Desgrabación de los
comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”
emitido por FM 88.5 Radio Universidad de Córdoba. En la edición n° 504 del
25/02/18 estos fueron los temas principales:
EL ABORTO OTRA VEZ EN ESCENA
Es casi cíclico lo que viene sucediendo
cuando los políticos apelan a temas controvertidos -esta es una apreciación
netamente personal- cada vez que necesitan recobrar alguna perdida notoriedad,
tapar situaciones conflictivas o generar debates que en realidad son cortinas
de humo “puestas en escena” por así decirlo, con fines tan numerosos como
variados.
La aparición de la palabra “aborto” en la
habitualidad mediática es uno de los ejemplos, como en algún tiempo no lejano
lo fueran el divorcio, las relaciones del Estado con la Iglesia, la pena de
muerte, el voto obligatorio, la compra-venta de niños, el matrimonio
igualitario y algunas otras cuestiones que durante un tiempo acapararon la atención
de la opinión pública desviándola de verdaderos conflictos sociales, políticos
o de otro orden.
Obviamente que se enfrentan opiniones
definidas, en todos los casos por el sí o por el no, polarizando criterios sin
dejar alguna alternativa intermedia o posiciones superadoras en la contienda
temática.
Y lo más grave de todo; lo que desvirtúa la
seriedad al considerar cada conflicto, es la participación casi folklórica de
los opinadores amateurs patéticamente convencidos de ser dueños de la verdad
absoluta, cuando han sido simples y meros espectadores de una realidad en la
que tocan de oído, con escasos fundamentos científicos, desconocimiento de las
leyes y ebrios de ideología que en lugar de contribuir a que el panorama se
disipe, sólo aportan nubarrones y oscuridades.
Y sinceramente analizando es para incluir
dentro de esa curiosa logia del apresuramiento, la ignorancia y el juego de
intereses, a ciertos personajes con acceso al mundo de la comunicación, que es
donde a veces más se desnudan las torpezas conceptuales y el idiotismo que
suman tinieblas a materias en discusión que merecen alcanzar un nivel no tan
pobre de argumentos y razones, alejado de la coherencia y del respeto que
merece.
Están los abortistas con su criterio y sus
intereses y están los opuestos a esa práctica por considerarla un asesinato, y
dejando de lado a la chantocracia que busca debatir sin fundamentar con
seriedad y rigor científico, están los respetuosos por el conocimiento de
aquellos capacitados para el debate, más allá de la pasión y el fervor que
puedan exhibir quienes discuten más con el corazón que con la sabiduría,
dejando de lado como debiera corresponder a los que nunca faltan aunque lo
nieguen, de fundamentar desde el bolsillo.
En buena hora que un ámbito de la democracia
como lo es el Congreso asuma la enorme responsabilidad de legislar sobre el
aborto, siempre y cuando la discusión tenga el necesario nivel de conocimiento
que requiere, para no caer precisamente en medidas efectistas y marketineras
que deformen el espíritu de un instrumento legal necesario, si tomamos en
cuenta los distintos criterios aplicados en otros países con marcado
desarrollo.
Por estas razones, y desde mi posición de
periodista, no me parece serio ni positivo pontificar acerca del aborto y dejar
que lo hagan aquellas personas capacitadas, para evitar ser parte de una
mediatización que solamente agrega confusión a cualquier debate.
Porque lo que más necesitamos no son posturas
políticas, ideológicas o mercantilistas: lo que necesitamos es adecuarnos a la
realidad, aunque sea dolorosa.
NO AFLOJA LA SUPREMACÍA DE LA DELINCUENCIA
Es tan
enfermantemente reiterativo el tema de la inseguridad, el avance de la
delincuencia, el crecimiento del narcotráfico, la cantidad de hechos delictivos
que la policía guarda bajo siete llaves y las decenas de denuncias que los
afectados prefieren no hacer, total para qué, que estamos al borde del
agotamientro conceptual porque cada vez las palabras alcanzan menos.
La última desgracia, con la muerte de un
joven policía despertó en la sociedad paralelamente a la indignación, un
recrudecimiento de esa penosa sensación de impotencia; de abandono de la
prevención y a la vez el recrudecimiento de la eterna promesa de mejorar la
situación para lo que se publicitan costosas compras de materiales y vehículos,
sin licitación, como si esa fuera la solución cuando está demostrado que en
seguridad los parches y los remiendos no sirven.
Pero si hay algo que molesta, ofende y
desconcierta, es el silencio de quienes tienen la enorme responsabilidad de
protegernos; de instrumentar políticas integrales que superen a los pomposos
anuncios y la reiteración de golpes sangrientos, repetidos a lo largo y a lo
ancho de la provincia, destrozando aquello que el delito era un horrendo
privilegio de la capital.
No recuerdo haber escuchado ni visto al a
veces mediático ministro de gobierno de Córdoba, el bioquímico Juan Carlos
Massei, hombre del interior, anunciando algo nuevo; algo positivo; algo con
imaginación y audacia, algo que al menos entretenga en materia de protección a
la ciudadanía.
Nada. Ominoso silencio, mientras el hampa
sigue ganando terreno y de eso ya estamos más que hartos y desesperanzados por
imperio de una dolorosa y cotidiana realidad.
Ministro bioquímico, respetuosamente, quiero
alcanzarle unas palabras de Hugo Mujica en su creación “Noche abierta” que
espero y ruego las tome en cuenta: “Todavía no merecemos el silencio; aún hay
que gritarlo”.
Y usted bien sabe aunque parece no importarle
tanto, de qué manera los cordobeses gritan cuando votan.
INTERNET, NUESTRO REFUGIO RADIAL
En la transición de
la AM a esta FM naturalmente se sienten los cambios no en este caso del
crecimiento pero sí de ese síndrome de la casa nueva, donde todo funciona.
Aunque ha disminuido junto con el alcance de
nuestra llegada el caudal de mensajes de la audiencia, es lo único que nos preocupa
porque el horizonte de este espacio ha sido siempre y lo sigue siendo la
participación de la gente, escuchar sus inquietudes, asumir los problemas que
los aquejan, compartir algunas alegrías cuando las hay.
Tenemos junto con mi equipo, la seguridad
que con el tiempo iremos poco a poco recuperando espacios en esta nuestra tarea
de comunicar; de analizar, de evaluar situaciones que nos alcanzan a todos.
Nuestra aparición en Internet permite
escuchar en forma directa el programa desde cualquier parte del mundo y así lo
certifican todas las llamadas y los mensajes que me hicieran llegar y que
agradezco con todo cariño, desde distantes geografías, lejanas e impensadas.
Basta con abrir en el ordenador la página
www. gonioferrari.com o directamente gonioferrari, todo junto, para encontrar
en la parte superior derecha el link verde y negro, cliquear allí y se
encontrarán con “Síganme los buenos” con un retardo de algo así como 10
segundos con relación a la emisión radial.
Allí los estamos esperando cada domingo …
¿SIRVIÓ PARA ALGO LA MARCHA DE MOYANO?
Más allá de la masiva
concurrencia al acto de Buenos Aires, la pregunta es inevitable: ¿para qué
sirvió?. Los discursos tuvieron un tono de barricada, sin nada nuevo. Hugo
Moyano trataba de serenar a los más exaltados en el palco que amenazaban
con parar el país.
En mi transición de la niñez a
la adolescencia, allá por los ‘50 del siglo pasado, me causaba al menos
curiosidad que en los mitines peronistas callejeros pasaran lista a los empleados
públicos que tenían la imposición de asistir, bajo apercibimiento de cesantía
como eran los casos de mi Viejo, ecónomo de un hospital provincial y mi Vieja,
empleada del por entonces Consejo de Higiene. Esa impresión se fue
transformando en dudas y luego en desilusión cuando después de mediados del ’52
a mi tío Antonio lo echaron de Agua y Energía -construcción del dique Los
Molinos- por no ponerse el luto obligatorio tras la muerte de la Abanderada de
los Humildes y por definirse del lado de la Iglesia cuando “el Potro” rompía
las relaciones, pese a que Antonio tenía esposa ¡y nueve hijos menores!.
Lo más probable es que ya a la
altura de estos primeros conceptos se piense en una actitud propia del
“gorilismo” aunque debo desengañarlos por cuanto se trata simplemente de
historia y de memoria y en defensa de la verdad desafío a cualquiera -menos a
los “tocadores de oído”- a debatir seria y respetuosamente el tema.
Después vino lo conocido como la legalización de
necesarias y postergadas conquistas obreras, el fortalecimiento del poder
sindical, su metamorfosis lógica en columna vertebral del peronismo, los
primeros síntomas de vocación por la perpetuidad de varios dirigentes, su
posterior y mágica transformación en prósperos empresarios y su alucinante
velocidad para instaurar un populismo que les asegurara permanencia por aquello de las lealtades a la
causa y “la vida por Perón” encarnado en el trampolín a la política y a las
bancas legislativas que significaba la incorporación mediante la demagogia y
las urnas de cuestionados personajes “beneficiados” con cualquier cargo
dirigencial dentro del gremialismo.
Todo el arco ideológico aprovechó el viento a favor y hasta la izquierda
se disfrazó de peronista por más que las raíces del movimiento se remontaran al
fascismo de Franco y de Mussolini.
Y así a la par de auténticos y sacrificados luchadores obreros crecieron
los otros, las lacras hasta con ciertos niveles de analfabetismo, poseedores de
encendidas arengas y fáciles promesas hasta que fortalecieron una corporación
“de auto impunidad” con la que arrasaron con muchas ilusiones, necesidades y
reclamos de las bases.
Y allí están los ahora poderosos poseedores de cuantiosos bienes, muchos
a nombre de testaferros, radicados en paraísos fiscales o “encanutados” a buen
resguardo de la ley y en muchos casos de la voracidad y la envidia de sus
pares. Para la permanencia en la conducción se instrumentan verdaderos
ejércitos de militantes rentados que se mezclan con barras bravas del fútbol,
con el narcotráfico y con otros círculos que les aportan un relativo anonimato
y hasta hace poco, la protección mafiosa a sus actividades al margen de la
legalidad.
Todas estas consideraciones sirven para basamentar la causa más lógica y
previsible de la muerte de aquel orgullo que significaba la dignidad del
trabajo, del esfuerzo, del sacrificio…
Cuando el populismo destrozó esos valores y desde los sectores menos
contaminados con esas prácticas se pretendió recuperar esa cultura, lógicamente
la reacción fue desmedida sin que importaran los métodos aplicados: la pérdida
de vidas, los cierres de empresas, la destrucción de la familia, la prepotencia
urbana, el vandalismo y la dispersión ideológica del poderoso movimiento
obrero. Era como una lucha por la supervivencia del más recio; del más pícaro,
del más áspero, del que ofrecía mayores mejoras con el menor esfuerzo,
santificando esa otra cultura, la de la vagancia alentada desde el propio poder
político con su festival de subsidios y becas sin contraprestación laboral,
amparadas en la mentira de incorporarlas a las estadísticas como fuerza
productiva buscando así maquillar la creciente desocupación.
Poco cuesta acostumbrarse a la bonanza en la práctica y goce del atractivo
alpedismo, tanto como debe doler la proximidad de una necesaria rendición de
cuentas a sus bases auténticas y a la decencia que debe distinguir a la
dirigencia sindical. Y más aún cuando esa señora de la balanza y los ojos
vendados -aunque a veces algo se le corra el velo- es lo que convoca casi con
el látigo en la otra mano.
La alergia a los barrotes (patología últimamente de moda en ciertos
círculos políticos, gremiales y empresariales) suele tener como ahora se
advierte, su reacción encarnada en coacciones, paralizaciones, daños
patrimoniales, despojo de muchos derechos a la sociedad, todo lo que aporta al
panorama un fondo mafioso que los argentinos no merecemos. Y en este punto
evoquemos la figura de Saúl Ubaldini, precursor de tantos paros seriales contra
la democracia, que de nada sirvieron salvo para sumirnos más al fondo de
nuestro drama nacional.
El pueblo está cansado que pretendan llevarlo de sus narices al abismo
por una banda de forajidos que se atrincheran muchos en sus fueros y otros en
sus jerarquías gremiales. Alguna vez entendamos y coincidamos en que al país lo
sacaremos adelante trabajando y dignificando el valor del sacrificio en lugar
de sumarnos a los energúmenos del “esfuerzo cero” que desde sus apoltronados
despachos o desde alguna remota playa empujan a una lucha estéril en la que
perderemos todos, porque ni siquiera ellos ganarán porque al ponerse en acción
los resguardos de la ley en democracia, ofrendarán lo más sagrado que puede
ansiar el ser humano que es su libertad.
Tanto palabrerío que bien puede resumirse como se sintetiza en el título
pero que es mejor recordar completo, la sentencia que tiempo atrás divulgara el
Mahatma Gandhi: “Dios ha creado al hombre para que gane su sustento trabajando.
Ha dicho que aquel que come sin trabajar es un ladrón”.
Cuando lo ideal es construir más escuelas, levantar fábricas y estimular
industrias, la realidad nos está empujando a pensar que serán más necesarias
las cárceles.
Alguna vez debemos
recuperar la cultura y la dignidad del trabajo.
No existe otra manera de
asegurarnos el futuro.
LA MEGACAUSA NO
DETIENE SU MARCHA
Casi nada ha trascendido en los medios sobre la presentación de
una denuncia contra un alto funcionario del gobierno provincial por supuestos
hechos que encuadrarían en los investigados en la causa del Registro de la
Propiedad de Córdoba, causa en la que ya fueron juzgados y condenados,
como venimos repitiendo desde hace años, cientos de trabajadores comunes, sin
cargos y sin fortuna.
Para con todos ellos se aplicó una justicia implacable que, invirtiendo
lo escrito en la ley, usó la prisión preventiva como regla, condenó ante la
duda, y por si no alcanzara escrachó larga y pomposamente.
Nos venimos ya cansando de repetir que los delitos acusados no podrían
haberse perpetrado sin participación y/o conocimiento de altos funcionarios con
poder y acceso a la información.
Hace dos meses fue denunciado ante el mismo fiscal que atiende
esta causa, Mario Decara y creo que algunos allegados, por presuntas
irregularidades con terrenos ocurridas en Villa Giardino.
Sobre el caso parece mantenerse estricta reserva.
Nada de coloridas contratapas, ni de radiales primicias judiciales.
Seguramente se esté respetando la ley, siendo cautelosos y apelando a la
inocencia a rajatabla hasta que una sentencia firme demuestre lo contrario.
Nada de lo que se hizo con los otros.
No es la primera vez que en esta causa se denuncia a funcionarios, sin
que nada más se sepa al respecto. Entonces, sin opinar sobre el caso concreto,
las diferencias ocurridas tornan ineludible la participación de otra instancia,
imparcial y objetiva, acá o donde sea, como única garantía de encontrar la verdad.
PAPELÓN DEL MINISTRO DUJOVNE EN MADRID
De gira por España según se comenta con el
propósito de captar inversiones para nuestro país, el titular de la cartera
nacional de Hacienda tuvo un chisporroteo del que no salió airoso.
Y en una reunión con periodistas y
economistas en Madrid sostuvo que “la deuda argentina
es manejable”, argumento que no encontró el eco esperado entre quienes lo
escuchaban, sobre todo cuando ampliando sus conceptos, Nicolás Dujovne sostuvo
que las necesidades financieras
del país irán bajando con la reducción del déficit fiscal. Dijo que el Gobierno
tiene una "voluntad de hierro" para derrotar la inflación.
Tuvo
algunos comentarios con relación a la reciente marcha organizada por Hugo
Moyano y un sector del sindicalismo argentino, apoyado por algunos gremios, la
izquierda, el kirchnerismo y organizaciones sociales.
Aunque
momentos antes su colega español Cristóbal Montoro había ponderado a Macri por
su gestión, recalcando la importancia de una necesaria corrección en el curso
de la economía, pero sin afectar el crecimiento.
Los
panelistas cambiaron ideas sobre la marcha moyanista, acerca de lo cual Dujovne
estimó que no había sido representativa de la buena relación existente entre el
gobierno y el sindicalismo en líneas generales, subrayando los acuerdos
alcanzados para sacar adelante reformas a las leyes pese a que en el Congreso
no se cuenta con mayoría propia.
El momento
incómodo sobrevino cuando Jorge Fonseca, economista argentino radicado en
Europa le recriminó refiriéndose a la pobreza, que estaba mintiendo a sabiendas.
Fonseca, catedrático de Economía Aplicada de
la Universidad Complutense de Madrid, apeló a estadísticas de la Universidad
Católica Argentina para rebatir a
Dujovne.
El diálogo
subió de tibio a caliente y el ministro argentino le respondió "Lo que
pasa es que usted se está basando en las cifras del Instituto Nacional de
Estadísticas y Censos (Indec), cuando era manipulado durante el gobierno de
Cristina Kirchner", dijo el ministro.
El casi
escandalete quedó allí, con los comentarios posteriores de menor trascendencia,
para un episodio que seguramente no estaba en los planes de Dujovne, para este
hecho anecdótico que merece algunas consideraciones.
En lo
técnico, que el ministro Dujovne debiera pisar el terreno de la realidad
cotidiana con relación a las estadísticas, que siempre son manipuladas de
acuerdo con quién sea quien las hace y quien las paga.
Y segundo,
que si el ministro viaja por el mundo pretendiendo vender una imagen idílica de
nuestro país, se encontrará no con uno sino con varios episodios en los que se
lo llamará a dejar las ensoñaciones para las campañas.
La pobreza es
real, parece no aflojar y los actores de esa obra poco se empeñan en
disminuirla: el poder porque necesita a los pobres y la oposición porque jamás reconocería
que está en baja, aunque lo estuviera.
Y en este
maldito juego de opiniones contrapuestas, los únicos que siguen perdiendo, vaya
ironía, son los pobres.
¿SE
INICIARÁN LAS CLASES CON NORMALIDAD?
Cada año,
invariablemente, cuando se aproxima la iniciación del ciclo lectivo en
jardines, primaria, secundario y niveles superiores, aparecen los oscuros
nubarrones de la duda acerca del comienzo de clases, por una o por otras
razones.
La principal
y así lo tiene anotada la historia, es la incertidumbre con relación a las actualizaciones
salariales, la cláusula gatillo, el presentismo y todos los otros adornos que se
les ponen o le quitan al sueldo de los sufridos docentes
Y como los
gremios que los contienen -aunque no siempre- conservan una elevada carga
ideológica, no en este caso los niños o los jóvenes sino los niños, pasan a ser
rehenes de reclamos, exigencias y caprichos de la conducción sindical que
siempre, invariablemente cuida su costado político.
Otro de los
detalles que suele condicionar el reinicio de clases es el estado edilicio de
las escuelas, pese a ese generoso almanaque que les regala cada año tres meses
de inactividad como para ir revocando y pintando paredes, arreglando los baños
que por lo general son un desastre, curando las goteras de los techos y todo lo
que demande una reiniciación de actividades en un sector tan sensible a la
comunidad.
Es como si el
gobierno aplicara otro calendario porque siempre a último momento, cuando
existen los amagos de un paro, recién mueven las cachas para una tarea que
debieron haber concluido al terminar enero con tiempo suficiente como para
encarar trabajos no previstos.
Las
discusiones salariales suelen ser -o mejor dicho siempre lo son- el eje de las
disputas y de los tironeos desde una vereda y desde la otra y es allí otra vez que
el niño asume el protagónico papel de moneda de cambio para las discusiones.
En los
hogares ya tienen estructurado, en general, el año escolar con el comienzo, los
feriados, las vacaciones de invierno y todos los otros detalles, pero parece
que el gobierno no tiene capacidad de previsión, siempre improvisando y es por
eso que suelen surgir esos molestos sofocones.
Un juego de
apremios que al final tiene sus víctimas: los padres por una parte, los
docentes desoídos o postergados y los personajes más importantes y que menos
merecen vivir la incertidumbre: los alumnos.
Y es hora de
hacernos carne ese concepto de que con al menos los niños, no se juega…
DEMASIADAS ARMAS
POLICIALES ANDAN SUELTAS
De lo que se conoce, más de
medio centenar de armas de fuego asignadas a la Policía de la Provincia andan
por allí, sin dudas en manos del hampa después de haber sido robadas, aunque
usted no lo crea, de la mismísima Jefatura.
Cosa de locos, pensar que eso
pueda haber ocurrido y que hasta el momento pocas han sido recuperadas, todas
en hechos delictivos por lo que se supone con mucho de fundamento, que existió
y todavía persiste connivencia entre los malos policías y la delincuencia.
Porque aparte, es conocida esa
versión que no en vano circula en la sociedad cordobesa: que hay armas
especiales que se alquilan para la comisión de hechos delictivos y que la
factura se paga con dinero o con droga.
Lo doloroso de esta
controvertida cuestión de las armas que “desaparecen” de locales policiales es
la demora en que a la vista, se opera en la Justicia para resolver un tema que
debiera ser prioridad en salvaguarda de la seguridad ciudadana.
En los últimos y resonantes
hechos contra la vida y la propiedad se concretaron secuestros de algunas de
esas armas que sugestivamente faltaron del arsenal de los hombres de azul, a lo
mejor mucho después que se perpetraran los robos.
Todo esto se suma al resto del
panorama de situaciones en las que los policías infieles aparecen complicados
con elementos del hampa especialmente en lo que hace a robos y narcotráfico.
Cuando se hace necesaria una
purga no tan solo a nivel de los “juanes” sino hasta las más altas jerarquías,
es cuando entran a tallar los factores políticos, ciertas complicidades, votos
de silencio y amiguismos junto al pago de favores por servicios prestados a
algún sector partidario.
Y así, sumando a los despojos
de armas el encubrimiento, será muy difícil que la limpieza sea completa.
Lo peor de todo, es que los
buenos policías, los sacrificados, los que a diario se juegan la vida caen en
la volteada junto a los otros, en el concepto de la sociedad, aquellos que no
merecen seguir vistiendo con honor el azul de su uniforme.
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