos en condiciones de
transitabilidad.
Una gran cantidad de accidentes se originan en el pésimo estado de las
carreteras, la falta de señalización, la carencia de puestos de auxilio y otros
detalles negativos, en tales condiciones por su abandono.
Pero a
las casillas no las abandonan como así tampoco al negocio de seguir cobrando,
con permanentes aumentos y sin cumplir con el compromiso de tener las rutas en
condiciones al menos aceptables.
Si se repitieran los casos de usuarios que se niegan a pagar por un
servicio que no existe o es pésimo en su calidad, sería ni más ni menos que
justicia por mano propia.
No es posible que nadie se haga responsable de esta defraudación que
salta a la vista y que ningún fiscal, de esos que pasan habitualmente por
caminos y casillas de pillaje, tenga el valor de actuar de oficio.
Porque la estafa es tan evidente como entrar a una casa, robar y dejar
allí la cédula de identidad.
MESSI SOBRE EL TAPETE
Atendiendo a que mi juicio futbolístico se basa en la más supina
ignorancia en cuanto a lo técnico y dejando de lado lo emotivo, quiero
desempolvar algunas definiciones ajenas como la que corresponde a Shakespeare y
sostiene que “La perfección llevada al exceso muere de saturación y hartazgo”
Otra muy interesante, de Pearl Buck dice que "El afán de la
perfección hace a algunas personas totalmente insoportables".
Y lo que sostiene Martín Descalzo: "Yo temo mucho que nos hayan educado demasiado para la perfección. Y no es lo malo el buscar la perfección. Lo peligroso es amarla de tal manera que para evitar errores, se termine no en la perfección sino en la más absoluta mediocridad".
Lo entendamos alguna vez: Messi no es Dios.
Y lo que sostiene Martín Descalzo: "Yo temo mucho que nos hayan educado demasiado para la perfección. Y no es lo malo el buscar la perfección. Lo peligroso es amarla de tal manera que para evitar errores, se termine no en la perfección sino en la más absoluta mediocridad".
Lo entendamos alguna vez: Messi no es Dios.
Es un ser humano.
Y la revista argentina "Joyas hoy" en su edición n° 99 de mayo
último, en su página dedicada a "Perlas", junto al comentario sobre
el remate del diamante ovalado azul más caro de la historia -28 millones de
euros o 32 millones de dólares- publica una noticia referida a nuestro
vapuleado Lionel Messi, que bien merece su transcripción textual: "El
diseño de la bota de platino se basa en el modelo Messi 15. El logotipo de
Messi está hecho de platino real y en la parte trasera de la bota están en
relieve los cuatro Balones de Oro y un quinto en platino. En la plantilla de la
bota se encuentra escrita la frase "El Más Grande de Todos los
Tiempos". Las botas no se comercializarán y serán de uso exclusivo del futbolista
culé".
Un reconocimiento más para este excepcional
deportista que como persona, no ha necesitado un casamiento fastuoso, un
divorcio escandaloso, vinculaciones con la farándula ni la droga ni se ha
erigido en analista político ni juez universal de todo, menos de sus propios
desvaríos y papelones.
Messi es un señor que tuvo una infancia signada por
algunas complicaciones en su crecimiento, que logró superar hasta convertirse
en un futbolista tan endemoniado en su gambeta como inolvidable por sus logros.
Pero así es el exitismo argentino, de no perdonar un yerro y encapsular
en un histérico olvido las victorias alcanzadas.
La injusticia enorme, de por sí, es comparar a este
modelo con quien nos avergonzara por sus desplantes, vicios y desprecios.
Hay casos en que es imposible escindir al músculo
del cerebro o al alma del corazón.
Entonces no caigamos en juicios exagerados porque
cada uno, íntegramente es una persona y Messi es admirable -también
íntegramente- como tal.
No necesita andar abrazando a jeques, presidentes ni
tiranos, ni que sus gambetas endiabladas vayan por una parte y su conciencia
por otra.
A 200 AÑOS DE TUCUMÁN
El sábado próximo celebraremos un nuevo aniversario de nuestra
independencia, nada menos que dos siglos, que no acaba de concretarse pese al
paso de los años.
Y como no es tanto lo que ha cambiado desde el año pasado, me permito
refrescar algunos conceptos emitidos en el 2015.
De alguna manera, seguimos dependiendo, y no poco.
En lo económico, por ejemplo, de los caprichos de la banca internacional
que nos tiene agarrados de allí.
En lo productivo, de lo que decidan el campo, la industria y otros
sectores en nombre de todos, como si todos tuviéramos soja, sembráramos trigo,
cosecháramos maíz o fabricáramos aviones.
En lo político, los del interior dependemos del humor porteño, de las
trenzas que se arman, de los acuerdos que se concretan, de las fidelidades que
se exijan, de las broncas que se generen o de las mentiras a las que estaríamos
obligados a tomar como verdades.
En lo deportivo, dependemos de cómo se estructuren los campeonatos, de
cómo se comporten los árbitros y de qué apoyo económico estatal reciban
nuestras instituciones.
En lo cultural, de qué música nos impongan como moda, qué ropa nos
insten a usar, qué comidas y bebidas nos sugieran casi como una obligación de
consumo.
Un año atrás y llevado seguramente por el delirio, Ricardo Forster,
principal referente de Carta Abierta, núcleo del pensamiento ultra “K” y por
entonces secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, o
sea quien nos enseñaría a pensar, habló de “las dos independencias” sosteniendo
que ellas “son la fundacional, la que tiene en el 9 de julio su fecha
emblemática” y en referencia a la segunda dijo que “Sin dudas a partir de la
llegada de Néstor Kirchner comienza una nueva etapa en la vida contemporánea
argentina” desde que asumió la Presidencia en 2003.
Para Forster, “Argentina maduró, renació en el interior de un proceso
histórico de estos 12 años que ha ido reparando la vida social, cultural,
democrática e institucional. Por eso pensamos que estamos en el interior de una
nueva emancipación con libertad e igualdad”.
Casi equiparando la grandeza de cruzar los Andes, libertar naciones,
pelear -en serio- en el campo de batalla, crear banderas o luchar a brazo
partido por la educación, este funcionario, evaluando su torpe pretensión,
debió haber entendido cuando tenía poder, que los próceres no se fabrican por
decreto ni son el resultado de algún acto de prepotencia legislativa.
Un año atrás, cuando el poder “K” soñaba con la eternidad de su
vigencia, nadie hablaba de Lázaro Baez el ahorrista, de los hoteles del sur, de
los enriquecimientos ilícitos y las súbitas fortunas, de la cueva en La
Rosadita y de otras cuestiones que ahora nos quitan el sueño, pero también se
los quitan a quienes con certeza se saben culpables, y más ahora sin la
impunidad que supieran conseguir.
Resumiendo, seguiremos siendo dependientes de otros, tanto de afuera
como de adentro, mientras no asentemos nuestra propia identidad y aprendamos de
nuestra rica historia que el camino al procerato es arduo, sacrificado y
patriótico más allá de las apetencias materiales y la vocación por las
inclinaciones dinásticas.
Esto se resolverá cuando entendamos y obremos con coherencia de Nación,
respeto a la paciencia y sentido de argentinidad.
Aquel 9 de julio de 1816 en Tucumán conquistamos lo que todavía es uno
de los principales motivos de la lucha diaria de los actuales 40 millones de
argentinos.
No es necesario inventar prohombres ni fabricar más bronce del que nos
señalan el tiempo y la memoria.
LA FATAL MEGACAUSA
El señor Roque
"Cacho" Finós tenía 57 años y era oriundo de Santa Fe.
En abril del año 2011 fue
imputado en la causa del Registro de la Propiedad y encarcelado con prisión
preventiva y pese a no tener antecedentes penales sus pedidos de libertad
fueron rechazados, e incluso se le negó un traslado a Santa Fe para poder estar
más cerca de su familia.
Producido el Fallo de la
Corte Suprema que estableció la inconstitucionalidad de esta prisión
preventiva, en marzo de 2014, y faltando sólo un mes para cumplir los tres
años, la Cámara Décima de Córdoba le fijó una fianza desmesurada que no
pudo pagar, por lo que debió permanecer hasta el último día preso y con
esto no vayamos a pensar que había ensañamiento...
Roque Finós falleció esta semana después de
haber sufrido la tortura de permanecer en prisión preventiva durante tres años,
desde abril del 2011 al 2014. Sin embargo, no se pueden encontrar referencias a
su supuesto delito en ninguna sentencia porque nunca, escuche
bien, nunca fue juzgado.
Acorde con nuestra Constitución, Roque Finós
es inocente porque el Estado no demostró ninguna culpabilidad, pero en cambio,
fue víctima de un sinfín de atropellos, el Poder Judicial de Córdoba sembró la
duda sobre su honestidad, lo publicó en diarios, lo encarceló, le quitó el trabajo,
lo separó de su familia a la que obligó a viajar durante tres años desde Santa
Fe para visitarlo y lo condenó sin haberlo juzgado.
Más aún, luego de la libertad, lo mantuvo
como rehén, en estado de permanente sospecha, sin permitirle una vida normal.
Nuestro Código Penal establece que un fiscal tiene tres meses para realizar la
investigación y puede solicitar otros tres que, en casos de suma gravedad, y
éste no lo era, se pueden extender a 12.
Agotado este tiempo, debe realizarse un
pronto juicio que establezca la verdad. Los números no dan, la comisión
especial a cargo ha violentado todos los plazos exigidos, almacenando a los
imputados como combustible vivo de la causa.
Las consecuencias son previsibles y como
en una dictadura, la vida se apaga, hasta “desaparecer”. Y
es lo que ocurrió. Ya no es posible el juicio y ningún
sobreseimiento reparará tamaña injusticia, injusticia que se
ha convertido en sinónimo de la causa Registro.
Es curioso también, que esta dolorosa muerte
no haya tenido repercusión mediática, como interesadamente sucede con detalles
casi intrascedentes de este inédito proceso.
Lo que se llama, en el caso de Finos,
obtener la inocencia o la no culpabilidad por haber dejado la vida sin que la
Justicia le permitiera demostrarlas.
JUBILADOS Y CARROZAS
En varios países del mundo se han
adecuado las edades jubilatorias en función del crecimiento de la expectativa
de vida, lo que asoma lógico siempre y cuando la medida se anticipe un par de
años y se ponga en práctica respetando esos plazos.
O sea anticipar lo que se piensa hacer y dando tiempo.
En el nuestro, país de sorpresas, en cualquier momento se modifica ese
aspecto y muchos miles quedarán colgados del precipicio y tendrán que
resignarse a una espera inmerecida.
Pero en Córdoba, alguna vez mal considerada una isla, las cosas se hacen
de prepo, entre gallos y medianoche y sin importar un bledo aquello del respeto
por los viejos.
Y mire vea, caso curioso, aquí no necesitaron modificar la edad
jubilatoria porque mañosamente se pasaron por ya sabe dónde la Constitución y
un cerebro maligno edificó una estructura que parece legal pero es toda una
ignominia.
Está basada por lo que se aprecia en dejar pasar el tiempo, demorar todo
trámite y esperar que el reclamante se muera porque es complicado para los
derechohabientes, o sea los parientes, meterse en trámites que les llevarán
costos y años.
Si para contestar que no a un simple trámite administrativo en la Caja
de Jubilaciones se tarda más de un año … ¡si! aunque parezca fantasioso, más de
un año, calcule lo que puede llevar la judicialización del asunto.
Y peor aún, la relación entre lo que cobra un activo y el pasivo que
ocupara el mismo cargo es tan absurda, que el jubilado apenas recibe poco más
del 50 por ciento, en una maniobra de descarado despojo disfrazado de beneficio
pero enmarcado en un sistema perverso maquinada, como es lógico, por una mente
perversa.
Es el costo que ahora los pasivos pagan por los regalos de jubilaciones
que se hicieron sin aporte alguno, por las sumas exorbitantes que cobran muchos
jubilados de la política y de la justicia y por haber destinado los fondos de
los viejos a estupideces que de ninguna manera eran prioritarias y para qué
enumerarlas, si todos las conocemos.
Como conocemos y tendremos que pasarles facturas en las urnas, a los
irresponsables que maquinaron este sistema y que terminaron siendo premiados.
Lamentablemente es el único poder
de fuego, protesta y escarmiento que tienen quienes deben resignarse a que los
maltraten y los humillen.
A 42 AÑOS DE LA MUERTE DE PERON
Aquel gris día inaugural de julio del ‘74 moría una parte de la vívida
historia argentina a la vez que simultáneamente, nacía un mito que nos acompaña
y lo seguirá haciendo superando a los tiempos y será eternamente utilizado por
unos, bastardeado por otros, amado y odiado.
Con sus banderas fundacionales que abrevaran allá lejos y décadas atrás
en la derecha de la vieja Europa, fue Perón quien primero aplicó masivamente
esa desusada costumbre de alumbrar la justicia social que produjo un saludable
e inédito cambio en los argentinos.
El tres veces ungido por abrumadoras mayorías para ocupar la más alta
magistratura del país supo nacionalizar, industrializar y regalar progreso,
ubicándonos dentro de las principales potencias del mundo.
En cuanto a otros aspectos de su vida o de su gestión, no son pocos los
argentinos que le endilgan la culpa de los males actuales, de las crisis, de
los desencuentros, de las caprichosas variaciones ideológicas.
No son pocos asimismo los que recuerdan pero optan por no mencionar,
aquellas amistades que lo rodearan, tan nefastas de un extremo al otro del
pensamiento como lo fueron Lopez Rega, Firmenich y algunos más, todos insignes
y fundamentalistas referentes del caos, del enfrentamiento y de la violencia.
Es probable que Perón sea el personaje histórico más controvertido; el
que todavía despierta pasiones y rechazos: el paladín de las lealtades para
unos y el artífice de las traiciones para otros.
Y como si se quisiera cubrir una parte de la historia con un manto no
siempre piadoso, es imposible borrar de sus páginas de vida y de su orgullo,
que antes que político Perón fue militar, general de la Nación.
Así las cosas, sin pretender caer al reduccionismo, se me antoja que de
ninguna manera se lo puede soslayar como padre de un movimiento inicial, que
con el tiempo se transformó en religión, en culto, en fanatismo y por eso llama
la atención el halo que ahora rodea su memoria, que es ese fantasma parecido al
olvido.
Sus retratos ya no son tantos.
La marcha casi no se canta, porque ahora al capital no hay que
combatirlo, sino acostumbrarnos forzadamente a convivir con él.
Los principios sociales se ven eclipsados por el clientelismo, la dádiva
y el aliento al subsidio que en su vigencia se transformaron en veladas
incitaciones a la vagancia, a la desindustrialización y al desempleo.
Pero no es justo, en homenaje a la historia, que no haya tantos actos
recordatorios que exalten la figura y la memoria del tres veces presidente a 42
años de su desaparición física.
Porque a veces la superficialidad ideológica, la ambición desmedida, la
apropiación de consignas y la vocación por la impunidad de los vivos, suelen
ser más fuertes que el debido y ganado respeto por los grandes muertos.
Se los puede endiosar, se los puede odiar, pueden ser ejemplos o pésimos
modelos a evitar, pero olvidarlos no deja de ser una injusticia y una afrenta a
la nostalgia.
Y apropiarse de sus banderas fue peor, tanto como usurpar derechos
humanos que son de todos, al menos de los que sufrimos la pesadilla militar y
no por eso sucumbimos a los cantos de
sirena que entonaban los que en nombre y por mandato de Perón, vendían su
imagen de románticos maquillando así su propia violencia.
Perón los echó de la Plaza, cuando debió marginarlos de la historia.
Han transcurrido 42 años y aún, algunos que se disfrazaron de
peronistas, no terminan de matarlo.
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UNA VEZ MÁS GANARON LOS LADRONES
El audio completo de la conversación con el empresario Ricardo Cuestas,
propietario de una industria en Los Boulevares que fue asaltado o robado 33
veces en los últimos años y tres veces en los pasados 10 días, razón por la
cual cerrará su fábrica con 40 empleados, está en la segunda parte de los
audios, en la columna derecha de este blog.
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LA CIUDAD Y SU CUMPLEAÑOS
Debo jurar, por si es necesario, que pasan los años y en nada cambia mi
homenaje de cada 6 de julio a esta ciudad donde nací, crecí, me malcrié
protestando, trabajé y pienso despedirme de ella ni un minuto antes de lo
establecido por el Dueño de Todos los Relojes.
Porque desde que me acuerdo, y que no son pocos años, lo digo desde el
alma y con orgullo, porque así lo siento: Argentina es mi país, pero Córdoba es
mi Patria.
Crecemos amando a la ciudad como es: anárquica y sensual; desordenada y
doctoral, con humor de sobra para
exportar y malhumor social para atender.
Ciudad aporreada por la desidia de los que dicen que mandan y por la
anarquía que permiten esos mismos, los que dicen que la gobiernan.
Aquí en Córdoba anidan el orgullo de las raíces, la histórica arrogancia
de sus luchas, la humildad mediterránea y las industrias del humor, del apodo,
de los yuyos, del fernet y del cuarteto.
Y porque somos sus hijos, amamos a esta Córdoba magnética, romántica,
mágica y soberbia, aunque la arruinen los que debieran mimarla y hermosearla.
Amamos a la ciudad avasallante que ejerce idéntica atracción en sus
hijos adoptivos, en los que la visitan para después quedarse y en los que se
aquerencian con el pretexto de estudiar.
Córdoba tiene la protectora calidez de una mamá.
También asume su condición de genuina madre sustituta.
Ciudad símbolo, ruidosa, altiva, insegura y sorprendente, quiero abrazar
ese poco prolijo laberinto de tus barrios, los rumorosos bares de cada esquina,
la estridencia de tus avenidas, los colores de tus clubes, el malo y caro
transporte urbano, los candados de tus conventos, la pasión de tus políticos,
la dañina insolencia de tu río cuando crece, la intemperie de tus villas, la
sonoridad de tus campanas, el catálogo de tus baches, la penosa sorpresa de los
cortes de luz, la casi permanente asamblea de los municipales, la fiestera
pachorra de tu Justicia, la inimitable contundencia de tu tonada, la frescura
de tus estudiantes, la mentirosa solemnidad de tus doctores, la columna
vertebral de tu Cañada, la mugre sabatina de tu invadida peatonal, la añosa
certidumbre de tus templos, tu maravillosa lozanía en el otoño, el silencioso
abrigo del invierno…
Quiero más que nada, confesarte cuánto te amo.
Por la generosa hospitalidad de tu tierra.
Por el linaje de esas cadenas que me atan a tu historia, a tus días y a
tu gente …
En este cumpleaños, y aunque pasen los siglos, salud mi ciudad, ciudad
de siempre …
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