25 de agosto de 2024

S.L.B.: EL “SAINETE DEL MORETÓN” NO DEJA DE APORTAR CAPÍTULOS A SU SERIE – NO SE DISIPA LA FIGURA DEL FANTASMA, DUEÑO DE LA ESCENA EN LA MEGACAUSA DEL REGISTRO - ¿INVASIÓN GASTRONÓMICA EN SACRO ESPACIO DE TRIBUNALES? – EL KIRCHNERISMO MUESTRA MÁS SÍNTOMAS DE SU AGONÍA QUE ACCIONES PARA RENACER – ES UNA SUERTE QUE LOS LEGISLADORES NO PIENSEN EN SINDICALIZARSE, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”, edición nº 845 del domingo 25/08/24 difundida por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.

 
Parecía una simple cuestión hogareña…
EL ARGENTINO “SAINETE DEL MORETÓN” NO DEJA
DE INCORPORAR  CAPÍTULOS  CADA DÍA QUE PASA
 
   Debo confesar que desde niño, cuando tenía alrededor de 10 u 11 años, me fascinaba leer, más allá del Billiken semanal, durante al menos un par de horas diarias o cuando viajaba en el tranvía 7 desde barrio Firpo al centro, entusiasmarme con la lectura de un diccionario que me regalara mi viejo, el Coco, y a esa costumbre la sostuve hasta la actualidad.
   Y se me ocurrió ayer precisamente durante mi convalecencia pasar revista al tomo 11 que compone la colección de 12 que tiene el Gran Omeba, diccionario enciclopédico ilustrado porque necesitaba detalles de un término que se aplica a distintas situaciones, razón por la cual y a mi edad, comprendí una vez más que no tenemos límites en cuanto a digerir conocimientos y más cuando se trata de nuestro riquísimo idioma, muchas veces injustamente bastardeado.
   Y así bebiendo hojas y más hojas del libraco me encontré con la palabra
“sainete” que es un diminutivo de “sain”, trozo de gordura que los cazadores daban al pájaro de cetrería cuando cobraban una presa, y otras de las acepciones son: salsa para aderezar ciertos manjares, bocado agradable al paladar, delicado sabor de una comida de alto nivel, adorno en el vestido pero también ¡oh sorpresa! lo que leía estaba contribuyendo a desburrarme ya que otra de las acepciones era “pieza dramática  jocosa, en un acto, de corte popular”.
   Es el momento, ahora, de hacer un breve paréntesis acerca de este
comentario, porque he podido apreciar al igual que la mayoría de los argentinos y con vasta proyección mundial, todo lo que viene aconteciendo acerca de la situación actual de la relación, si es que así se le puede llamar, entre el no resignado ex presidente Alberto Fernández y quien fuera su última conquista formal, ex primera dama, madre de Francisco con suposición de paternidad presidencial, la químicamente rubia Fabiola Yáñez , quien viene hora tras hora redoblando denuncias que abarcan un amplio campo del delito con lo que presiona a un hombre discutido, repudiado, maldecido y aunque subsistan algunos que le fueran fieles, cuando era casi prócer y con incontrolable manejo de la chequera estatal y una oculta inclinación por relacionarse con mujeres bellas a través de las redes sociales y a pagarles mensualmente con cargos oficiales, sueldos envidiables y algunas otras gangas.
   Pero la situación, humanamente hablando, no es para risa ni para restarle entidad a toda la sarta de delitos perpetrados en los últimos tiempos de su mandato al menos como esposo, porque lo del gobernante como tal que fuera, lo mejor es apartarnos porque es la Justicia el ámbito donde esos temas merecen tratamiento, seriedad y algo que limite al menos toda la burocracia, el chismerío y la degradación que lo viene rodeando.
   Si es tal como se lo acusa y con los sangrientos resultados que hemos venido conociendo, tanto desde la objetividad periodística, respetuosa y expectante como del más abyecto de los amarillismos, lo que la sociedad debiera tomar conabsoluta seriedad y mucho de espanto, es la presencia de sangre en un escenario que la observación mundial en su momento, pretendía vender como idílico romance casi apendejado, enmarcado por cariños, mimos, caminando de la manito, cómplices sonrisas, mohines de inocencia y respeto, cuando la verdad está demostrando que todo era una falsedad teatral que ocultaba malos tratos, acusaciones de ida y vuelta, complicidades, negaciones y silencios inexplicables.
   Los días pasan, el tiempo pareciera tener prisa por encima de la historia, los acontecimientos se precipitan y en lugar de calmarse las aguas, más se
encrespan el odio, la sed de venganza, el descrédito mutuo y esa lucha que ya no es sorda y se está entrometiendo en las cuestiones de Estado, cuando más necesitamos de la calma, el análisis desapasionado, el enfrentamiento a la crisis que vivimos, la lucha contra los factores disociantes que están de fiesta, en fin, en momentos que debieran sobresalir otras actitudes y no esa especie de desvalorización de la trascendencia de una situación que ahora lo vemos, nos trastornó durante un tiempo sin saber cuáles eran los motivos de tantos errores, derrapes, fracasos y estériles enfrentamientos de lo que éramos ajenos e ignorantes de su acaecer.      
   Y es cuando inocentemente llegamos a creer que en verdad la única discrepancia entre la “pareja” era una festichola de cumpleaños en tiempos en que no podíamos ni siquiera despedir a nuestros muertos o darles el último beso a los agonizantes, cuando miles de muertes se pudieron evitar, pero era más importante para los malos argentinos el imperio de la joda…
   Vale reiterarlo: las cosas cambiaron de tratamiento y dirección cuando apareció la sangre como protagonista esencial de una relación enfermiza, trucha y con cuestionables antecedentes, por lo que ahora se la debe enmarcar en la gravedad de los delitos perpetrados en nombre del respeto a la fidelidad o a la observancia de las leyes y la Justicia, más que nunca, debiera ser implacable a la hora de evaluar, juzgar y sancionar a quienes sean considerados culpables.
   Sin presiones ni amiguismos; sin compromisos ni excusas. Sin acomodos ni excepciones, sean quienes sean o hayan sido y caiga quien caiga.
   Viene a propósito un párrafo de Shakespeare, quien tiempo atrás sostenía que “La sangre del plebeyo vale tanto como la del más grande señor; corre en sus venas con la misma ligereza; es pesada del mismo modo y de la misma manera colorada y ardiente”.
   Es por eso que ahora, ya viejo pero no insensible, me provoca sorpresa leer la definición del término “sainete”: “pieza dramática  jocosa, en un acto, de corte popular”.
   En los complicados tiempos que vivimos, aferrados a una esperanza que viene demorando en su auténtica y generalizada urgencia, poco hay de jocoso como para que lo toleremos.
   Basta de distracciones: los temas sangrientos, para eso está la Justicia; para las soluciones, enfrentar los problemas, abreviar los tiempos, quedarse en el país porque paseando no conseguimos nada y para los responsables de la debacle que nos toca padecer, bien vale una definición de no recuerdo qué autor, pero la gente lo conoce: ”para los amigos, todo; para los enemigos, ni justicia”.
   Quienes manipulan los tiempos son enemigos de la sociedad.
   No es el “sainete del moretón” lo que nos demora el crecimiento, la recuperación ni el fortalecimiento de nuestra saqueada economía, sino las trabas y los obstáculos con los que en el camino de la reconstrucción republicana molestan aquellos artífices del fracaso.
   Lo dirá la historia: nunca hemos merecido fracasar como nos tocó en los últimos años.
   Borges tuvo la genialidad de comentar que “hay izquierdistas que sostienen que ser anticomunista es ser fascista. Eso es tan incomprensible como decir que no ser católico es ser mormón”.
 
¿Qué diría la dama de los ojos vendados?
¿CORRE PELIGRO DE INVASIÓN GASTRONÓMICA EL
SACRO  ESPACIO  DONDE  REINA S.M. LA JUSTICIA?
 
   Se escucharon en el ámbito tribunalicio provincial algunas opiniones tanto a favor como en contra, con relación a la eventual instalación de un servicio de bar y comidas en algún espacio del señorial, respetado y amplio edificio de Tribunales I, el original, que es una de las joyas urbanas de esta Córdoba maravillosa, pero el progreso y las necesidades obligaron a que se ampliara el ámbito de la administración de Justicia por lo que hubo un desdoblamiento hasta la construcción de Tribunales 2, el asentamiento del fuero laboral cerca de la nueva terminal de ómnibus y tengo entendido que algunas otras dependencias debieron radicarse en distintos puntos de la ciudad.
   No debiera extrañar que surgiera una iniciativa de tales características, dado que los tiempos han reducido las posibilidades de almorzar lejos del lugar de trabajo, el hecho de la vianda ha quedado en los olvidos porque no es lo mismo que una buena mesa, y cuando ocurre algo parecido pero en el ámbito privado, se festeja casi como un logro porque ahorra tiempo, dinero en muchos casos y contribuye al fortalecimiento de las relaciones interpersonales entre quienes comparten las mismas tareas.
   En tal sentido, un reciente como brillante comentario periodístico de mi amigo el Dr. Raul Faure, viejo letrado -no en edad- pero muy respetado en el ambiente tribunalicio, lejos está de escandalizarse frente a una iniciativa en tal sentido, siempre y cuando se cumplan los preceptos de estudiar la posibilidad, llamar a concurso y elegir mediante todos los mecanismos formales existentes, alguien  o alguna empresa del ramo que se dedique a la alimentación del tipo que sería exigible en nuestra nave insignia de la Justicia.
   Algunos han dado su opinión en contrario, aduciendo causales parecidas  a que la solemnidad se perturbaría, cuando en realidad el acercamiento entre la gente es lo que elimina barreras y preconceptos, frente a esa postura que se basa en que no es lugar para comilonas ni festivales gastronómicos, lo que está en duda que pueda llegar a ser tal.
   Valga como antecedente, para aquellos amnésicos o desmemoriados, que años atrás durante su visita a Córdoba, el General Charles de Gaulle fue agasajado allí, con un opíparo almuerzo en el salón de los pasos perdidos, donde lo único que aquella vez se perdió fue el acartonamiento de una ceremonia que no fue tan exigente sino en modo contemplativo, y el francés héroe de tantas guerras declaró posteriormente que había sido una maravilla que el almuerzo se sirviera allí.
   Además, si la gente reclama de la Justicia y de sus hombres una cercanía mayor, será  aceptando el restó “La balanza sin trampa” como nombre de fantasía inocentemente propuesto y no permitir que los cocineros trabajen con los ojos vendados.
   El resto, no es otra cosa que burocracia que debemos soportar siempre que no adquieran la costumbre de servir la comida fría…
 
Se advierte poco empeño en recuperarse
EL KIRCHNERISMO MUESTRA MÁS SÍNTOMAS DE SU
AGONIA  QUE  DE  ACCIONES   PARA  REACTIVARSE
   Días pasados un amigo de tiempos viejos que en su momento supo abrazarse con legítima pasión, compromiso y esperanzas a los mandatos del kirchnerismo en sus brillantes y prometedores comienzos, pretendía sostenerme que ellos, los “K” estaban acomodando las piezas para que una vez ordenados, pudieran volver a la superficie y presentar lucha en todos los frentes precomiciales, ideológicos, deportivos, comerciales, en el mundo exterior y no tan sólo en Cuba, China, Venezuela o donde fuere.
   Llegó a encresparse cuando le pregunté que si era tan trascendente la movida, me dijera quiénes eran los referentes de tan patriótica y ambiciosa actitud y me tiró unos cuantos apellidos, que se los comento desordenadamente porque así fue que más o menos lo escuché.
  Me habló de Massa, mencionó los valores intelectuales de Máximo el hijo de, la valentía de Moreno, la combatividad de D’Elía y del patriarca de los educadores ese muchacho Baradell y según sostenía, la probada honestidad de tres o cuatro dirigentes más.
   Cuando intenté hacerle recordar ciertas informaciones por todos conocidas que los descalifican en desigual medida a todos los nombrados, sin ponerse colorado me insistía en que todos eran inventos, que la concentración mediática no se cansaba de mentir y que hacia adentro, la normalidad le venía ganando a la desesperanza o a la resignación porque estaba seguro del resurgimiento del kirchnerismo como fuerza combativa, impoluta y primera candidata al regreso.
   Ni una palabra sobre Kicillof y los desastres que vive Buenos Aires y menos
aún mencionar a ExElla que vendría a ser una nave insignia que encabeza toda la flota y es la que indica la hora de empezar a pelear.
   Nada de las causas abiertas, de lo que se viene descubriendo, de todo lo que aún permanece oculto y dispuesto a ser revelación histórica, de acuerdo con lo que vamos viviendo y de otras consecuencias terribles como la inflación, la desocupación, el hambre de miles de niños, la fracasada escolaridad, el dominio de los gremios por encima de los políticos y de otros factores que son relevantes a la hora de los análisis y de los pronósticos.
   Moraleja: no es bueno esperar honestidad intelectual de aquellos que todavía viven, subsisten y creen en inocencias ajenas que en su momento cayeron destrozadas.
 
Megacausa Registro de la Propiedad
NO SE DISIPA LA FIGURA DEL FANTASMA QUE HACE
DEMASIADO  TIEMPO  ES  EL DUEÑO DE  LA ESCENA
 
   La prisión preventiva  transformada en costumbre, dejando de lado su aplicación excepcional, las detenciones masivas e incluyendo en mediáticos operativos, de empleados sin ninguna condición jerárquica, de escribanos, tramitadores y compradores que alegan buena fe, dado que los informes emanados del Registro no indicaban anomalías, el feroz encierro, usado como elemento de coacción para inducir la autoincriminación, la febril imaginación acusadora, convirtiendo en prueba las relaciones casuales.
   ¿De qué relaciones hablamos? Por ejemplo, de trabajar en la misma oficina, figurar en la agenda de algún acusado o haber realizado una llamada telefónica, aparte de la creación de una comisión especial única para juzgar los casos, con oídos sordos frente a las denuncias y  acusaciones contra funcionarios y sin dejar de lado la marcada indiferencia  ante recomendaciones de distintas entidades calificadas en la materia, resumen el combo llamado causa del Registro de la Propiedad de Córdoba. 
   Un combo que no sería tal de haberse cumplido con lo establecido en la ley y en la Constitución, y reconociendo fallos y dictámenes de organismos superiores. Aunque podría pensarse esta causa como una situación de confusión o error judicial masivo, ello se disipa frente a la legal claridad para absolver o sobreseer a allegados a la familia política o judicial.      
   Se dice que la obediencia es llevar a cabo lo que dicta una orden o lo que manda una persona. El diccionario además habla de obediencia ciega cuando se presta sin examinar los motivos o razones de quien manda, y obediencia debida cuando se rinde al superior jerárquico eximiendo de responsabilidad. 
   Si se descartara el error, ¿se podrá pensar en estas causales?  
 
No es momento de aportarles una idea…
ES UNA SUERTE QUE  A LOS  LEGISLADORES  NO
SE LES HAYA OCURRIDO FORMAR UN SINDICATO
 
   “El principal papel de los amos es dar a cada cual lo suyo. El defraudar a uno del salario que se le debe es un gran crimen, que clama venganza del cielo” supo comentar mucho tiempo atrás Leon XIII, seguramente sin pensar que tales conceptos pudieran tener vigencia en los tiempos actuales, cuando los dueños del poder, de las leyes y de los presupuestos, gobiernan con un sesgo que tiene mucho de egoísmo y buena dosis de una insensibilidad que procuran disimular con escaso resultado.
   Pisar la tierra, hacer propio el dolor y la impotencia ajenos de no recibir mensualidad como para sobrevivir sin sacrificar la dignidad, es una actitud reservada para unos pocos elegidos que honran el cometido para el que fueran destinados con la democrática elección popular.
   Antipática, impopular y censurable es la actitud que asumen los practicantes y “dilettantes” de la angurria, de la que se alimentan mientras el entorno social sigue padeciendo carencias, frustraciones y baratas como percudidas demagogias.
   Esa actitud de escondida  y ofensiva prepotencia, más que una rectificación formal que empuje a los descarriados a una normalidad acuciante, como la que estamos viviendo, les hará notar que esa realidad también los puede alcanzar, aunque ellos tengan en sus manos, en sus cargos y en su placentera egolatría maquillada con indiferencia, los mecanismos que les permiten superar escollos y asegurar su sostenimiento aunque la crisis nos agobie a todos.
   ¿Qué dirían los preclaros fabricantes de leyes si cada uno de los ciudadanos de a pié se autoasignara retribuciones inmerecidas? Seguramente pondrían el grito en el cielo, hablarían de conjura, de maniobra dolosa, y hasta serían capaces de formar una entidad sindical que amparara los derechos que ellos mismos se autoconsagraran y es para pensar -con mucho de liviandad- que llegaríamos a la absurda aparición de combativos piquetes integrados por señorones y señoronas con buena ropa, autos de alta gama e importantes cuentas bancarias, ahorros y plazos fijos, protestando porque la sociedad padeciente los ha condenado a recibir una mensualidad acorde con lo que trabajan, y no por lo que dicen que están haciendo.
   A la hora de imaginar locamente el nombre de esa tan hipotética como inviable entidad gremial, debiera inscribirse como SILEUNPLADIGSA, o sea Sindicato Legisladores Unidos Por la Dignidad Salarial, aunque sea complicado para utilizarlo en las arengas…
   Suena a delirio pero en un país tan sorprendente y sorpresivo como nuestra Argentina nada es imposible, con un personal y sincero pedido de disculpas por si alguien llegara a pensar que se trata de una idea loca que pudiera concretarse.

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