Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su
programa “Síganme los buenos” del domingo 01/09/13 por AM580 Radio Universidad
de Córdoba.
GANANCIAS:
UNA MEDIDA OPORTUNA
Por más que desde los sectores más allegados
al gobierno nacional se lo niegue, la elevación del piso para el pago del
impuesto a las ganancias, es uno de los cimbronazos más evidentes de las
recientes elecciones primarias.
Como ya no era posible ni siquiera como
anécdota, refregarle a la ciudadanía aquel lejano 54 por ciento, puede
considerarse como una medida de reacción directa que desde tiempo atrás venían
reclamando, tanto la dirigencia sindical no alineada a los K, como aquellos que
sin estar comprometidos gremialmente, consideraban a ese tributo como injusto,
oportunista, reflejo de la desesperación por recaudar y confiscatorio.
Ni qué hablar de lo que esta medida afectaba
a los jubilados, porque los adultos mayores en retiro, habían cometido la
tontera de prestarle dinero al Estado durante décadas, para que les devolvieran
moneda vil y tardía, y a la vez devorada por una inflación que ya es difícil de
esconder.
Esos dineros que sirvieron para apoyar el
negocio del fútbol, de los autos y de otros destinos muy alejados del real
cometido que distingue, por lo menos en los papeles, a los aportes de los
trabajadores.
Se puede decir que elevar el piso es una
medida demagógica con miras a evitar un susto mayor en octubre.
Se puede sospechar que esta medida es tan
oportunista como la que legalizó el despojo, pero no se puede negar que la
elevación del piso fue muy bien recibida.
Y lo hayan hecho por lo que quieran haberlo
hecho, hecho está y roguemos ahora que no se acelere el deterioro de nuestra
moneda, porque a los que mandan no les quedará otra alternativa que reincidir.
Y supongo que a eso, no lo aplaudirá nadie.
“LA MOLE” MOLI Y EL OCASO
Hombre grandote, agresivo, violador del
orden, cultor del desparpajo, mal hablado e invitado a lugares donde él cree
que es por admiración, cuando en realidad se aprovechan de su costado simplote
para reírse de él.
Cuando ya casi nos había hartado a nosotros
y la televisión porteña encontró el filón en su guaranguería, fue como una
resurrección; un volver a vivir; un volver a facturar.
A partir de su inicial torpeza boxística
algo se pulió por las enseñanzas de quienes tuvieron a su cargo la dura tarea
de intentar ajustarlo a la disciplina del gimnasio, mientras procuraban hacerle
olvidar por un tiempito los estaños, la birra, el fernet y las peleas callejeras.
Nunca fue, en el cuadrilátero, más que un
muchacho grandote con alma de pendejo, puños duros y boca blanda.
No fueron pocos los que comieron -y lo
siguen haciendo- de eso que hasta puede ser calificado como inocencia, que es
su lenguaje desinhibido y primario.
Pero ya está, ya se terminó, ya hizo la
última sobre un ring, como lo es pegarle al rival cuando está en el piso.
Es lo mismo que aprovecharse de los
políticos fracasados, y apurarlos cuando están en desgracia.
La Mole
Moli, con quien conversé varias veces en los tiempos de sus
comienzos, ya debe bajarse del tren de la fama porque tiró el boleto por la
ventanilla cuando venía el inspector.
Y quienes se aprovechan de su desventaja
intelectual, debieran pensar que por encima de sus equivocaciones, de su
descontrol, de su indisciplina y de su irrespetuosidad, es un pobre muchacho
que tuvo sus años de esplendor.
Esos años ya pasaron y el calendario se
venció.
Aconséjenle bien; que el gimnasio ni el ring
son lo suyo y que se dedique como siempre lo hizo a su Negra, a su familia y a
los buenos recuerdos.
Será para Favio Moli la mejor manera de
actuar, para que no lo borremos de la parte buena de nuestra memoria.
LOS
INCENDIOS DE SIEMPRE
Siempre en los últimos tiempos, a esta
altura del año cuando llegan los vientos trayendo algo de calor y de sequía,
despiertan las llamas escondidas y provocan desastres.
No es cuestión de empezar a buscar culpables
porque distraer tiempo y esfuerzo en ello, es permitir que los incendios se
repitan porque parece que en esa cuestión, la prevención se limita a campañas
de pretendida educación a la gente.
Si bastaran los consejos: si sirvieran para
que la gente abandonara su actitud displicente y poco respetuosa hacia el
prójimo, la solidaridad sería el mejor de los matafuegos porque vaya ironía, no
permitiría que se generara.
Todos los bimestres con la factura de EPEC
pagamos más de 10 pesos por usuario, destinados a la lucha contra el fuego y
calculando en Córdoba -sin ningún rigor estadístico- que pagamos un millón de
consumidores, en el año se recaudan más de 60 millones de pesos y perdón si me
equivoco, la matemática no es mi fuerte, pero me encantaría saber en qué se
gastan.
Lo pregunto porque en general, los bomberos
voluntarios deben vender rifas o bonos para sostenerse, que se sepa no se han
comprado hidrantes y los meses anuales de riesgo no son más de tres o cuatro.
La lluvia no cobra por caer.
Es hora que desde la gobernación de la
provincia, se brinde a los queridos cordobeses un detalle de lo que se gasta
con ese cargo que cobran.
Porque si todo está claro, no hay para que
esconder nada.
¿MORENO
SIGUE EN FUNCIONES?
Un dirigente K que me dijo que ni bajo
tortura reconocería habérmelo contado, me comentaba que ya habían detectado en
el seno de esa corriente, una especie de
incipiente canibalismo.
Es claro que a la hora de echarse culpas,
siempre la tiene el otro, o los otros, pero nunca uno.
Lejos de sorprenderme la confesión, le
recordé a este muchacho que no era la primera expresión de esa costumbre en
nuestra historia, sino que se trataba de una consecuencia normal después de un
tropezón electoral.
Y cuando me dio tres o cuatro nombres de
algunos nuevos ocupantes de los cuarteles de invierno, se me vino a la cabeza
la imagen verborrágica, avasallante y encaradora de ese personaje de cuasi
ficción que se encarga de decirles que no, a los industriales argentinos
amenazados por el fantasma de la desindustrialización.
Es probable que Guillermo Moreno tenga
razón, que hay que proteger lo nuestro, que es necesario limitar el exceso de
importaciones, que es imperioso equilibrar la balanza, etcétera, etcétera.
Pero si Moreno lleva a cerrar fábricas,
suspender a personal, limitar horas extras, todo lo que equivale a bajar los
brazos, de nada servirán los sacrificios de nadie ni las penurias de la clase
trabajadora, que aún tiene el nefasto recuerdo de la desocupación.
Muchos de los que conforman el 74 por ciento
del descontento, seguramente tuvieron a Moreno como estandarte de la
equivocación, de la tozudez y de la prepotencia.
A lo mejor ha sido él, por lo que se
advierte al no verlo desde hace tiempo, el primer plato que se manducaron los
caníbales.
Caníbales, pero no escrito con “c” sino con
“k”.
DIA
DE LA SECRETARIA
El miércoles próximo es el Día de la Secretaria.
Ignoro el por qué de esta fecha, aunque eso
es lo de menos.
Reinas de la discreción y propietarias
excluyentes de la máquina de decir no.
Mentirosas por obediencia debida y
encubridoras de ausencias y de trampas.
Es por eso que me encantaría que cada jefe,
empresario, ejecutivo, gurú, artista, político o lo que sea que tenga una
secretaria, la agasaje como se merece.
Porque su tarea no es tan liviana como solo
atender el teléfono, ordenar su agenda, recordarle compromisos y fijarse si
tiene correctamente hecho el nudo de la corbata.
Una secretaria es la confidente, casi
cómplice dueña de secretos que su jefe ni siquiera ventila en su casa ni ante
sus más allegados.
Hay veces, según me comentaron algunos
ejecutivos, los regalos aparecen como exagerados, especialmente para la siempre
crítica visión de la esposa o de los hijos del jefe.
Pero más que regalos, suelen ser una muestra
de gratitud que confirma aquello de que los secretos compartidos bien valen
pelar el plástico, de crédito o de débito, prestárselo a ellas y confiar en su
discreción.
Total, conocen hasta las claves.
En muchos casos, la antesala de un despacho
importante, suele ser también la antesala de situaciones más íntimas, como el
matrimonio o relaciones análogas.
Sea como fuere, las secretarias merecen el
mejor de los tratos, el respeto y el regalo, aunque no sea su día.
En mis trabajos actuales no tengo
secretaria, pero las que tuve pueden dar fé que no estoy tan equivocado.
Por ellas, las que todavía respetan su voto
de silencio, ¡salud!
TRANSPORTE:
NUEVAS UNIDADES
Hay gente que protesta porque ayer la ciudad
era un caos con calles cerradas, taponamientos de tránsito, automovilistas ansiosos y agresivos, todo
porque estaba cortada Maipú, debido a la ceremonia de presentación formal de
los 200 nuevos bondis para la
Tamse.
Es para rogar que el sistema mejore, sobre
todo a partir de marzo próximo, cuando se implementará la nueva modalidad de
prestación del transporte urbano de pasajeros.
Los que analizan el vaso medio lleno,
albergan la secreta esperanza de terminar con las demoras, los conflictos, las
desagradables sorpresas de paros y la dignificación del pasajero, como sostén
de un sistema actualmente casi perverso.
Pero lo otros, los amantes del vaso medio
vacío, se aventuran a pensar, y alguna razón les asiste, que los sindicalistas
tendrán 200 elementos más para acentuar la dependencia de los pasajeros, hacia
los prestatarios.
Y suponen que la UTA se estará restregando las
manos, porque incorporar tantos coches implica incrementar el número de
afiliados cotizantes, y que para ellos será positivo contar con más pasajeros,
devenidos últimamente en rehenes de sus demandas y de sus caprichos.
Las dos miradas; los dos ángulos desde donde
otear una realidad que a veces nos abruma.
Tratemos de ser optimistas y esperemos con
ansiedad hasta abril o mayo, que es cuando podremos tener un panorama ajustado
a esos tiempos en materia de transporte urbano.
Mientras tanto, todo lo que hagamos o
digamos no servirá para nada, salvo para amargarnos un poquito más.
Cada vez que llegamos a la parada, nos
enteramos que hay un paro y haciendo cálculos, advertimos que por ese mes,
hemos perdido el premio a la puntualidad, pensamos ineludiblemente en los que
mandan.
Y en quienes los rodean.
EL
DRAMA DE SIRIA
La cuestión de la evaluación técnica con
relación a lo que está sucediendo en Siria, prefiero que siga en manos de
quienes conocen de política internacional, siempre y cuando no respondan a
intereses subalternos, por dependencia ideológica o por diferencias raciales.
Pero hay una sola cuestión que me inquieta
como ciudadano respetuoso de la libre determinación de los pueblos, y es la
intromisión de potencias extranjeras en cuestiones que son, en este caso,
propias de los sirios.
Los Estados Unidos otra vez están agazapados
con su presidente, irónicamente galardonado con el Premio Nobel de la Paz, listo para entrar en
guerra.
Roguemos que prevalezca la razón por encima
del poderío militar, que los norteamericanos seguramente minimizan en
comparación con Siria.
Si hay conflicto armado, el peligro es su
expansión.
Y los soldados imperiales de Obama, me consta,
cuentan con una horrenda maquinaria bélica que ha sojuzgado a muchos pueblos,
en guerras siempre alejadas de su territorio.
Ellos aprendieron a exportar el espanto.
Lo ideal es que todos los dioses, más allá
de las creencias que inspiren, se jueguen por la paz.
Eso, en verdad, sería maravilloso.
Tanto, como para creer en Dios, con el
nombre que cada uno le quiera poner.
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