3 de abril de 2022

S.L.B.: MALVINAS: CUATRO DÉCADAS CON MÁS OLVIDOS QUE HOMENAJES - MILES DE OJOS VIGILARÁN CONDUCTAS DE LOS CORDOBESES - LA MEGACAUSA DEL REGISTRO ES UNA CALESITA - ALFONSÍN NOS ENSEÑÓ A NO TENER MIEDO A SER LIBRES - LOS PRECIOS SE BURLAN DE LOS RUMORES - MEJORA EL TRANSPORTE URBANO-¿YA OCURRIÓ EL TEMIDO ‘DIVORCIO POLÍTICO’?, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 719 del 3/4/22 emitido en dúplex por la 580AM y la FM88.5 ambas dependientes de Radio Universidad Nacional de Córdoba.

Malvinas, 40 años atrás
CUATRO DÉCADAS CON MÁS OLVIDOS QUE
HOMENAJES  A  LOS HEROICOS SOLDADOS
 
   El tiempo en su marcha implacable, poco ha hecho para mitigar el dolor que dejara la guerra de Malvinas, especialmente en las familias de quienes dejaron allí sus esperanzas, su espíritu de lucha y su propia vida.
   Han pasado 40 años y todavía se escuchan los reclamos de los sobrevivientes, muchos marginados del mercado laboral, desatendidos en sus requerimientos de apoyo sicológico y muchos de ellos transformados casi en parias y es penoso advertir que son pocos los que toman en cuenta esa espantosa realidad reveladora ante la casi certeza que se produjeron más suicidios entre los combatientes que muertos en las batallas.
   Mientras algunos se inclinaron por “desmalvinizar” es para tomar en cuenta que durante las gestiones de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner se alcanzaron ciertos beneficios económicos y se brindó atención especialmente siquiátrica y de contención a nuestros heroicos soldados, quedando la deuda, por así decirlo, del reconocimiento a los que sin haber podido llegar a la zona de combates, se mantuvieron expectantes en el continente y prontos a zarpar hacia Malvinas.
   Sin embargo y con estadísticas en sostenido ascenso y como política esencial del Estadio dadivoso y populista, para otros sectores continúa el indecoroso festival de subsidios al aplauso o a la vagancia, políticas que vulneraron la dignidad, el esfuerzo, la cultura del trabajo y el compromiso.
   Como si la historia reconociera más méritos patrióticos a los que se decían románticos setentistas, montoneros o erpianos, que a los que debieron ir a enfrentar la superioridad británica apoyados por una tecnología bélica notoriamente obsoleta e insuficiente, empujados al previsible infierno por el desborde etílico del entonces presidente usurpador y la historia se ocupará de refirmar si en realidad fue o no, una medida desesperada de impactar con la reconquista de Malvinas, como parte de un siniestro plan que asegurara impunidad y eternidad en el poder, cubriendo el genocidio perpetrado.
   Convengamos que no todo está claro en los tantos grupos de ex combatientes que transitan inútilmente, como autómatas, las oficinas públicas donde piensan que van a encontrar un reconocimiento a su sacrificio, a la ofrenda que hicieron a nuestra Patria. Están los que combatieron en las islas, y con idénticos derechos aquellos que permanecieron en el continente, al apresto para entrar en la desigual batalla.
   Problemas internos los desunen, cuando la memoria de los vivos y el respeto por los muertos, debiera ser el motivo aglutinante.
   Apetencias dispares hacen lo propio, mientras la autoridad mira hacia otro lado, acuciada por problemas más recientes que el angustioso recuerdo del año 1982, que en definitiva corresponde al siglo pasado.
   Pero algún día llegará la hora de la redención para aquellos que no vacilaron en colocarse muy junto a la muerte, amparados por nuestra bandera, el paupérrimo armamento, el frío calando el alma, sin llegar a congelar sus convicciones ni la valentía demostrada ante un enemigo infinitamente superior en cuanto a tecnología, estrategia y logística.
   Ha sido y continuará siendo eternamente la hora en que unidos y no tan engañados, como estuvimos al menos desde aquel 2 de Abril del 82 y hasta la rendición incondicional del 14 de junio, entonamos nuestro himno y lo hicimos como acto de tardía justicia, recordando el sacrificado valor de los soldados argentinos.
   Por todo eso, y pidiéndoles perdón, actitud que pocas veces nació desde el poder, sean eternos esos héroes que muchos intentaron sepultar en el olvido.
 
La Municipalidad y las multas
CERCA DE 5.000 VIGIAS QUE TRABAJARÁN A
DESTAJO POR  UNA  MAYOR  RECAUDACIÓN
 
   Es más que evidente el gasto exagerado que vienen perpetrando a duo el gobierno de la provincia y la Municipalidad de Córdoba, en un afán de velada campaña proselitista que de paso sea dicho, viene aumentando de manera considerable el endeudamiento vigente, con el agravante que poco es lo que se respetan las prioridades y si dicen que sí lo hacen, que vengan y me muestren los resultados en materia de seguridad, justicia, salud, educación, vivienda y otros rubros, porque hacer caminos es bueno pero más trascendente es ocuparse de la gente.
   Puede que la motivación de endurecer las medidas que terminen con las violaciones a las reglas del tránsito, sea uno de los métodos aplicables para el incremento de la recaudación porque la malaria que nos aqueja ha hecho descender aunque oficialmente no se lo reconozca, los niveles de cumplimiento de los compromisos tributarios, tanto para el cordobesismo provincial como para el ámbito urbano y comunal.
   Dicen que cientos de cámaras nos están vigilando y detectando las violaciones que se consumen contra las disposiciones y leyes en materia de tránsito y sus derivados.
   En contrapartida, si se considera que con eso disminuirán los índices de la accidentología vial, habría que preguntarse si con las mismas cámaras que ahora ya nos están vigilando, en algo disminuyó en los últimos tiempos la creciente e incontrolable delincuencia que nos viene asolando, y me refiero a la delincuencia externa e interna de la propia fuerza azul, donde los laxantes aplicados de nada sirvieron y recién ahora hablan de purga, tan tardíamente que motivan a la lástima cívica más que a la consideración de inútiles que merecen muchos funcionarios.
    Las multas que se aplican por infracciones de tránsito son descomunales y no es el caso quejarme por ello, porque alguna vez debemos aceptar aquello del rigor como mejor mecanismo para imponer el orden perdido.
   Pero que sea de aplicación estricta, incluyendo a funcionarios, artistas exitosos, periodistas famosos, deportistas triunfadores, políticos notables y sus eventuales ahijados que nunca faltan o sea que la aplicación de la ley sea inmediata, sin dilaciones ni pedidos de disculpas patrocinados o no por los leguleyos.     
   En una palabra, que no existan los acomodos ni las vanas demoras, como sucede con los testimonios fílmicos, esos que la policía dice aplicar y pocos son los casos conocidos en que mediante esas técnicas hayan logrado apresar a las decenas de ladrones que roban en negocios, que se afanan cables trepando a los postes, que arrebatan mochilas y celulares a plena luz y huyen, el raudo y ensordecedor paso de los delivery del narcotráfico, dejando su imagen grabada por un sistema que parece estar durmiendo la siesta.
   Arriba con las sanciones a los violadores de la convivencia humana y en lo personal por ver la deplorable repetición de estos casos, sancionar hasta con el secuestro del vehículo por 30 días o más, a quienes cometan la tropelía imperdonable de estacionar taponando las rampas para discapacitados o cochecitos de bebés.
   Que sea sin lloro, y con una multa de tal magnitud que les enseñe que a eso nunca más lo volverán a cometer.
 
La siempre vigente Megacausa del Registro
MUCHAS VECES LLEVA A PENSAR QUE ES UNA
CALESITA  POR  LO  VULGARMENTE VUELTERA
 
   Un condenado en la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, luego de recuperar su libertad, recibe en su domicilio una citación de la fiscalía que investiga este asunto, donde se le informa que se lo imputa en otra causa, razón por la cual debe designar abogado.
   Con sorpresa advierte que no se trata de que haya cometido algún ilícito en el tiempo que estuvo libre, sino de supuestos hechos ocurridos en la misma época de aquellos por los que ya fue juzgado y que ya fueron investigados por el Poder Judicial, por lo que no entiende por qué todas las acusaciones no se realizaron en el mismo juicio.
   Lejos de ser casual, el fenómeno se repite en otras personas condenadas. Aproximadamente un mes después de estar libres, o unos días antes de irse en libertad, son señaladas nuevamente por la Fiscalía para imputarlas en otra causa, bajo la misma modalidad y, pese a la prohibición constitucional de juzgar a las mismas personas por lo mismo, son incorporadas nuevamente al proceso para un nuevo juicio, a cargo de los mismos jueces o comisión especial, en el que todo se repite, sumando y aumentando montos de condenas, con algunas que han llegado hasta cifras de 100 años o si es por entenderlo mejor, acumulan un siglo.
   Semejante reiteración ha permitido una prolongada vigencia de la causa y consiguió motorizar el reclamo de algunos defensores, que aducen un discrecional y conveniente uso de las figuras del derecho penal para lograr el reciclado de imputados.
   Si se entiende curioseando por nuestro rico idioma, que reciclar es volver a procesar algo para que siga siendo útil, en este caso, es lícito tratar de saber ¿ùtil a quién o a quiénes? 
 
13 años atrás moría Raúl Alfonsín
HOMENAJE A LA MEMORIA DE QUIEN NOS ENSEÑÓ
LA MARAVILLA DE NO TENER MIEDO A SER LIBRES
 
   No es que se me hubiera pasado por alto, pero la pandemia y su amenaza de luctuosa cercanía ha conseguido incluso no modificar pero si atenuar ciertos sentimientos, por eso tan humano del instinto de conservación que nos lleva a cuidar la vida actual; la propia y la de nuestros afectos. Es por eso que algunas fechas que en su momento nos marcaron fueron quedando “para mañana” como tantas otras cosas que postergamos los argentinos.
   Y el jueves pasado se cumplieron 13 años de la partida al infinito del Dr. Raúl Ricardo Alfonsín y algo tardíamente vuelvo a rendir homenaje a su memoria, con palabras que más que palabras son sentimientos escritos y al igual que las oraciones religiosas que no tienen edad ni tiempos, me place reiterar lo que año tras año vengo evocando como un rezo.
   El nuestro debe ser el único país donde los buenos y honestos, para confirmar esas virtudes tienen que morirse, porque hay otros que sin ser buenos ni honestos, reciben el beneficio de algo así como una bondad post morten. Raul Alfonsín nos dejó serenamente, como turbulentos fueron los años de su gobierno con una democracia en pañales, unos pañales que todavía tenían el olor que le habían dejado los uniformados que se fueron y que nunca -si estamos unidos para defendernos- volverán a usurpar el poder.
   Tanto se habló del gran muerto, que me parece una irreverencia seguir abusando de su recuerdo, porque la malsana y reciente costumbre de arrastrar un exagerado número de ataúdes es lo que impide que cicatricen las profundas heridas de los argentinos.
   Nos dejó un estadista en serio.
   Se fue trece años atrás un ardoroso defensor de lo que actualmente podemos gozar, que es la libertad, que algunos nostálgicos se empeñan en injuriar. Que buscó lo mejor para nosotros, frente a la conducción de un movimiento obrero al servicio de una corriente política cuyos dirigentes no entendieron que los objetivos republicanos estaban por encima de su beligerancia y de sus apetencias personales.
   Hizo que la Justicia se aplicara a quienes nos diezmaron en esa sucia bacanal de picanas, capuchas, desaparición y muerte.
   Veló por nosotros no por debilidad, sino para que los dueños de las armas que todavía humeaban ominosas y amenazantes, no volvieran con sus ansias de revancha y su maldito rencor.
   Pero por sobre todas las cosas se murió una buena persona, que como pocos políticos podía darse el placer cívico de recorrer las calles del país sin custodia, sin vidrios polarizados ni disfraces.
   Si hay algo que sintetice todo lo que hizo Alfonsín por la Democracia, se lo digo en pocas palabras, que me cambiaron la vida.
   Hizo que perdiéramos el miedo a ser libres.
   Eso sólo de por sí ya es una enormidad y lo estamos gozando.
   Y como homenaje al ex presidente, escuchemos un párrafo del discurso que pronunciara evocando su acceso a la Presidencia de la Nación. Realmente, para escuchar, evaluar y en muchos casos, también para comparar...
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Los conceptos vertidos en su discurso por el expresidente de la Nación, Dr. Raul Ricardo Alfonsín al que hacemos referencia, pueden ser consultados en la parte superior de la columna ubicada en el costado derecho de este blog.
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Más de lo mismo, como es costumbre…
LOS PRECIOS SE BURLAN Y NO LOS ATEMORIZAN
LAS LIMITACIONES  IMPUESTAS DESDE EL PODER
 
   Son increíbles los reflejos del empresariado vinculado con la alimentación, la indumentaria, la industria en general, frente al atisbo tan siquiera de un rumor que hable de la instauración de alguna política que tienda a controlar los exagerados incrementos en la mercadería de cualquier índole, origen o destino, siempre y cuando sea algo que se compra a un precio y se vende a otro, con la lógica y consiguiente toma de ganancia.
   Y eso ocurrió una vez más entre nosotros y no son pocos los que tomaron cierta actitud como novedosa cuando la realidad, la historia y la memoria nos demuestran que esos comportamientos son más viejos que la espalda.
   Me refiero a los anuncios que demagogia oportunista mediante, se formulan desde el poder asegurando que aplicarán métodos conducentes a establecer un severo control de precios, como por ejemplo se dijo, decretando o legislando para que se retrotraigan a una fecha determinada y creo que esta vez se aludió al 10 de febrero, día más o día menos.
   Y naturalmente cuando se toman o se anuncian acciones similares, es también similar la reacción que generan y vamos a la más simple y metódicamente aplicada: le dan al empresariado una ventaja de dos meses por encima de los beneficios que dicen se les otorga a los consumidores, con lo que el margen es demasiado holgado como por ejemplo, poner en acción las malditas máquinas rotuladoras que en el supermercado, por citar tan sólo un caso, trabajan sin descanso día y noche en la dura y rentable tarea de la remarcación.
   O sea que cuando se anuncia que desde hoy o mañana deberán respetarse los precios vigentes a uno o dos meses atrás, los que manejan esos precios se cansan de hacerle pito catalán al poder porque ya armaron su propio y redituable colchón, con lo que cubren cualquier intento por vulnerar la angurria de quienes cometen esas tropelías.
   Y la otra reacción, que en su momento y me refiero a la mitad del siglo pasado llegó a motivar incluso la deportación de varios comerciantes extranjeros a sus países de origen y la prisión para no pocos compatriotas, es la avivada de esconder productos no perecederos a la espera de un horizonte más conveniente para su comercialización.
   Tampoco es aceptable la instauración de una especie de estado policial, donde se premia de alguna manera a quienes botonean a los infractores para que se les aplique la ley, porque sería una manera poco elegante de imponer la vigencia de la delación; el reinado de la alcahuetería, cuando el Estado tiene los elementos legales y técnicos como para realizar un seguimiento de toda la mercadería sujeta a ser comercializada.
   Lo importante es no abusar de los incrementos como ahora ocurre con la parte privada, ni que esa actitud se haga carne, entre otros ámbitos, en el de los servicios cuya propiedad es el Estado.
   Porque si la luz, el gas, el agua y otros esenciales van a depender de acompañar a la inflación galopante y al descontrol de los precios, estamos todos condenados a la pobreza más indigna por una sencilla razón que no es técnica y puede ser calificada como burda: los salarios nunca, nunca como nunca ha sucedido, van a ponerse a la par de los precios.
   Así que, señores del poder, agucen su creatividad y apliquen métodos y medidas que no sigan deshilachando las pequeñas economías, como lo son las hogareñas.
   Tengan presente, si aún no se avivaron, que las elecciones están cada día más cercanas y está visto que con la manchancha de planes, no siempre alcanza para ganar.
 
Aunque todavía esté lejos de lo óptimo…
EL TRANSPORTE URBANO Y UNA SALUDABLE
TENDENCIA A OPTIMIZAR SUS PRESTACIONES
 
   La verdad, las últimas unidades incorporadas al servicio del transporte urbano de pasajeros de esta populosa y extendida Córdoba, son algo así como paquetería que ampliamente veníamos mereciendo como parte de la compensación necesaria frente a tantos atropellos cometidos contra los usuarios, por las empresas prestatarias, a lo que se debe sumar la permanente condición de rehenes que revisten los pasajeros como elemento de presión cuando los chicos malos de la UTA necesitan apoyatura a sus reclamos y caprichos.
   Hay que reconocer que los coches nuevos todavía con los plásticos de fábrica como muchos sindicalistas son hermosos, dotados con los últimos adelantos de la tecnología para ese tipo de vehículos de ocupación masiva, tanto ómnibus como trolebuses.
   Lo importante y trascendente sería que los usuarios, acostumbrados al maltrato de lo que después deben utilizar, no se ensañen con los grafitis, los mensajes ni las estupideces que escriben en los respaldos de los asientos o los tajos que les propinan los inadaptados con trinchetas u otros elementos cortantes.
   Eso por una parte, enseñarle a la gente a cuidar lo suyo porque eso es de quienes los usamos, y me incluyo como pasajero frecuente, pero que la incorporación de unidades sirva asimismo a los efectos de modificar las frecuencias y dejar de ser tan espaciadas, lo que se agrava en las esperas invernales que no están lejos.
   De todas maneras y para sumar a lo positivo de la incorporación de tantos coches con aire acondicionado, guayfay y otros adelantos, que los empresarios y la Muni sean consecuentes que el usuario es el mantenedor de un sistema todavía perverso, que lo deja de a pié tantas veces como se le antoja o le viene en gana.
   Y de paso ya que estamos, que por la via correspondiente nos desprendamos del parque obsoleto de colectivos hechos bolsa, con las gomas que hasta dejan ver el aire, los asientos deshilachados y la mugre desde el primero hasta el último asiento. Y otra cosa: que como homenaje a todo lo que sirvieron, a los miles de pasajeros que transportaron, a los miles de kilómetros que recorrieron, que destinen a un museo de la ciudad a los vetustos trolebuses rusos que ampliamente cumplieron no uno sino varios ciclos.
   A lo mejor ahora que se viene el invierno sería inoportuno, porque no sé si las autoridades que tienen auto con chofer habrán caído en cuenta que esos vehículos de uso público mantienen la calefacción encendida todo el año, porque vienen de los pagos de Pútin, donde el friazón hace tiempo que es una histórica costumbre porque es algo así como un sauna gratuito.
   En buena hora hacer una ceremonia, quitarles el motor y las partes aprovechables si las tienen y destinarlos, por ejemplo, para invernáculo -con perdón de la palabra y de la rima- del jardín Botánico.
   Sería justicia, dirían en tribunales…
 
Señales confusas desde la cúpula
¿ES INMINENTE, SUFRIRÁ  DEMORAS O YA
OCURRIÓ EL TEMIDO DIVORCIO POLÍTICO?
 
   De la simple lectura de los diarios en su variada y comprometida gama ideológica y política, a nadie se le escapaba advertir que existía una situación si no tensa, por lo menos algo distante entre los dos máximos exponentes en la conducción de los destinos de la República, es decir el Sr. Presidente de la Nación y la Sra. Vicepresidente, lo que algunas veces los propios protagonistas de ciertas distancias no se preocuparon por disimular.
   Todo vino sucediendo, los sapos en la economía, los derrapes en materia de atención de la pandemia y para quienes nieguen esta calificación les ruego recen por los casi 130 mil muertos que pudieron ser muchos menos, en un país que durante muchos años estuvo peleando por la cantidad de muertos en otro ámbito, que llevó la situación a lo irreconciliable, hasta el punto que para muchos fue el comienzo, la punta, el extremo de una grieta que demasiado tiempo tarda en superarse o al menos achicarse.
   Se insistió enfermizamente en el tema del doble comando gobernante, con el agravante que uno de los pilotos giraba los alerones para la derecha y de inmediato desde el otro volante, el giro era hacia el otro costado, pero no entremos en menudencias porque definitivamente a esas cuestiones internas, lo importante es que se diriman en el seno de cada agrupamiento, sin que la sangre, el sudor ni las lágrimas mojen al resto de la ciudadanía que no tiene un pomo que ver con esas disputas.
   No es momento para entrar a la consideración de los temas que agravaron el distanciamiento en las últimas semanas, porque seríamos más que chusmas por dejarnos llevar por evaluaciones y análisis absolutamente sectorizados de acuerdo con su origen, y eso no sería justo, sino que lo importante es comentar el tema como quien toma un café con alguien y es un mero espectador de la situación, aunque sea parte o consecuencia de ella.
   Hasta el momento que sorprendió una actitud casi belicista del candidato cantado a la sucesión de Èl o de Ex Ella, lo que motivó la aparición de una sub-grieta porque de alguna manera hay que llamarla, y la situación se empìojó hasta que encontró un tenue dique de contención interna que al menos amainó el oleaje.
   Que me voy, que te vas, que nos vamos, que la culpa es tuya, que la culpa es del gato, que los números nos vienen castigando, que las encuestas nos resultan adversas y todos los otros elementos que surgen cuando los acuerdos están menos cimentados que las coincidencias.
   Y de eso se trata y no me tomen como compositor de fracturas o restañador de heridas, pero sería hora, dicho en criollo, de dejarse de joder y preocuparse por gobernar porque esos niveles de disputa le regalan al mundo una imagen de inestabilidad e ingobernabilidad.
   Ese es, precisamente, el ambiente y el escenario que necesitan los enemigos de la Patria para imponer sus métodos y sus malas costumbres.
   Nada mejor entonces que dejarse pelear como pendejos y ponerse a laburar por todos nosotros, pensemos como pensemos, porque para eso les pagamos…
 

 

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