DESDRAMATICE EXPECTATIVAS DE LA GENTE
Es para entender que no cayera simpático que de un plumazo del actual oficialismo se eliminara el Ministerio Nacional de Mujeres, Género y Diversidades que estaba a cargo de Ayelén Mazzina, nombrada por el Dr. Alberto Fernández en diciembre del 2019, organismo que para su funcionamiento (o no) contaba con un presupuesto anual que superaba los 77 mil millones de pesos y cuyo objetivo principal para cuya ejecución se dedicaban los mayores gastos, era la formación de políticas contra la violencia por razones de género (PPG).
El paso del tiempo nos fue enseñando que desde su conducción se institucionalizó el respeto por la mujer pero después, por lo que ahora ha
pasado a ser más que una sospecha, su presidencial artífice fue un violador de lo que había creado al amparo de una velada y oportunista demagogia, porque intuía que se venía una tormenta y pretendió salvarse hasta que cayó su máscara de inmerecida inocencia. Para colmo es imposible que exElla, experta conocedora de todo lo que ocurre en Olivos, pasa a una cercanía con el encubrimiento que es una especie de pariente de la complicidad.¡Y pensar que pocos años atrás, el país se escandalizó cuando un presidente de la Nación en ejercicio de su cargo -Carlos Saúl I de Anillaco- y por “cuestiones domésticas” ordenó el desalojo de su esposa con quien moraba en la Residencia de Olivos!
Ahora y algo tardíamente por el enorme caudal de agua que pasó “debajo del puente”, ¡La Cámpora recuerda que el otrora paladín del feminismo maltrataba nada menos que a su Vicepresidenta! quien en su momento con bombos y platillos anunció la postulación de A.F. al sillón de Rivadavia…
En materia delictual, pocos recuerdan algunos episodios en los cuales se involucraron quien fuera Vice Presidente de la Nación, el rockero Aimée Boudou y el gobernador tucumano, hombre de bajar bombachas y no precisamente
criollas ni masculinas…Ni hablemos de Nelly Rivas, de dulces y virginales 14 años…
Tal el gris y vergonzoso panorama que nos rodea y se expande con su costo emergente tanto interior como internacionalmente, aunque su evaluación merecerá sin dudas un vano intento por restarle trascendencia, su previsible y sencillamente risueña catalogación como ”gorilismo”.
Realmente, cuando apelamos a la memoria y nos empachamos de tanta mugre que circuló ante nuestras narices, de la que muchos se enamoraron como si fuera una sutil fragancia francesa, el haber descubierto y promocionado la reciente visita de legisladores oficialistas a donde son prisioneros varios condenados represores durante los años de plomo, pasa a ser un casi perverso e inmoral chisme de barrio…
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