25 de febrero de 2018

S.L.B.: OTRA VEZ EN ESCENA EL ABORTO - NO AFLOJA LA SUPREMACÍA DE LA DELINCUENCIA - INTERNET, NUESTRO REFUGIO RADIAL - ¿SIRVIÓ PARA ALGO LA MARCHA DE MOYANO? - LA MEGACAUSA Y UN OSCURO CASO EN VILLA GIARDINO - PAPELÓN DEL MINISTRO DUJOVNE EN MADRID - ¿SE INICIARÁN LAS CLASES CON NORMALIDAD? - ANDAN SUELTAS DEMASIADAS ARMAS POLICIALES, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” emitido por FM 88.5 Radio Universidad de Córdoba. En la edición n° 504 del 25/02/18 estos fueron los temas principales:

EL ABORTO OTRA VEZ EN ESCENA
   Es casi cíclico lo que viene sucediendo cuando los políticos apelan a temas controvertidos -esta es una apreciación netamente personal- cada vez que necesitan recobrar alguna perdida notoriedad, tapar situaciones conflictivas o generar debates que en realidad son cortinas de humo “puestas en escena” por así decirlo, con fines tan numerosos como variados.
   La aparición de la palabra “aborto” en la habitualidad mediática es uno de los ejemplos, como en algún tiempo no lejano lo fueran el divorcio, las relaciones del Estado con la Iglesia, la pena de muerte, el voto obligatorio, la compra-venta de niños, el matrimonio igualitario y algunas otras cuestiones que durante un tiempo acapararon la atención de la opinión pública desviándola de verdaderos conflictos sociales, políticos o de otro orden.
   Obviamente que se enfrentan opiniones definidas, en todos los casos por el sí o por el no, polarizando criterios sin dejar alguna alternativa intermedia o posiciones superadoras en la contienda temática.
   Y lo más grave de todo; lo que desvirtúa la seriedad al considerar cada conflicto, es la participación casi folklórica de los opinadores amateurs patéticamente convencidos de ser dueños de la verdad absoluta, cuando han sido simples y meros espectadores de una realidad en la que tocan de oído, con escasos fundamentos científicos, desconocimiento de las leyes y ebrios de ideología que en lugar de contribuir a que el panorama se disipe, sólo aportan nubarrones y oscuridades.
   Y sinceramente analizando es para incluir dentro de esa curiosa logia del apresuramiento, la ignorancia y el juego de intereses, a ciertos personajes con acceso al mundo de la comunicación, que es donde a veces más se desnudan las torpezas conceptuales y el idiotismo que suman tinieblas a materias en discusión que merecen alcanzar un nivel no tan pobre de argumentos y razones, alejado de la coherencia y del respeto que merece.
   Están los abortistas con su criterio y sus intereses y están los opuestos a esa práctica por considerarla un asesinato, y dejando de lado a la chantocracia que busca debatir sin fundamentar con seriedad y rigor científico, están los respetuosos por el conocimiento de aquellos capacitados para el debate, más allá de la pasión y el fervor que puedan exhibir quienes discuten más con el corazón que con la sabiduría, dejando de lado como debiera corresponder a los que nunca faltan aunque lo nieguen, de fundamentar desde el bolsillo.
   En buena hora que un ámbito de la democracia como lo es el Congreso asuma la enorme responsabilidad de legislar sobre el aborto, siempre y cuando la discusión tenga el necesario nivel de conocimiento que requiere, para no caer precisamente en medidas efectistas y marketineras que deformen el espíritu de un instrumento legal necesario, si tomamos en cuenta los distintos criterios aplicados en otros países con marcado desarrollo.
   Por estas razones, y desde mi posición de periodista, no me parece serio ni positivo pontificar acerca del aborto y dejar que lo hagan aquellas personas capacitadas, para evitar ser parte de una mediatización que solamente agrega confusión a cualquier debate.
   Porque lo que más necesitamos no son posturas políticas, ideológicas o mercantilistas: lo que necesitamos es adecuarnos a la realidad, aunque sea dolorosa.

NO AFLOJA LA SUPREMACÍA DE LA DELINCUENCIA
   Es tan enfermantemente reiterativo el tema de la inseguridad, el avance de la delincuencia, el crecimiento del narcotráfico, la cantidad de hechos delictivos que la policía guarda bajo siete llaves y las decenas de denuncias que los afectados prefieren no hacer, total para qué, que estamos al borde del agotamientro conceptual porque cada vez las palabras alcanzan menos.
   La última desgracia, con la muerte de un joven policía despertó en la sociedad paralelamente a la indignación, un recrudecimiento de esa penosa sensación de impotencia; de abandono de la prevención y a la vez el recrudecimiento de la eterna promesa de mejorar la situación para lo que se publicitan costosas compras de materiales y vehículos, sin licitación, como si esa fuera la solución cuando está demostrado que en seguridad los parches y los remiendos no sirven.
   Pero si hay algo que molesta, ofende y desconcierta, es el silencio de quienes tienen la enorme responsabilidad de protegernos; de instrumentar políticas integrales que superen a los pomposos anuncios y la reiteración de golpes sangrientos, repetidos a lo largo y a lo ancho de la provincia, destrozando aquello que el delito era un horrendo privilegio de la capital.
   No recuerdo haber escuchado ni visto al a veces mediático ministro de gobierno de Córdoba, el bioquímico Juan Carlos Massei, hombre del interior, anunciando algo nuevo; algo positivo; algo con imaginación y audacia, algo que al menos entretenga en materia de protección a la ciudadanía.
   Nada. Ominoso silencio, mientras el hampa sigue ganando terreno y de eso ya estamos más que hartos y desesperanzados por imperio de una dolorosa y cotidiana realidad.
   Ministro bioquímico, respetuosamente, quiero alcanzarle unas palabras de Hugo Mujica en su creación “Noche abierta” que espero y ruego las tome en cuenta: “Todavía no merecemos el silencio; aún hay que gritarlo”.
  Y usted bien sabe aunque parece no importarle tanto, de qué manera los cordobeses gritan cuando votan.

INTERNET, NUESTRO REFUGIO RADIAL
   En la transición de la AM a esta FM naturalmente se sienten los cambios no en este caso del crecimiento pero sí de ese síndrome de la casa nueva, donde todo funciona.
  Aunque ha disminuido junto con el alcance de nuestra llegada el caudal de mensajes de la audiencia, es lo único que nos preocupa porque el horizonte de este espacio ha sido siempre y lo sigue siendo la participación de la gente, escuchar sus inquietudes, asumir los problemas que los aquejan, compartir algunas alegrías cuando las hay.
   Tenemos junto con mi equipo, la seguridad que con el tiempo iremos poco a poco recuperando espacios en esta nuestra tarea de comunicar; de analizar, de evaluar situaciones que nos alcanzan a todos.
   Nuestra aparición en Internet permite escuchar en forma directa el programa desde cualquier parte del mundo y así lo certifican todas las llamadas y los mensajes que me hicieran llegar y que agradezco con todo cariño, desde distantes geografías, lejanas e impensadas.
   Basta con abrir en el ordenador la página www. gonioferrari.com o directamente gonioferrari, todo junto, para encontrar en la parte superior derecha el link verde y negro, cliquear allí y se encontrarán con “Síganme los buenos” con un retardo de algo así como 10 segundos con relación a la emisión radial.
   Allí los estamos esperando cada domingo …

¿SIRVIÓ PARA ALGO LA MARCHA DE MOYANO?
      Más allá de la masiva concurrencia al acto de Buenos Aires, la pregunta es inevitable: ¿para qué sirvió?. Los discursos tuvieron un tono de barricada, sin nada nuevo. Hugo Moyano trataba de serenar a los más exaltados en el palco que amenazaban con  parar el país.
   En mi transición de la niñez a la adolescencia, allá por los ‘50 del siglo pasado, me causaba al menos curiosidad que en los mitines peronistas callejeros pasaran lista a los empleados públicos que tenían la imposición de asistir, bajo apercibimiento de cesantía como eran los casos de mi Viejo, ecónomo de un hospital provincial y mi Vieja, empleada del por entonces Consejo de Higiene. Esa impresión se fue transformando en dudas y luego en desilusión cuando después de mediados del ’52 a mi tío Antonio lo echaron de Agua y Energía -construcción del dique Los Molinos- por no ponerse el luto obligatorio tras la muerte de la Abanderada de los Humildes y por definirse del lado de la Iglesia cuando “el Potro” rompía las relaciones, pese a que Antonio tenía esposa ¡y nueve hijos menores!.
   Lo más probable es que ya a la altura de estos primeros conceptos se piense en una actitud propia del “gorilismo” aunque debo desengañarlos por cuanto se trata simplemente de historia y de memoria y en defensa de la verdad desafío a cualquiera -menos a los “tocadores de oído”- a debatir seria y respetuosamente el tema.  
   Después vino lo conocido como la legalización de necesarias y postergadas conquistas obreras, el fortalecimiento del poder sindical, su metamorfosis lógica en columna vertebral del peronismo, los primeros síntomas de vocación por la perpetuidad de varios dirigentes, su posterior y mágica transformación en prósperos empresarios y su alucinante velocidad para instaurar un populismo que les asegurara  permanencia por aquello de las lealtades a la causa y “la vida por Perón” encarnado en el trampolín a la política y a las bancas legislativas que significaba la incorporación mediante la demagogia y las urnas de cuestionados personajes “beneficiados” con cualquier cargo dirigencial dentro del gremialismo.
   Todo el arco ideológico aprovechó el viento a favor y hasta la izquierda se disfrazó de peronista por más que las raíces del movimiento se remontaran al fascismo de Franco y de Mussolini.
   Y así a la par de auténticos y sacrificados luchadores obreros crecieron los otros, las lacras hasta con ciertos niveles de analfabetismo, poseedores de encendidas arengas y fáciles promesas hasta que fortalecieron una corporación “de auto impunidad” con la que arrasaron con muchas ilusiones, necesidades y reclamos de las bases.
   Y allí están los ahora poderosos poseedores de cuantiosos bienes, muchos a nombre de testaferros, radicados en paraísos fiscales o “encanutados” a buen resguardo de la ley y en muchos casos de la voracidad y la envidia de sus pares. Para la permanencia en la conducción se instrumentan verdaderos ejércitos de militantes rentados que se mezclan con barras bravas del fútbol, con el narcotráfico y con otros círculos que les aportan un relativo anonimato y hasta hace poco, la protección mafiosa a sus actividades al margen de la legalidad.
   Todas estas consideraciones sirven para basamentar la causa más lógica y previsible de la muerte de aquel orgullo que significaba la dignidad del trabajo, del esfuerzo, del sacrificio…
   Cuando el populismo destrozó esos valores y desde los sectores menos contaminados con esas prácticas se pretendió recuperar esa cultura, lógicamente la reacción fue desmedida sin que importaran los métodos aplicados: la pérdida de vidas, los cierres de empresas, la destrucción de la familia, la prepotencia urbana, el vandalismo y la dispersión ideológica del poderoso movimiento obrero. Era como una lucha por la supervivencia del más recio; del más pícaro, del más áspero, del que ofrecía mayores mejoras con el menor esfuerzo, santificando esa otra cultura, la de la vagancia alentada desde el propio poder político con su festival de subsidios y becas sin contraprestación laboral, amparadas en la mentira de incorporarlas a las estadísticas como fuerza productiva buscando así maquillar la creciente desocupación.
   Poco cuesta acostumbrarse a la bonanza en la práctica y goce del atractivo alpedismo, tanto como debe doler la proximidad de una necesaria rendición de cuentas a sus bases auténticas y a la decencia que debe distinguir a la dirigencia sindical. Y más aún cuando esa señora de la balanza y los ojos vendados -aunque a veces algo se le corra el velo- es lo que convoca casi con el látigo en la otra mano.
   La alergia a los barrotes (patología últimamente de moda en ciertos círculos políticos, gremiales y empresariales) suele tener como ahora se advierte, su reacción encarnada en coacciones, paralizaciones, daños patrimoniales, despojo de muchos derechos a la sociedad, todo lo que aporta al panorama un fondo mafioso que los argentinos no merecemos. Y en este punto evoquemos la figura de Saúl Ubaldini, precursor de tantos paros seriales contra la democracia, que de nada sirvieron salvo para sumirnos más al fondo de nuestro drama nacional.
   El pueblo está cansado que pretendan llevarlo de sus narices al abismo por una banda de forajidos que se atrincheran muchos en sus fueros y otros en sus jerarquías gremiales. Alguna vez entendamos y coincidamos en que al país lo sacaremos adelante trabajando y dignificando el valor del sacrificio en lugar de sumarnos a los energúmenos del “esfuerzo cero” que desde sus apoltronados despachos o desde alguna remota playa empujan a una lucha estéril en la que perderemos todos, porque ni siquiera ellos ganarán porque al ponerse en acción los resguardos de la ley en democracia, ofrendarán lo más sagrado que puede ansiar el ser humano que es su libertad.
   Tanto palabrerío que bien puede resumirse como se sintetiza en el título pero que es mejor recordar completo, la sentencia que tiempo atrás divulgara el Mahatma Gandhi: “Dios ha creado al hombre para que gane su sustento trabajando. Ha dicho que aquel que come sin trabajar es un ladrón”.
   Cuando lo ideal es construir más escuelas, levantar fábricas y estimular industrias, la realidad nos está empujando a pensar que serán más necesarias las cárceles.
        Alguna vez debemos recuperar la cultura y la dignidad del trabajo.
         No existe otra manera de asegurarnos el futuro.


LA MEGACAUSA NO DETIENE SU MARCHA
   Casi nada ha trascendido en los medios  sobre la presentación de una denuncia contra un alto funcionario del gobierno provincial por supuestos hechos que encuadrarían en los investigados en la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba,  causa en la que ya fueron juzgados y condenados, como venimos repitiendo desde hace años, cientos de trabajadores comunes, sin  cargos y sin fortuna.  
   Para con todos ellos se aplicó una justicia implacable que, invirtiendo lo escrito en la ley, usó la prisión preventiva como regla, condenó ante la duda,  y por si no alcanzara escrachó larga y pomposamente.  
   Nos venimos ya cansando de repetir que los delitos acusados no podrían haberse perpetrado sin participación y/o conocimiento de altos funcionarios con poder y acceso a la información. 
   Hace dos meses fue denunciado  ante el mismo fiscal que atiende esta causa, Mario Decara y creo que algunos allegados, por presuntas irregularidades con terrenos ocurridas en Villa Giardino.  
   Sobre el caso parece mantenerse estricta reserva.  
   Nada de coloridas contratapas, ni de radiales primicias judiciales.
   Seguramente se esté respetando la ley, siendo cautelosos y apelando a la inocencia a rajatabla hasta que una sentencia firme demuestre lo contrario.
   Nada de lo que se hizo con los otros.
   No es la primera vez que en esta causa se denuncia a funcionarios, sin que nada más se sepa al respecto. Entonces, sin opinar sobre el caso concreto, las diferencias ocurridas tornan ineludible la participación de otra instancia, imparcial y objetiva, acá o donde sea, como única garantía de encontrar la verdad.
  
PAPELÓN DEL MINISTRO DUJOVNE EN MADRID
   De gira por España según se comenta con el propósito de captar inversiones para nuestro país, el titular de la cartera nacional de Hacienda tuvo un chisporroteo del que no salió airoso.
   Y en una reunión con periodistas y economistas en Madrid sostuvo que “la deuda argentina es manejable”, argumento que no encontró el eco esperado entre quienes lo escuchaban, sobre todo cuando ampliando sus conceptos, Nicolás Dujovne sostuvo que las necesidades financieras del país irán bajando con la reducción del déficit fiscal. Dijo que el Gobierno tiene una "voluntad de hierro" para derrotar la inflación.
   Tuvo algunos comentarios con relación a la reciente marcha organizada por Hugo Moyano y un sector del sindicalismo argentino, apoyado por algunos gremios, la izquierda, el kirchnerismo y organizaciones sociales.
   Aunque momentos antes su colega español Cristóbal Montoro había ponderado a Macri por su gestión, recalcando la importancia de una necesaria corrección en el curso de la economía, pero sin afectar el crecimiento.
   Los panelistas cambiaron ideas sobre la marcha moyanista, acerca de lo cual Dujovne estimó que no había sido representativa de la buena relación existente entre el gobierno y el sindicalismo en líneas generales, subrayando los acuerdos alcanzados para sacar adelante reformas a las leyes pese a que en el Congreso no se cuenta con mayoría propia.
    El momento incómodo sobrevino cuando Jorge Fonseca, economista argentino radicado en Europa le recriminó refiriéndose a la pobreza, que estaba mintiendo a sabiendas.
    Fonseca, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, apeló a estadísticas de la Universidad Católica Argentina  para rebatir a Dujovne.
    El diálogo subió de tibio a caliente y el ministro argentino le respondió "Lo que pasa es que usted se está basando en las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), cuando era manipulado durante el gobierno de Cristina Kirchner", dijo el ministro.
   El casi escandalete quedó allí, con los comentarios posteriores de menor trascendencia, para un episodio que seguramente no estaba en los planes de Dujovne, para este hecho anecdótico que merece algunas consideraciones.
   En lo técnico, que el ministro Dujovne debiera pisar el terreno de la realidad cotidiana con relación a las estadísticas, que siempre son manipuladas de acuerdo con quién sea quien las hace y quien las paga.
   Y segundo, que si el ministro viaja por el mundo pretendiendo vender una imagen idílica de nuestro país, se encontrará no con uno sino con varios episodios en los que se lo llamará a dejar las ensoñaciones para las campañas.
   La pobreza es real, parece no aflojar y los actores de esa obra poco se empeñan en disminuirla: el poder porque necesita a los pobres y la oposición porque jamás reconocería que está en baja, aunque lo estuviera.
   Y en este maldito juego de opiniones contrapuestas, los únicos que siguen perdiendo, vaya ironía, son los pobres.

¿SE INICIARÁN LAS CLASES CON NORMALIDAD?
    Cada año, invariablemente, cuando se aproxima la iniciación del ciclo lectivo en jardines, primaria, secundario y niveles superiores, aparecen los oscuros nubarrones de la duda acerca del comienzo de clases, por una o por otras razones.
   La principal y así lo tiene anotada la historia, es la incertidumbre con relación a las actualizaciones salariales, la cláusula gatillo, el presentismo y todos los otros adornos que se les ponen o le quitan al sueldo de los sufridos docentes
   Y como los gremios que los contienen -aunque no siempre- conservan una elevada carga ideológica, no en este caso los niños o los jóvenes sino los niños, pasan a ser rehenes de reclamos, exigencias y caprichos de la conducción sindical que siempre, invariablemente cuida su costado político.
   Otro de los detalles que suele condicionar el reinicio de clases es el estado edilicio de las escuelas, pese a ese generoso almanaque que les regala cada año tres meses de inactividad como para ir revocando y pintando paredes, arreglando los baños que por lo general son un desastre, curando las goteras de los techos y todo lo que demande una reiniciación de actividades en un sector tan sensible a la comunidad.
   Es como si el gobierno aplicara otro calendario porque siempre a último momento, cuando existen los amagos de un paro, recién mueven las cachas para una tarea que debieron haber concluido al terminar enero con tiempo suficiente como para encarar trabajos no previstos.
   Las discusiones salariales suelen ser -o mejor dicho siempre lo son- el eje de las disputas y de los tironeos desde una vereda y desde la otra y es allí otra vez que el niño asume el protagónico papel de moneda de cambio para las discusiones.
   En los hogares ya tienen estructurado, en general, el año escolar con el comienzo, los feriados, las vacaciones de invierno y todos los otros detalles, pero parece que el gobierno no tiene capacidad de previsión, siempre improvisando y es por eso que suelen surgir esos molestos sofocones.
   Un juego de apremios que al final tiene sus víctimas: los padres por una parte, los docentes desoídos o postergados y los personajes más importantes y que menos merecen vivir la incertidumbre: los alumnos.
   Y es hora de hacernos carne ese concepto de que con al menos los niños, no se juega…

DEMASIADAS ARMAS POLICIALES ANDAN SUELTAS
   De lo que se conoce, más de medio centenar de armas de fuego asignadas a la Policía de la Provincia andan por allí, sin dudas en manos del hampa después de haber sido robadas, aunque usted no lo crea, de la mismísima Jefatura.
   Cosa de locos, pensar que eso pueda haber ocurrido y que hasta el momento pocas han sido recuperadas, todas en hechos delictivos por lo que se supone con mucho de fundamento, que existió y todavía persiste connivencia entre los malos policías y la delincuencia.
   Porque aparte, es conocida esa versión que no en vano circula en la sociedad cordobesa: que hay armas especiales que se alquilan para la comisión de hechos delictivos y que la factura se paga con dinero o con droga.
   Lo doloroso de esta controvertida cuestión de las armas que “desaparecen” de locales policiales es la demora en que a la vista, se opera en la Justicia para resolver un tema que debiera ser prioridad en salvaguarda de la seguridad ciudadana.
   En los últimos y resonantes hechos contra la vida y la propiedad se concretaron secuestros de algunas de esas armas que sugestivamente faltaron del arsenal de los hombres de azul, a lo mejor mucho después que se perpetraran los robos.
   Todo esto se suma al resto del panorama de situaciones en las que los policías infieles aparecen complicados con elementos del hampa especialmente en lo que hace a robos y narcotráfico.
   Cuando se hace necesaria una purga no tan solo a nivel de los “juanes” sino hasta las más altas jerarquías, es cuando entran a tallar los factores políticos, ciertas complicidades, votos de silencio y amiguismos junto al pago de favores por servicios prestados a algún sector partidario.
   Y así, sumando a los despojos de armas el encubrimiento, será muy difícil que la limpieza sea completa.

   Lo peor de todo, es que los buenos policías, los sacrificados, los que a diario se juegan la vida caen en la volteada junto a los otros, en el concepto de la sociedad, aquellos que no merecen seguir vistiendo con honor el azul de su uniforme.

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