EL GATO, UNICO ANIMAL QUE
PUEDE FESTEJAR TRES VECES AL
AÑO SU “DÍA INTERNACIONAL”
Hoy es uno de los tres días del año que por
diversos orígenes y circunstancias se celebra el ”Día internacional del Gato” y
suspicacias políticas aparte con alguna figura presidencial, con la colonia
artística, la TV basura, los boock’s y otras especulaciones, es oportuno
consignar que en 2002 el Fondo Internacional para el
Bienestar Animal (IFAW) y otros grupos de derechos de los animales lo instituyeron para
cada 8 de agosto.
Pero en el final de la primera década de
este siglo una experta en estilos de vida de los irracionales, Colleen Page lo
estableció para el 29 de octubre aunque el más cercano antecedente se remonta
al 2009 fijado por cuenta de los usuarios de Internet en homenaje al viejo gato
de Bill Clinton, fallecido (se comentaba que había sido sacrificado) debido a
un cáncer con casi 20 años de vida -una edad gatuna más que avanzada- como Día
Internacional del Gato al 20 de febrero.
Por todo lo que es, sugiere, confirma, acaricia,
ronronea, regala y enternece esta mascota cuyo número supera a los perros en todo
el mundo, se me ocurrió escribirle algo una vez que mi Fellini con actuales 18
años, se fue de mi casa durante más de dos meses, haciéndome pensar en un
abandono, cuando en realidad estuvo involuntariamente encerrado en una pieza -a
donde entraba agua- en una obra en construcción.
Cuando consiguió zafar de su “cárcel” volvió sin fuerzas ni para maullar,
pero sí para recuperarse con amor y sobrevivir. Todavía me acompaña y si
contara todas sus “hazañas” y actitudes casi humanas, estaría confesando algo
parecido a la “chochera” que todavía y pese a los años no me alcanzó:
“Únicamente el Dueño de Todos los Relojes y
los Tiempos sería capaz de explicar por qué los seres que amamos, alguna vez se
van.
Únicamente El que Hace y Deshace Todas las
Cosas, sabe que a veces se van, se pierden en los lugares que conocen y un
temor atávico los lleva a esconderse, acurrucados en sus cuevas junto a sus
pasiones, sus ausencias y sus nostalgias.
Siempre ocurre lo mismo, alguna vez, con
quienes uno idealiza la vida.
Lloramos, o no, cuando se van.
Pero si vuelven, lloramos.
Y si no vuelven no mueren porque los recuerdos
son las fotos sin poses ni olores pero con un dulce y brutal ropaje de
presencia.
En pocas palabras, volvió al lugar de sus
primeros ronroneos.
Casi igual a la conducta humana.
Por eso nos parecemos tanto a los gatos.
G.F.
Por su parte el genial Jorge Luis Borges
también se ocupó de los gatos, plasmando su amor y su homenaje en un imperdible
soneto:
A UN GATO
No son más
silenciosos los espejos
ni más furtiva el
alma aventurera …
Eres, bajo la luna
esa pantera
que nos es dado
divisar de lejos.
Por obra
indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el
Ganges y el Poniente.
Tuya es la soledad,
tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende
a la morosa
caricia de mi mano.
Has admitido,
desde esa eternidad
que ya es olvido,
el amor de la mano
recelosa.
En otro tiempo estás.
Eres el dueño
de un ámbito cerrado,
como un sueño.
JORGE LUIS BORGES
Puede Ud. hacer lo que quiera, homenajear o
no a su gato (de 4 patitas) pero lo peor que se aconseja es ignorarlos porque
de alguna manera merecen que les paguemos su compañía, sus maullidos, sus
golpes con la cabeza demandando caricias, su pedido de agua, la pulcritud de su
higiene, el valor de su conmovedora cercanía en la enfermedad de sus amos y
otras particularidades que sólo tienen los reyes de este día.
Hoy merecen doble ración del alimento, así
como ellos que no tienen idea del Día del Humano, tanto nos obsequian -siempre-
sólo a cambio de agua, un rincón para dormir y un lugar en nuestro corazón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Su comentario será valorado