10 de septiembre de 2012

YA ESTA EN LAS LIBRERIAS “MENENDEZ Y YO”, DE RAMON VERDU



  Este martes en el Museo de la Mujer, en la primera cuadra de la calle Rivera Indarte, se realizó la presentación formal del libro “Menéndez y yo”, del periodista cordobés Ramón Verdú, encarcelado por la dictadura militar por un año y medio, sin que mediaran razones. Se exhibieron fragmentos de un programa “Conmigo”, con la conducción de Gonio Ferrari que emitía el actual Canal C allá por 1996, donde compartieron pantalla, aunque no simultáneamente, Verdú y Menéndez.
Ferrari luego se refirió a la obra y a su artífice, quien al ser encarcelado ejercía su profesión en el desaparecido diario “Los Principios”, decano de la prensa de Córdoba.

Desgrabación de las palabras del periodista Gonio Ferrari al presentar el libro de su colega Ramón Verdú, “Menéndez y yo” el martes 11/09/12.

“La nuestra es una profesión invadida que impunemente ejercen algunos médicos, curanderos, pitonisas, chamanes, dietistas, abogados, decoradores, jueces retirados, economistas, policías encubiertos, curas, pronosticadores del tiempo, cocineros, espías, vedettes, travestis, actrices, modelos, políticos en decadencia, futbolistas, corredores de autos y algunos propietarios de medios de comunicación.
También están los que se erigen en fiscales, jueces y verdugos.
Nosotros solo somos periodistas que retratamos una realidad que no podemos modificar.
La misión que se me ha encomendado, es simplemente la de presentar un libro que ha escrito mi amigo y colega Ramón Verdú.
Sería tonto que les hablara de su sensibilidad especial, de vivencias incomparables, de injusticias y violencia, de angustias y padeceres.
Nosotros, los hombres libres por convicción, bien sabemos que el mejor estado del ser humano, es el de gozar la libertad.
Ramón Verdú es periodista, siempre lo fue y lo seguirá siendo.
Es un ladrón de imágenes; un curioso en la oscuridad; un ojo con gran angular de este a oeste y de sur a norte.
Siempre, incluso humillado por las rejas ominosas e injustas, Ramón Verdú nunca dejó de ser íntimamente libre, con esa serena libertad que solo anida en el alma de los decentes, de los profesionales que se rebelan ante los cantos de sirenas y otras falsedades.
La grandeza de los libres no radica en la práctica del olvido ni de la desmemoria, sino por el contrario, en la nostalgia que no sabe de cadenas, de cepos ni de mordazas.
El trabajo de Verdú no es una mera sucesión de vivencias noveladas o con pretensiones literarias.
Su trabajo tiene un enorme valor por su condición, más que de testigo, por haber sido protagonista de la historia.
Ramón lo vivió entre rejas, como a muchos de sus colegas nos tocó vivirlo dentro de un escenario de espanto, de sangre, de traiciones y de otras miserias.
Verdú es un sobreviviente de tiempos macabros.
Lo puede contar en su libro, sin temor a ser sospechado como “tocador de oído”.
Porque muchos de ellos, los tocadores de oído, son los que ahora han caído en el penoso error de considerarse los dueños de la verdad.
Ramón Verdú, colega y amigo, es tan libre como honesto.
No se lo contaron.
Le tocó padecerlo”.

Posteriormente Verdú hizo una sentida reseña de su trabajo ante más de un centenar de asistentes, transitando por momentos de honda emotividad especialmente por la presencia de varias personas que fueron parte de las historias referidas en el libro.
Finalmente se generó un interesante debate.


Gonio Ferrari

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