Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en
su programa “Síganme los buenos” del 11/09/16 emitido por AM580 Radio
Universidad de Córdoba.
MI ORACIÓN A LA MAESTRA
Me atropella una desbandada de recuerdos que
no vienen en fila sino desordenados y caóticos como son estos tiempos, cada vez
que busco en los rincones de la memoria aquellas aulas en donde ahora es un
shopping y la solemnidad salesiana del Pio Décimo.
Por entonces nuestra maestra era la segunda
mamá, al menos hasta primero superior y de tercero a quinto grado pasaba a ser
la totalidad de la ciencia y el conocimiento, que se espantaba con los horrores
de ortografía y la ignorancia que al menos en mi caso lucía -y aún conservo-
para los números, odiados por no aportar sorpresas y ser tan insobornablemente
exactos.
Los intrincados tiempos de los verbos eran
causantes tanto de cefaleas como de posteriores reprimendas, penitencias o el temible
y doloroso reinado de la chancleta.
Ya en sexto, no era la segunda mamá, pero sí
la peor de nuestras censoras, la que nos convencía que el Everest era más alto
que el Cerro de las Rosas, y que San Martín con su ejército había cruzado los
Andes.
Y la maestra, frente a nuestro
preadolescente explosión hormonal, se transformaba y no me avergüenzo en
confesarlo, en un precoz objeto de deseo.
Por eso no olvido mis primeros viajes
imaginarios a geográficas lejanías, la
importancia del Pi 3,1416 o aquella utopía de las frases que según la
edulcorada historia, habían pronunciado nuestros próceres al morir.
Pero tampoco olvido las esculturales piernas
de Marta Ceballos, la ternura y los ojazos de Perla Grimaut de Milich, siempre
lúcida, que nos dejó unos meses atrás pisando el umbral de la centuria.
También
es gracioso evocar el fervor etílico de un par de maestros que tenía en los
salesianos.
Y ahora valoro más allá del obvio ejemplo
sarmientino, el sacrificio y el compromiso de la vocación por enseñar, al menos
en aquellos tiempos que la maestra era modelo de autoridad a seguir y respetar,
más que compinche para las diabluras o las inconductas de sus alumnos.
Que educaba, formaba y se llevaba tareas a
su casa.
Que nos instruía para el aula y para la vida
en sociedad, y no como ahora que por imposición
de circunstancias son cocineras, confidentes, enfermeras, asesoras de sexo y
administradoras.
Por eso mi homenaje en el cálido recuerdo,
no tan solo a quienes con su sentido de la generosa entrega tuvieron la dura
tarea de intentar desburrarme, sino a las que me marcaron un camino de
decencia, de honestidad, de respeto, de la cultura del trabajo y de compromiso
con el prójimo.
Aquellas lejanas maestras, mis maestras,
siguen siendo iguales a las maestras de hoy, con los cambios que sobrevinieron
con la avasallante llegada del progreso en las comunicaciones.
Si hablamos de vocación, cada maestra sabe a
conciencia y con saldo positivo cuál es la cuota de sabiduría y amor que ha
puesto al servicio de sus alumnos.
Parece una tontera que después de tantos
años, sienta de ellas una maravillosa sensación de presencia; de entrar al
aula, de pasar al frente, de borrar el pizarrón y aspirar lo que más se
extraña, la bocanada de esa etérea y transparente nube de tiza.
Mi admiración, mi respeto y mi enorme cariño
por ellas.
Por las maestras de ahora y por las otras,
las que quedaron allá, almanaques atrás pero muy presentes en la nostalgia,
atesoradas en un rincón de mi alma de alumno.
JUBILADOS PROVINCIALES TOMADOS EN JODA
Si en el ambiente político cordobés flota la
aureola de algunos engaños y mentiras, seguramente el tema de las jubilaciones
provinciales se destaca por lejos y sin esfuerzo como la más sólida, por la
simple razón que los números, desde que se inventaron, son infalibles.
Pero parece no entenderlo así uno de los más
altos funcionarios de la administración provincial en manos de ¿Unión? por
Córdoba y si no me equivoco -no hay que descartar esa posibilidad- es el
presidente provisorio de la Unicameral y según tengo entendido, el tercero en
la línea sucesoria del Gobernador.
Lo escuché como al voleo cuando muy suelto
de cuerpo y seguramente sin arrugar la frente, el Dr. Oscar Félix González
-histórico “todoterreno”- quien una vez sostuvo que la droga encontrada en la
policía era para entrenar a los perros, asegurarle a un periodista de Radio
Universidad que todos los jubilados provinciales percibían alrededor del 85 por
ciento -no el 82- de lo que cobraba “de bolsillo” un activo con el mismo cargo.
Ejemplos como para ilustrar esa patraña
sobran más allá de los casos que involucran a bancarios, pero la realidad
matemática muestra fehaciente e inequívocamente que con el perverso modo
instaurado para las liquidaciones, con las quitas que se aplican ese porcentaje
se adelgaza hasta el 74 y pico por ciento.
Echar mano a los fondos que debieran ser
administrados por los jubilados y no por ocasionales interventores cultores y
practicantes de la obediencia debida, arroja estos resultados sumados a la
repartija indiscriminada de beneficios que se hizo en la mayoría de las
gestiones de cualquier color para premiar y favorecer a los amigos y amigas,
activistas y conmilitones.
No es para pensar en un arranque de
ignorancia de tan encumbrado funcionario, pero en honor a la verdad y al
respeto que se debe a los más ancianos y vulnerables con escaso poder de
protesta, bueno sería que aunque fuera una sola vez, reemplazara su demagogia
por la sinceridad.
No son pobres, comparándolas con el nivel
nacional, las mensualidades que reciben los jubilados del cordobesismo, pero
para eso aportaron durante 30 años más que cualquier otro pasivo del país.
Pero si desde el poder esos dineros fueron
botín de guerra y afectados a otras aplicaciones, la culpa es de los
gobernantes y no de los viejos. Son ellos, los más débiles, los que deben penar
en la búsqueda de una justicia que sistemática y caprichosamente se les demora
o lisa y llanamente se les niega.
Y para colmo de males, la charlatanería
política se la quiere vender cambiada.
El gobierno provincial confiscador se
adjudica triunfos cuando fue el sacrificio de los jubilados lo que les
equilibró la Caja. Así, con el injusto esfuerzo ajeno, cualquiera juega a ser
prócer
Porque si como anunciaron, la Caja de Jubilaciones está saneada y eso es cierto, ¿podrían empezar entonces y antes
de volver a
dilapidarlo, a devolver todo lo escamoteado?
PELIGROSA AGITACIÓN NACIONAL Y POPULAR
La historia nos enseña que más que una
apreciación del sempiterno gorilismo, el movimiento obrero argentino fue desde
antes de mediados del siglo pasado, la columna vertebral del movimiento
peronista.
Hasta tal punto lo fue y en este sentido
desafío a quienes lo nieguen a que conversen con quienes vivimos esos tiempos,
que por entonces desde las cúpulas sindicales y desde la conducción partidaria
y en los hechos, no se consideraba trabajador a quien no comulgara con la
doctrina y los postulados de Juan Domingo Perón, su segunda esposa y los
dirigentes partidarios.
Poco ha cambiado en ese aspecto, alimentado
por el desmedido interés, que algunos llaman angurria, de quienes pelean,
insultan y llegan a trenzarse a tiros por un cachito así de poder en las
organizaciones sindicales, la mayoría alineadas con el actualmente atomizado
justicialismo.
Así
fue y quiero consignarlo como un solo ejemplo de barbarie al estilo de Ubaldini,
el poseedor de cientos de camperas que regalaba al final de cada mitin, quien instrumentó
una serie de paralizaciones del país para socavar los cimientos de la
democracia recién recuperada de la mano de Alfonsín.
Después vinieron los gordos y los flacos,
pero siempre todos con vocación de eternidad en sus cargos para lo que se
hacían y se hacen reelegir a través de la billetera que engrosan con su poder
apretando al Estado, a empresas y al empresariado.
Y ahora la mayoría de ellos son eso:
prósperos empresarios que se solazan de sus propiedades, de los “ahorros”, sinónimo
de rapiña que les permiten recorrer el mundo ellos, sus familias y sus queridas
con toda la impunidad que vemos a diario.
Y muchos se valieron de los idiotas útiles
para llegar a bancas del Congreso
Nacional o de las legislaturas provinciales donde consagraron su complicidad y
su vagancia.
Ahora motorizan un paro nacional con el
pretexto de la inflación, de los tarifazos, de la desocupación y de otros males
que ellos observan, olvidándose del mayor de todos que es la corrupción que
muchos de ellos encarnaron.
¿Por qué no generan un movimiento que aporte
trabajo y no que lo espante? ¿Por qué nadie se anima a decretar que el mandato
de esos capitostes tenga límite? ¿Por qué son intocables los libros contables
de los sindicatos?
No vengan a joder ahora cuando durante más
de una década fueron cómplices de la inflación, de la desocupación, de la
desindustrialización del país y mucho también de la corrupción estructural de
la que formaron parte.
La realidad vista desde el equilibrio,
muestra que en su momento y a lo largo de doce años no supieron ser bomberos y
después de perder el poder político y partidario estudiaron para incendiarios,
reviviendo el setentismo.
Está en la gente amante de la paz, de la
cultura del trabajo y del esfuerzo y de la concordia, que los diplomen o los
aplacen y los repudien.
58 AÑOS DE PERIODISMO SIN PAUSAS
En mis lejanos comienzos entraba a la
redacción de La Voz
del Interior en el viejo y señorial edificio de Av. Colón 37 en puntas de pie,
sufriendo con cada crujido del piso de parquet que pudiera molestar a los
próceres -eran entonces unos viejos como de 40 años- quienes con gesto
mentirosamente solemne miraban por encima de sus lentes lo que estaban
escribiendo en las ya vetustas Olivetti o Remington.
Allí varios años, más de dos décadas felices,
intensas e inolvidables.
La buena suerte hizo que cumpliera
importantes misiones tanto en el país como en el exterior, recordando con
especial cariño las coberturas de los disturbios en México y los Juegos
Olímpicos en tierra azteca, en octubre de 1968.
Los años duros del desgobierno militar me
tuvieron como uno de los protagonistas de las páginas diarias y pude vivir
momentos tanto de gloria como de miedo que ahora atesoro y que prefiero algún
día volcar en un amplio homenaje a la memoria íntegra y no parcial.
Finalizando los ‘60 debuté en TV con reportajes
en “Meridiano 64” que producía Cine Press, de
Julio Serbali para Canal 12, en cuya productora también elaboraba guiones del
Semanario Latinoamericano, para cines de todo el país.
Hice periodismo radial en L.V.3 y en la
emisora Municipal.
Tuve años felices en la corresponsalía de La Razón , de donde surgió mi
incorporación al Canal 11 de Buenos Aires (hoy Telefé) y un paso fugaz por los
diarios locales Córdoba y Tiempo de Córdoba y la conducción de espacios periodísticos en Canal 8.
Me confiaron la dirección del diario Los
Principios, decano de la prensa mediterránea por casi dos años y durante el
conflicto del Atlántico Sur.
Fui uno
de los fundadores y columnista de Hortensia, la revista de humor cordobés que
invadió el país como ninguna otra publicación gráfica lo había logrado.
Más adelante por mi tarea en la cobertura de
la guerra entre Irak y Kuwait que realicé para “Muy buenas noches”, entrega
diaria que producía Audiovisión y difundía Canal 10, fui premiado con el Martín
Fierro en 1992 y recibí otras varias distinciones anuales que entregaba ACORCA,
por mi desempeño en el intimista programa “Conmigo” que emitía la TV por cable, ciclo que duró
una década.
Después trasladé “Conmigo” a la TV abierta con dos ciclos
anuales por Canal 10 y desde nueve o diez años hasta ahora produzco y conduzco
“Síganme los buenos”.
El vicio del periodismo ha sido generoso
conmigo, al brindarme la posibilidad de conocer buena parte del mundo; sus
culturas, su vida y costumbres, al recorrer alrededor de 70 países en estos 58
años de actividad.
Soy un agradecido al Destino que me ha
regalado un premio demasiado valioso, desde aquellos tiempos en que fue
necesario trabajar por imperio de circunstancias, siendo casi niño en lugar de
estudiar y buscar la graduación, la que no pude concretar porque tampoco había
dónde.
Tengo
la suficiente fuerza para levantar la copa del brindis, coincidiendo en lo que
comentara Sófocles: “Los dados del Destino siempre caen bien de la mano de
Dios”.
Aunque ese Dios se llame Cristo, Alah,
Visnú, Brahama, Jehová o como se te antoje, porque será siempre el mismo Ser,
dueño de los relojes, del viento, la calma y las distancias.
Si me
pidieran unas pocas palabras que me definieran, no dudaría en jurar que siempre
he sido respetuosamente luchador y salvajemente libre, lo que llevado a
simplificar me permite asegurar que soy nada más que un periodista
independiente no por imposición de nada ni de nadie, sino por simple e íntima
convicción.
Ver pasar los años y hacer un apasionado
repaso de lo vivido, es casi como dar las hurras y empezar a despedirse.
Sólo puedo asegurar que para eso no tengo
ninguna prisa…
ALGO SOBRE LA MEGACAUSA
Hace algún tiempo,
familiares de imputados en la causa del Registro de la Propiedad protagonizaron
frente a Tribunales una obra de teatro en la que personificaban a una Justicia
enferma, que tras ser atendida por un médico, recibía para curarse la
indicación de comprimidos de Constitucionex Forte.
La fórmula del
medicamento incluía libertad, racionalidad, legalidad,
igualdad, sinceridad, honestidad, imparcialidad,
objetividad e independencia, en dosis adecuadas para restablecerle
la salud logrando que sus acciones patológicas se ajustaran a derecho.
Dejando de lado la
parte cómica, el mensaje es claro y contundente, la Justicia, (o quienes le dan
vida) ha mostrado en esta causa y lo dijimos la semana pasada, síntomas
de manía, confusión, amnesia, desorientación y distorsion de la
realidad.
Y vaya que estará
confundida y dislocada cuando la Constitución desde 1853 impone absoluto
respeto por la libertad, y desde 1994 adhiere a la consigna mundial de
juzgar primero y condenar después, mientras en la rutina de esta causa se
encarcela a todos y el juicio sella la condena ya cumplida.
El combo se completa
con la eterna y única comisión especial y su particular convicción para
reemplazar cualquier prueba necesaria.
Es
indiscutible entonces que la solución debe ser urgente y que cada
componente del medicamento es indispensable para conseguir la sana
justicia que necesitamos. Lo que desafía la más avezada imaginación
es descubrir cómo administramos a la Justicia esta mágica pildorita.
Y entrando al pantanoso terreno de los
trascendidos, en esta semana o en pocos días más, tomará estado público una
situación propia de película, que relaciona a la autoridad con nombre y
apellido y ciertas maniobras dolosas perpetradas en el Registro de la
Propiedad.
PARA ABOGADOS Y PROCURADORES JUBILADOS
La conversación con el
recientemente electo vocal por los pasivos en la Caja de Jubilaciones de
Abogados y Procuradores de la Provincia de Córdoba, Dr. Carlos Ruiz Palacios,
se puede encontrar en la segunda parte de los audios, en el costado derecho de
este blog.
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EL EJEMPLO DE DEL POTRO
No llegó a donde quería llegar venciendo no
tan solo a sus rivales sino a la mala suerte, que lo llevó al quirófano en
varias oportunidades y no fueron pocos los que ya daban por sentado el triunfo
del bisturí sobre el espíritu de lucha del tandilense.
Su desempeño en el abierto de los Estados
Unidos fue un ejemplo de constancia con un elevado sentido del desafío que le
imponían las circunstancias adversas, dejando de lado los aspectos monetarios
porque Del Potro ya hizo una buena diferencia como para vivir solo pendiente de
ese detalle.
Jugó contra su muñeca en rehabilitación,
contra el cansancio de jugar casi bestialmente sin el reposo necesario, de
tener que vendarse los pies porque se le caían las uñas…
Es demasiado para un grandote con cara
bonachona y casi inocente que se metió al público yanky en el bolsillo con su
espíritu de entrega deportiva y sacrificio físico.
Llegó mucho más allá de lo que agoraban los
optimistas e impuso silencio a los que le vaticinaban un fracaso y su ingreso a
la inactividad de colgar la vincha y la raqueta.
Todo un ejemplo para que lo valoren
especialmente las nuevas generaciones de tenistas, que seguramente han
incorporado a “la torre de Tandil” al privilegiado espacio de sus modelos a
seguir.
Allí llegó a los cuartos de final, pero es
como si hubiera iniciado una positiva carrera para regresar al casi exclusivo y
apetecible círculo de los 10 mejores tenistas del mundo.
Se me hace que en la Copa Davis, Del Potro
será una sensación mayor, y bien que se lo merece.
CONDUCTAS E INCONDUCTAS URBANAS
A veces ni nos damos cuenta cuando se
entrecruzan la solidaridad, el cariño y la sensibilidad con la mala onda y el
casi desprecio por aquellos que por su edad no están en las mejores condiciones
físicas y requieren una mayor consideración por parte de la sociedad.
Un chofer de ómnibus de nuestro transporte
urbano de pasajeros de la línea 10, empresa Coniferal, Julio González, estuvo
un tiempo tratando lentamente de quebrar la timidez de un niño peruano, cerrado
y con vocación de silencio, que era habitual pasajero de su coche.
Esa tarea de acercamiento en base a simples
conversaciones derivó en amistad genuina y sincera pese al bache generacional,
aunque los unía -se me antoja pensar- una íntima certeza por su respeto al
prójimo.
Deben haber sucedido algunas otras
instancias previas que no conozco, hasta que un día Julio Gonzalez, el chofer
de ómnibus, sorprendió la humildad de Gian Carlos, el niño peruano, regalándole
un flamante par de las zapatillas que por una confesión anterior, con lo que el
muchachito soñaba.
Y los dos terminaron felices, abrazados, sintiendo
la enorme satisfacción de la buena obra en sus dos extremos: el que la genera y
quien la recibe jubiloso, hasta el punto que el caso llegó a ser noticia
nacional.
Pero como en la vida no todo es color de rosa,
otro episodio simple, casi intrascendente, ocurrió en Alta Córdoba más precisamente
en la calle Urquiza por donde pasa el trole “A” en dirección al centro.
Uno de esos coches, sin patente y solo
identificable por el número 30 se detuvo en una de las paradas, ascendieron
algunas pasajeras y una señora de edad y con problemas para desplazarse, pidió
si alguien podía facilitarle el boleto que ella lo pagaría.
Varios asintieron menos la operadora del
trole, de esas damas que por lo general son un canto a la dulzura y la buena
educación con su saludo a cada pasajero.
No quiso esperar, dejó plantada a la mujer
de humilde aspecto ayudada por un
bastón, y prosiguió su marcha sin atender al airado reclamo de otras pasajeras
solidarias con la desplazada pasajera.
Una pena, porque cuando la situación en
general impone consolidar la solidaridad, nunca falta algún odioso o desubicada
que derrumba esa valiosa obligación.
Esto no es una botoneada para que echen o
sancionen a la operadora porque la UTA se encargará de defenderla con sus
abogados, sino para que en la empresa le enseñen a ser gente y le recuerden que
también ella, algún día, llegará a ser mayor, tan afectada como para merecer la
ayuda del prójimo.
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