28 de enero de 2024

S.L.B.: PARO DE LA C.G.T. INOLVIDABLE POR VARIOS ASPECTOS - LA PENA DE MUERTE O SOPORTAR LA MUERTE DE PENA - INFLACIÓN, AUMENTO DE PRECIOS Y NUEVO VALOR DEL BOLETO URBANO - DESTERRAR EL ABUSO DE LA PRISIÓN PREVENTIVA - CAMBIOS EPIDERMICOS, SIN PROGRESO EN LA RECUPERACIÓN DE LA SEGURIDAD - NO ES ÓPTIMA LA TEMPORADA TURÍSTICA Y HAY QUE MIMAR AL VISITANTE - MAQUIAVELO Y UNA SENTENCIA TERMINANTE, ETC.

 Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 815 del domingo 28/01/24 emitida por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.

¿Fue por desesperación o apresuramiento?
DEBE SER CASO INÉDITO QUE  UN  PARO DE LA
C.G.T. SE INSCRIBA C0MO HECHO INOLVIDABLE
 
   Si nos ocupamos o nos preocupamos por la imagen presidencial en sus valores más recientes, las encuestas en general coinciden al subrayar la caída de Javier Milei durante su breve gestión en tal sentido, medición del mes corriente, aunque se conocen dentro de todo un par de buenas nuevas, divulgadas por una consultora, llamada Espiral, abiertamente vinculada con el kirchnerismo que incluye un relevamiento nacional de 1.700 y pico de casos entrevistados entre el 14 y el 19 de este mes.
   La comanda Pablo Cano, quien tuvo esa  responsabilidad en otra empresa similar, predilecta de los Kirchner y no es mentira que Cano era funcionario mientras la Sra. Cristina era dueña de poder porque en cuanto a la situación actual en un escenario con subas de precios y salarios casi inamovibles, ha pasado a ser folklórico que es opinión generalizada que la responsabilidad por la decrepitud de nuestra economía es de los gobiernos anteriores.
   Pero no todo termina allí porque otra de las conclusiones de la encuesta afirma que hoy, a Milei no lo enfrenta una oposición dura y cohesionada, sosteniendo que "La oposición está vacante y es una ventaja para Milei", según afirmó Pablo Cano en declaraciones periodísticas. Y si el tema pasa a ser la inflación, de lo que habíamos dejado de hablar superados por otros dramas, ahora podemos asegurar que aparte del fútbol, los argentinos somos campeones mundiales en una de las grandes cuestiones que afligen a los países signados por la pobreza y la inestabilidad: la inflación: Líbano hasta el pasado noviembre reconocía  212 por ciento de inflación interanual pero en el mes siguiente redujo ese valor al 192 por ciento y así es que nosotros, con un 211,4 por ciento alcanzamos el escalón superior del podio pasando a ser líderes universales con el más elevado incremento de precios.
   En el tercer lugar y con tendencia a despegarse ha quedado Venezuela, con una inflación, según cifras oficiales, del 190 por ciento interanual, con lo que figuramos ahora como el único país del mundo con una inflación que supera el 200 por ciento y si nos comparamos en el contexto latinoamericano ningún país alcanza el 10 por ciento, exceptuándonos junto a Venezuela y a la hora de las odiosas comparaciones vemos con alarma y cierta envidia que Colombia al finalizar diciembre último reconocía una inflación interanual del 9,28 por ciento, en un contexto en el que los países ya no tienen números tan altos, como lo que sucedía en las décadas del ‘80 o del ‘90.
   Lo curioso es que este maremágnum de evaluaciones nos empuja a navegar en un mar encrespado por los apresuramientos, las desesperaciones, los pasos en falso, las angustias de la dirigencia sindical de ver acotado su indiscriminado derecho a la chequera, todo lo que aporta un marco de creciente incertidumbre en la población que ya viene sobrellevando sus propias y reiteradas angustias.
   Por eso el paro reciente, a pocos días de la asunción de las nuevas autoridades, aparte de apresurado y cívicamente inconsulto, desnuda la inseguridad reinante en las conducciones gremiales a nivel nacional, que ven venir medidas que si bien se pueden calificar como vejatorias de algunos derechos, ya eran de necesaria aplicación años atrás pero nadie se animó a impulsarlas.
   ¿Qué en la marcha se reunieron un millón y medio de personas? ¿Qué en realidad no pasaban de 50.000? Son discrepantes y extremos datos menores, reservados a formar parte del anecdotario popular más que de la historia, porque el hecho para que resalten los tiempos y la memoria, es el silencio que las cúpulas caprichosa e interesadamente sostuvieron a lo largo de tantos años.
   ¿Una elemental y sintética lectura de la extrema medida de fuerza?
   Simplemente, que cada costado de la grieta lamentablemente reabierta, mostró qué quiere de la República…
 
¿Es una cuestión de sentimientos?
DISYUNTIVA POPULAR SI HAY QUE OPTAR POR
LA  PENA  DE  MUERTE  O  LA  MUERTE DE PENA
 

   Es la concepción freudiana la que sostiene que “si quieres poder soportar la vida, debes estar dispuesto a aceptar la muerte” aunque virtualmente en las antípodas, Escrivá de Balaguer aconsejaba no tenerle miedo a la muerte diciendo “acéptala, desde ahora, generosamente, cuando Dios quiera, como Dios quiera, donde Dios quiera. No lo dudes, vendrá en el tiempo, en el lugar y del modo que más convenga… enviada por tu Padre- Dios. ¡Bienvenida sea nuestra hermana la muerte”.
   Desde el punto de vista religioso existen distintas concepciones acerca de la muerte, con sentido optimista en algunos casos como el de la cultura vietnamita que sostiene como refrán que el nacimiento es una peregrinación, y la muerte es la vuelta a casa, enfrentada a la visión poética de nuestro Leopoldo Lugones: “Yo quisiera morir como las rosas / en la blandura del deshojamiento./ Irme suave y cordial, callado y lento,/ en la quietud conforme de las cosas.”
   El amplio panorama se presenta distinto cuando se trata de muertes injustas, salvajes, como resultado de la superioridad de quienes la provocan o de la letalidad de las armas que portan, todo sumado a la certeza de impunidad a la que se acostumbró el hampa, alimentada por la inoperancia del poder en materia de prevención; de cuidado a la sociedad, al optar por el enfoque político de su cometido, en lugar de abrazar su obligación cívica, técnica y profesionalizada de proteger a la gente.
   Y cuando es la ley en sus postulados y llevada a la práctica, la que debe respetar a rajatabla la letra y el espíritu, es que aparecen las humanas disyuntivas acerca de considerar una venganza la aplicación del “ojo por ojo” e inclinándose por la prisión, que es donde la mayoría de los criminales perfeccionan sus malas artes y el encierro suele pervertirlos hasta niveles insospechados, pero harto conocidos en la realidad.
   Dicen los que saben que la pena de muerte no es ninguna solución, ni siquiera para casos de crímenes u otros delitos aberrantes, pero desde el punto de vista práctico, nos queda la certeza que al menos por parte de los culpables y así condenados y ajusticiados, no habrá posibilidades de reincidencia, porque es una afrenta al respeto por la vida, que un mal nacido asesine a una inocente niña de 9 años y quede libre -y con vida- a la vuelta de algunos años, después de cumplir con el máster en delitos que es por lo general, lo que se cursa en cualquier prisión.
   Tomemos el caso de la pequeña Umma como un símbolo, o el fiel de la balanza para ubicar en el otro extremo a la defensa que pueda interponer el autor de la tropelía, las argucias a las que pueda apelar su defensa y todos los otros mecanismos previstos por la ley, que finalmente y por más que se aplique el rigor de los años, ese asesino seguirá inmerecidamente vivo y no me vengan con los castigos celestiales ni los repudios de la sociedad, porque a Umma la mató una bestia irrecuperable para esa misma sociedad.
   Ese es el punto divergente en esta cuestión que debiera resolverse lo antes posible y en trámite sumario, aunque respetemos y vulneremos la postura de Gandhi quien sostenía que “ojo por ojo y el mundo acabará ciego”.
   La organización internacional Justicia y Paz sostiene que “Al llevar a cabo la ejecución de una persona desechamos irrevocablemente toda posibilidad por muy remota que sea, de un arrepentimiento, de una conversión o una reconciliación posterior, excluimos definitivamente la posibilidad de una evolución moral y del desarrollo de una conciencia”. Tomemos conciencia entonces que no mataríamos a un hombre por matar, sino para evitar que más seres sean matados.
   Es imposible que reincida un criminal muerto, aunque a la sociedad le quede en el alma ese amargo sabor que provoca en su seno eso de morir de pena,
   O en la ternura de los 9 años, como Umma…
 
¿El aumento mejorará la prestación?
EL PRECIO DEL BOLETO URBANO YA REQUIERE
INSTAURACIÓN DE PLANES DE AHORRO PREVIO
 
   Se hace cada día más complicado eso de intentar conciliar el sueldo o la mensualidad que se recibe, a veces inalterables pese al paso del tiempo, con los precios y su eterna vocación alcista, existan o no motivos que la justifiquen, salvo el famoso y repudiable “por las dudas” tan de moda entre nosotros, los sufridos argentinos que con el tiempo y al paso que vamos, volveremos a tener para asombro mundial, billetes de un millón de pesos,  y a lo mejor desde el poder creen que considerándonos todos millonarios, aflojarán las demandas de controles sobre lo que es el precio de venta al público de cualquier producto.
   Históricamente, todos los modelos de control fracasaron estrepitosa y costosamente, porque cada implementación de algo distinto, arrastró un costo sideral que el tiempo de la vigencia de cada publicitada  medida no alcanzó a enjugar. Y para estos casos el mundo mediático se vio indirectamente beneficiado por las enormes erogaciones que se hicieron desde el gobierno para tratar de convencernos que eso de los precios bajo control era parte de la batalla contra la inflación, cuando en tal sentido llevamos varias guerras perdidas.
   En la historia, al menos en la que más se recuerda, existió tan sólo una victoria, la que obtuviera Juan Perón siendo presidente, con la aplicación de la Ley contra el agio y la especulación, que contenía la aplicación de severas represalias a los transgresores, recordándose en tal sentido que no era cuestión excluyente de multas o cierres temporarios, sino de secuestro de mercadería, cierre definitivo de los negocios violadores de la ley y en el caso de comerciantes extranjeros, su lisa y llana deportación tuvieran la nacionalidad que tuvieran.
   En los últimos años nos atosigaron con precios controlados, precios justos, controles estrictos y otros versos por el estilo que no dieron ningún resultado porque en forma paralela aumentaba asimismo la inflación y aparecían los mecanismos comerciales que burlaban el pago de impuestos al no entregar las facturas respectivas, minimizar los montos y otras jugarretas que se fueron desbaratando para acentuar la decrepitud comercial y caída de los consumos.
   Pero el caso que hoy nos ocupa y en cierta medida más nos indigna, es el tema del nuevo precio en el boleto del mediocre transporte urbano de esta ciudad; se fue redondeando los 340 pesos de un momento para otro, aplicándole un duro golpe a las economías familiares, tomando en cuenta que esos núcleos sean del tipo de pareja con dos hijos en edad de utilizar el transporte público.
   ¿Por qué un precio tan elevado, si podemos exigir del poder central que en homenaje a la justicia distributiva, nos beneficie con los mismos subsidios que recibe la capital nacional?  Por otra parte, se impone recomendar  tanto a los prestatarios privados como a los gremios de la actividad, una moderación de sus propias angurrias, en beneficio de quienes sostienen un sistema tan perverso, donde a veces las trenzas entre prestatarios, operadores del sistema y el poder concedente, acuerdan en las sombras el precio de un boleto muy por encima de lo que el público, que es permanente rehén, pueda afrontar.
   No son tiempos para derroches, sino para tener algo de empatía social, achicando el Estado y sus gastos monumentales como inoportunos, en beneficio de la población que ya llegó al límite de la tolerancia, si hablamos desde el bolsillo.
    Y no olvidar aquello tan viejo como la espalda, que “los pueblos que agotan su paciencia, suelen hacer tronar el escarmiento”. Y de esa alternativa estamos peligrosamente cerca.
  
Megacausa Registro de la Propiedad
PRISIONES PREVENTIVAS: ES TAN ETERNA COMO 
ESTÉRIL  LA  LUCHA POR DESTERRAR  SU ABUSO
 

   La Real Academia Española define el término interpretar como explicar o declarar el sentido de algo. En materia jurídica significa buscar el espíritu de las leyes, su intencionalidad, qué es lo que quiso o quiere decir. Gran tarea encomendada al Poder Judicial.
   Resulta contundente el jurista Jiménez de Asúa al afirmar que la interpretación es un acto de conocimiento y no un acto de voluntad creadora de preceptos jurídicos, y está dirigida a establecer aquello que fue establecido por la norma y no lo que el intérprete estime conveniente     
   Entonces, pese a la inevitable humanidad judicial, en ningún caso la interpretación puede convertirse en caprichosa y arbitraria. En la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, la ley que establece que la prisión preventiva debe ser excepcional "se interpretó" aunque pocos lo crean, como todos presos. El principio que establece la inocencia hasta el juicio "se interpretó" como culpables hasta que demuestren lo contrario.
   La lógica del juicio previo a la condena "se interpretó" como llegar al juicio con la condena cumplida. La normativa de jueces distintos para preservar la imparcialidad "se interpretó" como una comisión especial juzgadora. La prohibición de juzgar a las mismas personas por lo mismo "se interpretó" como reciclar a los mismos imputados para nuevos juicios.
   Y en la vereda contraria, acusaciones contra funcionarios de altos cargos “se interpretaron” desde algunos sectores, caprichosamente, como hacer oídos sordos, no citarlos ni molestarlos y la denuncia contra el Juez, de haber recibido coimas, pese a realizarla el Fiscal, “se interpretó” como archivarla a falta de mérito. En tales interpretaciones no parece haber conocimiento ni ajuste a la norma, y sí, creación de preceptos caprichosos y arbitrarios, pendientes de descubrir su intencionalidad o conveniencia.
 
Ya perdemos el tiempo y la batalla
CAMBIOS NI PROGRESOS SE ADVIERTEN EN LA
INTENCIÓN  POR  RECUPERAR  LA  SEGURIDAD
 

   Parece que el drama de la inseguridad que nos sigue acosando no tuviera salida al menos en lo inmediato, porque basta con seguir los acontecimientos que ventilan los medios periodísticos, para tomar una real dimensión de lo que nos agobia, con el crecimiento exponencial de los índices delictivos, aunque desde el poder se empeñen en comprar equipos, cambiar nombres, mostrar fotos de flotas vehiculares aunque después digan que no alcanza el combustible, y otras maniobras distractivas que bloqueen la permanente demanda de acción que se plantean en especial  los barrios aunque en el centro también crece la delincuencia.
   Sigue vigente esa costumbre visual de repartir policías bisoños al calcularles la edad, en las plazas barriales, por algunos sectores críticos, equipados con tecnología pese que a los celulares los usen para comunicarse cuestiones particulares entre ellos, como esa otra función de “zorros grises” que se les encomienda en los puentes porque hace tiempo que los hampones se avivaron que por allí no deben pasar ni bañados en agua bendita, porque sería para caer entre rejas.
   Decía que los reparten en los barrios desde la mañana y el vecino al principio aplaudía porque se mostraban, caminaban, miraban e imponían respeto de presencia, pero el problema es cuando les asignan lugares estáticos y para colmo, se los llevan cuando empieza a oscurecer, que es la hora que los ladrones y otros marginados de la ley aguardan para entrar en acción en cualquier punto de la ciudad, pero especialmente en los barrios.
   Cambiaron hombres, tiraron decenas de orejas y otros retos hacia todas las jerarquías, pero no me digan ahora que han descendido los índices delictivos porque si se sostiene tal explicación, ya caeríamos a sospechar que son las mentiras las que prevalecen.
   Los cordobeses tanto de la capital como del interior merecemos estar protegidos, pero ningún objetivo se logrará con una policía estática, inmóvil cuando la realidad impone el patrullaje permanente, la recorrida de efectivos en lugar de momificarlos en las esquinas más concurridas para que los vean.
   Los cordobeses queremos ver, si, a la policía de la acción con imaginación y compromiso y no a hombres uniformados y  armados que por carecer de directivas coherentes, están más de adorno que de soluciones.
   Supimos tener, tiempo ha, una policía de la que nos sentíamos orgullosos, pero eso ha pasado a engrosar la memoria de los ayeres, cuando lo que necesitamos, imperiosamente, es la vigencia de lo actual.
   Sobre todo, porque lo merecen esos hombres y mujeres honestos y sacrificados que integran la fuerza azul pero seguramente, por eso de la experiencia callejera, no están orientados profesionalmente como las circunstancias lo están demandando.
   Hemos perdido demasiado tiempo por falta de prevención y es hora de recuperar todo lo malgastado.
 
Sin dudas, también es parte de la crisis
LOS DÍAS PASAN Y LA TEMPORADA TURÍSTICA NO
MUESTRA LO  QUE SE ESPERABA  DE  AFLUENCIA
 
   Es imposible en cualquier parte del mundo, pretender dominar a la madre naturaleza, exigiéndole tiempos propicios para apoyar las temporadas turísticas para alimentar una actividad, que al ser considerada tiempo atrás como “la industria sin chimeneas”, ha pasado a ser sostén de innumerables conglomerados que viven de lo que gastan desde cientos hasta miles de visitantes, y si es durante todo el año, mucho mejor, como eso de “Córdoba siempre de temporada”.
Lo más probable es que en estos momentos críticos que viene arrastrando nuestra economía, el turismo o el paseo de fin de semana hayan pasado a ser suntuarios por sus elevados costos, y ni hablemos de los viajes al exterior teniendo en cuenta la decrepitud de nuestra moneda, porque todo lo que imaginemos ahora nos resulta demasiado costoso, cada vez más alejados de aquellos tiempos en que un viaje al sur de Brasil, a Chile o a Uruguay nos servía para pasear y de paso comprar ropa, electrodomésticos, cambiar las gomas del auto y hasta traer medicamentos que aunque parezca mentira, los fabricados aquí en Argentina resultaban más caros que trayéndolos del exterior.
   Entonces, lo trascendente es ubicarnos en la posición de receptores del turismo, porque no sé si por curiosidad o por qué otro factor, me consta que en el extranjero existe una marcada tendencia a considerarnos de manera especial como anfitriones, pese a que sin dudas el principal atractivo sea la enorme diferencia que existe entre los valores reales de las monedas de cualquier parte del mundo, en comparación con la nuestra, que como se sabe ostenta el mayor índice inflacionario del planeta Tierra.
   Y aprovechando esa circunstancia que en mucha medida nos favorece, debiéramos ser más pícaros a la hora de atraer y de atender a los turistas, evitando los sobreprecios con el propósito que tal acción los transforme en bienvenidos visitantes futuros, que es lo que más debemos asegurarnos para que ingresen divisas y podamos afrontar los descomunales compromisos contraídos con préstamos del exterior, obviamente en dólares, euros o dinares kuwaitíes.
   Alguna vez debemos desterrar de nuestra geografía provincial, aunque con proyección nacional, esa maldita pretensión de salvar el año con la cosecha de un par de meses, porque esa errada y pijotera visión de futuro es lo que nos lleva después a ser considerados como exponentes principales, a la hora de espantar con los precios a quienes nos visitan.
   Tenemos de todo para ofrecerles: paisajes, arte culinario, serranías para muchos insospechadas por su belleza, climas benignos para elegir durante todo el año, flora y fauna con atractivos propios, un mar interior con atardeceres memorables y -bien vale resaltarlo- hasta un faro sin mar casi en el centro de nuestra acogedora capital.
   Pero lo más importante que debemos ofrecerle al visitante somos nosotros, la gente, utilizando nuestra bien ganada fama de anfitriones generosos, comercialmente honestos y orgullosos de mostrar, sin necesidad de meterles las manos en los bolsillos o manoteando sus tarjetas de crédito, que siempre estamos y seguiremos estando esperándolos con los brazos y el corazón abiertos, como cuadra a todos los cordobeses de ley…
 
Nuestra crítica situación y la realidad
DESPEDIDA CON UNA ACTUALIZADA SENTENCIA
ATRIBUIDA AL GENIO DE NICOLÁS  MAQUIAVELO
 

                   Ahora para la despedida, un aislado  párrafo atribuido a
                Nicolás Maquiavelo acerca de “su rara teoría: que gira
                alrededor de que  en una sociedad donde predominan
                los valores de  la corrupción, el  conductor político no
                debía tener  reparos  en  utilizar  prácticas de ese tipo,
                para  asegurar una buena gobernabilidad y garantizar
                la prosperidad de su país”. El párrafo aparece en la pág
                75 del libro “Maquiavelo  no  conoció a los argentinos”
                del brillante ensayista porteño y ‘provincializado cordobés’
                Enrique  N’Haux  a  comienzos  del  siglo  actual, y como 
                si hubiera  sido  ayer. Literalmente, una  verdadera  joyita.

 

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