ANTES ERA “ENTRE GALLOS Y MEDIANOCHE”
Y AHORA ES ENTRE ENCIERROS Y
PANDEMIA
Estamos en el umbral del colmo
y del aprovechamiento de la vulnerabilidad del sector más desprotegido de la
sociedad. Es casi seguro que imponiendo la tiranía del número, la Unicameral
ataque nuevamente a los jubilados provinciales con algún nuevo “invento” de los
alquimistas de las matemáticas, que supieron “aumentar” los haberes
reduciéndoles el 82 por ciento.
Aunque la oposición fije su
postura en contrario y desde el Ejecutivo disfracen la maniobra en eso de la
“armonización” con la Nación para cumplir con las exigencias del poder central
y de lo contrario “cortaría los grifos”, los “brazos de yeso” harán culto a la
obediencia debida y se consumará un nuevo despojo al amparo de la inmovilidad
del segmento más afectado, con escaso “poder de fuego” y por la falta de
transporte. No hay que olvidar -nunca hay que olvidar- que el voto, cuando no
es “rentado” se transforma en un arma poderosa.
Y que la generosa pauta
publicitaria oficial suele imponer el milagro de sugestivos silencios
mediáticos.
Gonio Ferrari
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ResponderBorrarHay finos detalles para tomar en cuenta. A esto lo venían maquinando desde tiempo atrás, cuando saltó la verdad acerca del monstruoso endeudamiento en dólares que tiene el "cordobesismo". Con lo que les vienen despojando a los jubilados no creo que alcancen a pagar ni la primera cuota, pero es un comienzo para evaluar desde el poder cuál es el grado de "domesticación" o de resignación de la gente. Seguramente habrá un fuerte reacomodamiento impositivo y además revaluarán las propiedades que es otra manera perversa de aumentar los tributos. Ya con eso se calcula una reacción de la gente más que por rebeldía, por la imposibilidad de pagar porque habrá que elegir entre comer y atender a la familia, o enjugarles a los sátrapas la deuda que contrajeron. Si bien se ve en algunas obras, nunca se respetaron ni se atendieron las prioridades. Para qué queremos autopistas si las escuelas se caen a pedazos, la salud pública está desatendida y a cada paso asoman sobreprecios fabulosos especialmente en la obra pública, que la tienen que ejecutar varias veces porque la calidad de los trabajos es lamentable. Frente a ese panorama que se avizora ¿quiénes asegurarán la integridad de los políticos y de los gobernantes, encriptados en sus mansiones? Serán las fuerzas de seguridad a quienes no les bajarán sus salarios y es probable que se los mejoren. Desde el poder están jugando con fuego por la canallada que significa en plena pandemia y encierro, perpetrar este despojo. ¿No podían esperar la normalización del panorama que padecemos y recién encarar estas reformas? No esperaron porque esta situación es difícil que se repita y había que aprovecharla. Es un doloroso síntoma de deshumanización y perversidad. Ruego que la dirigencia recapacite, o de lo contrario y citando palabras de Perón, jamás olviden que "cuando los pueblos agotan su paciencia, suelen hacer tronar el escarmiento". Y no son pocos ni sólo actuales los merecedores de ese escarmiento. Lo saludo, dentro de todo, con alguna esperanza...
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ResponderBorrarPor ahora somos encubridores. Serían cómplices y partícipes necesarios del desastre emergente quienes los volvieran a votar...
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ResponderBorrarAunque no estuvieran en la Unicameral oficiando de custodios de los "brazos de yeso" lo mismo no patrullarían porque la inseguridad es otro de los distintivos que identifica a la gestión provincial. Pagan justos por pecadores; buenos y sacrificados hombres y mujeres de azul quedan equiparados a los impresentables que ingresaron como "pago de favores políticos" o por eso que le llaman "militancia" sin que siquiera les hojearan sus prontuarios y si esta policía no puede limpiar la mugre de adentro, no le exijamos que limpie la podredumbre de afuera. Ellos necesitan ser protegidos de la ira popular y ellos también saben que son los generadores de esa violencia que se les puede volver en contra.
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