Desgrabación de los
comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”
emitido el domingo 15/09/13 por AM580 Radio Universidad de Córdoba
FUSIBLES DEMASIADO CAROS
Es altamente probable que involucrar
directamente a alguien por un estrago, que por su explosión mediática acalle un
escándalo mayor, entraría al terreno de las acusaciones que por lo general son
difíciles de probar.
Es por eso que en el caso de los policías
supuestamente involucrados en el creciente narcotráfico que padecemos en
Córdoba, lo mejor es aguardar la palabra de la Justicia que está
interviniendo.
Y no caer desde una vereda, al error de
acusarla de ser en este caso funcional al gobierno nacional, porque en la misma
medida, y desde la vereda de enfrente, pueden asignarle a la justicia
provincial ser dependiente del poder político cordobés.
Aunque las sospechas en tal sentido y para
ambos casos, es una especie de nube en permanente sobrevuelo arriba de nuestras
cabezas, existe para quienes primero avalaron a esos policías, la duda de
seguir mirando hacia otro lado con indiferencia, o pagar un elevado costo
político de impredecibles consecuencias.
El delasotismo ya pagó el oneroso anticipo y
un par de cuotas por adelantado, con la clara intención de diluir el estrépito
durante la campaña electoral, en la que se juega la cabeza, y posiblemente la
libertad, para asegurarse la continuidad del justicialismo en esta curiosa
alternancia entre dos de sus máximos exponentes.
Los gobiernos, bien lo sabemos, siempre
tienen uno o dos fusibles para afrontar los cortocircuitos que por lo general
aparecen durante una desgastante gestión que como en este caso supera la
década.
Esos fusibles, tenues alambritos que pueden
llegar a salvar una vida, se consiguen en todo por dos pesos.
Pero están los otros, los más caros, con
filamento de oro o de plata, de mucha plata, que se instalan en la maquinaria
del cordobesismo.
Porque un jefe de policía y un ministro del
gabinete, ensalzados oportunamente por sus cualidades, son políticamente
demasiado costosos.
LA ENSEÑANZA DE LOS INCENDIOS
Es lamentable y penoso, pero me parece
necesario reconocer que incluso de las malas experiencias es posible rescatar
costados positivos.
Y más aún, cuando el drama se viene
repitiendo año tras año, sequía tras sequía, lo que ha convertido a los
incendios de campos, bosques y sembradíos en una tragedia crónica que a los
cordobeses nos duele como un inmerecido castigo.
Absurdo sería, aparte de imposible, que se
hiciera prevención mojando con la debida antelación marcada por las
estadísticas, los sectores propensos a las llamas.
Pero ampliar la educación en tal sentido
dictando clases en las escuelas, estableciendo alarmas tempranas y un eficiente
sistema de vigías, permitiría disminuir los riesgos de fuego y en caso de
declararse, su detección precoz haría menos dramática la situación.
No es tan solo tener con quiénes y con qué
apagar los incendios, sino saber de qué manera se los puede prevenir y
controlar con rapidez.
En estos últimos episodios en que la
expansión de las llamas provocó solo cuantiosos daños materiales, dejó sin
viviendas a decenas de familias, aniquiló buena parte de la fauna autóctona e
inutilizó la tierra por largo tiempo, al menos no provocó desgracias personales
que si, son siempre irreparables.
Tomar conciencia es deber de las autoridades
y tienen la obligación moral de hacerlo más allá del calendario electoral, que
pareciera ser lo único que toman en cuenta para encarar la tarea de gobierno.
Y debemos caer a lo de siempre: cuestionar
el enfermizo y caprichoso manejo de las prioridades, cuando desde el poder se
gastan los dineros públicos en estupideces que bien pueden esperar.
La seguridad de la gente, su calidad de vida
y el respeto por el medio ambiente, parecen no estar dentro de las obligaciones
para atender por parte de nuestros gobernantes.
¡GRACIAS
POR LAS NUEVAS DEUDAS!
Como seguramente la mayoría de la gente
afectada por las llamas, la imprevisión, el alocado gasto de las partidas
específicas del presupuesto, las reacciones tardías y la charlatanería
habitual, como lo es involucrar a los perros que no hablan en conexiones con el
narcotráfico, desde el poder tanto provincial como nacional ha partido la firme
promesa de un nuevo regalo para los argentinos y argentinas, sean o no cultores
y practicantes del cordobesismo, pero sí afectados por los incendios: nuevas
deudas para afrontar.
Es obvio que si se habla de créditos, hay
que pensar en cuotas, por más facilidades y plazos que se otorguen, porque bien
sabemos que los bancos -ningún banco- regala nada, así sea con el maquillaje de
una interesada solidaridad o del oportunismo preelectoral.
¿Que nada nos cae bien?
Es probable que así sea, pero la historia
nos ha dejado decenas de ejemplos que no son precisamente para vanagloriarnos.
¡Me parece tan simple la solución!
¿Se animarían desde ambos altos niveles
-nacional y provincial- a sacrificar solo 15 días de la publicidad con la que
nos abruman?
Esos dineros permitirían, con holgura,
regalarles casas nuevas a quienes las perdieron y equipar con electrodomésticos
y ropas a las familias que sufrieron daños.
Cuando la desgracia se abate sobre un sector
de la población, no hay que esperar unicamenete el sentido solidario de los
vecinos, sino una acción oficial sin demoras ni trámites.
Porque ya veo venir -perdón por mi
escepticismo- los piquetes de hoteleros que no consiguen cobrar el alojamiento
de los afectados, que es parte de lo prometido.
No basta con salir al ruedo con anuncios
rimbombantes más cercanos a la solución pegada con saliva que a un justo
reconocimiento del mal manejo de los fondos que religiosamente aporta la
ciudadanía.
Además y en el escabroso terreno del
márketing político con miras a las elecciones, no aparece elegante apagar el
dolor y el drama del fuego previsible, con la nafta que aportó el escándalo de
la droga en Córdoba.
No apagaron el incendio.
Encendieron otro.
Y para colmo, andamos escasos de agua ...
La culpa del narconegocio sospechado es de
los perros adictos, y no de los malos policías que levantan la patita para
hacer pis.
BROCHERO, BEATO
Por fin, los cordobeses beato habemus.
Desde ayer y como comentan las vecinas, le
han hecho lugar en el almanaque a quien se preocupó por los pobres; por los
desposeídos; a quien vivió más en la grupa de su burro que en la propia cama, a
quien abrió caminos de progreso y seguramente supo que era santo por convicción
propia, antes que llegara este merecido reconocimiento traído por la burocracia
eclesial.
La fe no se discute, no se cuestiona, no se
ofende.
La fe es creer.
La fe debe ser respetada.
Por eso duele que haya incluso quienes
abandonaron el sacerdocio y ahora sean cuestionadores de la beatitud que se
fortalece en la fé.
Es probable que los milagros no existan, que
las casualidades, el azar o los hechos fortuitos pretendan reemplazarlos, pero
si se los califica como milagros, es precisamente por cuestiones de fé más que
por cualquier fundamento científico.
Porque la realidad indica que la fé no tiene
dioses, religiones, sacerdotes, monaguillos, beatos o santos.
La fe es solo creer.
O reventar.
LA
MEGACAUSA Y LOS
CRITERIOS
Un reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en una causa de las
ART, se me antoja que resulta positivo y beneficioso para quienes padecen la
prisión preventiva, algunos con más de dos años en esa insólita situación,
dentro de la megacausa del Registro de la Propiedad.
El dictamen fue emitido por la Procuración de la Nación con respecto a
un recurso presentado ante la
Corte por la defensa de los abogados Viale y Rueda,
motivando dicha queja la arbitrariedad del pronunciamiento del Tribunal de
Justicia de Córdoba, que no tiene debida fundamentación y que desecha el
planteo de que la libertad ambulatoria de los imputados no representa peligro
para el desarrollo del proceso.
En su análisis la Procuración ha
expuesto valiosos conceptos como que la prisión preventiva dictada no se
conforma con los criterios de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos sobre esta materia.
Ha estimado asimismo, que la
decisión no se ajustó a las garantías, ya que le restó relevancia, sin
analizarlas, a las circunstancias personales invocadas a favor de los imputados
como la ausencia de antecedentes penales, la contención familiar con que
cuentan, la existencia de domicilio fijo, el desarrollo de un trabajo
permanente y el sometimiento voluntario a la actuación de la
justicia, aduciendo de manera dogmática que carecían de
relevancia, y si bien manifestó que las condiciones debían
exceder las del caso, tampoco las delineó, no conformando entonces,
la exigencia de motivación suficiente.
En otro párrafo expresó que se afirmó
también de manera dogmática que la organización que los supuestamente imputados
habrían aplicado a la ejecución de delitos, les daría capacidad
para sortear obstáculos y eludir controles legales, sin explicar
mínimamente a qué obstáculos y controles se pretendió hacer referencia, ni
de qué modo esa organización podría trasladarse al proceso penal e influir
en su desarrollo.
Ello resulta de especial
significación, teniendo en cuenta que el pronunciamiento no indica que
los imputados hubieran intentado eludir la acción de la justicia, ni que se hubiese
dado alguna situación concreta respecto del curso de la investigación.
Conviene consignar por analogía, que el encartado
Ricardo Jaime, ex funcionario kirchnerista, hizo exactamente todo eso que estos
abogados no hicieron, y Jaime es quien está libre, razón que fortalece la
sospecha de daltonismo en la justicia cordobesa.
Este dictamen, ante la misma situación de
prisión preventiva, es acorde a los pronunciamientos ya realizados por el
Centro de Estudios Legales y Sociales, el Servicio de Paz y
Justicia y los colegios de abogados en la causa del Registro.
Pero no hay caso.
También en esto, no hay peor ciego que el
que no quiere ver.
AEROLINEAS, EL DOBLE DISCURSO
Por allí se me viene a la memoria aquella
genialidad que supieron compartir el Mingo Cavallo y Carlos Saul I de Anillaco,
cuando tomaron la histórica determinación de anunciar “ramal que para, ramal
que cierra”, refiriéndose a los siempre decadentes ferrocarriles argentinos,
que Perón les comprara a los ingleses a un paso que fueran a ser legítimamente
nuestros.
Pero este recuerdo tomó vuelo, porque ahora
lo comparo con Aerolíneas Argentinas y me ganan la sorpresa, la indignación y
una risa nacida en la histeria colectiva.
Nuestros trenes, que algo así como el 90 por
ciento servían a la
Capital Federal y al conurbano, perdían por entonces un
millón de pesos diarios y como servicio público eran subsidiados con dinero que
pagábamos todos, viajáramos o no.
Nuestra empresa de bandera, recuperada en lo
que algunos llaman “la década ganada” nos lleva medio millón más, diarios, de
los mismos dólares a la nueva cotización que en verdad no conozco de cuál cotización
se trata.
Pero si uno escucha a su bisoño y agrandado
presidente, puede llegar a creer que las utilidades de la empresa le permiten
subsistir con sus propios recursos, lo que está muy lejos de la realidad.
Para colmo el mocoso, y lo trato así
cariñosamente desde la tarima de mis años, incurre en dos gruesos errores: cree
ser tan inteligente como se lo dicen los adulones de siempre, y contar con
impunidad suficiente para lanzar insultos a diestra y siniestra.
Ignoro porque la alta economía no es mi
fuerte, cuánto nos cuestan sus desplantes a cada argentino, pero con certeza
que el precio no es barato.
Y no lo es, porque entre otras cosas lo
pagamos con el descrédito y el deterioro interno e internacional de nuestra
línea de bandera, sumado a la pena de ver cómo otras empresas aéreas, se llevan
los réditos -y los pasajeros- que nosotros no sabemos retener ni respetar.
LA
INCONCLUSA NUEVA TERMINAL
Realmente, no recuerdo cuál fue el costo
final de la construcción de la nueva estación terminal de ómnibus pero al
verla, recorrerla y padecerla, se me ocurre compararla con un inodoro porque
fue hecha para la … digamos, para la eme …
Viendo el vaso medio lleno, debemos
reconocer que era necesaria porque su vecina hace tiempo había colapsado
especialmente en la temporada de mayor movimiento.
Pero también, al igual que en todos los
casos, es aconsejable ver el tema como al vaso medio vacío.
Aparte de los detalles conocidos, que es
inundable, que los accesos son complicados para los ómnibus de gran porte, que
la salida de la playa de estacionamiento ha sido diseñada como el tugget por su
incomodidad y pésimo ángulo, hay una cuestión que desorienta y molesta.
Si cualquier discapacitado, usuario o no de
silla de ruedas llega a la playa de estacionar para acceder a las boleterías y
plataformas, debe sortear la peligrosa aventura de una empinada escalera fija,
porque a nadie se le ocurrió que allí era necesaria una mecánica.
La explicación oficiosa que me dieron allí
fue más que clara y contundente: pese a que lleva creo que más de un año y pico
de habilitada, recién ahora se les ocurre instalar un ascensor.
Pero hace tiempo está en obras y todo indica
que la demora no será menor.
Otro de los logros que el actual candidato
delasotista puede exhibir, para ilustrar su campaña con miras a octubre.
Sin olvidar, por supuesto, el faro para una ciudad
sin mar y tantos otros gastos que se hicieron y se siguen haciendo, como dijo
Peredo, al vicio.
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