Desgrabación
de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los
buenos” del 24/09/17, emitido en dúplex por AM580 Radio
Universidad
de Córdoba y la 88.5FM
EL HUMO COMO PRINCIPAL ACTOR NACIONAL
¿Para qué perder tiempo
explicando eso tan sabido de las cortinas de humo que los políticos usan, como
los gatitos después de hacer caca, tratando de esconder lo que huele mal?
La realidad argentina nos viene
mostrando esa vieja y percudida práctica que desorienta al ciudadano, sobre
todo porque lo sustrae de su diaria preocupación por la subsistencia.
Hay dos casos resonantes y esta
calificación no es una evaluación caprichosa, que están por encima de otros
temas acuciantes que hacen al necesario equilibrio y a la gobernabilidad, como
por ejemplo lo son la inflación, la desocupación, el ataque a la pobreza y el
intento por alejar los viejos fantasmas que nos rondaron en los últimos años,
hasta que se corporizaron en salvaje corrupción.
Ahora, ocupa la atención
nacional como asimismo más allá de nuestras fronteras, la inquietud que generan
dos enormes incógnitas: qué fue del paradero y la suerte de Santiago Maldonado
y la resonante conclusión de una treintena de investigadores y científicos que
coinciden en que el fiscal Alberto Nisman no se suicidó, sino que fue asesinado
por uno o dos sicarios.
Lo curioso del caso es que
desde la nostalgia de los que se fueron sin resolver el caso, se acusa a las actuales
autoridades de lanzar cortinas de humo, para esconder precisamente la gravedad
de la desaparición de una persona, en plena democracia.
Sin apelar al caso de Julio
López, los qom, etcétera, es necesario recordar que el tema Nisman pasó por
demasiadas manos; que la escena del crimen fue invadida por funcionarios que
nada tenían que hacer allí y menos apenas se conoció que Nisman estaba muerto y
todas las otras conjeturas que se tejieron en torno del espinoso asunto.
Es innegable que se lo utilizó
políticamente por ambas veredas de lo que después creció como grieta, pero es
bueno reconocer que la actuación de calificados peritos era lo único que
garantizaba el ejercicio cabal de la Justicia.
¿Qué era la misma fuerza
sospechada de la desaparición del activista mapuche, usuario de cuatro
teléfonos celulares, amigos con catalejos que después se pierden, apoyado por
una especie de secta preocupada por los pobladores originarios olvidando lo que
hicieron con los tehuelches?
No en vano días atrás de mil
maneras se pretendió descalificar a la Gendarmería porque ya se sabía que
generaría dos importantes frentes de tormenta: la investigación por la muerte
de Nisman y todos los detalles acerca del inusitado crecimiento del
narcotráfico, temas que el anterior gobierno no pudo, no supo o no quiso
resolver.
Entonces, lo de las cortinas de
humo es un tema para analizar con seriedad y serenidad, especialmente teniendo
en cuenta un detalle que no es la primera ocasión que me toca consignar: ¿a
quién o quiénes perjudica o beneficia que se conozca la verdad, tanto sobre
Nisman como del narcotráfico o la suerte corrida por Maldonado?
Que cada quien evalúe y llegue
a su íntima convicción.
LOS “NARANJITAS” Y EL DESCONTROL
No es posible que el descontrol
apoyado en la inexplicable anarquía, alcance a cercenar la aplicación de la ley
en nuestras calles, tomadas como por asalto por muchos que se dicen
trabajadores, pero que con sus abusos perjudican a los otros que si, con
sacrificio y respeto, se sostienen en la diaria lucha por la subsistencia.
La prepotencia y los excesos se
terminan cuando es la ley la que impera y no la indiferencia de quienes nos
gobiernan, frente a un agudo problema social como lo es la falta de trabajo,
por lo que en esa necesidad se enrolan tanto los decentes como los
aprovechados.
Cuando empieza a oscurecer y la
ciudad pasa a ser casi tierra de nadie, es que aparecen los violentos que con
amenazas y aprietes, pretenden dinero fácil especulando con la necesidad de los
automovilistas de estacionar, cuando las playas están repletas o a los usuarios
no les alcanza para pagar la exagerada tarifa de 30 pesos o más por hora.
Tantos han sido los episodios
de violencia registrados en nuestras calles, especialmente en aquellos lugares
cercanos a estadios deportivos o sitios de entretenimiento, que se optó por la
sana medida de depurar el plantel de estos servidores, que no en todos los
casos operan como tales, sino como verdaderos peligros que atentan contra la
convivencia ciudadana y viven generando a veces batallas campales por el
territorio.
La policía realizó un censo y
no fueron pocas las sorpresas encontradas, entre ellas varios casos de esos mal
llamados cuidadores de autos, con captura recomendada y otros con antecedentes
que no son para lucimiento.
Ahora lo importante es
encuadrar a todos los que quieran esa ocupación, en el marco de una ordenanza
que regule tal actividad, lo que no sería inconveniente para quienes tienen
prontuario limpio, buenos antecedentes, pero nunca faltan los prepotentes que
prefieren imponerse por encima de la ley.
Ya hay amenazas de acciones
directas como por ejemplo huelga de hambre frente al palacio 6 de Julio,
interrumpir calles y avenidas y otras calamidades urbanas, como si ya no
tuviéramos suficientes.
Podrán acusarme de estar contra
los que trabajan, pero mi censura es para aquellos que en nombre de la
necesidad, pretenden marginarse del campo legal y seguir estafando a la gente,
injuriando a los vecinos, o transformando en lavaderos de autos a varias plazas
de nuestra ciudad.
Alguien lo dijo y que cada uno
busque al autor: “Dentro de la ley, todo. Fuera de la ley, nada”.
NUESTRO DOLOR POR MÉXICO
Me ha tocado vivir algunas
duras experiencias en materia de terremotos o fuertes temblores, como algunos
sucedidos en México, el desastre de Caucete y otros episodios similares en San
Juan, en Mendoza o en Nueva Zelandia.
Realmente, se viven momentos
espantosos en que llegamos a comprender súbitamente cuán insignificantes somos
los seres humanos frente a la Naturaleza desatada e incontrolable.
Lo ocurrido estos últimos días
en territorio mejicano ha servido para mostrar, entre otros detalles, el alto
sentido de la solidaridad que se acrecienta cuando la adversidad se repite y se
ensaña contra las construcciones más humildes y precarias, que no alcanzaron a
erigirse como antisísmicas.
Y por otra parte, el altísimo
nivel de espíritu protector que despiertan las desgracias cuando se abaten
sobre pueblos desvalidos frente a la fuerza del desastre: se terminan las
jerarquías, los títulos y los honores para llegar a una emocionante hermandad
en el infortunio.
La comunidad internacional
reaccionó en apoyo al pueblo de México enviando inmediata ayuda no tan solo
material, sino científica y técnica.
El detalle negativo, enterarnos
que una situación que los medios le aportaron carácter de simbólico, no fue
otra cosa que una enorme mentira, un invento de vaya a saberse quién o quienes
lo lanzaron y cuáles eran los objetivos perseguidos con tan burdo engaño.
La alumnita que según la TV
estaba encerrada entre los escombros de un colegio colapsado, que movía su
manito y que llevó hasta nombre propio, era una patética fantasía que distrajo
acciones de salvataje entre otros efectos negativos de esa maniobra.
Una pena, porque el mundo
estuvo pendiente de los rescatistas que se arriesgaban entre los escombros a
punto de derrumbarse, sólo para sostener una mentira que ni siquiera fue
piadosa.
Seguramente cuando el panorama
se calme, las autoridades mejicanas se ocuparán de individualizar y castigar al
responsable de esa patraña, que no obstante su divulgación, no logró aquietar a
esa magnífica expresión de solidaridad mundial que surgió inmediatamente
después de conocido el terremoto y sus funestas consecuencias.
EL MUERTO LITIGANTE Y
LAS COIMAS DE ODEBRETCH
Es probable y más que saludable
sería que en el curso de esta semana que se viene, exista ya una resolución
debidamente fundada acerca del sonado y curioso caso del muerto que después de
8 meses en su tumba o a partir de sus cenizas, iniciara una demanda de
desalojo.
Allí no termina la historia,
sino que la acusada era -y lo sigue siendo- una anciana enferma moradora de una
tapera enclavada en un apetecible terreno rodeado de casonas y residencias, a
un par de centenares de metros del shopping de Villa Cabrera.
Esta mujer fue condenada al
desalojo, lo que hasta ahora no se cumplió, porque se interpuso una denuncia
que sostiene con pruebas terminantes y abrumadoras, que el pretendiente de la
covacha y su terreno denunció a la viejita, nada menos que ocho meses después
de morir, a través de un abogado y una abogada.
El expediente dio varias
vueltas porque era increíble que en tres instancias no se hubieran fijado, los
que firmaron la sentencia, que el demandante había muerto, lo que contsba
fehacientemente.
Se entró entonces al campo de
las sospechas sobre los funcionarios judiciales -casi una decena con
importantes cargos- lo que obligaría a una investigación administrativa y las
condignas sanciones si correspondieran.
El papelerío durmió un par de
meses pese a las evidencias aportadas y recaló en la Fiscalía Anticorrupción,
la misma del Dr. Amayusco a quien le cayó también el regalo del tema Odebretch,
por si algún funcionario provincial cobró o no coimas de la importante empresa
con sede en Brasil.
Ahora lo que no se sabe, qué es
lo que privilegiará esa Fiscalía de Amayusco: meterse de cabeza para encontrarle
la vuelta a la inocencia -o no- de los funcionarios cordobeses, o para
establecer el grado de responsabilidad de los empleados de su propia Justicia,
a quienes se les pasó por alto ese detalle que no es menor: que el peticionante
ya no estaba en este mundo, pero que para casi diez dependientes parecía que
ese detalle no tenía la suficiente importancia.
Ahora, es sólo cuestión de
paciencia y no es caprichoso hermanar, aunque sean tan distintos, el tema de
Odebrecht y el de los dos letrados (¿se sabe quiénes son?) que como el vulgo
calificaría, se echaron un moco de dimensiones tales, que no les alcanzaría ni
el pañuelo que usaba King Kong.
LA MEGACAUSA, COMO
SIEMPRE ACTIVA
Dos
noticias publicó el diario La Voz del
Interior esta semana con respecto a la causa del Registro de la
Propiedad de Córdoba. El martes informó que los imputados en
el caso del club Las Rosas recuperaban la libertad por haberse ponderado la
falta de necesidad de dictar la prisión preventiva dado el avance de la
investigación.
En
contrapartida, hoy aparece un reportaje a un empresario que permanece en
prisión preventiva, imputado en un caso de venta de terrenos de la
costanera de nuestro río Suquía. El entrevistado manifestó que “la
política camina por tribunales”, adjudicó su situación a miembros del Ejecutivo
provincial, refirió que otro interno intentó matarlo y que los funcionarios que
actúan fueron puestos por el anterior gobernador.
La
verdad, es que lo expuesto asusta: en el primer caso, por la naturalidad con
que se habla del dictado de la prisión preventiva, sin refrescar la noción de
que estar libres mientras se investiga es un mandato constitucional y no una
franquicia del fiscal.
En el
otro caso, porque se siguen cumpliendo condenas anticipadas, sin juicio, y
porque vuelve a salir a la luz la ya denunciada falta de independencia y
la intromisión del Poder Ejecutivo en esta causa.
Ya hubo
personas absueltas que purgaron años de prisión injusta y varios muertos en
prisión preventiva, que nunca habían ido a juicio. Y lo más grave y casi
inhumano, creo que nadie asumió la responsabilidad por esas muertes.
Así,
resulta fácil.
La
historia ya nos ha enseñado los desastres que ocurren cuando los hombres juegan
a ser Dios. Y esta causa no es la excepción. Por eso se crearon las
leyes, para que los hombres se equivoquen lo menos posible.
Por eso
también es que nuestros “humanos” funcionarios deben cumplirlas.
Aunque
no falta la certeza de que si la justicia divina se encargara de esta
causa, los resultados serían muy diferentes.
LA “TOMA” DE COLEGIOS Y LOS FUTUROS VOTANTES
¿Es que alguien en la secundaria
no fue alguna vez comunista, kilombero, contestatario, insatisfecho
cuestionador del sistema e inclinado por exigir más feriados?
La verdad que los jóvenes pese al transcurrir de las generaciones y los
cambios de costumbres y enfoques de la vida, siguen siendo casi iguales si los
comparamos con los tiempos pasados, aunque existe un detalle que antaño no
tenía la vigencia actual: me refiero al aprovechamiento político e ideológico
de la adolescencia, cuando los criterios están en formación y son vulnerables a
la intromisión externa.
Se me ocurre que algo de eso
sucede con las tomas de los colegios, aproximadamente 30, que están ocurriendo
en Buenos Aires, bajo el pretexto de no estar de acuerdo con la reforma
educativa que pese a todo está en marcha.
No se sabe si cumplen el
mandato del Papa Francisco cuando en una de sus arengas les impulsó,
textualmente “a hacer lio” o han resultado el bocadillo fácil de alguna
tendencia que necesita sacar todo de su cauce, desde la economía hasta la
educación para crear un clima de ingobernabilidad e inestabilidad.
Es probable, en una de esas,
que los jóvenes tengan alguna razón técnica para encresparse, ocupar edificios,
pintarrajearlos y dañarlos y entrar a una etapa de apetecible inactividad en el
tramo final del año lectivo, cuando todos están cansados de cumplir con la cívica
obligación de educarse y aprender.
Lo censurable es la
intervención de mayores, incluyendo a dirigentes sindicales, que los impulsan
no por el reclamo en si, sino porque pasan a formar parte de ese conjunto de
gente que ahora se queja por las mayores exigencias que hacen a la calidad de
la enseñanza y del aprendizaje y después, dentro de unos años, se quejarán por
la mala calidad intelectual o técnica de los egresados.
Y un detalle que se me ocurre
funcional a la situación: dentro de poco, votarán los jóvenes mayores de 16
años, y para cierto sector de la política argentina que demostró su fracaso,
captar esas mentes vírgenes es vital en su apetito por intentar un regreso.
Es de rogar que en todo caso,
prevalezcan el criterio en ciernes de los chicos y la madurez y la buena
memoria de sus mayore
ANUNCIO OFICIAL: ¿CRECIÓ LA ECONOMÍA?
El crecimiento de la economía
de una sociedad organizada no es sólo tomar en cuenta los precios de los
supermercados, los impuestos y los servicios, sino ampliar el panorama de
conocimientos hacia otros indicadores casi ocultos pero realmente valiosos, si
lo que pretendemos es tener un panorama más cercano a la realidad.
Aunque el empleo en negro aumentó algo con
relación a un año atrás, la economía creció casi un 2,7 por ciento y bajaron la
producción textil un 3 por ciento y las exportaciones poquito más que un punto.
Pero la confianza del
consumidor tuvo un crecimiento del 19,8 por ciento con relación a septiembre
del año pasado y ese no es un dato menor.
Sin embargo para el común de la
gente, para el ciudadano simple y llano, la realidad le aporta un detalle más
que valioso, que es la seriedad de las mediciones; es vivir informado con la
verdad acerca de cuestiones que durante tantos años se dibujaron, como supieron
ser la inflación inexistente, que teníamos menos pobres que Alemania, que la
desocupación no existía porque en verdad se incluía en las estadísticas como
fuerza productiva a los beneficiarios de planes y subsidios o que era posible
almorzar por 6 pesos, por si no lo recuerdan.
Porque una cosa es vivir
rodeados de engaños que llevan a la ensoñación vestida de mentira, y otra muy
distinta es enfrentar las situaciones críticas sean heredadas o no, apoyados en
la verdad de las estadísticas e indicadores.
Pese a todo, hay sectores que
se aprovechan de los males del pasado y por ejemplo uno sólo, los productores
de papel, están ya especulando con lo que se necesitará para el venidero ciclo
lectivo y en este año, ya aumentaron un 36 por ciento y prometen más, muy por
encima de la inflación.
Yo que el gobierno, la verdad,
destinaría partidas de dinero suficientes para regalarle a cada alumno de las
escuelas del país, cinco cuadernos y veríamos que los patrones y dueños de la
celulosa tendrán que depositarla en sus recónditos lugares o venderla a precios
lógicos y accesibles, sin la perniciosa especulación que les otorga el haber
hecho un dañino frente común.
Lo reitero: ese es sólo un
ejemplo de tantos otros aplicables y si me piden algunos más, les diré de los
medicamentos, de los automóviles, de la alimentación, de los textiles, del
calzado…
¿Quieren más? La verdad, este
espacio finaliza a las 18,30 y el tiempo no me alcanzaría …
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