Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio
Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 864 del domingo 5 de
enero de 2025, difundido por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.
¿Debemos reverdecer viejas glorias?
COMO SI CÓRDOBA HUBIERA PASADO A
SER
UNA PROVINCIA DOMINADA POR EL SILENCIO
Pese a que algunos desmemoriados con poder político se inclinen por
empujar hacia el olvido algunas gestas de las que los cordobeses nos sentimos
legítimamente orgullosos, tenemos la obligación de refrescar ciertas memorias,
atacar las amnesias auto-provocadas y darle a los acontecimientos la dimensión
de hazaña que en cierta medida merecen.
No se trata de arengar actualmente a reverdecer esos viejos laureles,
porque el escenario es distinto en el aspecto político y lo mismo sucede con el
marco social que es complicado pero con firmes intenciones de superar
carencias, desencuentros, algunos casos de rapiña y la obtención de méritos que
para los políticos en ascenso, es una escalera hacia la cúspide.
Es por eso que llama la atención un clima que se ha instaurado como del
reinado de la pólvora mojada, porque si bien el nivel de las protestas ha
decrecido, debemos reconocer que todavía falta muchísimo para que podamos vivir
el reencuentro con la tranquilidad, sin deudas, sin presiones para el pago de servicios,
sin quejas por la calidad del transporte, dejamos de lado el drama que era
caminar por el centro oliendo los hediondos y peligrosos olores de la basura
acumulada, o de ver destrozados algunos ejemplares de la paquetería urbana,
como lo son los cestos para desperdicios, las fuentes de agua potable y otros
avances que debemos reconocer en el maquillaje a la ciudad.
¿Cuánto tiempo hace que los municipales y este es sólo un ejemplo- no
salen a quemar basureros urbanos? ¿Cuánto hace que no salen furiosos tras las
arengas que les queman lo sesos desde la conducción sindical? ¿Cuánto haceque
el eterno dirigente que todos conocemos no promete kilombo?
Las cosas, no me lo niegue, están cambiando y los optimistas aseguran
que todo se debe a una especie de tranquilidad que nos transfieren desde el
puerto, aunque ciertas medidas nos sigan perjudicando y esquilmando.
De todos modos y toquemos madera, el servicio de ómnibus tiene sus
baches pero medianamente cumplen con su obligación de llevar y traer pasajeros
que pagan el boleto caro, pero el servicio se brinda y ya son historia aquellos
paros del transporte que duraban una semana o más, aunque la gente hiciera oir
su lamento no siempre escuchado por el poder.
No es que estamos cambiando nosotros, ni que nos están cambiando desde
arriba, sino que la realidad indica que pese a las privaciones, los aprietes
impositivos, las crecientes tarifas de los servicios y el estancamiento
salarial, quedan disimulados bajo un telón de esperanzados cordobeses que seguimos
esperando vivir mejor, sin que nos asalten y nos maten, sin que se metan en los
negocios a plena luz, maltraten a la gente y roben lo que quieran, en fin, toda
la gama de la delincuencia mayormente drogona que se provee de lo ilegal allí, donde todos sabemos
que la venden y la policía no lo ignora, aunque poco hace por neutralizarlo.
En fin, pese a todo y las perspectivas que vemos tormentosas, los
cordobeses parecemos haber bajado al menos un cambio y vivimos estos tiempos
aferrados a la esperanza, a lo mejor convencidos, como Aristóteles, que la
esperanza es el sueño del hombre despierto.
Y como siempre ocurre, otro gran pensador que se llama Gustavo Le Bon,
sostiene que “Los pueblos viven sobre todo de esperanzas. Sus revoluciones
tienen por objeto sustituir con esperanzas nuevas, las antiguas que perdieron
su fuerza”.
Más que para pensarlo, tenemos la obligación de no bajar los brazos,
para demostrar que no tan sólo sabemos protestar votando…
Hay otros índices que realmente aterran
RIESGO PAÍS,
INFLACIÓN Y POBREZA EN BAJA
¿NO ALCANZAN
PARA SENTIRNOS FELICES?
Se me ocurre que ya es hora que
los argentinos dejemos de vivir tiempos de quimeras, promesas de los políticos
y otros sentimientos que nos invaden, cuando desde el poder pretenden hacernos
creer que vivimos la bonanza de tiempos maravillosos y horizontes de abundancia
sin carencias mientras la calle, las afueras de cualquier ciudad y en el hogar
que se nos ocurra, solo encontramos lamentaciones y ayes, esos ayes dolorosos
que provocan las frustraciones, para muchos casos permanentes y sin soluciones
a la vista.
En estos días algo viene
cambiando y lejos estoy de erigirme en defensor de los que mandan, pero es de
buena cuna reconocer que ciertas situaciones tienden a cambiar y también
ciertas penurias se vienen aplacando.
Lo que sucede es que cada día
más nos acercamos al conocimiento y la evaluación de indicadores, que tiempo
atrás pasaban raudamente frente a nuestra narices, pero no les llevábamos el
apunte y los despreciábamos comomensajes que la propia realidad nos enviaba.
¿Cuántos años hemos pasado
enterándonos del alocado crecimiento de la pobreza?
¿Cuántas veces nos mintieron
que tenían la solución a ese drama nacional, en un país riquísimo como lo es el
nuestro.
Y un mes antes de cada elección
salían sonrientes en la TV, en los diarios, se hacían escuchar por radio e
inundaban las redes, con las expresiones más alocadas e hijaputescas,
prometiendo soluciones inmediatas que jamás llegaban, aunque ellos, sí,
llegaban a manejar el poder, los dineros públicos, las prebendas y toda la
artillería propia de la demagogia más obscena y repudiable, porque si el dinero
y la opulencia existieron, estaban en poder de muchos sinvergüenzas que fueron
cayendo de a uno, o como parte de mafias, agobiados por las probanzas y el
descubrimiento de las vidas rumbosas que llevaban, sin tener cómo justificar
tamañas riquezas malhabidas.
Las elecciones nacionales
después de las complicadas internas partidarias que sirvieron más para atomizar
que para unir, dejaron dos alternativas con posibilidades para el electorado:
votar por el inútil, vocinglero, vendedor de humo y prometedor de utopías como
la de sanear el empleo público o el desquiciado cuya arma, más que el
promesómetro, era una motosierra con la que graficaba sus intenciones de
terminar con la corrupción y con los corruptos.
Y no me vayan a calificar de
irrespetuoso, pero ganó el loquito…
El loquito que en pocos días
anunció todo lo que haría y está haciendo; todo lo que consideraba oscuro y
tuvo razón; que llevó una acelerada vida amorosa -de alguna manera hay que
rotularla- que preocupó a muchos allegados por eso de la imagen de cordura que
debe mostrar un presidente, con sus conflictos familiares, con su amor por los
perros y por su hermana, por ser un tipo que de buenas a primeras te sorprende
abrazándose con un presidente extranjero con quien hizo buenas migas -como el
caso del triunfador Bukele- o con impensadas cesantías en cúpulas de la
administración pública, o nombramientos que nadie esperaba, cambios furibundos
de algunos altos funcionarios, o esos “operativos de limpieza” que ordenó en la
ex Afip y en otros organismos.
¿Todo esto, me pregunto con
mucho de inocencia, eran acciones descabelladas y tomadas de improviso, frente
a un determinado problema?
Si prestamos atención y
conservamos la memoria de los últimos 18 meses a esta parte, nos encontraremos
con que todos, absolutamente dodos los acontecimientos que se dieron en
dependencias estatales, habían sido oportunamente anunciados, aunque las
huestes del anterior gobierno se mataran de risa por considerarlas
impracticables.
Y allí anda, el pibe que
gobierna Buenos Aires, desesperado por trenzar con algún capitoste que lo
acompañe, lo que ahora no pudió, dejando a la doña en un
segundo plano, como por ejemplo la vicepresidencia porque tengo entendido que
ese cargo SÍ tiene fueros y no así el Jefe del Estado.
Volvemos a la realidad: el riesgo país sigue
en baja y después de haber rondado los 3.000 puntos allí anda por los 600, la
pobreza habría descendido 4 o 5 puntos, la inflación dentro de poco se
estabilizará, según dicen los que saben, en un solo dígito y en una de esas
volvemos a comprar dólares en cualquier banco, al precio oficial, porque nuestras
reservas estarán en un punto esperado en los últimos 15 años por lo menos y
siempre que no hubieran quedado sorpresas como lo de YPF o lo de Aerolíneas
Argentinas…
Debo reiterar que estoy
aportando datos de la realidad, no tengo relación partidaria ni particular con
nadie del gobierno nacional, provincial ni municipal salvo una interesantísima
propuesta que tenía para llevarle al Intendente pero pese a mis llamados nunca
me atendió, confieso que me encantaría tener un programa completo, con el Presidente
Milei durante las dos horas de este programa, y que no he gestionado, recibo ni
recibiré publicidad oficial porque va en contra de mis principios.
Estamos viviendo todo lo que
nos aseguraron que harían y si esperamos tantos años, por ejemplo, para que
algunos encaramados en el poder devolvieran lo rapiñado, bien podemos tener la
patriótica paciencia de aguardar resultados, más que augurar fracasos.
Es cierto -dejando de lado lo
que sostienen todas las religiones acerca de ciertos hechos impensados por lo
curiosos o casuales- que los milagros no
existen y hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para que en base al
trabajo y al sacrificio, volvamos a los gloriosos tiempos de la prosperidad.
De aquellos tiempos en que
éramos un modelo de país, tan distinto a la actualidad que nos tienen como
ejemplo de fracaso, siendo uno de los países potencialmente más ricos del
mundo.
Después, con el tiempo, la
historia deberá evaluar si el sacrificio de tantos argentinos de bien, valió la
pena…
Se me hace que vamos
transitando un tortuoso camino lleno de obstáculos, problemas, plagado de
deudas en moneda extranjera, especialmente nuestra Córdoba, y justicia
pendiente.
Hemos salido de peores
situaciones y la mejor arma que podemos utilizar para esta sorda batalla son la
inteligencia, el sacrificio, las ansias de superarnos, la ayuda de un Supremo
con el nombre que le quieran poner, el ejercicio de la memoria y más que nada,
el patriotismo.
Tantas veces hemos superado los
malos tiempos, que si es por entrenamiento, ya tenemos, en ese aspecto, más que
suficiente…
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LA MUERTE DEL GORDO LANATA
Debo confesar que es curioso y
extraño haber tenido un amigo y colega “no ensobrado”, cuando solamente en la
vida conversamos poco más de cinco minutos. Un tipo ferviente, apasionado,
creativo, incansable y nicotínico, era ese ejemplar que a los 64 años se
adelantó en el camino. Comparto el dolor de quienes tanto lo estimaron dentro
de los que me incluyo y el relajamiento de conciencia de aquellos que lo
aborrecieron. Los primeros sufren; los otros se alegran con el alivio de
quienes están en la sala de espera del patíbulo.
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Si son
magos, pueden hacerlo…
EL
REITERADO PEDIDO DE LOS AFECTADOS
BUSCANDO LA GENEROSIDAD DE LOS REYES
Como cada año en la causa del
Registro los familiares renuevan su carta a los Reyes Magos con algunos anhelos
sobre la Justicia cordobesa.
¿Qué piden? Una Justicia
transparente, que respete la libertad y la inocencia, sin abusos, sin prisiones
preventivas, sin condenas anticipadas, sin comisiones especiales ni opiniones
preconcebidas.
Una Justicia que juzgue
con imparcialidad y decida con objetividad, sin tergiversaciones, sin abultados
expedientes, sin arbitrariedad, sin íntima convicción.
Una Justicia que busque
la verdad guiada por la lógica y el sentido común, sin privilegios para
funcionarios, poderosos o allegados, sin intereses de ningún tipo, color ni
pertenencia ideológica. Una Justicia ágil y eficiente que trabaje con integridad,
combatiendo las eternas demoras y evitando daños y pérdidas
irreversibles.
Una Justicia
capaz de autocrítica y escucha humilde, que acepte los dictámenes superiores y
las numerosas recomendaciones de organismos idóneos en la materia.
Y finalmente, una Justicia comprometida con la defensa de la
dignidad y con la reparación de cuánto sea posible.
Aunque todo esto figura en cualquier manual como requisitos o
atributos esperados para cualquier sistema judicial, en Córdoba parece utopía,
ya que, en la causa, pese a los reclamos y al apoyo de instituciones, todos los
principios fueron ignorados.
Por eso cada año, como ayuda y
bastante de clamor, se renueva el pedido a los Reyes Magos. No debe ser fácil para los humanos con todos
sus defectos y compromisos, pero al menos con los niños, ellos son magos.
Poco les costaría hacer lo mismo con los más grandecitos., aunque no les
dejen agua fresca ni tierno pasto para los camellos…
Atesoramos imágenes inolvidables
LA DE HOY, UNA MÁGICA
NOCHE QUE TIEMPO
ATRÁS VENÍA COLMADA
DE DUDAS Y ESPERAS
Esta noche, millones de criaturas -cada vez de
menor edad- van a renovar el maravilloso y milenario rito de la curiosidad y de
la espera, una espera tensa, nerviosa, sumida en cabeceos de sueño, despertares
a medias con un solo ojo, curiosidad por el misterio, el misterio de la
curiosidad y sospechas por alguna recóndita certeza, porque nunca falta un
pavote destructor de ilusiones y de quimeras.
Será la noche en que los mayores disimulemos más nervios y ansiedades
que los pequeños, por eso de que todos, aunque tengamos mucho más pasado que
futuro, guardamos y a veces escondemos un niño adentro del alma.
Será la noche en que los mayores disimulemos más nervios y ansiedades
quelos pequeños, por eso de que todos, aunque tengamos mucho más pasado que
futuro, guardamos y a veces escondemos un niño adentro del alma.
Me vienen al recuerdo las horas
previas de acostarnos temprano después de juntar por los jardines del barrio,
cuando el pastito para los camellos y preparábamos la jarra con agua y los
chicos de hoy seguro agregan adermicina para las nalgas de Melchor, Gaspar
y Baltasar. Era el ritual de la fantasía, porque sabíamos que tendríamos un
despertar de trompos, fútbol con tientos, autitos Matarazzo, un ovillo de hilo
para el barrilete y en casos de malaria, un arrugado billete de un peso.
Ellas, el “muñeco malcriado”,
la pepona o el juego de ludo para pelear con los hermanos…
¡Es tanto lo que han evolucionado los tiempos…!
Las cartas que enviábamos con el
pedido, interceptadas por los padres, eran el camino que ya de viejos,
entendimos que eran hacia el milagro.
Ahora que los chicos a las
cartas las mandan por Internet, desorientan a cualquiera para sumirnos en una
especie de incertidumbre cibernética: no sabemos si pidieron una laptop, una
play station, un reproductor de MP3, un celular satelital, un secreto y vedado
abono al Canal Venus o las coordenadas para acceder a los canales de timba.
Gracias a Dios y al progreso,
los reyes ahora vienen en 4x4.
A la de hoy, bien podemos
calificarla como la noche universal de la magia y lo pido por Dios, que a nadie
se le vaya a ocurrir destruir en los esperanzados, ese secreto que fue parte de
nuestras ilusiones.
Si todavía, y si me lo niega no
pienso creerle, recordamos haberlos visto a los tres Magos y sus camellos, entre
sueños, entrando y saliendo de casa.
Le pido, si, que asuma la
valiente actitud de refugiarse en la memoria, aunque se le piante un lagrimón…
DESPEDIDA BORGESIANA COMO
PARA ESTABLECER
DIFERENCIAS
Este domingo quiero despedirme con una sentencia y
humilde confesión
de Jorge Luis Borges:
“Para una
persona que
escribe en el
“dialecto periodístico”
parece muy difícil que pueda
escribir después en el
otro dialecto, un poco más
digno, de la literatura. El
periodismo mancha a la
literatura y conviene que el
escritor lo evite.Yo no he
podido evitarlo”.Por
lo que
se advierte,nuestra máxima
expresión,verdadero prócer
del firmamento literario, tenía “chispazos” de autocrítica.
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