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7 de julio de 2024

S.L.B.: CÓRDOBA CUMPLIÓ FELIZMENTE 451 AÑOS - ¿MARCHAMOS HACIA LA NORMALIDAD QUE MERECEMOS? - DUDAS QUE EL MINISTRO DE SEGURIDAD CONOZCA LA INSEGURIDAD QUE NOS RODEA- TERMINARÁ LA ESTIGMATIZACION DE UN PROCESO JUDICIAL – ES BUENO HABLAR DE LOS MIEDOS QUE NOS ACOSAN – NIÑOS, VERDADEROS REHENES DE UNA DEMANDA SALARIAL, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista cordobés Gonio Ferrari difundidos en su programa “Síganme los buenos” edición nº 838 del domingo 7 de julio de 2024 emitido por  la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.
 
Gran urbe, caótica en muchos aspectos
CUMPLIÓ LA CIUDAD UN NUEVO ANIVERSARIO DE
SU FUNDACIÓN MÁS DE 4 SIGLOS Y MEDIO ATRÁS
 
   Mi Córdoba es para muchos el show de ver desfilar a la “Papa de hortensia”, la “Pelada de la Cañada”,  Efrain Bischoff,”, Alberto Cognigni, “Sapo” Cativa, Jaime Kloner, Ana María Alfaro, “Pelado” Alonso, Las Ponce, “Los del Suquía”,  Miguel Bravo Tedín, “Mona” Giménez,  Azor Grimaut y tantos otros señeros personajes que se traspapelan en la maraña del tiempo y en la senil desmemoria en la que debió aposentarse su fundador, don Jerónimo Luis de Cabrera allá por el 1573.
   Cordobés no es tan solo ser cuartetero, haber vivido en
El Abrojal, gustar del fernet, tomar mate con peperina, bañarse en las dudosas aguas del Suquía, saberse protagonista de la gesta de mayo del ’69, sentir orgullo por la reforma universitaria, evocar etílicas trasnochadas en “L’escargot” o en “El Príncipe”, incursiones por el 990, los corsos de San Vicente, las exposiciones en el Pabellón de las Industrias, la chetura de Los Pozos Verdes y el Parque Autóctono o los bailes en la pista “Teneme el chico”, el Sargento Cabral o “La Toscana”; haber leído Los Principios, Meridiano y el Córdoba y todavía leer lo que queda de La Voz del Interior en estos vertiginosos tiempos en que Internet te abre las puertas del mundo y te deja hojear sin medida diarios y revistas tanto cordobesas como de cualquier otro confín geográfico.
   Se me antoja que ser cordobés incluye también otras sensaciones, placeres  y
nostalgias no tan sólo dignas de la memoria.
   Ser cordobés contiene en tan pocas letras -sólo 11- también el espanto de las crecientes de su inestable río parcialmente urbanizado, de su tránsito caótico, de la impostada solemnidad de sus políticos, como los simples placeres de fanatizarse con el folklore de sus colores deportivos, de los íconos ciudadanos que el tiempo aporta en recuerdos, del concierto de campanas en cualquier mediodía…
   Ser cordobés supone la rebeldía mediterránea llevada a las nubes de su práctica, ejercicio y consecuencias como una especie de rito casi, casi fundamentalista que se identifica con el placer cotidiano de sentirlo así.
   Y como en un rezo me encanta hacer retumbar en mis oídos y en todos los rincones del alma esa especie de oración de amor, de entrega, de agradecimiento por sentirme genuinamente cordobés en toda la enorme pureza étnica y documentada de la condición de tal.
   Porque desde que me acuerdo, y que no son pocos años ahora más cerca del “no me extrañen” que del “hola varón…”, lo digo desde el alma y con orgullo porque así lo siento: Argentina es mi país, pero Córdoba es mi Patria.  
   Simple y cariñosamente porque crecemos amando a la ciudad como es: anárquica y sensual; desordenada y doctoral, con humor de sobra  para exportar y un agrio y desoído malhumor social para atender de lo que el poder suele ocuparse frente a la inminencia de elecciones y cíclicamente hasta el cansancio de la gente.
   Aquí en Córdoba anidan el orgullo de las raíces, la histórica arrogancia de sus luchas, la humildad mediterránea y entre otras, las industrias del humor, del apodo y de los yuyos no tan sólo aquellos para infusiones.
   Porque somos sus hijos, amamos a esta Córdoba magnética, romántica, mágica y soberbia, aunque la descuiden los que debieran mimarla y hermosearla y aunque otros pretendan certificar autenticidad de origen pese a que vienen de lejanías.
   Córdoba tiene la protectora calidez de una mamá.
   También asume su condición de genuina madre sustituta.
   Ciudad símbolo, ruidosa, altiva, insegura y sorprendente, quiero abrazar ese poco prolijo laberinto de tus barrios, los rumorosos bares de cada esquina, la
estridencia de tus avenidas, los colores de tus clubes, el malo y caro transporte urbano, los candados de tus conventos, la pasión de tus políticos, la dañina insolencia de tu río cuando crece, la intemperie de tus villas, la sonoridad de tus campanas, el catálogo de tus baches, la penosa sorpresa de los cortes de luz, la casi permanente asamblea de los municipales, la fiestera pachorra de tu Justicia, la inimitable contundencia de tu tonada, la frescura de tus estudiantes, la protocolar etiqueta de tus doctores, la columna vertebral de tu Cañada, la mugre sabatina de tu invadida peatonal, la añosa certidumbre de tus templos, tu maravillosa lozanía en el otoño, el silencioso abrigo del invierno…
   Quiero más que nada, confesarte cuánto te amo.
   Por la generosa hospitalidad de tu tierra.
   Por el linaje de esas cadenas que me ataron férreamente a tu historia, a tus días y a tu gente…
   En este cumpleaños, y aunque vayan muriéndose los siglos, ¡salud mi ciudad, patria de siempre…!
   ¿Es necesario que lo repita? Porque Argentina es mi país, pero Córdoba es mi Patria…

Los molestos dolores del crecimiento
¿ESTAMOS MARCHANDO HACIA LA NORMALIDAD
QUE  MERECEMOS Y SE EMPEÑA EN NO LLEGAR?
 
   Una de las consecuencias menos deseada de cualquier espera es no resultar beneficiados con los resultados de la gestión encarada, para la solución de un conflicto o la superación de una situación crítica o conflictiva.
   Esa se me ocurre que es la síntesis de la situación en la que nos encontramos la mayoría de los argentinos, en la tensa y casi eterna como histórica espera de tiempos mejores, como adhiriendo en la mayoría de los casos sin saberlo, a lo que Aristóteles sostenía que “la esperanza es el sueño del hombre despierto”, aunque otro gran pensador como lo era Gustavo Le Bon asegurara que los pueblos viven sobre todo de esperanzas, y que sus revoluciones tienen por objeto sustituir con esperanzas nuevas a las antiguas que perdieron su fuerza.
   Pero está demostrado en la misma historia de la humanidad que la esperanza misma deja de ser felicidad -si pretendemos que lo sea- si su compañía y cómplices son la impaciencia y la falta de soluciones.
   Tendríamos que ingresar a la evaluación de la seriedad o no que asuman eso que les llaman milagros, como manera válida de seguir aferrados a la idea que la única alternativa para salir de las frustraciones y los tiempos adversos está condicionada a la aparición, precisamente de un milagro, dado que las otras alternativas ya vividas no han dado los resultados que ansiamos, esperamos y merecemos por esa inacabable inclinación al aguante que tenemos nosotros como sociedad.
   Vivimos dominados por innumerables promesas de cambios que reparten todos los colores políticos con apetencias de poder y de vocación por la eternidad.
   Votamos influenciados por la demagogia en cualquiera de sus manifestaciones y somos demasiado lentos para reaccionar, frente a los derrapes y fracasos como si estuviéramos obligados a tolerar errores y carencias de las tantas que nos toman como objetivo, porque los poderosos no fracasan, sino que las culpas son nuestras, de los que sospechamos que vamos a fracasar.
   La oración cívica con la que el restaurador de nuestra democracia cerraba cada uno de sus discursos de campaña, allá por los albores de la década del ’80 en el pasado siglo, pregonaba que con la democracia comíamos, trabajábamos, estudiábamos, nos curábamos, crecíamos y algunas otras utilidades que nos aportaba ese estilo tan vulnerado en los últimos tiempos.
   Pero los resultados que saltan a la vista nos muestran el absurdo de carencias imperdonables, en un país ubérrimo como el nuestro, lo que lleva a ver crecer en la gente el desencanto por aquel lirismo alfonsinista, que pese al paso de los años no vemos en el duro terreno de la realidad.
   ¿Vamos ahora por el camino correcto?
   ¿Hacemos las cosas como esperando que los resultados sean masivamente positivos para todos?
   Evidentemente que no; que hay grietas en todos los terrenos, que hay máquinas de impedir en todos los estamentos de la sociedad; que la burocracia sigue imperando y los juegos de intereses dentro de la política llegan a niveles escandalosos y los “promesómetros” de las ideologías están al rojo vivo.
   No es ese el mejor de los caminos para que superemos nuestro eterno estado de crisis, mientras las apetencias se fortalezcan, siga imperando la ley del más pícaro y la comunidad siga valorando como logros los cambios epidérmicos que como tales, poco es lo que duran.
   Porque son para el consuelo y no para la solución…
 
No es exageración sino dura realidad
LA POBLACIÓN  CORDOBESA  ALEJADA  ESTÁ  DE
MERECER EL REINO DE  LA ANGUSTIA Y EL MIEDO
 
   De chicos nos asustaban con “el cuco”, el diablo, “el viejo de la bolsa”, la bruja, el infierno y muchos otros castigos como arma primitiva de los mayores para imponer su autoridad a veces cuestionada, por así decirlo, desde la más tierna de nuestras infancias.
   Pero el miedo es real y los cordobeses lo venimos aguantando a veces calladitos por vergüenza o para evitar que se nos burlen; algunos lo asumen e intentan superarlo con el encierro y algún otro método de aislamiento, y no son pocos quienes lo sienten, pero olímpicamente lo ignoran en una actitud temeraria y excesivamente machista de la que ni siquiera ellos están convencidos.
   La verdad es que los cordobeses vivimos en un estado de miedo creciente:

miedo a que nos asalten a plena luz del día, que nos violen la casa, que nos arrebaten el celular en pleno centro, que un motochorro nos afane e incluso nos mate porque ya están demasiado jugados para conseguir droga; el miedo a la desprotección porque el Estado no cumple con su obligación de protegernos y de últimas, por ese humano instinto de conservación.
   ¿Quiénes en Córdoba se ocupan del miedo? A la autoridad policial parece no preocuparle porque poco hace para remediar la situación, ellos andan armados y con permiso o no para balear -aunque eso y selectivamente poco les importa por lo visto- y los pretextos no faltan: hay cosas más importantes que proteger, el miedo es privativo de los pusilánimes, el miedo es una sensación que experimentamos por contagio social, escaso dominio de esfínteres o para ciertos insensibles, el miedo es inexistente como actitud frente a la vida.
   Pero que existe, no deja de ser una realidad que nos abruma sin que busquemos las maneras más peligrosas de enfrentarlo, porque basta con seguir los noticiarios televisivos, los relatos radiales o las publicaciones gráficas, para tener en el centro del alma y de la mente ese miedo insuperable que se acrecienta con la desprotección, las leyes inadecuadas por lo antiguas y cierta displicencia gubernamental frente a otros temores más trascendentes y mundanos, como lo es por ejemplo la inaccesibilidad al dólar blue.
   Pero que el miedo es una realidad, no es necesario certificarlo, aunque la explicación está en un tal Alain, profundo y sesudo pensador, que entre sus sobresalientes conceptos, afirmó en un momento que “El hombre que tiene miedo sin peligro, inventa el peligro para justificar el miedo”.
   Los cordobeses, al menos, no necesitamos inventarlo porque en estos últimos tiempos, ha pasado a formar parte del vergonzoso ADN que nos está igualando a todos…
 
¿Cuántos años lleva el pesado trámite?
ALGUNA  VEZ  LLEGARÁ  A  SU FIN  ESE  ESTIGMA
QUE  REINA EN TORNO DE UN PROCESO  JUDICIAL
 
   Algunas situaciones reinstalan el debate de los inocentes presos.  En nuestro país desde 2014 funciona el “Proyecto Inocente”, iniciativa surgida en los EE.UU, y difundida a más de 20 países, que  busca revertir condenas equivocadas. En todos los casos se trata de encontrar errores en la investigación y en el juicio, que producen la condena de un inocente. 
   En el análisis de Argentina se consideró que había problemas en cómo los operadores judiciales valoran las pruebas y cómo las consideran; cómo los jueces justifican y argumentan sus decisiones, y también, casos de corrupción y problemas de ética.
   En tal contexto, y retomando la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, recordé el dictamen de un Juez, en el que confirmaba la prisión preventiva a dos imputados pese a reconocer que se carecía de pruebas contra ellos, como podrían ser firmas o escritos de su parte y que no se contaba tampoco con ningún testigo que los hubiera visto o acusado.
   El apego al diccionario enseña a considerar al error como un concepto equivocado, juicio falso, acción desacertada, o precisamente en Derecho, como vicio causado por equivocación de buena fe que puede anular el acto jurídico.
   Debe ser inevitable que los jueces, limitados y falibles, puedan equivocarse, aun poniendo empeño y dedicación en su trabajo, pero, en este caso, no se puede hablar de errores de valoración, consideración, justificación o argumentación, porque el mismo juez reconoce no tener nada para valorar, considerar, justificar o argumentar.
   Lógicamente, estos imputados fueron absueltos después de casi tres años de prisión injusta. Hubo concepto equivocado, juicio falso, acción desacertada y vicio judicial.
   Es difícil saber si de buena fe, o si puede orientarse hacia la corrupción y la ética.
 
Se impone más lucha que definiciones
NOS ASALTA LA DUDA SI  EL MINISTRO DEL ÁREA
SEGURIDAD  ESTÁ  ENTERADO  DE  LA  REALIDAD
 
   Partamos de una base cierta surgida de los tiempos que vivimos, en el sentido que la cuestión de la seguridad ciudadana corresponde más a las esferas técnicas que a las consideraciones políticas o ideológicas, porque es allí donde por lo general se desubican los conceptos o se alteran las definiciones, en la mayoría de las cosas por una inclinación hacia la facilidad e inmediatez de improvisar, o por escaso concepto  de respeto hacia la sociedad.
   En los últimos tiempos los diarios vienen perdiendo terreno ante ese alucinante ejercicio del ímpetu informativo, porque tanto la radio como la TV ofrecen hechos resonantes en vivo mientras suceden, con sonido y en colores.
   No dejó por eso de ser una mayúscula sorpresa el leer el diario donde aparecen audaces conceptos de nuestro ministro provincial de inseguridad -y así la califico porque es lo predominante-  sosteniendo “Nos preocupa mucho la capacitación. Acá no hay buenos y malos policías. Acá están los policías y los delincuentes que se disfrazan de policías” con lo que el funcionario aporta mayor confusión a una situación que se ha tornado intolerable y de mayúscula peligrosidad por lo inmanejable que se confiesa desde el poder.
   La crisis no es nueva y se han dado demasiados casos que fueron inútiles llamados de atención, en procura de enderezar el rumbo del tratamiento del tema desde el gobierno y los resultados han sido siempre negativos aunque se dibujen las estadísticas y se gasten fortunas en equipamiento, tecnología, etc. todo lo que no alcanza mientras, y lo insisto por enésima vez, no se instrumenten dos medidas básicas; la profesionalización en un nivel más elevado de los planteles y el urgentísimo estudio, elaboración, tratamiento, promulgación, reglamentación, implementación y contralor de su estricto cumplimiento, de una ley integral de seguridad para terminar con los remiendos tan costosos, los reemplazos de nombres, los apresuramientos de incorporar más efectivos y lanzarlos a la calle sin capacitarlos y tratando de dejar de lado esa certeza para muchos, que los cargos policiales suelen ser la resultante de deudas políticas con la militancia, contraídas en períodos precomiciales.
   Los cordobeses ya hemos agotado nuestro enorme caudal de paciencia ante el avance de una delincuencia que domina la ciudad, y no me vengan con el viejo verso de la sensación, que ya nadie cree, salvo como muletilla que parte desde la inoperancia del poder, en este caso culpable también por omisión.
   Es un escándalo el crecimiento del narcotráfico y bueno sería que alguna vez se investigara -aunque sospechas sobran- cuáles son las fronteras de su ingreso, y las maniobras que se perpetran para consolidarlo, aparte de la generosa e inexplicable impunidad que se les regala como valor agregado.
   Las autoridades se alarman por la cantidad de armas que compran los cordobeses, en lugar de ponerse las pilas y neutralizar a un hampa que se expande y serán inútiles los lamentos cuando se produzcan enfrentamientos de civiles en defensa de sus bienes y de sus familias, desamparadas por un Estado con la obligación de protegerlos.
   Sintetizando, la seguridad está visto que no es un tema para que se ocupen los políticos sino los técnicos, sin amiguismos, acuerdos innegables ni privilegios de ninguna clase.
   Y que el gobierno deje de quejarse y actúe de una buena vez, porque de nada sirve tener una ciudad bonita si no la podemos gozar.
   Y consagrar el estado de dominio que actualmente luce la delincuencia, sería una imperdonable bulodez…
 
Reclamo salarial y sus consecuencias
SI EL PLANTEO SALARIAL AFECTA EL DICTADO DE
CLASES, LOS ALUMNOS SUFRIRÁN  EL  PERJUICIO
 
   No se me ocurriría ni siquiera evaluar la conveniencia, oportunidad ni posibilidades que tiene de imponerse el criterio sindical docente acerca de los reclamos de actualización salarial, en un período en que nuestra estabilidad monetaria es penosa, el Estado sigue presionando con los impuestos y los servicios -tanto estatales como privados, y es como si no tuvieran límites para su actualización hacia arriba y usando como guía los vaivenes del billete verde, tomando en cuenta la ridiculez, que cuando el dólar baja su cotización, los valores que pagamos se mantienen o se siguen incrementando.
   El componente de insensibilidad ya ha sido expresado y llevado a la realidad hasta el cansancio y de poco ha servido, porque los cráneos de la economía nacional, provincial y recaudatoria, poco entienden ni les interesa esa disyuntiva, detalle que mucha consideración merece porque afecta a la dignidad y a la condición humana.
   Y se trata de una percepción personal o es sólo un mal pensamiento, que suele invadirme cuando desde ambas veredas del tironeo están los alumnos, inocentes y aprovechados rehenes de cada prolongado y a veces eterno conflicto, sin pensar en el descalabro hogareño que entra al seno de las familias sin preguntar, cuando no hay maneras de hacer que los pequeños concurran a clases, tratándose de salitas o primarios, como asimismo en el caso de los secundarios, cuyo aprendizaje se resiente severamente y después no sabemos por qué no se registra progreso intelectual, ni atendemos con medidas reparatorias el decreciente nivel de conocimientos.
   Debiera el Estado en su condición indelegable de protector de la
comunicación entre las partes enfrentadas, instrumentar métodos y capacitar a los responsables de las discusiones salariales, para que no sean los niños las víctimas de los desacuerdos y caprichos, que pudieran haberse consolidado en el fuero íntimo de los funcionarios encargados de atender, negociar y ocuparse de las reiteradas y a veces prolongadas situaciones críticas.
   Es muy cierto ese consejo, digamos conminatorio, de “con los niños no” pero en forma de grito para que se cumpla no tanto como obligación de respeto y cariño hacia la inocencia de los pequeños, sino como prenda de paz, justicia y armonía que merecen aquellos que nos educaron, aunque hayan fracasado con tal cometido en algunos obtusos que no tienen otros mecanismos de protesta que dejar de trabajar y que para colmo no les paguen esos días.
   El dirigente gremial, en estos casos, se supone que está amparado y jamás deja de cobrar.





17 de marzo de 2024

S.L.B.: LOS AJUSTES SALVAJES Y EL LÍMITE DE LA PACIENCIA - EL TRANSPORTE URBANO VOLVIÓ A LA MEDIOCRIDAD - EN LA MEGACAUSA DEL REGISTRO CONVIVEN EL TRIGO Y LA CIZAÑA - LA I.T.V. INTIMIDA "AL VOLEO" A EXTRAÑOS – BANCOR "EL BANCO DE TODOS" DISCRIMINA A LOS MÁS DESVALIDOS - SERÁ IMPOSIBLE RECUPERAR SEGURIDAD APELANDO A PARCHES Y REMIENDOS –QUE EL PRESIDENTE MILEI SE OCUPE DE RESGUARDAR SU LOGRADO CAPITAL POLÍTICO - "BONUS": PARA PROTEGERNOS DEL DENGUE.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”, edición nº 822 del domingo 17/03/24, emitido por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.

 
Algunos “ajustes” rozan lo salvaje
EL LÍMITE DE LA PACIENCIA ES  UN EXTREMO
QUE LOS LIBERTARIOS NO DEBEN VULNERAR
 

   No es necesaria mucha imaginación para traer a la mente la multiplicada imagen de miles de amas de casa recibiendo las facturas por servicios de luz, teléfono, gas y otras prestaciones, y ni qué hablar cuando esas papeletas llegan a manos del jefe del hogar, que es en definitiva a quien le toca en la mayoría de los casos afrontar tales pagos, sin mencionar siquiera los impuestos, gastos comunes en los casos de alquileres, colegio de los chicos, transporte escolar, la cuenta en la farmacia y el pago de lo gastado con dinero plástico a lo largo de un mes.
   Todo ese enjambre de compromisos con obligación de pago, dejando de lado lo que faltaría si en la casa hay servicio doméstico, alguna salida a comer fuera de casa, eventual función de cine, cigarrillos si son fumadores, transporte familiar o mantenimiento del coche con sus gastos fijos más el seguro, la patente y le agreguemos la visita quincenal o semanal de la doña a la peluquería del barrio, porque las del centro son demasiado costosas y algunos otros ítems que se me hubieran pasado por alto y sin contar la tenencia de alguna mascota así sea un perro, un gato o un sonoro canario.
   Puede que en el primer mes, en cada uno de esos hogares se hubieran rendido a la resignación con el simple trámite de accionar los mecanismos de la callada conformidad porque no queda otra alternativa, aunque la economía hogareña se empiece a derrumbar arrastrando siempre nefastas consecuencias. Pero esa resignación no alcanza, cuando los ajustes en muchos casos salvajes, no pueden ser cubiertos por las entradas que reciben los integrantes de la familia confirmando aquello tan viejo que los precios suben por el ascensor y los sueldos por la escalera.
   Poco es lo que se hace desde el poder en cuanto a su obligación protectora, porque es signataria de acuerdos con los que contrae abultadas deudas con potencias extranjeras, por lo general en moneda foránea que hacen virtualmente impagables esas financiaciones que nos hipotecan el futuro. Todos estos son válidos argumentos para reclamar a ese Estado protector que procure encontrar otros métodos de pago, que no signifiquen engrosar de manera tan demencial lo que ya debemos, tomando más y más deuda, por ese acostumbramiento a pedalear los plazos para que sean otros políticos los que afronten barbaridades en dólares, euros, dinares kuwaitíes, reales brasileños o la moneda que fuere.
    Que los de las cúpulas políticas se dejen de joder buscando supremacías sobre el resto y nos regresen a una industrialización que supinos tener; a una explotación agrícologanadera que fuera ejemplo universal y a reinsertarnos en el comercio internacional, para que no exportemos solamente jugadores de fútbol, de rugby, de básquetbol o de cualquier otra disciplina.
   Que las autoridades tengan presente algo que se les olvida apenas asumen y es el cumplimiento de todo lo que se promete en las campañas precomiciales, actitud que oficia de freno a la impaciencia y motiva a la población, que así asume un papel protagónico más que de lógica víctima de la charlatanería ideológica y política de todos los colores.
   Bueno sería que los dueños del poder, en cualquiera de sus manifestaciones ante la sociedad y en cualquier cargo que los ubique en posiciones dominantes, tuvieran presente una sentencia de Séneca que pone de relieve que ningún régimen político puede sustentarse indefinidamente en el simple ejercicio de la violencia.
   Y someter a la ciudadanía a reiterados e insensibles despojos disfrazados de “ajustes”, provenga de cualquier sector político que lo aplicara, no deja de ser un violento, autoritario, insensible y antidemocrático estilo de gobernar.
 
Se debilita uno de los argumentos
LUEGO DE LAS ELECCIONES EL TRANSPORTE
URBANO REGRESÓ A SU  VIEJA MEDIOCRIDAD  
   Cuando la limosna es grande… reza aquel vetusto dicho popular, hasta el santo desconfía, y para colmo no escarmienta de la cantidad de veces que nos prometieron el edén y nos llevaron al infierno de las injustas como inmerecidas carencias porque como me estoy refiriendo al transporte público de pasajeros, los cordobeses tenemos el penoso privilegio de pagar en tal servicio, el boleto más caro del país.
   Realmente si fuera una buena prestación, doy por seguro que hasta llegaríamos a la aceptación de su precio desbordante, lo que no es el caso que ahora nos ocupa y más que eso, nos preocupa…
   Antes de las elecciones, con un magistral manejo del calendario, de la billetera propia y de recursos estatales, la ciudad era un gigantesco obrador, realizaciones de norte a sur y de este a oeste, plazas colmadas de rejas, baldosas nuevas, juegos y entretenimientos, parquización más que onerosa y el transporte público… ¡Si…! el transporte público de pasajeros con unidades nuevas, confortables, con una tecnología cibernética llamativa, poca gente en las paradas porque las frecuencias daban gusto, y otros mil detalles que uno, ya viejo zorro en materia de estudiar los promesómetros precedentes, advertimos detalles que aportaron ciertas dudas que el tiempo inexorable sumado al resultado de las urnas, se encargarían de mostrarnos el real panorama urbano.
   Los bondis espaciaron sus frecuencias, estas se hicieron caprichosas porque demoraban el doble pero después a las paradas llegaban dos unidades juntas, una empresa se fue del escenario, los eternos trolebuses -incluídos los rusos, con su sauna propio- se distanciaron entre ellos y hasta me parece que eliminaron algunas líneas; las plazas dejaron de ser lavadas casi diariamente, las obras céntricas entraron a una especie de pausa y otras cuestiones realmente enojosas para el contribuyente, a quien no le perdonan omisiones ni atrasos en el pago de impuestos pese a la crisis que afecta a los bolsillos especialmente de la clase media.
   Resumiendo, porque es procedente destacar que el inexplicable estrechamiento y encarrilado de la 27 de Abril está quedando vistoso, pero es una traba para la circulación vehicular, las esperas en las paradas se han duplicado lo que provocará inconvenientes en la salud con la llegada del frio y la poca misericordia de la intemperie, el centro que sigue con su creciente caos en la circulación, me comentaron que se acabó el plástico para las licencias de conductores, el servicio de recolección de basura se muestra resentido en su cumplimiento al igual que el ahora inexistente barrido y limpieza de calles, al menos en Alta Córdoba; las vandalizadas luminarias callejeras demoran días y días para ser repuestas, lo que acrecienta la inseguridad y otros detalles, de los que seguramente están enterados en el Palacio 6 de Julio.
   Es por eso si no lo sabían, que le estamos dando una desinteresada manito al municipio de la ciudad que tanto amamos, un sentimiento que a veces tarda en posicionarse en el alma de la gente, de manera especial cuando se trata de extranjeros, no nativos, o tardíamente “injertados” entre nosotros.
   Para esos casos, el ferviente ruego de una pronta integración a este cordobesismo capitalino, que a diferencia del provincial, no necesita de partidas especiales ni de acumular deudas, para amar cada día más a esta ciudad emblemática, adorable y más que nada, acreedora y merecedora de respeto pero más aún, de cariño.
 
¿Será desesperación por recaudar?
COMO SEA, LA I.T.V. SE EMPEÑA EN APRETAR
INTIMIDANDO ALOCADAMENTE Y  “AL VOLEO”
 
  Años atrás, mejor dicho al poco tiempo de instaurarse la obligatoriedad de llevar autos, camiones, bondis y creo que hasta motos para una inspección técnica vehicular, nació un movimiento como de rebeldía para pagar las elevadas sumas que se aplicaban por tal “servicio”, cuando las fallas como por ejemplo la rotura de elásticos, los daños en cubiertas, sistemas de dirección, y otros percances se originaban por el pésimo estado de las calles y las carreteras.
   Por supuesto que de inmediato se impusieron escalas punitivas para quienes no lucieran, creo que cada dos años, una oblea en el parabrisas como comprobación de haber cumplido en término con tal requisito, aunque si le encontraban al vehículo fallas menores, se emplazaba por equis días a su propietario para que le realizara los services puntuales, y se volviera a presentar para darle cumplimiento a la exigencia de la revisión integral del vehículo y poder certificar su buen estado general.
   Cuando se hacían los controles callejeros, las grúas se cansaron de cargar autos y las camionetas de llevarse motos porque no cumplían con la exigencia de la revisión, lo que a los responsables del negocio le significaba una apreciable renta, hasta el punto que ninguna cerró en su condición de prestataria. Porque seguramente quedaba demostrado que era un buen negocio.
   Y seguramente lo sigue siendo, porque a la planta inicial tengo entendido que se agregaron dos más, mientras muchas calles seguían en pésimo estado provocando daños a los coches, pero ese detalle poco les importaba -salvo que se cayeran a un pozo- porque las recaudaciones de las concesionarias, tercerizadas por el cordobesismo, crecían a la par de las históricas inflaciones.
   Se advierte ahora que ese negocio tiene fisuras, que la crisis económica ha llegado con fuerza, que no están correctamente administradas o algún otro factor ha incidido en la renovada renuencia de los automovilistas a presentarse con el autito para hacerlo revisar, pagar una buena suma y salir con la oblea flamante que es una especie de pasaporte con visa urbana que permite circular por calles y caminos.
   La cuestión es que las administraciones de las ITV no tuvieron ahora otra alternativa -y espero estar errado- que lanzarse a la caza de quienes no tienen las cosas en orden y han disparado una artillería ofensiva pretendiendo cobrar acreencias, pero seguramente con la mira de su artillería algo chanfleada o algún travieso o traviesa le modificó el sistema de puntería.
   La cuestión es que han llegado intimaciones con nombres y apellidos, correctos, incluyendo el correo electrónico, a personas que no tienen auto y para colmo le citan una patente que cada injuriado destinatario jamás siquiera leyó de lejos.
   Para colmo en la misma comunicación agrega que “la información aquí contenida es confidencial y para uso del destinatario arriba indicado”. Agrega que “Si usted no es el destinatario se le notifica que está prohibida la revelación del contenido de este mensaje”, etcétera, etcétera… con la amenaza agregada de que “no se puede leer el resto, copiarlo o derivarlo a cualquier persona que no sea aquella a la que está dirigida. Hacerlo constituye un delito penal”.
   O sea que al ciudadano afectado por esa acción ajena, hasta le censuran su derecho a cuestionar…
   Realmente, llegar a mi edad para leer estas sandeces…
   Si la ITV está pasando por una crisis de recaudación, no es elegante actuar de esta manera…
 
Esconde “la pura verdad” a los viejos
SE AUTOTITULA ‘DE TODOS’ PERO DISCRIMINA
AL SECTOR MÁS DESVALIDO DE LA SOCIEDAD
 
   Por lo general las promociones publicitarias son para dejarse llevar por ofertas que suelen ser tentadoras, y es así como se obtienen óptimos resultados por parte de quienes las piensan, las escriben y luego pagan para que se difundan, razón por la cual es para pensar que nadie gastaría ni un centavo para que lo maltraten o le disminuyan su popularidad.
   En el caso de los bancos, todos dicen ser buenos, amplios de criterio, generosos a la hora de los préstamos, correctos si del otorgamiento y mantenimiento de tarjetas de crédito se trata, dueños de las mejores cajas de caudales que alquilan, dinámicos en el trato y con un aceitado equipo de promotores y especialistas en publicidad, rubro en el que disponen de generosas sumas de dinero o moneda extranjera siempre con la mira de prevalecer sobre el resto de las entidades del rubro.
   Cada banco tiene su eslogan, una especie de ADN personalísimo con el que no es necesario conocerlo a fondo porque con sólo mencionar esa característica, el nombre y su fama aparecen como por arte de magia.
   El caso de Bancor, que es la síntesis del nombre del Banco de la Provincia de Córdoba, es emblemático por su autodenominación de “Bancor, el banco de la gente”, que con frecuencia publica los éxitos logrados en su evolución, el número de adherentes y la variedad de operaciones que pueden concretarse por su intermedio.
   Sin embargo, y esto no es una denuncia ni mucho menos sino una apreciación personal, suele derrapar por ejemplo cuando se trata de la administración, supongo que es así, de tarjetas plásticas, donde las de “débito” funcionan a la perfección salvo cuando deben entregar un duplicado por pérdida, extravío o lo que fuere, trámite que demanda un mes.
   Otra rémora es la mezquindad con la que habilitan las tarjetas, sin tomar en cuenta las crecientes sumas que sus adheridos pagan por débito automático con lo que eliminan un buen porcentaje del riesgo de mora en el pago.
   Pero no es tan sólo ese detalle negativo lo que se hace necesario poner en claro, porque es un beneficio y una guía para sus usuarios: Bancor, el banco de la gente, maneja el pago de las jubilaciones y pensiones provinciales lo que significa un enorme caudal de efectivo que se destina a esa mensual obligación, que se hace dentro de un marco de prolija corrección.
   El problema es, por ejemplo, cuando un jubilado que cobra, por ejemplo, más de 700 mil pesos mensuales, pretende hacer actualizar el crédito disponible en función de los incrementos que viene recibiendo, en cada ajuste mensual.
   Pero no. No le aceptan, porque ese jubilado tiene la mala suerte de haber superado cierta edad, alrededor de 83 años, y es como si tuvieran miedo que dejara este mundo debiéndole dinero al “banco de la gente” y lo más doloroso de esa determinación, que bien puede ubicarse al filo de la discriminación, que en las promociones de esas operaciones -aumento del dinero disponible- u obtención de créditos, se somete al jubilado o ya viejo aunque no hubiera pasado a las filas de los pasivos, a un inadmisible e injurioso maltrato y marginación.
    Duele advertir que para manejarle su dinero en sus arcas, al autotitulado “banco de la gente” poco le inquieta la edad del titular de cada cuenta, mientras SU dinero pase y esté por horas o días en las bóvedas bancarias.
   Un acto de justicia sería rever esas limitaciones con algo de sensibilidad y el agradecimiento que BANCOR le debe a tantos jubilados que durante años y años confiaron en su generosidad de procederes.
   O por lo menos, que en las promociones públicas que hace el banco, mediáticamente y por las redes sociales, puntualicen las limitaciones por edad a las que deben resignarse.
 
Megacausa Registro de la Propiedad
PASA A SER UN CLÁSICO TRANSFORMAR UNA
EXCEPCIÓN EN ANSIADA Y BENÉVOLA REGLA
 
   Si la Justicia del próximo siglo se aventurara a revisar el accionar institucional pasado, es probable que se horrorice con la prisión preventiva sistemática de la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba y con la más elemental sensatez, determine que un compañero de trabajo no es un cómplice, que un contacto de teléfono no es un socio, que una secretaria no es una partícipe, ni quien le vendió un celular es otro delincuente. 
   Que una banda no se constituye por resolución judicial y que los delitos se prueban y no se decretan. La vieja y conocida parábola del trigo y la cizaña enseña que un buen cosechador debe aprender a diferenciar ambas plantas si desea no perder la cosecha ni envenenarse. 
   En la vida, los trabajadores responsables y honestos se mezclan con los que no lo son, y la Justicia Penal debe tener la habilidad de discernir entre culpables e inocentes.  Nuestro sistema penal condena los actos, no a los contactos.
   No son culpables los conocidos del que cometió el delito y sin embargo, en esta sonada causa, no se sabe si por falta de habilidad, por comodidad o por qué razón, la cadena de contactos de cualquier imputado es el frágil criterio con el que se cosechan trigo y cizaña juntos, rellenando una inmensa bolsa de condenas indiscriminadas. 
   Lo certero es que tal mezcla espanta la credibilidad y oculta a los beneficiados. Todo esto sirve para sostener alrededor de este caso que, sin una buena zaranda, honesta y sin compromisos políticos, amiguismos ni
obediencias debidas, jamás conoceremos la verdad, ni se
tendrá la tranquilidad de haber logrado genuina justicia.

No son tiempos para regalar nada…
EL  PRESIDENTE MILEI DEBIERA OCUPARSE DE
RESGUARDAR SU LOGRADO CAPITAL POLÍTICO
 
   Por allí y con alarmante frecuencia, muchos argentinos nos enfrentamos a dudas propias que nacen de otras dudas, pero ajenas, como por ejemplo qué sentido tiene para un presidente sacrificar su caudal de aceptación consolidado en las urnas, en luchas intestinas o no, que lo debilitan cuando su obligación es fortalecerse en todo sentido, contra viento y marea, dejando que la segunda línea adepta luche en otro terreno, que no sea el estrictamente  reservado a su jerarquía.
   Es como si el propio Javier Milei dudara de su elevada aceptación, que es un formidable caudal de sufragios como para imponer personalidad, dejar de lado todo lo espectacular y por momentos circense que se aprecia en su alrededor, y gobernar sin pérdidas de tiempo, porque luego de los diarios diagnósticos acerca de nuestra sufrida realidad, vemos que la situación demanda más acción que discursos o peleas inconducentes.
   Milei conformó su gabinete a su buen saber y entender y si hubo errores o equivocaciones, correrán por su cuenta y aplicará desde la cúspide en la que está instalado por mandato popular, los correctivos que demande el diferendo planteado, y está visto que a la hora de sugerir renuncias, ha dado pruebas de autoridad como para pensar que está obrando a conciencia, aunque sobre su personalidad abunden las descalificaciones acerca de su equilibrio mental.
   La oposición tiene la obligación de respetar el mandato comicial y dedicarse lógicamente a oponerse en aquellos temas que formen parte de sus desacuerdos.
   Pero por el carácter del libertario mayor, sería una imprudencia que se obrara con el apresuramiento y la maldad que inspiran las revanchas, porque para esa instancia están obligados a esperar cuatro años, o ser émulos de los tantos golpistas argentinos.
 
La nociva costumbre de los parches
NO RECUPERAREMOS LA SEGURIDAD PERDIDA
SI SE INSISTE CON LA POLÍTICA DEL REMIENDO
 
   Realmente desconcierta eso de sostener que con una flota de 70 coches, de los que actualmente sólo funcionan 10, y jóvenes apresuradamente instruidos para su función preventiva, algo se podrá ganar en cuanto a la seguridad que desde años atrás venimos perdiendo con escasas posibilidades de recuperación, a la luz de la diaria lectura y conocimiento de los triunfos de la delincuencia por sobre la legalidad.
   Aunque en realidad, lo más terrible de todo es el imparable avance del narcotráfico, como si sus mentores estuvieran festejando una victoria que nos ha sumido a los cordobeses en un infierno de temores, alimentados por los escasos resultados de eso que se anuncia como “lucha” cuando ni siquiera los chalecos que usan los pibes motorizados están enmarcados en la ley, al menos en la ley de la decencia.
   Y es para insistir por enésima ocasión, que nada cambiará mientras se siga apelando a la inútil mecánica de la improvisación, al impacto mediático de mayor y más moderno equipamiento, patrullajes que no se realizan y parches diseminados en los lugares donde inexplicablemente a nadie de la autoridad se le ocurre acercarse, aunque los vecinos saben y le comunican al 911 los lugares, las horas, los nombres y los autos de alta gama y poderosas motos, que intervienen en los operativos del despreciable reparto al menudeo de las sustancias prohibidas.
   Está dolorosamente comprobado y al respecto huelgan los antecedentes, que dentro de la fuerza azul nada cambiará, insistimos, mientras no se diseñe, se proyecte, se aprueba formalmente en la Unicameral si es que no están muy ocupados en otros temas y se controle su cumplimiento, de una ley integral de seguridad que se limite exclusivamente a lo represivo, sino que tenga una amplitud total como para asegurarse el éxito de su vigencia.
   Con más de 5.000 policías de dudosa confiabilidad separados de la fuerza azul por sospechas de incorrecto desempeño, se reduce su propia capacidad operativa, razón por la cual toma cada día mayor vigencia una sentencia indiscutible que consigna que si la policía no sabe, no puede o no la dejan limpiar la mugre de adentro, nada podrán hacer con la mugre de afuera, que no es poca…
 
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BONUS TRACK: Como consecuencia de una ligera indisposición que fuera controlada en pocos minutos, el periodista Gonio Ferrari debió interrumpir su tarea frente al micrófono, por cuya atendible razón no salió al aire un comentario referido a los casos de dengue que en los últimos tiempos están afectando a extensas regiones del país. Como el tema había sido anunciado al principio del espacio, el conductor estimó como una obligación profesional referirse a esa cuestión (comentario que fue escrito posteriormente) y ahora se incluye en este blog, pidiendo las disculpas del caso a la audiencia que domingo a domingo sigue este espacio.
         Producción de S.L.B.
 
Un caso de negligencia o descuido…
HACE TIEMPO QUE EL DENGUE ES AMENAZA Y
LA REACCIÓN ESTATAL  DEMORÓ  DEMASIADO
 
   La mayoría de los argentinos, con las experiencias positivas y de las otras cosechadas a lo largo de la brutal y fatídica pandemia, de la que tantos y tantas malas personas y funcionarios se aprovecharon, ya tendrían que estar duchos para enfrentar contingencias similares y más aún cuando lo que está en riesgo es la población a lo largo y lo ancho del país.
   Pasó o está atenuada pero con ganas de reaparecer el oscuro fantasma del COVID que dejó dolor y luto, que al final quedó demostrado que los casos fatales fueron muy superiores en números a la cifra que hubiéramos alcanzado si las tareas de prevención, vacunación y lucha contra el mal, se hubieran realizado correctamente y sin la intromisión de factores tan despreciables como los abusos, el amiguismo exacerbado, los compromisos ideológicos, eso que llamaron “la obediencia debida” y la angurria tanto de laboratorios como de ciertos estatales negociadores de insumos que hicieron su exitosa temporada de utilidades sin fijarse en el perjuicio que estaban ocasionando.
  Aunque el COVID no terminó de ser superado, apareció ahora el otro demonio cuyo portador es un minúsculo mosquito de origen egipcio, con pintitas blancas en sus frágiles alas y otras características que lo hacen identificable, a diferencia de otros de sus parientes que son inofensivos, más allá del ardor por un exceso de picaduras.
   Es un mal no contagioso de persona a persona, dicen los científicos, aunque es menester cuidarse en extremo por la gravedad de las consecuencias de su picadura que al principio sólo aporta malestar, alta temperatura, molestia en la parte craneana posterior, a la altura de los ojos y algunos otros síntomas. Lo malo es que en la actualidad la reacción frente a la aparición masiva del dengue fue demasiado lenta, posiblemente insuficiente en su etapa de prevención y despierta ahora, cuando se advierte con espanto el marcado crecimiento de los casos, incluyendo las fatalidades ocasionadas por el pequeño portador del mal.
   El tema actual no es encontrar responsables de las demoras, quienes obstaculizaron la disponibilidad de fondos o los utilizaron para coaccionar a ciertos niveles, o cualquier otro motivo que culminara en el enorme daño que se le está imponiendo a las víctimas de las tardanzas que nadie se anima a reconocer, y menos asumir su responsabilidad en tal sentido.
   Parece mentira que no hayamos aprendido a superar los errores fatales que se cometieron en la lucha contra el COVID, cuando ahora nos enteramos que las demoras para atender casos extremos en los hospitales crece al ritmo de la propia peste del mosquito, y un caso alucinante, como lo es la falta de vacunas, que son de elevado costo.
   Es para pensar entonces en los insalvables cargos de conciencia, que tendrían que estar atormentando a todos aquellos funcionarios y políticos que dilapidaron fortunas, para hacer prevalecer sus figuras, los caripelones sonrientes y poder mantener o alcanzar privilegios que realmente no merecen ni se han ganado.
   Las cifras astronómicas echadas al aire mediáticamente y por las redes sociales, son las que hubieran contribuido a protegernos de este nuevo mal que nos viene asolando ahora, cuando desde el poder no faltan los que se asombran por el elevado costo de los medicamentos preventivos, cuando ellos derrocharon sin pudor y sin medida, mofándose de la desgracia ajena que el buen raciocinio, si lo hubieran tenido, disponía destinar fondos para prevención cuando el mal venía asomando.
   Parece que todo seguirá siendo igual, con los avivados de siempre, con los ansiosos de trepar y dominar desde alguna cumbre, aunque el sufrimiento de sus compatriotas no haya servido para llamarlos a una realidad que todavía desconocemos acerca de sus consecuencias.
   En esos casos, si se comprueban, se me ocurre que configura, más que una traición a la Patria, una imperdonable burla a sus semejantes.

4 de febrero de 2024

S.L.B.: NO SON HORAS DE EUFORIAS NI TRIUNFALISMOS SINO DE EVALUACIÓN SIN FANATISMOS – PRECOCIDAD DELICTUAL Y NIÑOS LADRONES – MAL SÍNTOMA ES NEGARSE A SEVEROS CONTROLES – ES IMPERIOSO QUE SE REVEAN ADVERTENCIAS A TURISTAS – MEGACAUSA DEL REGISTRO, SIEMPRE ACTIVA – MEDICAMENTOS ALEJADOS DE LAS POSIBILIDADES DE COMPRA – QUE EL NUEVO ESCENARIO POLITICO NO SE UTILICE PARA CONSAGRACIÓN DE IMPUNIDADES – DESPEDIDA CON SIR WINSTON CHURCHILL, ETC.

 Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” nº 816 del domingo 04/02/2024 emitido por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.

 
“Primer tiempo” de un match apasionante
NO SON HORAS DE EUFORIA NI TRIUNFALISMO
PERO  SI  PARA  EVALUACION  SIN FANATISMO
 
   Por supuesto que la creatividad popular aconseja no tirar cohetes ni encender fuegos de colores, en el fútbol al menos al final del primer tiempo yendo ganador, porque muchas veces esa euforia se transforma en bronca e impotencia cuando el adversario, aunque lo consiga segundos antes del silbato fatídico, revierta los números y la celebración se ahoga en lágrimas.
   Pocas horas antes y contra la mayoría de los pronósticos de quienes pese a todo aún se autotitulan “entendidos”, se develó la primera incógnita acerca del amplio y variado decreto -mamotreto para muchos, entre otros el fatigado Máximo, ex heredero- que generara el flamante Presidente de la Nación, corriendo el riesgo de una reculada con costas, ya que su tropa propia ni siquiera llegaba al medio centenar, aunque todas las negociaciones, trenzas y acuerdos previos y hasta último momento, le habían aportado una cuota de optimismo.
   El tipo no tiene partido, su plataforma de intenciones mostraba la endeblez de lo improvisado o apresurado y desde su vereda opuesta le restaban toda posibilidad basándose, entre otros detalles, en que ni siquiera había conseguido todos los fiscales de mesa necesarios, en la elección que lo ungió Presidente de la Nación con un amplio porcentaje de los sufragios, frente a un peronismo devaluado y debilitado en sus cimientos, por esa misma aunque renovada juventud que otrora era el sustento generacional del justicialismo, y ahora sucumbió a la novedad que proponía un personaje hasta entonces indefinido, pero que al ser debutante en las ligas mayores de la política no lucía costados atacables ni actitudes censurables por inconductas o deshonestidades.
   El lógico desencanto emergente en las filas del otrora conglomerado nacional y popular, se hizo notar en un amplio espectro de las reacciones, porque las hubo prudentes y analíticas, pero no faltaron esas ya folklóricas actitudes beligerantes y descalificadoras de una victoria parcial, al menos hasta jugado el primer tiempo en el sacro estadio del Congreso Nacional, que posicionaba a los libertarios en la cumbre de un podio cuyos dos escalones menos elevados distaban bastante, y empujaba a los parcialmente victoriosos a frotarse las manos, alentar nuevos proyectos e impulsarlos a trabajar con mayor enjundia para el segundo tiempo de este histórico match en el que el empate es imposible.
   Es mucho lo que falta para descorchar burbujas por un lado y desencantarse en la otra vereda.
   Todavía quedan válidos argumentos para fortalecerse unos y devaluar a sus adversarios y hasta pasado mañana martes, las cosas en general intentarán mantenerse firmes en el delgado hilo del medio, allí donde un gramo rompe el equilibrio y derrumba ilusiones o un voto, solamente un voto, que puede definir alegrías y festejos para un sector y pesares y búsqueda de explicaciones para quienes resultan derrotados.
   Se impone entonces un retorno a la mesura, el respeto cívico entre sectores que no debieran ser enemigos, sino simplemente adversarios en esta universal religión de los pueblos libres que se llama democracia.
   Bien vale como corolario a esta posición de prudencia frente a la realidad, tomar en cuenta una verdad que tiempo atrás divulgara un inglés que algo sabía de luchas tanto políticas como de guerras: supo decir que “Un fanático es alguien que no puede cambiar de mentalidad y no quiere cambiar de tema”, y lo sostuvo sin dejar su sonrisa enigmática, y sin que se le cayera el puro de su sabia boca, Sir Winston Churchill.
  Dirán que era inglés, que era de tierra de históricos piratas, pero no se puede negar que su sabiduría, supera la oscuridad de su prontuario.
 
Ya saltó a la luz la precocidad delictual
CON LA DELINCUENCIA INFANTIL YA ESTAMOS
DESCENDIENDO A INÉDITAS  PROFUNDIDADES
 
   Para el tema que merece ahora un comentario especial, viene como anillo al dedo una valiosa afirmación del desaparecido Jorge Luis Borges, quien sostenía que “todos somos geniales hasta los siete u ocho años; después el niño trata de parecerse a los otros, busca la mediocridad y lo logra en casi todos los casos”, un dicho que divulgara pese a no estar del todo de acuerdo con los chinos, sostenedores de una de sus verdades sintetizadas en que un gran hombre es aquel que no ha perdido la inocencia y el candor de su infancia.
   En las comunidades donde la crisis es la preocupación diaria junto a lo materialmente ausente, como suelen ser la alimentación, la educación, la asistencia médica, la ropa, la diversión o el amor de sus mayores, esos pequeños que maduran de prepo, que se hacen precozmente adultos, suelen crecer de tan abrupta manera, que es como si algunos preceptos, por esa misma dinámica, van quedando de lado como por ejemplo el respeto hacia lo ajeno, el cumplimiento de leyes y preceptos y otros valores propios, que van quedando marginados por ese implacable avance de la realidad por encima del entendimiento, en esos años en que se forma la personalidad del individuo e incorpora -o no- los valores esenciales para vivir en sociedad.
   El abandono por parte de sus mayores suele ser otro de los factores que llevan a esos niños a la marginalidad, alimentada por su creciente frustración ante un consumismo del que por pobreza en todo sentido no pueden abrazar, como lo ven en otros individuos de la misma edad pero económicamente encumbrados.
   Esa situación de vida, sumada a la temprana incursión en el consumo de sustancias prohibidas, es lo que alimenta la casi inevitable incursión en la actividad delictiva, todo sumado a la pasividad del poder, en controlar esos lógicos y previsibles brotes de ilegalidad, que ha sido en estos últimos días la explicación que procuramos encontrar para entender esa temeraria y casi inédita actitud de un grupo de cuatro o cinco niños menores de 10 años que a las cuatro de la mañana -escúche bien-  4 de la madrugada se aliaron para violentar la puerta de un edificio seguramente con ansias de robo y levantaron la persiana de una cochera con idénticos propósitos y no por mera curiosidad.
   ¿Se preocupa o no por esa franja etaria el Estado protector?  ¿Esas criaturas son todas huérfanas, lanzadas a lo que para ellos puede ser una aventura basada en su propia marginalidad, a sabiendas de su impunidad por su condición de menores?
   ¿Son dirigidos acaso por sus mayores, que también saben que a lo sumo se los tendrán unos días internados en lo que se llamaban reformatorios, pero donde al menos reciben desayuno, aseo y un par de comidas diarias?
   Es mucho lo que tenemos como obligación de preguntarnos y si las respuestas no son las que esperamos, es para asegurar que se trata de menores abandonados a su suerte, que comienzan con los palotes del delito, se perfeccionan en los encierros tempranos y finalmente pasan a ser un numero de prontuario y material estadístico en cuanto al ingreso y el crecimiento de la delincuencia.
   Le pongamos el nombre que se nos ocurra, pero es un pecado de lesa humanidad confirmar que son una penosa parte de la actitud abandónica de familias acosados por la indigencia y bien vendría entonces, que a la luz de lastimosos ejemplos como lo que aconteciera no tan solo en Cofico sino en cualquier otro barrio de Córdoba, las autoridades se preocuparan por asistirlos tempranamente para abortar esa vocación por el delito que la indiferencia ciudadana les impone.
   Hacer obra no es tan solo ocuparse de caminos y puentes, sino preocuparse y atender a todas las miserias humanas que caen en el olvido, por la simple razón que su remedio no aporta votos ni notoriedad.
   Para colmo, esos pibes ni siquiera votan…
 
Un tema de limpieza en la gestión…
ES UN MAL SÍNTOMA NEGARSE  A QUE EXISTA
SEVERO  CONTROL EN CUALQUIER ACTIVIDAD
 

   Tengo entendido que en cualquier dependencia donde se maneja poder, influencias o dinero o todos estos factores juntos, siempre existen mecanismos de control para asegurarse la honestidad del tramiterío, solucionar los casos conflictivos o corregir falencias o errores que se pudieran registrar en tales gestiones, especialmente cuando se trata de organismos estatales.
   Por lo general para esos menesteres existen los tribunales de cuentas, que en la mayoría de los casos están dirigidos por las corrientes opositoras a la corriente política oficialista, para asegurarse mayor transparencia y evitar componendas o situaciones enojosas que deriven en situaciones que adquieran mayor gravedad.
   Y es de ley, al menos suponer, que aquellos funcionarios que tienen la plena seguridad y la certeza que las cosas se hacen correctamente, sin privilegiados ni amiguismos y que por cuerda separada no se mueve ni un centavo, lo peor que harían sería inmiscuirse en ese cometido tan sensible que se presta para más de una errónea interpretación, intentando ser controles de los controladores, lo que suena ridículo e improcedente.
   Algo más o menos como lo que se quiere evitar con este análisis, es lo que estaría sucediendo en una dependencia municipal, encargada nada menos que de la habilitación de comercios y las variadas actividades nocturnas sujetas a reglamentaciones estrictas, como lo son por ejemplo las limitaciones a la presencia de menores, la venta de bebidas alcohólicas a quienes no tienen edad para consumirlas, al nivel del sonido que pueda vulnerar la tolerancia acústica y otros detalles que hacen a esa responsabilidad, como elemental si queremos vivir apegados al respeto dentro de la sociedad cordobesa.
   El problema radica en que la planteada protesta por los eventuales controles que se deben implementar para el cumplimiento de limitaciones beneficiosas para el vecindario y el público en general, proviene de un sector cuya participación humana en el contralor poco tiene que ver o al menos intervenir en su cumplimiento, como es el sector sindical que está para otras funciones e inquietudes y no entrometerse en lo funcional que está a cargo de las autoridades municipales.
   Se supone que desde la conducción comunal no existen sospechas de malos desempeños ni erradas políticas de aplicación de las ordenanzas respectivas, por cuya razón ese cuestionamiento al control sobre el cumplimiento de dicha tarea, bien puede ser considerada como improcedente.
   Quien está seguro de su honestidad laboral no debiera oponerse a que se cumpla esa obligación del contralor, porque se realiza ajustada a la ley y en beneficio del contribuyente, que es el principal sostenedor del sistema.
   Nadie, estando limpio, debe quejarse si les controlan el largo de las uñas o la higiene de sus manos…
 
Turismo y actividades en lagos y ríos
LAS ÚLTIMAS DESGRACIAS  IMPONEN, AUNQUE
TARDÍAMENTE, MAYOR ATENCIÓN PREVENTIVA
 
   Nos llena de dolor advertir que a medida que transcurren los años, es una impresión personal o estamos apegados a las estadísticas, lo tengo en duda, pero la realidad es que muere demasiada gente especialmente en la temporada veraniega cuando nuestros lagos y ríos son la delicia de los nativos y de los visitantes que gozan del paseo y del descanso.
   Es cierto que uno de los principales componentes de cada tragedia es la imprudencia, el confiarse demasiado, el desconocimiento de los cursos de agua, la audacia suicida de utilizar botes, lanchas, motos de agua, kayac´s o lo que fuere, confiados en una habilidad cuestionable, sin calzarse chaleco salvavidas aunque sea experto nadador y sin tomar en cuenta las básicas previsiones que es necesario adoptar para estos días de vacaciones.
   En las serranías cordobesas existen incontables balnearios con playas o sin ellas; piletones construidos aprovechando ríos, profundidades, cascadas y paisajes maravillosos que los turistas colman con sus sombrillas, carpas u otros tipos de protección del sol que suele ser implacable.
   Por lo general en esos sitios tan atractivos se han establecido sectores demarcados o no, para el estacionamiento vehicular mediante el pago de una suma determinada por hora o por día, lo que es una interesante fuente de recursos para el municipio de la jurisdicción.
   Se supone que como homenaje a la seguridad que el visitante y el nativo merecen en cada uno de esos lugares, existe una señalización de los peligros que puedan ser tomados en cuenta y avezados bañeros para intervenir en casos de emergencia, pero no en todas partes se toman con seriedad dichos cometidos y el visitante ignorante de los peligros que corre, se entrega a la tragedia que por lo general es irreparable.
   Lo acaecido con una niña de 9 años succionada por un escondido conducto en un rio, es el más reciente de los dolorosos ejemplos, que ha lanzado como si hiciera falta, un severo llamado de atención mientras la comuna lugareña se esmera en intentar zafar de su responsabilidad de no tener cartelería de advertencia, en lugares de tamaño riesgo para quienes se aventuran a enfrentar lo desconocido que mal consideran como seguro.
   Sin darle más vueltas a esta penosa cuestión, es asimismo un llamado de atención para las autoridades del sector Turismo de la Provincia, que dispone de partidas dinerarias para promocionar las bondades de nuestros paisajes, la hospitalidad de los cordobeses y la garantía de un buen pasar, que sacrifique parte de su imagen y destine fondos para que cada balneario o sitio de cita para visitantes, cuente con la cartelería necesaria en la advertencia de peligros.
   Debe poner en la balanza, ese organismo promocional, el costo que implica cada búsqueda de los accidentados, que significa sumas mayores que todo lo que puede demandarle cumplir con una premisa poco frecuente entre nosotros, que es la prevención, situación que las fuerzas de seguridad no alcanzan a superar.
   Debemos tener la inteligencia, como cordobeses, de hacer tan grata como segura y cubierta de eventuales tragedias, cualquier diseño de vacaciones que elaboren desde todo el país y desde otras diversas lejanías, quienes se sentirán cuidados aquí, para después volver.
   Porque el turista que lo pasa mal o advierte que no lo cuidan, es turista que nunca regresa y busca otros horizontes y el cordobesismo no puede resignarse a desperdiciar sus atractivos…
 
Megacausa Registro de la Propiedad
LLEVA DEMASIADOS AÑOS EL RECLAMO SOBRE
APLICACIÓN ABUSIVA  DE  PRISIÓN PREVENTIVA
 
   Fieles a la enseñanza de nuestro diccionario, como siempre al menos intentamos serlo, informar significa hacer que alguien se entere de algo que desconoce. Una publicación de hace un tiempo sobre la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba destacó el centenar de condenados, mencionando abogados, escribanos, martilleros, empresarios, comerciantes y un ex director.
   Relataba también el informe mediático que en el primer juicio un imputado en la causa acusó a un ex gobernador y a sus ministros de haber participado en las maniobras, aunque no aclaraba qué había hecho el Poder Judicial cordobés con semejante declaración. 
   El informe al que estoy haciendo referencia omite detalles nada banales, como que el grueso de los condenados son trabajadores comunes, ajenos a cualquier cargo jerárquico, carentes de fortuna y/o poder, y no menciona, ni tan sólo una vez, la prisión preventiva que fue sistemática en la causa ni tampoco aclara que el 70 por ciento de los condenados cumplieron la pena de manera anticipada, llegando al juicio con la condena ya cumplida.
   No cuenta que tal situación -vale recordarlo- mereció la desaprobación de Pérez Esquivel, del Centro de Estudios Legales y Sociales; de los Colegios de Abogados, de la Organización de las Naciones Unidas y de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, quienes coincidieron en que la prisión era arbitraria, indicándole al Tribunal Superior de Justicia de Córdoba ajustarse a las leyes. 
   Realmente preocupa la “des-información” que puede quedar en la cabeza de alguien que desconociendo el tema, escuche o lea este comentario, porque si respetando la inocencia puede conjeturarse que al autor le faltan conocimientos, igualmente es inadmisible en un medio periodístico, y más que inmerecido para los lectores. 
  
¿Por la inflación o siniestras angurrias?
EL DRAMA FAMILIAR FRENTE A LA CONDICIÓN DE
INACCESIBLES QUE TIENEN LOS MEDICAMENTOS
 
   Uno en la vida puede sacrificarse a distanciar  la frecuencia de los asados, el agasajo a los amigos, el “Fernando” en lugar de 70/30 que sea 10 de fernet, 20 de coca y el resto de agua: asimismo a que las vacaciones sean de menos días, a fumar menos, a caminar más intensamente por el barrio buscando el negocio barato, a utilizar el bondi o el trole para evitar el gasto de nafta, los precios enloquecidos de las playas para estacionar, atrasarse en el pago del seguro porque el coche está guardado, a reducir las salidas a cenar y mil otros gastos medianamente manejables dentro del presupuesto y la delgadez salarial.
   Estamos de acuerdo en esto, tengo la plena certeza, aunque hay un detalle en el que ahorrar o pijotear gastos nos lleva a la decrepitud o al agravamiento de nuestra salud, y me estoy refiriendo a la compra de medicamentos, que para los argentinos ha pasado a ser dentro de su condición de remedios como les llaman aunque a veces son peores que la enfermedad, absolutamente condicionados a las existencias dinerarias de cada hogar.
   El tema no radica en revolear números y acusar a cada una de las etapas de comercialización de los fármacos, pero en estos últimos tiempos, son los productos que más han aumentado sus precios y uno se queda con la impresión avalada por la realidad, que somos todos rehenes al servicio y garantía de inevitable desembolso, desde los laboratorios hasta el boticario -así les decíamos los antiguos a los farmacéuticos- que intervienen en las distintas etapas de comercialización desde las aspirinas hasta los medicamentos oncológicos, y eso es una barbaridad, humanamente hablando.
   Hago un paréntesis para preguntarme y preguntar, por qué un remedio equis, inyectable “Pirulo” le llamemos, fabricado en Argentina, en Chile cuesta poquito más de la mitad que aquí y no encuentro a nadie que me lo pueda explicar racionalmente, y no desde el punto de vista de los costos de exportación, de la aduana, del transporte, de los márgenes, de la publicidad, y de otros cargos que se amontonan en cada producto. En pocas palabras, necesito una explicación racional, no política ni técnica, sino creíble y aceptable.
   Más allá de todas las elucubraciones, análisis, evaluaciones de las tasas de interés, de los valores de nuestra decadente moneda, alguien por favor que me diga aunque pretenda que le crea, por qué razón ocurre eso con los medicamentos en un país rico según dicen, que produce todo lo que necesitamos hasta el punto que exporta sus excedentes, ¿para qué? me pregunto, y después afuera lo venden más barato que a nosotros aquí en nuestro suelo.
   Para colmo las mutuales que así les llaman sin ser enteramente así, poco a poco van restringiendo servicios y cobertura de medicamentos, salvo ese patriótico ejemplo de Anses que al menos provee de medicamentos sin cargo a los jubilados de su dependencia, entre los que sin dudas se encuentran los nutritivos específicos, porque con el sueldo mensual que reciben, DOS jubilados nacionales no alcanzan a ser UN pobre.
   Roguemos que quienes tomen el timón de este barco casi a la deriva, tengan en cuenta ese detalle tan sensible para nuestros hermanos argentinos, que tendríamos que programar excursiones a Chile, entre muchos, para abaratar costos comprando allí los medicamentos que fabricamos nosotros.
   Eso suenas ridículo, pero una verdad que forma parte de todas nuestras angustias…
 
No cabe eso de “borrón y cuenta nueva”…
QUE EL NUEVO  ESCENARIO POLÍTICO NO DILUYA
LAS ACCIONES CONTRA QUIENES DELINQUIERON
 
    Los tiempos se vienen amontonando y pasan como si ahora el día tuviera menos de 20 horas, el mes fuera de 15 días y la semana cambiara casi de un día para otro, lo que se agrava por la condición de bisiesto de este 2024 que ya perdió formalmente más de un mes y sin que nos diéramos cuenta, como tampoco -para muchos- que el Presidente de la Nación, su gabinete ministerial y otros altos funcionarios llevan escasamente poco más de medio centenar de días en sus puestos.
   Todo viene sucediendo vertiginosamente incluyendo los enfrentamientos, los reiterados daños perpetrados contra el patrimonio de todos que son las plazas, calles y avenidas, la quema de contenedores, los ataques a fuerzas de seguridad, la detención de un capo narco que curiosamente vino a parar a Córdoba, como tampoco sabemos qué fue lo que ofició de atractivo –digamos turístico- para que uno de los principales traficantes de armas del mundo buscara refugio entre nosotros, viviendo en un chalet de lujo con su compañera ex modelo y una que otra chequera, y el procedimiento que realizaron la fuerzas nacionales sin avisarle una palabra a la policía cordobesa (¿por qué será ese silencio? y es lo que la gente se pregunta).
   Que este ministro dijo tal cosa, que un legislador opuesto le contestó otra cosa, que se pelean los de un mismo palo, que unos descalifican a otros y viceversa, que nadie se hace cargo de las consecuencias que sobrevendrán con el alocado aumento de todos los precios frente a la inmovilidad salarial; que los  porteños bufan porque aumentó el precio del viaje en subte que en parte se lo pagábamos nosotros, y otras lindezas que en la realidad, son eficaces distractivos para otras inquietudes que nos vienen atormentando desde tiempo atrás y ¿cuál es la principal?
   Se me ocurre, si hiciera una encuesta entre gente medianamente memoriosa, que esa mayoría se inclinaría por conocer los motivos por los cuales han quedado enyesadas, paralizadas, inmovilizadas, todas las causas iniciadas contra personajes que estuvieron involucrados en hechos de corrupción en los últimos años, de cualquier filiación política.
   Hasta allí la inquietud, porque la verdad sea dicha, eso de reimplantar aquella frase algo mentirosa de “borrón y cuenta nueva” suena a firma real o virtual de un mecanismo que lleve al olvido o a las prescripciones, una salida tan falsa como aquello tan viejo de “no hay vencedores ni vencidos”.
   Para los cuentos de clima bélico y memorias brevísimas, eso puede sonar a música celestial, pero para quienes no toleramos ningún grado de impunidad, no deja de ser una terrible e hijaputesca manera de consagrarla.
   Me encantaría, de verdad, estar equivocado…
 
A la hora de nuestra despedida…
SIR WINSTON CHURCHILL Y UN CONSEJO PARA
QUE  ASUMAN Y AGRADEZCAN  LOS POLÍTICOS

                 Ahora para la  despedida, un aislado párrafo de quien se

erigiera en principal protagonista  a  la  hora de la paz tras

la  Segunda  Guerra  Mundial, Sir  Winston  Churchill: “La

democracia es la necesidad  de  doblegarse de  vez en

cuando a las opiniones de los demás”. Los políticos de

estas latitudes debieran tomarla  como frase de cabecera.

Gonio  agradece:  Final  de  la edición 816 de SLB y

nunca lo olvide: Pase lo que pase y cueste lo que cueste,

jamás  deje  de  ser  feliz.  El  justo  agradecimiento  a mi

locutora  Mariela  Kusik, a  la joven  operadora  Patricia

Quaglia, a la colega redactora Sabrina Bustos, también

a  la  polifuncional  Celeste  Pereyra  y  a  Ojimiel  en  la

dura tarea de la posproducción. Siga firme en  la  AM580

con  la mejor programación.  La gestión en  Síganme los

buenos, modestamente, ¡Gonio Ferrari y un  equipazo!

Volveremos a encontrarnos  en  una semana con nuestro

cometido  de  estar  junto a la gente, objetivo agregado al

compromiso y la firme dedicación de siempre.Y será para

nosotros el placer de estar juntos, como hace ya 15 años.